El mundo

El mundo
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El tiempo se acaba.
Los eventos que darían comienzo con el origen del tiempo están a punto de llegar a su conclusión.

Durante milenios los inmortales han sido conscientes de la llegada de este momento. Temiendo su advenimiento y planificado sin descanso en busca de una manera de retrasarlo. Tratando de alterar el curso de la historia y los acontecimientos que desencadenarían este momento.
Finalmente triunfarían, el futuro que tanto han luchado por cambiar jamás llegará. Pero el precio a pagar por esta victoria ha sido uno que no estaban preparados para pagar. Las fuentes de la existencia han sido dañadas y Sakuradai, la encarnación del tiempo, yace mortalmente herida. El fin de los tiempos ya ha comenzado.
Tras tanto tiempo de lucha sólo les queda continuar luchando. La esperanza ahora se les hace cada vez algo más lejano. La inevitabilidad del final de todas las cosas cada día más presente.
Pero, pese a siempre haber sabido que el día que dejasen de luchar sería el momento en el que todo acabase, comienzan a experimentar la resignación, la desesperanza y la recriminación. Aquel que nunca fuese su camino, comienza a ser valorados por algunos de ellos.

Las barreras que separan y definen a los conceptos se diluyen, y los poderes pierden su misma esencia. Mientras tanto, en otro nivel de existencia se dejan notar las consecuencias de la guerra, mientas los hombres continúan con sus existencias ajenos a lo que está por llegar.

Como conscientes de la cercanía de la nada, los eventos se han precipitado a una velocidad increíble, convirtiendo los últimos años en una progresión vertiginosa y constante de eventos definitorios.
Las profecías mal interpretadas serían escuchadas, llevando a la arrogancia de los ignorantes a declarar guerras santas, mientras que aquellos que anunciaban la verdad continúan siendo acallados.

En Tarnaq, Shar Kushen actual Tukradum del Dominio, ha se anunciaría la llegada del Tanrakûl: El momento definitorio en el que deben demostrar a sus dioses que son dignos de habitar el mundo que llegará. Sus vecinos de Tembi han sido los primeros en sufrir su ataque y pronto comenzará su campaña contra las Llanuras Heladas de los ilbyn y los kensei.

En Goord, el teócrata del falso dios Galdaim ha proclamado su señor está terminando de escribir el Sunra Avahi, el “Libro de los pecados” Los hombres han sido juzgados y encontrados culpables. Sus fieles heredaran el mundo, pero sólo tras impartir el castigo divino.
Con estas palabras ha declarado la sexta cruzada contra la impía Saliria, pero esto es sólo el comienzo.

Mientras los señores de los catorce reinos se enzarzan en fútiles riñas para alimentar sus ansias de poder e independencia, en Rearem, las tribus de los dengar se han alzado proclamando el Daham Dyar; el día de la retribución en el que volverán a ser dueños de sus tierras.

En Menetia los nostálgicos del régimen que jamás conocieran maquinan en las sombras. La iglesia y el ejercito están comenzando a mover las piezas para poner a un nuevo Meneter en el poder y disolver el senado.

En las bibliotecas de Baern, un murmullo se va haciendo clamor entre los cronistas. Aquellos capaces de atravesar la oscuridad y vislumbrar más allá de las barreras del presente han descubierto que el futuro ha cambiado. La enciclopedia del tiempo debe ser reescrita.

Los Jonudi han regresado inundando el mundo con su oscuridad. Buscan al Taj'Lei'Gobeh “El que vendrá” la criatura que forjarían como su dios pero les abandonaría. Quien terminará con toda luz, sumiendo a toda la creación en la quietud de las sombras.
Aquellos que crean y propagan leyendas han llegado a afirmar que incluso los kurbun temen su llegada.

Iorum Arcanus y Oggalark han regresado tras milenios desaparecidos, así como lo ha hecho la estación orbital Sigma y su tripulación.

Nargión, el continente que desapareciese milenios atrás también ha regresado, partiéndose en dos al regresar a este plano. Pese a que ambos continentes flotan sobre el mar, las islas de Rayhosha y Eladar que desaparecerían junto a él, han vuelto a sus ubicaciones originales.
Las alteraciones que ha provocado este regreso han causado la destrucción de gran parte de las costas de Daegon, y han hundido todos los territorios que separaban al mar interior de Jorgh del océano Sámico.
Del estos nuevos continentes han surgido nuevos hombres descendientes de aquellos que partirían junto a sus hogares. Aunque hay quién dice que, pese a su apariencia, tanto los talen como los kiranu distan mucho de poder ser considerados hombres.

En las costas de Menetia y Naltor han aparecido los ailan afirmando que los poderes los han liberado de su exilio. Afirman que su liberación se debe a un nuevo pacto con los dioses. Su nueva misión es la de proteger el continente. Pero sus actos distan mucho de sus palabras, y no todos parecen compartir el mismo propósito.

En Harst, el actual Sipskriel, el tercer heraldo del nuevo orden, ha puesto en marcha a sus tropas afirmando que el resto del mundo está equivocado. Aquellos que escuchan a los profetas y los dioses no tienen el valor suficiente como para crear su propio futuro. El no necesita de la guía de nadie.

En Trollellom reina el caos. Darus el inmortal, quién ha mantenido una tensa paz entre todos los reinos e imperios a lo largo de los dos últimos milenios, ha desaparecido.

En Namak reina la tranquilidad. Los kurbun y los enemigos del hombres parecen haber partido. Los ailanu tienen el tiempo que les ha faltado durante los últimos milenios para comenzar a planificar su siguiente paso.

Las arenas que forman la esencia de la tejedora se van desgranando de manera inexorable.
El tiempo se acaba.

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Historia

Historia arcanus

Las edades de Daegon

Las edades de Daegon arcanus

El tiempo antes del tiempo

El tiempo antes del tiempo arcanus

Crónica de los tiempos que no fueron

Crónica de los tiempos que no fueron
Él era la caótica armonía de la creación.
El todo superior a la suma de sus partes.
El lugar infinito en el que se ubicaba el espacio.
El instante eterno que abarcaba al mismo tiempo.
Las simas entrópicas en la que bullía la vida.
Él era la existencia.
Él era el poder.
Él era Avjaal.
En su interior El Todo permanecía en su violenta calma, cuando una de sus partes se hizo presente por encima de las demás, otorgándole la consciencia sobre su mismo ser.
La consciencia trajo la necesidad, así como la necesidad traería el deseo. El deseo de no sentirse sólo.
Así que Avjaal, destruyendo su Yo infinito, creó a Los Primeros: Los poderes primigenios, aquellos que le harían compañía, y les imbuyó con el don de la consciencia.
Así, a la necesidad y el deseo se les unirían nuevos hermanos: Namak, Enaí, Tayshar, Suritán, Ytahc y Kestra.
Los Primeros eran esencia pura. Nombres sin contexto o significado. Entes primarios carentes de intención o deseo. Movimiento sin objetivo ni destino. Seres casi infinitos, limitados únicamente los unos por los otros. Pero al mezclarse con el deseo, cada uno de ellos reaccionó de distinta manera.
Cada uno de ellos sería origen, portador y avatar de nuevos axiomas. De nuevos poderes que despertarían en aquel universo aún por nacer. Así llegarían la empatía y la aversión, el estatismo y el cambio, la luz y la oscuridad. Así llegarían los opuestos. Opuestos que se atraían y se repelían. Hermanos que se necesitaban y se odiaban. Poderes que colisionaban.

Y hubo conflicto.

Un batalla eterna, pues no existía el tiempo.
Los Primeros se agredían y mezclaban. Desgarrándose para dar origen a nuevos poderes. Creando una miríada de realidades a partir de sus mismas esencias.
Pero Namak descubrió que el conflicto le alimentaba y de cada nueva batalla obtenía más poder. Y, cuanto más poder poseía, más deseaba. Así que, embriagado por las ansias de omnipotencia, Namak atacó a Avjaal en un combate que resquebrajó aquel momento eterno de creación, amenazando a toda la existencia.
Así que Avjaal, abandonando su faceta de creador, se convirtió en el fin de todas las cosas y acabó con Namak. Y con aquella acción, el primer acto de destrucción, nacerían los tres últimos poderes: Baal, el destructor, Sakuradai, el tiempo y Layga la vida.

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Primera edad

Primera edad arcanus

Interludios y comienzos

Interludios y comienzos

En el inicio de los tiempos, Los Primeros comenzaron a definirse a sí mismos. A fundirse con los poderes y axiomas que habían creado, abandonando y superando el nivel conceptual, para abrazar y dar forma a los seis planos.

Así, Suritán se convertiría en el hogar de la luz. La creadora de formas. Aquella que moldea el universo. El origen de toda materia elemental. Cobijadora y nutriente de la vida. Y aquellos que la acompañaron se convertirían en los Suritani; Los forjadores de mundos.
De sus manos surgirían estrellas y cometas. Planetas y galaxias. Esparciendo su legado por todos los rincones de la realidad naciente.

Enaí se hizo uno con la oscuridad, formando con ello Jonund; El camino. Camino hacia lo que aún no nos muestra la luz. El sendero que comunicaría a todos los hermanos. Esperanza de lo que está por llegar y aún no somos capaces de percibir. Quien nos guarda y oculta de la mirada del enemigo.

Baal se sumergiría en los restos sin vida de su padre, destruyendo aquella realidad inerte. Pero los fragmentos de Namak que se desprendían a lo largo de su camino se impregnarían de la esencia del destructor, dando con ello a luz a los kurbun; La destrucción informe. Los asesinos de dioses. Los portadores de la no-vida.

Kestra observaba las acciones de sus hermanos, pero no era capaz de comprenderlas. Así que los contempló hasta que halló una razón entre tanta locura, un patrón en aquella cacofonía de formas y movimientos. Viendo como sus compañeros no eran conscientes de las consecuencias de sus actos, buscó establecer una armonía que compensase la anárquica creación que se estaba llevando a cabo.
Para que le ayudasen en aquella labor crearía a Argotaj e Irasai y juntos se convertirían en los arquitectos de realidades. Los edificadores de barreras. Señores del orden, la estabilidad y el equilibrio.

Ya desde el momento de su nacimiento, Sakuradai poseería el don de la consciencia, y contemplaría como todos sus hermanos eran abrazados por su manto. Pero esto no hizo sino alejarla de ellos, pues ella era el tiempo; Principio y fin de todo.
Desde su concepción, conocería los pasos que darían sus hermanos y de como acabarían ellos y todo cuanto habían creado y crearían. Contempló nacimientos y muertes, éxitos y fracasos, auges y caídas. Contempló como trataría de evitar lo inevitable. Contempló como fracasaría una y otra vez. Padeció desde el primer momento su propio dolor a lo largo de los eones, pues la certidumbre y la desesperanza serían su condena eterna.

Tayshar e Ytahc caerían rendidos ante la belleza de Layga desde el mismo momento en el que la contemplaran por primera vez. Ambos la desearon y ambos recibirían su abrazo y su semilla, creando un vínculo imperecedero entre ellos.
Pero Ytahc era cambio y evolución, por lo que abandonaría a sus hermanos para crear su propio camino.
Así Layga y Tayshar, imbuidos también por la esencia de su hermano, moldearían su entorno para crear un hogar. En el crearían las fuentes de la vida; Shud Elaen, Origen de carne. Shud Krieg; Proveedora de intelecto y Shud Ilawar; Alimentadora del espíritu.
En aquel lugar también darían a luz a los Tayshari; Los guardianes de la creación. Señores de la empatía y Servidores de las fuentes.

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Vida y muerte. Tiempo y pactos

Vida y muerte. Tiempo y pactos

Avjaal contemplaba, desde más allá del los tiempo, el camino que habían recorrido sus hijos antes de regresar hasta él, completándolo de nuevo. Contempló la belleza de la vida y la tristeza del tiempo. Dolor y sacrificio, alegría y esperanza. Contempló como sufrirían y morirían. Contempló como sus propias acciones les llevarían hasta el trágico final.
Contempló todo esto incapaz de hacer nada pues pues Él estaba más allá de aquellas disquisiciones. El tiempo no era sino una mota, una fracción apenas perceptible dentro de la inmensidad de su ser. Pero, aún así, no podía evitar el contemplarlo una y otra vez invadido por una profunda tristeza. Cada vez que observaba aquella pequeña joya, apreciaba un nuevo matiz; Una vida que antes había pasado inadvertida, le mostraba un nuevo aspecto de sí mismo. Una muerte que le hacía apreciar aún más a aquellas diminutas criaturas.
Nada en aquel lugar se le hacía insignificante y, cada vez que la observaba, Sakuradai le devolvía la mirada con una muda súplica.
Trató de crear otras realidades, nuevos conceptos que aplacasen aquella desazón que le atenazaba con cada nueva visión de lo que habían sido sus hijos, pero sólo conseguía obras vacías. Criaturas artificiales carentes de vida. Cada pequeño cambio que introducía destruía el conjunto, cada nuevo intento se convertía en un nuevo fracaso. Siempre regresaba a aquellas minúsculas vidas que no dejaban de emocionarle. El tiempo y la vida formaban parte de él, pero su esencia había cambiado convirtiéndolos en algo distinto de lo que fueran. Haciéndole sentir vacío en lugar de completo.

Finalmente, Avjaal, tomó una decisión; No deseaba contemplar de nuevo el sufrimiento de sus hijos, pero tampoco permanecería ajeno a su destino.
Así que Avjaal se despojó del manto de la omnipotencia. Se encogió hasta entrar en aquella diminuta gota de sí mismo y, sellando un pacto sin palabras con sus hijas, les otorgó su último obsequio: El don de la incertidumbre, el regalo de la esperanza.
Los vestigios de su poder se esparcirían a lo largo del tiempo, creando nuevas vidas. Vidas ocultas a los ojos de Sakuradai, o a los suyos propios. Vidas que podrían alterar el devenir de los acontecimientos.
Tras hacer esto, crearía Ilwarath, la tierra de los muertos, su última morada. El lugar donde esperaría el fin de los tiempos. Donde sería engullido por La Nada cuando todos los suyos hubiesen desaparecido.
Desde allí contemplaría a sus hijos desde una nueva perspectiva, siendo uno más de ellos. Experimentando sus alegrías y pesares.
Desde allí contemplaría el rostro de Sakuradai que, por un breve momento, perdería su eterna expresión de tristeza y, en aquel momento, Avjaal conocería la felicidad.

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El viaje de Ytahc

El viaje de Ytahc

Ytahc vagaba por los reinos de sus hermanos impregnándolos y empapándose con su esencia. Aquel solitario devenir carecía de destino, se limitaba maravillarse con la visión de las creaciones que inundaban aquellas realidades.
Pero todo cambió al llegar a Namak. Pese a no ser conscientes de su presencia en aquel lugar, la mera cercanía del destructor y sus vástagos resultó una agresión para él. El tiempo perdió su significado, para convertir cada instante en una nueva forma de agonía.
Con sus últimas fuerzas, Ytahc logró escapar de aquel lugar, para refugiarse en los confines de la realidad. Se encontraba herido, pero aquella herida sanaba, pues él era herida y curación, cambio y libertad. El era tiempo y creación, movimiento y expansión. Él era Ytahc, él era el caos.

Y mientras su ser sanaba, Ytahc soñó. Soñó que de su interior surgían infinitos seres que llenaban la bastedad del cosmos. Hijos de su mente. Herederos de su esencia.
Soñó que sus hijos se fundían con las creaciones de los Suritani, imbuyéndolas de vida.
Soñó que sus hijos tomaban conciencia de si mismos y, a su vez ellos también soñaban, moldeando sus hogares, llenándolos de nuevas formas, colores y criaturas.
En su mente contempló como sus hijos se reunían, danzando unos alrededor de los otros en una anárquica y hermosa coreografía. Dejándose mecer por la melodía primaria del vacío.

Ytahc abrió los ojos y contempló con orgullo y emoción a su progenie. Durante eones viajó entre ellos, aprendiendo y experimentando. Maravillándose ante su involuntaria creación.

Tras su largo vagar, su camino se cruzó con la más hermosa de la criaturas que jamás hubiese encontrado. Coronando aquel lugar, ajeno a cuanto le rodeaba, un mundo solitario creaba su propia camino. Ninguno de sus hijos parecía haberse fijado en él.

Durante tiempo inmemorial contempló a aquella criatura, embelesado por la sencillez de su forma e hipnotizado por la cadencia de sus movimientos, y la siguió hasta que alcanzaron el centro de aquella realidad. Aquel lugar también había sido el destino de otros dos viajeros errantes, que les acogieron con un caluroso abrazo y les hicieron reconocer aquel lugar como el final de sus caminos.

Allí Ytahc daría por finalizado su viaje, pues había encontrado su hogar. Con delicadeza se introdujo en el corazón de aquel mundo y, nuevamente, soñó.

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Segunda edad

Segunda edad arcanus

Nacimientos y despertares

Nacimientos y despertares

Del sueño y el inconsciente de Ytahc y de su unión con su compañera, surgiría la vida sobre esta. Criaturas de de todos tipos florecerían y se esparcirían por toda su superficie. Seres guiados por el instinto y la inconsciencia.
Pero Ytahc, que las amaba a todas ellas, vivía sumido en la incertidumbre, pues sus heridas le recordaban constantemente que El Destructor y los suyos llegarían algún día para acabar con todo lo que había creado.
De aquellas sensaciones; del dolor y la rabia, del miedo y desesperación que le causaba aquella espera, nacerían la única de sus creaciones a la que marcaría con una misión. Más adelante, cuando los contemplasen los hombres, recibirían muchos nombres: Unos los recordarían como los Gunday Arek, La hueste perdida y otros como los Dragún Adai, los hijos de Adai. Durante su descanso se les conocería como los Mayane Undalath, los guardianes durmientes y aquellos que convivieran con ellos hablarían de los Ansale Daimashu, la furia de Daimashu. Pero ellos nacerían y morirían como los guardianes de Ytahc. Aquellos que poseen todas las formas.

Los guardianes surgirían de la piedra y el fuego de los siete picos. Sobre la superficie de Ytahc, en lo alto de los montes Gurudael y Kibani surgirían las dos primeras estirpes y, en la más profunda sima de sus océanos se hallaría y aún perdura Matnatur, la ciudad eterna, el único de los picos que no sería conquistado.
Sobre la blanca superficie de Lutnatar, girando sobre Ytahc, se encontrarían Lianu y Olen'Dogar y sobre todos ellos, entre los ardientes llamaradas de la superficie de Sholoj, surgirían los dos últimos picos: Nalot y Lubdatar.

Tras su primer despertar, los guardianes recorrieron toda la extensión de sus padres buscando al enemigo, pero donde esperaban dolor y destrucción, sólo encontraron hermanos y belleza. Durante mucho tiempo vagaron sin rumbo ni cometido, reflejándose en las criaturas con las que se encontraban, asumiendo y experimentando miles formas y de sensaciones. Miles de maneras de percibir, entender y apreciar lo que les rodeaba, aquello que se les había encomendado proteger.

Pero habían nacido para combatir y, con el tiempo, muchos de ellos decidieron abandonar la espera y regresar a la roca de la que habían surgido. Otros sentirían la llamada de las estrellas, el lejano canto de los hijos de Ytahc, y surcarían el vacío buscando el origen de aquellas voces, pues supieron que también necesitarían de su protección cuando llegase el enemigo.

Tras la partida de sus hermanos, sólo los primeros nacidos de cada uno de los picos permanecerían despiertos, esperando y vigilando inalterables desde sus hogares la llegada del destructor.
Pero, antes de la llegada de Baal, presenciarían el nacimiento de una especie que les cambiaría como ninguna otra lo había hecho.

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Los primeros dioses

Los primeros dioses

Los padres de los hombres aparecerían como una nueva fuerza primaria. Ellos eran distintos del resto de las especies, pues en ellos se hallaban facetas de todos los poderes. Eran la suma de todo lo que les había precedido y serían la semilla de lo que estaba por llegar. Ellos eran los descubridores de conceptos, los arquitectos del futuro, los dadores de nombres.
Cada uno de ellos nacería solo y aislado. Aparecerían esparcidos por todos los rincones de Ytahc pero, a pesar de saberse únicos, supieron que había más como ellos y no tardarían en comenzar su búsqueda.
Cada uno tenía su propia visión de como debería ser el mundo y, desde el primer momento, recorrieron el mundo buscando respuestas para las preguntas y retos que les deparaba todo lo que veían. Deseando encontrar a aquellos que compartían sus sueños para juntos convertir en realidad aquellas visiones.
A su paso todo lo que les rodeaba se doblegaba ante su voluntad, pero sus acciones no estaban alentadas por el capricho. Al contrario que sus hermanos, el instinto no era su única guía pues, a diferencia de estos, disponían del intelecto para atemperarlo.

Aquel era un universo joven y nada se sabía aún de leyes o límites, de barreras o axiomas, y serían ellos con sus manos y su imaginación quienes las estableciesen.
Contemplaron los ríos y construyeron diques, islas y puentes. Contemplaron las montañas y extrajeron lo que necesitaban de su interior para crear ciudades, pero estas no tendrían murallas, pues aún no sabían del enemigo. Arrasaron bosques para crear naves que les llevasen más allá del horizonte. Volvieron su vista a las alturas y contemplaron el cielo y las criaturas que lo poblaban. Buscaron más allá y las estrellas ocuparon todo cuanto abarcaba su mirada.

Desde sus emplazamientos, los guardianes contemplaron a aquellas extrañas criaturas. Antes habían sido reflejo de todas las creaciones de su padre, ya fuesen seres vivos u objetos inmóviles, pero aquellos seres eran distintos. Caminaban con altivez, pero carecían de la elegancia de los grandes depredadores. Sus cuerpos parecían frágiles, pero eran capaces de horadar las montañas. Sus voces eran dulces, pero se imponían con autoridad ante el rugido de las bestias. Aquel cúmulo de contradicciones despertaba en ellos algo que no eran capaces de entender. Durante mucho tiempo les siguieron, contemplándolos desde la distancia. Tratando de ser su reflejo, de convertirse en ellos para poder entenderlos, pero aquella tarea les resultaba imposible.

Finalmente la estirpe de Luara y Laconish llegaría hasta la ladera del primer pico, y serían ellos quienes le pusieran nombre y construyesen en su base la ciudad de Imshul. Hasta allí, atraído por la cercanía de de aquellas criaturas, bajaría el primero de los guardianes.
Primero sería recibido con recelo y extrañeza, pues su aspecto cambiaba constantemente, resultando una amalgama de todos los que le rodeaban, pero que en nada parecía humano. No sería hasta que ante él se alzase Vandara “La de mente aguda”. Comprendió cual era el fin último de su misión. En aquel momento se sintió maravillado e insignificante pues, mientras él era destrucción creada para luchar contra la destrucción, ella era capaz de crear vida. En aquel momento, realizando su primer acto consciente, asumió su forma definitiva. Ya no era un reflejo de lo que le rodeaba, sino un ser nuevo y distinto, humano en su esencia, guardián en su poder y su misión. Para completar aquel cambio, Vandara le daría un nombre, bautizándolo como Dae'on.

Él advertiría a los hombres del enemigo y la guerra que asolaría su mundo y ellos se prepararían para el conflicto construyendo armas y creando en lo alto del pico la fortaleza de Imshul. Desde allí vigilarían Dae'on y Vandara y allí criarían a sus dos hijos: Dayon y Daegon.

Aún desde la lejanía, sus hermanos sintieron el cambio en Dae'on y el resto de los guardianes que permanecían vigilantes se verían afectados por la comprensión que este había alcanzado. Nunca se habían hecho preguntas, cuestionado o dudado de su misión. Nunca habían tenido necesidades o impulsos más allá de la espera. Pero, dentro de sus limitaciones, cada uno de ellos también era una criatura única, un hijo del cambio, y cada uno de ellos respondería de una manera distinta ante aquella revelación.

Su percepción del mundo cambió. Habían visto y experimentado a su padre con los sentidos de todas las criaturas que lo habitaban, pero en aquel momento pasaron a tener sentidos propios para percibirlo por ellos mismos.
El despertar de su consciencia traería consigo a la curiosidad. Movidos por aquella nueva sensación, los primogénitos de cada uno de los restantes picos viajarían hasta los lugares donde se encontraban aquellas pequeñas criaturas que lo habían cambiado todo.

Aquel a quien los hombres llamarían Narg'eon, señor del monte Kibani se uniría a la estirpe de Ware y Lahaya que bajo su pico crearían la ciudad de Tayatán.

Shat'red, señor de Matnatur, haría emerger parte de su pico cerca de las costas de Kanyai, el hogar de Nalsai y Daela; los del rostro inquisitivo. Mientras tanto, bajo el mar, Karag´tamur que aprendería de los hombres las artes de la construcción, fortificaría Matnatur, a la que se estos llamarían Rielt Kamage; la ultima esperanza.

Zulera y Gérdelain; los de la piel de bronce, contemplarían la llegada desde las estrellas de Yur'kahn, señor de Lianu y Sem'bar primer nacido de Olen'Dogar sería recibido en Wúnderath por la estirpe de Scándar y Sígrid; los de la sonora carcajada y lealtad inquebrantable. Mientras tanto, desde su hogar en Lutnatar, Huatûr; El contemplador. Aquel cuya mirada todo lo ve, asumiría su propia forma, y se bautizaría a sí mismo, siendo su nombre la primera palabra que pronunciasen sus labios.

Los hijos de Sholoj, Mash'Kar, señor de Nalot y Noroth'grael, primogénito de Lubdatar recorrerían juntos el largo camino que les separaba de Ytahc, y juntos llegarían a Undal Kíderath, los dominios de Yalan y Gáreald; los de curiosidad infinita.

Pronto todos los pueblos de los hombres supieron de la batalla que se avecinaba, y se prepararon para enfrentarse al enemigo. Guiando sus pasos y cuidando de ellos se encontrarían los siete reyes primogénitos; Los siete reyes dragón.

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Hermanamiento e Imperio

Hermanamiento e Imperio

Bajo el auspicio de los reyes dragón la humanidad no sólo sabría del enemigo, sino que también uniría y pondría en contacto a las estirpes de todos los padres. Más adelante, cuando aquellos guardianes que se habían dirigido hacia las estrellas llegasen a otros mundos en los que también había surgido la vida, juntos crearían Ansale Pandar; la puerta de los mundos.

Así los hombres colonizarían otros mundo y crearían fortalezas en ellos para defender a las criaturas que allí habitaban. Mientras tanto en su hogar no dejarían de descubrir y adiestrar a nuevas criaturas. En las rocosas llanuras de Sgamul los hijos de Gundarek y Laisar se convertirían en los domadores de shaygan, los creadores de valles, los nómadas del viento. Sobre las espaldas de aquellas gigantescas criaturas construirían aldeas y fortalezas volantes que estos seres les transportarían por los cielos.
En las islas Irscalot, aislados en el océano Vagrani, los hijos de Maleri y Alashi convertirían a los traslucidos y cambiantes navani en guía y escolta para sus naves por todos los mares y océanos. Los más osados de ellos, los Gon Danyar, los jinetes marinos, viajarían en el interior de aquellas criaturas sobre y bajo las aguas.
En las junglas de Wandar, Angorm y Lyg Andrós lograrían comunicarse con las bestias primigenias y convertirlas no sólo en sus aliados, sino en sus hermanos.

En el norte, Mugeb y Sahai junto con su estirpe crearían bajo el hielo la ciudad Kaze, en el sur Shunor y Shaída les imitarían creando la de Grodoj.
En el este Izami y Shizune crearían la ciudad armónica de Kinsiday, en cuyo centro ubicarían la fortaleza laberinto de Sundagar.

Mientras sus hermanos construían sus hogares, Ailán y Neima recorrerían el mundo tratando de descifrar sus secretos. Sus ojos podían ver más allá que los de ningún otro, y eran capaces de percibir la misma estructura que daba cohesión a todas las cosas.

Durante mucho tiempo, el guardián a quien los hombres llamarían Maed'lloar caminaría entre los hijos de Ulmar y Raida, mientras Asereth lo hacía junto a los de Niam y Kenrath. Ninguno de ellos había asumido su forma definitiva. Ambos compartían una visión diferente sobre su misión, una visión obtenida en las largas noches conversación alrededor de la hoguera junto a Niam y Raida. Finalmente su forma les vendría de una manera natural, aunque no dejaría de sorprenderles, pues serían los únicos de los guardianes que asumirían forma de mujer.

Pero los siglos trascurrían y nada se sabía del enemigo. Con el tiempo las advertencias de los guardianes fueron perdiendo su trascendencia para los hombres. Incluso algunos de los guardianes empezaron a dudar de su misión y aceptando por completo su condición de humanos, buscaron metas propias. A ellos se les llamaría tsaday, los nuevos hombres, aunque eras más tarde aquella palabra cambiaría su significado por el de renegados.

Mientras todo esto sucedía en Ytahc, en los fuegos de la ardiente fragua de Sholoj, Kafarnaul, el forjador, creaba las armas para los reyes, las llaves que deberían cerrar el camino al destructor. Por su lado, en Kay Tíndawe, la sala de los espejos situada en el corazón de Lutnatar, Huatûr no cesaba en su incansable búsqueda de aliados por todos los mundos y realidades para la batalla que acaecería.

Y, finalmente, el enemigo llegó.

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El final de una era

El final de una era

Baal y los kurbun vagaban por las realidades mecidos por los vientos del azar. A lo largo de su camino sólo dejaban destrucción y realidades fracturadas.
Finalmente atravesarían la oscuridad transformando en miedo, olvido y dolor lo que antes había sido esperanza, descanso y cobijo. Apenas unas fracciones de aquel lugar permanecería inalterado tras su paso.
Pero, en aquella ocasión, la destrucción no sería lo único que provocaría su presencia. Tras su marcha, los enemigos invisibles del hombre despertaría y, como sanguijuelas, alimentándose de sus despojos, se adherirían a aquella comitiva siniestra Rotark, la locura, Yr´ Laan, la enfermedad, Jeshema, la corrupción, Shurgull, el miedo, Yrkay, el dolor y Drisdane, el odio.

Tras cruzar el umbral que separaba las realidades, los kurbun y distintos aspectos de los enemigos descendieron sobre Ytahc. Los cielos se oscurecieron y la luz de las estrellas se volvería rojiza. Los reyes dragón despertarían a los guardianes durmientes y los hombres conocerían la mortalidad.

La invasión llegaría también hasta los hijos de Ytahc, a través de la puerta de los mundos, a la que se conocería desde aquel momento como Rakundareh: La portadora de desgracias.
Shaedón, el primero de los kurbun, llegaría hasta Hayashu, hogar de Devas y destruiría aquel mundo dejando moribundo a su huésped. Después alcanzaría Máyandar, hogar de Yyvylion, quien abandonaría a su anfitrión para presentar batalla antes de que este fuera alcanzado. A su lucha se uniría Nigoor quien moraba en Gansaku, dejando desprotegido su hogar. La batalla se prolongaría durante siglos y ambos mundos terminarían siendo destruidos por los hermanos de Shaedón. Después de esto, los kurbun continuarían su vagar ignorando a los supervivientes. Estos, pese a estar agotados y heridos, volverían hasta su padre para ayudarle en la lucha que aún continuaba.
Tiempo después, Shaedón volvería hasta Ytahc, y después de acabar con la vida de millones, acabaría conociendo la consciencia y la humanidad tras dar descanso a la torturada alma de Kenrath.

En Ytahc, los reyes dragón perecerían luchando contra el enemigo, pero sus hijos y hermanos continuarían con su lucha. Dayon tomaría la espada de su padre, Dae'on, al igual que Maed'lloar lo haría con la de Shat'red, Yrmus Krill los haría con Narg'eon, Kafarnaul continuaría con el legado de Yur´kahn, Huatûr el de Sem'bar, Asereth el de Mash'Kar y Belrotah el de Noroth'grael.

Los padres de los hombres también sucumbirían y, por cada uno de ellos que perecía, su estirpe quedaba marcada por el sello de Baal: la marca de la mortalidad. Pero la muerte no era el peor de los destinos que les aguardaba, ya que aquellos cuya voluntad se veía doblegada por el dolor o la rabia pasaban a engrosar las filas del enemigo. Los padres se enfrentarían a sus hijos, viéndose obligados a acabar con sus vidas o perecer bajo su mano. Así Ulmar contemplaría como Ulvir, uno de sus hijos, acabaría con la vida de todos sus hermanos y se convertiría en Aknôt: El fin de toda esperanza. Estaría en la mano del propio Ulmar acabar con la vida de su hijo, pero su mano vacilaría y cada una de las vidas que arrebatase el hijo pesarían sobre la conciencia del padre.

En Kawanase, Nalsai y Daela perecerían con su eterna sonrisa en los labios. En Hannadar los harían Harst y Kaedra tratando de proteger a los suyos. En Danrath Benkey y Leana caerían asesinados por su hijo Lorgal.

Los hombres morían o sucumbían bajo la influencia del enemigo. También los picos caerían dejando, al final sólo Gurudael y Matnatur como los últimos bastiones en presentar batalla.

En Imshul, Dayon y Daegon, hijos de los difuntos Dae'on y Vandara, hermanos y esposos defenderían el primer pico junto a Ulmar, Huatûr, Luara y Laconish. A su alrededor sólo había muerte, pero ellos jamás desfallecerían.
En Matnatur Karag´tamur cobijaría a los últimos resistentes que bautizarían la ciudad como Rielt Kamage, la última esperanza.

En uno de los escasos momentos de respiro, Daegon, durante una de sus guardias contempló el cielo, pero vio algo más. Más allá de los límites de la realidad, contemplando el legado de sus hijos se encontraba Baal. Él moraba en un nivel de existencia superior al suyo, y sólo habían visto y combatido contra las pequeñas porciones de su poder que eran el resultado de su cercanía. Lo contempló y comprendió que no había razones para sus actos.
Elevándose hacia los cielos trató de acercarse a él y atravesó los limites del universo hasta alcanzarlo. La comprensión le había llevado más allá del odio o el dolor. La rabia había desaparecido y no deseaba hacerle daño. En su interior sólo se albergaba un deseo, ayudar a los suyos y para hacerlo sabía que no eran necesarias las armas. Estaba más allá del campo de influencia del destructor. Baal no podía herirla.
Se situó frente a él y le rozó con su mano, provocando un estremecimiento en toda la extensión de su ser al notar como la consciencia comenzaba a despertar en su interior.
Pero Jeshema no deseaba que el conflicto terminase y nublo la mente de Dayon engañándole para que la matase. Así, blandiendo la espada de su padre, atravesó la espalda de su esposa, hiriendo también a Baal. De aquella herida, de la mezcla de la sangre de Daegon y la esencia de Baal caería de los cielos una nueva criatura, Annandaroth, que sería recogido y ocultado por Ulmar y Huatûr.
Dayon, al ser consciente de lo que había hecho, arrojó la espada de su padre lejos, donde no sería encontrada en milenios.
Pero el daño ya estaba hecho. Baal ya no era un ser puro, pero tampoco había sido capaz de asimilar su consciencia. Su primer contacto con ella había significado dolor y aquello era todo cuanto le deparaba su existencia. Cada instante, cada criatura, cada mota de polvo significaba dolor para él. Pero no podía morir. Él era un poder primario, un elemento imprescindible para la existencia y mientras la más pequeña fracción de la creación perdurase, el no conocería la paz. Abrumado por el dolor huyo hasta los confines más lejanos de la realidad.

Con su último acto en vida, la esencia de Daegon trascendió su cuerpo mostrándose como una luz cegadora que tocaría a todas las criaturas que moraban sobre Ytahc. Esta luz también crearía una barrera que los kurbun no podrían atravesar.
Los hombres habían llamado de muchas maneras a su hogar. Unos lo habían llamado Adai y otros Arcthuran. Algunos se referirían a él como Evyal y Nansalar. Pero a partir de aquel momento en la mente de todos ellos sólo habría un nombre: Daegon.

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Epílogos y preludios

Epílogos y preludios
Como un acto reflejo causado por aquellos eventos, los poderes cerrarían los accesos a sus realidades, con la vana esperanza de que esto detuviese al destructor en su regreso, consolidando de esta manera los seis planos. El enemigo había partido, pero sabían que regresaría.

Baal tas regresar a al seno de su difunto padre, quedaría sólo y aislado del resto de los poderes. Allí permanecería milenios tratando de asimilar su nuevo estado. Sus hijos ya no le seguirían. Ya no era uno de ellos, ya no era “puro”. Había sido “corrompido” por la consciencia de su propia existencia. Los kurbun continuarían en aquel lugar hasta que las anárquicas mareas del arrastraban les llevasen hasta otro lugar.

Tras la partida de los kurbun, los guardianes reconstruirían los picos y volverían a sus lugares de reposo, a la espera de su regreso. Pero la marca de Baal y los suyos quedaría grabada a fuego en los hombres. Las guerras que se habían iniciado, se prolongarían durante milenios, arrasando con todo lo que se había creado hasta entonces. Aquellos que no habían sido infectados por el enemigo, caerían víctima de sus hermanos. Los hombres descubrirían nuevas maneras de matar, crearían artefactos capaces de erradicar toda forma de vida. La marea de muerte no sólo se llevaría las vidas de aquellos que participaron en la lucha, sino que también acabaría con la memoria de lo que la humanidad había sido, llegando un momento en el que ni siquiera supieron de donde provenían sus mismos nombres. El sacrificio de Daegon les había dado una oportunidad que no aprovecharían.

Sólo unos pocos conservarían los recuerdos de aquel legado. Apenas una docena de los padres sobreviviría a aquella locura. Por su parte, los siete dragones ya no serían reyes, pues no quedaba nadie que escuchase sus palabras. Desde la lejanía, todos ellos contemplarían con tristeza como habían fracasado en sus misiones. Ellos formarían el Kilgar Doreth, el concilio de los inmortales. En él sería juzgado Dayon y aceptaría su condena, pese a considerarla insuficiente. Allí sería juzgado también Nitsalaya, quien se había negado a luchar, o ayudar a sus hermanos durante la contienda y su condena sería el olvido. Ni el ni sus hijos serían recordados por quienes les rodeaban. Ellos serían Itkalum; aquel que no existe.

Entre las estrellas, el vagar de los kurbun les llevaría hasta Tansaûl, hogar de Yago. Este mundo giraba alrededor de Xanday, que albergaba a Shur. Ambos harían frente al enemigo y ambos perecerían. Sus almas llegarían a Ilwarath, donde Avjaal las juzgaría, como había hecho en incontables ocasiones, pero el señor de los muertos vio que sus esencias no habían sido manchadas por los kurbun. Por esto les ofreció entrar a su servicio. Yago sería su general, quien recolectaría las almas de los dignos, aquellos que serían los inagorn; los matadores de dioses, quienes harían frente al destructor en el final de los tiempos.
Shur, cuya luz purificaba las almas, seleccionaría aquellas capaces de imponerse sobre la mancha del enemigo y las devolvería de nuevo a las fuentes de la vida, dándoles una segunda oportunidad.

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Tercera edad

Tercera edad arcanus

Regresos y éxodos

Regresos y éxodos

Durante milenios, recluido en las entrañas de de Namak, Baal trataría sin éxito de imponerse sobre la carga que para él representaba la consciencia, ignorante de la ironía de que aquello era algo que ni siquiera él era capaz de destruir. Sólo quería recuperar el descanso que le otorgase la inconsciencia, pero lo que había sucedido no podía ser deshecho. Ante él se hallaba un camino que tendría que recorrer. Un camino repleto de decisiones a tomar y consecuencias que afrontar. Con el dolor como única guía y experiencia, en su interior sólo halló una única manera de recorrer aquella senda. Una única manera para alcanzar el descanso y el olvido: La destrucción de toda existencia.

Tras tomar la decisión, Baal atacaría el hogar de Tayshar; donde se encontraban las fuentes de la vida. Su poder, alimentado por el dolor, era tan grande que las barreras que separaban los planos caían a su paso como si jamás hubieran existido. Ante aquella fuerza imparable nada podía hacer Tayshar por detenerlo. Tan profunda era la herida que le afligía, que ni siquiera Layga podría sanarlo.
Sabedor de esto Tayshar se encaró ante el destructor, dando a sus hijos la ocasión de huir y ocultar las fuentes que estaban consagrados a proteger. Tan solo Kozûl permaneciendo junto a su padre mientras sus hermanos huían, ignorante de que aquel combate no era sino un acto desesperado para ganar tiempo. Tayshar perecería infligiendo una única herida al destructor, una herida que le impediría ver la ubicación de las fuentes.
Una vez abatido el padre, Baal seguiría a sus hijos, sin saber que las fuentes se encontraban ocultas en el interior del cadáver yaciente de Tayshar. Tras su partida, Layga también se despediría de su difunto compañero. Regando sus restos con nueva vida, crearía sobre él un jardín eterno; Dayashu, la tierra de los sueños y encomendaría a Kozûl su cuidado. Después se despidió también de él y se dirigió hacia una nueva batalla.

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Nuevos dioses para un mundo viejo

Nuevos dioses para un mundo viejo

Huyendo del destructor los hijos de Tayshar se dirigirían hasta Daegon; la realidad que había sobrevivido a la llegada del enemigo. Allí serían recibidos por Ytahc, quien lamentaría la muerte de su hermano.
Juntos prepararían la defensa para la siguiente venida de Baal, quien esperaban que les siguiese en su búsqueda de las fuentes de la vida. Pero mientras se preparaban para esta labor, algo llamó poderosamente su atención: en un nivel de existencia distinto al suyo, los hombres continuaban moviéndose y cambiando. Amando y combatiendo.
Aquellas criaturas les despertaban sentimientos encontrados pero, por encima de todas las demás, primaba la curiosidad. Sus miradas se dirigían cada vez con mayor frecuencia hacia ellos y como consecuencia de aquella observación, de la necesidad de comprensión e interacción que despertaban en ellos, aparecerían sobre la faz del planeta avatares de sus esencias. Más como un acto reflejo que como un acto consciente, proyectarían sobre aquel mundo constructos con forma humana capaces de comunicarse y relacionarse con los hombres. Seres que estos fuesen capaces de percibir y comprender. Nuevas entidades completas y complejas que desarrollarían personalidades independientes.

Sobre Daegon los convulsos tiempos de guerras habían finalizado. Los Ailanu, descendientes de Ailan y Neima, guiaban el camino de la humanidad. Mientras el resto de los hombres combatían, los primeros hijos de Ailan, aquellos que no habían sido marcados por el destructor y los suyos, continuaron con el legado de sus padres: El entendimiento y dominio de los mecanismos que regían su realidad. Tras estudiar y observar aquellos mecanismo durante milenios crearían el Naludah Avanyali; los escritos en los que se definirían los “Preceptos para el análisis, la comprensión y el control de la energía planar”.
Gracias a este conocimiento, los Ailanu se convertirían en los gobernantes de facto de Daegon. Primero como consejeros de reyes y señores de la guerra para, con el tiempo, convertirse en los los Adar Gielanu; los reyes eruditos. Decían servir a los gobernantes de los distintos reinos, pero sus señores eran mortales, mientras que ellos eran intemporales. Sus plumas serían los instrumentos que darían forma y definirían la historia. De esta forma, desde su papel de asesores, poco a poco habían conducido al mundo a una nueva era de prosperidad y estabilidad.
La irrupción en su mundo de aquella nuevas criaturas no pasaría desapercibida, ni a ellos ni al Kilgar Doreth, por lo que no tardarían en entablar contacto con ellos. Ambos grupos recibirían de distinta manera las nuevas que portaban.
Mientras parte de los ailanu acusaron a los Tayshari de traer de vuelta al destructor y exigirían que abandonasen su hogar, los demás elegirían escuchar a los recién llegados, a los que llamarían Kansay; el legado de los cielos. Los hombres erigirían templos en su nombre y comenzarían a adorarlos. Los reyes atenderían a sus palabras por encima de las de sus consejeros. La estabilidad se quebró, dando comienzo a un nuevo ciclo de guerra y muerte.
Mientras tanto, el concilio aceleró los preparativos para enfrentarse a Baal una vez más.

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Rupturas y fragmentos

Rupturas y fragmentos

El orden que tanto habían luchado los ailanu por establecer, sería destruido por ellos mismos. Diferencias, reproches y rencillas que durante mucho tiempo habían permanecido controladas y ocultas, saldrían a la superficie estallando de manera dramática en el peor de los momentos, utilizando la cercana llegada del destructor como excusa.
Liderando a aquellos que pedían la marcha de los tayshari se encontraría Airk, guía, amigo y amante de Dansula, señora de Torquail. Comandando a quienes defendían a los recién llegados se hallaría Daymasis, consejero de Vanshu, señor de Ranndayr.
En un principio el conflicto sería primordialmente diplomático y comercial pero, tras la llegada del destructor todo cambiaría.
Su sola presencia en aquel plano provocó ondas de choque a todos los niveles de realidad. Ondas que llegarían hasta Daegon, partiendo en dos el gran continente y creando miles de nuevas islas por toda su superficie. La población mundial fue diezmada y las ciudades derruidas. De no haber sido por la protección de Ytahc y los tayshari, Daegon habría sido completamente destruido. Para la batalla que se libraría en el nivel conceptual de aquel plano, los tayshari necesitarían de todo su poder y harían regresar a los Kansay. Ytahc, por su parte, despertaría de nuevo a los guardianes durmientes para que protegiesen en nivel material.
Pero entre los muertos en aquella catástrofe se hallaría Dansula. Enloquecido por el dolor que le causase la perdida de su compañera, Airk culpó a los tayshari y sus defensores y, tras auto proclamarse Dios protector de Daegon, les declaró la guerra. Cualquiera que adorara o defendiese a los tayshari, cualquiera que se opusiese a él, ya fuesen hombres, Kayain (hijos de humanos y los avatares de los tayshari) o guardianes, serían declarados cómplices y culpables de la masacre.
Tan sólo tres de las grandes naciones supervivientes del cataclismo se opondrían aquel nuevo orden: Ranndayr, Dagorel y Kayrunen. Todos ellos, malheridos por el desastre, pagarían por ello.

También en aquellos tiempos surgirían por primera vez dos nuevos cultos, que ni siquiera las prohibiciones del dios protector podría acallar: Los Avyalish, seguidores de Avjaal a quien llamaban Evyal y los Daigo alase, los destructores de almas, devotos de Yago. Ni siquiera Airk, pese a declararse por encima de su toque, podía negar el poder y la ecuanimidad de aquellas divinidades; el poder de la muerte.

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El despertar de los jonudi

El despertar de los jonudi

La llegada del destructor, y la batalla que esta había desencadenado, había creado grietas en las barreras que separaban los planos. Brechas a través de la que se filtraría una nueva entidad.
Desde el principio de los tiempos, la oscuridad había estado presente. Pero, al contrario que el resto de los poderes, no había alcanzado la consciencia. Sólo era una fuerza cohesionadora. Un herramienta inerte a ser utilizada por los demás poderes. Un elemento inconsciente moldeado por la voluntad de los soñadores. Situado en un nivel de existencia distinto al de los hombres, jamás había tenido contacto real con ellos.
Su esencia había sufrido cambios debido a la interacción de los demás poderes con ella pero, no sería hasta que parte de su enormidad se filtrase al nivel de existencia de los hombres, que se dividiese y cada uno de sus fragmentos se tornase único y tomase consciencia y forma propia.
Entre los seres que naciesen de aquella confluencia se encontraría Shayka, Con sus recién adquiridas percepciones contempló a los hombres y le parecieron hermosos. Pero en la lejanía percibió también al destructor. Antes de nacer ya había sufrido su contacto, cuando por primera vez atravesase la oscuridad.
Al igual que Shayka, Hargos e Yrgassh, Cleafen y Galeass también percibirían y recordarían a Baal, y juntos se dirigirían a ayudar en su lucha a los tayshari.
Pero no todos los nuevos seres resultarían benévolos para la humanidad. No todos recibirían con agrado la consciencia. Al contrario que para el destructor, la existencia no significaba dolor para ellos, pero añoraban regresar a la oscuridad primordial, pero habían cambiado demasiado como para poder regresar a ella.
Ellos eran distintos. Diferentes a los hombres o a los poderes primarios. Ante la imposibilidad de regresar al vientre del que habían surgido, se convertirían en los jonudi, y buscarían recrear su hogar en el lugar que se les había condenado a existir.

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Fortalezas en las estrellas

Fortalezas en las estrellas

Tras su llegada a Daegon, los jonudi estudiarían su nuevo entorno. Conceptos como la luz o el color, el movimiento o la misma vida les resultaban nuevos y extraños. Durante los primeros siglos que seguirían a su despertar, morarían en Nusureh, una dimensión que les recordaba a su hogar, desde la que experimentarían todos aquellos nuevos conceptos, e intentarían comprenderlos; algo que les resultó extrañamente sencillo. En muy poco tiempo fueron capaces de crear artefactos que les ayudasen interactuar con aquella realidad y de moldearla como si les perteneciese. No había curiosidad en aquellos actos, sino pura y simple reacción. Pronto abandonarían aquel lugar para explorar el vasto universo que se encontraba a su disposición. Su presencia no pasaría inadvertida para los ailanu durante mucho tiempo y, pese a que su número no era suficiente como para que fuesen considerados una amenaza, sí que despertaría su curiosidad. Pero el primer contacto con los hombres marcaría su relación de una manera traumática.
Tras descubrir la existencia de Nusureh, y detectar en ella lo que le parecían vestigios de vida, Nityl, hijo de Ailan, científico, investigador y consejero de la nación de Quendapoa, trató durante años de entrar en contacto con los habitantes de aquella dimensión. Acudiendo a su llamada un grupo de jonudi liderado por Shaen'Tayd'Hanrath se harían presentes en Danrú, su capital.
Los jonudi también habían observado a los hombres durante siglos, pero no habían sido capaces de desarrollar un método para comunicarse con ellos. Su percepción del universo era distinta y carecían de voz, oído o sentidos equiparables a los humanos. Para tratar de comunicarse con ellos fusionaron sus esencias con aquellos que se encontraban ante ellos. Tratar de comunicarse con los hombres como lo hacían entre ellos, pero aquel método se demostraría ineficaz. Pero tras romper el vínculo, parte de la esencia humana permanecía en el interior de los jonudi y, los hombres de Nityl se verían invadidos por un hambre inhumana por llenar aquel hueco que había surgido en su interior. Un ansia que no eran capaces de controlar o saciar. Se habían convertido en los yunraeh: Los devoradores de almas.
En los jonudi también se produciría un cambio. En aquel momento fueron capaces de comprender mejor a aquellos hombres con los que habían establecido su vínculo y las necesidades que se habían despertado en ellos. Gracias a aquella conexión fueron capaces de controlaron sus acciones y mitigar su ansia antes de que comenzasen a herirse. Pero Nityl no era igual que sus hombres; él no era mortal. Había sobrevivido al ataque de los kurbun. Se había impuesto sobre la barbarie que había consumido a la humanidad durante milenios. Había estudiado con sus padres los misterios de que gobernaban los seis planos. Él sería capaz de imponerse sobre aquel hambre, e interpretando el intento de ayuda de Hanrath como un ataque, se resistió contraatacando y consumiendo al jonudi, transformándose con aquel acto en un nuevo ser: Oggalark.
Aterrados por la desaparición de su compañero, los jonudi le atacarían, pero no eran rivales para Oggalark, que los consumiría tomando con ello control sobre los recién nacidos yunraeh.
Pero aquello no era suficiente para él. Los jonudi se habían mostrado como una amenaza formidable. Un enemigo que no podía ser ignorada por más tiempo. A partir de aquel momento todos sus esfuerzos se encaminarían en la destrucción de Nusureh y sus habitantes.
Ante aquella amenaza, gran parte de los jonudi responderían a la agresión con el mismo lenguaje. Su número era limitado y no eran capaces de aumentarlo, pero los hombres eran presas fáciles. Erigiendo cúpulas de oscuridad sólida que engullirían Aldern y Banyaku, Danyala y Hammath, dominando a sus habitantes y comenzando una guerra abierta contra sus agresores.
Aquellos jonudi cuya voz no fue escuchada y abogaban por una solución pacífica, crearían los kalaash, las fortalezas de las estrellas. Allí, ocultos por Daegon de la luz de Sholoj, contemplarían el mundo esperando la ocasión para un nuevo comienzo. En la fortaleza Gar'Dau'Gnat, Dietmann Hotz, kayain hijo de Tarakus, reclutaría a Gada'Umae'Saysh, Nat'Frey'Adane y Taj'Úmer'Lan' para unirse al Kilgar Doreth.

El dominio del Dios Protector se veía amenazado, y animados por lo que podía ser una oportunidad de independencia, los descontentos abrirían un nuevo frente contra Airk. En la ciudad de Rashull se reunirían por primera vez los lideres del, Kinsay Ubami; La alianza de los pueblos libres.

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Arcanus y Rogani

Arcanus y Rogani

La confianza en el Dios Protector menguaba cada día que las cúpulas de los jonudi permanecían sobre las ciudades. El pueblo no había protestado cuando restringiese el acceso a la tecnología o el conocimiento planar. No se le había cuestionado cuando negó su ayuda a los tayshari. Nadie alzó la voz cuando aplastó la oposición de Ranndayr, Dagorel y Kayrunen. Pero aquello parecía superarle y las dudas del pueblo sobre sus capacidad para solventar aquel conflicto no dejaban de crecer. Lo que el pueblo no sabía, era que aquella perdida de eficacia del imperio era la consecuencia de los actos de una única persona.

Rogani era el segundo de Airk, y la mente más brillante de los ailanu. Suyas habían sido las decisiones que habían forjado aquel imperio de estabilidad. Situado siempre en una posición discreta como asesor estratégico y cabeza del consejo científico, se había convertido en el filtro por el que pasaban todas las noticias que llegaban hasta los ojos y oídos de su señor.
Pero llegó el momento en el que se cansó. No de estar en segundo plano, tampoco de la falta de reconocimiento de sus logros. Nunca había necesitado la gloria o los vítores. Pero ya había alcanzado su objetivo máximo y, aún así, se sentía vacío. Se había cansado de las reglas que él mismo había creado para aquel juego que siempre había representado el imperio.
Los jonudi representaban algo nuevo. Un reto, una imprevisto ante la monotonía en la que se había convertido su vida durante milenios. Un nuevo juego que atraía y requería de toda su atención.
De la noche a la mañana desapareció de ojo publico sin que, en un principio, el imperio notase su falta. La estructura que había creado era tan perfecta que la inercia mantuvo los mecanismos estables y en funcionamiento durante varias décadas. Las personas que había dejado al cargo eran competentes, pero necesitaban de un guía. Pero, con el tiempo, otros ansiarían llenar el hueco de poder que había surgido. Las luchas internas y la descentralización de las decisiones terminaría por destruir el “sistema perfecto” de Rogani, pero a él ya no le importaría. Su vida había encontrado un sentido. Un actividad con la que acabar con el tedio. Para aquel entonces ya se encontraba inmerso en el proyecto que llenaría sus días: El juego de los inmortales.

En aquellos días también se comenzaría a escuchar todo tipo de historias sobre un nuevo grupo de individuos. Se decía de ellos que poseían poderes más allá del alcance de los ailanu. Que eran capaces de realizar proezas imposibles, pero que eran humanos, mortales ajenos a la estirpe de Ailan. Se les conocería con el nombre de Arcanos.

De origen humilde, Iorum Arcanus se criaría en la ciudad de Thaysak, capital de la nación isleña de Zel-A. De joven trabajaría en las vajda, las maquinas que potenciaban el acceso de los ailanu a la energía de otros planos. En aquel lugar y de manera autodidacta, su mente única comenzaría a ahondar en en la comprensión de aquellas energías; a ver los errores en los axiomas que se habían establecido como verdades inmutables hasta aquel momento. No tardaría en sería descubierto por Kruanor, uno de sus superiores, que se convertiría en su primer discípulo.
Arcanus alcanzaría la inmortalidad antes de los cincuenta años, y durante varios siglos su mente inquieta desvelaría los secretos del universo. Todos aquellos que le ayudaron y estudiaron bajo su tutela lograrían hacerse con parte de aquel conocimiento, pero ninguno fue capaz de comprenderlo por completo. Muchos tratarían de reclutarle para sus respectivos bandos: el Kilgar Doreth y Rogani, Oggalark o la alianza de los pueblos libres. Incluso el mismo Airk. Pero él no era un maestro ni un soldado. No aspiraba a ser héroe o tirano, salvador o conquistador. El sólo quería comprenderlo todo.
Tras alcanzar la fuente del poder primario, el origen del poder de los mismos dioses, desaparecería. El mundo lo daría por muerto, y su apellido sería convertido por sus alumnos, y los alumnos de estos, en una palabra a respetar, venerar y temer.
Seis milenios después de su desaparición volvería para ocupar su lugar en la historia.

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Ampliando el horizonte

Ampliando el horizonte

El imperio permanecía intacto, pero sólo de nombre. Los señores de las antiguas naciones, ahora provincias, volvían a ostentar el poder absoluto sobre sus territorios. Una vez libres del férreo control de Rogani, los gobernantes comenzarían a diseñar sus propias agendas. Las fuerzas estaban equilibradas, pero nadie se enfrentaba a nadie. La carrera por la independencia y la expansión aún tendría que esperar. Antes de comenzar una nueva guerra, debían terminar la que ya se encontraba en curso. La humanidad aún tenía un enemigo común que la mantenía unida: Los jonudi.
Nuevos domos oscuros se habían erigido sobre Chaindar y Vindaya, Sindagar y Livsay. Las avanzadillas yunraeh se infiltraban y mezclaban por otros países esparciendo su condición como una plaga.

En la ciudad de Edera Airk reunirían a los ailanu inmortales, sus hermanos, aquellos que habían rescatado a la humanidad de sí misma en su peor momento. En aquel lugar sellarían su último acuerdo como aliados e iguales. Allí se darían los primeros pasos para la creación del arma más poderosa creada jamás por el hombre. Un artefacto que les protegería tanto de los jonudi que se encontraban sobre el planeta como de los que les contemplaban desde sus fortalezas en las estrellas. Un anillo que, desde el espacio, rodearía el planeta y rotaría sobre este desde unos ejes situados en ambos polos.
Como medida de protección, los componentes necesarios para activar y controlar el anillo se repartiría entre los sus creadores, y sólo podría funcionar si no había acuerdo entre ellos.
Doscientos años después, el anillo sería finalizado, y se haría visible sobre los cielos de Daegon, escupiendo su fuego sobre los territorios ocupados, destruyendo sus cúpulas y acabando por igual con la vida de jonudi, yunraeh y humanos.
Ante la brutalidad y precisión de aquellos ataques poco pudieron hacer los jonudi que no tardarían en retirarse a Nusureh, dejando sus ciudades desprotegidas y a sus hijos abandonados. El anillo no dejaría de atacar hasta que no quedaron ni las ruinas ni el recuerdo de aquellas ciudades.

Después de aquello la unidad ailanu de disolvería y el anillo se ocultaría de nuevo, volviéndose apenas un recuerdo lejano e inútil. Un capricho desmesurado. Un reto imposible que sólo permanecería en las mentes de aquellos que secretamente habían trabajado en su construcción.

Un nuevo orden mundial comenzaría en aquel momento. Un cambio que, por el momento, sólo estaría presente en la mente de aquellos que lo diseñaban.

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Ciudades en el firmamento

Ciudades en el firmamento

La victoria sobre los jonudi calmaría los ánimos del pueblo, a la par que el “fuego del cielo” serviría para aumentar el control a través del miedo de Airk. Pero la imposibilidad para repetir aquella proeza él solo, permitió al resto de quienes habían participado en la construcción del anillo la tranquilidad y confianza suficiente como para comenzar a construir sus propios modelos de estado.

Para afianzar su control sobre aquellos territorios en los que su dominio no era discutido, y tratando de anticiparse a los posibles movimientos separatistas de sus hermanos, Airk crearía una nueva fuerza religioso-militar, sus inquisidores; los Italerien. Para destacar su posición como Dios protector, construiría dos ciudades volantes sobre los centros geográficos de ambos continentes desde las que gobernaría. Desde Erghendor su presencia se hacía sentir por toda la mitad norte del continente de Nargión. Sentado en el trono de Stergión guiaría el destino de sus dominios sobre el continente de Daegon, que se extenderían desde las costas de Tanhashi, hasta las montañas Thrull.

Al este de estas montañas, el poder se dividiría entre los once grandes protectorados, Grudar, Naragaz, Kayath, Kayuren, Rashull, Najruss, Lyrten, Dagórel, Letnur, Doreth y Jormún.

Por su parte, Nargión se dividiría en los alianza de los estados de Rayhosha, Dagnamar, Torquail, Dayshula, Ranndayr, Kayrunen, Denthelón, Quendapoa y las humeantes ruinas en reconstrucción de Banyakú, Danyala, Hammath, Chaindar, Vindaya, Sindagar y Livsay.

Todo cambiaba para seguir igual. Los distintos señores ailanu no buscaban la guerra entre ellos, sino la libertad para investigar con independencia en ámbitos que no habían sido prioritarios para el poder central. Tan sólo Kayuren, gobernada por Thayranu, uno de los kayain, Dagorel por Shet'Graal, uno de los guardianes y Letnur, regido por Zulkien, de la estirpe de Shem y Nitsalaya rompían la hegemonía ailanu.

Las mentes con más renombre habían sido captadas por Airk con suculentas ofertas, pero había hombres brillantes que comenzarían a hacer notar sus ideas bajo el auspicio de los nuevos mecenas. Nuevos campos de investigación se abrirían a partir de aquel momento.

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Héroes y Mártires

Héroes y Mártires

Bajo el nuevo paradigma, los descubrimientos se sucedían a un ritmo vertiginoso. No había límites para la experimentación, ni control ante los riesgos que esta acarreaba.
Desde Stergión, Airk cada vez miraba con menor frecuencia hacía sus súbditos, y cada vez dirigía su mirada con mayor frecuencia hacia las estrellas.
Durante la construcción del anillo se había despertado en su interior el deseo de explorar que les aguardaba más allá de la superficie de Daegon. De saber que había sido de aquellos que abandonasen su mundo hacía ya tantos milenios.
Para comenzar las investigaciones en este campo se crearía Quesell, la primera estación orbital para la observación espacial. Tras el éxito que supondría los datos obtenidos por el envío de varias sondas automatizadas al espacio profundo, finalmente se mandaría la primera expedición con tripulación humana, la expedición Sartais.

En Quendapoa, Oggalark dirigía su mirada en otra dirección. Cuando entró en contacto por primera vez con los jonudi tuvo acceso a la dimensión en las que estos se habían cobijado; Nusureh. Y, mientras estudiaba aquel lugar, también lograría atisbar una miríada de dimensiones más. Lugares creados como consecuencia de las grietas que comunicaban los distintos planos. En muchas de ellas la vida no podían no podía existir, pero la posibilidad de que otras pudiesen ser habitadas por el hombre, guió sus pasos hacia la investigación del viaje interdimensional y la modificación de la estructura humana para que pudiese adaptarse y sobrevivir bajo unas leyes físicas distintas.
Las primeras tentativas para enviar objetos a otras dimensiones resultaron fracasos. Podían contemplar de manera limitada parte de aquellos lugares, pero había una fuerza infranqueable parecía impedir que nada atravesase la barrera que separaba las realidades. Una fuerza que parecía tener voluntad propia y reaccionaba para contrarrestar cada nuevo método que utilizaban. Se enfrentaban a la barrera que habían erigido los poderes para que el destructor no pudiese atacar a los demás planos.
Ante aquel nuevo reto, las naciones más poderosas del continente de Nargión se unirían para superar las barreras que habían puesto los grandes poderes. Tan solo Kayuren y Dagorel se mostrasen reticentes a aquellos experimentos y todo lo que representaban. Poco a poco las diferencias se volvieron disputas y de ellas terminarían por surgir los primeros conflictos de la nueva era.
La osadía, ambición y curiosidad de los aspirantes a viajeros dimensionales era tal, que comenzaron a experimentar con sus propios cuerpos para prepararse para prepararlos para lo su futuro triunfo. Pero el conflicto no surgiría hasta que comenzaron a aquellos que eran distintos y más poderosos que ellos: los guardianes, los yunraeh y los kayain.
Algunos yunraeh habían adquirido la capacidad de viajar a través de la oscuridad. Los kayain se decía que tenían acceso a las fuentes del poder primario. La capacidad de los guardianes para adaptarse a cualquier adversidad era lo que consideraban que les faltaba para lograr su objetivo.
Se formarían expediciones para buscar los siete picos ya que los guardianes y poder estudiar a los guardianes en su estado durmiente. Los kayain y los yunraeh serían cazados en secreto para su posterior disección y análisis a todos los niveles.
Tras siglos de fracaso sobre la faz del planeta, finalmente los viajeros dimensionales tendrían éxito fuera de éste: Sigma, la plataforma orbital para la investigación planar lograría romper la barrera. En su interior se hallaban Jirmun Lohar en representación de la nación de Dayshula, Igosal Nalús de Kayrunen, Assai Amara de Ranndayr y Namar Tólush de Rayhosha de quienes no se volvería a saber nada en milenios.

Poco después regresarían al planeta la tripulación de la Sartaias con un regalo para sus habitantes; los descendientes de aquellos que habían abandonado aquel planeta tanto tiempo atrás. Daegon tendría a los héroes de Sartais, Nargión a los mártires de Sigma.

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Ocaso de imperios y lluvia de dioses

Ocaso de imperios y lluvia de dioses

Parecía el amanecer de una nueva era de descubrimientos. El horizonte ya no era el límite. Satais había traído noticias de un nuevo mundo: Nivar, y éste sólo sería el primero de muchos mundos aún por conocer como Niel, Síelt, o Nimlur. Pero el sueño no duraría demasiado tiempo.
Se crearon colonias en los nuevos mundos, pero las diferencias culturales, la ambición de unos pocos y superioridad moral de otros no tardarían en provocar fricciones que terminarían por convertirse en conflictos armados. Las colonias comenzaron a desvincularse de sus señores lejanos y a buscar su propia independencia.
La colonización se volvió conquista, y las necesidades de guerra arruinaron los recursos del mundo y sus habitantes.

Mientras tanto, en Daegon, Airk cada vez se alejaba más de lo que le rodeaba. En aquel momento sus interesa se centraba en el proyecto de una tercera ciudad en los cielos: Eladar. Un lugar en el que albergar las maravillas que llegaban desde el espacio. Sería la más grande, más moderna y más hermosa de sus creaciones.
El emplazamiento de esta ciudad sería sobre las montañas Anarath, en península de Letnur. Pero se encontró con la oposición de Zulkien y su pueblo. Para extraer los materiales necesarios para la construcción de la ciudad volante debían crearse nuevas canteras en las montañas que albergaban la megaloplis de Daiyashi. Pero aquello no importaba al Dios protector, e ignorando los intentos de negociación, hubo guerra.
La megalópolis sería arrasada, y toda su población exterminada y convertido en un pueblo maldito y condenado a los que se conocería a partir de entonces por el nombre de su antiguo hogar.

Mientras el sueño de Airk parecían hacerse realidad, en el otro extremo del mundo, los de Oggalark se convertía en su condena. Su ansia por preparar al hombre para sobrevivir en otras realidades, le había llevado a modificar su cuerpo llevándolo hasta extremos que afectaron su visión del mundo. Yo no era humano ni compartía sus necesidades, moralidad o inquietudes.
Sus acciones comenzaron a atemorizar a los suyos, que tratarían de acabar con su vida. Pero ya se encontraba más allá de la definición y el concepto de mortalidad a los que antes había estado vinculado. Finalmente sería encerrado y arrojado en éxtasis al espacio para que se perdiera entre las estrellas.

Pero el conflicto que se estaba llevando más allá de las fronteras de su existencia les afectarían una vez más.
El combate entre los poderes desgarraría las las barreras que separaban las realidades debilitada tras siglos de intentos por parte del hombre por sobrepasarla.
El continente de Nargión desaparecería engullido por aquellas grietas, así como la isla continente de Rayhosha y la antigua península de Letnur. Airk también sería arrastrado junto a su ciudad aún inacabada y tres aspectos de los poderes caerían sobre el mundo. Korian, la doncella carmesí, caería sobre la isla de Mashulanu. Lyzell, la sanadora lo haría, sin recuerdos de su auténtica naturaleza, sobre la provincia de Dowsbad. Zaxis el errante, caería sobre Rayhosha, desapareciendo junto a ella hacia otro plano.

Los miembros del consejo de Airk tratarían de ocultar al pueblo la desaparición su señor, pero la noticia no pudo ser totalmente silenciada y fue todo lo que necesitaba el Kinsai Ubami para renacer y comenzar a planear sus próximos movimientos.

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Orgullo y condena

Orgullo y condena

Korian fue encontrada por las autoridades locales yaciente en el cráter humeante que creó su caída. Estos encargados se hicieron con la custodia de aquel ser. La naturaleza de aquella mujer era un enigma para los médicos pues su fisionomía no era humana, ni similar a nada que hubiesen examinado. Sus máquinas no eran capaces de decirles nada y no sabían si estaban buscando algo que no estaba ahí, o si la escala que utilizaban para tratar de analizarla era insuficiente. Nunca habían estado ante uno de los aspectos físicos de los poderes. Durante semanas permaneció inmóvil e impasible a lo que le rodeaba, adaptándose a aquella nueva forma de existencia. Primero pensaron que era algún tipo de mutación, pero finalmente despertó en presencia de una de las doctoras que la cuidaba, Sunotage Mitsuru. Ella fue la primera que comprendió ante lo que se encontraba y fue el primer receptáculo de su herencia inmortal.

Las noticias de la presencia de un tayshari sobre Daegon se extendieron como la pólvora. Cada pueblo las interpretó de una manera distinta, como un signo afín a su conveniencia. Los aires de revuelta comenzaban a soplar amenazando al descompuesto imperio y aquello era algo que la cúpula ailanu no podía permitir.

Se ordenó a las autoridades de Mashulanu la entrega de aquel ser y este fue el desencadenante final para que el pueblo se sublevase. Korian fue encumbrada como diosa y estandarte de los indefensos y luchó por expulsar a los ailanu de la isla. Durante años convivió con ellos y tuvo un hijo con Ty Sune Kozura, Kizaimón, uno de los soldados más destacados. También compartió su esencia inmortal con otras dos mujeres, Dansai Hirune y Kinsase Sayaka que, junto a Mitsuru, se convirtieron en las herederas de su poder y su voz en aquel mundo.

Pero Korian tuvo que partir. La batalla contra Baal alcanzaba su punto crítico y sus hermanos necesitaban de su ayuda.

Su partida no disminuyó los disturbios, sino que aumentó su leyenda. Todas las naciones proclamaron apariciones de “La nueva Daegon” y se levantaron en armas en su nombre ante aquellos que habían exiliado a los dioses. Las pequeñas naciones se alzaron contra el gran imperio. El Dios Protector ya no estaba y los restos de sus dominios eran un bocado demasiado apetecible como para ser ignorado. La prioridad era el acceso a la tecnología y las fuentes energéticas, la correa con la que les había sujetado el imperio durante tanto tiempo.

Para aumentar el caos, la desaparición del continente provocó un descenso brutal del nivel del mar, causando un desastre ecológico sin precedentes. Se trató de reparar aquella debacle sellando artificialmente las simas marinas que se habían creado, con lo que se consiguió paliar en parte el desastre, pero todo el ecosistema había cambiado.

La sucesión de eventos había sido demasiado rápida como para que se crease un nuevo sistema o reformulase el antiguo. Ante aquella situación, la cúpula ailanu se reunió en Stergión. Necesitaban un nuevo eje a partir del que continuar afianzando su poder y control, una solución final que no pudiese ser replicada por otro. La ejecución de los protocolos de Stergión.
Como primer paso de estos mecanismos se trató de tomar el control total del Anillo, pero no fueron los únicos en acordarse de aquel arma de antaño. La carrera para hacerse con su control fue el desencadenante oficial para declarar una guerra abierta, una en la que todas las fuerzas implicadas se encontraban demasiado equilibradas.

Tras décadas de conflicto, se activó la segunda fase de los protocolos: la destrucción de toda tecnología estuviese fuera de su control. En un ataque que también diezmó a sus fuerzas en el continente, el pulso axiomático que se proyectó desde Stergión logró privar de sus recursos a gran parte de sus rivales, pero no resultó un golpe tan definitivo como se esperaba.

Más allá de aquellos eventos y de las fronteras de aquella realidad, finalmente la batalla contra Baal terminó. Korian y Nigoor arrastraron al enemigo hasta los dominios de Avjaal y allí le encadenaron, condenándose a sí mismos a una eternidad de dolor y tormento como custodios del destructor.

Tras la guerra, algunos de los aspectos físicos de los poderes que habían habitado la realidad material de Daegon regresaron a ella sólo para encontrar una realidad muy cambiada. Su recepción fue entendida y recibida de distintas maneras y, mientras que Kirón,debilitado tras milenios de lucha, fue asesinado por las armas de Stergión cuando se dirigía hasta su antiguo hogar como emisario de la buena nueva, la recepción del resto de sus hermanos fue más amistosa.

La escalada armamentística no paró allí. Se desarrollaron nuevas máquinas y artefactos capaces de acabar con las propias abstracciones. En todas las naciones se ignoró cualquier atisbo de precaución y se investigó toda partícula, radiación o concepto, por más remoto que fuese, que pudiese dales la victoria en aquel conflicto. La misma estructura de la realidad pasó a ser considerada un arma potencial y, esta podría haber llegado a quebrarse, de no haber sido por el irónico sentido de la justicia del azar.

Los engranajes de la mecánica cósmica, en su infinito, movimiento, se alinearon para demostrar a la humanidad que sus esfuerzos por controlarla sólo eran los delirios de un loco. El cambio fue minúsculo, tan pequeño que ni siquiera pudo ser percibido, pero este se plasmó sobre lo que se bautizaría milenios después como la “Partícula primordial”, el axioma sobre el que se habían construido los preceptos de una gran parte del saber humano.
La infinidad de abstracciones que conforman la realidad, ignorantes de las agresiones a las que habían sido sometida o del prolongado conflicto que tenía lugar en su interior, pusieron fin a ambas.
La tecnología, simplemente, dejó de funcionar y, en sus esfuerzos por tratar de controlar lo incontrolable, la humanidad sólo logró empeorar aún más su situación.

Los experimentos que tuvieron lugar en Stergión provocaron que ellos mismos se auto exiliasan a Namak, el hogar de los kurbun. Allí, confinados en uno de los fragmentos del continente desaparecido que había llegado hasta aquel plano, sus vidas inmortales experimentaron el dolor y el sufrimiento de maneras en las que jamás habían imaginado.

Otros, como los habitantes de la isla de Danquol sufrieron una suerte similar. Ellos quedaron atrapados en una dimensión interregna. No llegaron a abandonar este mundo por completo, pero sí que perdieron el acceso hasta él. La grieta inestable creada por sus experimentos daba a una infinidad de lugares y momentos que recorrerían sin rumbo fijo durante los restos de su existencia.

Con aquello condenaron a la humanidad a sumirse lentamente en una nueva era de barbarismo, en una debacle de la que, aunque sea de forma parcial, tardaría mucho en resurgir.

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Cuarta edad

Cuarta edad arcanus

Desterrando el pasado

Desterrando el pasado

Durante toda su existencia sus destinos habían sido guiados por los inmortales, pero los ailanu ya no estaban y los guardianes así como los padres habían desaparecido hacía ya mucho tiempo.

Comenzaría una época convulsa que se prolongaría durante cerca de quince siglos. Una era a la que, más adelante, se conocería como La edad de las guerras, o El milenio negro.
Apenas quedan restos físicos de aquellos tiempos. Textos o construcciones que les sobreviviesen sirviendo a los historiadores para recrear o imaginar los reinos que poblaron el mundo entonces. Esta ausencia de documentación ha llevado a los estudiosos a afirmar que no se creó nada perdurable. Nada que les sobreviviese. Que aquella época fue una constante sucesión de luchas por el poder o las tierras; de conquistadores y conquistados. Pero ese es un pensamiento erróneo. Sería en aquellos días cuando tomasen forma gran parte de las escuelas de pensamiento filosófico y teológico que continúan vigentes en la actualidad.

Sí, las guerras se sucederían, pero las batallas no tendrían lugar únicamente en el plano físico. Había que romper con el pasado. Con los ailanu y su manera de percibir el universo. Con el modelo social que habían creado. Retirarse de los ojos la venda con la que hasta entonces ellos mismos se habían cegado.
Los nuevos hombres miraron a su alrededor y encontraron ante ellos un mundo lleno de posibilidades. Lentamente, un millón de nuevas ideologías irían tomando forma. Innumerables maneras de entender, controlar y convivir con su entorno.

Al mismo tiempo, los poderes volvieron su mirada de nuevo hacia el mundo material. Hasta entonces se habían limitado a contemplarlo como algo a lo que proteger, cuando no como una fuente de aliados en su lucha contra el destructor. Pero la amenaza había pasado, al menos temporalmente, y a su regreso encontraron algo distinto a lo que habían contemplado con anterioridad. Apenas encontraron seres con los que relacionarse como iguales como hicieran antaño. Aquel mundo era un lugar distinto. Había cambiado y se dieron cuenta de que también lo habían hecho ellos.
Durante mucho tiempo contemplaron aquel lugar con nuevos ojos. Lo que sucedía sobre su superficie les resultaba extraño e incomprensible. Como consecuencia de aquella curiosidad y su necesidad por saciarla nacerían nuevos seres. Nuevos aspectos de ellos mismos, nuevos “dioses” que existirían a medio camino entre el nivel conceptual y el material, ayudándoles a comprender aquella nueva realidad. Entes comprensibles para los sentidos y las mentes de los hombres.

Los hombres reaccionarían de distintas maneras ante aquellas criaturas. Unos los recibirían como sus salvadores y otros los rechazarían. Algunos pueblos serían esclavizados por ellos y otros los acogerían como sus hijos y hermanos. Habría quien los ignorase y quien luchasen contra ellos.

Había llegado el momento en el que la humanidad, la nueva humanidad, debía comenzar a madurar. De salir de la sombra de sus mayores y elegir su propio camino. Pero los mecanismos de decisión de los hombres estaban abotargados, entumecidos por la falta de uso. En lugar de tratar de crear un nuevo camino, trataron de emular a sus predecesores repitiendo sus errores.
De esta manera, sus elecciones les conducirían por la senda marcada por el enemigo: La ruta hacia la destrucción y el olvido. Sus elecciones les conduciría hacia su propia condena.

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Iniciando el tercer ciclo

Iniciando el tercer ciclo

El mundo bullía con nuevas ideas. Con una sucesión de descubrimientos que parecía no tener fin. En cada uno de los rincones del continente se daba forma a nuevos conceptos o se redefinían los ya conocidos.
Los nuevos dioses se aparecían en los sueños de aquellos más afines a sus esencias, unos mediante la inspiración, otros mediante el sometimiento. Unos guiando los pasos de sus aliados hacia un ideal común, otros dominando a los sumisos hacia un mundo de indefensión y determinismo.
Como un ciclo que parecía repetirse una y otra vez de manera inexorable, la sombra del destructor comenzaba a cubrir de nuevo el mundo desde su prisión.
Las ideas se tomaban como verdades absolutas. Demasiadas verdades distintas y contrarias. Verdades opuestas condenadas a colisionar. La arrogancia de los portadores de verdades sería el motor de las nuevas guerras y sus ideas la excusa.
Pero aquel mundo, pese a ser más pequeño, no contaba con la comunicación de las anteriores épocas. Los mensajes de los profetas no llegaban más allá de donde alcanzaban sus pies. Ya no había grandes señores, sino pequeños gobernantes con pequeñas ideas, cuyos reinos duraban tanto como sus vidas. Lideres cuyo poder estaba basado en la cantidad de sus ejércitos y no en la convicción en sus palabras.
Los profetas recorrían el mundo esparciendo sus mensajes y negando los de los demás. Tratando de imponer en lugar de exponer. Pocos eran los que lograban que su mensaje perdurase. Las ideologías se propagaban y mutaban adaptándose a la audiencia. Moldeando el mundo mientras eran moldeadas por él. E imitando a sus fieles, los dioses cambiaban buscando su lugar en aquel mundo en perpetuo movimiento.

En aquellos días también surgió un profeta que sería ignorado por sus contemporáneos: Ýlar de Jomsul.
Ýlar era un hombre desplazado. No encajaba en su familia, en su país ni en su tiempo. Por sus venas corría de manera muy diluida la esencia de la tejedora y, sería gracias a esto que fue capaz de ver más allá del tiempo. Compartiendo la condena de su familia, contemplaría el final de todas las cosas: El Gutrukage.
Durante su tiempo en vida trató de advertir a quienes le rodeaban sobre lo que se avecinaba. De impedir los pasos que conducirían a la humanidad hacia su inevitable final. La humanidad, tal como había sido conocida, había muerto en dos ocasiones. Había comenzado el tercer ciclo, y el supo que no habría un cuarto.
Nunca se rindió, pese a saber que no estaba en su mano el evitarlo. Buscando al concilio de los inmortales, tratando de encontrar algún hijo del pacto sin saber como hacerlo, luchando por evitar los momentos cruciales. Fracasando hasta que le llegó la muerte a manos de aquellos que trataba de salvar.
Sólo tras su final comenzarían a propagarse su profecía y su misión. Pero pocos eran aquellos capaces de aceptarla, pues en ella no había salvadores ni esperanza. Tras el final del tercer ciclo no llegaría un nuevo renacimiento de la humanidad. No quedarían dioses ni poderes a los que rezar o temer.
No quedaría nada.

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Crónica de los reinos breves

Crónica de los reinos breves

Durante siglos los pequeños reinos tratarían de imponer su visión sobre la de sus vecinos, pero las fuerzas estaban muy igualadas. Raro era el país cuya existencia se prolongaban más allá de la tercera generación de sus fundadores, sin que se llegasen a crear identidades o culturas propias.
El comercio desapareció casi por completo y las vías que comunicaban el continente serían destruidas por aquellos que temían las invasiones que se encontraban tras sus fronteras, en un vano intento por frenar a los ejércitos enemigos.

Pero no todo serían luchas vanas por el poder. También se alzarían quienes tratasen de unificar de nuevo el continente bajo sus idearios utópicos.
Gente como Tayanu de Dansalón, devoto de Karnrath, que buscaría el establecimiento de una relación de simbiosis y reciprocidad entre los hombres y los aspectos de los poderes.
Gente como Veshiqtoal de Lairenshul, líder de la escuela de pensamientos de los Sailani, quien promulgaría la superioridad intelectual y moral de los hombres sobre la de los dioses.
Hombres como Tyernhöl de Naialtyr y sus compañeros, los discípulos de la orden de Belernath. En sus escrituras se leía una máxima, un mantra que guiaba sus caminos: Desconfía de los inmortales, pues en sus objetivos no eres sino un peón.
Dayr, el emperador filósofo, partiría de su Dagnur natal con poco más que sus ropas. Con el poder de su voz y su convicción conquistaría sin derramamiento de sangre Mondalar, Hoarnrath, Dalaisus y Lyarn. A su muerte sus cinco hijos tratarían de mantener el legado de su padre, pero carecían de su determinación y voluntad, por lo que terminarían siendo asesinados por aquellos en quienes confiaban y habían delegado su poder.
Kirgliath de Orsirea dominaría muchas artes, pintura y poesía, música y escultura. El de la guerra sería aquel en el que menos versado se consideraba y ni siquiera en él tendría rival. En sus conquistas dejaría proyectos de increíble belleza que no llegarían a ser finalizados tras su fallecimiento repentino debido a una enfermedad.

En el lejano éste se encontraría el único imperio que perdura en la actualidad, el de la isla de Mashulan. Como resultado del desposamiento de Betsuteki Sekai Densichi, de la estirpe de Aramato y Mei Xing con Sunotage Mitsuru, guardiana de la esencia inmortal de Korián se daría a luz al imperio. Se unificarían las provincias en permanente conflicto y todos se arrodillarían ante el primer emperador tras la partida de los ailanu.
Durante doscientos años gobernaría trayendo una longeva paz a su pueblo, para terminar siendo asesinado por Yatsukuge, su hijo. Aquel dios emperador loco gobernaría la isla durante casi dos mil años destruyendo todo lo que había construido su padre, y exiliando al continente a la etnia de los shizune y cerrando el acceso a la isla.

Tan abruptamente como comenzase, terminaría esta cuarta edad. El legado que dejase a sus descendientes sería la definición de los axiomas que gobernarían su realidad.
Con las desesperadas hordas bárbaras de Hoark Vanshú Meneter, desde las islas Balein llegaría una fuerza casi imparable que daría su forma definitiva durante mucho tiempo al mundo. Los señores del mar conquistarían todo lo que les aguardaba en el continente, dando comienzo a una nueva era.

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Quinta edad

Quinta edad arcanus

El nuevo imperio

El nuevo imperio

El gran imperio menetiano apenas se prolongaría doscientos años en el tiempo, pero su legado perdura en la actualidad. Irónicamente, así como la memoria de su reinado se conserva grabada en las culturas de todos los países que conforman la mitad occidental del continente, todo lo referente al pasado del pueblo antes de la conquista, se ha ocultado deliberadamente de los libros de historia.

Los libros escritos durante el esplendor del imperio hablaban de superioridad táctica y ejercito disciplinado. De un hombre guiado por los altos ideales de unos dioses ecuánimes. De una patria abandonada con tristeza para propagar la civilización entre los bárbaros continentales. Pero todo esto sólo serían mentiras y promulgadas por Zailas Vohn Meneter, El tardío, noveno emperador (quién cambiaría el “ Vanshú” del nombre familiar por el más regio Vohn) en su intento por justificar y autorizar moralmente su posición ante el pueblo.

La extrema pobreza de sus tierras habían obligado desde siempre a los kaine a buscar su sustento en el exterior de la isla. Así las habitantes de las islas Baleni serían conocidos durante generaciones por sus vecinos como los Aulesh Natu (los señores del mar) piratas, saqueadores y terror de las ciudades costeras. Auspiciados por sus tres deidades; Tankûl señor de la guerra, su esposa Kaina, la dama de los océanos y su hijo Tannmu, dios de la caza, asolarían toda la costa de la isla-continente de Shatterd.
Pero no serías hasta que el caudillo Hoark Vanshú Meneter uniese a los distintos clanes bajo su mando que aquel pueblo entrase con nombre propio en la historia del mundo.
Tras quemar sus aldeas lanzaría su ataque bajo la máxima de “Conquista u olvido, eternidad o muerte, gloria o extinción” Sin un hogar al que regresar, se lanzaría en un asalto suicida contra las naciones del suroeste del continente. Primero caería Dainyaku sin apenas oponer resistencia, a la que seguirían Kainadar, Fannshu, Gombad, Raggayaal, Tagur y Sólendar. En menos de dos años había conquistado toda la costa del sur del continente hasta las montañas Thrull. Pero lejos de arrasarlo todo a su paso, Meneter caía prendado de cada una de las culturas que iba encontrando y su carisma le granjeo la lealtad de los pueblos que conquistaba. Lentamente iría empapándose de ella, moldeando la cultura de su pueblo, enriqueciendo sus mitos, haciéndolos más sofisticados. El rey bárbaro conquistaría la civilización pero, al mismo tiempo, caería rendido ante ella.
Así Tankûl se mezclaría con Arkaus, la deidad guerrera de los Alani de Raggayaal para dar a luz a Tarakus, al igual que Kaina se fundiría con Rinlay para resurgir como Raika, la diosa de la justicia y el comercio.

Con cada nueva conquista sus tropas aumentaban a la par que su ambición. Etera y Dangroth, T'lar y Shayaku, Dirgil y Edarc. Ninguna de las naciones que se hallaban en su camino podía ralentizar su imparable avance ni mucho menos detenerlo. En menos de diez años había conquistado la mitad del continente. El este permanecería a salvo de sus ambiciones, ya que sus naves no eran capaces de superar el estrecho de Panyal en el sur o las simas de Selur en el norte, y no había ningún paso conocido por el que atravesar las cordilleras de las Thrull con un ejército.

Tras la caída de la Amlot “La oscura”, la megalópolis mortuoria y último bastión de los nalsai, comenzaría la construcción de Amlash “La brillante”, la que sería la capital del imperio omnipotente imperio menetiano. Y ante la imposibilidad de expandirse hacia el este, comenzarían las campañas para la conquista de las islas continente de Shatter y Sembia en el oeste, Thurgold en el sur y Norotgard en el norte.
Pero Hoark no vería finalizar la construcción de su capital ni su triunfo en las nuevas campañas. Perecería a los cincuenta y cinco años víctima de una herida mal curada, y sería sucedido en el trono su hijo Ílio, que sería conocido como “El emperador no coronado” ya que moriría un año después de su padre, antes de que todos sus súbditos supieran de de su ascensión.
Ílias, el siguiente en la lista sucesoria, asumiría el trono ante la falta de herederos de su hermano. El tercer emperador sería conocido por el pueblo como “El pío” y gobernaría durante veintiséis años, durante los que continuaría con devoción el camino marcado por su padre.

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Fe y cismas

Fe y cismas

Desde su mismo comienzo, el gobierno de Ílias se centraría en la unificación lingüística del imperio. Se castigaba a aquellos que hablaban sus lenguas nativas en público, mientras se fomentaba la educación de los más jóvenes y maleables. Su objetivo era último era alcanzar una coherencia cultural para todas las provincias, pero sabía que aquel era un objetivo a muy largo plazo y se planteó aquello como un primer paso para alcanzarlo. Su otra gran prioridad sería crear una red de vías que comunicasen toda la extensión de sus dominios: Las tropas se encontraban dispersas en las diversas campañas militares y necesitaba poder contar con ellas con rapidez para sofocar las esporádicas revueltas que asolaban su reino. La adoración a los poderes nunca se había encontrado entre sus intereses, pero esto cambiaría tras conocer a dos de sus contemporáneos.

En la céntrica provincia de Dalaisus, Nostat de Yburq se convertiría en Bayancú “El profeta”. En sus sueños atravesaría el velo que separaba a los hombres de los dioses, contemplando con sus propios ojos a las criaturas que siempre había adorado. Tras varios de aquellos encuentros comenzaría a trascribir su interpretación de aquellas visiones creando el Gudayar, el libro de los dioses: Los primeros textos que trataban de explicar la jerarquía divina y trazar una topología de su reino e historia.
Durante años recorrería el imperio tratando de propagar su visión y “corregir” la manera errónea en la que se les había adorado hasta aquel momento. Sus palabras calarían tan hondo en Quinyadal, gobernador de Tanlar, que éste abandonaría su posición y le acompañaría en un peregrinaje que concluiría en Amlash, ante el mismo emperador.
Ílias no compartiría las creencias de aquellos hombres, pero vería el establecimiento de una religión unificada como una herramienta útil para la consolidación de sus objetivos, por lo que les reconocería como los máximos representantes de los dioses sobre el mundo, sólo por debajo de su persona.
Quindayal se quedaría en la capital, convirtiéndose en el Primer Gran Teogonista de la Iglesia Tayshari, dirigiendo la construcción de la catedral que tendría su mismo nombre, y seleccionaría y educando a los sumos sacerdotes de las distintas deidades. Por su parte Bayancú continuaría recorriendo el imperio acompañado por los lexíteos, los iniciados de la nueva iglesia, esparciendo la palabra que le había sido legada y convirtiendo a quienes estaban equivocados.

Pero aquella decisión no sería bien recibida por todo el mundo. El culto a sus dioses era algo que no había impuesto el imperio hasta aquel momento y la autoridad como guías espiritual de los sacerdotes de las religiones establecidas jamás se había puesto en duda.
Esto, junto al escaso éxito en las campañas militares en los distintos frentes que permanecían abiertos provocaron que parte del pueblo obtuviese la imagen de que el emperador se preocupaba más por los asuntos teológicos que de los mundanos.

Pocos años después del establecimiento de la iglesia en el imperio otros hombres comenzarían a tener visiones del mundo divino, pero las interpretarían de una manera distinta. En poco tiempo surgirían diversos cismas a raíz de las interpretaciones que realizarían aquellos hombres de sus experiencias.
A ojos del emperador, todas aquellas interpretaciones se le hacían muy similares y, ante la posibilidad de conflictos religiosos, optaría por dar cabida en su imperio a todos aquellos que no se desviasen excesivamente de su idea de la iglesia.

Así el imperio se vería dividido por una docena de interpretaciones de las mismas mitologías. La que mayor aceptación tendría sólo superada por la iglesia central, sería la del profeta Lurdanai el sur, quién negaba la locura de la diosa Lerián. Tras ella sólo el cisma Maldriani, que aceptaba el culto a Malander como parte de su dogma, se expandiría por más de una provincia, siendo seguido en Gombad, Raggayaal y T'lar.

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Condenados a vivir

Condenados a vivir

Tras la muerte a los cuarenta y dos años de Ílias, su hijo Ílio segundo “El Breve” ascendería al trono del imperio, donde sólo permanecería durante un año. Nadie más en la línea sucesoria volvería a utilizar aquel nombre que se consideró maldito. A los once años, y sucediendo a su padre, Pilo “El emperador niño” heredaría el gobierno de la nación. Serían él y sus contemporáneos los primeros en sufrir las consecuencias del encierro de Destructor por parte de Ytahc y los poderes.

En aquellos días comenzaría a nacer una nueva estirpe de inmortales. Hijos de los hombres impregnados de la esencia de Baal que comenzaba a filtrarse hasta el nivel material de la realidad. Seres para los que la mera existencia implicaba dolor, un dolor con el que no podían terminar por su mano. Al igual que el Destructor, estaban vinculados al tiempo y la vida. Al igual que su padre, no desaparecerían hasta que aquellas fuerzas a las que estaban conectados desapareciesen.
Los hombres, así como los elementos, nada podían hacer ya fuese para ayudarlos o para acabar con su sufrimiento. Muchos enloquecerían pero, los no tan afortunados estarían condenados a una vida eterna tormento.

Llamados por los restos de la esencia incorrupta de su padre que habitaba en aquellos hombres y mujeres, los kurbun tratarían de regresar a Daegon. Durante siglos habían vagado dispersos como parte del orden cósmico, pero aquellas nuevas criaturas les devolverían el recuerdo de su razón de ser primigenia, arrastrándolos hasta la prisión del padre al que habían repudiado. A su regreso no serían capaces de afectar directamente el los hombres, incapaces de atravesar la barrera que habían erigido los poderes, pero su presencia se haría tan intensa que lograría llegar hasta las mentes de aquellos más receptivos.
Una vez más aparecerían por todo el mundo profetas con nuevas interpretaciones de las antiguas señales. Algunos repetirían las palabras y el mensajes de Ýlar de Jomsul pero, al igual que la primera vez que fuesen pronunciadas, volverían a ser ignoradas, pero también nacería una nueva escuela de pensamiento que se propagaría como una plaga. Una escuela surgida de la desesperación de los desfavorecidos y la interpretación errónea de los signos: Los adeptos del Tanrakûl, el momento de decisorio. Aquellos que seguían esta senda anunciaban la llegada de una gran prueba, de un día en el que los dioses destruirían el universo.
El mundo era imperfecto, un intento fallido. Debía ser destruido para que los dioses pudiesen creado de nuevo. Sólo aquellos que aceptasen aquella misión, ayudando a sus señores, serían dignos del nuevo mundo perfecto. Ellos serían los últimos en morir y los primeros en renacer.

Los adeptos venerarían a los nuevos inmortales como heraldos de las deidades del Tanrakûl. Los kurbun serían bautizados por la humanidad y los enemigos invisibles del hombre, atraídos por la promesa de un festín, se aprovecharían de la confusión reinante para infiltrarse entre su ganado. Al contrario que los hijos de Baal, ellos que sí que estaban movidos por deseos y necesidades. Objetivos contrarios al fin último de los kurbun; con el fin de la existencia ellos también desaparecerían, por lo que se encontraban en una posición de difícil equilibrio entre saciar sus deseos y evitar la culminación de la misión de los destructores.

En todo el imperio, y más allá de sus fronteras, comenzaría a escucharse entre las sobras los nombres de Haesh y Taraqu, muerte silenciosa y dominador, Yr'Laan e Yrkay, señor de las plagas y maestro del dolor, Koroktomoj y Matektokoal, sangre y fuego, Jarletuktal y Dustukan, devorador y vacío, Shaduktukumal y Kushund, padre de los gusanos y fuente de bestias. A los ojos de la iglesia tayshari todos eran lo mismo y todos serían combatidos y exterminados antes de que sus credos profundizasen en el pueblo. Apoyados en su misión primero por Daila, madre del emperador y más adelante por Pilo, los sacerdotes ganarían cada vez mas poder dentro de los estamentos del imperio, pasando a tener una amplia representación tanto en la corte como en cada una de las distintas provincias.

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Orden y trascendencia

Orden y trascendencia

Pilo Vanshú Meneter moriría a la edad de cuarenta y cinco años. Su legado la posteridad incluiría la reconstrucción de cuarta encarnación de la ciudad de Aldern, el descubrimiento de la isla de Palsar o la fundación de las ordenes de los Lexíteos y los Señores de las espadas dentro de la iglesia tayshari, que responderían ante él en lugar de hacerlo ante el Gran teogonista. Pero nada de esto lograría que el pueblo lo considerase “el Emperador niño”.
Su tercer hijo Amrón, heredaría el trono tras una breve contienda con sus hermanos Ríndelar y Ortalac, convirtiéndose en el sexto emperador. Su reinado sería uno de constantes contradicciones, así sería conocido tanto por el sobrenombre de “El fratricida” como por el de “El ilustrado”, “El loco” o “El domador de mitos”

Sería durante su mandato que aparecerían suspendidas en el firmamento Daegon, sobre sus mares y continentes, nueve islas flotantes.

Aquellos fragmentos de tierra pertenecían a los territorios que desaparecieron junto al continente de Nargión milenios atrás. Durante todo aquel tiempo habían permanecido en el hogar de los señores del orden, donde no existía materia alguna.
Allí comenzaría una confrontación de realidades opuestas: La naturaleza cambiante y adaptable de los hombres contra el estatismo la estabilidad y reinantes en su nuevo hogar. Finalmente aquel conflicto terminaría en un nuevo orden de las cosas a medio camino entre ambos.
La materia y la existencia humana prevalecerían, recreando las elementos que necesitaba para su supervivencia, pero condicionadas por su entorno.
El resultado sería un hábitat híbrido. Un lugar en el que en el que los ciclos estacionales eran exactos, la duración de los días y las noches no venían determinados por un sol o la rotación de los mundos y todas las masas de tierra compartían una misma climatología.
La comunicación entre los continentes y las islas eran imposibles, ya que no había un mar que los comunicase. Las máquinas ya no funcionaban y aquellos con conocimientos científicos y arcanos descubrirían que las leyes que creían que gobernaban el universo no eran validas en aquel lugar.
Los hombres tampoco permanecerían inalterados en aquel lugar. Aquellos que se encontraban en lugares poco habitados o con escasos recursos se extinguirían antes de que el cambio pudiese consolidarse. Sólo unos pocos de aquellos condenados a la desaparición tendían la voluntad como para imponerse a su fatídico destino. Así nacerían tres nuevos grupos de hombres. En la isla de Dayanlau, quince hombres evolucionarían para convertirse en los kiranu. En Dalayath tan sólo cinco sobrevivirían a la desaparición de su pueblo, convirtiéndose en los talen. Por último, los últimos supervivientes de nueve islas trascenderían su forma humana su forma simultáneamente, abandonando todo vestigio y memoria de su existencia anterior y fundiéndose con la tierra en la que habían nacido para convertirse en los/él Kesari: Un ser inmaterial en busca del lugar en el que encontrar la armonía completa. Las islas de Koromatek, Latlatea, Tokumal, Merêterith, Yarag´Tan, Ânaleth, Quenerath, Turgás´Tal y Keselen abandonarían sus ubicaciones para alcanzar la conjunción que formaría un todo formado por nueve partes iguales.
Desde su mismo nacimiento los/él Kesari rastrearía todos los niveles de existencia buscando su lugar dentro del conjunto del universo fragmentado. Tras muchos siglos aquella búsqueda les llevaría de regreso a su lugar de partida; Daegon, arrastrando a su vuelta las islas que les completaban.
Pero aquellos fragmentos de tierra también habían sido alteradas hasta su misma esencia. Formaban parte del plano antagónico de aquel que las había originado. Así que, como repelidas de su padre, flotarían sobre este incapaces de entrar en contacto con él.

Intrigado y obsesionado por aquellas islas, Amrón dedicaría todos los recursos de los que disponía en su conquista. Sus ejércitos abandonaría los infructuosos intentos de conquista que llevaban consumiendo las arcas imperiales durante más de tres cuartos de siglo y el destinaría gran parte del dinero que pagaba a las tropas para que los eruditos buscasen un medio para llevar a cabo su nuevo objetivo.
Así, buscando entre las leyendas del continente, los estudiosos darían con el mito de los Laisar, los nómadas del viento y los shaygan, las colosales criaturas volantes conocidas como los creadores de valles.
La búsqueda de aquellas criaturas vaciaría de nuevo las arcas menetianas, y la obsesión del emperador por aquellas criaturas míticas no haría sino ampliar su fama de demente. Las leyendas hablaban de la extinción de aquellos seres durante los tiempos míticos y los escépticos decían que jamás habían existido. Pero Amrón demostraría que todos se equivocaban.
Enterrado bajo las llanuras heladas de Tanraqull encontrarían a Kilgyr. En el mar interno de Jorgh se descubriría que una de sus islas era en realidad otro de ellos; Najash. Finalmente, se descubriría que uno de los picos de las cordilleras del Himlayar era en realidad Dolgur.
El imperio disponía en aquel momento de una fuerza que no había interferido en la historia de la humanidad durante milenios: Los último supervivientes de las razas de la primera edad, la que pasaría a conocerse en los libros como “La edad de legendaria”

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Abandono y alzamiento

Abandono y alzamiento

Tras alcanzar las islas celestiales y contemplar sus dominios desde las alturas, la percepción que Amrón tenía del mundo cambiaría y, tras cuestionarse su lugar en él, daría un nuevo rumbo a su vida. Así, el emperador de los muchos nombres sería conocido también por uno más: “El desaparecido” Abandonándolo todo y a todos, partiría hacia el éste, hacia las tierras que jamás pisarían sus antepasados.
Ante la súbita desaparición del emperador, su hijo de ocho años, Danyal, ascendería al trono. Con Zaila, su hermana melliza, y Zailas, su único tío vivo, como consejeros, su carácter sombrío le granjearía el sobrenombre de “El oscuro”
Lleno de odio hacia su desaparecido padre, Danyal ordenaría la destrucción de todo cuanto este había construido y amado. Sólo la intercesión de Zailas lograría que los que esta orden no fuese ejecutada en su totalidad. Los shaygan y quienes los montaban, aquellos más cercanos al desaparecido padre del emperador, serían exiliados fuera de las fronteras del imperio.
Danyal moriría a los veintitrés años sin haber creado nada. Oculto siempre en la corte, jamás saldría se dejaría ver por el pueblo después de su ascensión. Tendría que ser su hermana quién hablase en su nombre y sufriese las repercusiones de sus decisiones.

Desde que fuese mortalmente herido durante la edad legendaria, Devas, hijo de Ytahc, había vagado agonizante por el cosmos con la esperanza de morir en el seno de su padre. En su último momento, y aún lejos de su objetivo, su esencia se disgregaría por todos los rincones de la creación y una fracción de su ser llegaría hasta Daegon. Allí, en el lugar donde aterrizase aquel fragmento de poder primario, sería encontrado por Janyali, caudillo de los Harst y de su unión nacería un nuevo ser; Sipskriel, El heraldo del nuevo orden y avatar del cambio.
Sacerdote, guerrero y líder, promulgaría por los territorios de la costa suroeste del continente su mensaje: El poder es algo cambiante y no tiene dueño más allá de aquel capaz de mantenerlo.

Tras la muerte de su hermano, Zaila le sucedería, asumiendo de hecho un puesto que ya estaba ostentando de facto. De mente despierta y carácter inquieto, Zaila “La emperatriz”, se vería obligada a abandonar sus intereses para gobernar con mano dura ante los tiempos complicados que le tocaría vivir. Su reinado apenas se prolongaría durante una década antes de perecer víctima de la misma enfermedad que acabase con su hermano.
Ante la falta de descendientes por parte de los mellizos, su tío Zailas finalmente llegaría al trono. Superado por la situación y la creciente influencia que iba ganando Sipskriel, trataría de reescribir la historia de los Meneter y, por añadidura, de la conquista del continente, en un intento por rivalizar y mermar el carisma del enemigo.
Alentados por los vientos de cambio, no sólo los jefes tribales se rebelarían, sino que también algunos de los gobernadores y generales menetianos comenzarían a planificar sus propios objetivos.
Pero aún no había llegado el momento y Sipskriel era era un rival demasiado peligroso como para dejar que ganase más poder, por lo que toda la maquinaria militar del imperio se dedicó a acabar con su insurgencia.
Durante el sitio de la fortaleza de Rahún, el heraldo del cambio sería asesinado por Daigas Minshall, el único superviviente de un grupo infiltrado menetiano. Pero la esencia inmortal de Devas sobreviviría y sería recogida por Daigas, creando a un nuevo Sipskriel, un nuevo avatar para un nuevo orden.
Todo tipos de noticias se esparcirían sobre el asedio de Rahún por todo el imperio. Sobre su muerte y su regreso. Rumores sobre su inmortalidad y susurros en las callejuelas hablando de una maldición sobre la estirpe reinante.
Zailas “El tardío”, noveno emperador de Menetia perecería a los cincuenta y cinco años de edad. Sería sucedido en el trono de Amlash por su hijo Wailun, quién pasaría a la historia bajo el sobrenombre de “El último emperador”

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El legado de los Enrali

El legado de los Enrali

Alentado por las historias sobre el destino, el beneplácito, bendición y misión divina y la grandeza de sus antepasados, el gobierno de Wailun estaría plagado de cambios. El nuevo emperador tenía muchos planes. Sueños de conquista y expansión, deseos de gloria y trascendencia. Él llevaría al imperio más allá de donde ninguno de sus ancestros había sido capaz.
En sus sueños había contemplado a los dioses e interpretó aquellas visiones como una señal. Sabía que ellos estaban de su lado.
Los cambios comenzarían con el traslado de la capital imperial desde la norteña Amlash hasta la ciudad fortaleza de Sunrarth, en la provincia sureña de Meddlan.
Durante las expediciones comandadas por su tío Amrón, los exploradores habían encontrado varios pasos a través de las montañas Zorak situados en aquellos territorios. El camino hacia el este, inaccesible durante tanto tiempo, por fin había sido hallado. Lo desconocido le esperaba más allá de las montañas y estaba deseoso de partir a su encuentro.

Las tierras que los mitos decían pobladas por monstruos de toda índole se descubrieron como similares a las que ya conocían. La primera cultura con la que se encontrarían sería la de las naciones nómadas de los zulera. Un pueblo al que consideraban casi primitivo, adoradores de unas deidades incomprensibles para los menetianos y consideradas como peligrosas por su emperador. Tribus de cazadores, una presa fácil que apenas opondría resistencia ante la superioridad militar del imperio.

Tras someter con facilidad a los zulera, las tropas de Wailun seguirían el curso del río Triad, que les conduciría hasta la primera construcción que dejaba entrever vestigios de civilización más allá de las montañas, el puente de Taygur. Aquella construcción formaba parte del “Camino de Pangú“, la vía adoquinada que unía las ciudades de los maleri.
El primer encuentro con aquella nueva cultura se llevaría a cabo en la ciudad de Hirth de una manera civilizada, pero las diferencias no tardarían en surgir. Las dificultades para comunicarse y hacerse entender se unirían a las ínfulas de superioridad cultural, espiritual y moral por ambos lados acabarían desatando el conflicto.
Hirth caería, y le seguirían Dalmag y Jimral. Nada parecía ser capaz de frenar la imparable misión divina del emperador por rescatar de la barbarie a quienes no habían tenido la fortuna de crecer bajo el protector ala del imperio.
Su fama no tardaría en extenderse por los territorios cercanos y por primera vez en siglos se comenzaría a mencionar al este de las montañas el pacto de Áractur.

Tras la desaparición de los ailanu, el este del continente no escaparía al caos que se apoderaría de todo el mundo, ni de las guerras que lo asolarían. Pero en aquel lado del mundo la paz no vendría de las manos de un conquistador, sino de la de quince iluminados, los Enrali.
Cada uno de aquellos hombres residiría en las llamadas “ciudades interiores”, ciudades-palacio-fortaleza de los ailanu horadadas en el interior de las montañas. Aprovechando grietas naturales y cascadas que descendían por su interior desde los glaciares que culminaban sus cimas, crearían materiales capaces de generar luz de manera autónoma y plataformas que uniesen las abismales simas que parecían llegar hasta el mismo corazón del mundo.
Los Enrali, separados entre sí por miles de kilómetros, durante sus sueños entrarían en contacto al mismo tiempo con la esencia de Ytahc, a quien llamarían Arcthuran, el señor de las profundidades. Inspirados por aquellas visiones comenzarían a esparcir un nuevo mensaje, una nueva manera de entender el mundo que sería escuchada por los desfavorecidos que se alzarían en armas contra los señores que los usaban como peones en sus juegos de poder.
Sería en aquellos días que se crearía un pacto de hermandad entre todos los que luchasen por acabar con las guerras. Una alianza ante quien tratase de imponerse sobre sobre sus iguales.
Pero el tiempo pasaría, y el ideal desaparecería. Las siguientes generaciones de sacerdotes de Arcthuran se centrarían en sus más cercanos, cuando no se volvían directamente burócratas al servicio de señores de la guerra.
La que un día se llamase Trollellom “La gran nación” apenas era recordada por quienes la habitaban. Sólo era el nombre por el que se conocían a las quince ciudades estado en las que naciesen los visionarios. La nación había muerto, fragmentado en cientos de pequeños reinos que preferían olvidar el legado de los Enrali. Pero todo aquello estaba a punto de cambiar.

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El nacimiento de “El golpeador”

El nacimiento de “El golpeador”

Pese a lo preocupante de las noticias sobre el avances de las tropas menetianas, los reinos que permanecían en la distancia permanecían a la expectativa. El equilibrio de poder era algo demasiado frágil como para realizar planes o alianzas precipitadas. Tendrían que ser los actos de un sólo hombre lo que les forzase a tomar una decisión.
De manera cíclica, la esencia de Ytahc generaba una nueva especie que se filtraba desde su imaginario hasta el nivel físico de existencia.
Sería en aquellos días que Gognaal, uno de los kurbun, se haría presente en los sueños del señor del cambio, comprometiendo con su sola presencia la naturaleza de la criatura que sería enviada a Daegon. La lucha que se llevaría a cabo por la custodia e influencia sobre el propósito de aquel nuevo ser se propagaría más allá de las fronteras de lo onírico.
Dairus Gaedern miembro de los Randayr los “señores de las montañas” devotos de Arcthuran asignados a la defensa de las ciudades interiores, sería afectado por aquel conflicto, siendo arrastrada su forma física hasta el mundo de los sueños. Allí, imbuido por las esencias del sueño y el cambio, ayudaría a su señor en su lucha contra Gognaal. Durante aquella batalla, pese a que su señor triunfaría, el cuerpo de Dairus sería destruido incapaz de contener las energías que se le habían otorgado. Pero, antes de que su esencia regresase a las fuentes de la vida, Ytahc la imbuiría en un nuevo armazón inmortal y lo devolvería al mundo material vinculado a la esencia de Calathil, el primero de los nacidos de la nueva espacie, los shamlae. Aquel día nacería Darus “El golpeador”, “El dos veces nacido”, “El libertador”, “El inmortal”.
Ambos surgirían de entre los picos de las montañas Zorak, sobre la ciudad de Beretear. Confundido con su nueva existencia Darus, que conservaría los recuerdos de su antigua vida, recorrería su antiguo hogar volando erguido sobre la espalda de Calarhil.
Su vagar les llevaría hasta la ciudad de Tanlay mientras estaba siendo sometida al asedio de la tropas de Wailun. Su sola presencia sembraría el caos en el campamento atacante. Sin saber con certera si permanecía en un sueño o había regresado al mundo real, Darus atacaría a los menetianos desbandando sus filas.
Enfurecido por aquella denigrante derrota, el emperador recompondría sus tropas y partirían en pos de quien consideraba que había humillado a él y a los suyos, pero encontrarían en los antiguos hogares de los Erlani era inexpugnable para las tácticas militares convencionales. Tras dos años de infructuoso asedio de Beretear, desmoralizado y diezmado, el ejercito de Wailun regresaría a Menetia en busca de refuerzos, sólo para encontrar que durante su campaña el imperio había cambiado mucho.
Aquellos que llevaban años esperando su ocasión se habían levantado aprovechándose de la prolongada ausencia para cortar los lazos con el poder central. Los impuestos ya no llenaban sus arcas y aquellos que debían defenderlo no eran recompensados en su labor.
A su regreso el emperador se encontraría con Elender Kygorn, Dakensey Embdern y Luden Braendish, los tres últimos generales leales al imperio, defendiendo la capital y a la familia imperial. Pero el emperador no quería escuchar las palabras de prudencia de sus generales y sólo deseaba retomar la campaña militar.
Apenas unos meses después del regreso de Wailun, las tropas del Trollellom se presentarían a las puertas de Sunrath.
Durante el asedio de Beretear muchos de sus habitantes habían muerto. Amigos de Dairus y eruditos respetados por el resto de los dirigentes de “La gran nación” Aquellas acciones no podían quedar sin castigo. El enemigo común y la presencia de un nuevo “mensajero” enviado por el señor de las profundidades, había unido de nuevo a sus seguidores que lo seguirían en una expedición de castigo, una misión que dejase un mensaje clarificador.
La vida de Wailun terminaría a manos de un iracundo Darus con la complicidad de sus tres generales. Con él moriría el gran imperio menetiano. Rannael, su hijo, heredaría tan solo los despojos que pudieron defender los pocos leales al imperio convirtiéndose en “El emperador sin reino”. Los tres generales renegados unirían los territorios que habían reservado como sus dominios fundando Bra'En'Kyg. El mundo, tal y como había sido conocido tras la edad de las guerras, volvería a fragmentarse dando a luz a una nueva era.
Para los occidentales, el este representaba un lugar terrorífico e inaccesible. Una única nación gobernada por un señor inmortal. Una terrorífica bestia durmiente que no convenía despertar. Pero estarían muy equivocados.
Tras el impulso inicial, la unión de los pueblos del este volvería a disolverse. Darus era inmortal, pero no dejaba de ser un hombre. Su presencia era poderosa y muchos le temían y respetaban. Lo llamaban Gomo Rúnderak “El señor de todos” pero su deseo nunca había sido el de gobernar. Aceptaría su nueva posición abrumado por la necesidad que el pueblo tenía de una figura unificadora y sufriría en aquella posición hasta su desaparición dos milenios después.
El oeste continuaría cambiando, pero la estructura básica que ha llegado hasta nuestros días es muy similar de la que se forjaría en aquellos días.

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La enciclopedia del tiempo

La enciclopedia del tiempo
Establecida en el año -719 del Calendario Mecbarino, y pese a su posterior expansión hacia todas las áreas del conocimiento, la función inicial para la que se creó La Orden de Los Cronistas de Baern fue la de documentar, ratificar o desmentir los eventos que conforman el folclore de las distintas naciones, así como el tratar de ubicarlos en un marco temporal concreto.
De esta labor surgió la creación de la “Enciclopedia del tiempo”, cuyo contenido es aceptado por los estudiosos de gran parte de las naciones del Daegon occidental como la historia “oficial” de la humanidad.
De cualquier manera, esta enciclopedia dista mucho de estar terminada y se encuentra sometida a una constante revisión, ya sea en pequeños matices o en la completa reescritura de secciones completas. Según se van recabando nuevos datos o se haya una información que se demuestra más veraz, esta se ve plasmada en la enciclopedia.
Pese a recibir constantes presiones provenientes de múltiples y diversas fuentes, tanto los cronistas como su obra tratan de ser agnósticos y neutrales. Tanto en lo teológico como en lo referente a los diferentes nacionalismos, la posición de La Orden siempre tener una posición objetiva. Es por esto que, con frecuencia, se les achaca un exceso de desapego y aridez en sus textos.
Tampoco son raras la recriminación y los ataques acusándoles de una supuesta parcialidad anti-teológica. Sus conclusiones con todo lo relacionado con al temática de lo conceptual siempre son escrutadas y criticadas de manera minuciosa por gran parte de los estamentos religiosos.
A continuación se dispone de un resumen de los textos contenidos en sus tomos.
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La edad mitológica

La edad mitológica
La edad del mundo (y, por añadidura, del universo), así como el momento del surgimiento del hombre y la razón de su existencia, continúan siendo tres de los grandes misterios aún por desvelar.
Pese a que se han llenado cientos de volúmenes sobre estas cuestiones, a partir de las escasas y poco fiables fuentes que se conservan de la antigüedad, apenas se pueden extraer datos objetivos (al tratarse principalmente de los textos sagrados, tratados teológicos de los distintos credos, o de ensayos filosóficos).

La Orden trata de responder a estas preguntas mediante la ciencia y el rigor, bien retomando trabajos legados por los estudiosos que les precedieron, como pueda ser Escriptas Milenariese (el estudio de la edad geológico del mundo) que, aún estando lejos de aportar datos concluyentes, atribuye a Daegon una edad que podría oscilar entre cinco y doce millones de años (previos a la implantación generalizada del calendario mecbarino).
Según este mismo estudio, la aparición del hombre tal y como es en la actualidad se estima, aproximadamente, en unos diez mil años (igualmente previos a la fecha de inicio del calendario).
Asimismo, los diversos estudios antropológicos llevados a cabo arrojan resultados similares en cuanto a la edad del hombre. Estos mismos estudios, por otro lado, han llegado a la conclusión de que el hombre de la antigüedad no era como el actual. A lo largo de su historia ha sufrido cambios, no sólo atribuibles enteramente al entorno en el que vivía. Si este cambio a sido a mejor, y pese a que todo parece indicar que no ha sido así, es algo continua siendo ampliamente debatido.

Pero hay preguntas para las que la ciencia no tiene respuesta. No al menos con las herramientas de las que dispone en la actualidad.
Si bien es innegable la existencia de lo que se ha llegado a denominar como “entidades conceptuales” o “lo etéreo”, y su interrelación con la humanidad se encuentra también fuera de toda duda, sus naturalezas y ámbitos de acción difieren en gran medida de la del hombre. Asimismo, nunca se han logrado obtener pruebas fehacientes sobre una participación voluntaria o consciente (hablando de una consciencia en términos humanos) de estas entidades en la creación del universo.
Por más que el hombre ha tratado de establecer relaciones con ellos como si fueran sus similares (al menos al nivel de la comprensión de su propia existencia) las fuerzas primarias como puedan ser La vida, La muerte o El tiempo jamás han dado señales de compartir tal vínculo.
Por otro lado, la ciencia sí que ha logrado demostrar un cierto nivel de compatibilidad entre seres en un nivel de existencia intermedio entre lo material y lo conceptual, como puedan ser los Jonudi, Kayain, Kurbun o Mayane Undalath. De cualquier manera, este simple dato no es suficiente como para validar según qué afirmaciones. Aquellos que proclaman que la humanidad posee un parentesco más cercano a lo conceptual que el resto de los seres vivos sólo disponen de especulaciones carentes de cualquier rigor.

Dada la naturaleza de estas preguntas, y la imposibilidad de la ciencia para responderlas, han sido la filosofía en primer lugar, y la religión aprovechándose de algunas de sus elucubraciones, quienes han tratado de hacerse cargo de esta tarea.
Las diferentes escuelas filosóficas han tratado de esclarecer esta relación a lo largo de la historia, pero jamás se ha llegado a un consenso, estando la discusión centrada en dos grandes grupos.

Por un lado, las escuelas denominadas como “humano-centristas”, hablan sobre un único progenitor para el universo y, por ende, la humanidad. Según estas doctrinas, el “Todo” proviene del “Uno”. De un único antecesor, ya sean las figuras mitológicas de “La madre” engendradora de la vida o “El forjador” creador de mundos. Los nombres y el género cambian, pero no por ello lo hace su concepto de base.
Según los preceptos de esta línea de pensamiento, La humanidad habría sido engendrada para custodiar la creación.
En una línea algo divergente y más extremas, Vilhem Sarstat (Iraka, Bra'Em'Kyg -823,-769) proclamaba que el “Uno” fue el primer ser vivo, una entidad humana y hermafrodita que construyó el universo para alojar a su descendencia; la humanidad. Mientras que los discípulos de Jana Silmar (Górjost, Sembia -1115, -1079) afirmaban que la humanidad fue primero y que fue esta quien creó el universo y sus conceptos.

Por por otro, las escuelas nihilistas afirman que no existe un plan. Ni para el universo ni para al humanidad. Somos lo que somos por una suma de accidentes fortuitos. No estamos más emparentados con la misma fuente de la vida que lo que puede estarlo un grano de arena. Nuestra existencia carece de una razón de ser, más allá de la que se busca cada uno.

A pesar de la carencia de datos objetivos sobre la naturaleza de la mujer y el hombre de antaño y, a tenor de las obras que se han conservado, podemos extraer sin ningún género de dudas que, en aquella época, la humanidad llegó hasta unas cotas de conocimiento, poder y longevidad que no han logrado ser igualadas con posterioridad.
Si nació ya con estas características y conocimiento o si fue desarrollada con el paso del tiempo, es algo sobre lo que tampoco hay datos exactos. Así como parte de sus edificaciones sí que han perdurado hasta la actualidad, no lo ha hecho su saber.
Pocos textos se conservan de aquellos tiempos. Textos escritos en leguas ya extintas en los que apenas se haya datos muy fragmentados sobre su historia o su ciencia.
Gracias a las accesos a la biblioteca infinita se han logrado datos adicionales, sobretodo de manera visual, sobre sus diversas culturas. Pero estos datos siempre parciales, complejos de interpretar y costosos de obtener.

Carecemos pues de datos como para afirmar que antes hubo algo, si somos hijos del “Forjador de mundos” (ya sea llamado este Ytahc, Avjaal, Evyal, Gáldaim, Aramato, Tayshar, o cualquier otro nombre que se le haya podido dar a lo largo de la historia) o de “La Madre” (llámese esta Layga, Sakuradai, Lerián, Raika o Shayka).
Mientras tanto, y ateniéndonos a los hechos, nada parece contradecir a quienes lo atribuyen todo al azar.
Sea como fuere, casualidad o destino, azar o planificación, somos quienes somos. Este es también un hecho innegable.
Mientras tanto. Mientras tratamos de resolver estos misterios, nuestra labor es la de documentar quienes somos y hemos sido para que quienes nos sucedan no necesiten responder estas mismas preguntas.

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La edad dorada

La edad dorada
Poco se conoce sobre los inicios la humanidad. Si buscamos los restos más antiguos que se conservan atribuidos a los primeros hombres, estos serían los que se encuentran entre los cimientos del palacio de Sangar en Tarnaq. Todos los indicios parecen apuntar a que formaban parte de la ciudad de Iskara, capital de Ranndayr durante la época anterior al imperio ailanu. Su edad se ha datado aproximadamente en nueve mil años antes del inicio del calendario.

A partir de este dato ciertamente impreciso (y siendo muy aventurados, cuando no directamente temerarios, en las asunciones realizadas para esta cronológica) ciertas ramas de quienes han estudiado la historia llegaron a proclamar que la humanidad, desde el momento de su surgimiento, pudo tardar un milenio en alcanzar su apogeo.
Pese a la falta de rigor de estos estudios y ante la carencia de cualquier otro tipo de dato más revelador, esta es la cifra (totalmente arbitraria) que se ha aceptado comúnmente para datar la edad del hombre.

Una vez formulada esta puntualización, trataremos dar una progresión cronológica concreta a los sucesos que sucedieron a este evento.

-10000: Aparecen los primeros hombres y comienzan a moldear el mundo según sus deseos y necesidades.

Todo parece indicar que la cantidad y variedad de etnias en aquel tiempo era mucho menor a la actual. Pese a que, en ocasiones, se suele hacer referencia a los miembros de las primeras familias como “tribus”, esta expresión es poco afortunada. Si bien es cierto que, por necesidad, debieron ser nómadas en origen, su estructura social difería enormemente de esta apreciación, mientras que su conocimiento y comprensión del universo era mucho mayor de los que ha vuelto a poseer la humanidad en cualquier edad posterior.
Más allá de los elementos puramente sociales y culturales, el tiempo no hacía mella en sus cuerpos o sus mentes, su visión alcanzaba más allá de las barreras que separan las realidades y su imaginación era capaz de concebir, crear y superar lo imposible.
A todos los efectos, podríamos asumir que eran lo que, más adelante, se ha venido a llamar dioses. Un concepto cuasi primario capaz de enlazar y servir de puente entre lo material y lo difuso.

Tras alcanzar cada una de las primeras familias las ubicaciones que consideran idóneas, fundan reinos grandes reinos que se extiende a lo largo del continente. Edifican ciudades que se funden con las profundidades del mundo y se elevan por encima de las montañas. Construyen máquinas capaces de albergar y controlar la energía del mismo sol. Conquistan tierra, mar y cielo para, a continuación, aventurarse más allá de las estrellas, donde conquistan y moldean nuevos mundos.
Pero, sobre todas estas maravillas que son capaces de crear, por encima de todas esas construcciones y proezas imposibles, hay una creación jamás superada o igualada. La herramienta que les permitió llevar a cabo todas esas hazañas. Esta no es otra que el libro perdido escrito por la estirpe de Ailán y Neima: El Naludah Avanyali; los escritos en los que se describen los preceptos para el análisis, la comprensión y el control de la energía planar, así como su manipulación.
Esta colección de ensayos científicos son utilizados con frecuencia como argumento para explicar o justificar el avance y poder de la humanidad durante su edad de mayor esplendor.
A los ailanu se les conoció entonces como los Adar Gielanu; los reyes eruditos.

-9100: Una vez que la humanidad ha afirmado su lugar en la existencia, se produce el advenimiento de unas criaturas ajenas a esta realidad. A estos entes se les ha dado muchos nombres: Kansay (el legado de los cielos), Tayshari, poderes primarios o dioses.

Alrededor de este evento también se ha escrito y debatido de manera abundante, diversa y, en ocasiones, contradictoria con lo que se sabe ha ciencia cierta. Algunas de las escuelas filosóficas surgidas de a raíz de la llegada de los poderes primarios aún perduran en la actualidad.

Si nos atenemos a la escasa información que se puede extraer de los textos de la época, lo únicos datos objetivos que se pueden extraer son que, en un inicio, su presencia apenas es percibida por los habitantes de Daegon. Esto no tardaría en cambiar ya que, poco a poco, su misma presencia alteraba las leyes y axiomas que gobernaban nuestra realidad.
La humanidad se vio divida en su relación con estos extraños entre quienes los acogieron de buen grado y quienes los tomaron como presagio de un gran mal y pidieron su expulsión.
Tras largos debates, la posición de los primeros resulta vencedora.

Si atendemos a las diversas interpretaciones que hacen sobre estos eventos las cuatro escuelas de pensamiento más extendidas, estas serían:

Escuela Silmariana:
El hombre, tratando de dar sentido a lo que le rodea, moldeó la realidad de acuerdo a su aún infantil y limitada comprensión. Como consecuencia de este acto, el de otorgar características “humanas” a todos los aspectos de la existencia, daría a luz a los grandes poderes.

Escuela Shemica (Shem Ilgur (Dilgota, Shemellom -632,-561))
Los poderes son formas de vida procedentes de otro nivel de existencia. Por alguna razón aún por descubrir (siendo la teoría más comúnmente aceptada la huida de una guerra en su hogar) llegaron a Daegon.
Tras llegar a un acuerdo con los primeros hombres, se les cedieron diversas ubicaciones que se adecuaban a sus necesidades y naturalezas. Estos lugares terminarían por convertirse en los centros de poder de esta realidad.
Como pago a este acuerdo, los poderes compartirían su conocimiento con la humanidad.
Según esta línea de pensamiento, los poderes son más viejos que el tiempo, o su existencia transcurre a una velocidad diferente a la nuestra. Poseerían también un conocimiento más profundo de los axiomas, leyes y mecanismos que gobiernan la realidad.

Escuela Olrica (Dayus Olrig (Raereth, Saliria -715,-660))
El nacimiento de la humanidad se remota a varios millones de años. Existió una primera estirpe de mujeres y hombres inmortales que, a lo largo de su larga vida, lograron alcanzan la comprensión absoluta de la realidad y trascienden más allá de sus formas físicas, convirtiéndose en seres de energía primaria dedicados a la custodia del el bienestar de sus descendientes.

Escuela Vilhémica
Los poderes primarios crearon a la humanidad y siempre han cuidado y tratado de comunicarse con ella, pero ésta comunicación no fue posible hasta que el hombre no evolucionó lo suficiente como para ser capaz de percibirlos. Al llegar a ese nivel de madurez esotérica y comprensión de la realidad le fue revelado este vínculo.

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La edad de los cambios

La edad de los cambios
La presencia de los poderes provocó una serie de cambios en los preceptos que gobernaban la realidad que afectaron a todo aquello que existía en su interior. Mientras esta se reformulaba a su alrededor, el conocimiento del hombre se veía forzada a adaptarse a cada nueva alteración del paradigma previamente establecido.
Las razones que hacían funcionar sus máquinas cambiaban constantemente haciendo que estas fallasen. Mientras tanto, los reyes eruditos se veían forzados a reescribir sus códices científicos ante cada nuevo cambio en los principios físicos y conceptuales que regían el universo.

Las últimas teorías formuladas alrededor de las llamadas poderes primarios (entre los que también incluiríamos al mismo Destructor y sus huestes) parecen apunta a que, si bien no tienen una relación directa con el nacimiento de la humanidad, sí que han podido demostrar un cierto interés en ella en momentos concretos y puntuales de la historia.
Estos mismos estudios aventuran que los kayain podrían haber sido la materialización física de esa curiosidad y, quizás, un intento de alcanzar un estado de comprensión, interacción y empatía por parte de alguno de ellos.

-8814: Se produce el primer contacto directo de la humanidad con los nuevos conceptos a través del advenimiento de Ilyos, más adelante conocido también como Málander, el primero de los kayain. Su llegada se produce en la ciudad de Olmug (situada en la ubicación de la actual Jorgh) capital de la nación de Rintay.
La humanidad se divide en su apreciación sobre estas criaturas entre quienes los ven como un nuevo estado que alcanzar y quienes muestran recelo y un cierto temor ante su existencia y su razón de estar aquí.
Con el trascurrir de los siglos se continúa produciendo la llegada de nuevas criaturas en distintos lugares del mundo, cada una de ellas única y diferente tanto en forma como en capacidades e intereses, pero a todos se les cataloga como kayain.
En total se calcula que su número no supera la veintena, pero existen sospechas de que puede haber más de ellos con forma humana que no se hayan dado a conocer como tales.
El poder crudo de estas criaturas supera con creces el de la humanidad, aunque existe un cierto equilibrio de fuerzas y capacidades si se tiene en cuenta la ciencia y tecnología humanas. Es por esto que se llevan a cabo acusaciones de sabotaje y de un ataque velado debido a los cambios que se producen en este campo.

-6833: Una vez consolidada la nueva realidad y los principios que la gobiernan, y pese a no contar con el beneplácito de todas las naciones con los términos del mismo, se plasma de manera oficial un acuerdo de alianza entre la humanidad y los nuevos conceptos, así como las condiciones de esta coalición.
La relación, comprensión y percepción que poseen los kayain con la misma estructura del nuevo universo se complementa de una manera perfecta con la inventiva y capacidad de creación humanas. Gracias a la colaboración entre todas las partes, la humanidad se encamina hacia una segunda edad dorada.

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El gran cataclismo

El gran cataclismo
-5752: Se produce la primera de una serie de catástrofes que, nuevamente, cambian de manera irremediable y drástica los axiomas que igen el funcionamiento de este universo. El séptimo día del cuarto lukata de aracthur, la península de Murath se eleva por los aires para, a continuación, explotar provocando la destrucción de todo cuanto se encuentra a varios cientos de kilómetros a su alrededor.
Los palabras recogidas de quienes afirman haber presenciado y sobrevivido a tal evento, afirman que se pudo ver una mano gigante etérea separando la roca del resto del continente para luego cerrar su puño y aplastarla en el aire.

Una nueva entidad entró en contacto con nuestra realidad. Por las consecuencias de su llegada no tardó en ser conocido bajo muchos nombre. Algunos de ellos neutrales como pueda ser Sakuradai, la tejedora o Ancorbod, el destino, otros no tan halagüeños como pueden ser Avjaal, el final de toda existencia, o aquel cuyo nombre se utilizaría con mayor frecuencia y temor, pasando a convertirse en su principal apelativo: Baal, el destructor. Las repercusiones de aquella colisión axiomática aún perduran entre nosotros.

Ya sea tiempo, muerte o destrucción, debido a su cercanía la humanidad paso a convivir con un nuevo estado hasta entonces desconocido pasa su no-finito ciclo vital; el de la agonía que precede al final. Ligado a este nuevo factor, su longevidad comenzó a menguar con cada nueva generación. Condenados a unas vidas más breves, sus capacidades para investigar, descubrir, imaginar, comprender y crear también se vieron mermadas. El conocimiento puro sólo perduraba en los más ancianos, pero estos también comenzaron a morir.
Más allá de los alteraciones a nivel conceptual, el hombre también comenzó a cambiar. Su aspecto y características tanto físicas como culturales se vieron modificadas en cada uno de sus grandes emplazamientos. De estos cambios nacieron nuevas lenguas y construcciones sociales.

Pero no sólo la humanidad padeció la llegada del Destructor, ya que el mismo mundo se vio sacudido por su advenimiento. La misma estructura de la realidad padeció un estremecimiento tal que la llevó hasta un estado cercana al colapso. Una situación critica que envió ondas de choque a todos los niveles de existencia.
El gran continente primigenio vio transformada su línea costera y su orografía interna al verse dividido en dos. Cientos de ciudades y millones de vidas fueron arrasadas por los desastres naturales que provocaron esta convulsión.
Se perdió el contacto con las colonias establecidas en otros mundos. La órbita de Lutnatar se alejó del Daegon alterando con ello el curso de los océanos y sus mareas. Incluso la luz y el calor provenientes de Sholoj se vieron afectadas.
También se hicieron presentes por primera vez, o quizás fueron dados a luz como consecuencia de esta colisión de axiomas, nuevas criaturas cuya existencia había permanecido en el anonimato; los dragún adai y los kurbun.

De nuevo nos encontramos ante un evento, el de la fragmentación del continente y la mortalidad del hombre, con múltiples interpretaciones.

Si atendemos a un compendio de algunas de las diversas interpretaciones puramente teológicas el orden de los acontecimientos sería:

Los poderes llegan hasta Dargon huyendo de quien ha destruido su realidad originaria.
El “Forjador de mundos” (el/los dioses antiguos) despierta de su prolongado letargo afectado por los cambios que se están produciendo sobre su creación. La presencia de los nuevos poderes (nuevos credos) así como la influencia que comienzan a ejercer sobre el mundo y sus hijos no son de su agrado.
Se produce un conflicto a escala divina: Ytahc / Adai / Avjaal ataca a los Tayshari al tomarlos por heraldos de un enemigo al que aguarda desde el comienzo de los tiempos; El Destructor. Despiertan por primera vez a los guardianes durmientes, los Dragún Adai, para que luchen contra los avatares de su enemigo, los kayain, en el plano material.

Debido a la intensidad de los combates, el gran continente que era Daegon se ve fragmentado en dos grandes masas continentales y miles de islas de diversos tamaños. Ajenos a las consecuencias de sus actos, los dioses continúan con su disputa hasta que el fragor de la batalla mengua y son capaces de hallar una manera de comunicarse.

Pero la destrucción que han causado durante su contienda a atraído al verdadero enemigo, y El Destructor llega junto a sus huestes de kurbun dispuestos a esparcir su semilla de muerte y ruina.

Sin haber sido demostrado o desmentido aún si se trató de un evento independiente o relacionado con el origen, naturaleza o intención de los poderes, se sabe que los kayain abandonaron al plano material.
Alrededor de esta acción también se han escrito cientos de estudios, aunque todos ellos se podrían reducir en dos teorías:
Los poderes volviendo a formar parte la materia conceptual de la que habían partido para darle consistencia y evitar el colapso.

Los poderes huyen, como ya habían hecho anteriormente, ante la presencia del enemigo.

Sea como fuere, ante la ausencia de los primeros, el apelativo de kayain pasó a ser utilizado para denominar a las criaturas híbridas que nacieron de la unión de estos con la humanidad.

A nivel filosófico y metafísico se ha especulado con un modelo conceptual en el que las realidades vagan a la deriva por el infinito, creando nuevos universos como consecuencia de sus choques fortuitos. Quizás la misma vida en su inicio podría haber sido causada por una de estas colisiones.

Si bien se ha demostrado que, en origen, la entidad o cúmulo de dicotomías llamado Baal y sus “huestes” (cuyas lejana contemplación sobre nuestro nivel de existencia toma la forma de enfermedades físicas y mentales, desastres naturales, miedo, dolor o decrepitud) carecía de intencionalidad, no es menos cierto que esta carencia de “objetivo” haya hecho menos dañina su cercanía.
Aquellos que defienden una humanidad primigenia carente de defectos también achacan a estos entes la llegada del odio, la corrupción o la crueldad, todo lo que sería “el mal” dentro del hombre, pero estas afirmaciones carecen de cualquier rigor o validez formal.

Asimismo, también se ha especulado con la procedencia de los Dragún Adai, a quienes se les ha postulado como un mecanismo de defensa del propio mundo.

Como consecuencia de todo esto, la humanidad perdió mucho durante el gran cataclismo pero fue capaz de sobrevivir a él y persistir. El contacto directo con los conceptos puros se desvaneció pero no así el deseo de comunicarse con ellos. Con este objetivo nació lo que terminaría por convertirse en la primera religión organizada; el culto a Evyal.
La humanidad, que siempre se había considerado como la más elevada de las criaturas había encontrado a su superior; la muerte.

arcanus

El imperio ailanu

El imperio ailanu
Tras la debacle provocada por el cataclismo, la humanidad se fragmentó como nunca antes lo había estado.
En esta época de desconcierto, no se alcanzó una nueva era de estabilidad hasta la llegada del llamado “Imperio ailanu”, pero esta estabilidad no estuvo exenta de conflictos.
Si bien están documentados gran parte de los eventos que poblaron su larga historia de más de dos milenios, no están igual de claros los motivos que llevaron a los ailanu, hasta aquel momento gente de ciencia sin aparente interés por el poder político, a embarcarse en una campaña militar que les llevaría hasta la conquista y sometimiento del resto de naciones.

Héroes o villanos, salvadores o tiranos, quienes han centrado sus estudios en la historia del imperio no han logrado alcanzar un consenso acerca de ellos. La carencia de un contexto cultural de referencia remotamente parecido a aquel en el que basarse, así como la amplia disparidad de criterios y acercamientos utilizados, apenas han sido capaces de aportar evidencias válidas para decantarse por unos y otros apelativos.
La existencia de diversos estudios cuyo objetivo parece ir más encaminado hacia la especulación sobre lo qué podría haber sido de la humanidad de no haber existido Airk, o en buscar motivos ulteriores a sus acciones, han condicionado en gran medida a aquellos que les siguieron y la percepción que actualmente poseemos de aquella época.

Si hemos de hacer caso a la especulación bajo la forma de reconstrucción/ficción histórica de dramaturgos, escritores o poetas como puedan ser Davos Jirah (Silias, Menetia -667,-625) en su obra “Airk o el auge y caída del primer gran imperio”, la motivación vendría dada por una mezcla de inmovilismo y soberbia.

La gran mayoría de los padres de la humanidad habían perecido y sus descendientes carecían del sentimiento de hermandad de estos.
Las vías de comunicación habían sido destruidas a casi todos los niveles y la ciencia que sostenía las grandes ciudades ya no era válida. La supervivencia, algo que, hasta aquellos días, se había dado por supuesto, se convirtió en lo prioritario. El descenso hacia la barbarie acechaba.

Ante esta situación, Airk junto a los denominados hijo de Ailán y Neima, los ailanu, decidió tomar el control de la situación.
La nación de Torquall no había resultado exenta de daños durante el gran desastre, pero se encontraba en una ubicación en la que los cambios axiomáticos habían sido menores. Desde allí, las mentes más brillantes que quedaban de entre aquellos que aún poseían la capacidad de comprender y adaptarse al cambiante funcionamiento del universo, iniciaron en intento de reconstrucción del mundo.
Tras más de dos siglos de aislamiento autoimpuesto y, una vez capaces de controlar lo ingobernable, comenzaron a redescubrir el mundo en el que vivían.

Antaño, como los reyes eruditos, habían asumido el papel guías en la sombra, consejeros de reyes, orquestando desde el anonimato el ascenso del hombre, pero en aquel nuevo mundo ese papel ya no era efectivo.
La ausencia de una figura unificadora fuerte, como fueran los padres, había convertido a la humanidad en una suma de individualidades. La semilla siempre había estado ahí, pero no habían sido capaces de verla hasta que había crecido más allá de su control. Las nuevas figuras de autoridad no sólo no requerían de sus consejos, sino que tampoco los atendían cuando les eran dados.
La humanidad había logrado algo más que evitar la barbarie sin necesidad de su ayuda, había evolucionado de una manera inesperada. En una dirección equivocada según la manera de concebirlo de los ailanu. Habían tomado una senda que se desviaba de su gran plan. Las alianzas que la humanidad había forjado con los kayain y los dragún adai les habían desviado del camino correcto.

Ante aquel escenario los reyes eruditos decidieron abandonar el papel de secundarios que habían tenido antaño para asumir el de guías. Si sus consejos no eran escuchados de buena manera, se convertirían en órdenes que sus hijos deberían acatar.
Esta curso de acción decidido no fue respaldado por todos los ailanu. Los métodos propuestos para detener la fragmentación de la humanidad provocaron, a su vez, un gran cisma que fragmentó sus propias filas. Aquellos que se negaron a aceptar la conquista y la fuerza como método para obtener sus objetivos decidieron abandonar el mismo apelativo de ailanu por el que siempre se habían referido a ellos para pasar a ser conocidos como los neimani,

Otros pensadores como Niela Dafir (Ton Kaheru, Trollellom -524,-469) achacan esta iniciativa a razones tan mundanas como puedan ser la decepción y la venganza.
Los kayain habían traído al Destructor hasta Daegon para luego desaparecer. No contentos con esto, sus nombres eran venerados y la humanidad había construido catedrales en su honor.
El conocimiento había sido sustituido por la fe, el saber por la creencia. Su posición había sido ocupada por aquellos que habían causado su casi total aniquilación.
Según esta línea de argumentación, las nuevas generaciones habían decepcionado a sus mayores, habían corrompido su legado y se habían aliado con el enemigo. No eran merecedores de regir o decidir el destino del mundo.

Lo que sí que parece indiscutible es que, ante la casi total desaparición los primeros hombres y mujeres, las nuevas generaciones mortales escogieron un camino que los separaba de la senda escogida por sus predecesores. Se baraja también la posibilidad de que hubiesen llegado a olvidar su misma procedencia.
El mundo había necesitado ser reconstruido casi desde sus cimientos. Según transcurría el tiempo la frecuencia de los desastres que se continuaban produciendo aumentaba, mientras que su impacto y escala eran menores y la humanidad había aprendido a tratar con ellos.

Las decisiones que había tomado la joven humanidad, ya sea sólo parcialmente o e su totalidad, no coincidían con los designios de los más beligerantes de entre los padres supervivientes. Estos trataron de devolver al mundo a su antiguo estado de esplendor, pero esta era una tarea a todas luces imposible. Los medios para tratar de alcanzar este objetivo provocaron, a su vez, una fragmentación entre sus filas.

Ciñéndonos a los datos cronológicos, la fundación del Imperio ailanu tuvo lugar con la proclamación de Airk como gobernante.

-4983: Airk se proclama dios protector de Daegon. Los ailanu dan inicio a sus planes de conquista.
Su escasez numérica y el freno que supone la oposición de las naciones neimani de Ranndayr, Dagorel y Kayrunen apenas ralentiza su avance imparable.

-4964: En menos de veinte años el continente de Nargión ya se encuentra bajo su control.

-4948: Finaliza la conquista y anexión del continente de Daegon que se ha prolongado a lo largo de otros quince años. La nación de Rashull es la última en caer.
En el nuevo imperio se prohíbe la adoración a cualquier entidad o fuerza a la que se pretenda situar por encima del hombre.
Todos los ciudadanos reconocidos por el imperio pasan a ser denominados ailanu sin distinción de sus etnias de origen.
Aquellos kayain y dragún adai que no oficializan su lealtad hacia el imperio son cazados y recluidos.

-4901: Se crea el Alaís Dajir (Ministerio del Conocimiento) cuya misión es la de reconstruir el Naludah Avanyali.

La facilidad con la que los ailanu se hicieron con el control de ambos continentes siempre ha provocado bastantes dudas acerca de la naturaleza pacífica que se les atribuía en origen, generando múltiples preguntas que, a día de hoy, permanecen sin respuesta.
De la misma manera, se hace muy complicado el concebir un único gobernante capaz de dominar absolutamente todo el mundo (más aún uno cuyas masas continentales duplicaban el actual).
¿Realmente llegaron a tener un férreo control sobre todo el mundo, o sólo tomaron control de aquellas naciones que les podían suponer una amenaza real?
¿Era la de la guerra una ciencia que también habían estudiado los ailanu?
¿Estuvieron las edades anteriores a la llegada del destructor pobladas también por conflictos bélicos?
¿El control que ejercías los primeros hombres y mujeres sobre su descendencia estaba basado en la fuerza?
¿Habían compartido todo su conocimiento con el resto de la humanidad, o siempre habían guardado para ellos mismos las armas que les asegurarían el control global?

Asimismo, se dice que la captura y reclusión de las especies no humanas sólo es una excusa para poder analizarlas, estudiarlas y diseccionarlas con más detenimiento e impunidad.

-4767: El imperio proclama la muerte de los tayshari a manos del Destructor. Esta afirmación lleva a su vez una verdad implícita que ni siquiera los ailanu pueden negar: La muerte es una fuerza que no puede ser negada. Pese a no se una creencia permitido formalmente en el imperio, el culto a Evyal no es perseguido.

-4626: Se construyen dispositivos para tratar de establecer contacto de nuevo con las colonias en otros mundo.
Se lanza al espacio cercano de Daegon la estación orbital Quesell.

-4550: Se descubre la existencia de un nuevo conjunto de entidades con características similares a las de los tayshari. Gracias a este descubrimiento, se profundiza en el conocimiento de los distintos aspectos de la oscuridad primaria. Estos aspectos reciben los nombres de Shayka, Hargos, Yrgassh, Cleafen y Galeass que, en eras posteriores, recibirán el estatus de divinidades.

-4549: Nityl, gobernador de la provincia imperial de Quedapoa, descubre junto a los miembros del Alaís Dajir la existencia de una dimensión intermedia entre planos (Plano material de Daegin y la Oscuridad Primaria), Nusureh y establece contacto con una nueva forma de vida que allí habita; un estado de existencia híbrido entre un concepto primario y un estado de consciencia vagamente similar al humano que bautizará con el nombre de jonudi.

-4539: Se realiza el primero intento de comunicación con los jonudi. El experimento no sólo resulta infructuoso, sino que causa la entrada de estas entidades en nuestro nivel de existencia y el nacimiento de una nueva entidad híbrida entre lo humano y lo jonudi; los yunraeh.
Quendapoa queda aislada en un estado de cuarentena.

-4525: Surge el primer domo jonudi en nuestra realidad emergiendo en la ciudad de Aldern y absorbiendo gran parte de su extensión. En meses sucesivos sucede lo mismo en Banyaku, Danyala y Hammath.
Se aíslan las ciudades y sus alrededores y se declara un estado de excepción.

-4500: El control de las provincias de Naragaz, Kayuren y Rashull le es arrebatado al imperio. Los edificios de gobiernos son tomados a la fuerza por un nuevo grupo, el Kinsay Ubami; La alianza de los pueblos libres.

-4499: Zulkien toma el control de la megalópolis de Daiyashi, situada sobre el monte Anarath en la provincia de Letnur, y se une al Kinsai Ubami.
Elementos clave del Alaís Dajir como Elís Maidar o Kenzo Iemazu rompen su alianza con el Imperio.

La figura y el surgimiento del Kinsai Ubami ha sido discutida de manera profusa por los historiadores.
¿Nació como movimiento organizado, o se trató de una confluencia casual de factores?
Parece claro que poseían agentes dentro de los estamentos militares y científicos de las naciones que se sublevaron, así como que aprovecharon la situación de desconcierto causada por la aparición de los jonudi para realizar su movimiento.
Asimismo, el hecho de no sucumbir de inmediato a los intentos de recuperación de las provincias parece indicar que sus simpatías no terminaban en los territorios en los que se mostraron abiertamente.
El nombre que adoptaron y la figura romántica que simboliza han provocado acalorados debates entre quienes los consideran una invención poética y quienes defienden su autenticidad.
Por otro lado, la escasa y deficiente información que ha perdurado sobre los grandes líderes e ideólogos de la alianza y artífices de la primera victoria; Thayranu, Guíldern, Dorf, Rendagar, Saiteken y Zulkien, han ayudado en gran medida a acrecentar su estatus de seres cuasi-míticos.
Pese a que no se conoce sobre ellos etnia, linaje o género, se les atribuyen textos y gestas de diversa índole. Se les llama los arquitectos del mundo moderno cuando, hasta donde se ha podido averiguar, a ojos de la historia sólo son una colección de nombres carentes casi de cualquier contexto personal más allá del Kinsai Ubami.
No se sabe con seguridad si los nombres por los que se les referencia les fueron otorgados por sus progenitores, si se trataba de seudónimos o si los usaban para honrar a alguno de sus predecesores. Ni siquiera se sabe a ciencia cierta si estos nombres fueron ostentados por una o por varias personas diferentes.
Por el amplio lapso del tiempo en el que se ubican las actuaciones de algunos de sus miembros, se ha especulado sobre esta última escenario, así como también se ha valorado la posibilidad de que perteneciesen a los padres o se tratase de alguna de las hibridaciones de estos con los conceptos.
Por último, también se hace referencia al descubrimiento de una “nueva ciencia” por su parte que podría haber anulado a la del imperio. Se ha llegado a hablar de ellos como los descubridores del arcanismo, pese a que todo parece indicar que este conocimiento no se llegaría a desarrollar hasta varios siglos después.

-4471: Nuevos domos jonudi surgen en Chaindar, Vindaya, Sindagar y Livsay.

-4467: Se formaliza una alianza entre el Kinsay Ubami y el imperio plasmada en el Pacto de Salaq.

Se ha especulado mucho sobre esta “paz”. La teoría mayormente aceptada hace referencia a una simple tregua ante la omnipresente e impredecible amenaza de los jonudi.
Se acepta que, de facto, existía una guerra entre la humanidad y Nusureh, aunque esta no habría sido una guerra convencional, al no existir un ejercito invasor como tal.
No hay documentados batallas entre ambas fuerzas. No al menos en el plano físico, pero sí que hay sospechas sobre la existencia de agentes infiltrados de los yunraeh en distintas instancias del poder político.
Asimismo, y de manera un tanto contradictoria, durante esta época de conflicto se construyeron las edificaciones más icónicas, tanto arquitectónica como tecnológica y estéticamente, del imperio.

-4447: Finalizan las obras de la ciudad de Edera.

-4435: Rendagar y Saiteken mueren en un atentado en la ciudad de Daiyashi.

-4214: Se documenta el uso por primera vez del concepto “arcano” o “arcanismo”. La primera persona a la que se aplica estos apelativos es a Inari Dwann. Poco más se sabe de esta mujer. Se especula con que puede tratarse de la primera estudiosa y practicante de la la llamada “ciencia arcana” pese a que las lagunas al respecto de este hecho son notables.

-4123: Situada originariamente sobre Torquail, Erghendor, la primera de las ciudades volantes imperiales, alza el vuelo.

-4115: El imperio cambia la sede de su capital a Erghendor.

-4087: Situada originariamente sobre Hammath, Stergión, la segunda de las ciudades volantes imperiales, alza el vuelo.
Comienza la construcción de la tercera de ellas, Eladar, en Letnur.

Se ha teorizado y debatido ampliamente sobre la función que se dio a ambas ciudades. La posibilidad de que también cumplieran un cometido como fortalezas móviles para transportar ejércitos o armamento pesado no se ha descartado.
De cualquier manera, por los restos que quedan de su primera encarnación en la Stergión actual, esta función militar parece poco probable.

-4052: La ciudad de Thaysak es arrasada por una fuerza desconocida. Se lanzan acusaciones cruzadas entre el imperio y el Kinsai Ubami afirmando que la aniquilación es el resultado de pruebas realizadas durante el desarrollo de nuevas armas en la zona.

-4032: Rayos venidos desde el cielo aniquilan los domos jonudi de Aldern, Banyaku, Vindaya, Sindagar y Livsay.

-4031: Los domos de Danyala, Hammath y Chaindar son destruidos por los mismos medios. En ambos ataques no queda nada vivo en la zona, ya sea humano o yunraeh.
Los domos, pese a estar dañados, permanecen en sus ubicaciones. Nada se sabe del destino de los jonudi que habitan en su interior.
Ninguno de los dos grandes bloques de poder se hace responsable de la autoría de estos ataques.
Comienzan a oírse voces que afirman que esos rayos provenían de los tayshari.

-4022: Los domos de Banyaku, Chaindar, Vindaya, Sindagar y Livsay se desvanecen hasta desaparecer de este plano.

-4015: Nityl confirma la existencia de otros planos y la posibilidad de que estos puedan ser accedidos por entidades procedentes del plano material. Se sospecha que en ellos podrían existir vida inteligente con una consciencia similar a la humana.

-3993: La nación de Quendapoa comienza a construir dispositivos para tratar de llegar hasta otros planos.

-3981: Comandada por la capitán neimani Velis Irkant, la nave Sartais parte desde Dawsbad en un viaje en el que pretende llegar hasta las colonias perdidas localizadas por Quesell.

-3980: Las provincias imperiales de Danyala, Hammath, Ésendal y Nusur se convierten en protectorados del Kinsai Ubami.

-3945: En un esfuerzo conjunto de las provincias imperiales de Nargión, se lanza la estación orbital Sigma.

-3850: Sigma logra romper la barrera que separa los planos y desaparece para no regresar jamás.

-3845: Se funda la orden religioso/militar de los Italerien. Su fundador y primer líder, Orgus Imstar, los define como los “defensores del bien común y lo correcto”. El apelativo que reciben por parte de los reinos no imperiales es el de inquisidores.

-3836: El imperio crea la primera especie viva diseñada en un laboratorio; los yann.

-3791: Las obras de Eladar provocan fricciones con los habitantes de la ciudad de Daiyashi. Las excavaciones para extraer minerales para la tercera ciudad volantes ponen en riesgo la integridad de la megalópolis.

-3760: Daiyashi es destruida aniquilando a todos sus habitantes.
Pese a que el Imperio no reconoce su participación en este evento, el Kinsay Ubami declara roto el Pacto de Salaq.

-3759: El continente de Nargión desaparece junto a la isla de Rayhosha y la antigua provincia peninsular de Letnur. Esta desaparición provoca nuevas consecuencias desastrosas a nivel planetario.
De la masa continental de Daegon se desprenden grandes porciones de terreno que forman las islas conocidas actualmente como Shatterd, Thurgold, Sembia, Norotgard y Mashlan.

Se ha tratado de buscar una relación causa efecto en los eventos sucedidos tras el descubrimiento de otros planos pero, de nuevo, el amplio lapso de tiempo que los separa quita verosimilitud a estas teorías.
Asimismo, la existencia de los yann o del mismo continente de Nargión también han sido puestas en duda por algunas escuelas de estudiosos.

Si atendemos a obras como el tratado de biología Hybris de la tecnóloga Ivnar Maláis (Letur, Baern -634,-587) los yann sí que habrían existido y habrían sido criaturas “fabricadas” para sobrevivir en otros planos y desaparecieron en ellos. Si fueron diseñados como exploradores o conquistadores es algo que no se puede confirmar.
Esta especie no habría necesitado de una apariencia o características humanas para ser capaz de cumplir con su misión.

Si, por el contrario, leemos el tratado militar Dalasu ifraeth (De ciencia y guerra) del estratega Sálat Kruanor (Lar Kain, Naltor -478,-431), dentro de su apartado de especulación histórica juega con la idea de un ejército de soldados perfectos destinados a reconquistar los territorios sublevados.

De cualquier manera, parece claro que existía una cierta competencia entre los grandes continentes. Mientas en Daegon parecían centrar sus esfuerzos en la recuperación de las colonias en otros mundos, en Nargión dirigieron su mirada hacia lugares aún inexplorados.
Por supuesto, esto no deja de ser una visión extremadamente simplista de la geopolítica del pasado. No existía nada parecido a un consenso “continental”, ni siquiera una unidad de criterio imperial al respecto de estas iniciativas. Existen documentos que demuestran, por ejemplo, que algunas provincias, como Kayuren y Dagorel, se negaron a participar en esa clase de experimentos, o a que se realizasen dentro de sus territorios.
Al mismo tiempo, dentro de los exploradores que orbitaban Daegon desde Sigma, se encontraba un científico de Kayuren (Igosal Nalús) junto a representantes de Dayshula (Jirmun Lohar), Ranndayr (Assai Amara) o de la provincia islena de Rayhosha (Namar Tólush).

¿Fue el éxito de Sigma en romper la barrera entre los planos lo que provocó la desaparición de Nargión?
Aún quedan demasiadas preguntas por responder y lagunas que llenar antes de poder extraer conclusiones.

Lo que sí que parece claro es que el Imperio ailanu había sobrepasado ya su mejor momento. La división entre sus propias filas era evidente y no se ocultaba. Airk, el autoproclamado “Dios protector” cada vez tenía una presencia menor en la vida política. Existen sospechas de que, para aquel momento, había muerto y este evento había sido ocultado por sus colaboradores más cercanos.

De nuevo nos encontramos antes un momento aparentemente clave para explicar los sucesos de los siglos por llegar sobre el que apenas se poseen datos clarificadores.
A día de hoy, las opiniones aún se encuentran muy polarizadas acerca de las acciones de cada uno de los bandos.
¿Fue la destrucción de Daiyashi un acto intencionado de agresión por parte del Imperio contra el Kinsay Ubami, o un accidente fortuito provocado por las excavaciones?
¿Hubo un intento real de negociación previo o una advertencia formal de lo que podía llegar a pasar?
¿Beneficiaba a alguna de las partes el clima de crispación?
Durante mucho tiempo se ha barajado la posibilidad de que la desaparición de Nargión y el resto de terrenos fuese consecuencia de una nueva arma de alguno de los grandes bloques. Según esta línea de pensamiento, el continente habría sido destruido como muestra de fuerza.
El regreso de Nargión hace diez años invalida esa teoría, la de su destrucción, aunque no la de un posible exilio forzado por los mismos medios.

La pérdida de Zulkien, uno de los grandes ideólogos de la Alianza significó un duro golpe para los neimani inmortales que quedaban en ella pero, pese a la ruptura de relaciones oficiales con el Imperio, la guerra que muchos temían aún tardó mucho en desencadenarse.
Un evento inesperado cambió de manera repentina las prioridades de todas las naciones de Daegon.

-3644: La Sartais regresa a Daegon encontrándose un mundo nuevamente en reconstrucción inmerso en una paz tensa.
La llegada de la expedición y su cargamento propicia una tregua. Entre su tripulación y pasaje se encuentran habitantes de las colonias de Máyandar, Gansaku, Hayashu, Tansaûl, Xanday, Niel , Síelt, Nimlur. También trae una nueva forma de vida, en apariencia híbrida, desconocida hasta el momento, las Nivar.

-3620: Desde la isla de Danquol parte la Arkat, la primera nave colonizadora, con destino a Gansaku.

La llegada de la Sartais disparó lo que se puede llegar a interpretar como una carrera por salir del planeta. En los años posteriores se construyeron cientos de naves que surcaron el espacio con destino a los nuevos-viejos mundos.
Paradójicamente, todos los intentos por mantener la paz que, pese a sus diferencias, habían mostrado los dos grandes bloques, no fueron trasladados fuera de Daegon.
La historia de las colonias apenas está documentada. Sólo existen retazos dispersos de visiones extremadamente parciales.

Lo que parece claro es que, si bien la colonización dio comienzo como algo amistoso para con quienes ya habitaban en aquellos mundos, las relaciones no tardaron en cambiar.
Desde Daegon se achaca este cambio de actitud a la belicosidad y “barbarismo” de los habitantes de los diferentes mundos, pero esta explicación se hace harto difícil de aceptar.
Las luchas de supremacía que en Daegon eran silenciadas por quienes ya habían presenciado demasiada destrucción a lo largo de sus longevas existencias, pero las que se libraron más allá de donde alcanzaba su mirada no parecieron afectarles en exceso. Las guerras por recursos y terreno, por choques culturales o por la simple ostentación del poder se convirtieron en el día a día de las colonias casi desde su mismo inicio.

-3514: Dagorel declara la guerra a Naragaz por las disputas que están teniendo sus respectivas colonias sobre los recursos de Xanday. El primero de los múltiples conflictos originados en las colonias que tiene su reflejo en una Daegon cada vez más fragmentada.

-3499: Se produce una nueva fractura en la realidad. Se abren fisuras dimensionales sobre Kanyen, Mashulanu, Thurgold, Danquol y Bettien.
Se desconoce la causa de este nuevo desastre así como los planos que se encuentran al otro lado de cada una de ellas. Se sospecha que algún ente o concepto procedente de los otros planos ya se haya filtrado hasta Daegon.
Bakmoor, uno de los hijos de Zulkien, habla ante el Alaís Dajir y sus homónimos en el resto de naciones para tratar de forjar una nueva alianza que estudie y controle las brechas. No tiene éxito en su misión, aunque sí que logra despertar el interés de cada nación por separado comiencen a investigarlas.

-3400: Thurgold comienza a sufrir cambios en su orografía. Su temperatura comienza a subir de manera anómala hasta lograr que su interior quede completamente desierto. Al mismo tiempo, varias cadenas montañosas afloran a lo largo de toda la isla.

-3351: La isla nación de Kanyen, quien más ha avanzado en el estudio de las brechas, desaparece. Se especula que puede haberse debido a un experimento fallido tratando de extraer energía de más allá de la fisura.
Se producen los primeros protestas contra la investigación de las grietas.

-3305: Una expedición narlussiana comandada por el explorador Egors Mislayanu descubre lo que afirma que es Gurudael, uno de los “siete picos”, las localizaciones mitológicas de las que “nacen” los dragún adai.

-3231: Se logra extraer por primera vez el espécimen vivo de una forma de vida extraplanar a través de la grieta de Danquol.

-3214: Se pierde todo contacto con Danquol. El espacio en el que se encontraba la isla deja de ser transitable. Se cree que continua en la misma ubicación, pero esta no es accesible por métodos convencionales.

-3149: Tres nuevas entidades extraplanares llegan hasta Daegon. Se desconoce si proceden de las grietas o de algún otro nivel de existencia, aunque se sospecha que puede tratarse de tayshari o kayain. Una de ellas, Korián, se estrella inconsciente en Mashulanu, confirmándose que se trata de kayain.

-3120: Bettien y todos sus alrededores son destruida una fuerza surgida de la grieta situada sobre ella. Se sospecha que los experimentos que se realizaban sobre ella provocaron que un kurbun centrase su atención sobre la ciudad.
Se generan los nuevos movimientos en contra de la investigación de las grietas.
El Kinsai Umabi crea el Rurón Ikigashi, el organismo que definirá la los protocolos de seguridad para la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías, al que se adhieren gran parte de las naciones.
El Imperio y varias naciones menores no reconocen su autoridad.

-3016: La provincia imperial de Jormún, Annail Torgú descubre lo que afirman que es el “constructo primordial”, el elemento/material/concepto de la cual surgió todo y sobre el cual se asienta la estructura de la realidad.

-3001: Annail Torgú afirma que, brevemente, ha logrado enlazar un componente material al constructo primordial en un laboratorio. Advierte de la alta inestabilidad y peligro de este tipo de operaciones, a la par que desaconseja su repetición.
El Rurón Ikigashi también advierte sobre los riesgos que acarrea la línea de investigación que está tomando el Alaís Dajir a la hora de afrontar futuras evoluciones.
Se producen serias tensiones diplomáticas a este respecto.

-2987: Se utiliza el constructo por primera vez en un experimento controlado en el la estación orbital Surliuma. El experimento pretende demostrar la validez de las teorías que se han formulado desde el Alaís Dajir alrededor del elemento.
El mundo queda sumido en la oscuridad. Todos los principios por los que se regía la ciencia ya no son válidos.

arcanus

El milenio negro

El milenio negro
A lo largo de la historia de Daegon las leyes que gobernaban el universo ya habían sido alteradas con anterioridad en dos ocasiones. Tras la consolidación de cada uno de los nuevos conceptos el hombre se había visto obligado a comprender y adaptarse a una realidad cambiante. Pero, en aquella ocasión, todo parecía indicar a que había sido la mano del hombre quien había llevado a cabo el cambio.
Ya fuese el experimento con el “Constructo primario” la causa o un mero elemento casual en aquella alteración de la realidad, tras esta tercera realineación axiomática la humanidad fue incapaz de recomponer su códice del conocimiento.
La matemática y la física necesitaban una nueva calibración para compensar aquellos cambios, al igual que se tuvo que descubrir de nuevo la manera en la que se relacionaban los elementos químicos. La madera y el carbón entraban en combustión al alcanzar otras temperatura, la energía que se lograba con el vapor se volvió impredecible. Los complejos mecanismos que orquestaba el funcionamiento de las ciudades o que lograban que el hombre viajase al espacio dejaron de funcionar. Incluso los elementos arquitectónicos sobre los que se sustentaban algunas de las edificaciones más mastodónticas se colapsaban. El aire era más denso y la misma gama cromática y espectral que percibía el hombre se había visto modificada.
En un breve lapso de tiempo, mientras el cambio se propagaba inexorablemente a lo largo de toda la existencia, todas las comunicaciones quedaron en silencio. Las grandes ciudades quedaron aisladas unas de las otras. Stergión dejó de flotar y colisionó contra el mundo.
Tras estos eventos la humanidad entró en un estado de choque y pánico. Aún careciendo de cualquier prueba sobre la misma, la culpa recayó sobre el gran fracaso de los ailanu. Aquel accidente podría haber sido capaz de alterar las condiciones necesarias para la misma existencia de la vida humana. El mundo tal y como lo conocían había cambiado para siempre.

Los eventos sucedidos tras la caída del mundo forjado por los ailanu y su ciencia siempre han sido complicados de datar y rastrear.
El periodo de tiempo que transcurrió entre el declive del primer gran imperio de la humanidad y la consolidación del siguiente ha recibido múltiples nombres; La era de las guerras, el periodo entre imperios, la edad de los reinos breves o el milenio negro (pese a que transcurrieron más de mil quinientos años entre el fin del Imperio ailanu y el establecimiento del menetiano).
Pese a que los restos que se conservan de las naciones que florecieron en esta época son escasos, no por ello podemos concluir que no surgió nada significativo durante aquellos siglos convulsos.
Si bien es innegable que el mundo cambió, así como las prioridades y los valores de las mujeres y hombres de aquella época, no es menos cierto que, una vez más y, contradiciendo a los temores de los pesadores de antaño, parte de la humanidad logró escapar de la barbarie absoluta y el salvajismo sin la tutela de los padres.

Las localizaciones más remotas quedaron aisladas del resto del mundo. Las grandes urbes, antaño los mayores núcleos de población, carentes de las infraestructuras necesarias para ser abastecidas, fueron abandonadas, quedando dispersa la población en territorios mucho más extensos. La agricultura y la ganadería sin ayuda de máquinas complejas necesitó ser inventada una vez más, así como fue necesario aprender los ciclos de crecimiento de las antiguas y nuevas especies.
Hemos de asumir que, con lentitud, los habitantes de Daegon se adaptaron a aquel nuevo mundo.

Pero los recientes hechos no habían dejado a la humanidad intacta. Una parte muy importante de su misma naturaleza parecía haber quedado mermada por las consecuencias de aquel evento achacado su propio atrevimiento.
Era una humanidad conformista e incapaz de arriesgarse, carente de pensamiento crítico o de la inquietud que le hizo plantearse las grandes preguntas. Una humanidad asustada y dócil.
La curiosidad y el atrevimiento que antaño demostraron parecían haber desaparecido. Se limitaba a creer sin atreverse a tratar de comprender. Si bien evitaron repetir aquel hipotético error de quienes los habían precedido, tampoco habían aprendido nada de ellos.
De ser la posesión más valiosa del hombre, la ciencia y el conocimiento pasaron al ostracismo y la clandestinidad.
El placebo para la ignorancia; la superstición, pasó a ocupar el lugar que antaño ostentaba el saber, un mal que, en gran medida, nos ha acompañado hasta nuestros días.

Si atendemos a las narrativas de los textos sagrados de algunos cultos, como pueda ser el Tayshar el “Libro de los dioses”, la humanidad había tratado de llegar hasta lugares que no le correspondía, y había sido castigada por ello. Según estos mismos escritos, los ailanu y todo aquel capaz de volver a crear aquellas “aberraciones” que habían llevado al mundo hasta aquella situación habían sido exiliados hasta otro lugar en el que ya no volverían a dañar a nadie.
El experimento de la Surliuma no había fracasado sino que había sido “saboteado” por los auténticos gobernantes de la realidad, los “dioses”, o al menos eso es lo que afirman sus portavoces. Afirmaciones estas aceptadas sin apenas resistencia.
De lo que no hablaban esos mismos demagogos era sobre el destino de quienes no habitaban en Daegon. De quienes se encontraban en los colonias o en un tránsito entre mundos. Aquellos de quienes nada más se ha vuelto a saber.
¿Habían sido castigados también los inocentes viajeros y exploradores?
¿Que había sido de las mujeres y hombres que habitaban en otros mundos?

Para esto no tenían respuesta los voceros de altos poderes. Tanto es así que, con el transcurrir de los siglos, los han desterrado de los textos oficiales hasta convertirlos en los delirios de un pasado inexistente.

No llegó el barbarismo, no. No al menos como se ha tipificado por quienes nos autoproclamamos “civilizados”, pero su lugar lo ocupó algo igualmente dañino: Una humanidad incapaz de aceptar sus propios errores. Que achacaba todo aquello que no se atrevía a comprender a unas convenientes voluntades “superiores” incapaces de replicarle.

La razón pasó a ser obtenida mediante el poder de la fuerza, ya fuese esta física o la que otorga el número. Los argumentos eran acallados por los gritos de la muchedumbre asustada, pero las naciones construidas sobre estos principios apenas eran capaces de sobrevivir a sus fundadores.
Apenas sabemos nada más allá de sus nombres de naciones como Dainyaku Kainadar, Fannshu, Gombad, Raggayaal, Tagur, Sólendar, Etera, Dangroth, T'lar, Shayaku, Dirgil, Edarc, las últimas supervivientes de esta época, cuyas existencias sólo conocemos por haber sido conquistadas por los menetianos en su asalto al continente.

Pero, pese a todo esto, en esta época también vivieron quienes cimentaron la base sobre la que otros en épocas menos complejas construyeron el mundo moderno. Si algo ha perdurado en el recuerdo común de esta era han sido las ideas y los nombres de algunos de los personajes que trataron de marcar alguna diferencia.
Un bagaje escaso para un periodo de tiempo tan extenso que nos deja con la certeza de que aún nos queda mucho por descubrir sobre ella.

La figura del “profeta” Ýlar de Jomsul siempre ha sido controvertida. De él sólo se sabe que nació en la ciudad de Sastartia, aunque situarlo cronológicamente no ha sido posible hasta el momento.
Quienes trataron de interpretar su obra magna, el Gutrakage de una manera literal, no han sido capaces de comprender el fondo filosófico y metafísico de sus textos. La profecía no nos habla tanto de un final de los tiempos cataclísmico como del mismo concepto del tiempo como un ente finito.
Ni siquiera las grandes mentes de los padres, quizás debido a su propia intemporalidad, acertaron a realizase esta pregunta.

Asimismo, existen dos interpretaciones encontradas sobre los textos y el ideario de Tayanu de Dansalón. El hecho de que declarase “devoto” de Karnrath lo ha convertido a los ojos de la historia en el primer gran transcriptor de “la palabra de los dioses”. Tendría que pasar mucho tiempo antes de sus escritos se estudiasen con estudiado con mayor detenimiento. Mucho tiempo hasta que se ha logrado demostrar que la categorización de mero transcriptor como un grave error de apreciación.
Los últimos análisis llevados a cabo por la orden de los Teólogos, parecen indicar que tanto Karnrath como él podrían haber sido los primeros teóricos en el estudio de las distintas religiones organizadas y la superstición.

También se cree que Veshiqtoal de Lairenshul, fundador de la escuela de pensamiento Sailani, pudo vivir en estos convulsos años. El hecho de que sus ideas se utilizasen como base a la hora de desarrollar las leyes fundacionales de Naltor ha llevado, erróneamente, a multitud de historiadores a asumir que su escritura se realizó durante los últimos años del imperio menetiano.

De la misma manera, pese a que muchos intereses han tratado de ubicar a Tyernhöl de Naialtyr y sus compañeros, los discípulos de la orden de Belernath, en eras posteriores, todos los indicios parecen situar a este grupo en la época directamente posterior a la caída de los ailanu.
Sea como fuere, estas ideas sobrevivirían al milenio de sectarismo hasta llegar a Mavra Daniseva. La fundadora de la moderna Saliria los sacó a la luz siglos después de la muerte de sus autores haciendo suyos los preceptos que defendían a la hora de consolidar su nación.
Se sabe que la muerte de Tyernhöl (o Veler Amatah como también ha sido llamada) fue violenta, aunque se desconocen los detalles.

Poco se sabe también de Dayr, el emperador filósofo. Sabemos que nació en un lugar llamado Dagnur (pese a que se desconoce si era su ciudad natal o su país). Sabemos también que conquistó sin necesidad de armas, ejércitos o derramamiento de sangre las naciones de Mondalar, Hoarnrath, Dalaisus y Lyarn.
De sus hijos, cuyos nombres no han pasado a la historia, sólo sabemos que, tras la muerte de su padre fueron asesinados por sus súbditos.

Sabemos que como soldado, médico y exploradora, Gwendair de Sáreth Agar recorrió el mundo tratando de crear una nueva cartografía y de restablecer el contacto y la comunicación con los lugares más aislados. De su mano nació la nueva medicina y la salubridad comenzaron a implantarse en los lugares que lo necesitaban.
Su vida no fue demasiado larga pero su legado continúa hasta nuestros día.

La única nación que ha perdurado desde aquellos tiempos, la isla imperial de Mashulanu, apenas ha interactuado con el continente durante toda su existencia.
Independizada del imperio ailanu poco antes de su colapso, los artífices de esta secesión, Betsuteki Sekai Densichi y Sunotage Mitsuru quizás sean las figuras cuya historia más haya llegado hasta el continente.
Siempre según una versión que parece ciertamente idealizada, su gobierno de doscientos años careció de errores o desigualdades.
Por otro lado, la de su hijo y sucesor, Yatsukuge, el autoproclamado dios emperador es una figura más prosaica. Tras asesinarlos a ambos cerró las fronteras de su imperio a los extranjeros.
A lo largo de sus cerca de dos milenios de vida sobrevivió a cientos intentos de asesinato y sublevaciones. Bajo su mandato la rebautizada nación de Mashlan, que podría haberse convertido en el último reducto del conocimiento antiguo, se volvió en una muestra de lo que debe ser evitado.
Su sucesor y verdugo, Yusunaga Shinkuro, quien ascendió al trono en el año -1107 trataría con un éxito parcial de corregir los errores de su predecesor.

Irónicamente, no se alcanzó una situación de estabilidad y “civilización” hasta que las hordas bárbaras de Hoark Vanshú Meneter tomaron al asalto el continente.

arcanus

El Gran imperio menetiano

El Gran imperio menetiano
El Gran imperio menetiano es un elemento indispensable para comprender el mundo moderno. Por más que su historia se viese plagada de contrastes y contradicciones, su aportación a la recuperación de una cierta estabilidad en el continente está fuera de toda duda.
Pese a los intentos de reescribir su propia historia que realizaron los escribas imperiales bajo el mandato de Zailas Vohn Meneter, gran parte de la saga del pueblo baleni ha podido ser reconstruida a partir de aquellos documentos que no fueron capaces de destruir.
Aún hoy, en la república que sucedió al ya extinto imperio, los estamentos oficiales siguen manteniendo como cierta la mentira auspiciada por el noveno emperador.

Si atendemos a la historia imperial, el pueblo baleni poseía una civilización superior a la del resto de naciones coetáneas, gracias a la cual logró subyugar fácilmente a las naciones del continente.
Según esta misma versión, las islas Balein habrían estado situadas cerca de la costa sur del continente, a orillas de la actual Menetia, razón por la cual la nación que entonces ocupaba esos territorios, Sólendar, habría sido la primera en caer. A esta, en su ruta imparable hacia el norte, le habrían seguido las tierras de los salvajes dengar, dominadores de los territorios donde se asienta la actual Rearem, para terminar conquistando Amlot “La oscura” la megalópolis mortuoria y capital de la nación de Etera.
Una vez finalizada la conquista de toda la franja central del continente, habrían iniciado una gran campaña para conquistar los territorios occidentales.

En su estudio “Menetia; Auge y caída del segunda gran imperio”, el cronista Kunndal Liberis (Bran, Baern -514,-443), tras acceder a una copia del cuaderno de viaje del explorador menetiano Yulic Paulós, desmontaba gran parte de la historia oficial.
Paulós, siguiendo la cartografía de Homral de Danyasur, buscó el paradero de las islas Balein, dando con ellas mucho más al oeste de lo esperado.

Según los datos de este expedicionario, la ubicación de las islas natales de los baleni se encontraba entre las costa de Shalatu en Hasrt y las de Nalús, en la isla continente de Shatter. Allí encontró un grupo de quince islotes entre los que fue capaz de identificar las ruinas de las ciudades de Pilos, Banláu, Magal Nasut, Ubal y Nama Betor .
Estas islas, por la información que pudo recabar de las ciudades costeras más cercanas, fueron el hogar de una serie de clanes de saqueadores conocidos como los Aulesh Natu, los señores del mar.
Según estaba documentado en estas mismas fuentes, los mismos baleni habrían prendido fuego a sus propias ciudades para lanzarse a la conquista del continente bajo el lema “La eternidad es para los audaces”.

El estudio de Liberis, haciendo obvia referencia en su título a la obra Davos Jirah, y siguiendo sus mismos pasos desmitificadores, a día de hoy aún sigue prohibido en Menetia.
Por su parte, Paulós, quien en su cuaderno escribió:
"Decepción, esta es la emoción que me embarga en estos momentos al saber de mis ancestros. Buscaba el origen de la civilización, la cuna donde nació la maravilla, volver a mi hogar como un héroe, pero lo haré como un traidor.
Todo es mentira, una mentira que todos hemos querido aceptar.”
Tras regresar de la expedición fue condenado a prisión, para terminar sus días en el exilio.
No fue la primera ni la última vida arruinada por mantener la gran mentira.

Si seguimos los pasos descritos por Paulós, el comienzo de la invasión habría tenido lugar en Dainyaku, en la ubicación costera que actualmente ocupa Shalatu, y habría continuado hacia el este siguiendo toda la costa sur del continente hasta Sólendar.

Quienes siguieron con esta línea de estudio, como pueda ser Lundar Antatekol (Garoc Togush, Rearem -214,-158), uno de los sucesores de Liberis, trataron de ahondar en la razón que llevó a los baleni a destruir sus propios hogares. Para ser capaces de responder a esta cuestión tenemos que retroceder dos generaciones, hasta fijar nuestra mirada hasta uno de los antecesores directos del futuro emperador; Sar Meneter “El unificador”.

Los clanes de los Aulesh Natu no sólo saqueaban a las naciones vecinas, sino que también acostumbraban a atacarse entre ellos. Las recursos naturales de las islas eran escasos y apenas daban para mantener con vida a sus propios habitantes. Por otro lado, las aptitudes de estos mismos habitantes estaban orientadas principalmente a la guerra. Su agricultura y ganadería eran escasas y sólo gracias a la pesca lograban sustento de manera regular.
Sar Meneter terminó con las guerras entre los clanes proporcionando una época de estabilidad para las islas, pero esta estabilidad no llegó sin una contrapartida. La media de edad de los baleni aumentó, al igual que lo hizo su número. Siguiendo aquel ritmo de crecimiento, los recursos de los que disponían a su alrededor no les darían sustento durante mucho tiempo más.

Asimismo, y siempre según las investigaciones de Antatekol, antes de centrarnos en Hoark, debemos tener presentes también a dos figuras más no carentes de controversia.
Por un lado, Xiandac Tacuyi, quien entrenó al futuro emperador en el Tanakul; la escuela de la guerra baleni para luego convertirse en su general.
Por otro lado está la figura de Natnala, primera esposa del emperador y, antes de esto, concubina de su padre Sailas Meneter. Fueron unos textos atribuidos a Natnala los que cimentaron gran parte de la obra de Antatekol.
Siguiendo estos textos, los eventos inmediatamente anteriores a la conquista fueron los siguientes:

-1360: Siguiendo la tradición baleni, con diez años Hork Vanshú Meneter entra en el Tanakul iniciando su entrenamiento militar. Su estancia se debería prolongar durante cinco años hasta alcanzar el Madaras Laún, el rito de madurez baleni.

-1357: Tras fracasar en su intento de deponer a su padre, Hoark es exiliado a la isla de Mannaul a la espera de ser ejecutado.

-1356: Sailas Meneter muere envenenado por Natnala. Da comienzo una guerra civil por la sucesión.
Hoark es rescatado de Mannaul por sus simpatizantes.

-1355: Hoark se hace con el gobierno de los clanes y se une a Natnala, quince años mayor que él, como su máeda, compañera consorte, según el rito de Kaina.

Natnala escribía en su diario:
“El comercio ablanda a los hombres, la seguridad de un hogar al que regresar hace que se vuelvan cómodos. Nosotros somos guerreros, conquistadores. Nosotros debemos buscar algo mas, debemos aspirar a todo lo que nos ha sido negado hasta hoy.”
“El tiempo de la espera ha pasado; ha llegado el momento del conflicto. Así como hoy nos llaman “los señores del mar”, pronto se nos aclamará como los gobernantes de todo aquello que se encuentra sobre él”.
A su vez, ponía en labios de su esposo la arenga: “Conquista u olvido, eternidad o muerte, gloria o extinción”

-1351: Un flota de cuatrocientas naves con las hordas de de los Aulesh Natu asaltan la capital de Dainyaku, Degmar (Shalatu). Comandada por Meneter y Tacuyi da comienzo la invasión del continente.

Si damos crédito a las palabras atribuidas a Natnala, ella habría sido la instigadora de la conquista y quien tomaba gran parte de las decisiones. Quizás haya sido esta la causa que siempre ha provocado una gran controversia sobre su figura, convirtiéndola en un personaje ampliamente denostado en los textos oficiales.
Pese a ser la madre de dos de los tres hijos de Hoark, los siguientes dos emperadores, Ílio (-1355,-1315) e Ílias (-1331,-1289), estos textos le han atribuido todo tipo de deslices e intenciones ocultas, cuando no la han acusado directamente de ser entidad maligna y la causante de la muerte de su esposo, pese a que ella falleció doce años antes de tal evento.
El mérito que concede en las conquistas a sus generales, muy por encima del que otorga a su propio esposo, ha provocado que se le atribuyan deslices con todos y cada uno de ellos, principalmente con Tacuyi. Aunque quienes han hecho estas acusaciones jamás han aportado prueba alguna, al igual que tampoco han sido capaces de explicar cómo un muchacho de quince años podría haber sido capaz de comandar una conquista de esas dimensiones.
Otro de los rumores malintencionados que se alentó desde otros estamentos, en este caso procedente de fuentes naltorianas, fue que ella y Tacuyi eran realmente los padres de Meneter.
Si bien esta afirmación parece a todas luces falsa, ciertas líneas de investigación defienden la tesis de que ella sí que pudo ser la madre del primer emperador.

El revuelo provocado por los datos desvelados por Antatekol, y su negativa a retractarse de ellos, causó graves problemas diplomáticos entre Menetia y Rearem. Tanto fue así que el senado y la iglesia menetianas trataron de presionar al gobierno de Rearem para su extradición
De no haber contado con la fortuna de su familia y el apoyo de los Cronistas, Antatekol no podría haber continuado sus investigaciones, ya que, para no deteriorar las relaciones de esta provincia con Menetia, los fondos de los que le proveía la casa del Raktarión de Mítsulen le fueron retirados.

-1349: Con la conquista de Sólendar, Meneter pasa a controlar toda la costa sur del continente hasta las Montañas Zorak.

-1340: Con la conquista de Amlot “La oscura”, el Imperio Menetiano pasa a controlar también toda la franja central del continente.
Comienzan las obras de la que será la primera capital imperial, Amlash “La brillante”.

-1327: Fallece Natnala.

Con la muerte de Natnala se pierde una insustituible fuente de información sobre la persona del primer emperador en sus últimos años.
En sus escritos se puede contemplar la transformación de Meneter a lo largo de los años. La llegada a la edad adulta del hombre y la madurez del gobernante.
Por el camino se ve también cómo se va consolidando el imperio. Las concesiones que otorga a los pueblos sometidos y cómo va integrando las diferentes culturas dentro de algo mayor.
Se deja ver con claridad la influencia que tuvieron sobre él los nalsai. Por lo poco que sabemos de la nación de Edarc, controlaban gran parte del norte, desde Saliria hasta las Llanuras heladas, llegando algunas de sus colonias más lejanas hasta la costa de Tarnaq. Parte de sus construcciones colosalistas aún perduran a día de hoy. Algunos estudios afirman que la ciudad-pirámide de Rishgarma situada en Rearem también fue obra suya aunque, probablemente, construida sobre los restos de alguna ciudad ailanu.
Natnala los describe como el más sofisticado y complejo de los pueblos que conquistaron, también como los más poderosos. De no haber sido por la llegada los baleni quizás podrían haber llegado a ser ellos los conquistadores del continente.

-1320: Meneter se une a su segunda esposa, Agara, miembro de la élite nalsai, según el rito raggayali de Rinlay.

-1317: Agara muere al dar a luz al tercer hijo del emperador. El bebé también nace muerto.

-1316: Nace Ílio Vanshú Meneter, hijo de Ílias y Nayenla..

-1315: Con cincuenta y cinco años, fallece Hoark Vanshú Meneter “El Conquistador”. Se especula que esta muerte pudo venir causada por una herida mal curada o una enfermedad.
Le sucede el mayor de sus hijos, Ílio Vanshú Meneter, que también fallece ese mismo año, lo que le granjea el sobrenombre de “El Emperador no coronado”.
A ambos los sucede Ílias Vanshú Meneter.

Durante los primeros años del mandato del tercer emperador, una de las labores que se acometió con mayor premura fue la de la unificación língüística, así como la de la educación del pueblo bajo unos preceptos culturales homogéneos.
Para tratar de propagar esta misión con mayor eficacia por todo el imperio, dio comienzo a la construcción de unas vías que comunicasen los principales puntos del mismo. Una obra que, pese a continuar también después de su mandato, quedó inacabada. Las partes que sí que se llegaron a realizar conforman la Vía Imperial que une el norte del continente con el sur en su franja central.
De cualquier manera y, pese a todas estas obras, su pueblo le otorgó el sobrenombre de “El Pío”.

-1313: En la ciudad de Garjays, dentro de la provincia imperial de Dalaisus, se produce la primera aparición documentada de Nostat de Yburq.

-1304: Nostat de Yburq da su sermón ante la primera familia imperial.

Nostat, a quien se conoció en años posteriores como Bayancú “El profeta” alcanzó tal notoriedad que sus palabras, bajo la forma del Gudayar, “El libro de los dioses”, llegaron hasta las manos del mismo emperador.
Tal era la convicción que transmitían sus palabras que convirtió a un hombre cabal como Ílias a su credo. Poco después de aquel primer sermón, la capital del imperio se convirtió también en la primera ciudad catedralicia de su culto, la Iglesia Tayshari.
Pese a que logró que Amlash se convirtiese también en la capital de su culto y se le otorgó el título de Gran Teogonista, Bayankú continuó recorriendo el imperio junto a sus iniciados esparciendo su fe por todas las provincias.
Su palabra no fueron bien recibida en aquellos lugares en los que los sacerdotes locales de los antiguos cultos aún conservaban su poder pero, quizás por su cada vez mayor séquito que incluía a gente de noble cuna, jamás llegaron a atentar contra su persona.

-1299: Nace Pilo Vansú Meneter, hijo de Ílio segundo y Daila.

-1295: Se formaliza el primer cisma de la Iglesia Tayshari al aceptar Ílias la validez de la interpretación que del Gundayar realiza Lurdanai de Xargnath

Irónicamente, a medida que el profeta pasaba por los diferentes territorios, su mensaje se iba fragmentando al entrar en conflicto con cómo era transmitido nuevamente por sus discípulos.
Pese a que existen documentados docenas de cismas dentro de la iglesia, y muchas de ellas perduran en la actualidad, sólo dos han llegado hasta nuestro días consolidados como religiones formales; el Lurdani y el Maldriani.

-1289: Ílias muere a los cuarenta y cuatro años. Se desconoce la causa de su muerte. Le sucede su hijo, Ílio Segundo.

-1288: Ílio segundo muere y es sucedido por su hijo Pilo de once años. El padre pasara a la historia bajo el apelativo de “El Breve” mientras que el hijo será conocido como “El emperador niño” o “El enmadrado”.

La información de la que disponemos acerca de las consortes de los emperadores es escasa. Apenas se recogen en los informes oficiales datos sobre sus actividades o inquietudes. Daila, quizás por la temprana edad en la que su hijo accedió al trono, es una de las pocas excepciones.

Los primeros años de su regencia fueron complicados, ya que en el oeste, en la provincia imperial de Hommjosh una nueva secta comenzaba a ganar poder, la de los Adeptos del Tanrakûl.

Según esta secta entre lo filosófico y lo religioso, el motivo primario de la existencia del hombre era su preparación para Tanrakûl, el momento de decisorio en el que se debe enfrentar a “la gran prueba”.
El día en el que los dioses destruyan el universo.
Siguiendo esta línea de pensamiento, el mundo es imperfecto, el primero de muchos experimentos llevados a cabo por los grandes poderes.
Esta “prueba de concepto” que es el universo debe ser destruido periódicamente para que los dioses forjen una nueva versión libre de alguna de sus impurezas. Sólo aquellos que aceptan la auténtica misión de la humanidad y colaboran con sus señores en la gran criba, serán dignos de habitar en el nuevo mundo perfecto.

A lo largo de los siglos la orden de Los Adeptos ha adoptado diversas formas, nombres e interpretaciones de “la misión”. Desde aquellos que consideran “la criba” como algo literal y “purgan” el mundo de los especímenes débiles o lisiados, hasta quienes buscan la mejoría del mundo desde un punto de vista ético y moral. Pero esta primera y primaria encarnación de Los Adeptos pertenecía a la primera categoría. Un ejército que recorría el noroeste esparciendo muerte y desasosiego entre los “imperfectos”.

Mientras tanto, en el sur, surgían nuevos cultos. Credos dañinos y peligrosos a ojos de la iglesia que cada vez trataba de obtener más capacidad decisoria sobre las cuestiones de estado.
Se han logrado recuperar documentos eclesiásticos en los que se plasma el descontento del Gran Teogonista Marglays y sus subalternos ante la negativa de Daila de perseguir todo aquel credo que se desviase de la línea oficial.

Al alcanzar Pilo la edad adulta no renunció al trono pero sí a gran parte de las cargas que este le imponía. El viaje y la exploración fueron sus grandes pasiones. Bajo su mandato se reconstruyó, una vez más, la ciudad de Aldern. Según se cree, esta fue la cuarta encarnación de la ciudad. También financió la expedición en la que se descubrió la isla de Palsar.
Asimismo, de su mano surgieron también las órdenes de los Lexíteos y los Señores de las espadas. En origen un medio para contentar a la iglesia a la par que creaban un puente entre esta y los poderes imperiales.

-1273: Nace Ríndelar Vanshú Meneter, hijo de Pilo y Nysdala.

-1275: Nace Amrón Vanshú Meneter, hijo de Pilo y Nysdala.

-1269: Nace Zailas Vohn Meneter, hijo de Pilo y Nysdala.

-1263: Nace Ortalac Vanshú Meneter, hijo de Pilo y Nysdala.

-1255: Fallece Daila Ifgar Meneter a los sesenta y un años.

-1254: Fallece Pilo Vanshú Meneter. En el momento de este suceso, su heredero directo, Rindelar, se encuentra dirigiendo una campaña contra los Adeptos del Tanrakûl en Hommjosh.
Amrón Vanshú Meneter asume la regencia hasta la vuelta del primogénito.

-1253: Nacen Danyal y Zaila Vanshú Meneter, hijos de Amrón e Igerta y Wailun Vohn Meneter, hijo de Zailas y Olesta.

-1251: Ríndelar Vanshú Meneter regresa triunfante a Amlash para reclamar el trono. Amrón se niega a renunciar a la regencia y expulsa a su hermano de la capital.
Las tropas leales a Ortalac se unen a las de Rindelar. Zailas se alía con Amrón.

La primera guerra civil menetiana no se prolongó en el tiempo. Las tropas leales a Amrón y Zailas superaban en gran medida a las de sus hermanos que, pese a no reconocer jamás la soberanía del usurpador, sí que abandonaron la lucha pública por el trono para retirarse a la provincia imperial de Sólendar donde morirían poco después.
Los escritos oficiales acerca de la historia de sus hermanos nunca han sido demasiado concienzudos. Se desconoce si se desposaron o tuvieron descendencia, aunque es muy probable que así fuese. De ser así, tampoco se sabe de ningún intento de reclamar el trono por miembros de esta hipotética progenie.
Amrón recibió multitud de sobrenombres por parte de su pueblo; “El fratricida” o el “El usurpador”.

-1249: Se descubre la existencia de cuatro islas que flotan a gran altura sobre el continente y otras cinco que lo hacen sobre los mares.

Los primeros informes sobre el descubrimiento de las islas errantes de Koromatek, Latlatea, Tokumal, Merêterith, Yarag´Tan, Ânaleth, Quenerath, Turgás´Tal y Keselen se remonta a esta fecha. Se especula con la posibilidad de que, dado lo errático de sus rutas, siempre hubiesen estado ahí, flotando sobre los océanos fuera de las rutas transitadas, aunque la certeza de esta suposición es bastante improbable.
Se ha contemplado también la posibilidad de que sean restos del desaparecido continente de Nargión que, afectados por las fuerzas que arrastraron al continente a su nuevo destino, alterasen su relación con el planeta y se viesen repelidas por él.

La existencia de estas islas alteró notablemente a Amrón. El llegar hasta ellas le obsesionó de tal manera que dedicó ingentes cantidades de dinero para alcanzar este objetivo. Los textos que inundaron su biblioteca hicieron que el pueblo le atribuyese un nuevo sobrenombre, el de “El ilustrado” pero su obsesión y el estado cercano a la ruina al que estaba llevando al imperio hizo que también se le conociese como “El demente” o “El loco”.
Ningún indicio era demasiado descabellado, ninguna idea demasiado absurda. Finalmente, siguiendo uno de los mitos del pueblo fasai, quienes afirmaban descender de la estirpe olvidada de los laisar, los nómadas del viento, supo de las monturas de estos, los shaygan; los creadores de valles.
Estas criaturas, hasta entonces sólo mitos del folclore fasai, para el asombro y descrédito de eruditos, se demostró que eran reales.
La primera de ellas, Kilgyr, se halló enterrada bajo las llanuras heladas de Tanraqull. La segunda de ellas, Najash, hasta entonces se había creído que era una de las islas del mar de Jorgh. La tercera, Dolgur, resultó ser uno de los picos de las cordilleras del Himlayar.

Estos descubrimientos, al igual que otros que se han producido relacionados con conceptos pertenecientes a la edad mitológica, siempre han sido una cura de humildad para quienes afirmamos poseer “el conocimiento”.
Lo que hoy afirmamos y demostramos como verdad absoluta mañana puede ser demostrado como algo falso. Este ha sido siempre uno de los mantras de los cronistas, y una de las armas más letales con la que se nos ha atacado.
Quien afirma ser poseedor de la verdad y no admite que esa verdad sea puesta a prueba, sabe mucho menos de lo que afirma, y cree mucho más de lo que quiere admitir.

-1247: Fallece Igerta Ifgar Meneter.

-1246: Amrón logra alcanzar las islas errantes.

Tras esta gesta, Amrón obtuvo un nuevo nombre por parte de su pueblo, el de “El domador de mitos”. Después de esto, abandonó el trono y partió hacia el este sin escolta ni séquito. Los motivos que le llevaron a tomar esta decisión nos son desconocidos, así como el conocimiento sobre su itinerario o dónde terminó sus días.

-1245: Bajo la tutela de su tío Zailas, Danyal Vanshú Meneter, de ocho años de edad, se convierte en el séptimo emperador de Menetia.

Danyal, conocido también como “El oscuro” por su carácter taciturno apenas abandonó el palacio. De su reinado no se conserva nada relevante más allá de su odio infantil por un padre desaparecido y el intento de destruir cualquier cosa que este hubiese creado.
Irónicamente, su mandato continuó por la misma senda de ruina que había iniciado su padre. En su momento más bajo y con las arcas imperiales casi vacías, los enemigos comenzaron a surgir dentro de su seno.

-1241: El gobernador Sulner Oganyactu proclama unilateralmente la provincia imperial de Hommjosh como una nación independiente. A la proclamación de esta provincia le sigue la de Dangroth.

-1238: Nace Rannael Vohn Meneter, hijo de Wailun y Lisbeta.

-1237: La rebelión de Hommjosh es sofocada. Sulner Oganyactu es juzgado en Amlash y condenado a cadena perpetua en la isla prisión de Ysgilad.

-1236: La rebelión de Dangroth es sofocada. Su instigadora, Lena Vladstad muere debido a una herida recibida durante una de las batallas.

-1230: Fallece Danyal Vanshú Meneter. Su melliza, Zaila, se convierte en la primera emperatriz de Menetia.

-1227: En la ciudad de Shalatu se produce la primera aparición documentada del caudillo, sacerdote y soldado llamado Sipskriel, quien se auto proclama como “El heraldo del nuevo orden” o “El avatar del cambio”.

Dada la situación en la que se encontró el imperio al llegar al trono, no existen referencias sobre grandes obras realizadas durante el gobierno de Zaila. Al mismo tiempo, a ella se le atribuyen las escasas acciones “sensatas” llevadas a cabo durante el mandato de Danyal. Por otro lado, se dice que su tío Zailas apenas participó en el gobierno del imperio durante aquellos años.
Sobre ella recae también el mérito sobre las decisiones que llevaron a la reconquista de las provincias rebeldes. Es por esto de suponer que el estado de las arcas y el descontento general del pueblo no le eran desconocidos.
Ha pasado a la historia como un personaje de convicciones fuertes y extraordinariamente capaz en el ejercicio de su cargo. A tenor de los planes que dejó inacabados, algunos románticos aventuran que, de haber encontrado sus dominios en otra situación o haber vivido más tiempo, podría haber llevado el imperio hasta una nueva época de esplendor.

Por otra parte, la figura de Sipskriel, un hombre que ha llegado hasta nuestros días, no deja de ser un misterio.
Su carismática e inquietante presencia convulsionó la estabilidad del imperio como nadie había logrado con anterioridad. Pese que su mensaje no era nuevo, lo primario de su naturaleza y el magnetismo de su persona lograron convocar una gran fuerza en un periodo de tiempo muy corto. “El poder es algo inestable y cambiante”, decía, “no tiene dueño ni puede ser poseído, sólo puede ser retenido por un breve lapso de tiempo. Ese lapso de tiempo ha terminado ya para el Imperio”.

Zaila supo reconocer de manera temprana la amenaza que representaba Sipskriel y reaccionó de manera rápida y drástica atacando a la fuente, pero había algo más en el El heraldo del nuevo orden de lo que este aparentaba. Se le creyó muerto tras el asedio de la fortaleza de Rahún, pero Sipskriel volvió a aparecer pocos años después de la caída del imperio.

-1220: Fallece Zaila Vanshú Meneter sin descendencia. Zailas Vohn Meneter “El Tardío” se convierte en el noveno emperador de Menetia.

El mandato de Zailas difirió en gran medida del de sus sobrinos. Sus esfuerzos se centraron en reescribir la historia de los baleni, tratando con esto de alterar la percepción que tenían de ellos sus súbditos. Vinculaba a su pueblo con los tayshari y los kayain. Gobernaban por derecho y mandato divino, no por la fuerza de las armas.
Más allá de este daño a la historia, su contribución a la misma fue escasa. Mantuvo una paz tensa con los descontentos basada en la amenaza de su poderío militar, pero jamás mandó grandes contingentes a tratar de retomar las provincias costeras. Obviamente superado por la situación, prefirió tener a sus tropas cerca en previsión de un ataque a la capital que jamás llegó.

-1205: Fallece Zailas Vohn Meneter, Wailun Vohn Meneter se convierte en el décimo Emperador de Menetia, quien pasará a la historia con el sobrenombre de. “El asesino del gran imperio”.

Se desconoce si alentado por las mentiras de su padre, la increpación constante del Gran Teogonista Alstartis o debido a su propia ambición personal, Wailun Vohn Meneter eligió ignorar el descontento del pueblo durante los últimos años, y trató de superar a sus ancestros. Su atención se centró en este desconocido, lo que dirigió su mirada hacia los territorios inexplorados más allá de las montañas Zorak.
Aquella barrera, hasta entonces infranqueable por tierra o mar para un gran ejército, había sido el principal obstáculo para que Hoark “El conquistador” y sus huestes continuasen su avance imparable hacia el este del continente ciento cincuenta años atrás.
Tanto el estrecho de Panyal en el sur como las simas de Selur en el norte habían hecho imposible la navegación de sus flotas más allá de esos puntos, mientras que la colosal cordillera que divide el continente por la mitad habían impedido a lo largo de la historia reciente cualquier intentona de afrontar una campaña militar convencional al otro lado desde cualquiera de ambos extremos.
A todos los efectos, para los menetianos el mundo finalizaba en aquellas coordenadas. Un error de concepto que no fue corregido hasta el mandato de Amrón.
Se conservan los informes de sus exploradores notificándole la existencia de un paso a través de las montañas a dos días a caballo de la ciudad de Sunrarth, en la provincia sureña de Meddlan.
Una de las causas de la abdicación de Amrón con las que se ha especulado es la posibilidad de que este, tras alcanzar las islas volantes, logró ver desde ellas lo que se encontraba tras la frontera. Esta visión le habría afectado de tal manera que, tras volver al continente, enloqueció por la necesidad de llegar hasta aquel lugar.

-1203: Nace Namayán Vohn Meneter, hijo de Rannael y Isala.

-1201: Sunrath se convierte en la capital del imperio. Da comienzo la reforma de la ciudad para adaptarla a esta función con la construcción de una catedral en ella.

-1200: Da comienzo la primera incursión militar contra el este comandada por Elysius Borsgant.

Pese a que la imagen y la idea generalizada que, aún en la actualidad, gran parte del Daegon occidental comparte acerca de que la nación de Trollellom, es que abarca todo oriente como una gran entidad monolítica, esta percepción no podría ser más errónea. Quizás esto fuese cierto en algún momento del pasado pero, ya para cuando fue nuevamente “descubierto” por los menetianos, el Daegon oriental se encontraba tanto o más fragmentado que el occidental.
Parte de esta concepción equivocada viene dada por la existencia de Dairus, el inmortal gobernante de Trollellom durante los últimos dos milenios. Su figura y poder quedaron tan marcados en el imaginario colectivo de occidente que el mito terminó por suplantar al hombre.
Pero Dairus, pese a su longevidad, en el momento en el que se enfrentó y derrotó al imperio apenas contaba con cuarenta años. Aún así, algunos de quienes conocen este dato, en su búsqueda de la causalidad donde sólo existe la casualidad, atribuyen su llegada a una maniobra divina.
Pese a todo lo que se ha escrito sobre su pasado, la carencia de documentos, restos contrastables o algún domo jonudi en la zona provoca que gran parte de la historia de oriente hasta llegar a aquel momento permanece aún en el terreno de la especulación pura y el mito.
Cuando los menetianos se adentraron en “lo desconocido”, no sabían si entraban en el territorio de dioses o de monstruos, y así lo reflejaba Borsgant en sus informes.

Si atendemos al folklore, Trollellom, en su origen, fue el resultado de la alianza quince ciudades estado gobernadas por una casta religiosa conocida como Los Iluminados o “Enrali”. Según la creencia popular, su gobierno se habría producido aproximadamente alrededor de los últimos tres siglos previos a la existencia del imperio menetiano, bajo el marco de un extraño acuerdo tácito denominado como “El pacto de Áractur”.
Se cree que este acuerdo venía sugerido en uno de los primeros sermones de los enrali propagando el mensaje de su señor Arcthuran, pero la carencia de textos sagrados o testimonios que confirmen esta teoría hace harto complicado el validarla.

Todo parece indicar que las ciudades fortaleza de los enrali se encontraban dispersas a lo largo de todo oriente y situadas en el interior de sus picos más elevados. Dado que ni siquiera con los medios actuales se podrían realizar construcciones como aquellas, se cree que originariamente podrían haber sido construidas durante los tiempos del imperio ailanu.
Jamás se han explicado los métodos o medios gracias a los cuales habrían llegado a someter a los territorios circundantes. Tampoco cómo era posible una comunicación eficiente dadas las enormes distancias que separaban a cada una de las ciudades.
De ser cierta la tradición, los enrali no habrían conquistado militarmente a sus súbditos sino que los habrían sometido gracias al misticismo y el culto a su dios Arcthuran “El que mora en las entrañas del mundo”.
Otra de las teorías que se han tenido en consideración es la postula que el hogar de los enrali no se hubiese visto afectado por los cambios en axiomáticos causados por el gran cataclismo. De ser esto cierto habrían contado con la ciencia de antaño para sus conquistas, facilitándoles enormemente la victoria.

Sea como fuere, igual que aparecieron, los enrali habrían desaparecido alrededor del un siglo antes del nuevo imperio, siendo sustituidos por los Randayr; los “señores de las montañas”, que habrían heredado sus dominios y su credo.
Tras la desaparición de los enrali, durante mucho tiempo las ciudades interiores de Olgarag, Umparyanu, Beretear, Ton’Kaheru, Samarktad, Casilis, Órminstal, Tanars Ubal, Tanars Ytil, Dalastor, Hishín, Talas Ersksan, Talas Mageshi, Ínsteger, Parsuval y Sapsayi continuaron siendo gobernadas por los Randayr, pero más allá de sus murallas, su relación con el resto del continente o entre ellas mismas era casi nula.
Según la visión ciertamente dulcificada e idílica de su pasado que promueven los habitantes de Trollellom, quienes habitaban en las alturas pasaron de ser los líderes espirituales a convertirse en los protectores de aquellos que no podían valerse por sí mismos. El mal llegó desde el oeste junto a los invasores que acabaron con su paz. De nuevo nos encontramos antes una versión interesada de la historia que nada tiene que ver con la realidad.

En el momento de la llegada de los menetianos a aquel “nuevo mundo” cuyas dimensiones desconocían, la situación geopolítica de Trollellom “La gran nación” distaba enormemente de ser estable.
Los Randayr, los hipotéticos gobernantes de facto de la mitad del continente, hacía ya mucho tiempo que habían dejado de ejercer ningún tipo de intervención sobre sus dominios. Prácticamente aislados en las alturas del mundo, apenas eran capaces de saber lo que acontecía bajo sus ojos.
El primer de los diversos encontronazos de las tropas de meneter fue con una de las tribus nómadas de los zulera. Apenas una escaramuzas que se saldó con una cómoda victoria por parte de los disciplinados soldados del imperio.

-1199: Tras atravesar el el puente de Taygur la expedición llega hasta la ciudad de Hirth.

El encuentro con la civilización maleri significó un replanteamiento su la misión de los exploradores. Borsgant escribe que, si bien es cierto que no sabían qué podían encontrar más allá de la gran cordillera, una civilización humana, a la vez tan similar y tan diferente a la menetiana no se encontraba entre las opciones que había contemplado.
Quizás debido a que una fuerza expedicionaria tan pequeña habría sido incapaz de tomar la más pequeña de las ciudades maleri, su comandante optó por comenzar las relaciones mediante la vía diplomática.
Las noticias de este descubrimiento hicieron que el mismo emperador se trasladase hasta aquel lugar, pero las diferencias culturales, no tardaron que llevar a las dos potencias a la guerra. O quizás estas diferencias no fueron sino una excusa para enmascarar la ambición de Wailun.

-1198: Finaliza la conquista de las ciudades de Hirth, Dalmag y Jimral.

Los recursos imperiales que consumía la campaña militar contra el este no fueron del agrado de sus habitantes. La imagen del emperador, en constante deterioro durante las décadas previas, alcanzaba unas cotas de impopularidad muy peligrosas. No sólo el pueblo veía con desaprobación las acciones de su líder, sino que los nobles también se encontraban descontentos por las continuas levas. El emperador tan sólo contaba con el apoyo de la iglesia y unos pocos leales.
Mientras Wailun se dirigía hacia Beretear, en aquel tiempo una de las ciudades cuasi mitológicas de los randayr incluso para los propios maleri, en su hogar comenzaban los primeros movimientos secesionistas.
Con el llamado “Camino de Pangú“ como su guía, la expedición tardó más de dos años en llegar a su destino; la fortaleza inexpugnable situada cerca de la cima del monte Qotziol, a más de nueve mil metros de altitud.

-1197: Se produce en “Segundo nacimiento” de Dairus Gaedern en la ciudad de Beretear. Se registra por primera vez la existencia de los shamlae.

La figura de Dairus “El dos veces nacido” acostumbra a estar rodeada de un cierto halo de temor reverencial en el oeste, mientras que el pueblo llano de sus dominios siempre lo ha venerado casi como al avatar cercano y corpóreo de su dios.
Su carismática presencia y los altos ideales que defiende, han hecho que aquellos más desfavorecidos de entre sus “súbditos” lo hayan convertido en un ideal carente de defectos y que afirmen que su catadura moral está muy por encima de la de otros gobernantes.
De cualquier manera, si bien es cierto que su mandato ha sido notoriamente benévolo, y que esos mismo altos ideales por los que lucha, de un modo un tanto contradictoria, le han granjeado una fama de ingenuo ante quienes, por otro lado, le temen, su prolongado mandato no ha estado exento de errores de bulto o contradicciones flagrantes, condiciones estas muy humanas por otro lado.
Pese a su longevidad, y pese a que se han escrito multitud de ensayos sobre su persona, también ha sido siempre un hombre muy celoso de su intimidad y de quien se sabe muy poco más allá de sus apariciones públicas.

Hasta su reciente desaparición se le ha conocido por múltiples nombres a lo largo de todo el mundo, siempre atendiendo a momentos concretos de su historia. Para los menetianos siempre será “El golpeador” que derribó los muros de su imperio, mientras que para los randayr es “El dos veces nacido” o para los zulera “El libertador”. Quizás el título más neutro por el que se le ha conocido sea el de “El inmortal”.

Asimismo, la carencia de cualquier referencia a los shamlae previa a aquel momento, ha hecho que muchos hayan querido ver su aparición como una señal más del designio de poderes superiores para hacer caer al imperio.

-1196: Comienza el asedio de Beretear. Las provincias imperiales de Edarc y Hommjosh proclaman su independencia del imperio.

-1195: Las provincias imperiales de T'lar y Gombad proclaman su independencia del imperio.

-1194: Tras dos años de asedio infructuoso y decenas de escaramuzas, las tropas menetianas se retiran en busca de refuerzos.

El regreso del emperador a sus dominios no sólo no fue victorioso, sino que se encontró con una situación apenas sostenible. El escaso poder que había delegado en Lisbeta y sus consejeros había permitido que estos lograsen mantener el control de las provincias que rodeaban a la capital.
Pero el emperador no había vuelto sólo, había traído la guerra con él.
Dairus, nuevo caudillo de Beretear no deseaba que el enemigo regresase con fuerzas renovadas, por lo que llevó la contienda hasta Menetia. A él se unieron todos aquellos pueblos que habían sido invadidos por meneter. “El señor de las alturas”, a lomos de su montura voladora Calathil y apelando al pacto de Áractur, llegó hasta el oeste dispuesto a terminar con la guerra de manera definitiva.

-1193: Sunrath se rinde ante el ejército de Dairus.

El relato de esta batalla es confuso.
Por un lado, parte de los historiadores militares afirman que la posesión de la fuerza aérea que representaban los shamlae resultó decisiva, pero no está claro que, en aquel momento tal fuerza existiese más allá de Calathil.
Es más, tampoco se tiene constancia de que los señores de la montaña poseyeran un ejército regular convencional en aquel momento. Todo parece indicar que la fuerza invasora estaba compuesta de una amalgama de pequeñas divisiones multiculturales.
Por otro lado, si bien se sabe que los tres últimos generales que defendieron la capital fueron Elender Kygorn, Dakensey Embdern y Luden Braendish, estos mismos generales poco después se convertirían en los señores de tres territorios independientes que se terminaron uniendo para formar la nación de Bra'Em'Kyg.
Parece claro que Dairus sólo fue el clavo final en el ataúd del antaño imperio.

Para añadir más aún a la confusión del relato, tras su aplastante victoria, Darius y sus aliados regresaron a sus territorios sin reclamar derecho alguno sobre las tierras que habían “conquistado”.
Se sabe que, tras la rendición de Wailun, “El golpeador” obtuvo un acuerdo por el cual Menetia no volvería a invadir al este. Este acuerdo, pese a que no fue plasmado de manera escrita, sí que vio sus términos registrado por Josmath Árbeson, uno de los legisladores menetianos.

arcanus

La edad moderna I

La edad moderna I
Tras la debacle de Sunrath, el antaño Gran imperio menetiano, por más que trató de recuperar su antiguo esplendor, no fue capaz de recomponerse.
La descomposición del gran bloque llevó al oeste a estar nuevamente fraccionado. Gran parte de las provincias imperiales se volvieron naciones independientes. Estos nuevos estado, inicialmente gobernados por las mismas personas que habían representado al imperio, no tardaron demasiado tiempo en cambiar de mandatarios.
Apenas media docena de los diversos gobernadores civiles y militares del imperio, ahora soberanos absolutos, lograron imponerse sin la validación que otorgaba el imperio el tiempo suficiente como para crear sus propias dinastías.
De esta manera, solo los señores de las antiguas provincias imperiales de Dangroth, T'lar, Shayaku, Gombad, Raggayaal, Dagmar perduraron hasta fundar las nuevas naciones de Edirth, Shattegar, Naltor, Goord, Baern y Ârictar.
En el resto de las provincias, las naciones de antaño trataron de volver a su antiguo ser, pero no tardaron en descubrir que una gran parte de sus ciudadanos, si bien no querían a los menetianos como sus señores, habían asumido como propias gran parte de las costumbres llegadas desde la capital.

-1193: Rannael Vohn Meneter, quien pasará a la historia como “El emperador sin imperio” asciende al trono de Sunrath,

Rannael trató de recuperar sin éxito los territorios independizados a lo largo de todo su mandato. La situación en la que había quedado el imperio era a todas luces insostenible pero él se negó a verlo o reconocerlo. Tanto económica como militarmente se encontraba en una situación agónica que no hizo sino empeorar.

-1192: Sipskriel reaparece en la ciudad de Shalatu.

Para el momento de la reaparición pública del antiguo caudillo sus seguidores eran ya multitud y se encontraban en todas las instancias del poder de la provincia imperial de Etera. La rebelión fue breve y en un corto periodo de tiempo logró someter a toda la provincia a la que rebautiza como Harst.

Los estados más pequeños, conocedores del riesgo que suponía su situación, firmaron pactos y alianzas con aquellos que tenían más cercanos en una situación similar en un intento de evitar ser absorbidas por aquellas naciones con tamaño mayor. Mientras tanto, sus nuevos soberanos trataban de averiguar qué relación podrían establecer de nuevo entre ellas y su antiguo estado central.
Algunas de ellas, como Harst, Shemellom o Tarnaq, en lugar de mirar hacia la capital, dirigieron su atención aún más hacia el oeste, a las grandes islas continente de Shatter y Sembia las cuales, tras no haber podido ser conquistadas por los baleni, fueron condenadas al ostracismo por parte del continente.

-1190: La nación independiente surgida en la antigua provincia de Homjosh, Tarnaq, conocida también como “El Dominio”, lanza varias expediciones a la isla de Sembia. Entre las muchas materias que importa de ella se hayan minerales, frutas y esclavos de la etnia mugebe.

El Daegon occidental pasó por una época nuevamente convulsa mientras trataba de adaptarse a su nueva situación. El imperio menetiano perduró, al menos nominalmente, pero se vio confinado en la antigua península que ocupaba la provincia imperial de Sólendar. El resto de sus antiguos dominios se convirtieron en los países que conforman una situación socio-política que, en gran medida, ha permanecido inalterada hasta la actualidad.

Por otro lado, más allá de las montañas Zorak la figura de Dairus se convirtió en un símbolo. Su nombre corrió de un extremo al otro de oriente junto a una versión cada vez más magnificada del relato de su gesta.
Gracias a los shamlae, una especia/ criatura / concepto surgido en el mismo momento del segundo nacimiento de “El Golpeador”, los quince picos se unieron de nuevo y él, según sus propias palabras, forzado por la situación, se vio obligado a asumir el mando, heredando el legado de la Trollellom de los enrali y los randayr. Se convirtió en el Gomo Rúnderak “El señor de todos”.

Mientras muchos pueblos se ponían a su servicio, otros muchos más pedían su protección. Esta situación le granjeó la enemistad de los estados más poderosas del este contra él y aquella nueva “Gran nación”.
Con el paso del tiempo algunas pequeñas naciones al oeste de las montañas también se convirtieron en protectorados de Trollellom.

-1184: Se produce la primera migración masiva desde Mashlan.

Debido a las purgas étnicas del emperador Yatsukuge, la primera oleada de inmigrantes de la etnia shizune llegó hasta el continente.
El primer encuentro de los shizune con las naciones costeras no fue amistoso. La nación de Dansalón no estaba dispuesta a ceder parte de sus territorios para que se asentasen los recién llegados, más aún si estos procedían de una isla con la que sus pescadores habían tenido problemas con anterioridad.
Las relaciones del líder de los exiliados, Taira No Siki, con Saifal Goran, su homólogo dansaloni, no resultaron sencillas. No fue hasta la medicación de Dairus que se llegó al acuerdo del que surgió la nueva nación de Shinzay.

-1177: Tras varias estaciones de sequía varias tribus zulera se ven obligados a llevar sus rebaños más al sur del río Triad. Este movimiento provoca fricciones con los ganaderos de la nación maleri de Naialtyr.
Kenesh Yardán, la gobernante de Naialtyr, firma un acuerdo con las tribus zulera por el cual estas cederán parte de sus rebaños como diezmo por usar sus pastos. Este acuerdo se hace extensible también al resto de tribus nómadas.

Los territorios de los que huyeron los zulera, a los que denominan Kailder Vargast “Tierra sin vida” no han vuelto a ser ocupados.
Los ciclos de crecimiento, así como las especies surgidas en esos territorios son del todo impredecibles. Se cree que se encuentran dentro del rango de acción de una grieta dimensional cuyo destino fluctúa.
Se desconoce asimismo si la grieta llevaba mucho tiempo en un estado semi cerrado y algún evento la activó. Algunos estudiosos han teorizado que la causa del cambio no fue la cercanía de una grieta, sino que este se originó en aquellos días debido al paso o la atención de alguna entidad extra planar.

-1168: Fallece Rannael Vohn Meneter. Su hijo Namayán se convierte en el decimosegundo segundo emperador de Menetia.

Namayán resultó ser la antítesis de su padre y su abuelo. De su mano llegó la paz, el evento que lo convirtió en una figura muy controvertida.
Por un lado, cesó en los intentos de sus antecesores por recuperar los territorios que había perdido el imperio, o de expandirlos en otra dirección. Estas decisiones le granjearon los sobrenombres de “El pacificador” por parte de sus vecinos, y el de “El pusilánime” por parte de sus súbditos, quienes achacaron a la influencia de su esposa Leibeth esta decisión.
Si la figura de Namayán fue controvertida, la de su esposa Leibeth “La revolucionario” no lo fue menos. Luchó con igual pasión tanto por el avance del conocimiento como por los derechos de las mujeres. Su insistencia a la hora de apadrinar a mujeres de ciencia le ganó la enemistad del la iglesia en general y el Gran Teogonista Voslet en particular. Su relación no se hizo más amistosa tras conceder a esta labor unas asignaciones tradicionalmente dedicadas al culto.
Estas fueron unas iniciativas que tanto sus dos hijas, Mayalish (-1181, -1098) y Nalesta (-1179, -1116) como gran parte del resto de mujeres de su línea sucesoria continuaron.

Si bien los emperadores coincidieron en gran parte de sus inquietudes, una de ellas no fue compartida. Leibeth abogaba por un cambio en el modelo de estado, algo a lo que Namayán siempre se opuso. Gran parte de las leyes que se adoptaron en siglos posteriores al transformarse Menetia en una república procedían de sus estudios y disertaciones.

-1166: Se firma la “Paz de Namayán”,

Mediante este acuerdo el Imperio Menetiano reconoce a las nuevas naciones como estados soberanos. Asimismo, las nuevas naciones aceptan la autoridad del Imperio sobre los territorios, a partir de aquel momento colonias, ubicadas geográficamente dentro de sus dominios cuyos habitantes han decidido no independizarse de Menetia.
La “Paz de Namayán” fue una paz tensa mientras duró, ya que el acuerdo se limitaba a reconocer una verdad que era ya innegable; el imperio había sido superado por sus antiguos súbditos.
Pese a hacerse oficial una situación que era de dominio público, esto no hizo que las relaciones entre las naciones y el imperio mejorasen.

-1162: Se haya entre las ruinas de Siburn, en la isla de Shatter, un objeto cuyas características sobrepasan al entendimiento de la época. Los sacerdotes locales la consideran una reliquia sagrada y queda confinada en el templo de la ciudad de Targa.

Estudios posteriores parecen indicar que se trata de Eolas, un arma que data de los tiempos del imperio ailanu. Este constructo bélico multiforme, supuestamente blandido por Thangral, contiene también parte de la esencia del hombre que la creó y bajo cuyo nombre fue bautizada.

-1131: Fallece Namayán Vohn Meneter. Le sucede su hija Mayalish, que se convierte en la segunda emperatriz no consorte.

En la costa oeste del continente, instigadas y lideradas por Tebanu Ispart, dan comienzo las revueltas mugebe en la provincia de Kainadar, en el Tarnaq oriental.
Los descendientes de los esclavos traídos desde Sembia toman la ciudad de Sargon y la noticia se extiende por toda la provincia rápidamente.

El bando mugebe durante la guerra civil en el Dominio contó con el apoyo de la nación vecina de Edirth. Se desconocen las razones concretas que llevaron al gobernante de esta nación, el manesh Egert Olisius, a apoyar la revuelta.
Una de las razones que se especula para esta acción sería la de crear la posibilidad de introducir parte de sus fuerzas como una punta de lanza en Tarnaq gracias a la que avanzar más adelante.
La otra (y más plausible a tenor de su comportamiento posterior) es la de evitar un posible avance de la belicosa Tarnaq hacia el este.

-1126: Tebanu Ispart fallece en la batalla de Richter. Mahtah Nem, uno de sus comandantes, se convierte en el nuevo líder del movimiento.

-1125: En Goord se documentan los primeros vestigios del culto a Gâldaim en el sermón de Gervast Stallnu a los ustartas.

-1117: Da inicio la rebelión campesina en Mashlan liderada por Yusunaga Shinkuro y Ty Sune Kozura.

-1115: Tras dieciséis años finaliza la guerra civil en el Dominio. La provincia de Kainadar se independiza. Mahtah Nem se alza como primer Sulit de la nación mugebe de Tembi.

Sea cual fuese la intención inicial del manesh, terminada la contienda sus tropas se retiraron de nuevo a Edirth dejado el control de los territorios a los antiguos esclavos y los descontentos con el régimen de Tarnaq.
Tras estos eventos, pese a que en conflictos posteriores, la existencia de Tembi le ha sido muy útil a Edirth como nación colchón que frene los intereses expansionistas de sus antiguos señores, sus relaciones han pasado por etapas muy dispares.

-1109: Tras la llamada “Revuelta piadosa”, Gervast Stallnu logra derrocar al gobierno de Goord y se corona como primer Teócrata y líder de la nación.

-1107: En la batalla de Sugawara muere Yatsukuge (en ocasiones llamado también Yamakuge), segundo emperador de Mashlan, a la edad de mil quinientos sesenta y cuatro años.

Poco se sabe sobre la muerte del emperador, o sobre la figura de su ejecutor más allá de lo que ha quedado plasmado en la leyenda. Según esta:

“Las figuras colosales de los contendientes se recortaron en los cielos mientras el Emperador inmortal y Yusunaga Shinkuro combatían.
Durante la batalla, la sangre del los contendientes teñía las nubes de negro y dorado, mientras las murallas que separan el mundo de los hombres, los dioses y los monstruos se derrumbaban con cada estocada.
...
Tras el último corte, la esencia vital del Dios Emperador salió de su ser para impregnarlo todo. Al entrar en contacto con el suelo, este estallaba en llamas ardiendo con una aureola carmesí que abrasaba todo lo que entraba en contacto con ella.
De todo lugar marcado con su esencia, tras disiparse las llamas surgió nueva vida. Unas formas de vida deformes y aterradoras que alzaban el vuelo para ayudar a su señor.
...
Finalmente el Emperador divino cayó. Su cuerpo se posó sobre un firme con el que jamás habían entrado en contacto sus pies..“

Sean o no precisas las descripciones de la batalla, lo que es innegable es que, más allá de los anómalo del combate y los contendientes principales, la escala del conflicto fue mucho mayor que el enfrentamiento entre dos personas.
Asimismo, también es innegable que la revuelta no lo fue contra el sistema sino contra la persona. Tras el fallecimiento de Yamakuge, este fue sucedido por Hienshu, uno de sus hijos.

Tras encontrarse lo que parecen ser las memorias de Kozura, el otro líder de la rebelión, todo parece indicar que también se trataba de otro inmortal. Según estos textos, cuya autenticidad está aún por certificar, y escritos durante la llamada “Era de Fen” (vigésimo tercer emperador de Mashulanu) en el año 647, la demencia del emperador y su alejamiento paulatino del pueblo no era un mal reciente, sino que sus inicios se venían desde los inicios de su reinado.
Estos textos se encuentran actualmente en la biblioteca de Ashkay, en Baern, donde su responsable, la cronista Misara Raygar, trata de validad su autenticidad.

-1105: Se funda la nación de Rearem mediante la alianza de los reinos de Raelt, Birchthorn, Áldern, Dugental, Mitlanesh, Sulner, Zeleznish, Kaizern, Relen, Thaigen, Nush, Yâglan, Grehem y Mítsulen.
Elsephar Birchthorn, promotor e ideólogo de la alianza y miembro de los Doyo Tahákrair (patriarcas fundadores), se convierte en el primer Harez Tahark del nuevo estado.

-1090: Una isla comienza a hacerse visible cerca de la costa de Dilirm, La anómala presencia de la gran masa terrestre no parece afectar a las mareas de la zona.
Según transcurre el año parece ir ganando consistencia Expediciones procedentes de la misma Dilirm, así como desde Shirune y Shinzay son enviadas para saber más de ella. Ninguna de ellas regresa, por lo que se bautiza a la isla como Kaeny “Condena”.

-1088: Los habitantes de la nueva isla, seres etéreos de silueta humanoide a los que, en un principio se denomina como los Jo'Na'Ryum, parecen tratar de establecer contacto con los gobiernos de las naciones más cercanas. La comunicación se demuestra inviable, se desconoce si sus intenciones o su presencia son amistosas u hostiles.

-1087: A lo largo de uno de los genom de aracthur más largos documentados, el contorno de Kaeny parece casi sólido.

Según uno de los informes que se conserva de la época:

“Una gran sombra surgió de la isla y su presencia se pudo notar a miles de kilómetros en el interior del continente.”
Desde Dilirm hasta Ton Kaheru se pueden encontrar registros sobre el advenimiento del Nyarl Noidems el “Gran dolor” o “Gran terror”.
Se conserva también un texto atribuido a un superviviente anónimo del evento en el que se puede leer la descripción que este realiza sobre el evento y sus consecuencias:

“Primero es la sombra, después la presencia, finalmente la mirada.
Engullido por aquello que no existe, todo cesa. La vida no es, el tiempo no transcurre para quedar comprimida su infinita extensión en un único instante. Todo lo que eres y fuiste se descompone para dejar de ser, para unirte a la nada. Al vacío. Pero tu tránsito hasta el olvido no es plácido.
Detalle a detalle, fragmento a fragmento, cada una de tus recuerdos y deseos, de lo que amas y da sentido a tu vida, a quien fuiste, es retorcido y diseccionado. Despedazado.
Te conviertes en pasajero de tu propio cuerpo, en un intruso dentro de tu propia mente, mientras otro, que eres tú, que son ellos, destruye toda esperanza. Cualquier atisbo de piedad, consuelo o gozo te es negado. Eres consciente, culpable y ejecutor de cada acto y de cada pensamiento nocivo que pueda haber albergado toda la humanidad desde el principio de los tiempos.
La locura no te es permitida mientras haces lo que haces, mientras sientes lo que sientes, mientras cada partícula de tu ser es desgarrada y recompuesta sólo para ser desgarrada de nuevo. Sólo te son concedidos el miedo y el dolor. Nada existe más allá del remordimiento y la culpa. Estas sensaciones te acompañarán durante toda la eternidad por la que se prolonga este momento. No hay salida posible, el fin, la nada, el vacío y la muerte son entelequias vacías. Mentiras que sólo ahora se te muestran falsas. No hay lugar al que huir, el descanso jamás llegará.
El dolor ya no es una sensación, sino tu hogar. Un lugar físico lleno de infinitos matices. Una ubicación de la que jamás se podrá retornar o escapar.
Mientras tanto, las formas te miran impávidas e impasibles desde el otro lado del velo. Sus rostros no muestran emoción alguna, sólo indiferencia ante todo lo que provoca y conlleva su cercanía. No hay placer o anhelo en su escrutinio, no hay deseo ni intención. Nada a lo que conmover o satisfacer. Eres el epicentro y el pilar sobre el que se sustenta el universo del dolor, eres irrelevante.”

A su vez, la poetisa Desala Telmaqu (Déjshimat, Shirune -1091, -1047) relataba en su ensayo “La prosa del dolor”:

“Mientras tanto, los Jo'Na'Ryum se aparecen en los escenarios de mayor desolación. Contemplan las escenas de agonía inmóviles, impotentes.

El universo agoniza mientras Lutnatar se torna carmesí y Sholoj palidece. Ya no existe el cielo, sólo el avatar de la desesperanza bajo la carencia de forma de vacío. Un vacío teñido por la gélida oscuridad y el fluido vital de los mundos que se desangran sobre su manto, deslizándose e impregnando toda su superficie.
La uniformidad de lo que no es sólo se ve rota por las heridas causadas por los ojos provenientes de más allá de sus fronteras. De una agonía encarnada que se filtra y lo perméa todo. Que se asoma por las heridas del universo. Que lo desgarran obligándonos a contemplar los horrores que se encuentran al otro lado.
A través de esta mirada se atisba lo que carece de forma, sentido o propósito. El final de todas las cosas.”

-1085: La isla de Kaeny vuelve a hacerse difusa, la muerte y la locura comienzan a disminuir, no así el terror que provoca su visión o su recuerdo. Las ciudades costeras de Dilirm quedan desiertas, los barcos ya no transitan esa ruta.

-1074: La isla de Kaeny desaparece.

Las historias que circulan alrededor de los motivos de la aparición y posterior partida de Kaeny, o la naturaleza de los Jo'Na'Ryum son diversas.
En occidente la opinión más extendida es la que pone en duda su misma existencia, pese a que también existen voces que consideran la posibilidad de que este suceso se tratase de una avanzadilla de una fuerza de conquista extra planar, quizás una evolución de los jonudi, o un nuevo aspecto de los kurbun en este nivel de existencia.

Mientras tanto, en oriente las líneas de pensamiento difieren. La creencia más extendida es la que considera posible que, realmente, Kaeny fuese la desaparecida isla de Kanyen, mientras que los Jo'Na'Ryum pudieran haber sido una evolución de los ailanu tras vivir en otro plano de existencia.
Sea como fuere, tras el evento, en Dayashu se fundó la orden de los Gohai Kaeru, cuyo nombre, dependiendo del contexto se podría traducir como “Navegantes del tiempo” o “Forjadores del mañana”. Esta orden es considerada por gran parte de los intelectuales como los precursores de los Cronistas.

Dentro de las líneas de investigación del Gohai Kaeru se manejan dos teorías principales, ambas con una fuerte influencia del Gutrakage de Ýlar de Jomsul, quien afirman que predijo en sus textos este evento.
Por un lado, reforzando y matizando la creencia mayoritaria, consideran posible que Kaeny realmente fuese la desaparecida Kanyen y los Jo'Na'Ryum sus habitantes. Según esta teoría, la isla no sólo habría desaparecido de su ubicación original desplazándose hasta otro lugar, sino que también se estaría desplazando constantemente dentro de las mareas del tiempo de una manera no coincidente con la de nuestra realidad o con el mismo flujo linean.
Siguiendo con esta línea de pensamiento, la isla no podría desplazarse más allá del momento / espacio en el que todo termina pero, dentro de su periplo, sí que podría haber llegado hasta uno de los instantes finales de la existencia.
En este lugar/momento, se podría haber visto invadida/impregnada por alguno de los conceptos en estado de desintegración existentes allí, quizás uno de los últimos kurbun. A continuación de todo esto, habría proseguido con su vagar hasta otro momento/lugar cronológicamente anterior según nuestra percepción.

La otra línea de investigación que manejan, coincidente con la primera en muchos puntos, es la posibilidad de que se encuentren anclados en ese “momento final” de manera perpetua, incapaces de avanzar y desvanecerse, o retroceder y encontrar una ruta de escape.
Según esta teoría, serían capaces de alcanzar/percibir otros lugares/momentos, pero no de interactuar con ellos.
Al contrario que los Jo’Na’Ryum, la o las entidades con las que se ven forzados a coexistir, y de cuya amenaza trataban de avisar, sí que es capaz de interactuar de una manera tangencial con nuestro nivel de existencia.

-1069: Tras unas negociaciones infructuosas entre Naltor y Rearem referentes a un posible tratado de comercio, se producen fricciones entre sus provincias fronterizas.

-1067: Kinlar Tajerin, señor de la guerra de la provincia naltoriana de Sheparn, declara la guerra a la provincia reani de Mitsulen. Acusa a la nación vecina de estar detrás de un fallido intento de asesinato contra su persona.

-1064: Mavra Daniseva se convierte en la gobernante de Saliria; la primera Danishef.

A lo largo de la historia moderna, si bien de una manera muy diferenciada, sólo dos naciones han mostrado un rechazo frontal e institucional contra las religiones organizadas. La Saliria que ha llegado hasta nuestra época fue la primera de ellas y la figura de su ideóloga siempre ha estado rodeada de una gran controversia.
Si bien se sabe la fecha de su desaparición, poco se sabe sobre su nacimiento, etnia o las causas de su longevidad. Se especula que en el momento en el que se hizo con el poder contaba ya con más de dos siglos de edad.
El ascenso al poder de Daniseva provocó las primeras fricciones entre Saliria y Goord. Su acercamiento a los postulados de Tyernhöl de Naialtyr y los discípulos de la orden de Belernath, así como su veto a la práctica del culto a cualquier deidad en sus dominios, le hicieron muy impopular tanto en la teocracia como en Menetia.
A su impopularidad dentro del antiguo imperio no ayudo el hecho de que convirtiese la Gran Catedral de Amlash en una universidad. En ella se investiga y enseña desde entonces sobre el conocimiento en estado puro y la mecánica de la realidad; la llamada “Ciencia arcana”.

Sus discrepancias con la religión como concepto, y la influencia de los cultos organizados en concreto, quedaron plasmadas en su texto “El juego de los inmortales”:

“Las religiones son la más temible y perniciosa de las plagas que ha podido padecer la humanidad. Por cada culto surgirán cien líderes, por la “visión” de cada uno de ellos se librarán cien guerras. En en cada una de ellas, sus fieles acríticos serán quienes perezcan en un vano intento por contentar los vagos y crípticos designios transmitidos por sus enjoyados señores ansiosos de poder.

Jamás una abstracción a dado muestras objetivables de preocupación por aquellos que dicen vivir y morir en su nombre. Jamás han dado el más mínimo indicio de ser conscientes de nuestra existencia o acciones. Nada parece validar esa absurda creencia de que somos relevantes, de que un poder superior nos creó de manera intencionada, de que exista un “Gran plan”, ya sea para nosotros o para la misma realidad.”

Si bien Daniseva admitía la existencia de entidades y abstracciones con un poder muy por encima de las capacidades del hombre, consideraba que esperar que cualquiera de ellas mostrase interés por nuestras necesidades era algo fútil, infantil y peligroso.
De acuerdo a sus textos, aquellas entidades que pudiesen tener unas inquietudes similares a las nuestras, tendrían también nuestras mismas pulsiones y defectos. Según esta misma línea de pensamiento, desde el momento en el que fuesen como nosotros, dejarían de poder considerarse como seres superiores más allá del mero ámbito del poder crudo.
De existir tales criaturas, se diferenciarían en poco de lo que pueda ser un señor de la guerra o un arcano. Nada digno de ser adorado.
Mostrar servilismo antes algo por el simple hecho de no comprenderlo, de ser más grande, perdurable o poderoso ha llevado a la humanidad a adorar a los avatares imaginarios de las montañas o los mares. Objetos que, por más grandiosos que puedan ser, carecen de una consciencia con la que podamos relacionarnos. Nos convierte en criaturas aún más irrelevantes.
La fe jamás ha dado unas respuestas contrastables, el estudio y el conocimiento sí.

Sus textos y declaraciones, considerada como herejía por todos a quienes criticaba con dureza, le granjearon la enemistad manifiesta de Ingvar Gesterhaim, segundo Teócrata de Goord.

-1063: En la isla de Norotgard el domo jonudi de Shall'Taen'Naú emerge anegando gran parte de la ciudad de Otkel, El señor de la ciudad, Thiongord "Mano de Hierro", y gran parte de los habitantes de la ciudad son abducidos como yunraeh.
Sus fuerzas comienzan a expandirse por el resto de la naciones de Vargad y Nosgarath.
Vigrid Stogmasdotta, gobernante de la nación scand de Nosgarath, logra salir indemne del intento de abducción por parte de uno de sus antiguos súbditos.

-1061: El emperador Lantil Vohn Meneter firma una tratado de alianza con las dos provincias sureñas de Rearam; Mitsulen y Greghem.
El orbak Sengarath Nolaster proclama la ruptura de la “Paz de Namayán”.

-1055: Fallece Lantil Vohn Meneter, su hijo, Ilias Segundo “El Exégeta” se convierte en el decimoquinto emperador de Menetia.

-1053: El capitán mercante menetiano Coláster Suttoir descubre de nuevo para al oeste continental la existencia de la isla continente de Thurgold.

-1051: Los jonudi ven frenado bruscamente su avance por Nosgarath al llegar al monte Malesk, la frontera natural que lo separa de Vargad. Sobre una de sus cimas se encuentra la isla celestial de Turgás´Tal y, por primera vez, se muestran los kesari, los habitantes de los reinos errantes.
Pese a que los kesari no llegan a establecer contacto con los reinos humanos de Norotgard, su simple presencia parece impedir el avance de las tropas yunraeh.

-1049: Se establece la colonia de Tarxis en Nueva Menetia (Thurgold). Colonos, misioneros y exiliados menetianos llegan hasta la isla en busca de una nueva vida y comienzan a expandirse por su costa noroccidental.
Se hayan los primeros yacimientos de salisch en “Las columnas de Yyvylion, las montañas cercanas a la costa.

-1048: Naltor funda la colonia de Anuar en Nueva Menetia.
Se contrata a nativos de las etnias thurg y sune de la zona para que trabajen en las minas. Aparte de los minerales, se comienza a exportar también nativos como siervos exóticos para las familias nobles del continente.

-1047: La alianza formada por los scand y los kesari, liderados por Ari "Mata monstruos", comienza la reconquista de Norotgard. El gobernante de Ulvik porta un artefacto cuya procedencia y cualidades no se conocen por completo, Ashira, la denominada como "La asesina roja".

Tiempo después de estos eventos, se sabe que Ashira, a la que se había descrito como una espada, no era tal cosa. Todo parece indicar que se trata de un constructo bélico de características similares a las de Eolas.
Se desconoce si es un artefacto de procedencia humana o kesari.

-1041: En Nueva Menetia dan comienzo las revueltas thurg. Thurg-Goldar líder de las tribus del desierto, acaudilla también a los esclavos sune.
La rebelión ocupa Tarxis y Anuar tras cuatro genom de combates.

-1040: Fallece Ilio segundo de Menetia, su hija Ilia “La iluminada” se convierte en la tercera emperatriz no consorte.

-1038: Tras medio año de asedio por los refuerzos menetianos llegados del continente, los ocupantes de Anuar deponen las armas y se entregan a sus atacantes.
Mientras tanto, los asediados por las tropas naltorianas en Tarxis, comandados por Thurg-Goldar, aún resisten hasta que se produce la llegada de dos desastres natural.
En el fragor de uno de los asaltos, la tierra se abre y las tropas atacantes son engullidas por ella. Un maremoto arrasa también con la flota naltoriana. Los habitantes de la sitiada Tarxis, pese a esta también se ha visto dañada, han sufrido muchas menos bajas que el enemigo.
Los resultados de los desastres también alcanzan a la costa de Anuar.
Tras la debacle, los invasores continentales son expulsados.
Pese a que Thurg-Goldar no ha sobrevivido a la batalla, sus tropas afirman que él fue el causante de la derrota de los extranjeros.
Tras los desastres naturales las Columnas Yyvylion se extienden hasta el corazón de la isla, aunque no se sabe a ciencia cierta si ambos eventos están relacionados.

-1037: Se firma la paz entre el recién formado estado de Thurgold y las naciones del continente. El control de las colonias se mantiene en manos thurg y un acuerdo comercial permite la explotación de las minas a los comerciantes continentales.

-1023: Pese a que los scand logran hacer retroceder a las tropas de Thiongord, durante el ataque a Otkel Vigrid Stogmasdotta y Ari "Mata monstruos" mueren. Tras el fallecimiento de este último, Ashira desaparece.
Thiongord y los yunraeh se retiran hasta el domo jonudi que emerge aún más desde su dimensión para absorber Otkel por completo.
Gran parte de Nosgarath es recuperad, pero Otkel aún permanece bajo el dominio de Kade'Saún'Forst, el señor del domo.
Suu, el kesari que ha apoyado a los scand regresa a Turgas'Tal.

-1010: Nace en Sunrath Rodgar Vohn Meneter, hijo de Quindayel y Amila.

-981: En la capital imperial de Shinzay, la antigua ciudad ailanu de Tahuke, nace Morisato II, hijo del emperador Feng Tai y su concubina Xiao Mei.
Tras su nacimiento es entregado a las sacerdotisas del templo de Sakuradai debido a los “signos que se produjeron durante su nacimiento”.

-964: Son presentados en sociedad los mellizos Xanae y Shinkage, hijos de Morisato segundo de Shinzay. Se desconoce la identidad de la madre.

-947: Áldryar Nalot, ideólogo del moderno Naltor, se convierte en el primer Orgus de la nación.

De la misma manera que ha sucedido en el caso de Daniseva, la figura de Nalot ha sido sometida a múltiples y diversos análisis a lo largo de la historia.
Al igual que la gobernante de Saliria, una de las piezas fundamentales de su programa recaía sobre el pernicioso efecto que causa sobre el pueblo la superstición y el servilismo a un hipotético “poder superior”.
Si bien el acercamiento filosófico de ambos gobernantes difiere enormemente, el hecho de que, tras su ascenso al poder, Nalot prohibiese la presencia del clero así como el culto a cualquier deidad, ha provocado que múltiples voces hayan tratado de hallar similitudes y paralelismos entre ellos, ignorando las claras diferencias que se encontraban tras esta decisión.

En contraposición a los preceptos que defendía Daniseva, Nalot se vio obviamente influenciado por las enseñanzas y escritos de Veshiqtoal de Lairenshul, En Naltor las religiones no sólo fueron vetadas, sino que sus practicantes también fueron perseguidos.

En lo personal, las comparaciones entre Nalot y Daniseva también han sido siempre a todas luces inevitables.
Por un lado, tanto el carisma del gobernante naltoriano como el impacto de sus reformas fueron mucho menores fuera de su nación. Más allá de esto, sus detractores también han acusado a su argumentario de carecer de un verdadero poso filosófico. Estas mismas acusaciones tachan a su ideología de no ser nada más que un mero acto de provocación contra sus vecinos menetianos destinado a frenar el impacto, la penetración y el poder que la iglesia tayshari estaba adquiriendo en sus territorios.

Pese a todas estas críticas, es innegable que Nalot logró sembrar las líneas maestras ideológicas que se han prolongado hasta la actualidad en Naltor.

“Vivimos en un mundo imperfecto” proclamaba en su discurso “Un mundo, según afirman los escritos antiguos, creado o nacido a partir de una entidad de cualidades inconmensurables. De un concepto carente de defectos, infalible e inconmensurable tanto en conocimiento como en poder.
Y yo pregunto ¿qué pretendían quienes plasmaron estas palabras en pergamino? ¿qué es un dios? ¿para qué sirve?.

Un Dios, “El Dios”, “El Primero”, tal y como lo definen y entienden aquellos que alumbraron la palabra, es un ser más allá de toda comprensión. Un ente capaz de dar forma a lo que desea y borrar de la existencia aquello que le molesta. Un demiurgo omnisciente y todopoderoso capaz de crear y destruir la vida. Una entelequia cuyo conocimiento de todas las cosas es absoluto. Aquel de quien surgió todo lo demás, incluyendo a los llamados “dioses menores”. En definitiva, “El Uno”. La abstracción suprema y absoluta, superior en cualquier aspecto a todo aquello que ha creado.
Si esta es la definición aceptamos de lo que es “El Dios”, yo afirmo que “El Uno” no existe y que los dioses, tal y como se han tratado de implantar son una mentira.

No niego la existencia de entidades cuyo poder, ya se físico o ultraterreno, sea en mucho mayor que el de cualquiera de entre quienes habitamos este montón de tierra, pero el poder no es tan importante como el uso que se hace de él.

Porque, yo os pregunto ¿debemos doblegarnos ante el oso porque es capaz de destrozarnos con sus manos desnudas?¿Debemos arrodillarnos ante el mar pues es capaz de destruirnos?
No, debemos retarlos. Debemos conquistarlos.

¿Qué han hecho los dioses? ¿Qué uso han dado a sus dones?
Un mundo anárquico lleno de incertidumbres. Una obra torpe y primeriza que nos vemos obligados a padecer, arreglar y mejorar.

Así que yo digo, si un dios es superior en todos los sentidos a sus creaciones, yo digo que ninguno de los conceptos que son adorados como dioses ha creado al hombre, pues hasta el mas estúpido de entre nosotros habría creado un mundo mejor a este en el que vivimos.
Y por esta simple razón me niego a que cualquiera de nosotros se inclinarme ante una suerte de entes a todas luces inferiores.
Nosotros forjamos el mundo, nosotros decidimos nuestro propio camino.”

-946: Una pandemia se propaga por la ciudad de Tashuke.
A excepción de los herederos, Xanae y Shinkage, toda la familia imperial perece.

-945: La capital imperial de Tashuke desaparece.

Aún a día de hoy se desconocen las causas de la desaparición así como el destino de una ciudad. Pese a tratarse de un emplazamiento idóneo para su edificación, la ubicación que ocupaba originariamente no ha vuelto a ser poblado. Las rutas comerciales también rodean el lugar.
Así como se cree que los eventos que trajeron a la isla de Kaeny hasta este plan fueron fortuitos, los eventos que precedieron a esta desaparición de Tashuke han llevado a los investigadores a apuntar a la participación intencionada de alguno de los habitantes de la ciudad.
Gracias a la reciente recuperación de las copias de algunos de los mandatos imperiales en el año 514, se ha podido comprobar que el emperador Morisato segundo ordenó la ocultación y dispersión de las tres reliquias que otorgan el título de emperador. Se sospecha que esta acción se llevó a cabo para que su hijo Shinkage no pudiese reclamar el trono.

Asimismo, dentro del folclore popular la figura de Shinkage ha alcanzado un estatus equiparable al de las grandes monstruos mitológicos. Se desconoce si esta reputación proviene de estos eventos o de los que protagonizaría en épocas posteriores.
Tanto el pueblo como el clero culpó a Shinkage de la catástrofe, acusándole de llevar a cabo las acciones que desencadenaron la apertura del camino hasta nuestra realidad a una entidad / concepto al que denominan Yr'laan.
Se especula que este ente podría haber sido otro aspecto del Nyarl Noidems.

Así como se cree que Xanae desapareció junto a la ciudad, todo parece indicar que Shinkage no se encontraba en ella durante el suceso. Pese a todo, la pérdida de cualquier documento oficial que pudiese existir debido a la desaparición de la ciudad, ha provocado la proliferación de múltiples y contradictorias versiones sobre estos hechos.

Dentro de todas las teorías que se han barajado sobre este evento, la que cuenta con una mayor aceptación es la que afirma que, para aquel momento, Shinkage ya no había dejado atrás su humanidad y poseía la capacidad de abandonar a voluntad este plano de existencia.

Por otro lado, una considerable parte del pueblo cree que, ante a gravedad de las acusaciones, se vio obligado a huir.

Después de este evento ha pasado a la historia bajo los apelativos de ”El demente”, “El príncipe condenado” o "El señor de las plagas".

-943: El Trael Lifgarn de Kaar financia la primera cruzada goordiana contra Saliria. Cuenta para ella con el apoyo de los señores de la frontera y el Teócrata Palaes.

-941: Finaliza la primera cruzada tras tras el fallecimiento de su impulsor. La campaña militar fracasa sin llegar siquiera a alcanzar las cercanías de Amlash. Palaes muere pocos años mas tarde de una extraña enfermedad

Existe un gran debate acerca de la causa de las muertes de Lifgarn y Palae. Su cercanía temporal, así como que se produjesen durante la cruzada, han hecho surgir cientos de rumores, leyendas y teorías conspiratorias acerca de la naturaleza y sucesos que llevaron a las mismas.
Estas teorías abarcan todo el espectro desde quienes consideran probable que su fallecimiento se debiese a la mala salud congénita del teócrata, hasta las voces de quienes acusan a Mavra Daniseva de haber lanzado una maldición contra sus enemigos.

-915: El Teócrata Silus Vriken de Goord organiza la segunda cruzada contra Saliria.

-889: Tras lo que parece una pandemia en la ciudad imperial de Dyamin, en Kylburn, esta queda aislada del los territorios que la rodean.

Tras la perdida de contacto con la ciudad, desde el Concilio de Twindar se envío una expedición comandada por Agnus Gimoiran a investigar sobre el destino de sus habitantes.
De los informes remitidos al concilio se pueden extraer varias conclusiones:

Dyamin no dejó jamás de estar en su ubicación, sino que esta se vio solapada por parte de una o varias realidades ajenas.
Durante el tiempo que se prolongó este solapamiento, las condiciones de vida en la zona se vieron alteradas. Aún así, la supervivencia humana continuaba siendo viable, pese a sufrir alteraciones de diversa índole.
Durante la primera fase se produjo un proceso de aclimatación y adaptación, lo que se interpretó como la pandemia.
Una vez consolidado el solapamiento, quienes trataron de salir de la ciudad jamás llegaron hasta una localización situada en Daegon, sino que quedaron perdidos en la confluencia generada entre los espacios fusionados.
Durante la segunda fase, varios lukata tras la segada de la expedición, no sólo el ambiente pareció volverse hostil, sino que, pese a que las consecuencias de esta dispersión no se producían de una manera uniforme, los cambios también afectaron internamente a los miembros de la expedición. Según uno de los testimonios de Gimoiran:

“La misma brisa a su alrededor pareció volverse más áspera a cada momento. Primero consumió su armadura hasta convertirla en minúsculas virutas de metal, después de esto, o quizás en el mismo momento, su ropa y se volatilizó mostrándonos lo que sucedía en su interior. Todo tan complejo, tan doloroso y doloroso, que hasta el paso del tiempo parecía haberse detenido.
En aquel momento, de una manera casi parsimoniosa, la piel de Otmar comenzó a descomponerse. Capa a capa, todo lo que componía su ser se veía expuesto a aquella corriente devoradora, pero en su interior no sólo había músculos, nervios y huesos. Entre sus órganos vitales, a lo largo de todo su cuerpo, se podían adivinar formas de aspecto difuso que se arrastraban. Ante mi mirada aquello se mostraba como bocas pobladas por afilados colmillos que lo devoraban lentamente, pero mi segundo afirmó que lo que consumía el interior de nuestro compañero eran una suerte de esferas traslucidas que abrían sus carnes. El el interior de estas esferas, una aberración informe se nutría con los fluidos que se permeaban a través de las paredes de su habitáculo.
Otmar no perdió la consciencia en ningún momento. Cada instante estaba sumido en lo que parecía una agonía interminable. Una agonía a la que éramos incapaces de poner fin”.

Varios de los componentes de la expedición, al igual que miles de los habitantes de Dyamin, sufrieron muertes agónicas, pero cada una de ellas con unas características diferenciadas y únicas que Gimoiran recogió en sus memorias. Quienes le acompañaron en sus últimos días afirman que aquellas imágenes no le abandonaron hasta el último de sus días.

A finales de ese año los alrededores de Dyamin volvieron a la normalidad y una nueva expedición fue enviada hasta la ciudad. Apenas encontraron a un millar de personas vivas, varias de las cuales se encontraban en estado catatónico.
Gimoiran había sobrevivido pero tardó varios años en ser capaz de transmitir lo que había vivido. Afirmó también haber combatido y dado muerte a Shinkage en aquel lugar, aunque lo describía como una criatura cuasietérea de mirada gélida e imperturbable. Indiferente ante el sufrimiento que le rodeaba.

Tras recuperar su capacidad de raciocinio, Gimoiran trabajó los escasos años que le quedaron de manera frenética tratando de encontrar un sentido a todo lo que había experimentado.
Hasta donde alcanzan los registros, de su pluma surgieron por primera vez las palabras “Dimensión“ y “Plano”, términos técnicos estos que han sido adoptados y hechos suyos por parte de la comunidad científica, para ser concretados, extendidos y matizados en los siglos posteriores. También fue el primero en tratar de describir ambos conceptos, sus diferencias y los mecanismos mediante los que se relacionan,

Según sus textos, las dimensiones se crean al producirse el solapamiento entre dos o más planos. Estas ubicaciones, pese a que existen una infinidad de estados intermedios, pueden ser tanto transitorias como estables o permanentes.
De acuerdo a sus postulados, las dimensiones no consistirían únicamente en un estado de la materia, sino que las fuerzas afectadas serían mucho más diversas. El sueño sería una dimensión a la que sólo podemos acceder cuando nos encontramos en un estado de consciencia concreto.

La composición y naturaleza de los planos, por otro lado, ha sido ampliamente debatida sin llegar a un consenso. Para algunas escuelas, como pueda ser la Gergiana (Nyocta Gergian (Nwabe, Tembi -237, -176)), la nada, el tiempo y la muerte serían tres de los “planos” o “fuerzas primarias”, mientras que otras, como la Pandarviana (Ylia Pandarv (Gaanoru, Saliria 23, 94)) defienden que estas tres entidades no encajarían dentro ninguno de estas dos categorías, mientras que sí que incluyen a la emoción o la inteligencia como planos transversales.

También trató de describir de una manera racional la abstracción que hasta entonces sólo se había conocido como “kurbun” o “los kurbun”; la fuerza que había acabado con sus hombres.
Según sus apuntes:
“No son ellos quienes acaban contigo, sino que es tu mente la que te destruye. Los kurbun alimentan el poder de nuestro subconsciente dando vida a los temores que lo pueblan. Su sola cercanía despierta aquello que nos aterra y otorga a nuestros pensamientos la capacidad de hacerlos reales.
No son ellos quienes le dan forma, quienes te atacan, sino que eres tú quien forja el arma que acabará con tu existencia. Tú serás quien cause la agonía que te acompañará hasta tus últimos momentos”.

-888: Finaliza la segunda cruzada tras el fallecimiento del teócrata.

-887: Se produce un nuevo solapamiento de realidades en Kylburn.

En esta ocasión, la zona afectada no se limitó a los alrededores de Dyamin, sino que su área de acción fue mucho más amplia. Las ciudades de Cirmala y Jairsal, así como las aldeas que los rodeaban vieron diezmadas sus poblaciones. Los cuerpos de muchos de ellos, como los de Gimoiran y gran parte de su familia, no pudieron ser recuperados o identificados.
Los escasos supervivientes afirmaban haber sentido la cercanía de una presencia levemente humana que ansiaba retribución, a quien identificaron como lo que un día fue Shinkage. Junto a él, más allá del umbral que delimita la consciencia, la vida, la materia o la cordura, se hallaban las esencias puras del dolor, el miedo y la no existencia. Entes ajenos al mismo concepto de lo vivo o sentiente.

Bajo el auspicio del Concilio se creó el Chernat Ianaster, cuya traducción podría ser la de “Los topógrafos de lo etéreo” o “Los custodios del velo” cuyo primera dirigente fue Yarna Gimoiran (sin parentesco alguno conocido con Agnus).
La misión de este organismo estatal es la de tratar de cartografiar las grietas que dan acceso hasta nuestra realidad, comprender los mecanismos que los activan y tratar de prever tanto su apertura como su rango de acción.

arcanus

La edad moderna II

La edad moderna II
-854: El grupo expedicionario independiente liderado por Lag'Tsat llega hasta el matriarcado de Nivar en su búsqueda de las ruinas de Stergión.

Así como se desconoce cuándo dio comienzo esta expedición, cuál fue su fuente de financiación, o la composición original de los miembros de la misma, los datos que se han ido recabando a posteriori parecen apuntar a que Tsat sabía la ubicación aproximada en la que se encontraba su objetivo.
Existen sospechas de que él ya había nacido cuando la ciudad era la capital del imperio ailanu.
Pese a que se desconocen los términos concretos, se sabe también que Tsat alcanzó un acuerdo con la ogarn Imanion Natlos sobre los derechos y beneficios de cada una de las partes sobre aquello que hallase en su expedición.

-851: Denizern, Ârictar y Talérien junto a sus territorios pasan a convertirse en provincias con plenos derechos de Rearem.

Existen especulaciones acerca de los motivos de cada una de las partes a la hora de la anexión.
Sí que existen registros de que gran parte de las provincias reani habían contraído cuantiosas deudas con las explotaciones mineras de las naciones independientes, por lo que se sospecha que, tras no lograr alcanzar un acuerdo puramente económico con el que satisfacer estas deudas, se produjo un acuerdo del que ambas partes salieron favorecidas.
El hecho de que, durante mucho tiempo, estas nuevas provincias disfrutasen de una notable autonomía en temas económicos favorece esta tesis.
Por otro lado, y dada su situación geográfica, también se baraja el hecho de que no se les presentase otra alternativa entre esta opción o la anexión forzosa.

-842: Loas ruinas de la ciudad de Stergión son halladas por la expedición de Lag´Tsat cerca de la ciudad costera de Kayatami, en la frontera con Goord.
Esta ubicación obtiene el estatus de ciudad estado con lo que se independiza del matriarcado.

-792: El teócrata Malik Oreh de Goord lidera la tercera cruzada contra Saliria.

-791: Estallan nuevos conflictos entre la nación maleri de Dagorel y los clanes zulera que conduce sus pastos cerca de su frontera.
Raygar, caudillo del clan Istgregor se reúne tanto a Dairus como con Lireo Nuar, señor de nación maleri de Ashgurn, tratando de establecer un tratado de alianza e invocando el El pacto de Áractur.
Estas conversaciones no resultan exitosas.
A quien logra conmover Raygar es a Hamnet, uno de los hijos de Dairus y Channari, quien se ofrece a sí mismo y a sus tropas para intervenir y tratar de mediar en el conflicto.

La tercera cruzada finaliza tras el fallecimiento del teócrata.

-783: Tras el asesinato de Migkor Isdal, embajador sistelano en Nuyancor, el serset Togor de Sistela declara la guerra a la nación vecina.

-782: Hamnet es herido, capturado y retenido como rehén por las tropas de Dagorel.

-780: Hamnet fallece mientras permanece retenido debido a una complicación con sus heridas.

Nuar permitió a Dairus la recuperación del cuerpo de su hijo para este fuese sepultado bajo el rito de Arcthuran. El gobernante de Beretear se comprometió a intervenir en el conflicto una vez terminado el periodo de duelo.

Cuenta el folclore que, de no haber llegado a un acuerdo para cuando llegase ese momento, Dairus amenazó con ocupar los territorios de ambos e imponer a un gobernador externo que sólo respondería ante Beretear para gestionarlos.

La escasez de textos que documente la historia oficial de Beretear durante estos momentos, no ha impedido que sea público que el fallecimiento de Hamnet significó un duro revés para el patriarca de “Trollellom”. Una de las preguntas que tampoco ha obtenido respuesta es la edad de Hamnet en el momento de su muerte.
Se desconoce si heredó de alguna manera la longevidad de su padre, o si se periplo vital fue más convencional.
Channari, la compañera de Dairus, se alejó de su lado para jamás volver. Otros dos de sus hijos, Talaisa y Vagmar también abandonaron la ciudad de las alturas, se desconoce si siguieron el camino de su madre o si sus sendas se separaron.
De entre sus familiares sólo su hija Belerit permaneció a su lado. No se le han conocido compañeras o descendencia posteriores. Si excluimos su relación con Lag'Tsat, otro inmortal, apenas se le conocen interacciones puntuales con el resto de gobernantes, más allá del protocolo y las relaciones puramente institucionales.

Al igual que con Hamnet, y pese a que se ha especulado ampliamente acerca de su supuesta inmortalidad, se desconoce el paradero de todos aquellos que se fueron, así como los detalles acerca de su herencia.
A lo largo de la historia se ha querido asociar con los hijos de Dairus con diversos personajes históricos de épocas posteriores, pero estas historias siempre han carecido de cualquier tipo de rigor o datos objetivos sobre los que sustentarse.

-779: Se firma el cese de las hostilidades entre los clanes zulera y Dagorel. Los clanes Istgregor, Vorst, Goenyamat, Herset y Osralath se asientan en las tierras limítrofes de Ashgurn y fundan la nación de Hanrath.

-776: Durante la última noche de Aracthur se produce el “Evento de Edera”. Los habitantes de las aldeas cercanas a las ruinas de la ciudad-puente desaparecen o mueren.

En el único testimonio escrito que se conserva de uno de los testigos anónimos del evento se puede leer:

“Sobre el rio, el cielo se desvaneció. La oscuridad era desgarrada y su agonía se hacía mía. Yo era la nada, el vacío y el todo. El lienzo sobre el que se plasma la existencia, la ausencia en su forma más pura, la lúcida locura de quien desconoce su propia existencia. Moría y era sustituido por otra cosa. Por algo que no era, por aquello que no puede describirse o padecerse ya no es. Por la no existencia.
El cielo sangraba, pero sus fluidos carecían de color o textura, de fluidez o movimiento.
No miré. Mirar era comprenderlo todo, era enloquecer, era dejar de ser. Aún así comprendía. Sólo era une pequeña fracción de la verdad, pero era suficiente.
No hay esperanza, no hay equilibrio o justicia, no hay salvación. Todo aquello en loa que creíamos era mentira, jamás tuvimos una oportunidad.”

El Evento de Edera se prolongó durante cerca de cinco años. Durante este tiempo, el cielo sobre la ciudad y sus alrededores dejó de ser. No había luz sobre aquel lugar, tampoco oscuridad. Su lugar fue ocupado por algo cuya sola visión causaba la muerte o la locura. Unas texturas y colores que dañaban la vista y la mente. Hablar o incluso pensar sobre ello desembocaba en una agónica desesperación. Tratar de comprenderlo llevaba al suicidio o la demencia.

Según la descripción que hace de este evento otros de los textos anónimos que se conserva de la época:

“Algo se acerca. Algo que jamás ha sido, que jamás ha existido, nos atrae hacia el olvido. La no-presencia se expande desde lugares vedados a nuestros sentidos o nuestra imaginación. La nada. El no-ser nos atraviesa y nos cambia. Aquellos afortunados no sobreviven a su contacto y su agonía es breve. Quienes carecen de tal fortuna son atraídos por el no-lugar, por lo que sólo puede alcanzar quien ha dejado de ser.

Para ello tratan de abandonar todo lo que han sido, tratan de dejar de existir. Dejar de ser hija, esposo o madre. Dejar de ser mujer, humano o miembro de cualquier colectivo. Dejar de ser. Dejar de estar. Abandonar la materia, emociones y pensamientos de los que están compuestos. Deshacerse de cualquier apego, ya sea este a quienes compartieron su vida, o a su propia carne, sangre y huesos.
Pero no son capaces. No pueden dejar de ser, sólo pueden convertirse en otra cosa, en otro algo. En formas agónicas que sólo aspiran a aquello que jamás podrán llegar a alcanzar”.

Finalmente, sin explicación alguna sobre las causas de su origen o su final, la herida en el cielo se cerró durante la última noche del año. Una noche que se prolongó durante más de cien horas.
Este final se produjo en fechas cercanas a otro evento igualmente traumático para los menetianos.

-771: Fallece a los doscientos treinta y nueve años Rodgar Vohn Meneter “El eterno”. Le sucede su hija Alesta de veinte años, su única descendiente viva.

El fallecimiento de su emperador fue un duro golpe para Menetia, pero no fue menos sorpresivo para sus vecinos. Diez generaciones de menetianos, naltorianos y reani no habían conocido a otra persona en el trono de Sunrath.

Pese a que se desconoce casi todo sobre ella, la rumorología atribuye su longevidad a su madre. Amila. Procedente de la provincia Reani de Râelt y miembro de la familia del Tahákrair, fue una persona que no se hizo notar en la vida política del imperio, pero que sí que se ganó el aprecio del pueblo con su apoyo al legado de Leibeth. También bajo su protección se fundaron los primeros hospicios para los más desfavorecidos.
Pese a que este apelativo no era del agrado de la iglesia, el pueblo la bautizó como “Kayna Ilsade Leanish”; La enviada de Lerián.

A lo largo de la historia y, más allá de la versión oficial, se han generado cientos de leyendas apócrifas acerca de la naturaleza de Rodgar, al igual que se le han atribuido a su fallecimiento todo tipo de relaciones con el Evento de Edera.
Gran parte de estas historias se han centrado principalmente alrededor de su a todas luces inhumana longevidad. Pese a que ninguna de ellas se ha basado en datos contrastables de cualquier tipo, eso no ha impedido que muchas de ellas hayan perdurado hasta la actualidad.

Sobre él se ha escrito que no nació de madre mortal, sino que fue enviado por los dioses para guiar el camino de la humanidad. Que le fue entregado a la familia del emperador para su custodia para que fuese criado como un hombre.
Otras voces afirman que su cuerpo mortal del vástago de la familia imperial sólo sirvió como receptáculo para la esencia de uno de los kayain.
En algunos círculos también se especula con la posibilidad de que este suceso se produjese cuando el heredero había alcanzado ya en su edad adulta, y que esta abducción no fue voluntaria.

Lo que es innegable es que de él se esperaban grandes cosas. Se decía que estaba destinado a enfrentarse y derrotar al señor inmortal de Trollellom para recuperar el esplendor del imperio. Que reconquistaría todo el continente y le otorgaría una nueva era de prosperidad.
Pese a que nada de esto llegó a materializarse, la noticia de su muerte despertó un profundo temor generalizado. Se interpretó como la señal de algo catastrófico que estaba por llegar. Algo aún peor que lo que se había producido en Edera. Por fortuna, estos temores también resultaron infundados.

Si bien es cierto que se ha escrito mucho más sobre la longevidad de Rodgar que sobre su legado como gobernante, y no es menos cierto que las expectativas de grandeza que le rodeaban jamás fueron satisfechas, no por esto se puede considerar su mandato como algo fallido.

Durante más de dos siglos la franja centra del sur occidental del continente se mantuvo en paz, alcanzando gracias a ello una considerable estabilidad cada una de las naciones que la componían.
Quien más se vio afectada de una manera negativa durante su reinado fue la iglesia. Pese a que los distintos Teogonistas de la iglesia Tayshari que ocuparon el cargo coincidiendo con su gobierno exigieron de manera reiterada una guerra santa contra Naltor o Saliria, este jamás cedió a las presiones de los religiosos.

El hecho de que no se le conozcan grandes obras, guerras, despilfarros arbitrarios o excesos, junto a que apenas se puedan encontrar anécdotas extraordinarias y verificables sobre su persona, ha hecho que también haya pasado a la historia bajo el apelativo de “El emperador invisible”.

-757: Málaster se alía con Nuyancor en su larga guerra contra Sistela.

-753: Sipskriel proclama la llegada del nuevo orden. Según este nuevo paradigma, su papel pasa a ser el de “Heraldo del cambio”.
Tras esta proclamación invade Nuyancor y Sistela.

-750: Nuyancor, Sistela y Málaster son conquistadas pasando a convertirse en provincias de Harst.

-741: En la provincia reani de Gardasyl se produce la primera gran alianza de tribus dengar bajo el liderazgo del caudillo Vimula Hi'Vridún.

Los dengar siempre han afirmado ser los descendientes de los habitantes originarios de gran parte de los territorios que ocupan Saliria, Rearem y Menetia. Según sus genealogías, los fundadores de las primeras tribus ya ocupaban esas tierras desde las eras previas a la llegada de los nalsai de Edarc.
Tras la caída del Gran Imperio sus reclamaciones territoriales comenzaron a intensificarse pero, lo disperso de sus núcleos de población, junto a su propia idiosincrasia cultural, les había llevado a no ser tomados como una amenaza real para las grandes naciones.
Los dengar podían ser una molestia pero no representaban ningún peligro. La llegada Hi'Vridún supuso un cambio drástico en este esquema.

Hasta aquel momento, las tribus, gobernadas por la casta sacerdotal de los de jarakanu siempre habían promovido una cultura de confrontación con el resto de los suyos. Los siervos de Koroktomoj despreciaban a quienes adoraban a Matektokoal. Quienes rendían culto a Jarletuktal saqueaban a los discípulos de Dustukan. Los “hijos” de Shaduktukumal esclavizaban a las huestes de Kushund.
Con la llegada del Vimla, el primer “Adshkerez”, el “Señalado por los jakaranu” las luchas internas cesaron y nació la primera encarnación de la “Dengaya Jakalay”; La nación dengar.
Partiendo desde las ruinas de la ciudad pirámide de Rishgarma, donde se fraguó esta nueva “nación”, las hordas de Hi'Vridún asaltan y conquistan la ciudad de Resna. A esta le siguió Neneslar, la capital de Gardasyl.

-726: Lag´Tsat logra descifrar, reparar y adaptar al paradigma actual los mecanismos que izaban Stergion y esta se eleva una vez mas.

Se han escrito cientos de textos alrededor de la figura de Tsat. Su ansia de conocimiento y su longevidad han provocado que se le sitúe indistintamente como el último de los padres o de los ailanu.
Al mismo tiempo su total indiferencia, cuando no directamente repulsa, hacia la notoriedad y la ostentación, de una manera harto irónica le han granjeado el apelativo de “inhumano”.
Pese a la obvia superioridad de Stergión en los diferentes campos del conocimiento, no se conoce ninguna tentativa por parte de Tsat de extender su poder, ya sea este político social o militar, o por ampliar sus dominios.

Por otro lado la nueva Stergión y su fundador, cuya percepción varia enormemente dependiendo de la nación o cultura a la que se consulte, son una anomalía llena de preguntas sin responder.
Mientras que el fundador es un héroe para unos y un maquinador que aspira a hacerse con el control global para otros, la consideración hacia su obra oscila de la misma manera desde un extremo hasta el opuesto.

El aislamiento al que condena su propia naturaleza a la ciudad, así como la escasa visibilidad de su gobernante, han creado para ambos una pátina de misterio, fascinación y temor a partes iguales.
Según a quién se consulte, Stergión es una utopía humanista, el centro de una conjura, el último vestigio de esperanza que le queda a la humanidad, la que desencadenará el final del Tercer Ciclo o una aberración contra todo lo “natural”.
Pese a la más que notable falta de información que poseemos, es harto improbable que sea cualquiera de esas cosas.

A lo largo de los siglos se han realizado acusaciones de todo tipo contra Tsat. Se le ha tachado de soberbio y oscurantista. De retener prisioneros a sus propios ciudadanos. De no compartir con el resto del mundo los descubrimientos que se hacen en Stergión e impedir que la humanidad en su conjunto pueda avanzar.
Asimismo el transito hasta la ciudad errante es harto complejo. Se especula que existen mecanismos ubicados en distintas localizaciones del mundo que llevan hasta la ciudad, pero sus localizaciones no son públicas y, caso de saber de ellas, pocos son los capaces de hacerlos funcionar.

-723: La rebelión de los dengar es aplastada en la provincia de Denizern. Para entonces ya han arrasado Yaglan, Talérien, Thaigen y Nush.

Con la derrota de los dengar y la muerte de Vimula también murió la primera encarnación de la Dengaya Jakalay. La casta sacerdotal regresó a las antiguas costumbres pero parte de los clanes se desvinculan de ella. Una nueva nación dengar nació. Pese a encontrarse esparcida por toda Rearem, Rishgarma se convirtió en su “capital”.

La relación de Rearem con los dengar también cambió de manera irremediable. Conscientes de la amenaza que puodía llegar a representar una nueva alianza de las tribus los Doyo Tahákrair decidieron formar un ejército profesional, las Legiones de Rearem.
En un inicio la creación de estas fuerzas armadas provocó la inquietud de las naciones vecinas. Con el paso del tiempo y tras alcanzar una estabilidad interna, esta fuerza ha terminado por convertirse en una de las principales fuentes de ingreso de varias de las provincias. Las mismas naciones que antaño recelaban del poderío militar de Rearem, en la actualidad utilizan estas mismas fuerzas como tropas mercenarias en sus propios conflictos.

-719: El filósofo e historiador Walur Latnaer, tras llegar a un acuerdo con el gobierno de Baern, funda la primera sede de la orden de Los Cronistas en la ciudad de Bran.

-691: Un consorcio de comerciantes de Menetia y Rearem liderado por el menetiano Cletus Sirom compra las ruinas del puente de Edera y los terrenos que lo rodean.

-683: Naltor invade y conquista la ciudad portuaria de Xultz.

-681: Menetia invade y conquista la ciudad portuaria de Xultz.

Situado en la desembocadura del río Gyverk que sirve como frontera entre Naltor y Menetia, el puerto marítimo de Xultz, quizás el más importante de toda la costa sur del continente, ha sido un bien muy ansiado por las dos naciones que lo rodean.
Por más proyectos que se han llevado a cabo con este fin, debido a la orografía de sus costas ninguna de los dos países ha podido tener un puerto de referencia. Ni el puerto de Sulgart ni el de Noguya han logrado satisfacer todas las expectativas para los que fueron creados.
Ya sea para el tránsito de las rutas comerciales o para albergar sus propias flotas, siempre han necesitado de astilleros y muelles situados en las islas cercanas a la costa.

-657: Se firma el “Tratado de Niaval”.

Tras varias décadas de conflicto por este fragmento de costa, el emperador Dalmesh Vohn Meneter y la orgus Annasté de Naltor acordaron declar Xultz como territorio neutral. De acuerdo a este tratado, ninguna de las dos naciones trataría de hacerse con su control.

Gracias a este acuerdo, Xultz alcanzó su anómalo estatus actual. Mientras que sus habitantes se consideran a sí mismos ciudadanos de una ciudad estado, de cara a Menetia y Naltor la ciudad es un protectorado de ambas naciones.

-642: Tras la reconstrucción del palacio de Edera y algunas de las infraestructuras situadas en el interior del puente, las rutas comerciales que atraviesan Edera se unen a la vía imperial. Algunas de las familias de comerciantes más poderosas de Menetia, Rearem y Naltor comienzan a adquirir terrenos dentro del puente para construir casas de postas, mesones y almacenes.
Sirom se convierte en el primer Imul Vagase de Edera; el “Príncipe de los comerciantes”. El palacio de Edera pasa a convertirse en la residencia del líder del gremio de mercaderes.

-639: Finaliza la construcción de las bahías en las columnas de Edera, lo que convierte a la ciudad en el puerto fluvial más importante del sur continental.

-578: El Teócrata Mutién de Goord organiza la cuarta cruzada contra Saliria.

-572: Daniseva desaparece.

La desaparición de Daniseva en pleno conflicto supuso un duro golpe para Saliria. Su sucesora y discípula, Elís Namayeva mantuvo vivo su legado impidiendo que el pánico y la incertidumbre desvirtuasen los preceptos sobre los que se había construido la nación.
Tras la desaparición de Daniseva la cruzada finalizó abruptamente.
En uno de los últimos sermones de Mutién, este proclamaba:

“La guerra santa nunca buscó la expansión y el poder, sino la defensa de lo que es correcto”
La impía afrenta que Daniseva propugnaba a todos los niveles con su mensaje dañino, junto a lo antinatural de su reinado y lo obsceno de sus proclamas, debían ser extirpados del libro de los pecados.
Hoy el pueblo de Saliria ha conocido el poder del creador y vuelve a ser dueño de su destino. Gâldaim se ha impuesto sobre quienes negaban su verdad y se mofaban de quienes proclamamos su mensaje”

Poco después de este sermón Mutien enfermó para morir escasos días más tarde.
Los documentos oficiales no aportan datos especialmente aclaratorios acerca de este suceso. Por otro lado se conservan una serie de textos apócrifos atribuidos a quienes lo acompañaron y documentaron sus últimos momentos. En ellos se narra cómo la enfermedad lo llevó hasta la locura y cómo, en su lecho de muerte, sus últimas palabras no fueron destinadas a su dios sino a pedir clemencia a Daniseva.

A su vez nada se sabe del destino final de Daniseva más allá de las habladurías del pueblo.
Llama poderosamente la atención que, en una cultura tan preocupada por el conocimiento, no exista ningún escrito o versión oficial documentada sobre el caso. Es precisamente esta falta de concreción la que provocó el surgimiento de diversas versiones alimentadas por la mera especulación tratando de detallar el suceso.

La versión mayormente aceptada es la que afirma que su desaparición nada tiene que ver con la cruzada; Simplemente su vida llegó a su fin.
Pese a su gran longevidad no era inmortal y falleció a los setecientos noventa y tres años de edad.

Más allá de las fronteras de Saliria se especula con otras posibilidades de todo tipo:
Desde que su fallecimiento fue causado por un experimento fallido, hasta huyó debido al hastía que le causaba el conflicto continuo.

Por otro lado, la versión oficial de acuerdo al gobierno de Goord es otra:
En cuatro ocasiones su pueblo había sido atacado debido a sus decisiones. A lo largo de los siglos miles habían muerto defendiéndola a ella y su ideario. Tras negar durante tanto tiempo lo equivocado de su camino finalmente vio la luz de Gâldaim.
Tras aceptar sus innumerables pecados, azotada por la culpa y el remordimiento no lo pudo soportar más y fue su propia mano la que puso fin a su existencia.

-563: Fallece Rodgar segundo. Su hijo Tavré Vohn Meneter se convierte en el trigésimo segundo emperador de Menetia.

-533: Tras no llegar a un acuerdo sobre los límites del acuerdos que llevaron a cabo sus ancestros, los derechos sobre la explotación de las minas de salisch de Thurgold les es retirada a las naciones continentales.
El gobierno de Thurgold asume todas las competencias sobre ellas y expropia todas sus instalaciones y propiedades a los comerciantes de Menetia, Naltor y Muliria.

-525: Estalla la guerra civil en Suslaer. Tras llegar al poder Zenrith segundo, sus hermanos Ilestos y Lastarte le acusan de haber acabado con la vida de su padre.

-524: Tavré Vohn Meneter exige el tratamiento de divinidad imperial. Su efigie es situada en la catedral de Sunrath, así como en todas las iglesias y capillas menores, a la misma altura que la de Tarakus.

En el imperio se instauró un sistema de castas creando una nueva estructura social. Sólo los kayne con una pureza mínima de tres generaciones podían ser ciudadanos. Las etnias foráneas carecían de cualquier derecho, ya fuese este el de portar armas, ser protegidos por el ejército o practicar sus cultos.

Con estas leyes el comercio desde y hacia Menetia quedó bruscamente interrumpido. Tan solo Edera, situada en el limbo geográfico y legal que le daba su estatus y el hecho de estar ubicada en los límites entre Rearem y Menetia, logró escapar a esta debacle económica.

Los mestizos se convirtieron en ciudadanos de segunda clase, viéndose obligados a pagar más impuestos que los ciudadanos. Debido a esto, gran parte de las zonas rurales fronterizas quedaron abandonadas.
Esta situación tampoco era del agrado de los nobles que veían como sus ingresos también se veían notoriamente mermados.

Lo precario de la situación del Imperio en aquellos momentos provocó el surgimiento de diversos movimientos de revuelta.
La hambruna había alcanzado ya a varias de las grandes ciudades del interior como Gleena, Farein y Markam. Se tiene constancia de más de una decena de revueltas campesinas en los últimos dos años del imperio. Pese a ser silenciadas todas ellas de manera brutal por el ejército, su número no dejaba de ir en aumento.

También se cree que el orgus Lisaer de Naltor, viendo la debilidad de su vecino, estaba preparando sus tropas para la invasión.

-522: Tavré Vohn Meneter muere a manos de los miembros del a llamada “Conjura de Sunrath”.

La figura de Tavré, sus excentricidades y la situación en la que dejó al imperio en sus últimos días han sido ampliamente documentados por el gobierno de la república que le sucedió.
Su desastrosa gestión así como su menosprecio hacia todo lo que le rodeaba, ya fuesen estas la naciones vecinas o sus propios súbditos, aislaron Menetia como nunca lo había estado.

Quienes han tratado de justificar en alguna manera el comportamiento de Tavre afirman que este padecía una serie de trastornos mentales que incluían la paranoia, los delirios de grandeza y la misofobia.

La tradición oral narra que tanto él como toda su familia fueron asesinados, pero todo parece indicar que este es un error que se ha transmitido durante generaciones. Pese a lo escasamente que se documentó este dato concreto, los indicios parecen apuntar a que fue la propia esposa del emperador quien acabó con su vida.
Laina Ifgar Meneter, a quien se ha llegado a apodar como “La dama de rojo”, permaneció al cargo del imperio el tiempo suficiente como para traspasar los poderes al gobierno de la nueva república. Tras hacer esto abandonó el país con sus tres hijos. De acuerdo a los documentos oficiales fue exiliada, aunque en algunos foros se especula con la posibilidad de que ella abandonase por su propia voluntad sus antiguos dominios.

Tras la disolución de la cámara de los nobles, el Vim Ubar o “Consejo de los arcontes” se convirtió en el órgano de gobierno. De cualquier manera, y pese a la apariencia de cambio, la nobleza, la iglesia y el ejército conservaban su poder de manera íntegra. Sus capacidades apenas vieron alterada más allá de a nivel estético. Su influencia en las, posiciones y las estructuras de poder apenas variaron.

Para el diseño del nuevo sistema de gobierno el Vim Ubar contó con el apoyo de Meriteo de Lesestar, miembro de la Orden de los Tecnócratas de Baern. La decisión de basar el modelo de la futura nación en las ideas de un extranjero provocó no pocas protestas por parte de los filósofos y pensadores menetianos. Irónicamente, gran parte de las ideas de Meriteo procedían de los escritos de Leibeth Ifgar Meneter.

Mientras los arcontes definían la línea ideológica y social hacia la que se movería la nueva Menetia, dividieron el antiguo imperio en las trece prefecturas provinciales que han perdurado hasta la actualidad. Cada una de ellas le fue entregada a uno de los nobles que habían participado en la conjura.

-517: Harst invade y conquista la nación de Suslaer.

-499: Las ruinas deshabitadas de la ciudad de Tashuke reaparece en su antigua ubicación. Una nueva pandemia asola Shinzay.

Gran parte de los nuevos nacidos durante este evento lo hicieron con malformaciones. Multitud de las madres perecieron en los partos y el pánico se adueñó de la nación.
Un texto de la época narra:

“Shinkage vuelve a caminar hoy entre nosotros y el señor de la podredumbre lo acompaña. Sólo el espesor de la bruma nos protege de su roce, pero ni siquiera esta sirve como protección ante sus ojos sin luz.
La oscuridad que desprende su mirada consume todo aquello sobre lo que se posa. Es una penumbra tangible que te hiela y desgarra desde dentro, que siembra en tu interior la semilla que lucha por abrirse camino fuera de ti, que te destruye lentamente sin que puedas hacer nada para luchar contra ello.”

Sea el regreso de Shinkage mito o realidad, lo cierto es se pueden encontrar múltiples relatos como este situados temporalmente alrededor de estas fechas.
La población de Tayan Namey, capital imperial de Shinzay, así como la de las ciudades de Shimizu y Nama Nayín resultaron diezmadas por la plaga.

Las naciones que Kylburn y Dayashu cerraron sus fronteras para evitar que la epidemia se propagase en sus tierras.

-481: Los Adeptos del Tanrakûl se hacen con el control de Tarnaq. Tánagos de Ionester se convierte en señor del dominio, voz y sumo pontífice de las teogonías de Haesh y Taranaqu; el primer Maesc Zahard.

-472: Tras varios meses de fricciones en la frontera entre Naltor y Menetia el Orgus Yrgael de Lar´Kain declara la guerra a Menetia.

Varias estaciones de sequía causaron que una nueva hambruna se propagase por las dos naciones. Como consecuencia de esto, los barcos que comerciaban por el Gyberc eran asaltados de manera constante. Debido a esto, los pequeños puertos fluviales eran evitados por los barcos mercantes.
De cualquier manera, al pasar por los puntos en los que eran más accesibles por aquellos más necesitados en ambas orillas orillas del río, los intentos de asalto eran frecuentes.

Quienes poseían terrenos de cultivo cercanos a estas orillas eran capaces de sobrevivir, pero necesitaban de milicias privadas para proteger sus cultivos de los saqueadores.
La suma de todos estos factores despertó las viejas rencillas que desembocaron en un nuevo conflicto.
En esta ocasión, pese a la declaración formal de las hostilidades, no se trató de una guerra abierta sino de una situación de constante tensión fronteriza entre ambas naciones.

-457: Tao Fan Lay, el último de los miembros con vida de la familia imperial de Shinzay, perece víctima de la plaga. Se forma el “Goen Alasi”, un gobierno temporal de emergencia para tratar de gestionar la nación en esta situación de crisis.

-412: Las naciones de Kylburn y Dayashu abren de nuevo el acceso a Shinzay al darse por concluida la plaga. El veto establecido para el tráfico marítimo y el comercio con sus ciudades costeras también es levantado.

-381: Lísister de Undalaya, sucesora de Álesteyr de Orcnost como Maesc Zahard del Dominio de Tarnaq, proclama el próximo advenimiento del Tanrakûl.
Sus tropas invaden Shattegar como primer paso en su misión de “preparar al mundo para el momento decisorio”.

-373: En vísperas de cumplirse un siglo del conflicto abierto, se oficializa y firma la paz entre Naltor y Menetia.

-353: Shemellom y Harst se alían con Shattegar en su lucha contra El Dominio.

-350: Fallece Lísister de Undalaya. Su sucesora Elistea de Gaunador continúa con la misión redentora.

El gobierno de Elistea se prolongó durante más de tres siglos. Como, paradójicamente, tiende a suceder con los inmortales, todo lo que rodea a su persona se encuentra sumido en el oscurantismo. Se desconoce la fecha de su nacimiento así como su procedencia real.

En su primera aparición en la ciudad de Gunador se la describe como una mujer cuya edad aparentaba rondar los cincuenta años, una descripción que no varía en ninguno de los grabados que se conservan en los que aparece plasmada su efigie.
Su confrontación con Sipskriel es la primera registrada entre dos inmortales a lo largo de la edad moderna.
Pese a los numerosos rumores que se propagaron a lo largo de las naciones que constituían la costa occidental del continente, promulgando una posible alianza entre ambos poderes, esta jamás llegó a producirse.
La posible fuente de estos rumores puede ser un documento en el que la señora del Dominio ofrecía al su rival un tratado de alianza para “moldear la faz del mundo para convertirla en el receptáculo de la utopía divina”.

De su mano llegó también hasta el dominio Kilgyr, el último de los shaygan de cuya existencia tengamos constancia, sobre cuyo lomo se construyó Caesh Tanar, el nuevo palacio-fortaleza-capital de la nación.
Pese a toda la literatura que existe acerca del uso de esta capital móvil como un transporte de tropas, no existen pruebas que avalen estas teorías. Por otro lado, sí que es cierto que la presencia de Caesh Tanar en el horizonte solía preceder en varios días a los asaltos de las tropas del Dominio. Su sola visión causaba el terror en aquellos que la contemplaban sabedores de lo que esto implicaba.

-347: Yanael de Urnkol, orbak de la provincia naltoriana de Badlerstein, arma una flota para la reconquista de los territorios perdidos en Thurgold.

-335: El control de las ciudades de Tarxis, Greyshard y Bélaster pasa a manos de las tropas del señor de Badlerstein. Proclama estos territorios como colonias naltorianas.
Raishar Hymmago es nombrado comandante de las fuerzas conjuntas de las ciudades estado de Thurgold.

-328: La orden de los Cronistas logra el estatus de organización independiente desvinculada del poder o la influencia de cualquier nación. La Biblioteca Infinita y su periferia pasan a ser una entidad independiente de la ciudad de Bran y el estado de Baern.

-321: Se firma la paz en Thurgold. Yanael de Urnkol renuncia a su títulos y terrenos, así como a cualquier vinculación con Naltor y pasa a convertirse en gobernador territorial de la nueva provincia thurgeni de Yarna.

-298: Friedrich Starkhaim, general de los "Krigen Shista", siguiendo las órdenes de Usbet Posaes, señor de la prefectura de Olmesta, lanza una ofensiva para conquistar Xultz rompiendo el “Tratado de Niaval”.
Tras varios meses de lucha se hace con el control de la ciudad.

-292: En Edera se reúnen las embajadas de Naltor y Menetia para debatir acerca de la situación de Xultz.

Menetia negó que el gobierno de la república tuviese nada que ver con las acciones de Posaes. Al mismo tiempo que afirmaba que no tomaría medidas contra él, también se comprometió a no tomar parte en su favor en caso de una represalia naltoriana, siempre que estas no se produjese en territorio menetiano.
Las negociaciones se vieron interrumpidas tras el fallido intento de asesinato sobre el embajador naltoriano.
Naltor declaró la guerra a Menetia una vez más.

-281: Un consorcio de comerciantes de Nivar, Goord, Tembi, Edirth Saliria y Baern comienza la construcción de una ciudad en la mayor de las islas del mar interno de Johrg.

-235: Finalizan la construcción de la primera fase del puerto de la ciudad estado de Johrg. El salirio Yisán Ilistov se convierte en el primer “Príncipe de los comerciantes” del Puerto libre de Johrg.

Pese a que el título es el mismo que el del regente de Edera, los gobiernos de ambas naciones no están relacionados.
Johrg se convirtió en un puerto libre e independiente de las leyes que imperaban en las naciones que lo rodeaban.

-231: Lapnier tercero de Edith firma un pacto de alianza con Elistea del Dominio en sus planes de expansión hacia el sur.

-227: En la llamada “Batalla de las planicies de Yun”, las tropas shunori de Edirth son derrotadas por las fuerzas de Sipskriel.
Siguiendo con su avance, el señor de Harst se adentra en Edirth hasta asediar Zalle; la capital de Edirth.

-225: Lapnier perece durante el asedio. Se cree que fue asesinado por uno de sus cinco hermanos. El nuevo gobierno temporal que se hace cargo de la regencia de Edirth rompe la alianza con el Dominio.
Tras este suceso, las tropas de Sipskriel abandonan Edirth para dirigirse hacia el frente de Shattegar dejando un pequeño contingente en Zalle como gobierno de ocupación.

-223: Edith queda sumida en la amenaza constante de una guerra civil entre los seguidores de cada uno de los cinco hermanos de su anterior regente y quienes apoyan al hijo de este como nuevo Manesh.
Pese al temor constante de sufrir represalias por haber roto su alianza con el Dominio estas nunca llegar.

-221: Fallece asesinado Arlan Fainsali de Edirth, quien gobernaba bajo la supervisión de las fuerzas de ocupación de Harst.
El pueblo se revela contra las fuerzas extranjeras.

-209: Zalle es liberada. Pese a que el shunori Ansún Irlistain se proclama regente de Edirth, el conflicto continua, esta vez bajo la forma de una guerra civil.

-199: Finaliza la guerra civil en Edirth. El bando de Gristhain primero, hermano del difunto Lapnier se hace con la victoria gracias a la alianza que ha formado con Tembi.
Edirth pasa a convertirse de facto en un protectora de la nación vecina. Gristhain, de setenta y ocho años de edad en esos momentos, se convierte a ojos de su pueblo en un títere de los mugebe.

-172: Comienzan a producirse migraciones masivas hacia el interior de sus naciones procedentes de los territorios que comprenden las fronteras entre Goord, Saliria, las Llanuras heladas y Tembi.

Los territorios conocidos actualmente como Werela comenzaron a cambiar. Se produjo el surgimiento de nuevas especies vegetales, así como la mutación de algunas de las preexistentes. El comportamiento de algunas especies animales también cambió debido a las alteraciones de su entorno. Con el tiempo, aquellas dotadas de una mayor ferocidad parecieron adaptarse mejor al nuevo entorno.
Debido a los cambios de la vegetación algunas de las especies herbívoras se vieron forzadas a migrar. Los cambios sufridos por algunas de las plantas que componían su alimento se volvieron dañinas para sus metabolismos. Las migraciones de algunas de estas especies provocaron que sus depredadores se viesen obligados a cambiar sus patrones de caza, volviéndose también más desesperados, voraces e impredecibles.
Las especies herbívoras que no fueron exterminadas y tampoco migraron a territorios más seguros se volvieron agresivas, dificultando su domesticación por parte del hombre.

Los relatos que han tratado de describir estos sucesos son confusos y, en ocasiones, contradictorios.
Donde unos hablan de una gran ola de calor, otros narran cambios bruscos en la climatología hacia ambos extremos.
Los más aventurados también hablan de “algo más”. De algo que escapa a nuestro entendimiento que afectó a todo. Algo que cambiaba todo lo que se encontraba en su radio de acción, ya fuese hombres, animal o planta.

En tiempos posteriores se ha especulado con la posibilidad de que estos cambios se debiesen a la filtración de parte de la esencia o “radiación” desde otro nivel de existencia a través de una grieta. Otra de las teorías que se maneja es que se trate de un solapamiento planar a pequeña escala.

Sea como fuere, la vida en aquel lugar se hizo muy complicada para el hombre. A aquellos que permanecieron en sus territorios natales y sobrevivieron, pese a que estudios posteriores han demostrado que no difieren del resto de la humanidad, en Goord y Tembi fueron tachados de aberraciones.
Las fronteras de estas naciones se cerraron para impedir que las causas de este cambio tuviese acceso hasta sus habitantes. El aislamiento de estos territorios se prolongó durante siglos.

-153: Un movimiento sísmico asola la zona Norte de Menetia. Pese a que su epicentro parece situado en las cercanías de Edera, y la ciudad sufre serios daños, la estructura del gran puente apenas se ve afectada.
En el interior de la provincia reani de Mitsulen el desastre deja al descubierto unas ruinas. Los estudios que han tratado de ubicar su origen cronológico ha estimado su antigüedad aproximadamente alrededor del siglo quince antes del inicio del calendario mecbarino.

Los clanes dengar de la zona, Utmag, Yosmalath, Disnoru y Nermanyanu, se asentaron en el lugar y reclamaron la propiedad de las ruinas, afirmando que se trata de los restos de Gurnash Wyslagan, el hogar de sus ancestros.

-151: Comienza la construcción de la gran muralla de Áldern bajo el mandato de la Raktarión Sismara Utmagesi,

Esta obra causó un gran revuelo en Rearem. El descontento de Unsul Uramesi, Tahákrair de la provincia, acerca de gran parte de las decisiones tomadas por el Harez Tahark del que formaba parte era público.
Los rumores sobre sus deseos de una mayor control sobre el destino de sus dominios han quedado plasmados en diversos documentos de la época que se conservan.
La toma de la decisión de su subalterno causó el surgimiento de numerosos rumores sobre la posibilidad de que Áldern aspirase a la independencia y desligarse del resto de provincias de Rearem.

-123: Stergión y Beretear firman un tratado de alianza. Se establecen embajadas recíprocas en ambas naciones. La ciudad errante fija su ubicación en las cercanías del gran pico de Qotziol.

La alianza entre dos inmortales fue recibida con una amplia disparidad de reacciones.
En el propio este continental las noticias fueron recibidas con una mezcla de expectación y cautela.

De manera oficiosa Dairus era el Gomo Rúnderak; “El señor de todos”. Pese a que jamás había ejercido el poder como gobernante absoluto, los antepasados de todas las naciones orientales le habían ofrecido simbólicamente su lealtad y la de sus pueblos.
Mientras que en lugares como Shinzay o T’Nar esta alianza se entendió como un acto simbólico de hermanamiento al que se adhirieron sus gobernantes, por otro lado, los gobernantes de Dagorel, Shirune, Muliria y Hanrath exigieron explicaciones sobre los motivos y condiciones bajo las que se había firmado el tratado.
El temor de una razón ulterior para este encuentro hizo aflorar la suspicacia en algunos de sus súbditos. Se le acusaba de tratar de reforzar la capacidad de su fuerza aérea con el fin de afianzar militarmente el poder que ostentaba como figura simbólica.
Las tensiones entre estas naciones y Beretear llegaron cerca de la crispación y se produjo una escalada militar por su parte que amenazaba con romper con el estatus quo.

Pese a que la trascendencia de este acuerdo en los dominios de “El golpeador”, todo parece apuntar que las noticias que llegaron hasta occidente fueron poco más que rumores traídos por los comerciantes que llegaban hasta los grandes puertos de Xultz y Vanistok.
Apenas se producían comunicados oficiales entre las naciones situadas a ambos lados de las montañas Zorak.

Ante los ojos de gran parte de los ciudadanos de Menetia, Dairus, el “monstruo inmortal” que había terminado con el antiguo impero, era quien gobernaba todo lo que se encontraba más allá de la cordillera que divide el continente, la gran nación a los que los menetianos denominan Trollellom.
Lo distorsionado y, en cierta medida, contradictorio que era el mensaje que llegó hasta ellos apenas era merecedor de ser tratado como una charla en las tabernas del puerto.

Stergión, por otro lado, era un mito. Un nombre que sólo asociaban con los restos reminiscentes de un pasado muy lejano. Las noticias sobre su resurgimiento medio milenio atrás apenas había llegado hasta la península. Al mismo tiempo, la escasa interacción de la nación errante con el continente había causado que la veracidad sobre estas noticias permaneciese en el terreno del escepticismo.

Mientras el pueblo discutía sobre la veracidad de estas historias, la posibilidad de que Dairus ampliase su poderío militar sí que preocupaba al Vim Ubar.
Desde hacía generaciones llegaban noticias de la guerra entre dos inmortales que se desarrollaba en el oeste. Aunque, dependiendo del momento y del informador, los motivos, la distancia, la intensidad y el alcance del conflicto difería, el riesgo de que, en algún momento, ese conflicto llegase hasta sus fronteras era algo muy presente en las transcripciones de sus consejos. La posibilidad de un nuevo conflicto en el este en el que se viesen involucrados otros dos gobernantes inmortales planteaba un escenario que comenzaba a ser preocupante.

-119: Se forma la primera encarnación del Álcest Nagosh.

Ante el hipotético escenario de que los conflictos de los extremos continentales pudiesen llegar a extenderse hasta la franja central, el Vim Ubar menetiano trató de crear una alianza militar entre las naciones situadas a lo largo de las montañas Zorak.
Sólo las provincias reani de Yaglan, Nush, Thaigen y Relen se unieron a Menetia en esta primera encarnación de la alianza.

-87: Estalla una guerra civil en Tembi. El puesto fronterizo de Mutai es asaltado por los seguidores de Areda Aeth, hija del Manesh Ratsen Áridar de Edirth, en su camino hacia la capital.

Tras años de negociaciones infructuosas tratando de salir de la “protección” de Tembi, las relaciones entre los shunori y los mugebe se habían deteriorado de manera drástica.
El gobierno de Ratsen tenía las manos atadas ante cualquier tipo de decisión relacionada con lo económico o lo militar, mientras los impuestos que debían pagar como retribución por la ayuda otorgada a sus ancestros estaba convirtiendo a Edirth en una sombra de lo que fue.

-79: Finaliza la guerra civil en Tembi tras la firma del tratado de Nem. Edirth vuelve a ser nuevamente una nación independiente.

-50: Elistea de Gaunador desaparece. Le sucede como Maesc Zahard Válaster de Orknost.

Las teorías acerca de los motivos de la desaparición de Elistea son múltiples y diversos, aunque los datos que se poseen sobre su destino son tantos como lo que conocen acerca de su origen.

Quienes defienden a ultranza su figura afirman que su desaparición se debió a haber trascendido de un estadio material que la limitaba. La escala de su lucha se elevó a otro nivel de existencia desde el que continua su tarea desde entonces. De esta línea de pensamiento surgió el cisma Elisteano promulgado por Anyante Rayel (Gaunador, Dominio Tarnaq 134, 181).

Otras voces más críticas, como pueda ser la de su sucesor, afirman que, con el paso del tiempo, la misma Elistea llegó a dudar del camino que había elegido y decidió auto exiliarse.
Desde antes de acceder al poder, la posición de Válaster, pese a no desmentir jamás los augurios de sus predecesoras, sí que cuestionó los métodos que métodos que habían utilizado para alcanzar el Tanrakûl.

Por otro lado, parte del folclore de las naciones del oeste continental narra como Sipskriel acabó con la vida de la señora inmortal del Dominio. El señor de Harst jamás ha confirmado o negado tales creencias.

Sea como fuese, tras la desaparición de Elistea como soberana del Dominio, este firmó la paz con las naciones vecinas. Más allá de esto, el nuevo gobierno se comprometió a resarcirlas económicamente.

-23: Un objeto procedente del cielo se estrella en Bra’Em’Kyg en uno de los picos del monte Klawe.

Estudios posteriores en el cráter surgido tras el impacto parecen indicar que en su interior existían restos de construcción humana. A día de hoy no existe unanimidad acerca de estos restos.
Mientras los datos recabados por el equipo de Áryster Lacom (Lashal, Baern 415, 463) indican que podría tratarse de las ruinas de la ciudad de Sheba, su colega Leitos Alsayaf (Ilistos, Bra’Em’Kyg 414, 481) sospechaba que estos restos podrían proceder del objeto que se estrelló.

0: La orden de los cronistas comienzan a usar el calendario mecbarino.

Creado por el cronista de origen menetiano Kalend Mecbar (Farein, Menetia -121, -40), esta manera de medir y ordenar el paso del tiempo se había estado utilizando de facto por parte de la Orden desde que Mecbar finalizase su proyecto del calendario universal.
En un intento por desvincular la medición del tiempo de cualquier efeméride, ya fuese esta social, religiosa o nacionalista, se optó por marcar el año cero como una cifra totalmente arbitraria carente de cualquier relevancia.

Se desconoce si de manera casual o intencionada, ese mismo año se firmó el Tratado de Urnkol, mediante el que ponía fin de manera oficial al conflicto entre Naltor y Menetia que se cuyo inicio se había producido casi tres siglos antes.
Esta paz era ya un hecho desde pocos años después de su inicio, pero no se oficializó hasta aquel momento.

arcanus

La edad moderna III

La edad moderna III
67: Tras la muerte de Enroth tercero de Silvarta, la nación isleña se ve dividida entre los bandos de los seguidores de sus dos hijos, Lainus y Loryn.
La coronación de Linus, la primogénita, desencadena una guerra civil.

72: Pese a contar con con el apoyo de Stelar Quinyanu, gobernante de Tálaspor, quien le da cobijo en sus territorios, la situación de Lainus se vuelve insostenible cuando Silvarta amenaza con declarar la guerra si no se le entrega al aspirante al trono.

73: Tiene lugar el juicio sumario contra Lainus y sus seguidores.

Más allá de los cargos de traición y conspiración para usurpar el trono, se acusó también a Lainus de blasfemia y herejía. Sólo su condición como miembro de la realeza evitó que fuese juzgado y condenado por un tribunal eclesiástico. Pese a esto, su condena fue el exilio, no sólo de Silvarta, sino de toda Shatter. Cualquier nación de la isla que le diese cobijo se enfrentaba a sufrir las hostilidades de Silvarta.

74: Tras su exilio, la flota desarmada de Lainus “El príncipe desterrado de Shatter” llega hasta la costa oeste de Shemellom en busca de asilo, pero no se permite el acceso de sus naves en ninguno de los puertos.

78: Harst concede a la flota de Lainus el acceso en el puerto de Shalatu.

79: Se funda en Harst el Chayashin Shatteru; el “Concilio de los arquitectos del mañana”. Lainus Treshán se convierte en el primer Kareg Shatter de este nuevo organismo.

Pese a que Sipskriel también es la principal figura del poder religioso en Harst, nunca ha dado muestras de ser un hombre con la mente cerrada a otras ideas. Contrariamente a otros gobernantes o pontífices, su filosofía siempre ha sido contraria al inmobilismo. promulgado constantemente la necesidad del cambio y la adaptación ante la naturaleza cambiante del tiempo y la misma realidad.
Las ideas cientifistas de Lainus le granjearon la simpatía y confianza del “Avatar del cambio”, quien creó para él un atípico organismo cuyo enfoque y ámbito jamás se han visto limitados.
El mantra bajo el que se fundó esta organización era claro:
“La tradición es el mayor enemigo del avance. El conocimiento es maleable y cambiante como lo es la misma realidad. Si tratamos de limitar el primero, jamás lograremos comprender el segundo”.

La sede de esta organización, La ciudadela del conocimiento, se situó en los restos de la antigua urbe de Mishkoldar, cuyo origen se cree que se remonta hasta el tiempo de los ailanu.
La elección de esta ubicación concreta, fuente de cientos de leyendas alimentadas por las supersticiones locales, fue una declaración de intenciones por parte de Sipskriel y Lainus de cara al pueblo. Esta elección no le granjeó muchas simpatías al nuevo organismo o a su fundador.

99: Se produce el advenimiento de dos seres en Harst. Su llegada hasta allí se ve acompañada por la destrucción de gran parte de las ciudades de Asansburg y Bispolus por sendos rayos surgidos de las estrellas.

Dependiendo de las fuentes, el impacto, repercusión y alcance de la llamada “Invasión ailanu” varía enormemente.
Si nos atenemos a los datos puros, lo que se sabe es ciertamente escaso, ni siquiera se ha logrado concretar el orden exacto de los eventos, el lugar en el que se avistó por primera vez a los extraños, su mismo aspecto o el medio que utilizaban para desplazarse.
Lo que es indudable es que las dos ciudades sufrieron grandes daños provocados por una poderosa fuerza desconocida.
Los dos seres a los que se hace referencia, a quienes ciertas fuentes describe con apariencia humana o humanoide, mientras que otras hablan de entidades colosales cuya presencia en este mundo no era completa, no fueron capaces de comunicarse con los habitantes de la zona, y su actitud ha sido como “notablemente altiva y hostil” o “a todas luces inhumana y ajena al entorno que les rodeaba o a la misma presencia del hombre”. En lo que sí que coinciden las diversas fuentes es en que su indumentaria no se asemejaba a nada conocido y su armamento eran a todas luces superior al de las tropas locales. Las armas convencionales no eran capaces de dañarles mientras que la energía que proyectaban era capaz de atravesar armaduras, edificios y murallas.
Tres días después de abandonar Asansburg llegaron hasta Sarén, la capital, donde perecieron o fueron expulsados por el mismo Sipskriel.

A partir de tan escasa información han surgido cientos de especulaciones, siendo las de mayor aceptación las siguientes:

Los extraños se materializaron desde la nada y realizaron su demostración de poder gracias a una tecnología proveniente de los tiempos antiguos. Muy probablemente tecnología ailanu. Esta teoría contempla también la posibilidad de que ambos seres fuesen a su vez ailanu regresados de más allá de las estrellas o desde otro plano.
Asimismo, y debido a la cercanía temporal y geográfica de su llegada, se cree que la razón por la que regresaron fue un experimentos realizados por parte del Chayashin Shatteru.
Se ha especulado también con la posibilidad de que estos individuos contasen con apoyo extra dimensional. Un ejército intangible que, pese a no poder ser percibido desde Daegon, sí que podía interactuar con esta dimensión.
Según esta teoría, este ejército invisible fue quien arrasó las ciudades y protegió a los ailanu en su camino hasta la capital. Una vez muertas los dos puntas de lanza y roto su anclaje con esta realidad, la fuerza invasora habría dejado de tener acceso a Daegon.

Por otro lado, teorías posteriores apoyadas principalmente por los sucesos acontecidos dos siglos después en Nivar y Baern, apuntan a que los rayos provenientes desde las estrellas iban dirigidos contra los extraños y que ambas criaturas pertenecían realmente a los talen.

En otras localizaciones se ha tratado de asociar este evento con apariciones extrañas sucedidas en otras naciones. Con estos datos se ha tratado de establecer un intento de invasión a una escala mayor. Por más que a lo largo del tiempo diversas voces han tratado de dar validez a esta teoría, con el paso del tiempo siempre se han terminado demostrado falsas.

Sea como fuere, y pese a tratarse de un suceso que casi se podría llegar a considerar como anecdótico, su repercusión trascendió enormemente.
Quienes acusaban a loa “Arquitectos del mañana” de ser los causantes de la llegada de los extraños solicitaron la disolución del organismo. Pese a que el gobernante de Harst no accedió a esta petición y defendió la necesidad de su labor, la desconfianza generada provocó que muy pocos voluntarios pasasen a engrosar sus filas.

121: En la provincia sheparni de Jezael se descubren los restos de lo que parece ser una estructura de construcción jonudi.

Se carece de los datos necesarios como para poder afirmar si su llegada hasta nuestro nivel de realidad era reciente o si su se produjo en el pasado lejano. El hecho de que, en un periodo de tiempo relativamente breve, se descubriesen en diversos lugares del mundo otra serie de construcciones y territorios cuyo origen se sospechan que es el mismo, ha hecho que se sospeche que su llegada se produjo en aquellos días.
Si bien todo esto parece probado, el estado en el que se encontraban los territorios que rodeaban a la construcción hallada en Jezael parece contradecir esta teoría.

Asimismo no existe consenso acerca de si estas apariciones se produjeron de manera intencionada, o si algún evento externo y fortuito fue quien las trajo hasta nuestro mundo. Ni siquiera los propios jonudi que vinieron con ellas fueron capaces de responder a estas preguntas.

Al respecto de esto, se ha especulado tanto con las posibilidad de que se tratase de un ataque masivo contra nuestra realidad, de un nuevo solapamiento de planos a una escala nunca vista, o de la confluencia de ambas cosas.

De cualquier manera, al contrario que sucediese con los domos, las únicas construcciones jonnudi que se conocían hasta la época, su naturaleza, formas y tamaños resultaron únicos en cada uno de los diferentes emplazamiento. El material utilizado para su construcción, o la manera en la que se había consolidado en Daegon, les habían conferido unas cualidades y características identitarias, permitiendo el acceso hasta su interior utilizando medios convencionales. Una vez en su interior de las construcciones o los terrenos, si bien algunas leyes físicas se veían alteradas, el normal funcionamiento de los sentidos no se veía afectado.

Dentro de las estancias de aquellas estructuras que parecían “artificiales” no se hallaron vestigios de ningún tipo de tecnología comprensible o compatible con el uso humano. Lo que sí que se halló fueron unas sustancias carentes de forma o consistencia en un estadio constante de fluctuación. Estas entidades, lo que se cree que puede tratarse de un estadio embrionario o primario de los jonudi, se encontraban contenidas en lo que se ha descrito como “receptáculos o cámaras formadas a partir de oscuridad cristalizada”.

Se sospecha que, tanto la composición de las estructuras, como el propio estadio en el que se halló a los jonudi se puede deber a que su dimensión originaria no sea Nusureh, sino alguna otra más cercana o alineada con la nuestra. Un lugar al que se ha denominado Monrasén.
Estos postulados llevaron a los estudiosos de la época a plantearse una pregunta aún no respondida:
¿Sería este hipotético lugar capaz de albergar la vida humana?.

Alrededor de la teórica existencia de Monrasén, la filósofa y antropóloga Sanyali Órstenlau (Ámars Galsú, Nivar 221, 267) planteó que, dada la posible existencia de una forma de vida derivativa de los jonudi procedente de un paradigma diferente, pudiesen existir también formas de vida derivativas de la del hombre nativas de otras dimensiones.
Hasta el día de hoy, pese a que la comunidad científica ha aceptado ambas posibilidades, ninguna de estas dos teorías han podido ser demostradas.

123: En las cercanías de la ciudad arictariana de Noeps se descubre una nueva construcción jonudi. En su interior, al igual que sucedió en Jezael, se encuentran también cientos de lo que se ha venido a denominar como jonudi durmientes o latentes.

126: Aparecen nuevas estructuras cuyo origen se sospecha extraplanar en Naltor, Baern, Goord, Harst, Saliria, Menetia, y, Werela.

En contraposición a las anteriores anomalías, no todos estos lugares aparecieron bajo la forma de edificaciones u objetos fabricados, sino que gran parte de ellas se podrían llegar a interpretar como parajes extraños, abismos que asomaban hacia lo imposible o accidentes geográficos que desafiaban los axiomas que gobiernan nuestra realidad.
Pese a desconocerse su origen concreto, la naturaleza de todas ellas ha llevado a los estudiosos a asumir una procedencia común, cuando no de una cercanía axiomática, para todas ellas.

Estas nuevas llegadas fueron recibidas de diferentes maneras por parte de las cada una de las naciones. Mientras que, en la edificación aparecida en Harst las cámaras que contenían a las entidades durmientes fueron desmantelada por una turba que, posteriormente, trató de destruir la edificación y, en Goord, esta misma actuación vino auspiciada por el teócrata, el paraje surgido en Werela llevó a algunas de las tribus de entre los angorm a asociar aquel lugar con los terrenos en los que mora Lycantros “El cazador que acecha entre las sombras”, una de sus deidades locales.
Por su parte, el resto de naciones trataron de aislar las zonas que habían sido alteradas por aquellos surgimientos. El acceso hasta aquellos lugares sólo fue permitido para los hombres de ciencia designados para su estudio.

No se ha logrado hallar datos que determinen el momento exacto de la llegada de estas entidades. Si bien es cierto que la situación en la que se produjeron estos nuevos advenimientos, así como lo escasa uniformidad de los mismos parecen indicar una cercanía temporal, no podemos descartar que la vegetación de nuestro mundo no fuese capaz de crecer en su interior. Las mediciones que se realizaron para tratar de datar las ubicaciones se basaban, en gran medida, en el estado de la vegetación que las rodeaban, al igual que se hiciese con la ciudadela de Jezael.
De acuerdo a estas métricas, su llegada se habría producido poco antes de su descubrimiento, pero dada la unicidad de cada una de ellas, es probable que cada uno de los diferentes entornos haga imposible establecer un criterio único para todos ellos.
Si bien las ciudadelas sobre las ciudadelas podía crecer cierto tipo de floresta, los territorios extraños parecían estancos a esta causística.
Basándose en estos datos, se sospechó que, a diferencia de la construcción encontrada en Jezael, la llegada de las ciudadelas fue reciente. El hecho de que unos terrenos tan amplios como los que se hallaron no fuesen descubiertos con anterioridad, o que no existiesen registros sobre tales anomalías en ninguno de los extremos del continente, ha reforzado esta teoría.

Asimismo, también se sospecha que las causas que trajeron hasta nuestro nivel de existencia cada uno de estos constructos difieren entre sí.

129: Se halla una estructura artificial que en los terrenos surgidos en Werela.

Tras este descubrimiento y la apertura de las cámaras en las que se encontraban contenidas las esencias de los durmientes, se produjo el primer contacto no hostil entre la humanidad y los jonudi.

130: Las cámaras del resto de las edificaciones jonnudi se abren de manera paulatina.

Si bien no existen registros escritos acerca de la apertura de las cámaras en Werela, sí que existen documentos que dan testimonio sobre los que se produjeron en los territorios civilizados.
Tras la apertura de sus contenedores, los durmientes no parecieron tomar consciencia o forma en un primer momento. Se ha tratado de equiparar el tiempo que les llevó el comenzar a actuar con la recuperación tras el prolongado sueño pero, por más poética que pueda sonar, esta analogía parece a todas luces imprecisa y falsa.
Su periodo de “despertar” y adaptación al nuevo entorno pareció prolongarse durante varios genom. Durante ese tiempo ninguno de los componentes de esta nueva generación / etnia / estirpe de los jonudi asumió una forma o dio señales de ser consciente de su propia existencia o de lo que le rodeaba. No fue hasta el “Beso de Idiam” que puso fin a aquel año que se produjo su auténtico “despertar”.

Hasta aquel momento, la creencia popular había atribuido a estas criaturas, como entidades derivadas de la oscuridad primaria y lo que se había escrito sobre ellas en el pasado, todas las características intrínsecas de un concepto como es “el mal”.
El miedo atávico que siempre ha atenazado al hombre cuando ha tratado con la oscuridad, o con todo aquello que es distinto siempre le ha condicionado en gran medida. Lo que no puede percibir o comprender, sumado a los constructos culturales creados alrededor de las dicotomías bien/mal y luz/oscuridad, han llevado a la humanidad a granjear casi en exclusiva valores negativos hacia este concepto. Ya desde la utilización que se hace de la misma palabra en el mismo lenguaje coloquial, hasta su uso que se hace de estos conceptos como demostraciones de teorías filosóficos, la relación del hombre con la oscuridad siempre ha estado viciada.
Filósofos como Lanyar Bertanshi (Stergión 521, 563) se han preguntado si esta relación ya existía antes del primer encuentro de la humanidad con los jonudi, o si este contacto fue el que lo cambió todo.

Según esta máxima, ayudado a su vez por las consecuencia de los encuentros previos que habían tenido las culturas humanas con los jonudi a lo largo de sus diferentes edades, la predisposición general hacia este nuevo encuentro había sido la del miedo y la cautela ante la “certeza” de un nuevo conflicto. Un conflicto que, en esta ocasión, no fue tal.

De nuevo, y continuando con la absoluta falta de información sobre las causas de este evento, se desconoce las razones por las que se abrieron estas cámaras cuando lo hicieron, o el por qué de la tardanza de estas nuevas criaturas en ser conscientes de su misma existencia.
Hasta donde se ha podido documentar, las entidades informes contenidas en las cámaras no llegaron hasta allí de manera voluntaria. Conceptos como la intención, lo material o la individualidad les eran desconocidos. Carecían de una memoria propia e individual, pero no por ello los debemos considerar ignorantes o indefensos. Tras alcanzar a comprender el lugar en el que se encontraban, y contradiciendo su tardanza inicial en alcanzar la consciencia, su proceso de adaptación fue asombrosamente rápido.

Estas nueva estirpe de jonudi, si bien parecía compartir elementos identificativos comunes con aquellos que se conocen por los textos del tiempo de los ailanu, tal y como son descritos en los relatos de esta época parecen a todas luces más “humanos” que sus predecesores.
Pese a carecer como aquellos de una forma concreta involuntaria, materia o unos métodos de percibir o interactuar con el mundo en la manera en la hacemos nosotros, su acercamiento y actitud difería notoriamente. Parecían comprender y aceptar la desconfianza inicial de sus anfitriones, al mismo tiempo que las formas que adoptaban durante sus intentos de interactuación se iban suavizando hasta adquirir rasgos semejantes a los humanos. Asimismo, al igual que sus predecesores, no parecían ser capaces de existir más allá de los muros de sus ciudadelas y territorios nativos.

Tras los primeros intentos exitosos de comunicación con ellos, sus interlocutores interpretaron que los habitantes de Monrasén eran lo que podría llegar a equipararse con unos refugiados. Unas entidades que trataban de alejarse de la oscuridad primaria de la que un día formaron parte.
Según este mismo relato, un solapamiento de realidades los aisló de Jonud; “La gran negrura” y, aún sin ser conscientes de su individualidad, algo que podríamos equiparar al instinto les hizo alejarse de su antiguo hogar. Al ser el tiempo una variable ajena a su existencia, desconocen el momento en el que se produjo este evento. Tal suceso podría haber tenido lugar poco antes de su llegada a nuestro nivel de existencia, en el principio de los tiempos o en un futuro lejano.

Se sabe que, en Werela, los habitantes de la ciudadela jonudi de Usul’Dash’Nahalu recibieron a los lideres de los clanes angorm Dogoshu, Salat Varase, Glassanu y Ranngar. Pese a que se desconoce el contenido exacto de sus negociaciones o durante cuánto tiempo se prolongaron hasta que lograron comunicarse, de una manera u otra, inalterado o con posteriores renegociaciones, el tratado de alianza que se alcanzó en aquellos días parece haberse mantenido hasta el día de hoy.
Usul’Dash’Nahalu es la única de estas ciudadelas que ha perdurado hasta nuestros días.

131: Ocupando el mismo espacio que la ciudadela surgida en Sheparn, un nuevo domo jonudi, Bushen’Geth’Ilmior, comienza a adquirir consistencia y extiende su radio con cada noche que pasa hasta sobrepasar las murallas de Immor, la capital de Jezael.
En Norotgard el domo Shall'Taen'Naú también vuelve a mostrarse activo, pero sus fuerzas no se muestran en la isla.

Al otro lado del mundo, tras el despertar de los habitantes de la ciudadela de Uli´Shur´Maesh, los domos jonudi alrededor de los que se habían construido las ciudades de Bran y Marndayal, inactivos en Baern desde la expulsión de sus ocupantes en los tiempos antiguos, volvieron a dar señales de vida en su interior.

La cercanía temporal de estos eventos llevó a los estudiosos de la época a emitir teorías basadas en datos tremendamente parciales. La tesis con mayor aceptación entonces y que, aún a día de hoy, sigue vigente en distintos círculos de intelectuales, es la que proclama que los jonudi nunca habían abandonado aquel lugar. Pese a esto, no se puede afirmar si realmente sus habitantes originarios habían permanecido allí desde los tiempos de los ailanu, o si se trataba de nuevos jonudi que hubiesen llegado atraídos por el despertar de la nueva estirpe o de algún otro evento del que no somos conscientes.

Si bien esta afirmación fue refutada menos de un siglo después, las respuestas a las preguntas que genera la segunda opción continua siendo un misterio. Pese a referirnos a todos ellos con un mismo apelativo, los jonudi de cualquiera de las dos generaciones carecen de la uniformidad cultural o racial que se les ha querido atribuir.
Cada uno de los eventos que se produjeron tras el regreso de los habitantes de los domos atendían a razones independientes. Si bien todas ellas pudieron coincidir en el tiempo, los datos recopilados por el Chernat Ianaster parecen indicar que esto fue debido a las condiciones únicas en la alineación de los planos que confluyeron en aquellos días.
El caminó hasta Nusureh se había abierto de nuevo y los domos eran la vía a través de la que se había consolidado esa comunicación. Las reacciones de quienes se encontraban al otro lado fueron tan diversas como sus intereses.

Los eventos acaecidos en Rearem fueron de dos tipos. Por un lado, en los antiguos domos jonudi situados en las provincias de Áldern y Mitlanesh también comenzó a detectarse nueva actividad pero, mientras que el propósito de los habitantes del primero fueron amistosos, sobre los territorios que rodeaban a Mayin’Isul’Galath, el segundo de ellos, con el transcurrir de los días, la luz que llegaba hasta sus habitantes se hacía más tenue.
No hubo peticiones o exigencias de ningún tipo, no se produjo ningún intento de comunicación. El comienzo y la punta de lanza de la verdadera invasión comandada por Kade'Saún'Forst se fraguó en esta ubicación.
Sus fuerzas, comandadas por Thiongord "Mano de Hierro" emergieron de los muros de los domos de Mayin’Isul’Galath, Baen'Shul'Ilay y Bushen’Geth’Ilmior.

Dependiendo de las fuentes que tomemos como referencia, Forst buscaba, trataba de crear, o aspiraba a convertirse en el Taj’Lei’Gobeh; “El que vendrá”. De igual manera, se desconoce la función concreta que representaba esta figura dentro de sus planes. Mientras que diversos textos cuya procedencia no se ha podido concretar hablan de un “jonudi supremo” y otros hablan de un “dios fabricado” para sustituir a Enai, la oscuridad primaria que les había rechazado, algunos relatos lo presentan como un artefacto mediante el que transformar Daegon y convertirlo en una realidad habitable por los jonudi.

132: Se forma la Alianza de Elerien.

Ante la clara amenaza que representaban los jonudi, las naciones de Menetia, Baern, Rearem, Goord, Nivar y Saliria, dejando atrás las rencillas de antaño, lograron alcanzar a un acuerdo de colaboración militar. Este tratado se llevó a cabo en la ciudad reani de Elerien.
Poco antes de que la finalización del año, el shraeb, Harlad Nytil de Baern y gran parte de los habitantes de Bran entraron en contacto con los jonudi.

Al este de las montañas Zorak, Sheparn y Troll Kahn, las naciones afectadas por la invasión jonnudi reclamaron que se hiciese honor al antiguo Pacto de Áractur.

A ambos lados de la cordillera central la batalla no era sencilla. El hombre ya no poseía el conocimiento y la ciencia que se utilizó para enfrentarse a los jonudi durante su primer advenimiento. Lo etéreo e inmaterial no puede ser derrotada mediante métodos físicos. Los hijos de la oscuridad, si bien gran parte de ellos no parecían tener objetivos más allá de los límites de sus domos, parecían haber llegado para quedarse.

133: Se comienza a crear un domo sobre la ciudad baerni de Yalan.

Las historias acerca del contacto entre las gentes de Baern y las fuerzas extra dimensionales son confusas cuando no contradictorias. Los documentos internos de aquellos días se plasmaron en una escritura y soportes que aún no se han podido traducir completamente.
Mientras que los textos escritos por fuentes externas afirman que Nytil y los suyos fueron convertido en yunraeh, engrosando con ello las filas del jonudi Shaen’Tau’Hyé, estudios posteriores indican que se estableció una alianza entre ambas fuerzas.
La anómala longevidad de Nytil y el notorio cambio en su comportamiento y prioridades han hecho que se especule acerca de una posible abducción, pero sus decisiones durante los años posteriores a este evento parecen contradecir esto, al indicar una notable libertad de acción.

Sea como fuere, la construcción del domo de Yalan fue llevada a cabo principalmente por manos humanas. Si bien su estructura, materiales y técnicas de edificación escapan con mucho de las capacidades de la ciencia humana, ya sea de la actual o de la de aquella época, se desconoce si esta obra se realizó de manera voluntaria o forzada.

134: Tras largas discusiones y deliberaciones en “La gran nación” se contó con las ciudadelas jonudi como miembros del Pacto de Áractur.

Pese a las reticencias iniciales por gran parte de las naciones que componían el Pacto, esta alianza resulto tremendamente provechosa. Gracias al conocimiento de la nueva estirpe jonnudi sobre la naturaleza de sus predecesores se pudieron preparar defensas capaces de frenar su avance y proteger las ciudades.
Dentro del mito de cómo se logró alcanzar esta alianza, se narra que Amlea Toshur, gobernante de la ciudad estado de Ton’Kaheru, se ofreció como interlocutora ante los habitantes de la ciudadela, aceptando convertirse en un yunraeh de manera voluntaria. Mediante este acto se convertiría en un puente entre ambas culturas.

142: La ciudad de Bakul y sus alrededores se ven sumidos en la oscuridad. El acceso hasta esas ubicaciones se vuelve imposible.

Pese a la ausencia de pruebas a este respecto, tras este suceso, lo que parecía un nuevo ataque jonudi, el gobierno de Bra’Em’Kyg se unió a la alianza Elerien.
Al no existir constancia de la aparición de domos dentro de sus territorios, a día de hoy aún se desconoce la causa o fuente originaria del solapamiento así como la procedencia exacta de sus territorios.

145: Se acepta a las ciudadelas jonudi y al domo de Baen'Shul'Ilay como miembros del la alianza de Elerien.

El mito de la consciencia monolítica que se había propagado acerca de los jonudi quedó desterrado de manera definitiva. Con el paso del tiempo, aquellos que habían estudiado al hombre lograron desarrollar unos métodos de comunicación más eficientes. Si bien continuaban existiendo diferencias insalvables a nivel cultural o conceptual que impedían la plena comprensión de los mensajes, la división en sus filas era un hecho más allá de toda duda. Parte de los jonudi se aliaron a la humanidad en su lucha contra sus hermanos.

Es muy complicado realizar un seguimiento de sus actuaciones, o distinguir cuales de ellas fueron realizadas por cada bando. Gran parte de los enfrentamientos tenían lugar más allá de los límites de nuestra realidad. No existe un registro de movimiento de tropas, el tiempo que les costaba cada uno de sus desplazamientos, a qué lugares tomados por sus rivales tenían acceso o cuáles les quedaban vedados. Si este conflicto venía motivado por la alianza con el hombre, o por motivos ulteriores entre ambas etnias, también continua siendo un misterio.

153: Bakul vuelve a ser accesible desde los territorios que la rodean.

Debido a la sintomatología del evento, se ha achacado esta acción a un ataque por parte de las fuerzas de invasión jonudi, pero esta afirmación jamás ha podido ser demostrada.
A falta de cualquier tipo de información que confirme la presencia de domos jonudi en Bra’Em’Kyg, así como ante la ausencia de documentos que constaten la aparición de otras construcciones provenientes de Monrasén, el origen y causa de este suceso continua siendo un misterio.
La naturaleza del ataque contra la ciudad de Bakul tampoco coincide con ninguna de las actuaciones previas atribuidas a los hijos de la oscuridad. La oscuridad en la que fue sumida la ciudad, según fue trascrita a partir del testimonio de un supuesto superviviente anónimo, vino acompañada por la sensación de total indefensión:

“El frío te atenaza mientras te vuelves incapaz de percibir lo que se encuentra a tu alrededor. Ciego e inmóvil, ellos te rodean y entran en tu cuerpo. Absorben todo lo que eres y has sido. Aparecen en tus recuerdos, en tus pesadillas sumiendo en el olvido todo lo que conforma tu persona.
Siempre han estado ahí, aunque jamás los has visto. Su presencia se remonta hasta tus primeros recuerdos, habitando en cada recoveco tu mente, contemplando cada fragmento de tu memoria, copando cada fragmento de tu piel.
Deseas sentir algo, palpar tu cuerpo para saber que sigue ahí, pero no eres capaz de hacerlo. Quizás te mueves, pero no eres capaz de afirmarlo. No puedes sentir ninguna de tus extremidades, no eres capaz de palpar tu propio cuerpo. Apenas recuerdas el último roce que sentiste, no notas tus pulmones hinchándose al respirar, tus pies no están apoyados sobre nada. Flotas en un vacío de la que pronto serás parte.
La consciencia se convierte un recuerdo vago, el yo y el ser dejan de tener sentido. No sientes dolor ni angustia mientras te desvaneces hacia el olvido.”

Algunos fragmentos de los testimonios de los supervivientes han hecho que el ámbito de las investigaciones se amplíe, llevando a estudiosas como Mizuo Koroshi (Shanrú, Rearem, 412, 477), en su ensayo “Un estudio de lo etéreo” plantease la posibilidad de un nuevo solapamiento planar. Dentro de las alternativas que barajaba este estudio claramente influido por los preceptos de Agnus Gimoiran, se elucubra con la posibilidad de que se tratase de alguna de las dimensiones más cercanas a otros planos primarios.
Según las matizaciones que realizaba Koroshi sobre la obra de Gimoiran, Enai “La oscuridad primaria”, también sería la ausencia de materia. Siguiendo con esta misma línea de pensamiento, Suritán, el origen de todo lo tangible, también era considerado como “la luz”, o aquello a través de lo que nuestros sentidos son capaces de confirmarnos nuestra propia existencia.

Por el contrario, históricamente otros estudiosos como Urlys Telgarashu (Lar’kain, Naltor 233, 281) han defendido que se trató de un evento de características similares a los que se produjeron tiempo atrás en el este, y que el solapamiento se produjo con una dimensión cercana a Namak.

Otras líneas de pensamiento han apuntado hacia la posibilidad de que la fuente del incidente proviniese del objeto que se estrelló en el monte Klawe siglos atrás.

171: Se inician las Guerras Tarnraqui en El Dominio.

Dependiendo de las fuentes que se consulten, Ólger Engaras, Maesc Zahard de Tarnaq, interpretó los eventos de los últimos tiempos como señales del advenimiento del Tanrakûl, o como una oportunidad única para extender sus dominios. Sea como fuere, existen registros de los preparativos para comenzar una campaña militar contra las naciones vecinas.
Los preparativos para la “santa misión” se encontraron con no poca oposición por parte, no sólo de la nobleza, sino también del clero. Estas discrepancias terminaron desembocando en una guerra civil.

198: Un grupo de disidentes del Dominio liderados por la karsten Lesbeth Horoshu llega hasta los territorios de Harst.

Tras ser recibidos por Sipskriel, se permitió a la comitiva asentarse en las cercanías de Mishkoldar. Pese a las amenazas de represalias desde el Dominio por dar cobijo a los últimos opositores al Maesc Zahard, estas amenazas jamás llegaron a convertirse en hechos.
Tras la llegada de los nuevos refugiados, estos territorios pasaron a ser comúnmente conocidos como Mysdar Tansayal; “El hogar de los sin tierra”.

203: Annlysh Níhildor, miembro de la orden de los tecnólogos al servicio del araki del distrito de Jonur en Áldern, logra acceder al domo que se haya en estos territorios.

Según sus escritos, esta hazaña fue posible gracias a la colaboración del señor del domo, el jonudi Jógar’Nasud’Carstanu. De las conclusiones de su estudio se pueden extraer varios descubrimientos.
Por un lado, tras analizar al jonudi pasó a habitar durante largas temporadas dentro de la materia/dimensión/nivel de realidad que componía a Carstanu.
Tras este proceso constató una serie de alteraciones en su propia química corporal y constantes vitales, así como un progresivo alejamiento de sus antiguas necesidades. Pese a que estos se han logrado reproducir con éxito en pocas ocasiones, mediante sus experimentos Annlysh logró alcanzar un estado de hibridación diferente al que se conoce como los yunraeh. Un nuevo estado de existencia que abría ante la humanidad una nueva realidad por explorar.

Pese a que la exploración de Nusureh aún se encuentra en un estado muy primario, de una manera aún muy limitada, controlada y no exenta de grandes riesgos y peligros, gracias a este conocimiento, la Orden de los Cronistas ha sido capaz de asomarse hasta momentos concretos del pasado sucedidas alrededor de los domos.

212: El karsten Malstar de la casa de Engaras contrae matrimonio con el Holsrer séptimo, Ilstern de Shattegar.

Mediante esta unión, el nieto de Ólger se apartaba de la lucha por el trono, pero aportaba un importante aliado para el Dominio. Pese a esta renuncia, es sabido que algunas voces dentro de los círculos de poder de Tarnaq acusaron a Malster, quien se consideraba que tenía pocas posibilidades dentro de la línea sucesoria, de tratar de acceder al trono por otros medios.
El tratado de alianza obtenido con esta unión, no sólo no mejoró la relación entre ambas naciones, sino que estas comenzaron a deteriorarse. Tras consolidarse la unión, la presencia militar en los puestos fronterizos aumentó.

219: Se frustra un intento de asesinato contra Bergesta de Undalaya, Maesc Zahard del Dominio.

221: El Dominio invade Shattegar.

Según ha quedado reflejado en los informes oficiales, las investigaciones llevadas a cabo por los inquisidores del Dominio acerca del pasado intento de asesinato, llevaron hasta el descubrimiento de indicios de una posible implicación del aspirante al trono. Ante la negativa de Malstar a personarse en Tarnaq para su defensa, se le declaró culpable y se ordenó a Shattegar su deportación.
Las negociaciones alrededor de esta petición, que no se prolongaron durante mucho tiempo, no lograron llegar hasta un acuerdo diplomático. Pese a que los gobernantes de Shattegar siempre proclamaron su inocencia, ante esta situación, se desató un conflicto militar que azotó ambas naciones prolongándose hasta fechas posteriores al fallecimiento de todos los implicados.

Décadas después de la finalización del conflicto se hallaron pruebas de la implicación Tolmeth de Orcnost, otro de los karsten aspirantes al trono, junto a miembro de los inquisidores del Dominio cuyos nombre no se han logrado desvelar, como instigadores de la conspiración.

254: A través del domo artificial de Yalan se filtran nuevas entidades hasta este nivel de realidad.

Debido a su punto de acceso, así como los tiempos en los que se produjo su llegada, durante mucho tiempo se especuló con la posibilidad de que estas nuevas entidades que entraron en contacto con el hombre fuesen una nueva estirpe de los jonudi. Estudios más recientes han llevado a los hombres de ciencia a corregir a quienes realizaban estas afirmaciones.
Pese a que se desconoce casi todo acerca de estas nuevas entidades que llegaron hasta Daegon, su comportamiento, naturaleza y ámbito de acción difieren enormemente de todo lo que se sabe de los hijos de la oscuridad.

Mientras que los primeros siempre han sido descritos como cúmulos informes y fluctuantes en un perpetuo estado de indefinición y constante cambio, quienes contemplaron a estas nuevas presencias hablaron de entidades formadas por líneas perfectas que componían estructuras de una precisión imposible. Seres estáticos de una coherencia absoluta e inalterable.
Al igual que los jonudi, estas nuevas entidades parecían carecer de materia o sustancia que les permitiese interactuar directamente con lo físico. Se cree también que el aspecto con el que han sido descritas no es sino la manera en la que el cerebro humano ha tratado de acotar unas formas que escapan al limitado espectro que somos capaces de percibir.
Otra de las teorías que se han originado alrededor de estas entidades es la que defiende que su presencia en nuestro nivel de realidad era sólo parcial. Que quienes los contemplaron sólo tuvieron acceso a una manifestación limitada de conceptos más complejos, pero que su forma completa se extiende a más niveles.

Si debemos asemejar a estas entidades con algo que que conociese el hombre con anterioridad, se cree que podrían poseer rasgos comunes con los kesari que aparecieron en Norotgard más de un milenio atrás. Se cree también que ambas criaturas pueden tener algún tipo de vínculo con los llamados “Talen”.
Todo parece indicar que, estas entidades, cuya existencia se conoce gracias al contacto con los habitantes del recientemente regresado continente de Nargión, podrían ser la encarnación pura de las apariciones de Yalan.
Durante el escaso contacto que se ha mantenido con los hombres y mujeres del continente flotante, se ha podido saber que los talen son criaturas con una naturaleza antagónica a la nuestra. Características como la inteligencia, emoción o intención carecen de sentido cuando se habla de ellos. Debido a esta descripción se ha querido ver también similitudes entre ellos y los kurbun pero, pese a lo poco que sabemos de cualquiera de estos dos conceptos, múltiples principios y axiomas que dan sentido a sus existencias difieren en gran medida.

Estas criaturas, nativas del llamado plano de Kestra, serían totalmente ajenas a la existencia de la vida humana como tal. Si bien el hombre no ha sido capaz de comprenderlos durante su larga convivencia en su plano natal, tal y como ha sido descrito su comportamiento, se presenta a los talen como unas criaturas que tampoco son capaces de comprender o relacionarse voluntariamente con todo lo que no es estático.

En vista de estos nuevos datos, lo que fueron descritos como comportamientos erráticos y acciones fortuitas, podría estas motivado por lo anómalo del nuevo entorno en el que se encontraron. No sólo esto, sino que otros hechos en apariencia inconexos sucedidos en otros lugares podrían finalmente tener una explicación.

Asumiendo que conceptos cambiantes y relativos como el mismo tiempo, el espacio y la distancia son completamente ajenos a su naturaleza, se podrían explicar ciertos eventos sucedidos muy lejanos a Yalan en los que los talen podrían haber participado. Siguiendo con esta línea de pensamiento, durante el tiempo que se prolongó su proceso de consolidación en nuestro nivel de existencia, fragmentos de su presencia podrían haberse propagado en distintos puntos.

En fechas cercanas a este suceso, Nivar se vio afectada por un evento de características similares. De acuerdo a la documentación de la que disponemos, durante este el genom de shûrtain de aquel mismo año, parte de la ciudad de Árgonstad desapareció, dejando en su lugar un hueco en el que nada parecía ser capaz de existir. Durante este suceso desapareció también la ogarn Sheiden Natlos, quien se hallaba en la ciudad.
Asimismo, se cree que durante esos mismos días se produjeron apariciones del mismo tipo en Edirth y Bra’Em’Kyg aunque, en estos casos, no tuvieron lugar en zonas habitadas. La falta de testigos en estos eventos ha hecho imposible en datar la fecha exacta de tales sucesos.

Con el paso del tiempo se pudo identificar la forma y dimensiones aproximadas de los diferentes constructos que se superpusieron sobre aquellas porciones desaparecidas de nuestro mundo.
Pese a la posterior desaparición de estas entidades, el espacio que ocuparon continuaba resultando antagónico para todo lo material u orgánico. Una vez acotadas sus dimensiones, se construyeron estructuras que impidiesen el acceso accidental hasta esas zonas.
Aún hoy se desconoce y se continua debatiendo acerca de si realmente no hay nada en esos lugares, o si unas estructuras impenetrables incluso para los sentidos permanecen allí.

Lejos de allí, en Shinzay, también se produjo un acontecimiento que no ha sido hasta estos últimos años que se ha relacionado con las apariciones Yalan.
Sobre el mar, en las cercanías de la ciudad costera de Beiyán, dos nuevas entidades emergieron desde lo que parecía una ruptura en los mismos muros de la realidad. Su llegada fue precedida por lo que los cronistas del evento han descrito como “un sonido que emanaba de la misma existencia mientras esta se tensaba y era rasgada lentamente”.
Según este testimonio, narrado en las Crónicas de Beiyán (Yen Chang Shu, Shimizu, Shinzay 214, 280):
“A su alrededor, todo es quietud. Una calma tensa y forzada que atenaza al mar ahora inmóvil y que parece ralentizar el mismo paso del tiempo. La noche no llega jamás hasta ese lugar, convirtiéndose en una segunda y lúgubre luna que se atisba con claridad cuando la noche alcanza la costa.
Mientras tato, la lucha que mantiene contra el tejido de la existencia continua siendo audible. Un murmullo cuyas ondas no se propagan por el aire, sino que, simplemente, están en todas partes. Todo aquello que entra en su rango de acción se detiene, se descompone y deja de existir. No queda rastro de las aves cuyo vuelo les llevó hasta allí. Ninguna huella de su existencia quedó en el aire o sobre el mar.”

“Pese a que el crujido provocado por la gran tensión siempre nos acompaña, algunos de los armónicos más temibles generados por su presencia se propagaron hasta el puerto y el interior de la ciudad, dejando en un estado de lenta y prolongada agonía a quienes se veían afectados por ellos.
Las frecuencias reverberaban en su interior impregnando cada parte de lo que eran. Su vibración se ajustan hasta contrarrestar el movimiento del flujo de su torrente sanguíneo, o en una fuerza que opuesta al movimiento de su caja torácica, anulando a sus pulmones cuando tratan de respirar, pero no mueren. No en ese momento.
Su vida se detiene mientras el mundo continua a su alrededor. Su mente ya no es capaz de comprender el movimiento, la vida o el cambio, pero, pese a todo, lucha contra ello. La existencia es quietud, una quietud no electa y claustrofóbica.
La lucha interna los desgarra de una manera precisa y metódica. Las líneas y formas de su figura se van haciendo más regulares, su cuerpo comienza a descomponerse hasta quedar reducido a los valores más elementales. Finalmente, no queda nada de la persona, sólo una leve vibración, una alteración cacofónica en tu oído interno cuando atraviesas el espacio que una vez había ocupado.
No parece haber lucha posible, sólo la confirmación de un realidad inalterable; Por más que podamos aspirar a ser el centro de la creación, por más que queramos creer que nuestra existencia tiene un motivo ulterior, somos irrelevantes. El universo no existe para satisfacernos o probarnos, no existe ningún equilibrio cósmico en cuyo centro estemos situados, sólo somos una casualidad, el fruto de un accidente fortuito que a nadie importa”.

Pocos días después de comenzar este suceso comenzaron las migraciones masivas desde la costa de Shinzay hacia el interior.

Dada la naturaleza de los talen, de aceptar que todos estos eventos están relacionados, aún no se ha logrado concretar qué acciones habrían sido causa y cuáles consecuencia. El orden cronológico dentro de nuestro espectro temporal no tendría por qué coincidir con la manera en la que ellos interactúan con el plano material.
Por más que, históricamente, este suceso se consideró como un asalto intencionado, desconocemos también si su llegada hasta nuestro hogar fue algo voluntario o una mera consecuencia casual del eterno movimiento del cosmos.
Estudiosos como Rayán Saydenbur (Xargnath, Menetia 443, 491) han llegado a la conclusión de que, muy probablemente, los talen ni siquiera eran conscientes del lugar en el que se encontraban y su abducción hasta Daegon fue interpretada como un ataque hacia ellos.

255: Comienza “La Gran Purga” en Shinzay.

Tras la muerte del emperador Tentai, su hijo, Seichiro cuarto, declaró el estudio de las grietas dimensionales y, por añadidura, de las ciencias puras, ilegales en el imperio.
Aquellos que no entregaron sus estudios para que fuesen destruidos, fueron perseguidos y encerrados.
Alentado por el consejero Bao Chen Zhu, sacerdote de la “Orden del inmortal y magnánimo Lo Wang Chi, custodio de las puertas de Manlau”, acusaba a estos estudiosos de haber provocado el suceso de Beiyán al liberar a dos criaturas mitológicas.
Seichiro solicitó también al gobierno de Kylbrn que desmantelase el Chernat Ianaster. Ante la negativa de Concilio de Twindar a acceder a su petición, Shinzay cerró sus fronteras con la nación vecina y rompió todo tipo de relación con ella.

267: Fallece Vernheid Amal, Maesc Zahard del Dominio.
Tras la muerte de Amal, su sucesora, Kelen Yelsteva firmó la paz con Shattegar

273: Se documentan sucesos anómalos en Nama Nayín. Se sospecha que el efecto de la presencia de los talen se ha propagado hasta el interior de Shinzay.

278: Shinzay y Kylburn retoman sus relaciones diplomáticas.

279: Shinzay declara la guerra a Kylburn.

Tras la nueva negativa de Kylburn a destruir los estudios de lo “Los topógrafos de lo etéreo” y terminar con sus investigaciones, Seichiro los acusó de ser los causantes de los recientes eventos en el las provincias centrales de Shinzay.

301: Las entidades extrañas aparecidas en las ciudades de Baern, Nivar y Shinzay desaparecen. Asimismo, en un corto periodo de tiempo las construcciones jonudi y los parajes extradimensionales también se desvanecen de nuestro mundo.

De nuevo, existen cientos de teorías alrededor de estos sucesos, ninguna de las cuales ha podido ser demostrada.
Testimonios anónimos coinciden en afirmar que la desaparición de las entidades de Yalan y Árgonstad se produjeron tras un “estallido, o un haz de luz procedente de las estrellas” aunque otros dicen que la luz no provenía de las estrellas, sino que se dirigía hacia ellas.

Tras la desaparición de las estructuras que trajeron a los nuevos jonudi, la actividad en los domos también cesó.

Bajo el auspicio del Yishin Amat, el órgano rector, liderado por Jeroth Rusandali, La Orden de los Cronistas trasladó su sede central hasta las cercanías del domo de Baen'Shul'Ilay.
Tras esto, Marndayal comenzó a ser conocida también como Cahirn Ansay “La de los muchos nombres”.
Este movimiento supuso a su vez un gran cambio en el órden político y social de la propia de Baern. La influencia de la orden dentro de la nación era indudable y esto quedó corroborado cuando gran parte de la nobleza comenzó a trasladar sus residencias principales a esta zona. Marndayal se convirtió en el nuevo centro neurálgico de Baern. Su nueva capital de facto. Asimismo, el domo, gracias al conocimiento sobre su funcionamiento que habían adquirido de los jonudi, se convirtió en una pieza clave de sus investigaciones, un lugar que, con el tiempo, adquiriría tantos nombres como la propia ciudad. Nombres como “La Catedral Infinita”, “La Biblioteca Etérea” o “La Universidad Intangible”.

arcanus

La edad moderna IV

La edad moderna IV
314: Desde la ciudad de Vantul, en Edirth, parte una expedición científica comandada por Marnjay Kiscifer y Carynn Arstaun con destino a las Llanuras Heladas de Skartaria.

Esta misión exploratoria aspiraba a lograr desvelar tres misterios:
Los hombres de ciencias buscaban hallar los restos de la desaparecida nación de Quendapoa y la ciudad de Danrú, el primer punto de acceso por el que los jonudi llegaron hasta nuestra realidad.
También tenía el objetivo de encontrar la causa del constante y anómalo estado de glaciación de este vasto territorio.
Finalmente confiaba en encontrar posibles culturas humanas aisladas en su interior, o los vestigios de aquellas que existieran en algún momento.

Pese a que parte de las provincias del norte del Dominio afirmaban ser los descendientes de los habitantes de Quendapoa, la tesis principal de Kiscifer y Arstaun defendía que esta nación estuvo situada más al este. Asimismo, también establecía una posible conexión entre el estado de este territorio y aquel lejano primer contacto directo con entidades de otro plano.

335: Los supervivientes de la expedición de Kiscifer y Arstaun regresa desde las Llanuras heladas.

El relato de la experiencia vivida por los integrantes de la “expedición perdida” trajo consigo más preguntas que respuestas.
Dos años después de su partida se había enviado una expedición de rescate que jamás regreso. Tres años después de esto, tras descartar una nueva expedición de rescate, se había asumido que los hombres y mujeres que componían esta expedición habían muerto, tras lo que se les brindó un funeral de estado.

De un grupo de cuarenta dos personas sólo regresaron ocho. Tras un largo y complejo proceso de escrutinio, a duras penas fueron capaces de aportar pruebas sobre sus identidades. Ninguno de los dos líderes de la comitiva sobrevivió, aunque sí que llegaron hasta nosotros los diarios e informes en los que plasmaron sus conclusiones.
Si nos atenemos a los cálculos y el testimonio de Valrush Nyscolu, quien comandó a los expedicionarios que lograron regresar, Kiscifer habría fallecido en el año 331 y Arstaun en el 317.

De acuerdo a las conclusiones que se pueden extraer de la información contenida en estos documentos, el espacio que ocupan los territorios denominados como las Llanuras Heladas de Skartaria se encuentra fracturado.
Si bien la causa de esta fractura no se conoce, las diversas pruebas que se aportaron parecen indicar que no todas las localizaciones a las que da acceso se encuentran en nuestra realidad. Mientras que algunas de las cartas astronómicas que aparecen dibujadas en los cuadernos de Arstaun parecen situar las zonas interiores y glaciales con latitudes muy lejanas del hipotético punto en el que se hallaban, no se han logrado encontrar equivalencias con gran parte de los cielos nocturnos plasmados en ellos.

Por otro lado, no parece existir concordancia entre los puntos de entrada a los distintos lugares y los de salida. Kiscifer achacaba a esta característica la incapacidad de la expedición de encontrar el camino de regreso fuera de estos territorios:

“Deshacer el camino es imposible. El horizonte blanco cambia constantemente en todas direcciones y la brújula se ha convertido en una herramienta inútil. Pero hay algo más, más elementos discordantes. Algunos pueden ser sutiles, como los bruscos cambios de temperatura. Cambios que no vienen precedidos por patrones que podamos utilizar para prepararnos. Por el contrario, todo es drástico, traumático y anómalo. Lugares donde la nieve parece cristal, donde el aire es tan denso que no puedes respirar, donde no eres capaz de saber si es el frío o el calor lo que consume tu cuerpo.
Y no puedes volver atrás, porque lo que se encuentra a tu espalda no es el lugar del que venías. No es sólo que tus huellas ya no estén, sino que lo que te aguarda puede ser un abismo insondable o el infinito horizonte del mar. Puedes dar un paso y encontrarte cubierto por la sombra de un pico que no has sobrepasado, levantar tu vista del suelo y encontrarte ante el vacío.
Sólo estar detenido parece asegurar que lo que tienes ante ti y a tu alrededor permanezca inalterado, aunque no siempre es así.”

Según narraron los supervivientes, si el grupo fue capaz de sobrevivir durante más de veinte años en aquel lugar, fue gracias a su llegada hasta la ciudad de Ánarshem y el encuentro con un extraño pueblo que lo habitaba; los kazeri.

Tal y como han sido descritos, los kazeri parecían vivir ajenos al cambio que rodeaba a los exploradores. Su orientación en aquel entorno parecía ser perfecta, sin importar lo que les rodease. Pero esta no es la característica más anómala de este pueblo, sino que, desde el punto de vista de los extraños, parecían capaces de caminar sobre los abismos y atravesar las montañas como si estas barreras no estuviesen ahí. Tanto era así que, pese a ser conscientes de la existencia de estos obstáculos, para su entendimiento no eran más sólidos que el aire que les rodeaba.
Gracias a la adaptación de este pueblo al entorno, pese a que no eran capaces de acompañarles en gran parte de sus rutinas, el grupo de Kiscifer y Arstaun logró tener mantenerse abastecido mientras trataban de comprender aquel lugar.

Asimismo, Ánarshem no parecía haber sido construida por los kazeri. Este pueblo, compuesto principalmente por cazadores, no parecía ser capaz de haber construido una urbe que a todas luces parecía mucho más avanzada. Si bien arquitectónicamente compartía rasgos con las ciudades de la antigüedad, ciertas particularidades llevaron a los expertos a concluir que no se trataba de Danrú.

Pese a las pruebas que se aportaron sobre la identidad de los expedicionarios, algunos de los hombres de ciencia actuales aún dudan sobre la veracidad de su relato. Quienes piensan de esta manera los acusan estar guiados por el ansia de notoriedad y de haber permanecido durante los años de su desaparición en otros territorios. Sea como fuere, no se conoce que ninguna de las expediciones que han partido hacia las Llanuras Heladas con posterioridad haya regresado.

Alrededor de las experiencias del primer grupo expedicionario se ha debatido y especulado ampliamente generándose diversas tesis no carentes de controversia.
En su estudio “El norte imposible” Svetlisa Johannesta (Palsar, Saliria 523, 565) realizaba un análisis de este viaje, sus informes y las cartas astronómicas, en el que concluía que Ánarshem era realmente la mitológica ciudad ailanu de Kaze, situada en uno de los polos de Daegon.
Según su teoría, debido a su posición, esta ciudad existía simultáneamente en varios niveles de realidad. De la misma manera, sus habitantes nativos, expuestos a las mismas radiaciones que el territorio, vivían en sincronía con estos cambios del entorno siendo capaces de moverse con libertad por cualquiera de esos niveles de realidad.
Pese a que la climatología y temperaturas descritas por Nyscolu parecían encajar con las que se especulan en esas latitudes, la manera en la que los expedicionarios lograron atravesaron los mares del norte para llegar hasta el polo, sin siquiera ser conscientes de ello, fue una pregunta que este estudio no fue capaz de responder.

Por su parte, el cosmólogo Iorshén Dalantetsu (Mishkoldar, Harst 401, 583) postulaba que entre los límites de las Llanuras y Werela existía una grieta o fractura a través de la que se filtraban las radiaciones de distintas realidades. Posiblemente de dimensiones cercanas al plano de Suritán.
Según su tesis, y coincidiendo parcialmente con las teorías de Kiscifer, esta ruptura fue causada durante los experimentos que se llevaron a cabo tras el primer contacto del hombre con otros planos. Dalantetsu no descartaba la posibilidad de que estos mismos experimentos fuesen los causantes de la desaparición del continente de Nargión.

Por último mencionaremos las teorías de Abshelk Saleshnyg (Cofyr, Edirth 433, 501), quien defendía la hipótesis de que vinculaba la situación de las Llanuras con tiempos aún anteriores al de los ailanu.
De acuerdo a sus postulados, Skartaria (y, por añadidura, Tanraqull) podría ser la fuente de la que han surgido las diferentes formas de vida que pueblan en la actualidad Daegon. Ligando sus teorías a la teología de la Iglesia Tayshari, especulaba con que este vórtice que conecta nuestra realidad con todas las demás era lo que el los textos sagrados de este culto llamaban “Las fuentes de la vida”.
Siguiendo con su línea de pensamiento, este antiguo portal se encontraría actualmente en un estado inestable afectado por alguno de los eventos cataclísmicos del pasado. Debido a esto, los lugares a los que daba acceso antaño se ven mezclados. Dependiendo de la posición en la que se encuentre Daegon durante su eterno vagar por el cosmos, este punto focal se encontraría en un contacto temporal con una infinidad de lugares distintos, lugares que pueden cambiar en cada momento y en los que los distintos grupos expedicionarios han acabado perdidos.

343: Marcusa Wanlay presenta y defiende la primera propuesta documentada para el cambio del funcionamiento de la República menetiana.

La propuesta de Marcusa buscaba una apertura en las estructuras del poder. Dar acceso y voz a miembros externos a los grupos de poder dentro del Vim Ubar. Tras la votación en el órgano de gobierno menetiano, la petición fue desestimada.

358: Byun Hung Lao, aspirante al trono de Shinzay, afirma haber logrado recuperar las tres reliquias perdidas.

Los seguidores del aspirante al trono, concentrados principalmente en las provincias de Fuyán y Shenzhöu, fueron apresados o silenciados. Hasta donde se ha logrado averiguar, Hung Lao se auto exilió en Sheparn llevándose consigo las reliquias. Se sabe que fue allí, oculto y sin contar con ningún tipo de apoyo, donde terminó sus días. Se desconocen la fecha o las causas de su fallecimiento.

368: Las tres reliquias de Shinzay llegan hasta manos del comerciante y coleccionista sheparni Yudong Man Yi.

Pese a que se desconocen los detalles acerca de las condiciones del acuerdo que se alcanzó entre el gobierno de Sheparn y Man Yi, se sabe que ese mismo años las tres reliquias llegaron hasta las manos del Concilio de Twindair.

371: Casi un siglo después de la ruptura en las relaciones formales entre Sheparn y Shinzay, el Concilio de Twindair y el emperador Tsao Jin Kuey oficializan la paz entre las dos naciones. Durante este acto se hace entrega a Shinzay de las tres reliquias.

388: Bajo el mandato de Seichiro quinto, Shinzay invade la provincia mashlanita de Datsura.

De acuerdo a los registros albergados en el archivo imperial de Nama Nayín, Seichiro interpretó la recuperación de las reliquias fue seguida por una visión en la que al emperador le era encomendada una misión por parte de los dioses.
De acuerdo a esta visión, el regreso de las reliquias hasta la corte imperial era una señal. Un designio divino mediante el cual se le encomendaba recuperar algo que se les había arrebatado a los shizune mucho tiempo atrás: su tierra natal.
Ya desde los años previos a su ascenso al trono, el joven príncipe había presionado a su padre para iniciar una cruzada que reparase la afrenta que se hiciese a su pueblo. Mil quinientos años atrás, sus ancestros fueron expulsados de su hogar por los izami, había llegado el momento de que se reparase aquella injusticia.

Existen documentos que describen el acercamiento diplomático que realizó Tsao Jin Kuey “El estadista” con su homólogo mashlanita, Toshie Shihimaru, pero ninguna de sus peticiones le fueron concedidas.
Tras el fallecimiento Tsao, el nuevo emperador optó por la vía militar.

Por otro lado, otros estudiosos como Ersla Jorenkob (Besunya, Sheparn 503, 552) defendían una versión que difería de la oficial. De acuerdo a sus investigaciones, los movimientos de Seichiro, se trataban de una maniobra desesperada. Sus intenciones reales iban destinadas a tratar de desviar la atención de la delicada situación que vivía el país en aquellos días. Una situación que se omitió deliberadamente en los registros oficiales.

390: Se produce el primer levantamiento popular en la provincia de Yinansu.

Si la situación socio económica en Shinzay era complicada, la guerra no hizo sino empeorarla. Mientras que los costes de la campaña militar obligan al emperador a subir los impuestos enormemente, Seichiro carecía una flota capaz de mantener una guerra a gran escala.
Por el contrario, Mashulanu para el momento de aquel conflicto ya disponía de una fuerza considerable en este terreno. Debido a los conflictos del estado central con las provincias isleñas y sus colonias en en la costa continental, la flota del emperador mashlanita y sus generales estaban mucho mejor preparados para este enfrentamiento.

La falta de preparación de Seichiro como comandante, así como la inexperiencia de sus generales en esta clase de frentes le costó a Shinzay muchas pérdidas, tanto económicas como humanas.
Mientras que aquella parte del pueblo que, inicialmente, se mostró ilusionado ante los objetivos de su señor, no tardó en dar muestras de un cambio de actitud, también se veían incapaces de cumplir con las exigencias económicas que se les requería. Este vuelco moral se vio principalmente representado en las provincias del interior donde terminó desembocando en revueltas campesinas y huidas hacia las naciones vecinas para evitar los reclutamientos. Al mismo tiempo, el aporte de los nobles a la causa se hacía más irregular y escaso.

395: Estalla la guerra civil en Shinzay.

Tras el decreto de Seichiro que ampliaba la edad de reclutamiento de las levas a todo aquel varón mayor de diez años, la escala e intensidad de las revueltas aumentaron hasta llegar a conformarse en un gran bando unificado.
Comandados por el veterano Yao Chin Hark, las fuerzas sublevadas lograron hacerse con el control de la ciudad costera de Quinsuzai. Tras la conquista de Hark, el puerto de la ciudad fue tomado por las tropas mashlanitas de Tadanobu Kibagami.

Pese a que los detalles de este evento han sido eliminados de los registros imperiales, se cree que fue el propio Hark quien abrió la ciudad al ejército enemigo para luego llegar a un acuerdo con ellos.

397: Las tropas de Kibagami toman en el palacio imperial.
Se produce el advenimiento de las rahir nayali, conocidas comúnmente como las nivar.

Nuevamente, los detalles de esta batalla han sido eliminados de los registros oficiales. Al igual que en evento anterior, se cree que en esta batalla no participaron solamente tropas mashlanitas. También se cuanta que gran parte de la guardia que protegía el palacio apenas había llegado a los catorce años de edad.

El destino de Seichiro también permanece en el oscurantismo. Dependiendo de la versión consultada, mientras que los relatos que gozan de una mayor aceptación por parte de los nacionalistas son aquellos que afirman que murió durante la batalla o a manos de Kibagami, otros textos apuntan a que fue el propio Hark quien acabó con la vida del emperador, o que el mismo emperador cometió suicidio poco antes de que cayese la ciudad.

Sea como fuere, Koi Jin Kuei, de siete años de edad, se convirtió en el nuevo emperador. En su nombre, Yao Cin Hark firmó la paz con Mashulanu a la par que Shinzay contraía una gran deuda con esta nación. El acuerdo de paz estipulaba las condiciones económicas a las que se comprometía Shinzay para reparadas a Mashulanu por las daños causados durante de la guerra.
Tras la firma del acuerdo de paz, Yao Chin Hark quedaba designado como protector del trono, a la par que sendas guarniciones permanentes de la nación isleña permanecían en Nama Nayín y Quinsuzai como garantes del acuerdo.

Ese mismo año, en el Daegon occidental se producía un nuevo evento anómalo con la aparición en las costas de Nivar de unas nuevas entidades, las rahir nayali. Si bien es cierto que la comunicación con esta nueva especie fue compleja en un inicio, al contrario de lo que ha sucedido en otros entes extraños que han llegado hasta Daegon con anterioridad, la presencia de estas criaturas entre nosotros ha contado con tres diferencias significativas.
Por un lado, su llegada no vino precedida ni fue causa de desastre alguno. A esto tendríamos que sumar que esta presencia se ha mantenido hasta la actualidad. Para terminar, pese a sus obvias diferencias con nosotros, se ha tratado de unos seres que han demostrado ser capaces de percibir y comprender su entorno e interactuar con él en una manera similar a la humana.
Pese a la reticencia inicial y la desconfianza de según qué sectores aún a día de hoy, todos estos factores, añadidos a que la maleabilidad de su cuerpo les permite alterar su forma de una manera parcial y voluntaria, permitiéndoles llegar a asumir una forma en cierta manera humanoide, han logrado que el trato con ellas se haya podido mantener de una manera estable.

De cualquier manera, esta relación continuada no ha impedido que su origen continúe siendo un misterio que ha generado teorías de lo más dispares.

Si bien carecen de una cultura escrita que podamos tratar de interpretar, a través de aquellos fragmentos de su folclore que han compartido con nosotros, se han logrado obtener unas bases a partir de las cuales comenzar a investigar.
De acuerdo a su tradición oral, la historia de su especie se remonta hasta mucho antes de aquel contacto con el hombre. Es más, de acuerdo a este mismo relato, dentro ya de la mitología de las rahir nayali podríamos encontrar ciertos fragmentos que podrían interpretarse como la existencia de un contacto previo entre ambas especies en Nayistra, su hogar.
Más allá de esta tenue pista, este hipotético primer encuentro, ubicado dentro del ámbito de los mitos de antaño, carece de los datos necesarios como para ubicarlo temporalmente, o para confirmar que aquellas “criaturas extrañas“ con las que se encontraron sus ancestros fueran humanos.

Aún con todas las imprecisiones de sus relatos, estas historias han hecho que se especule con la posibilidad de que estos entes con la que tuvieron contacto antaño, a quienes denominan como los Anoshis Tayaal o “Los que vienen de más allá de los océanos”, fuesen realmente los ailanu.
Entre una parte de aquellos que abrazaron esta posibilidad, como fue la misma ogarn Sanyali Annyslayeshu (Vígnistad, Nivar 366, 457) se popularizó la improbable hipótesis de que algún tipo de fuerza, ya sea esta el “destino”, la confluencia cósmica o la casualidad extrema, vincularía a estas criaturas con las mitológicas nivar; una de las especies alienígenas que trajeron los navegantes de la Sartais, y de la cual su nación tomaba el nombre.

Si bien su naturaleza parcialmente líquida podría emparentar a las rahir nayali con alguna de las criaturas traídas por los ailanu desde otros mundos, la falta de descripciones o imágenes fidedignas de cualquiera de ellas han hecho imposible confirmar o desmentir con datos tales afirmaciones.

Por otro lado, aquellos que han tratado de buscar una explicación contrastable sobre estas criaturas y los motivos de su llegada, si bien no han sido capaces de descartar por completo su posible contacto con los ailanu, tampoco han logrado concretar si se trata de entidades nativas de nuestro mundo o nuestro plano de existencia o si provienen de algún otro.

Una vez respondida esta pregunta, de su respuesta se podría extraer información que ayudase a dirigir las dos grandes líneas de investigación que existen al respecto.

Si el evento que que las trajo fue causado por la creación o activación de una brecha que provocase un nuevo solapamiento entre planos, de ser esta realidad alcanzable por algún otro medio, se podría revelar como un nivel de existencia no hostil para con la vida humana a explorar. Asimismo, de poder comprobarse que las entidades extrañas con las que tuvieron contacto antaño fueron los ailanu, estos quizás fuesen los tripulantes de la Sigma.
Por el contrario, si Nayistra se encuentra en nuestro mismo plano de existencia, su llegada sería debida a un tipo de evento del que no se tiene constancia previa. Algún tipo de evento no registrado que pueda comunicar, comprimir o “plegar” el espacio físico entre dos ubicaciones. A su vez, de ser esto cierto, se podrían abrir dos nuevas líneas de investigación.
De ser las rahir nayali nativas de Daegon, su hogar se podría encntrar en las antípodas del continente de Daegon. Siendo como es el fondo del mar un gran desconocido para la ciencia, esta teoría no se ha descartado.
Si, por el contrario, son nativas de otro mundo ubicado en nuestro nivel de existencia, su llegada se debería a algún nuevo nuevo fenómeno a estudiar.
Si bien está demostrado que mediante la ciencia arcana el primer tipo de pliegues son posibles, no se tienen constancia o registros de ninguno que haya sido capaz de unir dos mundos lejanos.

A este misterio se añade también el hecho de que, de acuerdo a las narraciones de las rahir nayali, esta unión entre su hogar y Daegon permanece estable bajo el mar de Johrg.
Sea esta unión algo fortuito, intencionado o el resultado de la activación de los restos de algún dispositivo de los tiempos antiguos, no se descarta la posibilidad de que otros fenómenos del mismo tipo se estén o se hayan produciendo en otros lugares del mundo sin haber sido detectados.

Tras el reciente regreso de Nargión y los estragos que causó en nuestro continente, los portavoces de las rahir nayali no han informado de perturbaciones similares en Nayistra. Pese a que esto podría hacernos descartar que este lugar se encuentre en Daegon, una vez más, nuestro gran desconocimiento de las fosas oceánicas hace que esta opción aún no se haya podido desestimar por completamente.

Obviando todos estos hechos, las distintas teologías han planteado la posibilidad de que las rahir nayali sean nuevas creaciones de sus respectivas deidades. Si bien es cierto que quienes más han incidido en este tipo de explicación han sido los diferentes cismas de la iglesia Tayshari, otros grandes credos como los de Taranaqu, Gâldaim o ciertos teólogos de entre los adeptos Arcthuran, también han tratado de encajarlas dentro de sus cosmogonías.
Más allá de que existe una cierta unanimidad dentro de sus grandes discrepancia en el hecho de que todos los cultos afirman que las rahir nayali son obra de sus respectivos panteones, en lo siempre han acostumbrado a diferir sobremanera estas versiones ha sido en la función para la que habrían sido creadas.
Tal es la disparidad en esta materia que ni siquiera diferentes estudiosos de unos mismos textos sagrados logran llegar a un acuerdo.
Mientras que uno teólogos hablan del despertar de una nueva estirpe de los mayane undalath, otros afirman que, tras millones de iteraciones, del acto creador del señor de las profundidades ha surgido una nueva especia inteligente sin un propósito predefinido.
Al mismo tiempo, los distintos cismas del culto a los tayshari han tratado de explicar este suceso de acuerdo a sus intereses particulares.
Sea como fuere, en un plano general o “racial”, las aspiraciones espirituales de las nivar no se han mostrado ninguna afinidad o predilección especial hacia ninguno de estos dos cultos.

403: Koi Jin Kuei de Shinzay ordena la ejecución de Yao Chin Hark acusándole de traición.

Al mismo tiempo que se lanzaba esta acusación, Shinzay declaraba nuevamente la guerra a Mashulanu.

Si atendemos a los textos oficiales que se pueden encontrar en el archivo imperial de Shinzay, las exigencias para la reparación del daño a Mashulanu cada vez eran mayores. De manera simultánea se trataba de limitar la capacidad y autonomía militar de Shinzay dentro de sus propios territorios.
Mientras sucedía todo esto, nuevas guarniciones permanentes mashlanitas se habían establecido en Shimizu y Nama Nayín. No contentos con esto, el sueldo de estas mismas tropas de ocupación venía de los impuestos que se recaudaban de estas ciudades.
El emperador acusó a Mashulanu de estar invadiendo sus territorios de una manera silenciosa con la connivencia de Yao Chin Hark.

Por el contrario, la versión de este suceso que se defiende desde Mashulanu niega todas estas provocaciones. No se hace ninguna referencia a una expansión de sus tropas en Shinzay o la existencia de cambio alguno en el tratado de paz.

De cualquier manera, esta declaración de guerra no dio inicio a nuevas hostilidades de manera inmediata. Si bien no se inició un nuevo conflicto bélico, el comercio entre ambas naciones cesó a la par que los actos de piratería contra las embarcaciones de ambos países se incrementaron enormemente.
Mientras este tipo de actos se producían, los gobiernos de ambas naciones intercambiaban acusaciones sobre el patrocinio de estos ataques.

417: Enoctes Wanlay defiende nuevamente ante el Vim Ubar una propuesta muy similar a la de su bisabuela Marcusa.

En una época de fuertes movimientos sociales, en una Menetia asolada nuevamente por la hambruna la propuesta de Enoctes fue aprobada por un escaso margen.
Como consecuencia de esto se creó la primera encarnación del Senado menetiano, un órgano consultivo compuesto únicamente por ciudadanos no pertenecientes a las élites militares, nobiliares o eclesiásticas.

432: Tras el fallecimiento de Xion segundo, immayal de la nación maleri de Ashgurn, el gobierno de la nación pasa a manos de su primogénito, Nomiad primero “El Sonámbulo”.

Se ha achacado al débil gobierno de Nomiad la fragmentación de Ashgurn, pero la situación de su país llevaba ya muchos años siendo muy complicada. El modelo de estado tradicional y la gestión de este que habían realizado sus antecesores se había mostrado ineficientes.
La negativa del Ódalstur a que Ashgurn formase parte del pacto de Áractur tres siglos atrás, había causado un gran daño a la figura del immayal en las naciones vecinas. Esta actuación también había provocadi que, en épocas de necesidad posteriores, Ashgurn no recibiese el mismo apoyo que otras naciones.
El reinado de Xion tampoco había sido sencillo. Progenitor de dieciséis hijos, los desplantes de varios de ellos y la tibieza en su respuesta, habían debilitado también la imagen del gobernante ante su propio pueblo.
Al mismo tiempo, el apoyo que le había brindado la iglesia en algunas de sus decisiones más conflictivas a la hora de juzgar a sus hijos ante la fé, había hecho mucho daño al poder moral y ético que esta ejercía sobre sus súbditos.
Por otro lado, el nombramiento de Nomiad, al no tratarse del primogénito de entre los hijos de Xion, era considerado por muchos como ilegítimo. Mientras algunas voces afirman que su ascensión vino dada por la intercesión de su madre, Jessantal, la favorita de entre las concubinas del immaril, otras proclaman que se trataba de el único de la progenie que no provocaría el surgimiento de una guerra civil entre todos ellos. Sea como fuere, esta noticia no fue del agrado de sus hermanos, quienes no tenían problemas en declararse en rebeldía ante gran parte de sus decisiones.

Pese a todo esto, Nomiad logró mantenerse en el poder y preservar la paz hasta el día de su fallecimiento.

439: Se registra la mayor erupción volcánica jamás documentada en una serie de islas situadas al oeste de Sembia.

Tras este suceso, el cielo del noroeste continental permaneció sumido en una nube perenne de cenizas durante cerca de un año. El sur también padeció los efectos del evento que ha recibido los nombres de “la larga noche” o “el invierno de obsidiana”, aunque en menor medida.
A las hambrunas causadas por cómo afectó la ceniza y el resto de fragmentos volcánicos a las cosechas y el ganado, se sumó una nueva fase de actividad de las grietas creadas en los muros que separan las realidades.
Sembia, las Llanuras Heladas de Tanraqull y Skartaria, así como Werela, Tembi, El Dominio y el norte de Harst vieron cómo se recrudecidas sus climatologías y se perdían miles de vidas durante aquellos años.
En otro orden de cosas sin aparente relación causal, durante fechas cercanas, en la provincia reani de Raelt se produjo el primer avistamiento de uno de los kesari.

Mientras tanto, y sin que se haya podido determinar la relación entre todos estos sucesos, en el sur continental se experimentó el invierno más crudo y duradero del que se tiene constancia.

Pese a que las causas detonantes de los eventos seísmicos y climatológicos parecen a todas luces naturales, algunas voces como la de Tóbor Carvim (Bran, Baern 514, 583) afirmaron la actividad volcánica y el anómalo invierno en el sur coincidieron con un debilitamiento de las barreras dimensionales. De acuerdo a estas teorías, el desencadenante real de este debilitamiento y, por añadidura, de estos eventos, habría sido la cercanía de un kurbun, o a su atención sobre nuestro nivel de existencia debido a algún suceso concreto que acontecía en aquellos momentos.
Si bien quedó demostrado en los estudios de Nayam Nimay (Udversk, Saliria 127, 181) la relación causa/efecto entre la cercanía de los kurbun y ciertos desastres naturales, de acuerdo a esta nueva línea de pensamiento, todo evento cataclísmico estaría directamente relacionado con su presencia o cercanía.

440: La isla flotante de Quenerath se detiene sobre el pico de Yeshur, cerca de la ubicación en la que se encuentra el palacio de Relter.

441: La ciudad de Kâzalen y sus alrededores se ven cubiertos por la “nieve del olvido”.

Pese a que se ha tratado de relacionar de alguna manera este suceso con el “Invierno negro” la distancia, lo delimitado del área afectada y parte de la sintomatología parecen contradecir estas teorías.
El gobierno de Bra’Em’Kyg apostó alrededor de los terrenos afectados varios destacamentos de su ejército para vigilar el progreso de aquel evento, así como para evitar que la curiosidad llevase a algún incauto hacia un posible destino fatal.
También se desplazaron hasta aquel lugar hombres de ciencia de Baern, Harst y la propia Bra’Em’Kyg para estudiar el fenómeno.

455: Fallece Nomiad primero de Ashgurn sin dejar descendientes.

Mientras que la iglesia apoyó a Rayakín, primogénito de Xion, como sucesor en el trono, algunas de las acciones que había realizado en los años anteriores le habían granjeado la enemistad de la nobleza el ejército y el pueblo.
De entre sus hermanos, Iktarión contaba con un gran apoyo por parte de la nobleza, Mishalkor con el del ejército de la capital y Pristela gozaba del afecto del pueblo llano.
Por otro lado, los otros once hermanos también contaban con seguidores en las provincias que habían controlado hasta entonces.

Tras unas largas negociaciones en las que no se logró alcanzar ningún acuerdo, ninguno de los estamentos oficiales aceptó las propuestas del resto. Pese al nombramiento de Rayakin como immaril, ninguno de los sus hermanos aceptó esta decisión y se declararon en rebeldía.
Rayakin carecía de la capacidad militar necesaria como para enfrentarse a las fuerzas de sus hermanos. Pese a que ellos mismos se declararon en rebeldía, el hecho de que la única acción que realizase el estado central contra las provincias rebeldes fuese aislarlas, ayudó a que el poder de sus hermanos dentro de sus territorios se afianzase aún más.

460: Fallece Koy Jin Kuey de Shinzay.

Ante la ausencia de hijos varones, su hija Ming Nai se convirtió en la primera emperatriz de la nación.

464: Ming Nai Jin Kuei de Shinzay se promete con Runokage Shihimaru, heredero al trono de Mashulanu.

Mediante este movimiento se logró suavizar la relación entre ambas naciones mientras se realizaban los preparativos para la unión entre los miembros de sus realezas.

467: Las provincias rebeldes de Mahrasat, Delesni, Karnakta, Aldras N'leshu, Pradeshu, Géryanat, Hayashin, Maharstra, Rayeshi, Jimanyari, Belesti Pusat, Tectalyashi, Biharamu se declaran independientes de Ashgurn.

Ese mismo año, en Mashulanu, se celebra la ceremonia de unión entre Ming Nai Jin Kuey y Runokage Shihimaru.

Tras cerca de dos décadas de tensiones, la guerra civil sin batallas terminó como había comenzado en Ashgurn, de una manera tensa aunque pacífica.
La desvinculación de las provincias rebeldes del estado central se firmó fuera de las fronteras de cualquiera de los integrantes del acuerdo; en la ciudad t’nari de Lamgard.
Pese al clima de crispación reinante y las múltiples ficciones,, intrigas políticas e intentos de asesinatos frustrados que se han escrito sobre la firma del tratado, no existe ningún documento o testimonio contrastado que valide tales relatos.

471: Fallece Hajime Shihimaru. Runokage se convierte en el nuevo emperador.

Tras la ascensión al trono de su esposo, Ming Nai pasó a tomar el nombre Misako de Mashulanu.
Bajo este título, la emperatriz de Shinzay firmó la paz de una manera oficial. Este acto, plasmado en el Tratado de Shugawara, abría de nuevo el comercio libre entre ambas naciones, facilitando a su vez el acceso de los barcos mashlanitas al continente.

Gracias a esta unión también se permitía el acceso y asentamiento a los ciudadanos de Shinzay en las porciones no edificadas de Datsura; los territorios desde los que, según indicaba la tradición, había sido expulsados sus ancestros.

Más allá de quienes abandonaron el continente en pos de la tierra de sus ancestros, esta alianza y la paz que trajo consigo, pese a que apenas supuso un cambio a mejor para muchos de ellos, fue recibida con regocijo por gran parte del pueblo de Shinzay. Pero no todos quedaron satisfechos con los detalles del acuerdo y no tardaron en aparecer los descontentos.
Por un lado, la unión no suponía una mejoría para la situación de las zonas agrarias más afectadas por la guerra. Por otro, el sentir general de quienes habían combatido y dado la vida por su nación durante tantos años, era el de fracaso y rendición. Finalmente, la nobleza en ambas naciones tenía miedo de perder parte de sus prebendas con aquella nueva situación.

Poco a poco, la percepción sobre el nuevo estatus que se había alcanzado fue cambiado para gran parte de los súbditos de Mariko que, si bien no expresaban su descontento de manera abierta, sí que era público en las posadas. Parte de la nobleza, encabezada por Lau Kar Yuan, gobernador de la provincia de Yudong, acusaron a la emperatriz de haberse rendido ante Mashulanu y haber permitido la ocupación de Shinzay sin oponer resistencia alguna, degradado la otrora orgullosa nación en una mera provincia. Quienes les habían expulsado de su tierra natal ahora también ocupaban los territorios en los que habían sido exiliados.

Irónicamente, de acuerdo a lo que se puede leer en los informes archivados en registro imperial, en Mashulanu, los habitantes de la provincia de Datsura y sus alrededores compartían esta misma visión. Se sentían víctimas traicionadas por su gobernante.
La ocupación de sus territorios no fue del agrado de quienes los habitaban ni de los señores de las provincias que compartían frontera con ellos. Tras las migraciones iniciales no pasó mucho tiempo hasta que se comenzaron a producir los primeros encontronazos entre las dos etnias.

473: Nace Taro Shihimaru, hijo de Runokage y Misako.

474: La “nieve del olvido” que caía sobre Kâzalen se desvanece.

Tras la disipación de los últimos fragmentos de oscuridad, sólo quedó en aquel lugar un paraje cubierto por nieve y hielo. Tras comprobar que la composición de aquellas substancias era inocua, se permitió de nuevo el acceso al interior del territorio.

Los supervivientes del suceso de Kâzalen narraron experiencias similares a aquellas que se conservan en los registros pertenecientes al evento de Bakul tres siglos atrás; frío, soledad, abandono y olvido.
La localización de Kâzalen, situada en una de las laderas del monte Klawe, ha hecho que diversas teorías vinculen ambos sucesos con el artefacto que se estrelló en las cercanías de aquel lugar.

En las transcripciones de los testimonios de algunos de quienes custodiaban la zona se recoge que, pocos días antes del desvanecimiento de la oscuridad, un “haz de luz” caído desde el cielo impactó nuevamente sobre el monte Klawe. No existe unanimidad sobre la naturaleza, forma u origen de este haz. Mientras que unos testimonios afirman que se trataba de un rayo uniforme, otros declararon que en su interior se podía adivinar una forma difusa.
Tampoco se ha podido determinar si existió alguna condición de causa / efecto entre ambos eventos, o si se trató de una simple coincidencia temporal.

Durante el tiempo de estudio tampoco se pudieron determinar las causas, procedencia, características, naturaleza u objetivo de los conceptos que accedieron hasta nuestra realidad. Pese a que la teoría de mayor aceptación es la que atribuye el suceso a un nuevo solapamiento planar, la menara en la que se materializó en aquella ocasión ha provocado que no se haya podido alcanzar un consenso al respecto. Tampoco se pudo confirmar o descartar una posible participación, ya sea o no intencionada, de otras entidades como los jonudi, los talen o los kurbun en el mismo.
Si bien es cierto que, a lo largo de los años durante los que se prolongó el evento, una pequeña parte de la población fue capaz de abandonar el lugar de manera puntual, descartando con esto un solapamiento completo, también es cierto que las rutas que decían haber seguido no concordaban con los territorios que afirmaban haber atravesado.
Pese a que se valoró en más de una ocasión una expedición de rescate masiva, la pérdida de contacto con los exploradores que se adentraron a reconocer el terreno en cada una de ellas, hizo que se abortasen.

A día de hoy aún se conservan restos de nieve y hielo impregnados por la oscuridad en los laboratorios del Chayashin Shatteru donde se continúa con su estudio.

476: Fallece Runokage Shihimaru.

La muerte fulminante del joven emperador a causa una enfermedad hizo que estallase toda de xenofobia contenida que se había ido acumulando desde la unión de Mashulanu y Shinzay.
Gran parte de los funcionarios y generales de la corte mashlanita acusaron a Misako, que en aquellas fechas se encontraba junto a su hijo en Shinzay, de la muerte de su esposo.
Mientras que algunas de las voces acusadoras llegaban a afirmar que había esperado a engendrar al siguiente emperador antes de llevar a cabo el paso final de su plan, otras iban aún más allá proclamando que Runakage no era el padre de Taro.
Las teorías más descabelladas acusaban a la emperatriz de herejía y de haber desatado una maldición sobre su esposo y el país.

Aprovechándose de esta situación, Yamakuro Shihimaru, tío del difunto emperador y ministro de defensa, asumió el cargo y, tras expulsar una vez más a los shizune, aisló de nuevo a la isla del continente,.

Misako, incapaz de regresar a Mashulanu para reclamar el trono o demostrar su inocencia ante todas aquellas acusaciones, tampoco tuvo una tarea sencilla en recuperar la lealtad de los suyos. En Shinzay se encontró con una situación de crispación que amenazaba con termina en una nueva guerra civil.
Pese a que Misako declaró la guerra contra el gobierno de Yamakuro, no disponía de las fuerzas o los apoyos suficientes en ninguna de las dos naciones como para hacer que esta se convirtiese en un hecho.

Algunos historiadores, como Yuen Bai Hung (Huenyú, Shinzay, 603, 672) han teorizado con que este suceso formó parte de una conspiración liderara por el propio Yamakuro para hacerse con el trono.
Por otro lado y, ya más dentro del terreno del drama y la política ficción, en la obra “El hombre que lo quería todo” Tao Yamachi (Tien Bien Yu, Shinzay 590, 643) jugaba con la idea de un amor secreto y no correspondido de Yamakuro por Misako. La parte final de la obra narra cómo este asesina a su sobrino y trata de hacer lo mismo con la mujer que le había rechazado.
Pese a que obviamente se trata de una obra de ficción, esto no ha evitado que gran parte del pueblo acepte esta historia, y otras obras derivadas de la misma, como la causa real de los sucesos.

500: El Senado menetiano junto con el Vim Ubar aprueban la ley Posaes.

Redactada y defendida por Lexius Posaes, senador por la provincia de Napliers, mediante esta nueva ley se redefinía el mismo concepto de la ciudadanía dentro de la república.
Por un lado, para ser merecedor de tal distinción, se debía aportar un mínimo a las arcas del estado. Este mínimo era fijo y no dependía de los ingresos del individuo. Aún así, esto no liberaba a las rentas más pobres de pagar sus impuestos.
Por otro lado, al igual que dictaminase Tavré Vohn Meneter un milenio atrás, sólo miembros de la etnia kayne con una pureza mínima de tres generaciones podían acceder a este estatus.
De esta manera, nuevamente los extranjeros, independientemente de su poder adquisitivo, perdían gran parte de sus derechos. Más allá de que se les negase la posibilidad de portar armas, se les denegaba también de manera explicita la capacidad de tomar decisiones que afectasen al estado o su funcionamiento.
Los hombres de armas registrados, independientemente de que se encontrasen fuera de servicio o retirados, fuesen soldados en activo o miembros de las milicias al servicio de grandes señores o de alguna ciudad, eran los únicos no ciudadanos con el permiso de portar armas.

Los comerciantes extranjeros dejaron de estar bajo la protección de las milicias y el ejército y tenían que depender de seguridad privada. Necesitaban contratar guardaespaldas mercenarios menetianos, ya que aquellos que les acompañaban desde sus naciones de origen dejaban de poder portar sus armas al cruzar la frontera bajo penas muy severas. Pero, igual que los campesinos, no por ello se veían libres de pagar los impuestos para poder vender sus productos en Menetia. Ni siquiera los cuerpos diplomáticos y sus escoltas se veían exentos de estas limitaciones.

Ante esta nueva ley no sólo los ciudadanos extranjeros presentaron sus quejas, sino que la nueva ciudadanía de segunda clase, principalmente en las grandes urbes, comenzó a provocar disturbios a lo largo de todo al país.
Los brotes de xenofobia contenida que desató esta nueva ley, junto con aquellos que comenzaron a sacar ventaja de ella mediante extorsiones y abusos, dieron comienzo a una escalada de violencia que amenazaba con destruir las relaciones de Menetia con las naciones vecinas.

501: La cónsul naltoriana Hanyel Berstenleva y sus colaboradores son asesinados en Sunrath.

Pese a que este dato no se ha podido contrastar o confirmar, se sospecha que esta acción fue llevada a cabo por miembros del Grigost Vornasyal, un grupo ultra nacionalista, aún activo en la actualidad, que aboga por el regreso del imperio así como por la disolución del Vim Ubar y el senado.
Durante este mismo año se produjeron tentativas similares contra las embajadas de Rearem y Naltor en otras provincias menetianas.

502: Naltor declara la ruptura de relaciones con Menetia mientras no se derogue la ley Posaes y se entregue a los asesinos de su diplomática.

505: El Yartas Malasteri Carnvul da el conocido como “El sermón del monte Klawe”.

En este sermón, Carnvul, sumo pontífice de la iglesia Tayshari en Bra’Em’Kyg y defensor del cisma maldriani, proclamaba que los sucesos de Bakul y Kâzalen fueron realmente pruebas para la fe. Su soflama concluía con la petición a los “auténticos creyentes” de que poblasen nuevamente las ciudades entonces abandonadas.

507: Se firma el concordato entre Bra’Em’Kyg y la iglesia tayshari.

Mediante este acuerdo, el gobierno de Bra’Em’Kyg cedía los terrenos en los que se hallaban Bakul y Kâzalen a la iglesia tayshari, dándoles un estatus especial. Esta nueva entidad administrativa, a medio camino entre una provincia y un protectorado, adquirió el nombre de Mystaler.

510: Menetia y naltor entran nuevamente en guerra.

En esta ocasión, el desencadenante inicial de los eventos fue el asesinato de un grupo de peregrinos que se dirigían desde Menetia hasta Mystaler mientras atraviesan Naltor.

Pese a que la relaciones diplomáticas entre ambas naciones se encontraban en suspenso, el Vim Ubar exigió al gobierno naltoriano la búsqueda y detención de los culpables del asesinato, así como su extradición.
Ante esta petición, Menetia recibió una escueta respuesta consistente en dos palabras: Hanyel Berstenleva.

Tras este suceso las tensiones existentes en la frontera comenzaron a transformase en pequeños enfrentamientos. Se sospecha que algunos de estos altercados, si no todos, estaban causados por miembros del Grigost Vornasyal.
En Menetia se escuchaban acusaciones contra el Vim Ubar que los tildaban de débiles, anticlericales y cómplices en aquellas muertes, al mismo tiempo que algunas voces equiparaban el asesinato de los peregrinos con un crimen de estado. Mientras se acusaban a las autoridades naltorianas de querer provocar un nuevo conflicto, sus ciudadanos que se encontraban en Menetia eran asaltados en las calles y forzados a abandonar las ciudades por turbas populares.

Contraviniendo las ordenes de sus superiores, el general Jeroen Hubbartet desplazó a sus tropas a la zona más conflictiva, la provincia de Imwasel, desde donde protagonizó varias escaramuzas dentro de las fronteras naltorianas. Al mismo tiempo, desde Sunrath el Gran Teogonista Órstin reclamaba una retribución e instaba a la guerra santa.

Antes de finalizar el año se cerraron las fronteras y se realizó la declaración formal de guerra.

Se ha especulado ampliamente sobre la posibilidad de que tanto Órstin como Hubbartet formasen parte de la cúpula del Grigost Vornasyal. De la misma manera, también se ha contemplado la posibilidad de que el asesinato de los peregrinos fuese obra de esta organización en su intento por desestabilizar el gobierno de la república.

537: Desde el Chayashin Shatteru se envía una expedición científica hasta Sembia y las llamadas Kúbor Yolasté las “Islas de la cordillera oceánica“.

El objetivo de esta expedición comandada por Maleska Gogmath, era tratar de averiguar, dada su cercanía con el origen, cómo había afectado a los habitantes, la flora y la fauna de la isla “invierno de obsidiana” del siglo anterior.
Ya desde antes de llegar hasta allí, los cambios que fueron encontrando con respecto a lo que se sabía fueron drásticos. Las temperaturas correspondían a las de latitudes situadas más al sur. Gran parte de la población humana y la fauna habían perecido por el súbito cambio, y la flora que se encontraron había mutado para adaptarse a la nueva climatología.

Por otro lado, la orografía de las Kubór Yolasté había variado enormemente. Varias de las islas habían sido sumergidas mientras que otras habían emergido. La flora y la fauna sobre ellas había sido devastada y aún no había surgido una nueva.
Con el paso del tiempo, los varios de los expedicionarios comenzaron a enfermar. Demasiado tarde se descubrió que el aire alrededor de las islas era aún tóxico. Pese a que respirarlo sin ningún tipo de protección durante varios días causó la muerte de varios de los expedicionarios, los descubrimientos que se hicieron en ellas condenaron a la muerte a muchos más.
En el interior de las vetas de algunos de los picos se halló un material desconocido hasta la época; el kubori.

553: Tras descubrirse las propiedades únicas del kubori, desde Shatter, El Dominio y Shemmellom se envían las primeras expediciones de prospección a las Kubór Yolasté.

561: Entre las ruinas del cráter del monte Klawe se hayan los restos de un cuerpo humano. Este cuerpo se encuentra en un estado intermedio entre la vida y la muerte.

El hallazgo de este cuerpo creó un gran excitación y controversia. Mientras que los hombres de ciencia solicitaban que se les facilitase el acceso hasta él para su estudio, las altas jerarquías eclesiásticas de Mystaler les negaban una y otra vez esta petición.
Los teólogos del culto se dividían entre aquellos que consideraban que aquel cuerpo podía pertenecer a alguno de los kayain y quienes advertían que podría tratarse de un enviado del Destructor.

583: Damlesh Bakuren, Gran Teogonista de la iglesia tayshari de Menetia, pronuncia el que ha pasado a la historia como el “Sermón de la discordia“.

Tras años tratando de que el cuerpo del monte Klawe fuese entregado a la iglesia central en Menetia, el sumo pontífice proclamaba que, “en una visión”, se le había revelado que aquellos restos pertenecían a Anarath, uno de los kayain hijos de Tarakus y reclamó que esta “reliquia” debía ser albergada en la gran catedral de Sunrath.
Ante la negativa de Talek Mihosh, Yartas Malasteri de Mystaler, a entregar los restos, Bakuren calificó al cisma malasteri y, por añadidura, a la iglesia de Mystaler como una herejía a ser extinguida.

589: Tras un largo peregrinaje a través de Rearem, llegan hasta Mystaler más de un millar de devotos menetianos en la llamada “Cruzada de Anarath”.

Alentados por las afirmaciones del Bakuren y financiados por la iglesia de Sunrath, la expedición de estos “nuevos cruzados”, un grupo compuesto por personas de toda condición social, llegó hasta Mystaler con la misión de regresar con el cuerpo hallado en el monte Klawe.

La negativa de Mihosh, a entregar el cuerpo sagrado terminó desencadenando un conflicto entre ambos cismas. Pese a que los gobiernos de Menetia y Bra’Em’Kyg se inhibieron en esta disputa, esto no impidió que la capacidad de convocatoria de ambas fes lograse movilizar a una gran parte de sus creyentes.

arcanus

La edad moderna V

La edad moderna V
592: Se produce el primer avistamiento documentado de Suli’Gier’Nal en la provincia baerniense de Hâlsner.

El relato de este primer avistamiento de esta construcción es confuso y, en ocasiones, contradictorio. El breve lapso de tiempo durante el que fue visible no ayudó que se pudiese profundizar en su comprensión.

Pese a que las dimensiones, composición y características Suli’Gier’Nal no coinciden con ninguna de las anteriores estructuras cuya construcción se ha atribuido a los jonudi, durante aquella primera aparición, la teoría que más contaba con un mayor número de seguidores era la que especulaba con la posibilidad de una posible participación de estos en su autoría.

Por otro lado, no existe constancia escrita de eventos anómalos en la zona antes de su descubrimiento o sus alrededores que se puedan vincular con su aparición. Pese a que, a tenor del estado en el que se encontraba el entorno que la rodeaba en el momento de su hallazgo, todo parecía apuntar a una llegada reciente, muchas voces atribuyeron de manera equivocada que su presencia se podía remontar hasta el último advenimiento de los hijos de la oscuridad.

Al contrario que en el caso de las construcciones provenientes de Nusureh o Monrasén, Suli’Gier’Nal no se encontraba anclada en el terreno, tampoco se podía sospechar que una parte suya permaneciese solapada bajo el suelo u otra superficie. En aquel caso, la construcción se encontraba flotando a escasos metros del suelo y parecía que se podía contemplar en su totalidad. Esta afirmación también ha sido puesta en duda con el transcurso del tiempo y los descubrimientos posteriores.

Por si todas estas diferencias no fuesen suficientes como para desvincularla de cualquier otra construcción conocida, aquella estructura no sólo parecía carecer de materia convencional, sino que su mismo composición y firma energética eran intangibles.
Su ubicación tampoco era fija, sino que parecía moverse impulsada por alguna fuerza desconocida. A lo largo de su tránsito en aquellos primeros encuentros, la ciudad fantasma atravesó la ciudad de Bancusu pasando a través del entorno y las personas con las que tendría que haber entrado en contacto. Por más que se han estudiado los lugares con los que tuvo contacto, no se ha encontrado que dejase ningún tipo de rastro tras de sí.

La característica que llevó a los estudiosos de la época a vincular erróneamente a esta estructura con los Jonudi fue el hecho de que, de manera aparentemente aleatoria, aquella fortaleza errante desaparecía para reaparecer nuevamente varios días después en algún territorio remoto. Cada una de estas apariciones se produjo siempre durante la noche y, cuando se acercaba la mañana, se desvanecía nuevamente.

Pese a que algunos de los testimonios de la época afirmaron que se elevaba hasta desaparecer entre las estrellas, ha quedado demostrado que, si bien su elevación puedo variar de una aparición a otra, no parecía capaz de alcanzar tales altitudes.
Sus dimensiones también parecían variar, no sólo en cada una de sus apariciones sino a lo largo de la misma noche en la que hacía acto de presencia.

603: Sunán Rayalish de T’Nar y Mailawa Lekshan de Hanrath se unen mediante el rito de Arthil.

Con la unión de las gobernantes de ambas naciones se forjaba una alianza que causó inquietud en sus vecinos.
Por un lado, eran conocidas las intenciones de Dagorel por recuperar los territorios que ocupaba Hanrath bajo el pretexto de que, más de un milenio atrás, parte de aquellos territorios les habían pertenecido.
Por otro, la unión entre T’Nat y Hanrath aislaba del norte continental a Muliria y las naciones en las que se había descompuesto Ashgurn. Esta fuerza conjunta, sumada a la que poseían los clanes zulera, aliados tradicionales de Hanrath, convertía a este conglomerado en la mayor potencia del este continental.

En previsión de un posible interés expansionista por parte de la nación resultante de aquella unión, algunos de sus vecinos trataron de forjar alianzas entre ellos pero, mientras que Mahrasat, Rayeshi, Jimanyari, Belesti Pusat, Tectalyashi y Biharamu sí llegaron a acuerdos con Ashgurn y Muliria, Delesni, Karnakta, Aldras N'leshu, Pradeshu, Géryanat, Hayashin y Maharstra se proclamaron neutrales en aquel baile de sospechas y alianzas.

Mientras la que la respuesta oficial de la alianza del sur ante este posicionamiento de neutralidad fue la del silencio, una voz discordante surgió entre ellos.
De cara a su pueblo, Praset Ansal, gobernante de Ashgurn, interpretaba como falsa y cobarde aquella supuesta imparcialidad. Su disconformidad con aquello no sólo era pública y sino que, también proclamaba que todo aquello no era sino una alianza tácita con la nueva gran potencia.
Tras estas críticas y las tensiones que generaron, acusó directamente a estas naciones de tener a agentes infiltrados más allá de las fronteras de sus territorios.

Las ambiciones expansionistas de Ansal no eran ningún secreto, al igual de su deseo de que Ashgurn tuviese nuevamente acceso la costa. Utilizando como excusa la situación de indefinición de las naciones que la rodeaban, y apelando a la necesidad de una “nueva Ashgurn unida”, declaró la guerra a todos aquellos a quienes denominaba como “traidores”. La primera nación en ser atacada fue la vecina Géryanat.
A este conflicto le siguieron durante los años posteriores los enfrentamientos contra el resto de las naciones que habían proclamado su neutralidad.

611: Ashgurn finaliza la conquista de Delesni.

Con este hito, la conquista del último estado que no había declarado su lealtad hacia ninguno de los grandes bloques, Ansal lograba reconstruir parte de la antigua nación.
Junto con Karnakta, Aldras N'leshu, Pradeshu, Géryanat, Hayashin y Maharstra, Delesni pasaba a formar parte de la nueva Ashgurn. El resto de las antiguas provincias, gracias a su alianza con Muliria y la misma Ashgurn lograron mantener su independencia.

Pese a que se ha escrito mucho acerca de las razones por las que las naciones conquistadas no lograron prever y reaccionar ante aquellos eventos de una manera organizada, no se tiene constancia de que tratasen de apoyarse entre ellas o de pedir ayuda a alguna de las grandes potencias.
Por otra parte, sí que existen documentos en los que se plasman los intentos de negociación con Ashgurn de parte de estas naciones. Pese a los intentos de tratar de llegar a algún tipo de acuerdo de paz que les permitiese mantener su independencia, la respuesta de Ansal siempre fue negativa.

614: Tras el asalto al carguero Kimenjo, y la muerte de Ubstal Theogord, dan comienzo las ”Guerras del kubori”.

Si bien es cierto que durante los primeros años tras el descubrimiento del kubori su explotación comenzó a realizarse de manera controlada, tras la estabilización de las condiciones de vida en las islas de la cordillera oceánica, el deseo de acaparar el comercio de este mineral se desató de manera descontrolada.

Una vez se realizaron estudios concluyentes sobre el tiempo que podía trabajar una persona en aquellos lugares sin caer enferma, se establecieron férreos ciclos de trabajo y rotaciones controlados para quienes eran enviados a sus minas. Para optimizar los tiempos de tránsito de los trabajadores, las distintas casas mercantiles que se dedicaban a comerciar con el material extraído de aquellos yacimientos crearon colonias en distintos lugares de la costa suroeste de Sembia.

Mientras que la explotación de Raymanyu, una de las islas más grandes del Kúbor Yolasté, había sido cedida por parte del gobierno del Dominio a tres de sus grandes alianzas comerciales, las vetas ubicadas en las islas de Nimlor y Riuyushén eran gestionadas por diversos consorcios provenientes de Harst, Shatter y Shemellom.

Tras la formalización de las rutas comerciales que traían el preciado mineral hasta el continente, no transcurrió demasiado tiempo hasta que surgieron los primeros grupos cuyo objetivo era el de asaltar los yacimientos y los barcos de carga.
Durante uno de estos asaltos se produjo el fallecimiento de Theogord, hijo de uno de los comerciantes más poderosos del Dominio. Ante la petición y la presión de este ante el Maesc Zahard para la captura y ejecución de los culpables de aquel crimen, no pasó demasiado tiempo hasta que se designó a una fuerza que investigase el incidente.

Los resultados de la investigación llevada a cabo indicaron que los asaltantes procedían Tálaspor. Los informes de esta investigación, hechos públicos con posterioridad, denotaban una clara priorización de la presteza en dar una serie de nombres que en la verificación de las pistas, lo que llevó hasta un resultado escasamente veraz o constrastable.
Pese a las dudas que arrojaban estos primeros indicios, impulsados más por las presiones y el deseo de un pronta resolución que por la búsqueda de los auténticos perpetradores, el gobierno de Tarnaq exigió al de Talaspor la entrega de los sospechosos. La única respuesta que recibieron desde la nación isleña ante aquel requerimiento, fue la negativa a asumir cualquier tipo de conocimiento, relación o responsabilidad sobre aquel acto.

Tras acusar al gobierno de Tálaspor de colaboracionismo con la piratería, el Dominio declaró a todos sus ciudadanos como enemigos y proclamó formalmente la ruptura de cualquier relación con ellos. Si bien no se enviaron tropas a combatir hacia las costas de Shatter, sus colonias y yacimientos mineros, así como sus buques de carga, sí que pasaron a sufrir ataques y asaltos con una mayor asiduidad.

Mientras que Tarnaq y Tálaspor negaba cualquier relación con aquellos eventos, a tenor de la situación de inestabilidad, los movimientos de tropas hacia aquellas ubicaciones se hacían cada vez mayores y más habituales.

Junto a este movimiento de estas tropas, el pillaje no sólo no disminuyó, sino que también se extendió hasta los territorios y cargamentos que tenían como destino Harst y Shemellom, no dejando otra opción a estas dos naciones que la de la de reforzar la seguridad en las ubicaciones que controlaban. Al mismo tiempo, las recriminaciones y reclamaciones entre todos los implicados no hacían sino aumentar.

Si bien no se llegaron a declarar hostilidades de manera oficial entre ninguna de las cuatro naciones, las relaciones entre todas ellas quedaron claramente deterioradas y, en las provincias fronterizas, sí que se llegaron a producir enfrentamientos de manera esporádica.

620: Se produce el primer contacto entre los cronistas y los habitantes de Suli’Gier’Nal.

Durante la larga noche que se produjo durante el genom de Áracthur de este año, la situación de la ciudadela errante se estabilizó, permitiendo el primer y único contacto directo entre su civilización y la humana.
Este contacto tuvo lugar el séptimo día del tercer lukata del genom de Áracthur. En la provincia shattegari de Kabushin.
En aquella fecha, la tecnóloga Tresha Vishmanayán logró romper la barrera que separaba las realidades y acceder hasta aquella estructura.
Tras años de estudio y preparación, Vishmanayán fue capaz de calcular la fecha y el lugar de la siguiente aparición de la fortaleza fantasma y acceder hasta ella a través del domo de Baen'Shul'Ilay.

Pese a las dificultades para la comunicación inicial, Anasdros y Walsasti, las entidades que encontró en aquel lugar, se mostraron claramente predispuestos hacia la colaboración y el intercambio de conocimiento con la humanidad. Asimismo, ya en el mismo momento de aquel primer contacto, también demostraron un amplio conocimiento de Daegon, su historia, sus habitantes y parecían sabedores de la misma llegada de la tecnóloga hasta su hogar.

Dos días después de aquel evento, tras la abrupta finalización de la larga noche, Suli’Gier’Nal desapareció una vez más solo que, en aquella ocasión, los cálculos de Vishmanayań no habían previsto aquel evento que se produjo mientras ella se encontraba en su interior.

Después de aquel contacto no se ha detectado nuevamente la presencia de la ciudadela en ningún lugar de Daegon. De acuerdo a los cálculos de la tecnóloga, la siguiente alineación que permitiría su localización se habría producido en el año setecientos treinta y ocho en algún lugar de las Llanuras Heladas de Skartaria. Dada la naturaleza del lugar y la ausencia de cualquier asentamiento civilizado en la zona, no se ha podido verificar si esta estimación fue acertada.

631: Tresha Vishmanayán logra establecer contacto con Alecta Yishandal.

Aún a día de hoy se desconocen los métodos concretos a través de los que Yishandal, yunarêth del domo del distrito de Jonur en Áldern, logró establecer aquel contacto. Asimismo, ni siquiera ella fue capaz de confirmar el tipo de comunicación que se produjo entre ellas.
Si atendemos a las descripciones que hizo del lugar, podemos entender que pudo llegar hasta allí de manera presencial. Por el contrario, si analizamos con detenimiento sus palabras, en ningún momento explicita esto.
De acuerdo a su relato, no sólo fue capaz de mantener el contacto, sino que, gracias a las indicaciones de su interlocutora, una parte de su ser también logró llegar hasta Suli’Gier’Nal viajando a través de la oscuridad primaria.

De la narración de Yishandal tras la finalización de aquel contacto, confusa y, por momentos, ciertamente inconexa, se han extraído y extrapolado cientos de conclusiones de todo tipo. Aunque algunas de ellas si que se les podrían atribuir ciertos visos de verosimilitud, no todas ellas pueden considerarse completamente plausibles, cuando no han sido directamente contradictorias consigo mismas y sus planteamientos de base.
Lo que parece indudable es que la percepción y comprensión del mundo de todos aquellos que han visitado Suli’Gier’Nal se ha visto notablemente afectada.

El primer dato que sorprende aquellos recopilados en aquel contacto es que, si bien en Daegon habían transcurrido once años desde la desaparición de la ciudadela errante, para la tecnóloga habían transcurrido más de treinta.
El mantenerse con vida en aquel lugar durante tanto tiempo fue posible gracias a los artefactos de Suli’Gier’Nal y a sus compañeros de viaje. De cualquier manera, esta supervivencia había supuesto un alto coste para ella. Se había convertido en la tercera tripulante de aquel lugar. En parte de aquel lugar fuera del cual ya no podía sobrevivir. A partir del momento en el que aceptó aquella situación, pasó a convertirse en una más de los navegantes de lo que denominó como el “observatorio dimensional”.

Por otro lado, y siempre de acuerdo a este relato, Anasdros y Walsasti, al igual que sucedió en el caso de Vishmanayán, tampoco habían formado parte del observatorio desde su nacimiento, ni eran entidades nativas de aquella realidad.
La llegada hasta allí de cada uno de ellos se habría producido en momentos temporales diferentes y es muy probable que tampoco perteneciesen a la misma especie. Es muy probable que ni siquiera ellos fuesen capaces de clarificar este dato.
De la misma manera, se desconoce si pertenecían a los mismos niveles de existencia, o que si los momentos temporales en los que se produjeron sus abducciones fueron cronológicamente lineales, ya sea de acuerdo a nuestra percepción o a la suya propia.
Tampoco se sabe a ciencia cierta si aquellas entidades se habrían aventurado hasta aquel lugar de manera fortuita, o si se trató de una acción voluntaria como sí que sucedió en el caso de la tecnóloga.

Diversas teorías que se han ido desarrollando en fechas posteriores apuntan a que Suli’Gier’Nal puede estar situada en lo que se ha venido a llamar como un “espacio anómalo”. De acuerdo a estas teorías, ese lugar estaría situado en una dimensión fruto de las influencias de más de dos o más planos pero, al mismo tiempo, no se encontraría en contacto constante con alguno de ellos, o con alguna de las fuerzas primordiales.
Otro de los lugares a los que se le han querido atribuir unas características similares es localización en la que se encuentra la isla de Kaeny.
Se especula que los planos con los que podría tener contacto esporádico esta dimensión, a la que se bautizó como Glasnasur, podrían ser los Daegon, Suritán y Jonund.

Si bien es conocido que sus habitantes actuales no pueden sobrevivir en nuestro nivel de existencia, esta ciudadela, lo que a todas luces parece tratarse de un artefacto fruto de una ciencia muy avanzada, sí que es capaz de acceder hasta él de una manera limitada. Se ha especulado también con la posibilidad de la misma Glasnasur pueda ser una dimensión artificial.

Otras teorías postulan que, dadas las características específicas de Glasnasur, esta se encuentre en un estado “estático” con respecto al movimiento de los planos con los que tiene contacto esporádico.
De acuerdo a esto, tanto a nivel físico como conceptual, resultaría una dimensión casi estanca e inaccesible desde el resto de niveles de existencia. Por el contrario, desde ella sí que se se podría llegar a acceder de una manera limitada hasta las demás. Si bien la posibilidad de interacción directa con, o desde, ella es harto compleja, no sucede lo mismo cuando se trata de observar desde su interior lo que se encuentra más allá de sus fronteras.

La teoría que goza de una mayor aceptación a este respecto, formulada y transmitida por la misma Vishmanayán, es la que defiende que Suli’Gier’Nal es realmente un puesto avanzado de observación. Creado por unas hipotéticas entidades a las que se ha denominado como “Los señores de Glasnasur”, de acuerdo a esta teoría, se trataría de una gran máquina diseñada para observar, analizar y almacenar información de las realidades que le rodean.
A lo largo de su prolongada existencia, las entidades que la han poblando y custodiado, al igual que Anasdros, Walsasti y Vishmanayán, han recopilado y estudiado una gran cantidad de datos relacionados con infinidad de eventos sucedidos en Daegon y algunas de sus dimensiones colindantes. De esta manera, en sus archivos se podría encontrar una gran cantidad de información de un valor incalculable acerca del mismo transcurrir del tiempo, el surgimiento de las distintas formas de vida y los mismos engranajes que controlan la mecánica cósmica.

Si aceptamos esto como cierto, si bien la misión de Suli’Gier’Nal quedaría clara, quedaría aún sin responder la cuestión acerca de la identidad de sus creadores. Hasta donde se ha logrado confirmar en los escasos contactos con los navegantes, entre los registros del observatorio no existe información alguna a este respecto, al igual que tampoco se encuentran reflejados datos acerca de la existencia de otras construcciones del mismo tipo, de quienes fueron sus anteriores ocupantes o si existe alguna otra forma de vida en Glasnasur.
Dadas las características que han asumido los tripulantes de la ciudadela, tampoco se sabe si la vida es posible más allá de aquellos muros, o si existe nada más en aquella dimensión.

Con el transcurrir del tiempo, después de aquel primer contacto se han logrado identificar tres ocasiones en las que Vishmanayán ha tenido nuevamente acceso hasta Daegon. En cada una de estas ocasiones el contacto se produjo de una manera diferente y con unas características únicas.
A través de los contactos posteriores con Vishmanayán también se ha llegado a la conclusión de que el tiempo en aquel lugar no transcurre de manera lineal con respecto al de las realidades con las que tiene contacto.

Se desconoce si, dada esta discordancia en el funcionamiento del tiempo entre ambas esferas de realidad, puede haber entrado en contacto con algún otro momento de nuestro pasado.

Se ha especulado también con la posibilidad de que, en algún momento de su futuro, nuestro pasado, fuese ella quien entró en contacto con Ýlar de Jomsul “inspirándole” las imágenes que le llevaron a comenzar con la escritura del Gutrakage.

Pese a lo íntimo del contacto de Vishmanayán con aquel lugar, ni siquiera ella es capaz de acceder a toda la información que se encuentra almacenada entre sus registros.

Gracias al conocimiento que se ha obtenido acerca de la oscuridad primaria a través del estudio del interior de los domos, se sospecha de una fuerte vinculación de Suli’Gier’Nal con Jonund pero, el gran desconocimiento que tenemos acerca del comportamiento del tiempo en el resto de planos, impide que se pueda afirmar esto de una manera objetiva.

637: Se firma el tratado de Vólgarnost,

Mediante este acuerdo no sólo se alcanzaba la paz entre las naciones situadas en la costa occidental del continente, sino que también se forjaba un tratado de comercio común entre todas ellas, así como una alianza para luchar contra la piratería. A este tratado también se adhirieron las naciones isleñas de Tálaspor y Silvarta.
Esto no ha evitado que los cargamentos provenientes de la cordillera oceánica dejen de ser atacados, pero sí que proporcionado una mayor seguridad a los navíos comerciales que recorren la costa realizando el trayecto entre Xultz y Saliria.

643: Bajo el mandato de Audra Teramasu se produce la llamada “refundación” de la orden de los cronistas de Baern.

Pese a las fuertes críticas y la reticencia procedentes tanto desde el gobierno de la misma Baern como desde más allá de sus fronteras, Teramaso fomentó aún más la experimentación y el estudio de los domos. Gracias al esto, el conocimiento la comprensión que ha adquirido la orden acerca de la naturaleza, mecánica y composición del cosmos dio un salto astronómico.
A partir de las experiencias cronológicamente cercanas como la de Suli’Gier’Nal y Yujín’Bash’Tamar, el conocido como “Domo de Jonur”, las teorías que defendían que estas estructuras también podían ser transitadas por el hombre quedaron demostradas.
Más allá del temor y las amenazas de desatar un gran mal promulgadas por la superstición y el misticismo, la ciencia de los jonudi estaba comenzando a ser comprendida y utilizada por la humanidad. A través de ellas no sólo se podían alcanzar nuevas y remotas localizaciones, sino que también nos otorgaban la posibilidad de explorar el mismo tiempo.

A la par que se dotaba de más fondos a la orden de los tecnólogos para el estudio de Jonund, bajo este nuevo paradigma se fundaron dos nuevas órdenes; la de los cartógrafos y la de los futuristas.
Mientras que el ámbito de acción de la primera trascendería las exploración de nuestro plano natal, tratando de llegar de una manera controlada hasta otras realidades, la misión de la segunda sería la de tratar de predecir los grandes desastres futuros.

Este cambio radical en las objetivos y atribuciones de la Orden no estuvo libre de controversia. Goord, Menetia y Bra’Em’Kyg amenazaron con romper sus acuerdos con Cahirn Anshay de persistir con aquellos planes. Las acusaciones de estas naciones, contradictorias en su misma formulación, propugnaban que aquel gran avance al que aspiraban los científicos conduciría a la humanidad a una nueva época de oscurantismo.
Al mismo tiempo que se le exigía a la Orden que compartiese cualquier tecnología que se desarrollase gracias a aquellos estudios, también se le achacaban motivos ulteriores. Los mismos que la acusaban de aspirar a convertirse en los nuevos ailanu y arriesgarse a repetir los errores que cometieron aquellos, también requerían de sus servicios, apoyo y consejo cuando se producía un evento extraño en sus territorios.
Mientras que se le instaba a reescribir los hechos de momentos concretos de la historia de acuerdo a intereses particulares, se le exigía objetividad con el resto.

Si bien Jonund se ha mostrado como un lugar peligroso y poco propicio para la existencia humana, gracias al acceso hasta alguna de sus regiones periféricas que han alcanzar los Cronistas, a costa de las vidas y la cordura de varios estudiosos se ha logrado obtener una información muy valiosa y contrastable sobre algunas partes de nuestro pasado y estamos un poco más cerca de ser capaces de responder a algunas de las grandes preguntas.

656: Tras años de negociaciones, Kiltan Geassnal, senador por la provincia de Nesboro, obtiene los apoyos necesarios para que se derogue la ley Posaes.

Si bien no todas disposiciones de aquella ley quedaron anuladas, quedando recogidas en otros epígrafes, sí que se pasaba a garantizaba legalmente el mismo nivel de seguridad y protección a todos aquellos que se encontraban dentro de las fronteras de Menetia.

Tras este cambio en la legislación, tanto las provincias reani de Grehem, Mitsulen Gardasyl, Yaglan y Nush como Edera retomaron el comercio con Menetia, reabriendo también sus consulados y embajadas.

De cualquier manera, lo ajustado de aquella victoria era síntoma de que una parta importante de las instancias del poder no compartía las aspiraciones de Geassnal. Esta negativa se plasmó en las calles de las grandes ciudades y los caminos con altercados que aspiraban a una nueva ruptura de aquellas recién recuperadas relaciones.

665: La expedición de Ganiset Molqubay parte desde el puerto de Maindesgal.

Financiada de manera conjunta por la Orden y el Horshutu, el colegio de cartógrafos de Shirune, la misión de la exploradora tenía tres objetivos principales:
Por un lado, se esperaba alcanzar la zona polar de Kaze y, caso de existir en ella algún territorio sobre el mar, trazar un mapa del contorno de su contorno.
Por otro, con el conocimiento obtenido por esta expedición, se aspiraban también a lograr una ruta para llegar hasta los antiguos territorios que ocuparon Nargión y las islas que la rodeaban.
Encontrar en los restos del continente ausente indicios que aportasen más información acerca del desaparición.

Esta fue la primera expedición realizada de manera cojunta entre organismos o naciones situadas a ambos extremos de las montañas Zorak durante la edad moderna.

De haber resultado exitosa esta misión, se podría haber avanzado hacia la resolución de alguno de los múltiples misterios que le quedan a la humanidad por desvelar.
De acuerdo a las teorías de Svetlisa Johannesta plasmadas en su “El norte imposible”, el norte geográfico y magnético de Daegon era habitable y había sido colonizado por los ailanu en la antigüedad.
Contrariamente a estas especulaciones, existían otras líneas de pensamiento opuestas, como la de Heslik Tolsler (Gisleth, Troll’Kahn 551, 613), que afirmaban que en aquellas coordenadas sólo existía agua, ya fuese esta en estado líquido o helado.

Por otro lado, en un punto intermedio entre estas visiones se encontraban estudiosos como Vilsten Djalmashu (Tolmaister, Dayashu 411, 474), quienes defendían que, en el pasado lejano, ambos continentes estaban unidos a través del norte, pero que este punto de unión habría desaparecido junto a los territorios del continente.

A partir de esta última línea de pensamiento, también surgen otras dos posiciones diferenciadas; la de aquellos que afirman que este territorio polar desapareció junto a Nargión y la que defiende que tras este evento ese territorio fue sumergido bajo los océanos.

668: Los supervivientes de la expedición de Molqubay llegan hasta Palsar.

Donde habían fracasado tres expediciones de rescates, algunas de ellas con resultado fatal, el hallazgo de los tripulantes del Baynslich se produjo de una manera totalmente casual. Localizados de manera fortuita y rescatados por una embarcación pesquera, la tripulación superviviente del la expedición polar apenas llegaba a la media docena. Dos de ellos perecieron durante el trayecto hasta el puerto salirio.

De acuerdo a su relato y los registros de Molqubay, tras más de año y medio de viaje, durante una tormenta que les desvió de su rumbo, el navío encalló poco antes de llegar al glaciar de Vatnosköl.
Encontrándose el Baynslich dañado más allá de toda reparación, lograron llegar hasta la isla de Kinsuday donde quedaron varados definitivamente.
El camino que separaba el punto en el que habían encallado y su destino final les obligó a atravesar zonas heladas y de mar abierto. Así como las zonas heladas fueron capaces de cruzarlas a pie, se vieron obligados a arrastrar dos de las barcas auxiliares a través del hielo para lograr atravesar las restantes.
Una vez allí, la climatología y la escasez de alimento en la isla y pesca en las cercanías, así como el carecer de un cobijo adecuado o materiales con los que construirlo, fueron mermando la salud y el número de los supervivientes.

Pese a que se han escrito muchas historias acerca de esta expedición, aduciendo su destino a la intervención de monstruos marinos, ruinas malditas o civilizaciones perdidas que querían mantener su existencia en secreto, todas ellas no se pueden considerar como otra cosa que obras de pura ficción.
Pese a que estas y otra infinidad de historias más son narradas en las tabernas portuarias como “hechos contrastados”, ninguna de ellas puede ser extraída o interpretada a partir del testimonio de los supervivientes.

669: Parte desde el puerto de Ansival una expedición prospectora hacia Thurgold.

Esta expedición, financiada de manera conjunta por el gobierno y el gremio de comerciantes de Muliria, y dirigida por la geóloga Cserys Valastién, representaba una intentona desesperada por parte de los señores del país por tratar de evitar la quiebra estatal.

De acuerdo a los estudios de Valastién, debido a la manera en la que se formaron las columnas de Yyvylion, era probable que, en alguna de las laderas de su cara este, pudiesen existir minerales con características similares a las del salich o el kubori.

671: Una fuerza expedicionaria conjunta de Muliria y Ashgurn es enviada hasta la costa nororiental de Thurgold.

Debido al hallazgo de una nueva veta de salisch durante la expedición de Valastién, en aquel momento cesó la búsqueda de otros minerales exóticos que validasen las teorías de la geóloga.
Con aquel descubrimiento, el gremio de comerciantes dio por finalizado su acuerdo con Muliria. El hallazgo de salich no se encontraba contemplado dentro del acuerdo al que habían llegado ambas partes y aquel descubrimiento podía reportar grandes beneficios al primer grupo que lo reclamase en exclusiva.
Una vez disuelta de manera oficial su colaboración, cada uno de los participantes enviaron sus propias expediciones independientes.

Con la esperanza de que la explotación de las nuevas vetas pudiesen sacar a las arcas de sus naciones de su paupérrima situación, pese a que la alianza entre los dos estados no pasaba por sus mejores momentos, Ashgurn y Muliria realizaron un esfuerzo conjunto por tratar de paliar esta situación.

Más allá de los motivos puramente económicos, se ha achacado al orgullo de sus gobernantes, así como su negativa a pedir o recibir ayuda a las naciones vecinas, las razones para tomar aquella acción desesperada.
Dentro de las propias naciones, diversas voces se alzaron contra aquella nueva decisión. Se acusaba a sus mandatarios de falta de visión y criterio a la hora de gestionar sus economías en los momentos convulsos, de haber condenado a más de una década de penurias a sus pueblos, de arruinar con su ineficiencia pasada el legado de sus predecesores, de arrastrar a sus descendientes directamente a la ruina con su corrupción, su falta de visión y decisiones presentes.
La situación de escasez en la que se encontraban sus territorios, con una economía deprimida y en en un estado sumamente precario, era tal que no eran extraños los estallidos de violencia en las regiones más desfavorecidas, así como la emigración de quienes podían permitírselo.
Por otro lado, su situación geográfica limitaba enormemente sus posibilidades de expansión, confinados como se hallaban entre una potencia netamente superior en todos los sentidos y el gran océano. Dada su clara desventaja en un posible enfrentamiento contra la alianza de naciones situadas que conformaban sus fronteras en el norte, y el oeste, una salida bélica se presentaba como algo totalmente inasumible.

Ante la cercanía de una más que probable sublevación, y dado el escaso margen de acción que les quedaba causado por su soberbia, ante Siktesha Ramienyosha y Sunán Dyajeri no quedaba otra alternativa que la de tratar a buscar soluciones más allá de las costas del continente.
Ante la incógnita de lo que pudiese existir al este, y desoyendo las recomendaciones de sus consejeros, ambos gobernantes optaron por dirigir su mirada y ambiciones hacia la colonización del sur.
Si bien gran parte del territorio occidental de la isla de Thurgold se encontraba bajo el control de las ciudades estado, y el interior estaba poblado por las tribus nómadas de los thurg, la costa este más allá de las columnas de Yyvylion permanecía despobladas.

Pese a tratarse de una expedición conjunta, tras su llegada hasta la isla se formaron dos grandes campamentos independientes. Gracias a la ausencia de conflicto con los nativos, ambos grupos se separaron para formar dos colonias distintas; Dozo y Godosu Nayal.

676: Los gobiernos de Menetia y Naltor se reúnen en Xultz para tratar de formalizar su relación y firmar un cese oficial de las hostilidades.

Pese a que las nuevas conversaciones de paz se desarrollaron con normalidad en un inicio, una de las exigencias que puso sobre la mesa de negociación el orgus Líntrad Xibaku, fue considerada como “una afrenta y un insulto” por parte de Dayesval Wubtra, señor de la prefectura de Olmesta y miembro del Vim Ubar.

Ante el requerimiento y exigencia de Xibaku de la “devolución” de Xultz a manos naltorianas, también se pronunció Alestia Oldayar, gobernadora de la ciudad portuaria, recordando a los presentes que su ciudad había sido una nación independiente antes del nacimiento de cualquiera de las dos naciones.
Tras decir esto, y reclamando “justicia histórica” solicitó el reconocimiento a la autonomía de Xultz y el restablecimiento del “Tratado de Niaval” roto por Usbet Posaes novecientos años atrás.

Este cruce de medias verdades y visiones parciales y partidistas de la historia desembocó en un abrupto final para las negociaciones. La paz se había acordado pero, a falta de concretar los compromisos de cada uno de los involucrados, no se había llegado a firmar.

678: Xultz se proclama de manera unilateral como una nación independiente.

Tras esta declaración, aquellos miembros del ejército no leales a Oldayar fueron expulsadas de la ciudad y tanto las murallas como el puerto de Xultz quedaron clausurados.

Si bien el Vim Ubar envió una fuerza negociadora hasta la ciudad, ante el envío del gobierno naltoriano de sus tropas situadas en la frontera hasta hasta aquel lugar, no pasó mucho tiempo hasta que las tropas menetianas también hicieron acto de presencia ante las puertas de la ciudad.
La presencia de las tropas naltorianas en Olmesta fue interpretado como una acción hostil contra Menetia y así se les hizo saber a su comandante exigiendo su restirada. Ante aquel requerimiento sólo se obtuvo por respuesta la negativa del orbak Seilentar de Nauyandar a abandonar el territorio. Pese a que este respuesta causó las primeras fricciones entre ambas fuerzas, sus comandantes lograron evitar que el conflicto alcanzase una escala mayor.

Pese a que no se llegó a producir un inicio oficial de las hostilidades entre ambas fuerzas, se tiene constancia de que la presencia de los soldados ociosos y descontrolados en la zona comenzó a hacerse notar en las poblaciones de la zona causando situaciones de tensión con los lugareños.
El pillaje, los altercados con los ciudadanos locales provocados por los soldados de permiso y los propios enfrentamientos entre soldados de ambas fuerzas en territorio civil no tardaron en llevar a las autoridades locales de las dos naciones a exigir una respuesta enérgica ante aquellos actos.

Tras aquellos incidentes, de cara al Vim Ubar, el senado y el Orgus naltoriano, en aquellos momentos Xultz pasó a ser un tema secundario en sus agendas. Su imagen y autoridad estaban quedando mermadas ante sus ciudadanos y aquella situación no podía prolongar durante demasiado tiempo.
De acuerdo a los registros menetianos, sus grupos de influencia estaban divididos. Mientras que la iglesia y el ejército abogaban por una confrontación a gran escala, la nobleza fronteriza prefería un cese definitivo de las hostilidades y el grueso del Vim Ubar consideraba que, en aquel momento, una guerra abierta habría sido un desastre económicamente inviable.

Por su parte, si bien no hemos tenido acceso a los archivos naltorianos, es conocido que Líntrad Xibaku tampoco deseaba una confrontación a gran escala pese a que alguno de sus señores de la frontera se lo reclamaban.

679: Dozo y Godosu Nayal proclaman su independencia de Ashgurn y Muliria

Tras varios años de extracción del mineral, los gobernadores de las colonias continentales estaban descontentos con la parte del beneficio resultante que permanecía o se dedicaba a ellas mismas. Conscientes de que los cargamentos de salisch estaban reportando grandes beneficios a sus señores, los administradores y gobernantes de las colonias, Betharan Iwasanli y Nimala Sinratu, habían presentado a lo largo de los año por separado múltiples y similares reclamación ante sus respectivos líderes en el continente.
No sólo las condiciones de quienes vivan en las colonias y trabajaban en las minas eran precarias, sino que también lo eran las de los soldados encargados de proteger y transportar aquel mineral hasta los puertos de sus naciones. El número de trabajadores se había ido incrementando a lo largo de los años, pero no había sucedido lo mismo con los recursos de los que disponían para dimensionar correctamente sus servicios.

La inversión en las infraestructuras de las colonias era prácticamente nulas y se limitaban al mínimo imprescindible para su supervivencia. Al mismo tiempo, los recursos naturales de la zona oriental de Thurgold apenas eran suficientes como para abastecer a la población.

Tras alcanzar un acuerdo con T’Nar, las colonias se convirtieron en protectorados de esta y, por añadidura, de Hanrath. El documento en el que se plasmaba esta alianza incluía a su vez un acuerdo comercial por el que se priorizaban los envíos a sus nuevos aliados.
Con el paso del tiempo y gracias a los ingresos provenientes de la inversión t’nari, ambas ciudades comenzaron a prosperar de una manera exponencial.

Por el contrario, sus antiguos señores del continente, tras el cese de los envíos, no fueron capaces de reaccionar a tiempo ante el drástico cambio. Sus economías se vieron mermados enormemente, pasando de ser dos grandes potencias comerciales a tener que replantearse y buscar nuevas fuentes de ingresos en escasos años.

682: Ser restablece el “Tratado de Niaval”.

Tras cuatro años de tensión y pequeños altercados en la prefectura de Olmesta y la frontera de Naltor, se lograba poner fin de manera oficial al conflicto entre Xultz, Naltor y Menetia. De manera simbólica, la rúbrica de este acuerdo se realizó nuevamente en la ciudad de Niaval.

En fechas posteriores a la firma, han salido a la luz documentos que indican que, durante los años anteriores, se habían estado realizando múltiples reuniones de negociación de manera extra oficial entre miembros de las tres fuerzas.
De estos documentos se puede extraer que la principal preocupación de los gobernantes era la de no dar una sensación de debilidad ante aquellos que aspiraban a sus puestos.

En Menetia se tiene constancia de un mínimo de diez acciones militares en la frontera durante aquellos años. Estas acciones, no aprobadas por el Vim Ubar, se le atribuyen a miembros de las nuevas generaciones del Grigost Vornasyal.
Por otro lado, mientras Dayesval Wubtralos exigía que el Vim Ubar enviase más tropas para recuperar Xultz, los señores de las cuatro prefecturas restantes se negaban a aportar sus tropas en ningún conflicto si no era a cambio de nuevas prebendas hacia sus territorios.
Al mismo tiempo, los gobernadores provinciales no se pronunciaban a la espera de la respuesta que se diese a estas peticiones. Si las diferencias en cuanto a su autonomía entre las cinco prefecturas y el resto de provincias ya se les hacía desorbitada, aquello podría haber aumentado aún más la situación discriminatoria en la que se hallaban sus territorios.
Mientras tanto, en Naltor, la autoridad de Xibaku también había sido puesta en entredicho en múltiples ocasiones por parte de sus señores de la frontera.

Con la firma del tratado, los gobernantes de ambas naciones no sólo pretendían realizar estabilizar su situación, sino que también buscaban realizar una demostración de poder ante los suyos. Aquella paz pretendía ser un medio a través del cual aspiraba a asestar un golpe de efecto que desequilibrase a sus rivales políticos.

A la par que el acuerdo con Xultz, también se llevó a cabo la firma de un tratado adicional. Mediante este documento se forjaba una alianza militar, la primera de este tipo que se establecía entre ambas naciones desde sus respectivas fundaciones, entre Menetia y Naltor, iba acompañado de varias restructuraciones estructurales, a la par que se realizaban modificaciones substanciales a sus respectivas legislaciones.

En Menetia, los gobernadores provinciales pasaron a tener competencias sobre los impuestos en sus territorios. Asimismo, también se les otorgaba autoridad sobre los asuntos y propiedades de la fe, competencias hasta entonces dependientes en exclusiva del Vim Ubar.

Por su parte, Naltor recortaba la independencia y el poder de decisión de los señores de la frontera sobre sus propios territorios, acercando su autonomía y funciones a las de los orbak de las provincias interiores.
Al mismo tiempo, el veto hacia la religión organizada dentro de los territorios de Naltor fue levantado, pero sólo para el culto a los Tayshari.

Las voces en contra de estas decisiones no tardaron en hacerse oír, pero el número de quienes salían beneficiados con estos cambios era con mucho superior al de quienes se sentían discriminados. Tras estos acuerdos se ponía fin a parte de excepciones que tendrían que haber sido corregidas tiempo atrás, a la vez que se daba solución a varias situaciones de desigualdad histórica reclamadas durante generaciones.
Con todo esto, el gobierno central menetiano cedía parte de su poder, a cambio de obtener con ello uniformidad en sus tarea administrativas, mientras que el naltoriano afianzaba su control sobre las provincias más conflictivas.

Si hubo una voz que sobresalió y se hizo oír por encima de la del resto, esta fue la del Gran Teogonista Denashur. A partir de aquel momento la tarea de la iglesia se complejizaba, viéndose obligada a llegar a acuerdos con cada uno de los gobernadores provinciales. Pero su queja por la pérdida de autonomía de la iglesia central quedaba silenciada por el gran logro del Vim Ubar ante el pueblo.
De cara a los fieles, el dinero y la complejidad burocrática y administrativa eran temas irrelevantes. El hecho de poder extender la fe en Naltor era un hito que compensaba enormemente aquella pérdida.

698: En la provincia nivari de Kirish se hayan las escrituras de Bashukur “El Loco”.

La figura de Bashukur, su persona y su entorno no han sido estudiados hasta la actualidad. En el momento del descubrimiento de sus escritos, estos se interpretaron como los delirios de un demente. Su predicción de la “liberación” o “advenimiento” de la entidad conocida como “El Destructor” en los años venideros no no tuvo mayor repercusión que cualquiera otra de cuantas han afirmado este suceso desde que la humanidad experimentó su primer contacto con este concepto.

No ha sido hasta los sucesos acaecidos recientemente en Edera que, tras un estudio más profundo de estos y otros textos de temática similar, se han hallado indicios que señalan en estos datos significativos y “proféticos” acerca del mismo y algunos de los eventos que le precedieron.

Contradiciendo las teorías de quienes han querido ver en Bashukur a un contemporáneo de Ýlar de Jomsul, la datación de sus textos ha ubicado a estos en épocas muy posteriores, alrededor del siglo sexto previo al establecimiento del calendario mecbarino.
De la misma manera que no se sabe gran cosa acerca de su persona, la lengua en la que se encontraban escritos parece indicar que era de procedencia muliria, lo que hace aún más extraño el hallazgo de sus escritos tan lejos de su origen.

arcanus

La edad moderna VI

La edad moderna VI
700: Riommar Hayatoshu se convierte en el Danishef de Saliria.

El ascenso de Hayatoshu, desde la posición de estudiante de la universidad de Amlash hasta su posición como líder de la nación fue meteórico. Con el paso del tiempo, las especulaciones acerca de su persona, su origen y su trasfondo han ido proliferando de manera constante. Estas historias y habladurías no se han limitado a sus conciudadanos sino que, dada la relevancia que ha adquirido su persona con el transcurrir de los años, la impronta con la que ha impregnado a la propia Saliria y la repercusión que ha generado más allá de ella, también más allá de sus fronteras se han formulado hipótesis de todo tipo sobre él.

Quienes han ido coincidieno con Hayatoshu a lo largo de su mandato, afirman que no ha envejecido un sólo día a lo largo de los últimos sesenta años. Estas historias han hecho que se quiera ligar su linaje con el de Mavda Danseva, cuando no se especula con que su longevidad no sea natural, sino que pueda ser debida a que se trate de un inmortal.
Quienes defienden esta última posibilidad barajan todo tipo de procedencias para él, desde que se trate de un ailanu retornado, un kayain o, como lo han acusado los diferentes Teócratas de Goord que han sido sus contemporáneos, del hipotético aspecto material de un kurbun.

Durante la aceptación de su cargo, la elección del nuevo Danishef del que fue su primer discurso generó una gran controversia. Con la lectura de un extracto de “El juego de los inmortales” de Daniseva, el nuevo Danishef tensaba las relaciones con la vecina Goord mientras que, al pasar a romper aquel documento, ofendía a sus seguidores más tradicionalistas.
Tras estos actos puramente simbólicos el mensaje de su discurso pasaba a dar un brusco y polémico giro:

“¿Saliria, en qué nos hemos convertido?
Hubo un tiempo en el que fuimos audaces. Un tiempo en el que buscábamos respuestas y lo cuestionábamos todo, en el que nuestro enemigo era la sinrazón.
¿Dónde ha quedado ese pueblo?

El hecho de que la verdad sea esquiva, de que, en ciertas ocasiones sea una cuestión de matices y, en otras, se pueda tratar de una cuestión tan subjetiva como las percepciones individuales, no hace que debamos dejar de buscarla.
Si nos limitamos a perpetuar lo que ya creemos saber, jamás lograremos avanzar. Si no abandonando nunca el terreno conocido, seremos presas fáciles del engaño y la ilusión. Si no aspiramos a alcanzar aquello que hoy escapa a nuestra comprensión, si no ponemos a prueba aquello que únicamente creemos, tan solo nos aguardará será la barbarie y repetir los errores del pasado.
Una vez más debemos ser valientes, debemos desechar lo que solamente creemos e indagar más allá. La ciencia y el conocimiento en cualquier ámbito no deben ser dogmas, no deben ser cuestiones de fe, sino objetos de estudio y verificación constante.
Empecemos de nuevo desde cero. Pongamos a prueba quienes somos, pongámonos a prueba a nosotros mismos como sociedad.
Ya no somos la Saliria de Daniseva y no debemos aceptar sus preceptos como verdades absolutas. Tampoco somos la Saliria derrotada por la teocracia. Los tiempos cambian, el mundo cambia, cambiemos junto con ellos.

Antes de afirmar y defender la legitimidad de un descubrimiento debemos ponerlo a prueba, debemos demostrar su validez. No hay nada que de lo que no tengamos que dudar, absolutamente todo debe ser puesto a prueba. Aquello que vayamos a aceptar como cierto, debe ser lo primero que pongamos en duda. Aquello que vamos a defender es lo que debemos cuestionar con mayor intensidad.”

Ante este mensaje no tardaron en llegar sendas quejas formales por parte de los embajadores de Goord y Menetia ante lo que entendían como un ataque directo hacia sus cultos.
Estas quejas no sólo no fueron atendidas, sino que sólo fueron las primera de una larga sucesión de protestas, tensiones y provocaciones por parte de los representantes de las naciones implicados.

Ninguna de las religiones organizadas habían gozado de una gran popularidad en Saliria pero, con el paso del tiempo, tras la muerte de Elís Namayeva sus sucesores fueron relajando el veto hacia ellas, permitiendo la instauración de lugares de culto en las provincias fronterizas. Asimismo, también se permitía la celebración de ciertos ritos en algunos de los edificios públicos ajenos a las embajadas, como los que se realizaban en la misma universidad de Amlash.

Tras la ascensión de Hayatoshu, y no sin cierta reticencia de algunos de sus ciudadanos y partidarios, de manera paulatina todos estos derechos fueron revocados. Los únicos lugares de culto permitidos pasaron a ser las estancias habilitadas para ello en las propias embajadas.

701: El Gisaulot inaugura la ruta comercial del norte.

Tras el rescate de la expedición de Molqubay por parte de marineros salirios, distintas casas comerciales dieron comienzo a un estudio que aspiraba a trazar una ruta marítima segura con la que comunicar oriente y occidente. Tres décadas después del inicio de aquel gran proyecto, el navío “Gisaulot” logró realizar la ruta entre Saliria y Dayashu en ambos sentidos.

703: El Teócrata Silus segundo de Goord inicia la quinta Cruzada contra Saliria.

La paulatina pérdida de influencia de Goord en Saliria no tardó en afectar al comercio entre ambas naciones.
Tras años de negociaciones sin llegar a ningún acuerdo con Saliria, y presionado tanto por los gremios de las provincias fronterizas como sus representantes religiosos, el Teócrata llamó a una nueva guerra santa.
Tanto en el sermón con el que instaba a los fieles a la lucha, como en los documentos oficiales que se han hecho públicos, los argumentos esgrimidos para la confrontación fueron los mismos:

“El libro de los pecados ha sido abierto una vez más dando con ello comienzo la escritura de una nueva página en su interior.
La ofensa ha sido grave y la advertencia no ha sido escuchada. Nuevamente, la arrogancia de un hombre, junto con la connivencia de sus súbditos y el silencio de los cobardes, nos amenazan a todos. Nuevamente la integridad de toda la creación está en juego. Nuevamente recae sobre las espaldas, los brazos y las almas de los fieles la tarea de evitar un daño aún mayor. Nuevamente es nuestro deber el de reparar el herida que ya ha sido infligida.”

705: Los gremios comerciales de Saliria, Troll’Khan, Shuryne, Dilirm y Dayashu forman la primera alianza comercial entre oriente y occidente.

La creación del Exter saycolus gokazen, la “Liga de comercio marítimo del norte” no implicaba únicamente un mero formalismo o un compromiso escrito sobre papel mojado, sino que su ámbito fue mucho más allá del de un mero documento en el que se expresasen una serie de deseos.
Los miembros de la liga se comprometían a garantizar la seguridad y el paso por sus puertos de toda aquella embarcación que se inscribiese en la misma. Asimismo, también se creó una moneda común con la que facilitar y unificar el pago en todos los puertos miembros.

712: Fallece Silus segundo de Goord.

A día de hoy, la causa de este fallecimiento aún no han sido hecho pública de manera oficial. Si bien es cierto que, en aquel momento, los portavoces del Yokobune Hyakin achacaron públicamente este suceso a “una enfermedad fulminante que le sobrevino de manera súbita”, la falta de detalles y concreción acerca de la misma, así como el tradicional secretismo de la orden que impide el acceso externo a los registros eclesiásticos en los que se encuentra documentada, han causado el surgimiento de una gran cantidad de teorías alrededor de este suceso.

Si bien es cierto que esta versión oficial es la que goza de una mayor aceptación, la teoría que goza de una mayor aceptación en los tabernas y lugares alejados de la mirada de los inquisidores de Goord es aquella que postula la intervención de Hayatoshu y unos hipotéticos “artefactos arcanos” en el suceso.
Pese a que no acostumbra a ser pronunciada en lugares públicos, su nivel de aceptación ha sido tal que ha sido declarada como herejía por parte de la iglesia de Gâldaim para evitar aún más su difusión.
Los detractores de esta teoría siempre han acusado a sus autores y a quienes la defienden de ser agentes infiltrados de Saliria tratando de socavar el poder y la misión del Teócrata, alegando que ninguna “ciencia arcana” se encuentra por encima de la capacidad de su señor para proteger a sus fieles.

Sea como fuere, el sucesor de Silus, Mugunen primero, durante el periodo de luto proclamó una tregua con Saliria mientras se producía la celebración de los actos fúnebres. Asimismo, solicitó a los altos rangos de entre los fieles que se encontraban en el frente su regreso para atender a los oficios.

Este acto, junto al tiempo durante el que se prolongó este luto, le granjearon a Mugunen una gran impopularidad, a la par que disparaba la rumorología acerca de unas hipotéticas negociaciones con Saliria para alcanzar un acuerdo de paz.

713: Mugunen primero fallece.

Nuevamente, el secretismo que rodea a todo lo relacionado con los detalles acerca de las defunciones de los sumos pontífices de Goord, el acceso a esta información no es accesible a aquellos que no forman parte del círculo interno del Yokobune Hyakin.
Esta reticencia a permitir el acceso a los registros en los que se encuentran documentados estos hechos, así como la estricta compartimentalización de la propia estructura jerárquica de la iglesia de Gâldaim, han llevado a agrias críticas dentro de sus mismas filas.
Pese a que no existe ningún documento accesible que de peso a tales afirmaciones, los escasos altos cargos que han abandonado el culto y se han arriesgado a romper sus votos sagrados para realizar algún tipo de declaración a este respecto, sí que han hablado de luchas internas entre las distintas ramas de la organización acerca de este concreto.

De cara al exterior, durante la comparecencia pública de los vocales de la iglesia la razón que se adujo para el fallecimiento de Mugunen fue la misma que se atribuyó a Silus; una nueva, súbita y fulminante enfermedad.

Pese a lo avanzado de la edad del pontífice ya el mismo momento de su selección, las teorías conspiratorias no tardaron en surgir. A diferencia de lo sucedido con la muerte del anterior Teócrata, en esta ocasión la rumorología popular apuntaba a que, al contrario que con Silus, la muerte Mugunen había sido provocada por miembros descontentos de la propia iglesia.

714: Itzanaya primera se convierte en Teócrata de Goord.

Tras el periodo de luto por el anterior pontífice su sucesora declaró por finalizada la tregua con Saliria, aunque las hostilidades no se retomaron inmediatamente.
De acuerdo a sus apariciones ante el pueblo, si bien Itzanaya hizo público su deseo de continuar con la cruzada, también alegaba que esta esta no podía retomarse de manera inmediata, achacando esta dilación a una “revelación divina”.

Pese a que existe constancia documentada acerca de la la unanimidad del equipo de gobierno de Saliria acerca de mantener el veto, también es cierto que dentro del pueblo, principalmente entre los habitantes de las provincias fronterizas, la percepción de aquel decreto fue cambiando a lo largo del tiempo. Aquellos que padecían el conflicto con Goord desde la cercanía reclamaron que se volviese a poner aquella norma a votación.

716: Tras un fallido golpe de estado en Saliria estalla la guerra civil.

Ante la amenaza constante del inicio de la nueva cruzada, las tensiones internas en la capital entre los defensores de mantener el veto y quienes abogaban por suavizar su aplicación, fue acrecentándose de manera paulatina.
Finalmente, este tema fue llevado hasta una nueva votación en la que salió como claro vencedor el bando de quienes optaban por su aplicación de manera estricta.

Tras este hecho y un fallido intento de asesinato sobre el Danishef, parte del ejército se levantó en armas contra el gobierno de la capital. Liderando a estos hombres se encontraba Borgsha Timurlesiev, líder de la oposición y con fuertes vínculos familiares dentro de la cúpula de poder del ejército.
Timurlesiev acusó a Hayatoshu y sus partidarios de ser “una cuadrilla de intelectuales incapaces de comprender las necesidades del pueblo” así como de “tener un total desprecio por las vidas de sus ciudadanos” y de “anteponer unos ideales utópicos e inalcanzables a las necesidades acuciantes del día a día”.

Esta sucesión de eventos fue lo que llevó a Itzanaya a proclamar que la “señal divina” había llegado. Pocos días después del la llegada de las noticias del inicio de la guerra civil en Saliria, daba la orden de reanudar la hostilidades.

Así como existe documentación acerca de las negociaciones del Teócrata con los gobiernos de Menetia y Rearem para que le apoyasen en su “sagrada misión”, pese a las acusaciones que se han vertido al respecto, no existen pruebas concluyentes que la vincules con el intento de asesinato o el alzamiento de las tropas salirias.

718: Se produce el hundimiento del “Estrella de Dujastur”.

El asalto y hundimiento por parte de la flota shizune de este navío desencadenó una serie de eventos que culminaron en el inicio de la mayor guerra que ha conocido oriente. Lo que parece claro es que el hundimiento del propio “Estrella de Dujastur”, un navío mercante de bandera dayashi que se dirigía hacia Mashulanu, sólo fue un peón dentro de una jugada de mayor embergadura.

A lo largo de los dos siglos precedentes, las relaciones entre Shinzay y Mashulanu habían sido un sucesión de enfrentamientos e intentos de acercamiento. Esta tumultuosa convivencia, consistente en el bloqueo marítimo, así como constantes altercados y provocaciones, alternados con breves periodos de paz entre entre ambas naciones, en aquellos momentos se encontraba en una de sus fases hostiles.
Sumidas como se encontraban en la disputa por Tarnyashi, una de las islas del archipiélago de Yarnú, la firma de un acuerdo comercial entre Dayashu y la nación isleña, así como la ruta mercantil que establecieron, no fueron recibida con agrado por parte del emperador Xi Yuan Zhu.

Ante la petición de justicia y una explicación por el ataque al navío dayashi, las autoridades shizune se limitaron a calificaron como “un lamentable malentendido”. Más allá de esto, la única respuesta que recibieron fue la recomendación de que, para evitar “accidentes o equivocaciones similares” en el futuro, los navíos de Dayashu alterasen su ruta comercial con Mashulanu evitando la zona conflictiva.
Esta acción, así como la petición posterior, fueron interpretadas por los miembros del Rinyashu como “un acto hostil deliberado, una provocación intolerable y un burdo intento de amenaza”. La solicitud de permitir a una comisión dayashi la investigación del suceso también fue denegada alegando “el alto grado de inestabilidad de la zona y el riesgo que implicaba para su propia seguridad”.
Al mismo tiempo, las conclusiones y disculpa oficial aportadas por Shinzay tampoco fueron aceptadas, sino que se exigió la extradición de los culpables para su juicio. Esta solicitud también fue denegada.

Las sospechas de los investigadores del Rinyashu apuntaban hacia la implicación en el suceso de Koi Yuan Zhushu, heredero al trono de Shinzay y oficial al cargo de las tropas destinadas en Tarnyashi. Si bien no se sabía a ciencia cierta si la orden de atacar había venido dada directamente por él, también solicitaban su extradición y comparecencia.

719: Estalla la guerra entre Shinzay y Dayashu.

Tras un año de largas y complicadas negociaciones en las que no se logró alcanzar ningún acuerdo, el asesinato de Koi Yuan Zhushú fue la gota que terminó por desencadenar la guerra, solo que aquel suceso provocó que todos las relaciones internacionales diesen un brusco giro.
Contrariamente a lo que hasta aquel momento habían presagiado los acontecimientos, fue Shinzay quien declaró la guerra a Dayashu, acusando a su gobierno de haber instigado la muerte del heredero al trono.

Algunos analistas políticos que han estudiado el caso, dada la escasa relevancia política real del propio suceso que lo desencadenó todo, así como las dimensiones que fue adquiriendo el conflicto, especulan con la posibilidad de que el detonante no fuese nada más que una mera excusa a través de la que dar comienzo a un plan más ambicioso y complejo. Sobre lo que no existe acuerdo es acerca de si este plan surgía de las propias Shinzay y Dayashu, o si ellas y sus territorios fueron meros peones en las ambiciones de los gobernantes de alguna de las naciones que les rodean.

La lista de candidatos a haber urdido esta hipotética trama es tan amplia como los miembros de la nobleza del Daegon oriental. De acuerdo a unas y otras teorías, el asesinato pudo venir instigado por el propio emperador que deseaba expandir los territorios de Shinzay, por el propietario de la “Estrella de Dujastur” para vengar la muerte de sus hombres, o por alguna de las naciones aliadas históricamente con Shinzay.
Pese a todo esto, la identidad y motivos del asesino continúan siendo una gran incógnita a día de hoy.

721: Gislanthal Yakain se convierte en el nuevo orgus de Naltor

La llegada al poder del nuevo orgus vino precedida por una fuerte campaña de presión, acoso y desprestigio contra la presencia de los representantes de la iglesia en su país.
De acuerdo a las acusaciones de Yokain, la iglesia no aportaba a las arcas del estado las cantidades pactadas en el concordato y este dinero era dedicado a la creación de nuevas capillas en en las zonas rurales.
Al mismo tiempo, sus sacerdotes impartían una serie de doctrinas que, no sólo eran dañinas para las mentes de los ciudadanos, sino que entraban en conflicto de manera explícita con diversas leyes. Por todo esto exigía la expulsión del culto a los Tayshari de Naltor y el enjuiciamiento de quienes se habían aprovechado de la buena fe de sus gobernantes.

Estas acusaciones, así como las denuncias formales que realizó ante la justicia naltoriana, hicieron que la figura y el nombre de Yokain gozase de una gran popularidad y le granjearon el apelativo de “guardián del legado de Áldryar Nalot”.
Pese a que en sus discursos Yokain realizó constantes alusiones a la situación entre Goord y Saliria, y aunque, de manera reiterada, mostró su simpatía y declaró de manera explícita su inclinación a favor del bando de Hayatoshu, en ningún momento le ofreció apoyo militar en el conflicto que se estaba llevando a cabo en el norte.
Esta actitud de indefinición le granjeó acusaciones de demagogia y falta de coherencia en su mensaje por parte del sector más radical de sus seguidores, aunque este pequeño traspies apenas impactó en su meteórico ascenso.

723: La guerra estalla nuevamente entre Menetia y Naltor.

El brusco giro que tomó la relación de Naltor con la iglesia también se vio reflejado en su tratado con Menetia.
Ante la falta de acuerdo en la re-negociación del concordato, la presencia de varios miembros afines al Gran Teogonista Mathascupra dentro del Vim Ubar, no tardó en decantar la balanza hacia una respuesta bélica ante las afrentas que percibían por parte del nuevo gobernante de Naltor.

Los primeros altercados, previos a la declaración formal de las hostilidades y, con toda probabilidad detonantes finales del mismo, tuvieron lugar entre las provincias fronterizas de Imwasel y Nauyandar tras el regreso hasta Menetia de los religiosos afincados en la provincia naltoriana.
Las autoridades de Nauyandar exigieron la deportación de los religiosos, acusándolos de haberse apropiado de obras de arte naltorianas durante su huida. Tras la negativa del gobierno provincial de Imwasel a acatar este mandato, la solicitud se elevó hasta el Vim Ubar que también la rechazó.

Ante esta negativa, se declaró como no grata la presencia de ciudadanos menetianos en Nauyandar, produciéndose poco después los primeros asaltos a aquellos que habían permanecido allí.
Tras la primera muerte de un ciudadano menetiano, la del comerciante Domenestos Claiqueni, durante uno de estos asaltos, fue el gobierno de Menetia quien exigió la entrega de los culpables. Ante esta petición, Yakain se negó mientras no fuesen atendidas sus solicitudes previas de justicia y retribución.
Mientras se realizaba esta negociación, los ánimos de la ciudadanía ya se encontraban enaltecidos. La escalada de la crispación y los enfrentamientos había crecido hasta unos niveles que llevaron al gobierno menetiano a la necesidad de tener que asignar protección a los ciudadanos naltorianos que se hallaban dentro de sus fronteras.

Tras el asalto del monasterio de Roulés por parte de un grupo de soldados naltorianos, Menetia decretó el cierre de la frontera y declaró formalmente la guerra a Naltor.

725: El teólogo e historiados goordiano Ludstavic de Úlister declara ante el Yokobune Hyakin.

Ludstavic eran una rara avis dentro de la nobleza gordiana y sus estudios fueron una constante fuente de tensiones y encontronazos con las altas instancias de la iglesia. Sus investigaciones no se centraban en los aspectos filosófico-metafísicos de la teología, sino que versaban principalmente en su impacto dentro de la evolución socio-cultural de las naciones. Un enfoque que, en múltiples ocasiones acostumbraba a bordear los límites de la herejía.
En aquella ocasión, la acusación de heresiarca no había venido por ninguna de sus publicaciones, sino por una declaración ante el círculo interno de la justicia eclesiástica en la que afirmó el próximo advenimiento o liberación de “una entidad antigua e imparable”.
Ante la inacción de los altos estamentos a este respecto, Ludstavic había llevado aquella declaración a las calles de Goord con un resultado similar.
Inmersa como estaban Goord en medio de una cruzada “por tratar de salvar el alma del mundo”, aquellas acciones fueron interpretadas como un intento de desprestigiar a la labor del Teócrata y una ofensa ante el creador.
Tras la sentencia que proclamar aquellas palabras como un claro y manifiesto acto de traición y herejía, se le sentenció a morir en la hoguera.
Su ejecución se llevó a cabo a finales de ese mismo año en Kaar.

De cualquier manera, analizadas a posteriori sus aseveraciones, al igual que sucedió con las de Bashukur, se han podido establecer vínculos más allá de cualquier duda o casualidad entre ellas y eventos sucedidos posteriormente.
Se especula con la posibilidad de que esta “presciencia” estuviese ligada con su estudio de los restos de Netter’Gishu’Halal, la construcción jonudi proveniente de Monrasén cuya destrucción fue ordenada por el teócrata Moforsil seis siglos atrás.

728: Fallece Ivsgalar de Natlase, Maesc Zahard del Dominio.

Tras su prematura muerte, y sin haber realizado la criba previa sobre los aspirantes al trono presentados por las distintas facciones, el desconcierto y las luchas internas por hacerse con el poder de la nación se convirtieron en la ocupación principal de las altas instancias de la corte, el ejército y la iglesia.
Ante lo anómalo de la situación y al no lograr alcanzar un acuerdo acerca de los pretendientes, el resultado de las largas deliberaciones, interpretaciones de la ley y consultas a los legisladores, fue el de recurrir al Hasleth Davali, la serie de protocolos que se crearon en el pasado para solventar este tipo de disputas entre los aspirantes.
Pese a que estas “Pruebas del dominador” no se habían utilizado en los últimos tres siglos, cuando la muerte de la joven Yalendra dejó a la nación en una situación similar, este fue la única propuesta aceptada por los líderes de las diferentes facciones.

729: Liveska tercera se convierte en Teócrata de Goord.

Tras el fallecimiento de Itzanaya debido a su avanzada edad, el Yokobune Hyakin nombró como sucesora a la teócrata más joven de cuantos se tiene registro.
Liveska, de treinta y cinco años de edad, llegó al cargo con nuevas ideas de renovación y cambio. Una vez más el bloqueo de círculo interno del gobierno de Goord ante las peticiones de acceso a sus archivos, nos impide conocer si estas ideas y fueron expuestas ante sus superiores jerárquicos antes de su ascensión, o si hasta aquel momento Liveska había mantenido un perfil más bajo y, en apariencia, manejable.
Sea como fuere, las decisiones que ha ido adoptando hasta el día de hoy, comenzano por el muy criticado mandato de poner fin a la cruzada, siempre han ido acompañadas por una gran controversia.

730: Shar Kushén se convierte en el nuevo señor del Dominio.

Tras años de luchas internas en el Dominio entre los partidarios de los diferentes aspirantes al trono, el triunfo de Kushén fue recibido con preocupación por parte de las naciones vecinas.
Con la renuncia, mutilación y exilio de Vain Horst y sus seguidores, el más moderado entre los aspirante y quien contaba con más apoyo del exterior, se desvanecía la esperanza de mantener la paz en el oeste continental.

Kushén, fanático religioso y Tukradum de la renacida orden de Los adeptos del Tanrakûl en una de sus encarnaciones más beligerantes, durante su discurso de ascensión como Maesc Zahard dejó claros sus propósitos desde un principio; El Dominio debía ganarse de nuevo aquel apelativo.

731: Sobre el noroeste continental se produce el evento conocido como Garshed Jonural, “La gran penumbra”

Norotgard, Tarnaq, Werela, Tembi y partes de Edirth, Harst y Saliria se vieron sumidos en una oscuridad anómala cuando sobre ellos se materializó una gran masa que impedía que el sol los alcanzase.
Si bien esta oscuridad no era absoluta, ya que ha sido descrito como “La aparición de una colosal masa informe cuya sombra se desplazaba hacia el oeste” su composición no parecía ser completamente sólida u opaca, sino que, a través de ella, en la lejanía, se podía adivinar la luz de Sholoj como “un tenue punto en el firmamento cuyo brillo era menor al de cualquier estrella nocturna”.
De la misma manera, las inclemencias meteorológicas también lograban atravesar su superficie, permitiendo que el agua de los la lluvia y la nieve llegase hasta aquellos territorios. Aún así, al carecer de casi cualquier luz solar, mientras duró este suceso las cosechas fueron desastrosas y las hambrunas una constante.

Esta descripción inicial no ha tardado en demostrarse como algo apenas capaz de describir su inmenso tamaño. Quien se encontraba situado en su interior, de carecer de una fuente de luz artificial, apenas era capaz de percibir el extremo de su brazo extendido. El cielo desapareció y, a través suya Sholoj sólo se percibía como un ínfima estrella diurna. Apenas un punto entre el el marasmo de informe que parecía consumirlo. Sus rayos no parecían capaces de atravesar a aquella entidad, viéndose enormemente atenuados en su tránsito a través de la materia errante.
Las noches se volvieron oscuras como nuca, ya que la presencia de Lutnatar o las estrellas eran imperceptibles.

Se cree que este suceso pudo tratarse de un nuevo solapamiento planar pero que, en esta ocasión, ambos planos no llegaron a entrar completamente en contacto.
La gran masa informe no sólo se extendía en los cuatro puntos cardinales, sino que algunas de sus extremidades también lo hacían verticalmente. Dada sus dimensiones nadie pudo contemplarla en su totalidad y su extensión, de nuevo enormemente infravalorada, se ha equiparado a la de “una gran montaña o “un isla colosal”.
Pese a que se desconoce también si fue una única masa gargantuesca o si su superficie consistía en una amalgama de miles de entidades menores, se sabe que su envergadura era superior a la de la mitad de Daegon, aunque existen sospechas de que esta podía haber sido incluso mayor que la de todo el continente.
Pese a que algunos relatos se refieren a esta construcción como algo vivo y mutable, las pruebas parecen descartar esta teoría.

Se estima que la elevación de la “parte central” de aquella gran masa se encontraba a más de un kilómetro de altura, pese a que alguna de sus protuberancias parecían alcanzar e incluso hundirse bajo la tierra. Si bien es cierto que apenas se produjeron destrozos sobre las estructuras que atravesaban estas protuberancias, sí que estas quedaron afectadas. Al entrar en contacto con aquella entidad su misma estructura mutaba, fusionándose de manera parcial con algún fragmento de la materia que la componía. Por el contrario, ya fuese dentro o fuera de las edificaciones, sí bien las estructuras orgánicas parecían impermeables a esta mutación, sí que se contabilizó la desaparición o pérdida de cientos de las mujeres y hombres que entraron en contacto con la misma.

Tras su aparición el pánico no tardó en estallar en las naciones que se encontraban bajo su sobra, los territorios más afectados por la aquella bruma opresiva.
El Harst central quedó prácticamente despoblado en aquellas fechas y sus habitantes se desplazaron hacia el sur. Al mismo tiempo, se produjeron grandes migraciones provenientes desde Tembi y Edirth hacia las provincias norteñas de Harst y Tarnaq, aunque allí tampoco lograron escapar del efecto del también llamado “Devorador de soles”.
Por su parte, el comportamiento de los habitantes de Werela se dividió en dos grandes grupos. Por un lado, aquellos que habían mantenido contacto con los Jonudi apenas dieron muestras de alarma por aquel evento. Si bien no lo reconocían como una fuerza aliada, tampoco la percibieron como algo dañino.
Por otro lado, gran parte de las tribus trataron de emigrar hacia el este buscando territorios más aptos para su modo de vida pero, al llegar a las provincias fronterizas de Saliria y Goord, se encontraron con recepciones armadas.

Este mismo año finalizaba también la guerra civil en Saliria con el bando de Hayatoshu como claro vencedor.

732: Una isla de aspecto difuso se hace visible cerca de las costas de Menetia.

Pese a que este dato no se ha podido confirmar, a tenor de la información que se han podido contrastar con los registros que existen de su primera aparición, se especula que esta isla pudo ser la de Kaeny.
La aparición de la isla etérea, superponiéndose sobre algunos de los islotes del archipiélago-prisión de Toslendaro, despertó interés e inquietud a partes iguales. Mientras el sumo pontífice Mathascupra y sus teólogos trataban de explicar aquella aparición de acuerdo a los textos sagrados, fuera de la iglesia se hablaba de señales de todo tipo.
No fue hasta finales de mailand, tras el primer avistamiento en la ciudad costera de Nigorse de lo que se se interpretó como los habitantes de la isla, que se se descartó su relación con el suceso que se estaba produciendo en el norte y se emitieron las primeras teorías acerca de una posible vinculación con el evento de Dilirm.

A finales de aquel mismo año, durante la larga noche de aracthur, se tuvo también constancia por primera vez de una nueva gran alianza de clanes dengar en la provincia reani de Árictar.
Unidos por Hirrenshu Vrisnama, Jarakanu seguidor de Koroktomoj, los clames devotos de esta deidad conocida también como “El devorador de huesos”, dieron comienzo a una serie de asaltos sobre las aldeas de la zona más alejadas de la vía imperial.
Estos ataques fueron especialmente brutales y, tras el paso de los dengar, lo único que quedaban eran ruinas y los vestigios de lo que parecen sacrificios rituales. Ritos que se creían abandonados siglos atrás. Entre los rescoldos de los ritos y el fuego se pudieron hallar tanto restos de animales como humanos.

Tras el primer ataque, llevado a cabo contra la aldea de Buterasyán, la raktarión de la provincia, Vrishyat Olmur, destinó a los Kumu quinto y sexto de la primera legión la protección de las posibles zonas afectadas y la eliminación de la amenaza.

733: Tras el discurso en el que Shar Kushén proclama el advenimiento del Tanrakûl, el Dominio invade Harst.

Aún sumidos bajo la sombra de Garshed Jonural, en su discurso Kushén señaló los recientes eventos sucedidos como señales del advenimiento de un nuevo Tanrakûl e instaba a los suyos a construir con sangre y fuego su lugar en el mundo que llegaría.

“Es tiempo de guerra y confrontación. Es el momento de que los valiente definan su lugar. De que se enfrenten a la gran prueba con orgullo y determinación.
Las guerras que se están produciendo en el este no dejan de ser conflictos absurdos y equivocados. Este mundo ya no importa, sus territorios son irrelevantes. Lo que conocemos como civilización está condenado y la estulcia del resto de gobernantes no es sino una señal más que nos indica que se acerca el momento decisorio.

Ante esta situación, yo os pregunto:
¿Somos dignos de entrar en el nuevo mundo? ¿Seremos el pueblo elegido por Taranaqu?
Yo digo que sí, pero en mi mano sólo está la posibilidad de demostrar mi valía..
Mas soy vuestro líder y afirmo que mi pueblo también es digno. Sois los herederos de los grandes dominadores, un pueblo merecedor de acompañarme en mi camino ¿Me defraudaréis y pereceréis junto con este mundo, o juntos forjaremos la utopía?

El momento ha llegado. El momento en el que demostraremos que somos dignos del mundo que llegará. El momento en el que nos erigiremos como el pueblo largo tiempo anunciado para conquistar el mañana, para construir el futuro.
Si en algún momento debemos ganarnos el apelativo de dominadores, si ha existido una ocasión en la que hemos de demostrar ser dignos de él, debe ser esta. Si ha existido un momento en el que debemos demostrar nuestro poder y determinación, es hoy”

Con parte de sus territorios aún sumidos en el interior del gran océano errante, el Dominio, aliado con los refugiados de Tembi y Edirth, se lanzo hacia la conquista del sur.

También en aquel año se tiene constancia de ataques similares al de Buterasyám en varias de las provincias reani. A diferencia de aquel primero, estos parecían perpetradas por tribus devotas del resto de las deidades de los dengar; Jarletuktal, Kushund, Matektokoal y Shaduktukumal.
Lo más preocupante de cara a los raktariones fue que estas tribus parecían actuar de manera conjunta, un comportamiento que no se había visto con anterioridad.
Dada la propia idiosincrasia del culto a los jakaranu, los líderes religiosos de las tribus y clanes de adoradores de las cinco deidades, no sólo habían fomentado la confrontación con la autodenominada como “Nación Dengar” sino que, históricamente, también acostumbraban a enfrentarse con quienes rendían culto al resto de deidades de su mismo panteón, cuando no lo hacían con otras tribus que adoraban a la misma divinidad.

736: La guerra Shinzay y Dayashu se extiende más allá de sus fronteras, dando inicio de manera oficial a la Gran guerra oriental.

A lo largo de las últimas décadas se habían ido formando alianzas entre las naciones en guerra y aquellas que les rodeaban pero, si bien las afiliaciones y apoyos para con cada bando eran claros, el conflicto puramente bélico había quedado confinado dentro de sus fronteras.
Mientras que Dayashu contaba con acuerdos con Muliria, Ashgurn y Sheparn, Shinzay recibía provisiones de Dilirm y Shirune.
El resto de las ciudades estado de Trollellom, Dagorel y el gran bloque formado por Hanrath, T’Nar y las Llanuras Zulera hasta aquel momento habían permanecido neutrales en el conflicto.

A mediados del genom de gueregeim se produjo el evento que terminaría desencadenando la ruptura de su neutralidad por parte del gobierno de Kylburn, cuando un ataque contra la línea de suministros con destino a Shinzay se producía mientras atravesaba la provincia de Kázerngul.
La presencia de las tropas Dayashu en su territorio sin haber solicitado una autorización previa, así como el ataque contra una expedición cuya ruta sí que contaba con la aprobación, y se encontraba escoltada bajo la protección de sus tropas fue interpretada como una acción hostil contra la propia Kylburn.

Al mismo tiempo, en el Daegon occidental, Edirth y Shattegar caían bajo el control de las tropas del Dominio.

738: Tras las tensiones generadas por las fallidas negociaciones entre Kylburn y Dayashu para tratar de solventar el incidente de Kázengul, la última invade sin previo aviso la ciudad de Cirmala.

Este ataque cambió de manera drástica el devenir del conflicto. Con la invasión de Cirmala, uno de los protectorados de Kylburn, se involucraba de manera directa en la guerra a las ciudades estado de Trollellom que habían permanecido neutrales.
Invocando el espíritu del Pacto de Áracthur, Dairus logró una nueva alianza que finalizó con la creación de un tercer gran bloque, el formado por las naciones que no habían participado en el conflicto hasta aquel momento, el equilibro de poder cambió drásticamente.
Liderado por Dairus y Lag’Tsat, las naciones el Pacto sometieron inicialmente a un fuerte bloqueo a los participantes del conflicto, pero con esto sólo logró que la guerra se extendiese aún más hasta el interior.
Tanto Shinzay como Dayashu dejaron de tener acceso a los recursos de sus aliados, mientras que estos veían mermadas unas economías que se habían basado enormemente en el conflicto. Acusando al Pacto de limitar su autonomía, Sheparn, Muliria y Ashgurn declararon a su vez la guerra contra los integrantes de aquella alianza. Al mismo tiempo, Dilirm y Shirune, se desligaban oficialmente de las ciudades estado y los pueblos fieles a Dairus.

739: En Goord se produce un fallido intento de asesinato contra Liveska.

La muerte del aspirante a magnicida dejó sin respuesta a la pregunta sobre su afiliación, lo que sólo ha ayudado a la propagación de toda clase de teorías y rumores al respecto.
Entre las inverosímiles hipótesis que gozan de una mayor aceptación dentro de la propia Goord, se encuentra la que afirma que el fallecido, hasta donde se sabe un panadero natural de la ciudad de Tosgarev, había sido contratado por el gobernante de Saliria.
En otro orden de popularidad se encuentra la teoría que defiende que el asesino provenía del Dominio como “avanzadilla” de sus planes de expansión.

Más allá de las fronteras de Goord se cree que se trataba de un integrante del cisma gerstaliano, una orden ultra ortodoxa de la iglesia de Gâldaim muy crítica con las decisiones del Yokobune Hyakin durante los últimos años.
Su sede central, localizada en la ciudad de Sinwalasnír, cuenta con una fuerte influencia en toda la provincia de Ramasgul. Existe constancia también de un notorio incremento en sus filas tras el ascenso de la última teócrata.

740: Las fuerzas del Pacto toman Shirune y Dilirm.

Tras dos años de conflicto los líderes de ambas naciones deponían las armas y aceptaban las condiciones de sus conquistadores.
Tanto Tolmeni Gaderus como Isdumath Sapalgir fueron depuestos de sus cargos y se establecieron nuevos gobiernos de ocupación en ambas naciones mientras se determinaba con todas las fuerzas la situación final.
Pese a todo, ambos gobernantes contaban con muchos seguidores entre sus antiguos súbditos que causaron problemas durante la transición.

741: En el interior de Shatther se materializa parcialmente una isla cerca de Sinráesh, los territorios ocupados por de los clanes nirgedu.

Pese a permanecer visible, se cree que la isla no se encontraba accesible mediante métodos físicos. Ninguna de las expediciones que se enviaron al interior de las brumas que la rodeaban regresaron.
Tiempo después de su llegada, se cuenta que sus habitantes se aparecieron en distintos lugares de la isla. Tanto en los asentamientos nirgedu como en Silvarta y Tálaspor.
Al igual que la misma isla, estas entidades no parecían alcanzables mediante métodos físicos, lo que parece confirmar la teoría de un nuevo solapamiento parcial. Tampoco se tiene constancia de ningún intento de contacto por su parte.
Pese a que se les ha descrito con formas y actitudes similares a las que narraba Desala Telmaqu en “La prosa del dolor”, no se conoce la existencia de más sucesos anómalos o catastróficos durante su presencia.

Las narraciones sobre esta aparición y los encuentros con sus habitantes, pese a ser de una naturaleza muy confusa, mezclando el folclore de los nirgedu con los datos puramente objetivos, han llevado a pensar que se podría tratar de la misma isla que permanecía visible desde la costa de Menetia.
De confirmarse esto, podría tratarse del primer caso documentado de un solapamiento planar unido a un pliegue dentro del mismo espacio de Daegon.

742: Se firma la paz en la Gran guerra oriental.

Tras la toma por parte de las tropas del Pacto de Denong y Tayan Namey, el trono de Shinzay pasa a manos de Morisato tercero

745: Los últimos vestigios del llamado Gishu Undokol “El continente errante” terminan de atravesar el oeste de Daegon continuando su tránsito hacia el interior del gran Océano Sámico.

747: La ciudad kaizernita de Salarvya es atacada por un gran contingente de tribus dengar.

Este ataque, el primero que realizaron los clanes contra una gran ciudad desde los tiempos de Vimula Hi'Vridún, fue repelido en primera instancia con grandes pérdidas por parte de los defensores. Tras el fracaso del ataque inicial, las tribus permanecieron en los alrededores asediando la ciudad de una manera poco ortodoxa. Pese a no poseer campamentos visibles, todo aquel que se dirigía hacia la ciudad o partía desde ella era atacado.

Una vez superada la ofensiva inicial, con el comienzo de las batidas que se realizaron sobre la zona tras la llegada de los refuerzos tanto desde la capital, como desde las provincias de Árictar, Zeleznish y Denizern, las tribus asaltantes se dispersaron dejando tras de sí un reguero de aldeas arrasadas en la provincia de Kaizern.
Pese a los esfuerzos de las legiones y las milicias locales, no se pudo dar caza ni evitar que los asaltantes abandonasen la provincia hacia uno o varios destinos desconocidos.

Se cree que el contingente que atacó la ciudad era el formado por los seguidores de Hirrenshu Vrisnama pero, a tenor del relato de los defensores de la ciudad y de los cuerpos dengar hallados, los colores de sus pinturas parecen indicar que aquel ataque no estaba conformado únicamente por las tribus de los seguidores de Koroktomoj.

748: Pese a que el Dominio también está atacando sus territorios en el norte, Harst inicia la reconquista de Edirth y Shattegar. Sus tropas también se unen a la defensa de Shemmellom.

749: Ashgurn, Sheparn y Muliria logran alcanzar un acuerdo con los dirigentes del Pacto para deponer las armas sin renunciar a su autonomía.

Se produce un nuevo asalto de las tribus de Hirrenshu Vrisnama, en esta ocasión contra la ciudad yaglani de Sijtramel.

750: Se descubren las ruinas de una ciudad antigua en los territorios situados entre las Llanuras Zulera y su frontera con Ton’Kaheru.

Pese a lo reciente de su descubrimiento, se cree que se trata de la antigua ciudad de Lemnos, una de las urbes menores de la nación Tsaer durante los tiempos de los Ailanu.

751: Harst comienza la ofensiva contra el Dominio atacando la provincia de Alherns.

752: Se documenta el primer avistamiento de los Jo’Na’Ryum en Edera.

753: Durante la larga noche de este año las tribus dengar asaltan Edera.

Tras este ataque la ciudad no sólo quedó arrasada, sino que los alrededores quedaron en un estado estéril. Los cuerpos de los combatientes de ambos bandos, así como los de aquellos ciudadanos de a pie que habían permanecido en sus hogares, quedaron reducidos a una sustancia similar al polvo.
A su vez, la misma estructura de los edificios con componentes orgánicos se colapsaron al quedar estas partes reducidas a una sustancia similar.

Coincidiendo con este evento, se documentaron también otra serie de sucesos anómalos a estudiar con mayor detenimiento.
Por un lado, tanto sobre la ciudad colgante como sobre las provincias que la rodean, se pudo presenciar un raro acontecimiento astronómico. Durante el transcurso de este suceso la tonalidad del cielo se volvió rojiza y las estrellas dejaron de ser visibles. El cielo nocturno cambió para ser sustituido por un paraje extraño poblado por formas y colores imposibles de describir, reproducir o retener en la mente.

Se desconoce si estos dos sucesos anómalos fueron una mera coincidencia temporal, si puedieron estar relacionados, ser consecuencia el uno del otro o se el resultado de algún otro suceso cuya existencia no se ha podido constatar.
Lo que parece claro es que la destrucción de Edera no fue llevado a cabo por la mano del hombre, al menos no de manera directa. Los supersticiosos han querido ver en este suceso la intervención voluntaria de alguna entidad extraplanar, ya sea esta la encarnación en este plano de alguno de los aspectos de las fuerzas a las que adoran los dengar, o que el suceso atrajese hasta él la atención de algún kurbun.
Por otro lado, también se especula con la posibilidad de que en el interior de Edera quedase algún arma de los tiempos antiguos que fuese activada, ya fuese de manera accidental o intencionada, durante el ataque.

Sea como fuere, estudios realizados con posterioridad, parecen indicar que las circunstancias y resultado de este suceso concreto fue descritos con cierto grado de detalle por Ýlar de Jomsul, Bashukur y Ludstavic de Úlister.

754: Nisat Soa muere asesinado. Su hijo Xion cuarto asciende al trono de Muliria y declara la guerra a los componentes del Pacto, acusándoles de ser los instigadores del asesinato.

En Beretear se produce una conferencia de paz entre los gobernantes de las Ciudades estado de Trollellom, Tarnaq, Harst, Goord y Saliria. Otros jefes de estado como Xion de Muliria y Morisato tercero de Shinzay fueron invitados pero rechazaron la oferta.
Pese a los intentos de acercamiento entre las distintas fuerzas en la conferencia de paz, Shar Kushén no acepta ninguno de los acuerdos propuestos alegando que lo sucedido en Edera no es sino una muestra más del advenimiento del Tanrakul.

En Shinzay la ciudad imperial de Tayan Namey se vio aislada del exterior por lo que parece tratarse de un nuevo solapamiento planar. Al mismo tiempo, la antigua ciudad imperial de Tashuke volvía a hacerse visible, mientras que los territorios colindantes se ven azotados por una pandemia.

La capital imperial fue trasladada temporalmente hasta la ciudad costera de Benisato mientras que Mamoru primero, hermano del emperador Morisato, asumía el cargo de emperador regente hasta que se lograse tener acceso nuevamente hasta Tayan Namey.

755: Una serie de desastres de naturaleza desconocida provocan el hundimiento de parte de la masa continental.

Como consecuencia de esta ola de catástrofes, los territorios que separaban al mar interno de Jorgh con el océano Samico desaparecieron llevándose consigo parte de Nivar, Edirth, la parte centra de Harst y prácticamente toda la extensión de Tembi.
Los movimientos tectónicos también hicieron surgir del océano una gran extensión de tierra en los territorios del Dominio y las Llanuras heladas.
En fechas cercanas, parte de las zonas costeras y de los territorios del interior de Shemellom, Bra’Em’Kyg y Naltor también desaparecieron. Dependiendo de las versiones consultadas, estos territorios fueron “engullidos por las aguas” o simplemente desaparecieron.
Pese a que se han formulado diversas teorías sobre su destino, a día de hoy aún se desconoce el paradero de esos territorios.

Se teoriza con la posibilidad de que la razón tras la desaparición de gran parte de los territorios fuese su contacto directo con el Garshed Jonural.

El hecho de que este suceso también aparezca descrito en los textos de los que se ha venido a llamar como “los tres videntes”, causó un gran revuelo entre aquellos que estudias el Gutrakage.

Con la tropas del Dominio aisladas de sus líneas de aprovisionamiento debido a estos sucesos, a finales de aquel año las fuerzas de Sipskriel finalizaban la reconquista de Edirth y Shattegar.

En fechas cercanas, Mamoru primero de Shinzay fallecía víctima de una enfermedad fulminante en la ciudad portuaria de Benisato dejando a la nación sin un regente.

A finales de ese mismo año la ciudad baja de Beretear es asaltada por las tropas mulirias coincidiendo con un nuevo evento anómalo.
El relato del suceso es confuso y aún quedan muchos detalles por clarificar pero, lo que se sabe a ciencia cierta es que, actualmente, las labores de defensa de la ciudad interior y el gobierno de la nación se encuentran en manos de Sinara Braensyar, mientras que Stergión ha pasado a ser gobernada por Annyeshka Xibanyaku.

Pese a que la ciudad superior resistió, los distritos situados en la falta de la montaña sufrieron un destino similar al de Edera. De cualquier manera, en esta ocasión los detalles acerca de las alteraciones en la climatología y el firmamento difieren con respecto a los relatados en Menetia y Rearem. Se habla de una lluvia que atraviesa los edificios y los cuerpos de los soldados de ambos bandos. De gente engullida por las sombras de la que no se vuelve a saber nada. Del cuerpo de Dairus abatido sobre el campo de batalla mientras lo sobrevolaba a lomos de Calathil.
De acuerdo a los rumores, tras el final de la batalla, ya no se tienen nuevas noticias fiables acerca del señor inmortal de la “Gran nación” Dairus. Lo que sí que se ha propagado como las nubes sobre el este continental son cientos de rumores y habladurías acerca de su deceso. Relatos similares se narran acerca del posible destino de Lag’Tsat.

Pese a que aquellos refugiados en la ciudad alta lograron sobrevivir, se desconoce el paradero o el destino de los dos gobernantes inmortales. Si han muerto, quedado gravemente heridos o si sus cuerpos simplemente aún no han sido hallados.

756: Aparición nuevos territorios cerca de la costa de Ashgurn.

Junto a la costa este del continente se materializó una isla montañosa suspendida sobre el mar visible desde la ciudad ashgurniense de Krieger.
Poco se sabe sobre este lugar más allá de que parece habitado y de que, en el interior de sus territorios existe lo que se cree que es un gran lago o un mar interior cuyas aguas se filtran hasta el océano que se encuentra bajo la isla.

757: Se tienen las primeras noticias de una nueva isla flotante en el sur oeste del continente.

De igual manera que lo sucedido en Ashgurn, llegaron las primeras noticias de marineros que afirmaban haber visto un nuevo territorio.
Situada en el interior del océano y no visible desde la costa continental, las dimensiones de este nuevo territorio parecen superar a las de cualquier otra de las islas conocidas.
En un análisis preliminar, y a falta de estudios que lo confirmen, se cree que sus dimensiones son mayores que las de Bra’Em’Byg y Shemellom juntas, las naciones al sur de las cuales estaría ubicada.
De confirmarse este dato, esto la convertiría en la masa de tierra más grandes después del mismo continente de Daegon.
Se ha especulado con que se trate de el paradero final de Gishu Undokol pero, pese a su gran tamaño, sus dimensiones son exponencialmente inferiores que las del continente errante, y la elevación sobre las aguar a la que se encuentra también es mucho menor.
Pese a que tampoco se sabe si se encuentra completamente en nuestro nivel de existencia, dada la oscuridad absoluta que parece reinar bajo su sombra se especula con que sí que sea una ubicación completamente sóloda.

758: Se establece contacto por primera vez con quienes afirman ser los habitantes de Nargión.

Sobre los territorios de Jorgh aparecen unas extrañas construcciones voladoras en cuyo interior se hayan una etnia de hombres y mujeres hasta ahora desconocida.

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De conceptos y consecuencias

De conceptos y consecuencias
El universo en el que se encuentran ubicados Daegon y sus habitantes, los dioses a los que estos adoran, y las criaturas que provienen de más allá de las fronteras que lo delimitan, no son sino consecuencias fortuitas de la interacción de los entes que conforman la totalidad de la misma existencia.
Aquellos que estudian las distintos formas que pueden adoptar la energía y la materia, en su intento de acotar el universo, las han catalogado como fuerzas primarias carentes de voluntad. Formas y patrones de energía inertes, a la espera de que el hombre encuentre una manera en la que controlarlas. Pero se equivocan.
Estos fuerzas, fruto de la fragmentación de Avjaal tras abandonar este su condición como Todo primigenio, son seres carentes de una forma física o intencionalidad, pero poseen una rudimentaria consciencia de sí mismas y aquello que las rodea, siendo capaces al mismo tiempo de responder antes ciertos impulsos y estímulos.
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Azar y conceptos

Azar y conceptos
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El Tiempo, La Vida y El Destructor, son el resultado casual de una sucesión de eventos y movimientos de estos seres. Criaturas complejas y con una consciencia de sí mismas, surgidas a partir de la interacción de estos entes más sencillos.
Estos conceptos más complejos y conscientes, pese a ser independientes de las criaturas que les dieron origen y tener libertad de acción con respecto a ellos, afectan a todos los niveles de realidad de tal manera que ninguno de ellos puede escapar.
Ni siquiera Avjaal, al asumir su papel de Muerte y Final de todas las cosas, pudo abstraerse de los elementos existentes a la hora de tomar su camino, ya que su decisión se vio afectada por la contemplación de lo que ya había sido.

Los conceptos primarios habitan un nivel de existencia distinto al del resto de los seres. Ocupando a la vez todo tiempo y espacio, limitados tan sólo los unos por los otros en un complicado ejercicio de equilibrio. De su mezcla surge todo lo demás. Desde criaturas poderosas como los dioses, hasta seres frágiles como un recién nacido. Desde dimensiones más grandes que nuestro universo, hasta el más diminuto y nimio de los granos de arena.

El hombre les ha puesto nombre, y ha logrado controlar parcialmente alguno de sus aspectos, pero su compresión de los mismos aún es limitada.
Los llaman Suritán y Enaí, Namak y Tayshar, Kestra e Ytahc. Los llaman Luz y Oscuridad, Destrucción y Creación, Estatismo y Cambio, pero son mucho más que eso.

En el ente llamado Suritán define la materia. Todo aquello que tiene forma física está en contacto y forma parte de su esencia. Todo aquello que se puede ver y percibir. Todo aquello con lo que se puede interactuar con cualquiera de los sentidos, está en perpetua comunión con ella.

Enaí, también llamado Jonund, aglutina todo lo que no se puede ver. Lo que está “más allá”. Es el camino hasta lo que no pueden percibir los sentidos. Ya sea porque aún no existe o ya ha dejado de existir, porque está demasiado lejos o porque no podamos acceder hasta allí por métodos físicos. Pero Enaí también personifica la oscuridad pura. Los miedos que atenazan al hombre, lo desconocido, aquello que no se puede concebir o comprender.
Se puede trata de controlar su esencia y viajar a través suyo, pero esto implica riesgos. Aquellos que se alejan de la oscuridad de Daegon, para adentrarse en la oscuridad pura, se ven sumidos en un ente casi corpóreo. Un ser que percibe sus emociones y se ve afectado por ellas, que responde ante esta agresión de una manera instintiva. Daña hasta consumir a quienes le tienen miedo y enloquece a quienes no con capaces de comprenderla o aceptarla.
En ocasiones la mente de aquellos que duermen viaja a través de su esencia sin control, y se puede llegar a dar el caso en el que no regrese jamás.
Los caminos en su interior tampoco son lineales. Al igual que sus hermanos, existe simultáneamente en todo tiempo y espacio, desde su interior se pueden percibir de manera difusa épocas distintas pero, si bien encontrar el camino de vuelta puede resultar arduo, salir de su masa en un tiempo distinto al que se ha entrado es una tarea imposible.

Namak que, antes del nacimiento del tiempo, personificaba la destrucción, pero también el renacimiento, transformación y cambio de estado, ahora es una realidad estéril y en continua expansión. En su interior nada existe salvo la desintegración de la vida en todas sus formas; los kurbun. Nada escapa de su ser salvo la desesperación y la no-vida. Con cada segundo, su esencia crece consumiendo lo que le rodea. Cuando no quede nada más por ser consumir, se colapsará sobre si misma poniendo fin a la existencia.

Tayshar personifica la chispa vital y la creación, el intelecto y la emoción. Es la realidad más cercana a la consciencia desde un punto de vista humano. Tanto es así, que gran parte de los seres a los que estos adoran como dioses, han surgido de la curiosidad y empatía que siente varios de los aspectos de Tayshar hacia ellos.

Kestra es estatismo y control, orden y equilibrio, lógica y estabilidad, certeza y conocimiento, impasividad e imparcialidad. Aglutina los patrones en los que el hombre puede confiar, aquellos axiomas inmutables que rigen la realidad. Es en ocasiones aliado, en ocasiones nemesis ante la aleatoriedad y las contradicciones humanas.

Ytahc es cambio y crecimiento, adaptación y evolución, aleatoriedad e instinto. Es el más consciente de los poderes, y aquel a quien más vinculado está el hombre. Su consciencia, al igual que la de Tayshar, está ligada al tiempo y es capaz de percibir su paso y saber el momento en el que este finalizará.
Es gracias a él que la realidad no se colapsa. Se adapta para corregir las deficiencias de los demás, siendo, en su naturaleza contradictoria, el punto de equilibrio cambiante sobre el que se asienta la existencia. Su consciencia está ubicada allí donde se encuentran las fallas críticas del cuerpo cósmico. Daegon se haya situado en el punto de equilibrio que evita que se colapse la realidad que sustenta sobre sus espaldas.

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Elecciones y consecuencias

Elecciones y consecuencias
Con su primer acto fortuito e involuntario tras despertar a la consciencia, El Todo, Avjaal, causó su fragmentación, dando origen a los poderes primarios. Los conceptos sobre los que se basa la existencia.
Cuando el poder de Namak creció de tal manera que le permitió disputar su estatus como entidad suprema, con la primera reacción instintiva de Avjaal, el dar muerte a su rival, se generaron las primeras consecuencias de aquella nueva realidad. El nacimiento de La Vida, El Tiempo y El Destructor.
Aquella obra cambiaba el todo de una manera única. El tiempo, apenas era una pequeña fracción de si mismo, la vida un leve destello, pero aquellas diminutas entidades copaban toda su atención. Su existencia era breve, pero la misma idea y concepto de la brevedad era algo que le fascinaba. Para su percepción, inmune al tiempo, ajena al “ya” y el “ahora”, existía y no existía. Una vez extinta, regresaba a su ser dejándole una sensación de anhelo y vacío, de tristeza por lo que ya no era.

Fue sólo tras contemplar a sus hijos con una mirada plenamente consciente, cuando tomó su primera elección meditada. Sólo tras conocer el tiempo y comprender la vida, tras realizar infinitos intentos fallidos, que aceptó que nunca podría repetir de manera intencionada aquella obra. Que comprendió que no podía eliminar uno de las partes que la componían sin afectar el resto del conjunto. Que renunció a todo lo que había sido para dar un atisbo de esperanza a aquella parte de sí mismo que ya no le pertenecía, que ya no era él.
Que se convirtió en una consecuencia.

Pero su mera inclusión dentro de su obra ya suponía un cambio para el conjunto. Un cambio intencionado pero no controlado o dirigido. Una alteración cuyas consecuencias se negó a conocer.
Los restos de su poder se esparcieron a lo largo del tiempo y cristalizaron bajo la forma de nuevas vidas esparcidas a lo largo del tiempo. Criaturas que no existían en el ciclo que había presenciado y cuyas acciones no había contemplado el tiempo. Seres con la capacidad de alterar su visión. De prolongar su existencia o precipitar su fin.
La destrucción no puede morir, no puede ser erradicada más que por ella misma. Sólo puede ser ralentizada. Ocupando su lugar en el nuevo centro de la creación. Allí donde termina toda vida, Avjaal espera y se prepara para la batalla final mientras trata de contener la expansión de su primera víctima.

Bajo esta nueva condición, Avjaal está ligado al tiempo y su devenir. Su consciencia se ve anclada al “ahora” y, ubicado en el mismo nivel de existencia que ellos, obtiene la perspectiva y la posibilidad de interactuar con sus hijos sin desvirtuar su existencia. De salvarlos o perecer y desvanecerse junto a ellos. De compartir su destino.
El cambio de escala lo complicaba todo. Percibe nuevos matices a los que antes no tenía acceso. Su nuevo tamaño le priva de la visión de conjunto, permitiéndole concentrarse en los detalles que originan los cambios.
A una escala más pequeña de la que se encuentran él y sus hijos directos, se encuentra el hombre. Una criatura más compleja y difícil de comprender. No puede llegar a interactuar con ellos de manera directa, pero estos sí que pueden llegar hasta sus dominios, ya sea tras el cambio de estado que supone la muerte para ellos, o mediante la manipulación de los conceptos primarios.

arcanus

Baal

Baal
El Destructor nació como una fuerza primaria. No era el relevo de la destrucción pura que fue Namak. Estaba impregnado por su esencia, sí, pero no se hallaba preso de las fuerzas que lo componían. Él era un aspecto nuevo y diferente de aquella nueva y diferente realidad. Mientras que la destrucción no poseía una única forma y función definida, él era uno y único. No tenía misión o intención, objetivo o compulsión, nada deseaba ni odiaba. En su naturaleza se encontraba la capacidad para tomar decisiones, sólo que aún no era consciente de ello. Él “era” y la destrucción, la cohorte informe que eran los restos de su padre, los kurbun, le rodeaba y acompañaba en su vagar errante.
Daegon comprendió esta verdad, y trató de despertar en Baal la comprensión sobre sus propios actos, pues supo que no era su enemigo ni deseaba mal alguno para ella o los suyos. Baal fue capaz de percibir la realidad bajo esta nuevo prisma. Gracias a ella comprendió la existencia, comprendió su lugar en el gran esquema, y comprendió el dolor.
El alumbramiento de la consciencia del destructor se vio afectado por la herida que le infligió Dayon. Con la muerte de Daegon, su maestra y guía en los caminos de la consciencia, antes de haber sido capaz de asimilar su nuevo estado, el dolor fue la primera sensación que experimentó plenamente su recién nacida mente. La primera que comprendió por sí mismo y la que impregnó de manera indivisible sus relación con el mundo de los sentidos.

El dolor le llevó en un primer instante a la locura, a la mera reacción instintiva, a tratar de acabar con aquello que le dañaba. Tratando de alejarse de todo y destruir aquella mente que le dañaba, aquella comprensión incompleta que sólo le proporcionaba sufrimiento. Pero su mente no puedo encontrar refugio o descanso en aquella demente lucha, sólo más dolor.
Finalmente, con el tiempo llegó la comprensión de su estado, pero no así la aceptación. La existencia era para él dolor. Su existencia y la de todo aquello que lo rodeaba. Una agonía que nada ni nadie parece capaz de atenuar. A partir de aquel momento en él sólo quedó espacio para un único objetivo y una fría y férrea determinación.

Baal, junto a sus hermanas, es uno de los entes primarios que da sentido a la realidad, uno de los tres pilares complementarios y opuestos sobre los que se sustenta el mecanismo del ciclo vital. Eterno como el tiempo o la vida, no puede morir hasta que el último vestigio del mosaico al que dan forma haya desaparecido. Hasta que el mismo tiempo se haya extinguido, hasta que la misma vida carezca de sentido, hasta que sólo quede la nada. Sólo entonces podrá volver a experimentar el descanso que otorga la no existencia.

Pero no puede destruir a sus hermanas, pues estas son eternas como él. Puede herirlas, como él fue herido, pero esto no le proporcionaría consuelo alguno. No las odia o envidia, su único deseo es regresar a su estado anterior. Que termine el dolor. Para alcanzar este objetivo, sabe que sólo existe una manera: Acabar con todo aquello que les da sentido. Destruir a aquellos que son capaces de percibirles y comprenderles como entidades.
Este es un objetivo que no puede realizar de manera directa. Estas criaturas existen en un nivel de realidad diferente al suyo. Las condiciones para que pueda interactuar con ellos rara vez se dan y se producen a una escala demasiado pequeña como para resultar determinantes para su objetivo.

Trató de destruir las fuentes a través de las que la vida se filtra al resto de niveles de existencia y fracasó en su intento, cuando estas fueron ocultadas más allá de su alcance directo.
Trató entonces de destruir toda comunicación entre los distintos niveles de realidad. Acabar con los mismos conceptos y los distintos aspectos de estos que los hombres adoraban como a dioses. Evitar que la vida continúe filtrándose hasta los niveles en los que adquiere forma y consciencia, pero fracasó de nuevo y, en esta ocasión, no sólo fue derrotado, sino que se le condenó a estar encerrado y encadenado hasta el fin de los tiempos.
Durante su encierro fue visitado por el tiempo quien, movida por la compasión hacia su hermano, le permitió contemplar en su rostro el momento en el que le llegaría el descanso. Le permitió contemplar como su influencia se iría filtrando hasta el mundo de los hombres. Como nacerían los seres conocidos como los “Condenados a vivir”. Como sería liberado de su cautiverio por ellos. Le permitió contemplar como la vencería y capturaría a ella. Como vendrían a rescatarla y sería el hijo del propio Baal, Annandarath, quien acabaría con su vida antes de ocuparía su lugar. Este conocimiento pese a no mitigar su dolor, sí que hizo más soportable la espera.

arcanus

Sakuradai

Sakuradai
El tiempo alberga toda la existencia en su interior. Su toque impregna a todos y cada uno de los entes que componen la realidad, ya sean estos conceptos o consecuencias. Pero, al mismo tiempo, no es inmune a la influencia de aquellos a quienes acoge en su seno.

La suya fue la primera consciencia en despertar. Una consciencia primaria y dispersa, carente de una compresión real sobre su papel en el gran esquema, su misma existencia o donde terminaba su propio ser y comenzaba el de aquellos con quienes entraba en contacto.
Esta consciencia despertó cuando el primero de los padres fue consciente de su presencia, aunque no así la extensión de su papel. Aquellos seres eran inmortales, pero no por ello ajenos al toque de la tejedora y su comprensión del universo fue ligada a la madurez y cristalización de un nuevo ser híbrido de ambas fuerzas. Del aspecto del tiempo conocido como Sakuradai.
La tejedora es un ser con una consciencia similar a la humana. Sus “sentidos” pueden percibir toda la extensión del cuerpo del tiempo,pero su consciencia no es capaz de moverse a través de ese cuerpo. Está ligada al “Ahora”.
Para sus sentidos la existencia es un instante. El momento del nacimiento de todo y el de su fin son el mismo. Todo ha acabado ya. Para su consciencia y su cordura, el único curso de acción es la inacción Para sus sentidos, sus acciones ya han sido realizadas y ha presenciado las consecuencias de estas. Para su consciencia sólo queda el auto engaño, la esperanza de que lo que ha percibido sólo sea un espejismo.

Sakuradai existe a media camino entre las realidades principales. Es por esto, que su hogar es accesible desde todos ellos. Al igual que sucede con Tagerboh, la tierra de los sueños, sus dominios son unos de los lugares de paso para aquellos que pretenden alcanzar otros niveles de existencia. Ambos se encuentran “al otro lado” de la masa corpórea de Enai. Un pequeña atisbo de luz en medio del camino de la oscuridad, un descanso antes de continuar el viaje.
Los sentidos del viajero, poseídos por en su afán por dar un coherencia a lo que le rodea, “llenan” los huecos de aquello que su mente no está preparada para comprender. Es por esto que percibe a Sakuradai como una figura encapuchada. Bajo su capa se puede adivinar la forma etérea de una mujer. Su rostro, siempre cubierto por las sobras que proyecta su manto, mira hacia el suelo. Sus labios, lo único que puede verse de su semblante, denotan soledad y tristeza.
Aquel que contempla esta figura sabe lo que se encuentra más allá de la capucha: El espejo en el que contemplará su futuro.
Pasar por los dominios de la tejedora tiene su riesgo. Contemplar su rostro, dejar que la curiosidad te domine, suele acabar en locura. En un instante contemplas que que fuiste y serás. Eres golpeado por tus errores y, levemente, acariciado por tus aciertos, para finalizar contemplando el momento de tu muerte.

Allí llegó Dietmann Hotz desafiante y poseído por la soberbia proclamando que sería el último hombre en desaparecer de la existencia y contempló horrorizado que su vaticinio era cierto. Allí encontró sus únicos momentos de paz El Destructor. En aquel lugar se negó a contemplar su futuro Arcanus. Él creaba su propio camino, conocer lo que sería era irrelevante. Sus acciones estaban meditadas, sus decisiones se atenían a razonamientos. Haría que lo que tenía que hacer y nada cambiaría aquello. Hasta aquel lugar llegó Morisato III de Shinzay, y lo cambió todo para siempre.

Morisato era un hijo del pacto. Alguien que no existía a los ojos de la tejedora hasta el momento que lo tuvo frente a ella. Alguien a quien no había contemplado nacer o morir, la demostración de que sus sentidos no lo contemplaban todo. La muestra viva de que existe la incertidumbre, de que era posible la esperanza.
Morisato contemplo ante sí el rostro de una hermosa mujer. Una criatura que sólo parecía conocer el sufrimiento. Tratando de consolar aquella expresión de eterna tristeza rozó su mejilla con la mano y, de aquel contacto, la misma realidad se convulsionó. Las sendas del tiempo se alteraron durante un instante, sólo para solidificarse en un nuevo futuro.
De aquel contacto nacieron dos nuevos seres; Shinkahe y Xanae, pero ellos, al contrario que su padre, sí que quedaron ligados a aquel nuevo futuro.
Lo primero que contemplaron ambos fue el rostro de su madre. Shinkage contempló una vida llena de dolor, una existencia repleta de errores que terminaba en una muerte en soledad. Aquella primera visión lo llevó a la locura y la demencia. Odiando a aquellos que le habían dado vida desapareció deseando no haber nacido jamás, pero eterno como su madre. No podría morir hasta que ella desapareciese y aquel se convirtió en su objetivo vital.
Xanae también contempló una vida de sufrimiento, pero de su madre heredó la esperanza. La esperanza de que hubiera más como su padre. Seres capaces de cambiar lo que sería. Capaces de sanar a su hermano. Pero, al mismo tiempo, comprendió que la esperanza era un arma de doble filo. Su misma existencia era la demostración de que no todo cambio implicaba algo mejor.

Muchos más hombres visitaron el hogar de la tejedora. Unos de manera astral, otros de manera física, pero ninguno que ella no hubiera visto antes. Ninguno hasta Samón.
Samón, que la liberó del Destructor. Samón que provocó un nuevo cambio en el cuerpo del tiempo. Samón que le negó la paz y el descanso a Baal, provocando su salto definitivo a la desesperación.
Mientras el tiempo estaba cambiando, Baal atacó a su hermana, a la única que le había dado esperanza, a la que sentía que le había engañado con su vaticinio.
Lo imposible ha sucedido. Aquello que se trataba de evitar con la creación de los hijos del pacto se ha adelantado. El tiempo se muere.

arcanus

Layga

Layga
Layga es la fuerza que impulsa a las todas las criaturas vivas. Quien hace que crezcan y se muevan. No tiene una única forma o historia, sino todas las historias forman parte de su ser, sin por ello perder su propia consciencia. Es un ente mayor que la suma de todas las partes que la componen.
No es sólo la fuente de la que parte toda chispa vital y creativa, la madre de todo lo que siente, respira y crece, sino que toda vida, todo alumbramiento, todo sueño y acto de creación, permanece en permanente e indivisible comunión con ella.
Cada pérdida, cada muerte y cada lamento, son una porción de su esencia que se desvanece.

Ella es La Vida, es el “ahora”, el “ya”. De los hijos de Avjaal, Layga es la única que comprende el sacrificio de aquel de quien procede, pues ella no es sólo su hija. También es su compañera y su hermana. Su amiga y su confidente. El último de los aspectos en desligarse del “Todo” antes del inicio de los tiempos. El último vestigio de quien dio origen a toda existencia antes de convertirse en el final de todas las cosas.
Ella fue la primera consecuencia en tomar consciencia de sí misma. Una consciencia que despertó en el momento el el que se producía el primer nacimiento de un ser nuevo. Una consciencia que es un reflejo de la del hombre. La consciencia de la que originan los dioses.
Layga es lucha y superación. Supervivencia y evolución. Pasión e inconformismo. Amor e inspiración. Aliento y esperanza.

Al contrario que Avjaal, Layga nació con la bendición de no conocer los hechos futuros. De no conocer la extensión de todo su ser. Sabe de la lucha que vendrá, sabe del inevitable final, pero es libre para decidir los pasos que tomará. Estos no estarán condicionados por la el previo conocimiento del resultado.
Desde el principio ha estado al lado de su compañero, ayudándole a soportar su carga, dándole esperanza y ánimo. Si Avjaal es principio y fin, el mismo punto contemplado desde posiciones opuestas, ella es el punto de desde el que se observa. El lugar sobre el que se gira para apreciar el conjunto. La perspectiva.

La suya es la esencia que más mitos ha despertado, en ocasiones mezclándola con otros conceptos, en ocasiones ensalzando sólo una de sus virtudes. Durante el enfrentamiento contra El Destructor, su hijo y hermano, todas estas fuerzas se unieron de nuevo en una sola para el combate en el que Baal fue detenido y encerrado, pero su consciencia fue herida y, un fragmento de ella, su memoria, cayó en el mundo material.
Durante milenios vagó sobre Daegon como una mujer más, sin saber quien era y dejando desprotegidos y sin su cobijo a los suyos. Durante ese tiempo el mundo fue un lugar mucho más oscuro y carente de ilusión. El caldo de cultivo idóneo para el surgimiento de monstruos de toda clase. Criaturas carentes de empatía o humanidad. La puerta a través de la que muchos kurbun entraron a este nivel de realidad y se convirtieron en algo distinto.
Tuvo que ser una desgracia, bajo la forma de una pérdida traumática, lo que recordó a Layga quien era y devolvió a la creación su luz. Pero esta era una luz distinta. No había tanta esperanza y determinación en ella.
Aquel nuevo ser conocía la duda y había experimentado el dolor como ninguno de los conceptos o consecuencias había conocido. Como ningún otro había conocido, salvo Baal.
De esta manera, la esencia de Layga quedó dividida. Su misión estaba clara y su convicción también. Aquello no había cambiado. Pero su perspectiva había cambiado. Comenzaba a contemplar con nuevos ojos a quien había hecho daño. A quien, pese a ser parte de ella, pese a amarlo como a su padre y a su hermana, pese a amarlo como amaba a todo ser capaz de sentir, no se había preocupado en comprender.

arcanus

El hombre

El hombre
El mundo al que sus habitantes llaman Daegon es el máximo ejemplo de lo que representan las consecuencias.
Surgido como resultado del puro azar, ni él ni sus habitantes han sido creados por ningún ente consciente, sino como una mera expresión híbrida de la mezcla y acumulación de los distintos aspectos que componen la existencia.
Su mera presencia y complejidad es un imán para los conceptos y consecuencias más sencillas que, pese a sentirse atraídos por las partes de ellos mismos que los componen, no son capaces de ubicarlos dentro de sus mismas esencias.

De todas las criaturas que habitan el mundo, es el hombre quien más curiosidad les genera. Quien más trata de comunicarse y empatizar con el todo que le rodea. Quien trata de comprender y manipular las energías primarias de las que surgió. Quien moldea con respecto a sus sentidos, tanto de manera consciente como inconsciente, todo aquello que siente y percibe a su alrededor.

Los elementos que componen al hombre son capaces de sobrevivir en cualquier nivel de realidad manteniendo inalterada su integridad como individuos. Pueden adaptarse a la vida en las distintas y diversas dimensiones que se han creado a partir de los roces y colisiones entre los conceptos, pero siempre siguen manteniendo su esencia primaria e individual.

La mente del hombre es la más poderosa de sus armas y la más temible de sus enemigas. Capaz como es de dar sentido a lo que lo rodea, o de rellenar los huecos de aquello que no entiende con sus temores e inseguridades.
A lo largo de sus diversas edades, el hombre ha sido el principal motor que ha movido el universo. Ha sido él quien ha causado los cambios más significativos sobre su propio entorno, y quien ha generado los eventos que han moldeado de manera más drástica la existencia en todos sus niveles.

Los padres dieron forma y sentido a los primeros conceptos y consecuencia con los que se encontraron, generando a su vez nuevas consecuencias. Ellos convirtieron a los guardianes en sus aliados y “humanizaron” al Destructor, otorgándole motivaciones y objetivo a lo que era una fuerza primaria, imparcial e indiferente a su presencia.
Ellos definieron y delimitaron lo que eran, así como también la forma en la que tanto ellos como, más adelante, sus hijos, se han relacionado y enfrentado a los kurbun o los jonudi. Ellos suscitaron la curiosidad de los conceptos de la que surgieron y continúan surgiendo los dioses, y la manera en la que interactuar con estos entes.

En su juventud, al igual que su hogar y el mismo tiempo, el hombre fue poderoso y sencillo. Inmune al roce de la tejedora, más imponentes de lo que son los mismos dioses en la actualidad. Pero, con cada nueva generación, con cada nuevo roce con el destructor y el universo que le rodea, a la par que su número aumentaba, su poder crudo ha ido menguando mientras su misma naturaleza se volvía cada vez más compleja. Ganando en comprensión, matices y sutilezas.
El mundo presente no está enclavado en una realidad joven y vibrante como aquella en el que nacieron los Padres, no es un mundo desafiante como aquel que gobernó la estirpe de Ailán. Es un mundo asediado y en declive. Un mundo agotado en el que apenas cabe la esperanza. Un mundo poblado por conceptos viejos y cansados que necesita de la chispa que sólo pueden proporcionarle vidas breves. Vidas nuevas e inocentes que no han perdido el espíritu combativo. Seres capaces de luchar aun cuando todo se sabe ya perdido.

Los híbridos

El hombre, a lo largo de las eras, ha interactuado con los poderes y sus consecuencias, en todos los niveles de existencia, de múltiples maneras. De esta interacción, de esta relación, a su vez se han generado nuevas consecuencias. Han surgido y se han definido nuevos poderes más concretos, poderes "menores", asequibles a la comprensión humana. La influencia del hombre en el "todo" es innegable, pero su naturaleza también se ha visto afectada por estas mismas relaciones. El hombre es hijo del cambio, moldeador de formas y conceptos y ni siquiera su propia naturaleza primaria está libre de esta máxima.

De cada viaje, de cada expedición, de cada contacto con resto de las realidades, con sus habitantes o sus axiomas, los viajeros han vuelto distintos. En muchas ocasiones no se trata de cambios perceptibles a simple vista, sino de alteraciones a un nivel más bajo. Se han dado casos también en los que el expedicionario jamás ha llegado a ser consciente de estos cambios, que se han mantenido ocultos en su legado genético hasta que algún evento fortuito lo despierta en alguno de sus descendientes.

Se han acuñado términos para tratar de catalogar a estos seres resultantes a partir de sus características comunes ignorando, muchas veces de manera deliberada, sus obvias diferencias. Se ha llamado Yunraeh a las criaturas resultantes de la hibridación del hombre con la oscuridad, Yr'Draag a aquellos fruto del mestizaje con los Mayane Undalath, Jo'Na'Ryum a aquellos resultantes de la adaptación de los hijo de Ailán tras su exilio al seno de Namak, Kesari, Talen y Kiranu a los que han regresado desde los dominios del orden puro, Haeg o Tarnaq a aquellos tocados por los entes conocidos como Haesh y Taranaqu, Nivar a quienes fueron traídos hasta Daegon por los exploradores que viajaron hasta otros mundos en la Sartais, Kayain a los descendientes del linaje de dioses y hombres.
Se les ha llamado monstruos o aberraciones a todos ellos, se les ha denominado extraños, pero todos estos apelativos son injustos y baldíos. Estas categorizaciones y quienes las han llevado a cabo no han sido capaces de llegar hasta el fondo real de la pregunta.

No hay dos hombres o mujeres iguales. Ya sea en sus capacidades físicas o intelectuales, en su sensibilidad, empatía o aflicción, su en su capacidad para percibir, comprender o interactuar con su entorno, cada uno de ellos es único.
A estos "híbridos" se les ha tillado de ser tanto de menos que, como más que humanos. También se les ha acusado de ser "inhumanos", de ser "otra cosa" de ser algo peligroso, algo dañino, algo "antinatural", pero tales calificativos también son erróneos.
De poder decirse algo cierto sobre ellos, algo que todos compartan, esta verdad sería que se trata de la máxima expresión de lo que significa la humanidad, la máxima expresión de su capacidad de lucha, su capacidad de adaptación y superación.
Ni más ni menos, ni mejores ni peores. Suma y cambio, mezcla y evolución resultante de todos los conceptos y consecuencias. De todo aquello cuanto tocan y por lo que son tocados. Sólo distintos, sólo únicos, sólo humanos.

arcanus

Los Mayane Undalath

Los Mayane Undalath
Los Guardianes de Ytahc nacieron como un acto reflejo ante lo que estaba por venir. Surgieron del interior de su padre fruto del miedo generado por el conocimiento del porvenir. De la angustia provocada por la espera.
Son la única de las criaturas aparecidas sobre Daegon surgidas de manera intencionada. La única creada con una misión. Luchar contra los aspectos del enemigo que pudieran filtrarse hasta plano material. Su cuerpo, sus sentidos y su mente en constante cambio. Capaces de adquirir cualquier forma, de percibir en todo el espectro, de analizar y comprender lo que les rodea, de canalizar el instinto y la ira por encima del dolor o el miedo. Capaces de adaptarse a todo aquello que se encuentren en su camino y combatir hasta el final de los tiempos.
Forjados en las entrañas de la misma entropía primaria, nacieron al mundo surgidos de la piedra y el fuego, a través de los siete picos, esperando un mundo hostil, pero encontrando uno vibrante de vida. El enemigo aún no había llegado dándoles tiempo para conocer aquello por lo que iban a luchar y morir. La paz, la curiosidad, el descubrimiento y el viaje fueron las primeras experiencias a las que se adaptaron. Su imposibilidad para crear vida por ellos mismos, de reproducirse, la más dura lección que tuvieron que aprender y aceptar. Su primera derrota. Ellos habían sido creados para el combate.
Pese al dolor, sabían que así tenía que ser. Pese a la envidia, no había odio hacia sus protegidos o su padre. Ellos comprendían, habían sido creados para hacerlo, pero la comprensión no hacía más llevadera la desazón.
Muchos de ellos, desolados ante este descubrimiento, decidieron regresar al seno de su padre bajo la promesa de volver cuando se produjera la llegada del enemigo. Otros abandonaron Daegon y recorrieron el cosmos pues sabían que quedaban muchas respuestas aún por ser respondidas y la curiosidad aplacaba levemente su desolación y su sentimiento de inferioridad con respecto al resto de seres vivos.

Esperando la llegada del enemigo se quedaron los primeros nacidos de cada uno de los picos conviviendo con el hombre, asumiendo su misma forma y aprendiendo los unos de los otros. Forjando armas y alianzas, preparando defensas y estrategias contra el enemigo que llegaría. Soprendiéndose de sus similitudes y diferencias, descubriendo que, si bien no podían crear nuevos guardianes, sí que podían alumbrar nueva vida fundiéndose con ellos; los Yr'Draag.

Finalmente, el enemigo llegó. Más poderoso de lo que nunca hubieran imaginado. Los guardianes durmientes despertaron y aquellos que habían partido y se habían asentado en otros mundos trataron de defender sus nuevos hogares, pero fracasaron.
Pero más dolorosa que la derrota o fracaso era la sensación de impotencia. Estaban preparados para morir. Habían sido creados para ellos. El dolor por la pérdida de sus hermanos era grande, pero el que les producía el último adiós, aquellos que habían nacido para proteger, de aquellos a los que habían llegado a amar, era inconmensurable.
La salvación llegó bajo la forma de una Yr'Draag, Daegon y la condenación final de la mano de otro de ellos, Dayon. El enemigo había sido expulsado, pero el mundo había cambiado de manera irreversible, como también cambió el hombre y su relación con los guardianes.
Aquellos hombres junto a los que habían luchado, los padres de la humanidad, habían muerto en la contienda y sus hijos, y los hijos de estos envejecían, morían y olvidaban, pero ellos no envejecían ni olvidaban.

Con el tiempo, el enemigo regresó en dos ocasiones y, para ambas batallas, los guardianes volvieron a ser despertados por los supervivientes más ancianos de cada uno de los siete picos. Siempre alerta, siempre vigilantes. Cuidando a los hombres desde la distancia, desde las leyendas.

arcanus

Los Kurbun

Los Kurbun
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Carentes de forma, sustancia o materia, de motivo, ambición o deseo, los kurbun surcan todos los niveles de la existencia propagando el legado de Namak, su padre. Durante mucho tiempo siguieron al Destructor, no como acto consciente o intencionado, sino como hojas mecidas por los vientos del azar. Si definimos a una criatura por lo que hace, si los catalogamos por sus actos y motivaciones, ellos no pueden ser juzgados.
No “hacen”, no “actúan”, la destrucción es una consecuencia de su mera cercanía. No buscan justificaciones de ninguna clase para su presencia, al igual que no obtienen placer alguno o sienten el más mínimo remordimiento por los resultados de la misma. No conocen la urgencia o la necesidad, la desesperación o el ansia. Baal es El Destructor, pero ellos son la destrucción. El mismo apelativo de seres vivos resulta artificioso cuando se utiliza para referirse a los kurbun; Los asesinos de dioses.

Pero esta máxima no está exenta de excepciones. Una condición bajo la que la que algo o alguien puede sobrevivir al encuentro con uno de ellos, y esta es la capacidad de ese ser para crear a su vez destrucción. Las armas sobreviven a su paso, al igual que aquellos cuyas acciones en el futuro causarán más destrucción que creación, aquellos que quitarán más vidas que las que serán salvadas por sus actos o las consecuencias de los mismos. Vano consuelo pues, de una u otra manera, quien les sobrevive queda igualmente maldito.

No existe ley o balanza cósmica que dictamine que, en un enfrentamiento, ambas partes tengan una posibilidad real de salir victoriosas. En un combate, siempre grana la destrucción. No importa el esfuerzo, no importa el valor, no importa la implicación. Quien se enfrenta a los kurbun está condenado.
Así fue desde el principio de los tiempos. Así fue hasta que su camino se cruzó con el del hombre.

En su primer advenimiento junto a Baal sobre Daegon, los padres de los hombres sufrieron su presencia como nunca ha vuelto a experimentarla la humanidad. Sus mentes, incapaces de percibir o comprender al enemigo, trataban de dar forma a aquello que les atacaba, formas surgidas de unas mentes poseídas por el miedos y atenazadas pro el dolor. Cada uno de ellos percibía aquello que más temía, pero tenía un enemigo real. Alguien contra quien enfrentarse. Pocos fueron los que lograron imponerse sobre el temor hasta llegar a comprender a qué se enfrentaban. Menos aún quienes sobrevivieron para transmitir aquel conocimiento.

La única manera de “vencerles” es abstraerse completamente de todo lo que presagia su presencia. Imponerse al dolor y al temor. A la ira y el odio, es por esto que, en origen, los guardianes resultaron ineficaces contra el enemigo.
Es necesario arrinconar todas esas emociones hasta un nivel subconsciente y no permitir que afloren. Arrebatarles aquello que les da sentido. En ese caso sólo queda un rival a batir. El kurbun se convierte así en algo comprensible, algo combatible, algo humano. Una hombre de expresión gélida e indiferente, pero no por ello menos peligroso o temible. No se trata tanto de una lucha física como de una de voluntades. Es el kurbun quien se rebela contra el cambio al que se le ha sometido, contra esa limitación que se la ha impuesto, el que se ve forzado a “actuar” a tomar decisiones, a elegir.

A la largo de la historia también se han dado casos en los que el sufrimiento causado a un individuo ha sido tal, que ha rebasado los límites humanos llegado a afectar al propio kurbun. Así sucedió con Kenrath, lo que provocó que la consciencia de sí mismo surgiera en Shaedon, el primer nacido de entre los kurbun. Este, actuando contra natura, acabó con la vida y el sufrimiento de su enemigo como su primera acción electa, privando con ello al mundo de la fuerza destructora que había creado al arrebatarle todo cuanto amaba.

Cuando las acciones de Baal obtuvieron un objetivo, los kurbun le abandonaron. Ya no estaba en sintonía con ellos, pues la destrucción del todo no es su misión, sólo su ser.

Tras la partida del Destructor, el resto de los poderes erigieron una barrera que impedía que los kurbun accedan al de existencia en el que habita el hombre como lo hicieron en su primera llegada. Después de esto, sólo llega hasta Daegon una leve sombra de su esencia que puede adquirir cientos de formas. Desde la de los desastres naturales hasta la de epidemias epidemias, desde las plagas hasta la misma locura. Pero esta barrera se erosiona con cada nueva llegada fortuita del enemigo y, en ocasiones, se llegan a filtrar aspectos mayores de alguno de ellos.
Estos aspectos, desligados del resto de sus hermanos, son más susceptibles a la influencia del hombre. En ocasiones son asumidos por huéspedes lo suficientemente poderosos como para no ser desintegrados por su mero contacto, creando con ello nuevos seres híbridos y únicos.
Una vez que la unión se ha formalizado ya quedan ligados por toda la eternidad. Algunos se han aliado con la humanidad, ya sea por altruismo o deseo de supervivencia, mientras que otros sólo quieren que todo termine y volver a su estado original.
El hombre ha tratado de catalogar a estos seres, de agruparlos, describirlos y definirlos en diferentes castas, tratando de encontrar un patrón en su manera de actuar o sus capacidades. Les han dado nombres como Darek; Los que Reinan o Karesh; Las que Dominan, Malesk; Los que Destruyen o Heid; Los que Transforman, Shaik; Los que Acechan o Thaigen; Los que Luchan y muchos más, pero cada uno de estos criaturas no tiene parangón o similitud con el resto.

arcanus

Los Jonudi

Los Jonudi
Enai, la oscuridad, es una criatura empática y sintiente. Una entidad casi consciente que reacciona ante aquellos que la contemplan o se adentran en alguna de sus proyecciones.
Cuando Baal y sus huestes atravesaron su cuerpo por primera vez, la esencia de Enai quedó fragmentada y su consciencia herida. De allí surgieron los enemigos invisibles del hombre que se unieron a la lúgubre comitiva del Destructor, pero no todas los seres resultantes de de aquel contacto abandonaron la materia que formaba el cuerpo de su madre.
Una de las partes en las que se dividió la oscuridad se alejó de su yo primario, acercándose y solidificándose cerca del nivel de realidad del hombre, convirtiéndose en el lugar llamado Nusureh. Una dimensión fruto de la confluencia entre las naturalezas de Enai e Ytahc. Un lugar en el que el cambio y la sombra convergen. El lugar en el que tomó consciencia de sí mismo un nuevo ser, alguien cuyo primer acto como ser consciente y complejo fue el de darse un nombre; Shaen'Tayd'Hanrath. Poco tiempo después de aquello, la consciencia se propagaría a lo largo de todo Nusureh dando como resultado al nacimiento de una nueva especie, la de los jonudi.

Los jonudi estudiaron su alrededor y trataron de comprenderlo. Una vez hecho esto, trataron de estudiar y comprender también lo que había más allá de sus muros. En la memoria que compartían de los tiempos en que fueron uno con Enai recordaron el contacto del Destructor y los suyos, por lo que permanecieron ocultos y precavidos ante las criaturas que descubrían. De los seres que vivían y se nutrían de la luz que a ellos les dañaba. No fue hasta que un hombre, Nityl, descubrió la existencia de Nusureh, que se dieron a conocer ante aquellos seres.
Pero eran demasiado distintos para ser capaces de comunicarse de una manera efectiva desde un primer momento. Ambas especies interpretaron los acercamientos por parte del otro como un ataque y como a tal reaccionaron.
Los jonudi no tenían lenguaje ni eran capaces de emitir sonidos comprensibles para el hombre. El contacto físico que usaban para intentar comunicarse con ellos les dañaba.
A su vez, los jonudi se veían dañados por la luz que usaba el hombre para tratar de percibirlos y “comprenderles” y se defendieron de una manera instintiva, asumiendo formas sacadas de los miedos de sus interlocutores.
Hubo guerra. Un largo conflicto nacido de la escasa compresión que tenían los unos de los otros, pero que, al menos de una manera parcial, serviría para que se comprendieran un poco más. Pero el hombre tenía más experiencia que ellos en la guerra y lograron construir un arma, El Anillo, contra la que no pudieron hacer nada.
Los jonudi supieron que no podrían ganar poco antes de que fuese demasiado tarde para ellos y se retiraron cerrando los accesos hasta su hogar. Pero su hogar ya no era tal cosa.
Según su individualidad se iba haciendo más presente, el lugar que del que surgieron se les hacía más hostil. El inconsciente de Nusureh luchaba contra ellos. Quería que todos volvieran a ser uno. La oscuridad no está hecha para ser percibida de miles de formas distintas.

Con el tiempo, algunos volvieron de manera individual, colaborando en ocasiones con el hombre, dañándolo en otras. Mientras tanto, en Nusureh, las diferencias entre ambas especies se iban difuminando aún más. Se crearon los Tar'Kiriz, los “Lugares de reunión” y el Nûru'Katézilen el “Camino negro” que las une.
Los eruditos jonudi durante la guerra crearon también su propia ciencia. En la órbita de Daegon situaron las kalaash las “Fortalezas en las estrellas” siempre a cubierto del sol por la sombre del propio mundo.
Los más audaces de cuantos quedaban, el pueblo de Shaen'Tau'Hye, tardaron más de cuatro milenios en volver a la superficie para tratar de de tomar al asalto la isla continente de Norotgard. Su misión no resultó exitosa, pero los norteños tampoco lograron expulsarlos de los territorios que lograron conquistar.
Mil años después se lanzó el siguiente gran ataque. En esta ocasión fue una alianza de siete de las comunidades jonudi la que emergió. Sus ciudadelas surgieron de los suelos de Naltor, Baern, Goord, Harst, Saliria, Menetia, y Werela en un ataque para el que ninguna de aquellas naciones estaba preparada. Pero el plan que tenían aquellos jonudi era más audaz que el de la conquista de unos simples territorios. Durante todo aquel tiempos sus científicos habían estado desarrollando al que sería su dios, su ser superior; El Taj'Lei'Gobeh.

Los hombres sobre los que ejercían control desde la oscuridad, los yunraeh, tenían el mismo problema que ellos. Cuanto más profundo era el control, más dañados se veían por la luz. Sus propias filas eran limitadas y en su naturaleza no estaba la capacidad para aumentar su número.
Sabían que, con el tiempo, acabarían siendo derrotados y expulsado de nuevo por la simple cuestión del puro número. Aquel nuevo ser no sólo les permitiría reproducirse, sino que les permitiría existir más allá de los domos de sus ciudadelas. Pero necesitaban tiempo para que aquel nuevo ser se adaptara a aquel nuevo mundo el que ellos tenían que habitar. El tiempo se les terminaba, y no estaban dispuestos a desaparecer como aquellos que se habían quedado en Nusureh, o a confiar en los hombres como aquellos que mantenían trato con ellos. Sólo estaban dispuestos a poner su destino en sus propias manos.
Nuevamente fueron expulsados. El anillo, tras cinco milenios en el olvido, volvió a activarse y destruyó sus cúpulas. El Taj'Lei'Gobeh desapareció, perdido entre las dimensiones antes de ser completamente funcional.
Derrotados, los supervivientes regresaron a Nusureh. Algunos de ellos se rindieron, y volvieron a ser uno con la oscuridad, otros aún resisten en esa lucha, un pequeño grupo espera el regreso del Taj'Lei'Gobeh.

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Los "dioses"

Los "dioses"
Los entes a los que, en la actualidad, el hombre adora como dioses son, a su vez, consecuencias de la existencia del mismo hombre. Pero no se trata de creaciones directas de estos, como han afirmado a lo largo de la historia algunos teóricos, sino eventos fortuitos como fuese el mismo hombre en su nacimiento. Fragmentos de los distintos poderes que han adquirido una consciencia de si mismos y se han alejado de la masa conceptual que los albergaba, convirtiéndose con esa primera acción, en ocasiones intencionada, en ocasiones instintiva, en seres nuevos y complejos. Criaturas con una consciencia similar a la humana, una consciencia, sensibilidad y necesidades despertadas por la influencia del hombre sobre todo aquello que le rodea. Movidos, al igual que aquellos de quienes eran una imagen distorsionada, por emociones como la curiosidad o el deseo, la ambición o el miedo, la compasión o el amor. Por la necesidad de encontrar a otros como ellos mismos.
Pero ellos, pese a sus múltiples similitudes, eran distintos. Distintos al hombre y distintos al resto de aquellas nuevas criaturas. Ellos no eran una especie en sí mismos, no tenían un grupo a quienes llamar sus iguales. Cada uno de ellos era único en forma y concepto, en naturaleza y poder. Cada uno nacido en un momento diferente del tiempo por una combinación de factores fortuitos diferentes.
Cuanto más se alejaban, cuanto más tiempo permanecían separados del poder del que se habían desprendido, más complejo les resultaba regresar a él. Habitando las zonas intermedias entre las realidades sin pertenecer a ninguno de sus niveles de existencia. Atraídos de igual forma por ambos.
Algunos de ellos no fueron capaces de soportar aquella nueva existencia y regresaron (y regresan) al seno del que han partido. Otros tardan demasiado en darse comprender o aceptar este hecho, convirtiéndose esta existencia en una prisión. En una tortura que los transforma en criaturas amargadas. Deseando y esperando que llegue el fin.
Otros disfrutan de esta nueva existencia así como de la libertad, posibilidades y soledad que ella implica. Observando, investigando y tratando de comprender todo lo que les rodea, pese a permanecer distantes y ajenos ante gran parte de los eventos que estudian.

Pero estas actitudes no dejan de ser excepciones dentro del conjunto de factores comunes que comparten gran parte de estos seres únicos.
Si bien no es el centro de su atención, sí que es cierto que los dioses tienden a profesar unas profundas sintonía, empatía y curiosidad para con el hombre.
Pese a que sus consciencias son muy similares, sus maneras de percibir y comprender la vida, el mundo, el tiempo y la misma existencia difieren enormemente. Su punto de partida, el poder al que un día pertenecieron, condiciona la manera en la que se relaciona con su entorno. Aunque, si bien no pueden cambiar este inicio, son sus experiencias las que van moldeando y definiendo en mayor medida esa relación.

En ocasiones, cuando un hombre sintoniza de manera especial con su esencia específica, con su percepción de la realidad, con aquel aspecto concreto que representan dentro del conjunto del “todo”, dentro del concepto o conceptos del que se desprendieron, pueden hacer de puente entre este individuo y esa fuerza primaria. Rara vez se trata de algo intencionado o meramente consciente por parte del “dios”, ya que el tiempo de existencia individual de un solo hombre es apenas perceptible para ellos.
Esto no fue así en los tiempos de los padres de los hombres, cuando las esencias y poder de ambos se encontraban más igualadas y cada uno definía el nivel de realidad en el que existía.
En aquellos tiempos algunos dioses, movidos por la curiosidad, llegaron a atravesar el velo que separa las realidades y caminar sobre Daegon bajo formas humanas. Cuando combatieron, vivieron, amaron y murieron junto a ellos.
Fue entonces cuando descubrieron que, al igual que les sucedía con el lugar que eran los conceptos que les originaron, cuanto más tiempo permanecían lejos del nivel de existencia en el que habían nacido, más complicado les resultaba regresar. No sólo esto sino que, cuanto más tiempo permanecían en Daegon más cambiaban hasta convertirse en algo “diferente”. Hasta convertirse en otro ser a todos los niveles. La decisión de regresar a su antigua existencia fue una que pocos tomaron, pero la elección de aquellos que decidieron quedarse llenó de dudas, incertidumbre y cierto temor a perder su singularidad a gran parte de los que no habían participado de aquella experiencia.

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Paises

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Bra’Em’Kyg

Bra’Em’Kyg
Cientos de cantares han proclamado que el tiempo, el hado o los poderes que moran más allá de lo meramente material no han tratado bien a Bra’Em’Kyg.
Por más que a lo largo de sus casi dos milenios de existencia esta nación ha sido conocida bajo distintos nombres, no han sido estos apelativo los que han ido moldeando y definiendo a las distintas culturas que han poblado sus territorios. Los adjetivos que se han utilizado para referirse a ellos han sido la plasmación de cómo han sido percibidos por quienes se encuentran más allá de sus fronteras. Por quienes, desde la lejanía, han sido testigos externos de sus tragedias o se han visto beneficiados por su altruismo.
Pero, por más que los principios sobre los que se basó la construcción de esta nación fuesen la apertura y la aceptación, su propia evolución y la manera en la que han sido conocidos han venido forzadas en gran medida por distintos sucesos sobre los que no han tenido control alguno que, pese a estar separados por siglos, han quedado marcados en la manera de ser de las siguientes generaciones.
Por más fortuitos que hayan sido estos eventos que les han obligado a reinventarse y reconstruirse una y otra vez a lo largo de los siglos, su capacidad de adaptación y superación les ha granjeado el temor, la compasión y admiración de quienes les rodean.

Esto no quiere decir que cuando ha reinado la normalidad los distintos pueblos que han compuesto Bra’Em’Kyg se hayan encontrado libres de conflictos. La misma estructura bajo la que conviven los diferentes culturas que la han habitado, al igual que la apertura y altos niveles de tolerancia por todas las partes que esto requiere, les ha hecho proclives a ellos.
Por otro lado, su cercanía a la belicosa Naltor al igual que lo complicado de su relación con Menetia, tanto durante los últimos días del imperio como con la posterior república, han sido una fuente de enfrentamientos de los que, si bien siempre han logrado salir airosos, no siempre lo han hecho indemnes. La mayor fuente de cambios no han sido estos conflictos con entidades externas, sino que estas han venido dadas en gran medida por las disensiones internas. Una sucesión casi constantes de enfrentamientos cuya suerte siempre ha sido más dispar.

Con el transcurrir del tiempo, los distintos gobernantes que han guiado su camino han tratado de moldear la historia de acuerdo a sus intereses, pero la memoria del pueblo siempre ha perdurado a través de las distintas tradiciones.
Esto no ha impedido que algunos de estos líderes hayan sido capaces de imponer “su verdad”, ya se haya basado esta en hechos probados o en la mentira, sobre lo que siempre ha sido transmitido por el pueblo. De la misma manera, estos intentos por rescribir el pasado nunca han logrado su objetivo de una forma absoluta. La historia anterior, de manera independiente a su veracidad o falta de la misma, jamás ha podido ser borrada por completo.

Esta apropiación de los hechos del pasado no siempre han sido potestad exclusiva del poder político, sino que tanto la nobleza como la iglesia también han tratado de realizar un uso extensivo de ella. Como uno de los ejemplos más significativos de esta tendencia, tras el descubrimiento en el año 561 de los restos de Anarath, el uso del mismo que realizó la iglesia le granjeó al mismo tiempo la cesión de los territorios de Mystaler, mientras daba nuevos argumentos a ciertos sectores de Menetia para reafirmar su animosidad contra Bra’Em’Kyg. Una animosidad que desembocó en un nuevo enfrentamiento bélico entre ellos.

Los grandes grupos de poder e intereses que existen en toda nación no sólo no se encuentran ausentes en Bra’Em’Kyg, sino que casi todos ellos se encuentra multiplicado por cada una de las culturas de su interior.
Si bien estamentos como el Iluma o el ejército regular son entidades controladas por el Cinrath Yotunen, cada una de ellas tiene su propia nobleza, ideólogos, políticos y guías espirituales.
De cualquier manera, si bien es cierto que todo esto ha marcado enormemente a Bra’Em’Kyg como concepto y entidad aglutinadora de pueblos y culturas, a su vez todas estas culturas se han visto influenciadas por la suma de todos sus integrantes. Pero si hay algo que ha forjado su carácter como colectivo y su imagen en el exterior, esto ha sido la fatalidad.

Los tres grandes momentos definitorios del pasado

Bra’Em’Kyg ha sido sometida y se ha recuperado de tres grandes desastres a lo largo de su historia. La naturaleza de los mismos ha sido dispar, pero sus repercusiones siempre han sido traumáticas, pero la manera en la que se han sobrepuesto a cada uno de ellos han hecho de ellos un pueblo temido y admirado a partes iguales.

Empezando por la colisión de varios restos de Sigma 3.0 en uno de los picos del monte Klawe en el año -23, y siguiendo con las repercusiones del solapamiento planar que aisló a la ciudad de Bakul y sus alrededores en el año 142, sumiendo a todos sus habitantes en la oscuridad durante una década, o al advenimiento de las llamadas “Nieve del olvido” que se propagaron por los territorios de la ciudad de Kâzalen y sus alrededores en el año 441, para permanecer allí durante casi una generación, estos hechos los han marcado de una manera inmensamente más profunda que sus conflictos internos.

La manera en la que se han enfrentado a cada uno de estos momentos definitorios, al igual que su respuesta ante las peticiones de ayuda cuando sucesos de unas características similares han sido padecidos por otros, han moldeado y condicionado también el desarrollo y consolidación de sus relaciones con los pueblos que les rodean. De la misma manera, a pesar de los cambios de las ideologías imperantes en cada uno de ellos, los vínculos forjados a partir de estos sucesos lo han hecho de una manera mucho más significativa que los derivados de cualquier acuerdo político.

Asimismo, de cada uno de ellos salieron reforzados. El conocimiento adquirido gracias al estudio de estos fenómenos ha supuesto una mejora su comprensión de sus territorios. Esto los ha vuelto un pueblo más precavido pero no por ello amedrentado.
A pesar de que nunca han llegado a ser plenamente conscientes de las actividades llevadas a cabo desde dentro de su seno por parte de la tripulación de la Sigma, a través del Iluma se han beneficiado de las aportaciones que estas han acarreado.
De no ser por su intervención, con gran probabilidad la irracionalidad, la superstición y el misticismo habrían logrado hacerse con el control de las masas, pero gracias al prolongado tiempo que estas gentes pasaron entre ellos, el conocimiento en su gran variedad de aspectos se ha convertido en uno de los campos que más relevancia ha adquirido dentro de algunas de sus culturas.

El legado de la larga noche

En la actualidad los pueblos de Bra’Em’Kyg se encuentran sufriendo las consecuencia de la que ha sido la mayor de todas las catástrofes que jamás han padecido. Este desastre no ha afectado de igual manera a todas sus gentes, pero la manera en la que se han ido propagando sus diferentes ramificaciones ha hecho que todos se vean tocados por ella.

Por más que, en una primera instancia, la sombra que cubrió a una gran parte del noroeste continental no se situó sobre ellos, los sucesos derivados de ella finalmente sí que les han alcanzado.
El grueso del Garshed Jonural finalizó hace ya tres años y la extensión completa de cómo ha afectado a Daegon a todos los niveles aún están por ser descubiertas por todos aquellos que se han visto afectados por ella de una u otra manera. A pesar de que el tránsito del fragmento occidental de Nargión dejó de ser visible en los cielos de Daegon hace trece años, su regreso y consolidación en este nivel de existencia junto a Rayhosha y sus islas una década después dio comienzo a una serie de nuevos desastres que asolaron las costas occidentales de Daegon.

Lo inmenso de la extensión de los territorios retornados ha hecho que la escala real de los sucesos recientes no hayan podido ser comprendidos en su totalidad por los estudiosos. Dependiendo de la localización de cada uno de los afectados, hechos relacionados han sido interpretados como sucesos totalmente aislados y locales.
Así, mientras que en el noroeste continental se hablaba del Gishu Undokol o “El continente errante” que causó la “larga noche” que se ha prolongado durante las dos últimas décadas como algo que ya ha quedado atrás y sin ninguna relación con los eventos posteriores, los fragmentos de otras masas continentales y sus satélites que se situaron sobre zonas no habitadas han pasado totalmente desapercibidos.

Los territorios que abandonaron Daegon hace milenios se han regresado fragmentados trayendo junto a ellos nuevas entidades hasta esta realidad.
La gran mayoría de ellas se encuentran flotando sobre los océanos, ubicadas sobre emplazamientos hasta ahora desocupados.
Sólo una ínfima parte de ellos es visible desde los territorios habitados y, de estos, sólo Eladar, ubicada en la costa de Ashgurn, se encuentra habitada.
En el resto de ellas también existe vida pero, a pesar de su apariencia, pocos pueblos consideran a los descendientes de los hombres y mujeres que desaparecieron junto al continente humanos, y su manera de entender la existencia es algo completamente ajeno ante los ojos de las culturas de Daegon.

Pero no todos los territorios retornados permanecen alejados de la superficie terrestre. Algunos de ellos se han posado en la corteza terrestre y otros permanecen suspendidos a menor altura, con una parte de su masa parcialmente sumergida bajos las aguas.
La consolidación de los fragmentos de Nargión se ha producido de manera paulatina, y algunos de ellos han provocado desastres allí donde no habita la humanidad, pero la materialización de los territorios que rodeaban a Rayhosha han iniciado la cadena de sucesos que ha supuesto la condena de varias naciones del suroeste continental.
La llegada de estos islotes formando un arrecife donde nunca lo hubo ha desencadenado la inestabilidad de aquellas partes de la corteza submarina sobre la que se han posado.

Al contrario que lo sucedido con la gran masa continental cuya presencia se hizo visible desde el noroeste de Daegon durante décadas, el solapamiento de Rayhosha pasó casi inadvertido. Tanto la isla continente como el archipiélago que la acompañaba sólo fueron percibidos como una inmensa nube en la lejanía en las costas sureñas de Thurgorld durante un breve periodo de tiempo. Su extensión total no han podido ser aún determinados por los cartógrafos, y su tránsito tampoco pudo ser seguido por los navegantes. No ha sido hasta su descubrimiento reciente, años después de su llegada hasta el esta plano de realidad, que se han empezado a plantear las primeras teorías cercanas a la realidad del impacto y las repercusiones de su llegada.

Hasta el descubrimiento de su existencia, las teorías que se formularon acerca del desastre, muchas de las cuales siguen aún vigentes, han recorrido todo el espectro de lo racional, lo improbable y lo inverosímil. Estas teorías, en muchas ocasiones amparadas en distintos tipos de intereses, no sólo han dividido a la opinión pública de Bra’Em’Kyg, sino que también han sido el origen de conflictos con otras naciones.
Desde los sectores más reaccionarios de la iglesia menetiana se ha querido ver en la desgracia padecida por Bra’Em’Kyg y Naltor, así como que esta no haya llegado hasta sus costas, como una señal de castigo divino. Una señal para retomar la guerra santa.

Por otro lado, las teoría manejadas por parte de los estamentos científicos hasta el momento son diversas. Aquella que ha contado con una aceptación mayoritaria es la que achaca el desastre a dos grandes factores. Por un lado, el bagaje histórico de sucesos extraños en estos territorios ha sido el argumento sobre el que se han basado gran parte de estas teorías. En ellas se achaca a la lenta filtración de radiaciones de otros sustratos de existencia hasta los niveles inferiores de su masa continental un paulatino debilitamiento la misma.
Complementando estas teorías, y no demasiado lejos de la verdad, también se ha aducido que una parte del Gishu Undokol, quizás moviéndose fuera del alcance de la percepción humana en estos niveles subterráneos, haya sido el detonante que desencadenó la ruptura final de los territorios costeros más debilitados.

Dentro de este marco general de pensamiento, la división de opiniones acerca de las realidades originarias de estas radiaciones, o la manera en la que han podido afectar también a la flora y la fauna divergen de acuerdo a la especialidad de cada uno de los estudiosos. Gran parte de estas diferencia de opinión, que puede diferir en meros detalles o desembocar en teorías totalmente inverosímiles, permanecen aún en el debate académico a pesar de las pruebas aportadas por quienes han comenzado a estudiar a Rayhosha y su entorno.

Tras el reciente descubrimiento fortuito del que se ha bautizado como el archipiélago de Digarta, al igual que ha sucedido con el de Dalmeshi, diversas expediciones se han trasladado hasta allí para el estudio de los nuevos territorios, pero estas investigaciones se han encontrado con toda suerte de elementos inesperados.
Al contrario que sucede con el archipiélago resultante de los restos costeros de Bra’Em’Kyg y Naltor, los territorios que han quedado suspendidos sobre los océanos afectan de manera impredecible a las mareas. Dependiendo de su altura, procedencia y estado de fase, los fragmentos que se encuentra a menor altura no sólo afectan al océano, sino que también causan inestabilidad en el mismo tejido de la realidad.
Mientras tanto, aquellos que se encuentran parcial o totalmente sumergidos en las aguas no se encuentran en un estado de mayor estabilidad. Durante su proceso de consolidación, sus cambios de estado pueden provocar desde maremotos hasta subidas del nivel del mar. De la misma manera, también continúan afectando a las placas tectónicas sobre las que se han posado.

Como si el hado hubiese escuchado los cantares, dando pábulo a las ideas que subyacen bajo gran parte de ellos, las fatalidad que caído sobre Bra’Em’Kyg como no ha hecho en ningún otro lugar. Los actividad provocada por estas islas no sólo provocó movimientos terrestres, sino que también proició la activación de la falla sobre la que se encuentra situada la frontera entre esta nación y Naltor, desencadenando el colapso de parte de la masa continental y una nueva ruptura de las barreras que separan a esos territorios de Daegon de otros niveles de realidad.

A lo largo de los últimos años su capacidad para recuperarse de los desastres ha sido puesta a prueba una vez más. A pesar de toda esta historia pasada, tras la que muy probablemente hayan sido la más dura de las pruebas a la que han sido sometidos, las dudas acerca de cómo resurgirá de este desastre son frecuentes. En el ámbito internacional nadie da por seguro vayan a ser capaces de recuperarse de ella, y algunos de ellos se preparan para recoger los restos que queden.

Dada la escala de estos sucesos sus territorios no han sido los únicos afectados, pero sí que han sido quienes han padecido unas consecuencias más traumáticos. Mucho más que nada de lo que se encuentra recogido en los libros de historia de la edad moderna. Nada para lo que ninguna nación esté preparada para enfrentarse.

Por más que sus pueblos se hayan enfrentado con anterioridad a tres grandes sucesos trágicos de unas características similares, estos sólo son historias de un pasado muy lejano para su actuales pobladores. Hecho que, más allá de haberles marcado de manera inconsciente, no se encentran más presentes en su imaginario que las leyendas y la mitología. Aún así, ninguno ha sido comparable a los hechos a los que se enfrentan en este último momento definitorio.

Su repercusión total aún está muy lejos de ser acotada y tanto el dolor como el miedo que despiertan en los supervivientes aún se encuentra muy presentes. Las tareas de reconstrucción y rescate se ven interrumpidas sin previo aviso por nuevas sacudidas de los distintos eventos que han confluido sobre sus territorios. Por más orgullosos que sean sus habitantes, esta ha sido sin lugar a dudas el más formidable de todos los retos a cuantos se han enfrentado.
Mientras aún se van disipando las neblinas que les impiden ser conscientes de las totalidad de sus consecuencias, de lo que a nadie le cabe duda es de que estas se han hecho sentir en todos los niveles de sus estructuras sociales, económicas y religiosas de cada uno de los pueblos que componen Bra’Em’Kyg.
Mientras todo esto se desarrolla, tanto aquellos que quieren verles caer, como sus aliados de antaño contemplan con detenimiento el desarrollo de la situación y sus reacciones.

Al igual que lo sucedido en los eventos anómalos sucedidos en ocasiones anteriores, este no es un enemigo al que se puedan enfrentar. Ni la ciencia, ni la fe ni las armas han podido hacer nada ante un rival que en menos de una semana se bastó para desbaratar lo que había tardado tres siglos en ser reconstruido. Un adversario carente de objetivo o rostro.
Cuando apenas ha pasado un lustro desde el inicio de estos sucesos aún se desconoce cuándo llegará su final. Cuando los últimos estertores provocados en sus distintos emplazamientos continúan con su impredecible progresión, los pueblos que los habitan parecen haber comenzado a asumir lo inesperado como una faceta más de su día a día. Si algo ha quedado claro con cada nueva sacudida es que las palabras de quienes bautizaron a Bra’Em’Kyg como “El pueblo condenado” parecen haberse han visto reafirmadas durante los últimos años.

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Tras el gran desastre

Tras el gran desastre
Una vez que se ha consolidado el grueso de los cambios padecidos por Bra’Em’Kyg, la vida diaria de sus pobladores aún sigue sumida en una gran cantidad de dificultades. Aquellos territorios en los que se han detectado una mayor concentración sucesos provocados por inestabilidades planares han quedado casi abandonados, aunque esto no evita que algunos se aventuren en su interior tratando de recuperar algo que dejaron atrás. También han comenzado a proliferar quienes buscan sacar beneficio de estas desgracias, ya sea escoltando a los expedicionarios, quienes se aprovechan de su desesperación para asaltarles, o quienes se dedican a la recolección y posterior venta de lo que otros dejaron atrás.

La sabiduría popular ha aceptado como cierto que el avistamiento de nubes extrañas suele presagiar algún evento catastrófico. Esta confusión a la hora de atribuir causalidad a una mera sucesión de casualidades ha provocado que, de manera esporádica, se produzcan falsos avistamientos de lejanas masas de tierra sobrevolando los cielos del continente. Quien se han visto afectados de una manera más cercana por estos sucesos difieren en su reacción ante estos nuevos avistamientos. Como todo superviviente a una desgracia han quedado marcados para siempre por ella.

Pero no todos los desastres han afectado a la gente de la misma manera. Por más traumático que haya podido ser la perdida de familiares o amigos en las zonas costeras desaparecidas, entre los escasos retornados de entre quienes han presenciado un solapamiento planar se encuentran aquellos con unas secuelas más notables.
En los casos más extremos se encuentran quienes se han lanzado hacia ellos impelidos por el deseo de morir o recuperar aquella parte de ellos mismos que sienten que quedó atrapada en otro plano de existencia. En contraposición a estos individuos, la reacción más común de los supervivientes es la de la huida y las pesadillas provocadas por lo ya padecido. Pesadillas y visiones que no les abandonan mientras están despiertos.

Por otro lado, aquellos que disponen de la suficiente influencia dentro del nuevo poder, han tratado de presionar al gobierno para que se creen grupos de ayuda para que actúen ante sus futuras manifestaciones, coordinando las evacuaciones y realizando tareas de contención. De entre ellos, quienes consideran que las medidas que se han tomado son insuficientes, y poseen los recursos necesarios, han sufragado este tipo de actuaciones.

El desastre no ha asolado solamente a la zona suroccidental del continente, sino que sus estragos se han propagado a lo largo de todas las naciones costeras.
En la placa central, el oeste continental es quien más perjudicado se ha visto por la confluencia de eventos anómalos. La desaparición de los territorios de esta sección continental que separaba al mar de Johrg del océano Sámico ha provocado la total desaparición de Tembi. Este colapso también ha diezmado Edirth, afectando en menor medida a Nivar. Hasrt ha quedado dividida en dos, y sus territorios ubicados al norte de este nuevo mar han sido conquistados por una alianza de los supervivientes de Tembi y el Dominio.
Las consecuencias en el este han sido menos devastadoras, pero no ha estado libre de tragedias. La súbita aparición de Eladar ha provocado la desaparición de parte de la costa de Ashgurn sumergida por la subida del nivel del mar.

Pero, por más que los movimientos sísmicos hayan sacudido al mundo entero, la manera en la que han azotado a Bra’Em’Kyg la han convertido en un caso único. Mientras que en el resto del mundo la situación se estabilizó a los pocos meses, dadas las particularidades de estos territorios y su historia pasada, estás se han visto afectadas también por sucesos de otra naturaleza.
Las sacudidas, pese a que ya se encuentran en remisión tanto en su escala como en su intensidad, continúan afectando de manera impredecible a distintos lugares causando el pánico y la incertidumbre donde se creía haber alcanzado un estado de normalidad. Quizás no haya sido la nación más afectada por el regreso de los territorios perdidos, pero las particularidades de su caso han hecho de Bra’Em’Kyg un lugar especialmente peligroso en el que vivir.

A la desaparición de la totalidad de sus territorios costeros como consecuencia de la sucesión de desastres provocados por la llegada de Rayhosha y su archipiélago se han sumado los desastres causados en el interior por la inestabilidad planar. El regreso hasta Daegon de los fragmentos errantes del continente perdido de Nargión hizo que aquellos lugares poseedores de brechas en un estado de latencia se hayan visto afectados por los niveles de realidad que se hallan al otro lado.
El alcance de este segundo tipo de sucesos ha trascendido a los terrenos costeros, afectando a la casi totalidad de las culturas que pueblan Bra’Em’Kyg. Su impacto y repercusión ha variado dependiendo del momento y el lugar, y algunos de los efectos secundarios derivados de ellos aún están por ser descubiertos.

A lo largo y ancho de sus territorios, más allá del impacto directo que han supuesto los movimientos sísmicos, los mismos mecanismos que gobiernan la realidad han sido alterados una vez más. En esta ocasión, al contrario que lo sucedido durante los eventos de Bakul y Kâzalen, la manera en la que se han visto afectados los territorios ha sido mucho más sutil, compleja e imprevisible.
Dada la concurrencia en el tiempo, algunas de estas manifestaciones han sido confundidas con los efectos de los desastres puramente físicos, pero con el paso del tiempo y el avance de los distintos grupos de investigadores, esta información va siendo corregida de manera lenta.
Con esto, por más que durante estos años se ha asumido que el destino final tras su desaparición de las provincias de Virfynch, Tisleth y Binsilay (las divisiones de la antaño provincia imperial de Virfynch), eran las simas marinas, el destino de cada una de ellas ha sido muy diferente.

Por un lado, las distintas secciones de la placa tectónica sobre la que se encontraban las mitades sur de Shemellom, Bra’Em’Kyg y Naltor se ha colapsado, por otro, se ha producido un cambio de fase en algunos de estos territorios. El detalle, las consecuencias reales y los efectos secundarios derivados de este segundo hecho aún continúan siendo una incógnita para quienes han destapado este hecho y continúan con el estudio de estos sucesos. Durante todo este tiempo también se han generado una gran cantidad de teorías que han tratado de explicarlo todo. En este terreno han convivido aquellas que son mera especulación, las que han acertado parcialmente y las que son completamente erróneas.
Planteamientos como los postulados por la naturista Imsleth Cohani (Sisislaer, Rearem 712), que acertadamente plantean la posibilidad de que algunos de estos territorios hayan sido arrastrados hasta otro nivel de existencia cohabitan con las tesis apocalípticas planteadas por distintos grupos religiosos. Ante la falta de herramientas para validar estos postulados, todas ellas conviven sepultados entre el caos organizativo en el que aún se encuentra sumida la nación. Aún así, el conocimiento de este hecho tampoco otorga los medios para hacer nada al respecto.

Como resultado de los diversos eventos que se han solapado durante las últimas décadas, tanto pequeñas secciones de Shemellom y Naltor como grandes porciones de la antigua provincia braenky de Virfynch han quedado sumergidas bajo las aguas. Mientras tanto, otras han sido desplazadas hasta otros planos de existencia. Ante los ojos de los habitantes de Daegon el resultado es uno; de una u otra manera, la totalidad de su extensión ha desaparecido y sus habitantes han perecido.
La destrucción, el dolor y la muerte derivadas de ambos hechos han provocado también la atención de distintos kurbun, algo que ha agravado aún más la situación. Su mero interés, sumado al estado de inestabilidad en el que se encuentran las grietas que se han formado sobre esos territorios ha hecho que parte de la esencia de estas criaturas la atraviesen.
De la misma manera que no se disponen de los medios para evitar ninguno de estos sucesos, la imprevisibilidad de su misma naturaleza trae como una consecuencia añadida que nunca se pueda trazar con antelación cuándo o dónde tendrán lugar sus siguientes resurgimientos.

Ninguno de estos eventos ha tenido unos patrones acotables o un comportamiento uniforme. Mientras que aquellos terrenos que permanecen en la superficie, ya se encuentren asentados sobre las zonas que aún no se han colapsado, o en los resquicios existentes entre las fluctuaciones de las grietas han formado el archipiélago de Dalmeshi, los territorios arrastrados hasta otros planos han desencadenado otra serie de complicaciones.

Distintas entidades y conceptos se han filtrado a través de las grieta. Seres que ni pertenecen ni comprenden esta realidad. La gran mayoría de ellos, al igual que ha sucedido con una parte importante de los humanos arrastrados hasta otros niveles de existencia, han sido destruidos tras este primer contacto, incapaces de adaptarse a sus leyes físicas y los axiomas que gobiernan su nuevo hogar. Sus restos se encuentran esparcidos por el Dalmeshi, letales a su vez para los habitantes de esta realidad, pero increíblemente útiles para los investigadores.
No todos ellos son visibles o poseen una forma sólida, pero esto no evita que quien entre en contacto con ellos quede expuesto a sus efectos.

Por otro lado, el hundimiento se los territorios no sólo se produjo de una manera ciertamente súbita, sino que no todas las porciones sumergidas se desprendieron de un modo uniforme. La incertidumbre provocada por la llegada de cada sucesiva sacudida ha hecho que la nueva costa se haya encontrado prácticamente deshabitada durante los primeros dos años que han seguido al primer suceso. Tras el drama continuado que se produjo durante los primeros meses y los sucesivos desprendimientos de los terrenos inestables, el temor por la llegada de nuevos desprendimientos, y la consiguiente subida del nivel del mar ha tardado varios años en disiparse.

A día de hoy no sólo Dalmeshi se encuentra por encima de la superficie, sino que aún se pueden atisbar desde la nueva línea costera de Bra’Em’Kyg otras porciones de sus antiguos territorios más cercanos sobresaliendo del agua. Estos restos son un recordatorio constante de lo que no hace tanto fueron, y el clavo ardiente al que se agarran quienes continúan con las tareas de rescate.

Por otro lado, los motivos que ocasionan las puntuales erupciones de actividad de las grietas planares que se encuentran parcialmente situadas sobre distintos puntos de la geografía de Bra’Em’Kyg continúan siendo un misterio. Estas brechas no se encuentran únicamente situadas sobre los territorios donde se encontraban los terrenos que fueron arrastrados hasta otros planos, sino que algunas de ellas se encuentran en las provincias interiores.
Su estado de fluctuación, al igual que la posibilidad de ver o acceder hasta los lugares a los que dan acceso son una oportunidad única para los investigadores de las distintas organizaciones científicas a nivel global, pero su estudio depende enormemente de las condiciones a las que se encuentren sometidos estos territorios, y los destinos que se encuentran al otro lado no son estáticos.

Hasta el momento el resultado de las tareas de rescate se ha escaso y desalentador. De ninguno de los emplazamientos a los que se ha logrado obtener acceso de nuevo se ha logrado la recuperación de de nada que no sean cuerpos sin vida, restos desperdigados u objetos devorados por el agua.
No se han encontrado supervivientes del cataclismo, pero esto no ha evitado que las misiones continúen de manera incesante cuando así lo permiten la aún inestable situación seísmica y planar de la zona.
Al mismo tiempo, la desaparición de embarcaciones de todo tipo en las zonas afectadas por la brecha de Dalmeshi ha hecho que las operaciones de rescate en esos territorios se hayan vuelto más esporádicas. Por otro lado, lo anómalo de la actividad planar en esta zona ha hecho que los proyectos de expediciones científicas abunden.
A pesar de que los estudiosos sospechan la razón tras el tipo de fenómenos que afecta la zona, aún desconocen la naturaleza concreta de la misma, su extensión o los factores que la activan. Como consecuencia de esto todas estas expediciones aún no han pasado de sus fases iniciales mientras se trata de localizar, delimitar e identificar sus dimensiones y procedencia.
En estas labores se encuentran enfrascados tanto miembros del Iluma como de los Naturistas de Cahirn Ansay y el Chayashin Shatteru de Harst. Si bien son conscientes de que ninguno de ellos será capaz de controlar el suceso, una vez averiguados sus patrones de comportamiento esperan poder predecir sus momentos de actividad, las condiciones existentes en los niveles de realidad a los que dan acceso, y la posibilidad de enviar expediciones humanas a su interior.

Por otro lado, la consolidación de los territorios recién llegados aún no ha finalizado. Este hecho hace aún más complicada la misión de los estudiosos, ya que los problemas derivados meramente de la parte geológica del suceso aún estén lejos de finalizar. Gracias al estudio que se está realizando de manera rudimentaria sobre el suelo submarino de Digarta se están logrando avances en el conocimiento de esta materia, con lo que ha logrado determinar el origen de alguno de los fenómenos que antes se achacaban a la actividad de las distintas brechas. La fiabilidad de estas afirmaciones aún es puesta en duda pero, estén o no aceptadas por la comunidad científica, las aproximaciones que se están logrando de estos estudios es lo más cercano a los hechos reales que se ha logrado.

Una gran parte de la investigación submarina se está centrando los archipiélagos de Dalmeshi y Digarta. A pesar de tratarse de accidentes geográficos de creación reciente, tanto la manera en la que afectan al continente como su misma naturaleza son muy diferentes.
Mientras que parece claro que el asentamiento del suelo oceánico sobre el que se asientan las islas satélite que acompañaron a Rayhosha han afectado a las costas de Bra’Em’Kyg y Naltor, los restos de estas naciones que han quedado sobre el mar, al contrario que aquellos que permanecen unidos a la costa continental, se muestran inmunes a los sucesivos movimientos generados por sus artífices.
Hasta el momento, todos los intentos por tratar de predecir el comportamiento de cualquiera de estos cúmulos de islas se han mostrado infructuosos. La manera en la que estos movimientos están ligados a los impredecibles cambios parciales de fases de sus brechas hace que únicamente mediante la geología no se pueda predecir su comportamiento, efectos secundarios o mecanismos de activación.

A día de hoy estas son las causas principales del estado cambiante de esta nueva línea costera del continente que aún no terminado de quedar definida, pero no los únicos.

Reconstruyendo un país

Más allá de las consecuencias geográficas del desastre, con la pérdida de estos territorios Bra’Em’Ky no sólo ha perdido de manera súbita su capital, a los miembros claves del Cinrath Yotunen y los territorios que históricamente ha sido el motor económico de la nación, sino que aún hoy, tres años después del que tuviese lugar el suceso, se desconoce el alcance total de la pérdida humana derivada de él.

El daño que ha sufrido la nación ha sido sido incalculable y aún se encuentra sumida en un doloroso estado de excepción. El proceso mediante el que se realizó la composición del nuevo Cinrath Yotunen, por otro lado, tampoco ha estado exento de controversia. De la misma manera, durante el escaso tiempo de mandato de sus miembros estos han sido el centro de críticas de todo tipo, tanto locales como internacionales.

A pesar de lo precario de la situación del país, y continuando con la larga trayectoria de solidaridad de algunos de sus antecesores, este nuevo equipo de gobierno no ha negado la ayuda en las tareas de rescate de los damnificados por el desastre en las naciones vecinas. Al mismo tiempo que estas ayudas han sido criticadas por un sector de la ciudadanía, el anuncio de la retirada de sus tropas de apoyo en el conflicto que aún perdura entre Shatteger y Shemmellom con el Dominio no fueron bien recibida por sus aliados. A pesar de que las negociaciones acerca de este conflicto han logrado un acercamiento en las posiciones de cada uno de los implicados, su reñación continúa siendo muy tensas.

Los términos que bajo los que se firmaron originalmente los tratados son completamente imposibles de cumplir en la actualidad, y las condiciones y exigencias que se han propuesto durante las recientes negociaciones sólo han sido aceptadas por sus aliados tras ser sometidas a multitud de alteraciones de base.

La situación dentro del resto de los estamentos que componen el esquema de poder de la nación tampoco son más halagüeños. No existe unanimidad en cuanto al curso de acción a tomar o el camino que debe seguir Bra’Em’Kyg.
Mientras que el posicionamiento de los responsables de las fuerzas armadas se encuentra dividido entre quienes, como el general Irburc Hatsalot (Imaya, Bra’Em’Kyg 707) consideran que los esfuerzos de sus subordinados se deben dedicar a las tareas de rescate y aquellos, como Ainhalsy Painyaku (Ínisburg, Bra’Em’Kyg 715), que defienden que sus tropas vuelvan al conflicto que se desarrolla en las naciones vecinas.
Las ciudades natales de ambos desaparecieron junto a todas las demás, pero cada uno de ellos afronta la pérdida de una manera distinta. Tanto ellos como sus subalternos han perdido a seres queridos en el desastre, pero no todos han perdido la esperanza de que algunos de ellos puedan encontrarse aún con vida.

Por otro lado, los cimientos sobre los que se asienta gran parte de la nobleza también se han visto sacudidos. Aquellos supervivientes de las clases privilegiadas tampoco han salido indemnes. La desaparición de sus territorios más prósperos no sólo ha supuesto una merma personal y económica, sino que los herederos de los terratenientes afincadas en las provincias sureñas que han desaparecido junto a su patrimonio también han perdido los documentos que demuestran quienes son.
Así pues, sus problemas no han terminado. Junto a la pérdida del capital necesario para tratar de reconstruir lo que un día poseyeron, muchos de ellos han perdido también la posibilidad de reclamar lo que aún les queda. Los registros oficiales que certifican su titularidad y sus posesiones han desaparecido junto a la capital. Aquellos documentos y objetos familiares que podrían demostrar su linaje se han perdido junto a sus tierras, y aquellos que podrían dar fe acerca de la legitimidad de sus reclamaciones también han desaparecido.
Al mismo tiempo que las disputas por la propiedad de aquellos territorios ubicados en las zonas menos afectadas se han vuelto despiadadas, su capacidad para mantenerse en la lucha se ha esfumado junto a sus propiedades. Existen copias de una pequeña parte de estas escrituras y registros desaparecidos junto a la capital almacenados en la vecina Cahirn Ansay, pero no todos ellos han sido actualizados con el transcurrir del tiempo, no todos ellos se encuentran accesibles para cualquier persona y, aunque pudiesen demostrar su identidad, no todos los herederos disponen de los recursos necesarios para viajar hasta allí.
Como consecuencia de esto, a lo largo de estos últimos tres años ha proliferado una plaga de falsos herederos cuya títulos y sus derechos sobre las propiedades que afirman poseer es difícilmente rebatible o contrastable. De la misma manera, una gran parte de ellos ni siquiera son son nativos de Bra’Em’Kyg sino que son buscavidas provenientes de alguna de las naciones vecinas.

Por otro lado, la iglesia, una entidad que siempre ha tratado de ser uno de los elemento clave dentro del esquema del poder de Bra’Em’Kyg, se ha visto notablemente beneficiada por el cataclismo.
Inicialmente establecida como una herencia proveniente de los tiempos del antiguo imperio menetiano, tras la disolución de este el cisma Maldriani ganó una especial preponderancia en los territorios de esta nación.
Por más que históricamente haya logrado tener distintos niveles de importancia dentro de la lucha por el poder, este siempre ha estado acotado dentro de la provincia/protectorado de Mystaler.
Esta provincia siempre se ha relacionado con el gobierno de Bra’Em’Kyg de una manera dual. Al mismo tiempo que siempre ha esgrimido su autonomía como argumento para no acatar ciertas peticiones provenientes del Cinrath Yotunen, también ha tratado de sacar todo el provecho posible de este a través de su autoproclamación como bastión y estandarte moral de la nación.
En el día a día no deja de ser un contendiente más a la hora de hacerse con el control de una parte significativa del reparto de los recursos y beneficios generados por el estado.

El hecho de que las ciudad catedralicias de Bakul y Kâzalen hayan sobrevivido a la debacle ha hecho que Nimesh (Bakul, Bra’Em’Kyg 681), la actual Yartas Malasteri de esta iglesia, afirme que los recientes sucesos han sido “Un castigo a los infieles y una muestra de los designios del gran plan de los dioses”.
Estas afirmaciones que no dejan de ser un arma política que nada tienen que ver con sus creencias, al mismo tiempo que les han costado numerosas críticas, amenazas e incluso agresiones a sus fieles por parte de una gran parte de la ciudadanía, también han logrado calar de manera profunda en otra parte de los habitantes de las zonas más afectadas.
Así pues, su área de influencia, tradicionalmente constreñida a la provincia de Mystaler, ha comenzado a expandirse hasta los valles del nuevo sur de la nación.

Bra’Em’Kyg nació como una nación diversa por definición. Aunque sus gobernantes siempre la han tratado de mostrar como un ejemplo de tolerancia, unida y respeto para con las diferencias internas de sus pueblos, esto no ha evitado que la realidad no siempre le haya dado la razón. Esa imagen utópica que siempre se ha buscado no siempre haya sido un fiel reflejo de la situación real que subyacía bajo sus decisiones.
De cualquier manera, y a pesar de que este mensaje comprensión no siempre ha sido honesto, veraz o capaz de vencer a la suspicacia y el escepticismo de sus vecinos, lo que sí que era una verdad objetiva demostrada más allá de toda duda era su sentimiento de hermandad para con los suyos en los momentos más dolorosos.
Este hecho es algo de lo que siempre se ha enorgullecido, y que ha sido la imagen que se ha tratado de proyectar de cara al exterior. Una imagen de entereza y voluntad inquebrantable con la que capaz de lograr que saliesen victoriosos en sus enfrentamientos contra los distintos desastres que la han asolado con anterioridad.

Su manera de enfrentarse tanto a la desolación de Bakul como a las “Nieves del olvido”, por más que algunos de sus componentes tratasen de aprovecharlas en beneficio propio, fue ejemplar, pero ninguno de estos sucesos fue equiparable al suceso reciente. Lo limitado de la escala de los anteriores sucesos traumáticos que les afectaron hicieron posibles los trabajos de contención y respuesta. Por más preocupantes que fueran sus características, una vez superado el miedo inicial a una expansión lejos de las zonas acotadas la ausencia de esta presión facilitaba este sentimiento de unidad entre los distintos pueblos que la componen, pero lo masivo y súbito de este último está siendo una prueba mucho más dura de superar.

Si bien esta imagen que se ha tenido de ellos en el pasado no ha dejado de ser una versión idealizada de la realidad, la escala de este desastre ha ocasionado que las divisiones entre los distintos pueblos sean más profundas que nunca. No todos ellos están enfrentándose a la situación de la misma manera, y esta división se ve claramente reflejada en las decisiones tomadas por el nuevo Cinrath Yotunen.

En un irónico giro del destino, los señores de los colustores de Iksala, el conjunto de pueblos que históricamente han recibido los nombres de “Las cien naciones de Iksala” o “El pueblo de los cien nombres”; el Colostu gorem Iksilai, ha salido casi indemne del suceso gracias a la protección que les ha brindado la cordillera del Éisenstat que siempre han sido su hogar.
Estos pueblos, quienes siempre siempre han vivido en un estado más cercano a la precariedad, convirtiéndose con ello en los receptores de la solidaridad de sus vecinos, son ahora quienes gozan de una situación más favorable.

Al mismo tiempo, tanto sus historias como la información que garantiza su estatus quo también se encuentran a salvo plasmadas en los Gorem isilai; los arboles genealógicos de cada una de las familias. Estos textos, en los que también se han recopilado las distintas interacciones de cada Colustor, se han convertido en alguno de los escasos documentos oficiales que se conservan en la nación.
La información que se almacena en ellos se remonta a los tiempos previos al nacimiento de Bra’Em’Kyg o a la llegada de los fundadores del gran imperio menetiano hasta sus territorios. A pesar de que nunca han sido aceptada como una documentación oficial, al haber sido tachada en diversas ocasiones de imprecisa y partidista, al tratarse de los únicos documentos que se conservan han pasado a convertirse en estos últimos años en la base sobre la que se está tratando de reconstruir una parte significativa de la historia y la estructura social del país.
La orden de los Cronistas de Cahirn Ansay está colaborando en la tarea de tratar de extraer la información objetiva plasmada en estos documentos pero, al igual que ha sucedido en otras intentonas simulares en el pasado, la relación previa entre La Orden y los Ainrutsu no es sencilla.
Tanto los métodos de trabajo como el objetivo de las acciones de ambas organizaciones son totalmente incompatibles, lo que genera el campo de cultivo ideal para los malos entendidos y las fricciones constantes.
Los Ainrutsu, en quienes muchos han querido ver a una entidad homóloga a La Orden dentro de la estructura social de los clanes de Iksala no podría estar basado en unos principios más alejados. Así pues, si en tiempos menos acuciantes su relación siempre ha sido tensa, en esta ocasión no está siendo más sencilla.
Mientras que las personas responsables de recopilar esta información dentro de los clanes no aspiran a la creación de un documento objetivo, quienes se están dedicando a cruzar esta información con los datos provenientes de sus propios estudios se ven sumidos en una constante oleada de lo que interpretan como incoherencias, mitificación de los personajes importantes de cada Colustor y luchas de egos entre los señores de los clanes.
El secretismo y la falta de una estructura o metodología común de cualquier tipo dentro de los Ainrutsu se han convertido en una serie de escollos culturales difíciles de solventar. Por otro lado, no todos los señores de los clanes están prestando el mismo nivel de cooperación en estas tareas. Con todos estos condicionantes, los métodos pormenorizados utilizados por los Cronistas se han vuelto en su contra al ser prácticamente inaplicables en el entorno en el que se encuentran envueltos.
A lo largo de los siglos se han realizado distintas intentonas para tratar de dar coherencia a los Gorem isilai dentro de un contexto ajeno al de los clanes pero, por más buena voluntad que ha podido existir por ambas partes en algunas de estas intentonas del pasado, las diferencias culturales siempre se han demostrado insalvables, generando como resultado obras llenas de enormes lagunas.

Por otro lado, y a pesar de las similitudes culturales que existen entre los distintos pueblos que habitan el Éisenstat, la ignorancia de sus diferencias tanto por parte de los miembros de La Orden como por sus propios compatriotas que habitan fuera de la cordillera es la fuente de multitud de equívocos. El posicionamiento de cada uno de los representantes de los pueblos que viven allí no es ni mucho menos uniforme a la hora de la toma de decisiones o la aceptación de las imposiciones que venían desde la capital, y todos ellos basaban su relación con Bra’Em’Kyg en base a un acuerdo de mínimos.
Por más que los pueblos de los Ishanki, Éinesdat, Ainsdalat, Sinivara y Gaindelt cuenten con sus respectivos representantes dentro del consejo de gobierno, la propia idiosincrasia y el funcionamiento interno de los colustores y sus consejos familiares hace que la disparidad de criterios sea siempre enorme.

Por su parte, los habitantes de la provincia de Téctagon, pese a haberse visto afectados en una medida muy inferior a la de sus compatriotas de las tierras bajas del sur, también han sufrido un daño considerable en su modo de vida. A la destrucción de gran parte de la infraestructura que les comunica con el resto del país le acompañó la pérdida de una gran parte de sus territorios de cosecha y de los terrenos de pasto para sus animales.
Pese a que la gran destrucción no ha llegado hasta todas las grandes urbes de los pueblos y culturas que viven en la falda sur del Éisenstat, los recursos necesarios para la subsistencia de los Ksenya, Hosuni, Evenshu y Dénisey se han visto enormemente mermados.
Así pues, mientras que la vida en algunas de las zonas rurales está comenzando a ser sostenible de nuevo, el abastecimiento regular de cara a las grandes urbes aún sigue siendo algo a recuperar.

La costa ha llegado hasta sus puertas pero no les ha traído una mar amigable o de la que puedan vivir. La diferencia de altura hace que no se puedan construir puertos convencionales, sino que las tareas de ingeniería para esta labor tienen que ser creadas desde cero.
Al mismo tiempo, también se han creado abismos en la tierra que separan zonas anteriormente comunicadas. En los casos más afortunados, el agua los ha llenado hasta una altura suficiente como para ser transitable, pero en algunos de ellos se han convertido en murallas infranqueables que han aislado casi por completo a estas zonas.
Sólo los caminos que recorren las laderas del Éisenstat sirven para realizar el tránsito desde o hacia ellas, pero estos caminos no están preparados para caravanas o grandes movimientos de gente, sino para el uso ocasional de los pueblos de Iksala y algunos de ellos también se han visto afectados.

La relación dual que siempre ha existido entre Iksala y Téctagon se ha invertido. Allí donde los primeros siempre fueron la fuente de sustento voluntaria o forzosa de los segundos en los momentos de precariedad, ahora son los clanes de las montañas quienes están desempeñando parcialmente el papel que hasta ahora venían representando los habitantes de los valles.

Tras la desaparición de Wésenslar, Lumestra se ha convertido en la capital de la nación, y el tránsito desde las provincias del sur hasta los territorios menos maltratados de Téctagon no ha cesado en ningún momento. Las migraciones de los supervivientes de Virfynch hasta el nuevo sur aún no han terminado.

El nuevo gobierno también ha solicitado asilo para algunos de sus ciudadanos en las naciones vecinas, pero no todas ellas han respondido de la misma manera. De los pueblos que la rodean sólo Naltor se ha negado a aceptar refugiados procedentes desde otros países. A pesar de que se ha visto afectada por unas consecuencias similares a las de Bra’Em’Kyg, esta negativa para aceptar refugiados procedentes desde las provincias limítrofes ha generado el surgimiento de tensiones en la frontera que separa a ambas países.

Por otro lado, tanto Shemellom como Shattegar han presionado duramente las negociaciones de los tratados de ayuda militar para que junto a cada grupo de refugiados se envíen también nuevos destacamento de refuerzo.
Estas exigencias no vienen dadas tanto por un deseo de sus dirigentes por sacar partido de la situación, sino por lo complicado de su momento actual, aún sumidas como están en el conflicto con el Dominio. Los gobiernos temporales que se han restablecido en fechas recientes gracias a la participación de Harst en este conflicto aún no han obtenido el control completo de toda la extensión de sus territorios.

Tan sólo Baern y Nivar de entre todas las naciones que rodean a Bra’Em’Kyg no han puesto unas exigencias desmesuradas en este momento complicado para tratar de beneficiarse de alguna manera la desgracia reciente.
Mientras que Nivar sí que se ha visto afectada por el colapso y cambio de fase de la placa tectónica que separaba al mar de Jorhg del Océano Sámico, Baern ha tenido la fortuna de salir indemne de este suceso. Tanto la Ogarn Tesenya Chanlay Sista (Numantal, Nivar 681) como Chesil Sinoviesca (Garendu, Baern 703), la Shraeb baerni, no han puesto trabas al tránsito de los refugiados hasta sus provincias fronterizas.
Si bien en ambas naciones se controla que el flujo de los viajeros y se han preparado espacios en los que acogerlos. Los recursos dedicados a estas ubicaciones son limitados y este control está centrado en que quienes lleguen hasta allí no sobrepasen la capacidad de cada uno de ellos. Cuando cualquiera de estos campamentos alcanza el número máximo de personas que puede soportar, y siempre que sus condiciones de salud lo permitan, los recién llegados son redirigidos hasta algún otro de los centros. A pesar de que se están realizando grandes esfuerzos para que ninguno de los que se encuentran en una situación más delicada quede desatendido, se han llegado a dar el caso de familias enteras que, al no poder ser atendidas en su totalidad en un mismo centro, se han visto condenadas a un bucle infinito de constantes redirecciones que han desembocado en la muerte de alguno de ellos cuando no de la familia al completo.
A su vez, por más que estos gobiernos hayan realizado estos gestos de buena voluntad, no todos sus ciudadanos han aceptado la situación de la misma manera. Al mismo tiempo que no han faltado los ofendidos por esta situación y su percepción de cómo ha precarizado aún más a la suya propia, otros han visto en ella una oportunidad de negocio.
El racionamiento de los recursos que los centros de acogida han generado en las ciudades o incluso las provincias donde están ubicados, ha provocado que cree un mercado negro con aquellos vienes que, sin ser esenciales, mejoran la calidad de vida de aquellos refugiados con unos recursos más holgados. Una situación que desde ambas naciones se está tratando de atajar.

Con todo esto, tanto el control de la afluencia de los supervivientes dentro y fuera de sus provincias no ha estado libre de críticas contra el Cinrath Yotunen. La desaparición de sus territorios más ricos no sólo ha dejado en una situación aún más delicada a quienes continúan con vida, sino que también ha limitado su capacidad para pagar o incluso alimentar a sus propios soldados, lo que ha dejado a nuevo gobierno que se formó de manera excepcional en una posición de poder altamente precaria.
Por el momento no tienen que preocuparse porque las naciones vecinas se aprovechen de su momento de debilidad para iniciar acciones hostiles. Tanto las pérdidas de Naltor como el conflicto de Shattegar y Shemellom no auguran acciones hostiles contra ellos en breve, pero la desgracia de sus vecinos no durará para siempre, por lo que su intento de recuperación no puede obviar la posibilidad de uno o varios conflictos en el medio plazo.

De cualquier manera, Bra’Em’Kyg es mucho más que un cúmulo de infortunios, tragedias e incertidumbres. De manera muchas veces inconsciente y soterrada, las decisiones que han tomado algunos de sus dirigentes, y que la han llevado hasta donde se encontraba hasta este fatídico momento, han ayudado a moldear el suroeste continental.
Su diversidad cultural y el respeto que se ha mostrado a las minorías, por más ilusorias, parciales, ineficientes, contradictorias o contraproducentes que estos hayan podido llegar a ser, se han convertido en el espejo en el que se han querido mirar los revolucionarios y los oprimidos de otras naciones.

Mientras todo esto sucedía, por más que sus distintos gobiernos han tratado de alejarse del legado menetiano, es muy probable que, de todas las naciones que surgieron a partir de la fragmentación del antiguo imperio, esta sea la que más marcada ha quedado por él.

A lo largo de su extensa historia esta conglomerado de pequeños estados ha pasado por tantos cambios como los apelativos por los que ha sido conocido. Ya sea para ponerlos como ejemplo de un ideal inalcanzable o una aberración a evitar, por más que su reputación internacional ha estado condicionada por las acciones de agentes externos, la impronta con la que le impregnaron sus fundadores siempre ha terminado por resurgir con el paso del tiempo. Para bien o para mal, al igual que ha sucedido con su relación con la Menetia primigenia, la sombra de quienes fueron sus primeros dirigentes es una de la que nunca ha logrado liberarse por completo.
Este legado puede haber sido malinterpretado o tergiversado, al igual que sus nombres han terminado por ser utilizados también como justificación por quienes desconocen por completo el contexto y las razones en las que estos tomaron sus decisiones, pero la base de su ideario ha calado tanto en la identidad de esta nación como las desgracias que ha padecido.

De la misma manera, a lo largo de su constante reinvención en multitud de ocasiones haya estado muy cerca de convertirse en otro estado fallido. La fragmentación y la división cultural son dos de los estados intrínsecos a su misma naturaleza que más interiorizados tiene su población. Es por ello que, tanto la relación de los distintos pueblos con el concepto general de la nación de Bra’Em’Kyg, como la visión que han tenido históricamente acerca de sus distintos gobiernos centrales han variado de acuerdo a las distintas ideologías que lo han definido.
A su vez, como consecuencia de todo esto, a lo largo de los siglos, si bien la división provincial no ha variado ostensiblemente, la autonomía de la que ha gozado cada uno de los territorios sí que se ha visto afectada.
Cambios drásticos como los intentados en el siglo sexto previo al calendario mecbarino, cuando el Cinrath Yotunen liderado por Vílgar Aematsu (Dasinyu, Bra’Em’Kyg -597. -521) trató de adoptar un modelo de estado similar al de Rearem. siempre han resultado un fracaso.
Por más estable que pueda ser su relación con el poder central, o más cercana y amistosa que sea su día a día con el resto de pueblos con los que conviven, dada la diversidad cultural de los pueblos que se encuentra en su interior, así como debido al aislamiento forzado por su propia geografía, así como a los niveles de endogamia de algunas de sus culturas, no sólo la limitación de su autonomía, sino prácticamente cualquier tipo de cambio en su relación con el resto de pueblos o el poder central son recibidos siempre con reticencia y animadversión.

A pesar de su paulatina integración dentro de las dinámicas de económicas y de gobierno que rigen Bra¡Em’Kyg, los pueblos más reticentes a este respecto siempre han sido los que se han encontrado más alejados de los núcleos económicos. A este nivel, contradiciendo a la imagen general que se tiene de los pueblos de las montañas, las etnias que componen el Colostu gorem Iksilai no son los pueblos cuyas costumbres se hacen más extraños ante los ojos de los habitantes de los grandes núcleos urbanos, sino que quienes acumulan unos mayores niveles de incomprensión son los componentes de las tribus nómadas de los mishindu.

El bajo nivel de amenaza que ha representado históricamente este pueblo ha hecho de ellos una rara avis. A pesar de que aceptaron formar parte de la primara iteración de Bra’Em’Kyg como medida defensiva ante posibles agresiones, su participación en la toma de decisiones nunca ha sido muy alta.
De cara al pueblo llano tanto rural como urbanita, la existencia de estas tribus es algo casi anecdótico, tanto es así que se ha hecho común el referirse a ellos como “el pueblo fantasma”.
Al mismo tiempo, los mishindu apenas tienen contacto con la llamada “Bra’Em’Kyg civilizada”. Su campo de acción se encuentra focalizado en las llanuras que se hayan al norte del Éisenstat, lo que ha hecho que, a la hora de tratar con otros pueblos, lo hagan sobretodo con los de Shattegar, Baern y Nivar, y que su relación con sus “compatriotas” se limite a intercambios puntuales con los pueblos de Iksala.
Este mismo hecho ha causado que los territorios por los que se mueven apenas se hayan visto afectados por el reciente cataclismo.

Por más que su representante dentro del Cinrath Yotunen se elegido durante el cónclave anual que de las distintas tribus llevan a cabo en Misdantalu, esto no implica que por este simple hecho esa persona adquiera ningún tipo de rango especial entre sus filas.
Si bien es cierto que, en momentos puntuales, algunas de las tribus se han encontrado más interesadas que otras en las decisiones que se toman en la capital, y han tenido una presencia mayor en los territorios del sur, este interés ha acostumbrado a durar tanto como el líder concreto que lo alimentaba.

De cualquier manera, este lejanía y el cierto desapego que sienten por el concepto de Bra’Em’Kyg no implica que permanezcan totalmente ajenos a lo que sucede en la capital. A pesar que desde los territorios costeros el pueblo llano los consideran casi unos salvajes, su falta de implicación en las decisiones que nos los afectan directamente ni viene dada por la ignorancia sino por la indiferencia ante las mismas.
Sin entrar a un gran nivel de detalle, las bases de la cultura de los que llaman “pueblos del sur” es enseñada dentro de las distintas tribus, al igual que la extensión de los acuerdos que firmaron sus ancestros en el pasado y cómo han sido modificados a lo largo del tiempo.
Conocen sus privilegios como miembros de la Bra’Em’Kyg, y no dudan en usarlos en su relación con el resto de las naciones con las que tienen tratos. Aunque carecen de una moneda propia para su uso entre ellos, y tampoco utilizan la que se encuentra establecida en Bra’Em’Kyg, tienen conocimientos básicos de matemáticas y son muy conscientes del valor y el cambio de todas las que se encuentran en curso dentro de los países con los que se relacionan.

Al igual que sucede con el resto de los pueblos y culturas que pueblan Bra’Em’Kyg, y en contra de lo que es asumido por sus compatriotas, por más que existan una serie de lazos y puntos comunes entre los mishindu, su cultura se encuentra tan fragmentada como la de los pueblos de Iksala.
Por otro lado, su relación con los habitantes y gobiernos de las naciones de su alrededor también han estado condicionados por los intereses, vaivenes políticos, filias y fobias de sus diferentes líderes. Dependiendo de una gran infinidad de variables, las reuniones del cónclave de tribus no siempre son amistosas, y más de una ha llegado a terminar en tragedia y baños de sangre.
Más allá de la gran provincia que les fue atribuida, cada una de las tribus tiene establecidas sus propias demarcaciones. Unos territorios sobre los que son enormemente posesivos. De la misma manera, el nombre de los mishindu es aquel por el que son conocidos por parte del resto de pueblos, pero cada tribu tiene su propia denominación y existen distintas agrupaciones tanto por vinculación sanguínea como consecuencia de algún tipo de acuerdo pasado.

Sumando a todas estas características y la situación actual, las relaciones entre todos estos pueblos siempre han sido complejas. La capacidad decisoria de cada demarcación, la relación de cada uno de sus estados miembros entre ellos, al igual que con las naciones con las que comparte frontera ha pasado por multitud de estadios diferentes. Su reputación como una gran entidad conjuntada ha logrado sobrevivir a los envites de algunos de sus líderes, aunque no ha podido evitar que también se haya visto afectada parcialmente por las acciones de unos pocos.

Sus acciones en el pasado, ya sea como aliado, rival o antagonista de las naciones que les son más cercanas son las que han sufrido más en esta variabilidad de su reputación mientras que, de cara a entidades más lejanas como puedan ser las actuales Rearem, Saliria o Goord, la imagen que de ella que les ha llegado no ha cambiado de una manera significativa a lo largo del tiempo.

Al mismo tiempo, los sucesos que han tenido lugar dentro de sus territorios, por más que estos se hayan producido con siglos de separación entre ellos, les han imbuido de un aura de tragedia y fatalismo al mismo tiempo que granjeaban a sus ciudadanos la reputación de poseer una voluntad inquebrantable. Una fama que se ha consolidado de manera casi incontestable en las naciones más cercanas.

A lo largo de los cerca de dos milenios transcurridos desde la disolución del antiguo imperio, estos cambios en su imagen han tenido multitud de causantes, no viéndose afectada únicamente por los sucesos anómalos. Los distintos pueblos que han ido formando parte de su conjunto también han sido causa de tensiones con aquellos a quienes habían atacado, quienes aspiraban a asimilarlos dentro de su seno, o quienes buscaban hacerse con el control de los territorios en el que habitaban.
Las distintas ambiciones e intereses de los componentes del Cinrath Yotunen, los líderes de alguno de los pueblos que han compuesto a Bra’Em’Kyg han sido los detonantes de conflictos y cambios, de la misma manera que lo han sido entidades que, a priori, nada tenían que ver con ellos, como lo fue el establecimiento dentro de sus territorios de las personalidades que conforman a la tripulación de la Sigma.

Como colofón a todo esto, su relación con Menetia siempre ha sido compleja. Esto no ha tenido tanto que ver con sus acciones o decisiones como con una serie de maniobras de desinformación que se llevaron a cabo desde el antiguo imperio. Como consecuencia de aquel juego político, sus relaciones han quedado condicionadas de una manera indeleble en la manera en la que Bra’Em’Kyg es percibida por los ciudadanos de Menetia.
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De esta manera, el contraste las distintas percepciones que se tiene sobre Bra’Em’Kyg en el exterior no deja de ser chocante ya que, mientras que los menetianos se refieren a ella utilizando apelativos despectivos como “Tierra sin honor”, “Hogar de los condenados” o “Cuna de impíos”, para los habitantes de las naciones que se encuentran más cerca de ellos, como pueda ser Shattegar, ha llegado a ser conocida como “Hogar de mártires” o “Tierra de héroes”.

arcanus

Menetia: El antiguo imperio

Menetia: El antiguo imperio

El tiempo no ha sido clemente con Menetia, la nación que un día gobernase todo el mundo “civilizado”. Tras cerca de dos siglos de dominio absoluto sobre todo el oeste continental, sus días de gloria finalizarían con la debacle que supondría “La guerra de los cien nombres”, empequeñecería con el paso de los años y las continuas guerras civiles que terminarían poro confinarlo en la que fuera la Provincia Imperial de Meddlan.

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Historia

Historia

Tras la traición, derrota y muerte de Wailun Vohn Meneter, décimo gobernante del Imperio Menetiano, a manos de sus generales renegados y Darus “El Señor Inmortal del Este”, comenzaría el desmembramiento del imperio. Mientras las provincias más lejanas iniciarían nuevas luchas entre ellas, reclamándose unas a otras retribución por agravios largo tiempo enterrados, en la capital aún resistían los leales al aún no coronado emperador Namayán. Las refriegas esporádicas se prolongarían durante una década más, hasta la firma de “La paz de Namayán”, en la que Naltor, Mitsulen, Xultz y Menetia alcanzasen un pacto de no agresión. Mediante esta farsa ceremonial disfrazada de ceremonia de hermanamiento, sus antiguas provincias, ahora más poderosas que quien fuese su conquistador, reconocían a Menetia su estatus como imperio y, a su vez, el emperador concedía a estos su propia hegemonía.

Bajo el gobierno de Namayán el imperio se mantendría en un constante estado de paz tensa, y con el comenzaría la dinastía que ha venido a conocerse como la de “Los emperadores ancianos” ya que todos ellos vivirían más allá de los setenta años, que también sería conocida como la de “Los emperadores tardías”, por la avanzada edad con la que tendrían casi todos ellos a sus sucesores.

Incapaces de buscar la expansión hacia el oeste, o el norte y temeroso de despertar de nuevo la furia del imperio que creían se encontraba tras las montañas Zorak, los menetianos tomarían el camino de sus ancestros y se lanzarían a la exploración marítima. Tras despojar de cualquier elemento valioso que pudiese hallarse en los islotes cercanos a la costa, seria durante el reinado de Ílias Segundo “El exégeta”, el decimoquinto emperador, que se descubriría la existencia de la isla-continente de Thurgold.
Pero este descubrimiento no sería un presagio de nada bueno, ya que su conquista sería el desencadenante de la guerra largo tiempo retrasada con Naltor, y el origen histórico de la rivalidad que mantienen ambas naciones hasta el día de hoy.

El descubrimiento de Thurgold despertaría los sueños de conquista de las naciones vecinas. Tras ochenta años de paz tensa, la carrera por hacerse con los nuevos territorios convertiría en hechos lo que en de palabra nunca habían permanecido oculto.
Ya desde su misma fundación, Naltor se había había ganado la enemistad de la iglesia menetiada al declararse como una nación laica siguiendo los dictados de la escuela de pensamiento sailani. Así lo proclamaría su primer Orgus, Áldryar Nalot, al plasmar entre los preceptos fundamentales de su nación la negativa a aceptar la superioridad ética, moral o intelectual de las entidades veneradas por sus vecinos.
Aquella proclama que servía tanto para camuflar lo que era un rencor visceral del líder hacia la clase clerical, como para trazar una clara línea divisoria entre las naciones, terminaría por enraizarse en su pueblo hasta terminar por convertirse en una ideología institucionalizada.
Las fricciones habían sido constantes desde la paz de Namayán, pero sabían que un conflicto abierto sólo lograría debilitar a ambas naciones y facilitar el camino a las quienes esperaban más allá de sus fronteras, Bra'Em'Kyg y Rearem.

Por otro lado, la vía marítima también les estaba vedada. Los arrecifes y rocas ocultas que poblaban las costas que rodeaban a sus principales ciudades portuarias hacían intransitables aquellas aguas para los grandes navíos de guerra o de gran calado. El principal puerto de cuantos se hallaban entre sus costas, se encontraba en la Ciudad Libre de Xultz, situada en la frontera entre Naltor y Menetia. Ambas naciones habían tratado de conquistar aquella ciudad en más de una ocasión, pero el riesgo de que el vecino se hiciese con aquel puerto era un riesgo que no se podían permitir ninguna de las dos, por lo que, de facto, Xultz se había convertido en un protectorado de ambas naciones. Si una de ella no podía conquistarla, no permitiría que lo hiciese la otra.
El tiempo también había demostrado que la expansión hacia el este era inviable. Para Naltor llegar hasta allí implicaba atravesar Menetia. Por su parte, Menetia había comprobado que llevar tropas a través de las montañas Zorak y mantener una línea de suministros, era una tarea inviable.

El descubrimiento de un nuevo territorio poblado por tribus apenas civilizadas, cambiaba completamente escenario de su rivalidad. La anexión y conquista de aquellos bárbaros que poblaban la zona costera de Thurgold sería una tarea rápida y sencilla, pero las tierras no eran el único premio en juego. Con aquella campaña, tanto Menetia como Naltor obtenían algo más que nuevos territorios, lograban también una puerta para acceder a los territorios orientales de la temida e ignota Trollellom; aquella que acabase con los días de gloria del imperio.

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Organizaciones

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Los Cronistas de Baern

Los Cronistas de Baern
Creada originariamente como un cónclave de historiadores, con el paso del tiempo, la organización inicialmente conocida como “La Orden de los Cronistas de Baern” ha recorrido un largo y accidentado camino, a la vez que ha experimentado una gran cantidad de cambios a lo largo de su prolongada existencia.
En la actualidad, su presencia e influencia se encuentran presentes en una gran parte de las naciones civilizadas que conforman la franja central del occidente continental. Mientras que en algunas de ellas se encuentra sólidamente implantadas, en otras sólo se encuentra presente a través de los vestigios que se conservan de sus relaciones pasadas.
Asentada bajo distintas formas, sus labores también han ido evolucionando y adaptándose a cada entorno y cultura en la que se han introducido. De la misma manera, esta presencia también se encuentra consolidada entre otros organismos que realizan labores homóloga a la suya en las naciones que se encuentran fuera de su área de influencia directa. Esta relación adopta diversas formas entre las que se incluyen acuerdos de servicio, una colaboración académica recíproca entre miembros de distintas organizaciones, o vía contratos puntuales. Pese a no ser la más antigua de estos organismos dedicados al acopio de conocimiento, sí que es la que disfruta de una mayor repercusión fuera de las fronteras de su territorio natal.
Dependiendo del lugar en el que se encuentre su sede, el apelativo por el que son conocidos varia enormemente. Si bien es cierto que, de cara al pueblo llano, los nombres que se usan con mayor frecuencia para referirse a ellos son los de “Los Cronistas” o “Los cronistas de Baern”, la diversificación de sus áreas de estudio ha hecho que, tanto a nivel interno, como dentro de los estamentos científicos y las instancias de poder, el genérico que se utiliza para referirse a ellos es simplemente el de “La Orden”.
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Historia de La Orden

Historia de La Orden
El filósofo, historiador y filántropo baerni Walur Latnaer (Bran, Baern -750, -681) puso las primeras piedras de lo que evolucionaría hasta convertirse en la primera encarnación de La Orden en el año 437 de la llamada “Edad moderna” (-719 del Calendario mecbarino). En aquel momento, tanto su objetivo como el alcance de este eran mucho más limitados. Tras casi quince siglos de existencia, estos objetivos han ido cambiado a lo largo de sus distintas iteraciones. Ya hayan venido estos intentos de expansión dados por la ampliación y alteración de sus intereses, por algún evento anómalo, o un descubrimiento relevante, según se ha ido afianzando su conocimiento dentro de cada nuevo área de estudio, su organización interna ha tratado de adaptarse a estos cambios de enfoque. Junto a esta diversificación de sus intereses también se ha ido incrementando su influencia, poder y capacidad de mediación. Estos cambios no han sido recibidos de la misma manera, sucediéndose las épocas en las que han sido considerados como en una de las organizaciones más respetadas e influyentes del continente, un poder y una amenaza potencial a tener en cuenta, o una organización en el límite de la irrelevancia.

Este ejercicio de constante adaptación no tardó en dar sus primeras muestras ya que, poco tiempo después del inicio de su actividad, de la misma manera que comenzaba a crecer su repercusión, su misión inicial también comenzó a verse alterada y expandida.
Quienes comenzaron como un pequeño grupo de estudiosos de la historia humana, en un breve lapso de tiempo se convirtieron en los albaceas de un conocimiento mucho mayor, dando con ello las primeras muestras de lo que ha terminado siendo una de sus señas identitarias.
Junto a la documentación histórica de la que hacían acopio, también llegaba hasta ellos por distintos medios una gran cantidad de textos que versaban sobre todo tipo de materias. Independientemente de que estas obras hubiesen sido obtenidas durante alguna de sus investigaciones o a través de aportaciones provenientes desde el exterior, gracias a los datos recogidos en ellos pronto se convirtieron en los depositarios de un gran conocimiento, no sólo de material histórico, sino también dentro del ámbito científico.

Cambiando el paradigma

Durante sus primeros años de vida, todo aquel documento exento de datos cronológicos se limitaba a ser simplemente almacenados. No fue hasta que se produjo la llegada de la tercera líder de la organización; La Cronarca Dinsula Horanath (Mamdayal, Baern -701, -647), que aquello cambió.
Una de las propuestas más tempranas que presentó tras asumir su cargo, fue la que introdujo la primera alteración significativa en la organización; la fundación de la Orden de los Naturistas, organismo del que también fue su primera Oxiarca.
Horanath, entre cuyos intereses y prioridades se hallaba el conocimiento en toda su extensión, siendo en particular la ciencia quien tenía una prominencia especial, se negó a que La Orden se limitase a realizar mera recolección y posterior abandono de todo aquel dato que no fuese de naturaleza histórica.
Para el momento en el que se produjo el final de su mandato, La orden de los Naturistas disponía de una cantidad de recursos similar a la de los Cronistas, lo que provocó otras de las grandes señas identitarias de La Orden; la constante disputa por obtener la financiación necesaria como para llevar a cabo sus estudios, así como la rivalidad entre los distintos Oxiarcas.

Más allá de la creación de la orden de los Naturistas y el inicio de la apertura general de miras, la mayor aportación de Horanath que ha perdurado hasta la actualidad ha sido la de la metodología y el acercamiento hacia el estudio. Fue ella quien relegó la simple y llana recopilación de la información a un segundo plano, siendo la investigación, contrastación, verificación y documentación de la misma la prioridad. Este nuevo marco de trabajo se implantó tanto para aquella recién nacida orden como del resto de las órdenes teóricas.
De acuerdo a sus propias palabras, “La función de La Orden debe ser la de convertirse en los albaceas y propagadores de todo el conocimiento humano. Tanto del que se posee en el día de hoy, como de todo aquel que ya se llegó a poseer en el algún momento de la historia. Ayudar a la humanidad a aprender de los errores del pasado y a comprender el funcionamiento de la realidad que le ha dado vida.
Si bien el conocimiento es un concepto subjetivo, la verdad no lo es, y alcanzarla debe ser el objetivo último de todo aquel que aspira a formar parte de La Orden”.
Aquel enfoque, que fue interpretado por muchos de sus miembros como un drástico cambio en la misión fundacional de La Orden, se encontró con una fuerte oposición por parte de los integrantes más asentados de entre Los Cronistas.
Estos defendían que “La función de Los Cronista no es la de emitir un juicio de valor o decidir qué es cierto o falso, sino la de estudiar, documentar y custodiar la información de todo lo que ha sucedido, ha sido dicho o escrito a lo largo de la historia.
La Orden de los Cronistas no crea ni interpreta la historia, al igual que tampoco juzga a sus participantes”.
Esta dicotomía conceptual, y los matices de lo que significa e implica el acto de estudiar, se han mantenido hasta el día de hoy, variando enormemente el lado hacia el que se ha decantado la balanza en la persona que se encuentra el puesto de mando del Yishin Amat; el órgano de gobierno que gestiona La Orden.

De cualquier manera, ya sea como meros transcriptores, como investigadores o como fuente de conocimiento aséptico, el gran mantra de Horanath caló de tal manera que ha terminado por convertirse en otro de los rasgos definitorio sobre el que, salvo contadas excepciones, han trabajado gran parte de sus sucesores.
Aquellos que han seguido los preceptos de Horanath, como norma general no aceptan diferenciación alguna en la metodología a seguir para llevar a cabo su misión, independientemente de su ámbito de estudio.
Tanto aquello que se conoce, se supo, se asumió o se dio por cierto en algún momento, como lo que el paso del tiempo ha desmentido o, en apariencia, se ha demostrado como erróneo, debe ser verificado. Todo dato debe ser estudiado, falsado y validado con la misma meticulosidad y rigor antes de ser aceptado y transmitido como una verdad.
Esta labor se ha visto plasmada en la creación de las tres grandes obras de La Orden: La Enciclopedia del tiempo, El Atlas de la realidad y el Códice del conocimiento.

Relaciones internacionales

Con el transcurrir del tiempo, a medida que La Orden fue obteniendo y compartiendo el tan ansiado conocimiento, su reputación comenzó a propagarse más allá de las fronteras de su Baern natal. Tanto sus aciertos, como sus errores y las conclusiones que sacaban de estas, pasaron a ser observados y estudiados con interés por sus homólogos en otras naciones.
A medida que el intercambio de información entre Los Naturistas y los estudiosos de la universidad de Amlash se hacía más frecuente, también comenzaron a surgir las primeras fricciones con la teocracia de Goord.
A pesar del aire de neutralidad que ha pretendido tener siempre La Orden alrededor de los conflictos de sus naciones vecinas, o de su negativa a emitir juicios morales, las relaciones internacionales siempre han sido un tema harto delicado que siempre ha preocupado a sus dirigentes.
Su perspectiva histórica, promulgada como algo objetivo e imparcial, ha hecho que La Orden tienda a chocar con los nacionalismos basados en el derecho divino y sus construcciones mitológicas. Tratando de aprender de los errores cometidos por quienes formularon las teorías del pasado, por sus vecinos en la actualidad y por sus predecesores dentro de La Orden, los sucesivos líderes, han tratado siempre de mantener el delicado equilibrio entre el respeto a las tradiciones, la eufemística y su dedicación a trasladar un mensaje inequívoco.
Gracias a esto, los distintos Omniarcas o “Guardianes del Conocimiento”, han tratado de amasar y asentar el poder real necesario para poder convertirse en un organismo autónomo. Un ente que no necesite depender de ningún gobierno. Una pretensión de autonomía formal que requiere de una gran inversión.

Financiación

Tras la negativa de los herederos de Latnaer a continuar sufragando los gastos de La Orden, uno de las primeros objetivos de sus sucesores fue el de alcanzar esta independencia real, tanto a nivel económico como político de cualquier agente externo. Para ello, la organización necesitaba ser capaz de desarrollar una serie de mecanismos que les permitiesen obtener los cuantiosos ingresos imprescindibles para su subsistencia. Métodos y procedimientos que, al mismo tiempo, no comprometieran al resultado final de su trabajo. El objetivo a largo plazo era el de tratar de evitar el clientelismo y las ingerencias por parte de entidades ajenas, pero alcanzar este objetivo era una tarea que se escapaba enormemente del ámbito de estudio de cualquiera de sus integrantes y cuya consecución tardaría mucho tiempo en lograrse.

A lo largo de aquellos primeros tiempos difíciles, el desarrollo de todo tipo de acuerdos, tanto con Baern como con Saliria, les permitieron sobrevivir a los momentos más complicados, pero el dinero obtenido mediante estos acuerdos no eran suficiente como para cumplir con las ambiciones de sus dirigentes. Para alcanzar la financiación necesaria, algunos de ellos se vieron obligados a recurrir a otra suerte de tratados que acostumbraban a venir acompañados de letras pequeñas y compromisos de difícil cumplimiento de acuerdo a sus reglamento interno. De esta manera, su autonomía se vio comprometida y, por momentos, se limitó a ser una mera quimera plasmada en sus estatutos. Un objetivo cuya consecución acostumbraba a estar más allá de su alcance. Durante varios siglos, su capacidad para subsistir por sus propios medios fue imposible, no dejando otra elección a sus líderes que la de aceptar algunos acuerdos considerados por muchos como inaceptables.
Algunos de sus Omniarcas como Gisül Najaseli (Biloskstür, Baern -604, -523) o Dyshart Olmenequ (Shaymat, Rearem -464, -393), a los que les tocó dirigir el destino de la organización en momentos muy complicados, han pasado a los anales de la historia de La Orden como una deshonra para su título y todo lo que representa. Pese a que estos casos no dejan de ser elementos aislados, forzados en gran medida por su escaso margen de maniobra, esto no ha evitado que aquellos que lograron solventar con mayor eficacia los momentos complejos terminasen sus mandatos libres de críticas hacia sus gestiones.


Discrepancias, acuerdos y presiones

Las disputas internas han sido una constante dentro de su historia y todo error, muestra de debilidad o toma de decisiones no consensuadas, una herramienta más a ser utilizada en las luchas para avanzar en la escala jerárquica.
Más allá de los anteriormente mencionados, por su jefatura han pasado todo tipo de dirigentes. Desde aquellos que, de manera independiente a la intencionalidad de sus acciones, han pasado a la historia como los culpables únicos de la caída en desgracia de la organización, hasta aquellos con una visión muy parcial de su misión, o quienes, directamente, poseían unos intereses antagónicos a los valores bajo los que se creó La Orden.
En momentos puntuales, el ceder ante alguna de las presiones exteriores ha sido inevitable, mientras que, en otras, ha formado parte de una estrategia a largo plazo para alcanzar o recuperar su independencia. La historia de la misma orden ha sido reescrita en más de una ocasión de acuerdo a los designios de sus dirigentes. Esto ha llevado a sus sucesores a verse obligados a elegir entre tratar de corregir los errores, o continuar con la mentira. A pesar de todo esto, y de la leyenda negra que ha generado, su independencia ha sido una constante prácticamente inalterada a lo largo de la mayor parte de su existencia.

Aún así, esta leyenda negra y las acciones deshonestas de sus Omniarcas acostumbran a ser sacadas a la luz con frecuencia. Cuando nuevos gobernantes comienzan a tratar con ellos, no es raro que utilicen estos nombres y estas historias como arma arrojadiza contra ellos a la hora de tratar de forzar su mano. La obtención de unas condiciones más favorables en los acuerdos a forjar o renovar un tratado rara vez entiende de etiqueta, ética o una negociación honesta.

Pero estas herramientas no son sólo utilizadas por quienes negocian con ellos. Con la comprensión de que el poder no reside tan sólo en la acumulación de datos, sino en cómo estos son explotados, el gran esquema que se ha ido diseñando desde las grandes mentes que han pasado por su jefatura tampoco ha optado siempre por descartar la presión y el chantaje.

No existe prebenda eterna ni acuerdo atemporal, al igual que no hay un sistema perfecto capaz de adaptarse a un mundo en constante cambio. Pese a todo, La Orden ha logrado sobrevivir a los cambios de regencia, ideologías y sistemas de gobierno de las naciones que la rodean, aunque no ha salido incólume de estos cambios.
Su propia estructura interna se encuentra en constante evolución y adaptación. Si bien no ha superado todas las complicaciones sin sufrir pérdidas y escisiones, sí que ha sido capaz siempre de conservar gran parte de los recursos necesarios para no desaparecer por completo.
Aunque las normas que han ido diseñando para su propio funcionamiento interno han cambiado para adaptarse a los nuevos tiempos, estas apenas han llegado a realizar puntualizaciones y matizaciones menores acerca del marco teórico sobre el que se debe desarrollar su misión.

Más allá de la percepción simplista que se tiene de ellos en el exterior, o de la imagen de estoicismo, cerebralidad, orden y control que pretenden proyectar, a pesar de las complejas reglamentaciones que han diseñando para evitar esta causística, la corrupción en el seno de La Orden no ha podido ser evitada, siendo una lacra que les ha acompañado y se ha expandido con el crecimiento de la organización.
Independientemente de las luchas por el poder y de la desviación temporal del objetivo trazado a largo plazo, el gran esquema también se ha visto alterado en diversas ocasiones debido a la acción de agentes internos. Individuos que han ofrecido desde el seno de La Orden servicios para los que no tenían autorización, o que se han ofrecido para tratar de incluir dentro de la agenda de la organización prioridades ajenas.
El hecho de priorizar una u otra actividad puede llegar a implicar cuantiosas sumas de dinero, tanto para ellos como para otros miembros de la orden que no deberían tener acceso a él.
Las luchas de egos tampoco ha sido algo desconocido. Estudiosos que, tras considerar que su trabajo no recibía el reconocimiento o los recursos necesarios, los ofrecían al mejor postor, o buscaban mecenas en algún otro lugar de manera independiente. Esta, y no otras razones que, en apariencia, pueden parecer más dañinas, ha sido una de la mayores fuentes de problemas para La Orden. La fragmentación y la aparición de otros organismos con objetivos similares, por más que sean organismos con los que puedan llegar a realizar estudios conjuntos, lo único que ha logrado es que parte de los fondos provenientes del exterior sean destinados a otro lugar.

De cualquier manera, y pese a que algunos de estos sucesos ha estado cerca de poner fin a La Orden, si bien han logrado dañarla en mayor o menor medida, no han impedido que vuelva a recuperar una y otra vez su posición de cierto privilegio.

Teoría y práctica

La labor de La Orden no es meramente teórica. Ya desde los primeros momentos su encarnación más temprana, la gran cantidad de información que manejaban requería de ser catalogada de una manera meticulosa a la par que funcional, lo que derivó en la creación de la primera de las “Órdenes pragmáticas”, la de los Archivistas. Esta orden, con un profundo componente práctico, fue seguida poco tiempo después por la de los Naturistas y continuada por otras. Algunas de ellas, como la de los Cartógrafos, nacieron como respuesta a servicios requeridos por alguna nación. Otras, como la de los Constructores, a petición de agrupaciones como el consorcio de comerciantes que compró las ruinas de Edera para su reconstrucción.

La tercera de las órdenes pragmáticas; la de los Tecnócratas, también ha sido históricamente la más cuestionada de todas ellas. Si bien ya desde el fallecimiento del fundador y principal mecenas de la organización algunos de los estudiosos realizaban labores similares a las de esta orden, estas labores carecían de la entidad, criticidad o presupuesto de este organismo interno.
La orden de los Tecnócratas fue fundada, entre otro, con con un propósito muy claro en mente; el diseño de los mecanismos que permitiesen a La Orden obtener la independencia económica. Con este fin como uno de sus objetivos principales, fue fundada por la Omniarca Imperia Svetlasa (Bran, Baern -642, -581) poco tiempo después de alcanzar el poder.
Con la llegada de este nuevo organismo también se alteró una vez más la estructura, no sólo jerárquica, sino también la meramente organizativa dentro de La Orden. La nueva dirigente confiaba en que, tratando de auditar, controlar y racionalizar los recursos dedicados a cada una de sus tareas, el conjunto sería más sostenible.

En la constante expansión a la que se veía sometida la organización, una de las primeras decisiones de los Tecnócratas también fue la más discutida. Las posibilidades que planteaban para tratar de explorar nuevas vías de financiación de La Orden fueron recibidas con una mezcla de incredulidad, alarma y escepticismo. Estas decisiones implicaban la priorización de los recursos asignados hacia las órdenes pragmáticas por encima de los dedicados a aquellas que se centraban en las ciencias puras. Más allá de las razones meramente morales, lo que no fue recibido con buenos ojos por parte de los perjudicados era lo que consideraban el establecimiento de un sistema de clases dentro de la organización. Un sistema en el que ellos pasaban a ser miembros de segunda categoría.

Para llevar a cabo aquel objetivo, la organización ya no se debía limitar a esperar las peticiones y proveer de conocimiento a sus solicitantes, sino que también tenía que ofrecerlo de una manera activa. Esto no pasaba simplemente por realizar tareas de promoción, sino que también requería que se tratase de plasmar aquel conocimiento bajo la forma de los llamados “artefactos prácticos”, ya fuesen estas técnicas de construcción innovadoras, nuevas maneras de explotar las fuerzas naturales del mundo o la formación de individuos que no pertenecían a la organización.

Antes de aquel momento, tras poco más de un siglo de existencia, La Orden ya había pasado por varias crisis previas, pero nunca antes había estado tan cerca de separarse de una manera tan traumática. Siendo consciente la Omniarca de lo tenso y problemático de la situación, la amenaza del primer gran cisma fue resuelta con brevedad de manera discreta. Svetlasa renunció a su puesto como líder de la organización, asumiendo tras esto el mandato de los Tecnócratas. Al mismo tiempo, Égorstin Raimul (Lashal, Baern -652, -583), dirigente de los Naturistas, pasaba a ocupar su posición como dirigente de La Orden.
Más allá de estos juegos de poder y las suspicacias que despertaron, aún con gran parte de sus compañeros reticentes a seguir sus dictados, la influencia apenas se vio mermada y los designios de los Tecnócratas continuaron siendo aplicados durante años. Si bien es cierto que, después de estos eventos, su existencia y cometido nunca han sido sencillos y sus decisiones nunca han estado exentas de críticas o ser sometidas a una incomprensión y rechazo generalizados, su labor se ha mostrado como algo imprescindible para la subsistencia de La Orden. Más allá de sus errores y ciertas decisiones cuestionables, los Tecnócratas habían llegado para quedarse.

Porque, junto con el crecimiento, llegaban también nuevos riesgos y nuevos retos a ser solventados. Cuanto más se expandía La Orden, más se complejizaban las tareas de quienes debían controlar, gestionar o administrar tanto a las subórdenes como su cada vez mayor estructura.
Para estas labores se crearon nuevas órdenes cada vez más especializadas. Nuevos organismos prácticos formados por administradores y gestores. Gente destinadas únicamente a mantener funcionando aquella maquinaria que amenazaba con volverse insostenible.
Con un conocimiento limitado en cada una de las diversas áreas del saber que debían supervisar y auditar, su tarea no sólo no era sencilla, sino que era vista con una notable desconfianza y un cierto desprecio por una parte de los estudiosos.
De acuerdo a las voces críticas, aquellos individuos no sólo no aportaban nada a la labor de La Orden, sino que las tareas que llevaban a cabo sólo servían para desacreditar su nombre y su obra. Eran funcionarios destinaos a realizar tareas triviales y automáticas, estorbos cuyas decisiones sólo servían para entorpecer su libertad de acción. La tecnocracia no era una ciencia sino una barrera para esta. Un parásito, un generador de procedimientos obtusos, documentación inútil, formalismos redundantes e inconveniencias que amenazaba con desvirtuar su labor y destruir todo lo que habían logrado construir hasta entonces.

A pesar de todas las críticas y los conatos de enfrentamiento entre los defensores de las distintas bloques, la visión práctica terminó consolidándose dentro de la organización. Con la paulatina implantación de las medidas tecnocráticas, las cada vez mayores necesidades particulares de cada grupo pudieron ser solventadas, permitiendo con ello la dedicación en exclusiva de los estudiosos a sus tareas principales.

Expansión y fragmentación

A lo largo de su ya larga historia, las andanzas de La Orden no sólo han sido un cúmulo de aciertos, y grandes éxitos. Mezclándose y alternándose con estos, los breves periodos de estabilidad y crecimiento han sido normalmente interrumpidos de manera tumultuosa por constantes altibajos, escándalos y escisiones. Durante las épocas de inestabilidad, aún conscientes de su propia historia y conocedores de las debilidad del sistema, esto no ha impedido que los distintos dirigentes de la organización hayan continuado con sus planes de crecimiento y expansión.
Ya hayan venido estos planes forzados por los compromisos adquiridos por sus predecesores, auspiciados por lo que se percibía como una oportunidad, por la falta de visión de algunos de sus líderes, o causados por la ambición personal del Omniarca que gobernase La Orden en un momento dado, esta imparable huida hacia adelante que parece no tener fin se ha demostrado como una máxima inmutable.
Con esto, y generalmente de manera irreflexiva, su inmensa estructura en constante expansión se ha visto sometida a una serie de pruebas que han bordeado, cuando no superado los límites y la capacidad de adaptación de sus mecanismos de control. Los tempranos intentos de implantar su presencia en otros territorios más allá de las fronteras de Baern fue la piedra de toque que dio comienzo a esta compleja serie de pruebas.
Estos primerizos intentos de expansión, sustentada en muchas ocasiones sobre unos terrenos resbaladizos y poco recomendables, diluían los límites de una escala jerarquía cada vez más descentralizada, provocando frecuentes conatos de rebelión, escisión y cismas que no tardaron en dar sus primeras señales.

Por un lado, las participación de los miembros de La orden pragmática de los Constructores en la reconstrucción de diversos monumentos arquitectónicos del pasado, así como la gran labor que desempeñaron durante el resurgimiento de Edera, o la elaboración por parte de la de los Cartógrafos del Atlas de la realidad, les granjearon un nombre y una repercusión notoria fuera de su hogar ante las instancias ajenas a los círculos intelectuales.
Por otra parte, mientras que, de cara a los pueblo, su labor era percibida como una obra altruista, ante los ojos de quienes ostentaban el poder comenzaron a ser percibidos como una amenaza potencial. Aún así, esto no impidió que su presencia continuase consolidándose de manera inexorable en distintas naciones. Si bien, en algunas de ellas, como el Imperio Menetiano, Nivar, Goord y algunas de las provincias de Rearem, sí que se establecieron términos limitantes y rígidos para sus asentamientos dentro de sus territorios, otros gobernantes como Mavra Daniseva o Sipskriel les abrieron las puertas de sus territorios sin poner apenas condiciones.

Pero su papel y su presencia en cada territorio ha ido cambiando según ha ido transcurriendo el tiempo. El hecho de que su participación en la formación de la posterior República de Menetia y la “Conjura de Sunrath” no sólo no se hiciese pública, sino que tampoco se plasmase en los documentos oficiales, provocó el primero de los profundo cismas en los que se vio sumida La Orden.
Las instancias del poder, pese al agradecimiento, también comenzaron a percatarse de que la amenaza potencial que siempre habían representado se estaba volviendo algo tangible y real.
A pesar de ayuda prestada durante la formación del Vim Ubar, algunos de los componentes del nuevo gobierno menetiano albergaban la sospecha de que los miembros de La Orden sólo se encontraba en su lado, el del bando ganador, como parte de un plan más ambicioso a largo plazo. Un estrategia urdida desde Baern de la que ellos no eran sino unos meros peones.
Tras aquel evento, tanto Menetia como Goord comenzaron a restringir aún más su capacidad de acción y a vigilarlos con mayor detenimiento. A partir de aquel momento, cada nueva entrada cartográfica que se incluía dentro del Gran Atlas de la Realidad fue supervisada con suma atención. Cada línea de las fronteras se escrutaba de manera casi obsesiva buscando motivos ulteriores, dificultando enormemente el avance de la tarea. Esta actitud no fue exclusiva de la recién formada república, sino que la controversia y la discusión se convirtió en la tónica habitual.

En aquel momento se produjeron las primeras fragmentaciones de La Orden, con la escisión de la universidad de Sunrath. El abandono de esta sede de los dictados provenientes desde Cahirn Ansay dio inicio a una serie de movimientos que desencadenarían la primera gran crisis.
Con anterioridad se habían producido desavenencias, fricciones y abandonos de pequeños grupos de estudiosos pero, tras algo más de dos siglos de existencia, se producía el primer gran cisma con el nacimiento de la llamada “Escuela de Sunrath”. Ante esta primera fugas de cerebros, otros descontentos no tardarían en seguir los pasos de los menetianos.

A su vez, y dándose cuenta de que les era más beneficioso el hecho no depender de un organismo externo, tanto Goord como Dúgental optaron por ofrecer a los integrantes de La Orden que se encontraban en sus territorios la posibilidad de convertirse en parte de los estamentos oficiales de sus respectivos equipos de gobierno. A su vez, los eruditos de Mitsulen firmaban acuerdos con la más cercana Sunrath.
No se producía una ruptura completa en la relación con su antigua alma máter, pero sí un brusco cambio en las lealtades y prioridades, así como una renegociación de los términos de su relación.

Las consecuencias de todos estos sucesos supusieron un severo golpe para las ambiciones de La Orden pero, a pesar del varapalo, si bien supuso una severa merma en su capacidad de influencia, no impidió que continuase manteniendo gran parte de su relevancia y peso específico. Las ambiciones de sus Omiarcas, sin embargo, apenas se vieron disminuidas. Pese a todo, aún conservaban una moderados presencia dentro de los esquema de poder de gran parte de los territorios del centro continental.

Independencia

Desde que los herederos de Latnaer se negaron a continuar con la financiación de La Orden, esta comenzó a sumirse en una serie de deudas que arrastró y se fueron incrementando a lo largo de trescientos cincuenta años.
Tras la debacle que supuso aquella decisión, si bien, La Orden había logrado sobrevivir, su subsistencia había venido dada en gran medida por las aportaciones de diversos mecenas de toda índole e ideología, pero este dinero acostumbraba a venir acompañado de unos intereses adicionales que poco tenían que ver con lo meramente económicos. Compromisos que, en ocasiones, pretendían influir en el resultado final de lo escrito o en las conclusiones que se extraían de sus estudios.
La lucha entre las órdenes teóricas y las pragmáticas alrededor de este tema había sido una constante, y la razón por la que muchos de sus integrantes llegaron a abandonar sus filas. Si bien este cambio en el paradigma era aceptado como una consecuencia inevitable por gran parte de los estudiosos, a la par que las órdenes teóricas se sentían como los principales damnificadas, la solución a este problema vino dada por parte de un miembro de las órdenes pragmáticas.

Gracias a los estudios y a las tesis de Asclerioth de Salastea (Salastea, Baern -508, -428), uno de los miembros más destacado de la Orden de los Economistas, la organización comenzó a vislumbrar la posibilidad de escapar de aquella lacra que le había mantenido presos durante tanto tiempo.

Dentro del campo de estudio de Asclerioth, centrado este en el análisis de las influencias entre la economía, la política y las relaciones internacionales, el economista afirmó haber descifrado, extraído y transformado en un conjunto de normas, los patrones sobre los que se regía el gran esquema socio económico del momento. A partir de estas teorías, plasmó en su tesis el diseñó del sistema sobre el que La Orden comenzó a construir su ruta hacia la autonomía completa tiempo después.

La implantación de de estas tesis no fue rápida o sencilla, y su transformación en un conjunto de leyes, licencias y acuerdos que las convirtieran en algo aplicable al mundo real requirió de más de un siglo.
Gracias a ellos, en el año -328 y de la mano del Omniarca Fanrut Ulirman (Bancusu, Baern -386, -315), La Orden, no sólo lograba dar por terminado todo compromiso basado en un acuerdo económico, sino que pasaba a ser capaz de imponer sus propias condiciones. Cuatro siglos después de su nacimiento e, irónicamente, de manera contraria a los deseos de gran parte de sus múltiples acreedores, La Orden lograba saldar su última deuda histórica y comenzaba aspirar a algo más.
Con esta serie de logros pasaba a ser dueña de su propio destino, a obtener la capacidad de mantener una independencia económica, a encontrarse libre de cualquiera compromiso adquirido con anterioridad y optar a un nuevo comienzo.

Asimismo, tras superar aquel primer gran escollo, la independencia política pasó a ser el siguiente gran objetivo a alcanzar. Pero aquel nuevo camino tampoco era sencillo. Los planes de Ulirman eran muy ambiciosos y requerían de una gran inversión. Para la consolidación de aquella nueva Orden se necesitaba de una expansión como nunca antes habían llevado a cabo. Una que continuase asentando y consolidando su presencia de manera firme e inexorable en las cortes, senados y consejos de las naciones más poderosas del Daegon occidental.

Tras el éxito alcanzado gracias a la labor de los sucesores de Asclerioth, a su vez y con la consecución de este hito, La Orden de los Economistas, uno de los sub-organismos pertenecientes a los Tecnócratas, lograba temporalmente alcanzar el estatus de Orden Mayor. Una orden entre cuyas misiones se encontraba la de supervisar los complejos acuerdos económicos que se firmaban con aquellas naciones que requerían de alguno de sus servicios.

Corrupción

La independencia, el nuevo estado de crecimiento y la atención que despertaba aquella nueva encarnación de La Orden, trajeron hasta ella una serie de complicaciones añadidas. Una de ellas, la de la corrupción, si bien no era algo desconocido, sí que siempre se había encontrado en un plano muy secundario.
Los primeros síntomas de aquella nueva lacra no tardaron en hacerse visibles, poniendo cada uno de ellos en entredicho las promesas de objetividad y compromiso de La Orden con su misión.
Mientras sus enemigos utilizaban aquellos sucesos como arma arrojadiza, sus asociados y clientes los usaban para presionarles hacia un escenario similar a aquel que habían abandonado poco tiempo atrás. El hecho de que los casos más importantes no tardaban en salir a la luz pública, sin importar si habían sido o no resueltos, convirtieron la búsqueda de una solución a esta problemática en un una de las principales preocupaciones de los Omniarcas.
Los sucesivos rectores de La Orden realizaron diferentes acercamientos hacia aquella problemática, pero cada nueva corrección de la reglamentación interna sólo servía para sacar a la luz nuevas carencias en esta. La situación que muchos habían vaticinado como una utopía estaba resultando ser la causa de la crisis más compleja con la que se había encontrado jamás la organización.

Junto con el crecimiento y el acercamiento hasta las instancias del poder, el acceso hasta La Orden también pasó a constituir un nuevo medio para ascender dentro del escalafón social. Al mismo tiempo, la apertura de estas puertas, así como las actividades que se podía llevar a cabo gracias a ellas, conllevaba a su vez una nueva responsabilidad de cara a estos mismos poderes.
Más allá de esto, la expansión generaba también nuevas vulnerabilidades capaces de desestabilizar el ya de por sí delicado y precario equilibrio de poder dentro de la misma organización. Dentro de aquel escenario siempre cambiante, surgían a diario nuevas vías de acceso para individuos que sólo buscan el lucro propio sin importar el coste. Aquella era una situación que necesitaba ser controlada.

Si con la creación de las órdenes pragmáticas La Orden logró a fomentar y regularizar el acceso a nuevos modelos de financiación, y con los funcionarios y organismos tecnocráticos a controlar las aspiraciones de crecimiento de los distintos gerentes de la organización, la Omniarca Ludvila Árbegost (Yalan, Baern -312, -221) optó por tratar de convertir aquel problema en una oportunidad con la creación de tres nuevas órdenes centradas en la resolución de este tipo de problemáticas; Los Censores, los Legisladores y los Juristas. A través de ellos se trató de atajar otro de los grandes escollos para la estabilidad de todo gobierno; el del surgimiento de la corrupción intrínseca a toda gran organización.

Al igual que la creación toda nueva orden, y todo nuevo cambio drástico en el seno de la organización, la toma de aquella decisión vino acompañada por la desconfianza y el desagrado por un gran número de los integrantes de las que ya se encontraban perfectamente asentadas. La toma de decisión fue aprobada por un margen muy ajustado lo que, irónicamente, también condujo a que la Omniarca fuese acusada de nepotismo y corrupción.

Si bien las funciones desarrolladas por los Juristas ya habían sido desempeñadas con anterioridad por una serie de sub organismo que formaban parte de Los Tecnócratas, las otras dos nuevas entidades suponían una ruptura total con todo lo anterior.
Al mismo tiempo que algunos de los subalternos de Árbegost retomaban la vieja amenaza de un cisma que podría destruir todo lo ya construido, aquella noticia tampoco fue recibida con agrado por parte de las autoridades de Baern.
El hecho de que aquel ente autónomo en el que se había convertido La Orden pasase a tener su propio régimen interno de justicia, implicaba que su capacidad de presión sobre ellos se volvía cada vez menor. Tras largas y tensas negociaciones, y pese a la amenaza de una intervención militar por parte de las tropas de Baern para tomar Cahirn Ansai, en el año -251 Árbengost realizó la declaración formal que establecía la separación de La Orden del estado de Baern.
Esta decisión, en apariencia tomada de manera unilateral por la Omniarca, se encontraba apoyada por las fuerzas de Nivar y Menetia. Los gobiernos de ambas naciones consideraban que La Orden se había convertido en algo demasiado crítico como para depender de cualquier otro gobierno. Si no dependía de los suyos, no dependería de ninguno.

Con la independencia completa el problema no hizo sino agudizarse. una serie de complicaciones que ya se encontraban presentes hasta aquel momento se hicieron aún más visibles. Dentro de la compleja burocracia interna que les había permitido su crecimiento de una manera controlada, se incluían nuevas normas y mecanismos forzados por su nuevo estatus que, a su vez, se convertían en brechas de acceso para individuos poco recomendables.

A pesar de los altibajos que ha sufrido desde entonces, La Orden nunca a dejado de ser un ente completamente autónomo, al igual que tampoco ha dejado de estar salpicada de escándalos. La oportunidad de crecimiento ilícito no es una prerrogativa exclusiva de los los altos mandos, sino que se extiende a lo largo de todo el árbol jerárquico.
De la misma manera que la corrupción en las altas instancias se ha demostrado como algo inevitable, aquellos que se encuentran en los puestos más bajos también forman parte de en la cadena de mando, responsabilidad y poder. En los momentos en los que La Orden ha gozado de una mayor repercusión, también lo ha hecho la proliferación de nuevos escándalos de todo tipo, tanto ciertos como fabricados.
La perversión de las normas del reglamento interno es un arte en sí mismo, al igual que lo son los juegos de presiones e intrigas para que se aprueben unas por encima de las otras. Los mecanismos diseñados para evitar este tipo de intrigas y las ansias de poder siempre han sido susceptibles a un uso creativo, parcial y partidista.

Independientemente del tamaño que haya llegado a alcanzar la institución, sus diferentes reglamentos no han logrado evitar que alguno de sus puntos críticos dependa de la labor de un pequeño componente. Cada nueva iteración que ha tratado de poner solución a alguno de los problema ya detectados, siempre ha acostumbrado a sacar a la luz nuevas fallas hasta entonces ocultas, y La Orden, por más soberbia e impresionante que pueda parecer, no está libre de estas grietas, contradicciones internas y lagunas en su sistema.
Dado su gran tamaño actual, tras la apariencia de estabilidad, orden y control que pretende proyectar, en su interior se fraguan todo tipo de movimientos contradictorios. Algunos de estos no tienen reparos en ser mostrados en público y se plasman a través de la tergiversación de los mecanismos de los que disponen, mostrando sin pudor ante la mirada impotente de los juristas los huecos que pueblan sus leyes, otros lo hacen de manera subrepticia.
Más allá de los usos que fuerzan a la evolución constante de los mecanismos de control, en el interior de La Orden también se encuentran quienes no buscan estas lagunas como herramientas de promoción interna, sino que aspiran a obtener a través de ellos un enriquecimiento rápido o quienes, directamente, han sido pagados para introducirse en la organización y mermar su influencia o su reputación.
Entre las salas y pasillos de las distintas sedes bullen y se desarrollan todo tipo de tramas que amenazan con desestabilizar su misma estructura. No existen planes ni mecanismos de control perfectos, no existen leyes sin fallas que explotar. Por más procedimientos que establezcan los tecnócratas para controlar la corrupción y el arribismo, por más que se esfuercen e investiguen los cuestores, por más sentencias que dictaminen los legisladores, en su aspiración por evitar el colapso, también van abriendo nuevas puertas hacia la destrucción de La Orden.

La incomodidad y, en ocasiones, inconveniencia que provocan los mecanismos diseñados por los tecnócratas, al igual que su propia naturaleza, los han convertido en la orden más denostada por el resto. Por otro lado, la orden de los Censores es la más temida.
Los métodos y mecanismos de ambos son puestos constantemente a prueba y sus motivaciones en entredicho. Al mismo tiempo, mientra que las funciones de la primera siempre se han encontrado cuestionadas, muchos consideran a la segunda como un mero agente cómplice en el mantenimiento del estatus quo.

Pese a los esfuerzos de ambos organismos para tratar de minimizar y aislar los brotes de corrupción dentro de la organización, esto no evita que esta recorra libremente sus pasillos o que algunos de sus mismos miembros se vean comprometidos por ella. El hecho de que su relación e interacción con el resto de los organismos tienda a ser muy limitada tampoco ha ayudado a mejorar su imagen. Pese a todo esto, la labor de lo administradores y cuestores se han terminado por convertir en un engranaje crucial sobre el que se sostiene la inmensa y compleja macro estructura de La Orden. Un engranaje más en el marasmo de piezas móviles en un perpetuo y delicado estado de equilibrio cuyo desajuste puede llegar a desencadenar situaciones catastróficas.

Apogeo

Tras el Primer Gran Cisma, una Orden desorientada y sin un plan a largo plazo, perdió múltiples oportunidades de volver a poseer un estatus como el que había alcanzado previamente a la fragmentación. La sucesión de líderes ineficaces y decisiones equivocadas les hicieron pasar épocas de absoluta irrelevancia y tentativas de disolución. Sólo el buen hacer de algunos de sus mandatarios impidieron que el titubeante paso de la organización terminase en colapso. Gracias a ellos, y de manera lenta, La Orden fue recuperando su prestigio en momentos puntuales esparcidos a lo largo de los siglos posteriores.
Irónicamente, el punto álgido de la popularidad de La Orden se encuentra ubicado en este largo periodo tumultuoso. Durante la etapa final del mandato de la Omniarca Maeshu Pomyane (Semper, Baern -228, -137) el nombre de Los Cronistas volvía a estar en boca del pueblo, a la par que la organización en su conjunto recuperaba una reputación similar e incluso mayor que la que había ostentado con anterioridad
Gestionando con cautela e inteligencia sus movimientos y optimizando las ganancias que obtenía con cada una de ellas, con una selección de proyectos orientados claramente hacia el aumento de su visibilidad, el equipo de dirección que trabajó junto con Pomiyane logró que de nuevo se hablase de
La Orden en presente fuera de los círculos de intelectuales y eruditos.

En el terreno más popular, trabajos hercúleos como la recuperación y recopilación de los mitos y leyendas de los folclores de Baern, Nivar, Goord, Bra’Em’Kyg, Rearem, Naltor y Menetia, así como su libre acceso hasta los mismos para cuenta cuentos, poetas y actores, granjearon al Cronarca Diseo Laitusar (Yisantal, Baern -220, -150) la simpatía del pueblo llano.
Pero esto no fue un hecho aislado. Otros trabajos del pasado comenzaban a dar sus frutos en aquellos días. Aquel momento vino precedido por grandes obras y apuestas arriesgadas que en su momento no fueron comprendidas. Gran parte de los réditos de aquel momento de gloria provinieron de una obra concluida casi siglo y medio atrás. La situación geopolítica del momento conllevó que la participación decisiva de La Orden de los Constructores en la colosal obra inacabada del Gran Imperio Menetiano; la finalización de la vía imperial que une de norte a sur la parte central del continente, los convirtiese en los poseedores de una importante parte de un elemento clave del comercio internacional.

Mientras todo esto sucedía, sus organizaciones rivales habían ido sufriendo un desgaste mayor al suyo. A pesar del ímpetu inicial con el que las distintas naciones recibieron en el pasado a los disidentes de La Orden, con el paso del tiempo el dinero y los recursos destinados a sus investigaciones había ido decreciendo, disminuyendo con ello también su capacidad de realizar investigaciones de calado o descubrimientos significativos. Mientras estas organizaciones iban realizando su lenta e inexorable transición hacia la intrascendencia, La Orden, no sin ciertos altibajos, había logrado mantenerse como una organización cada vez más relevante a nivel internacional.

Cuando se alcanzaba los finales del siglo noveno de la “Edad Moderna” (-157 del Calendario Mecbarino), muchos comenzaron a considerar a La Orden de nuevo como un imperio en sí mismo. Una fuerza que algunos miraban con suspicacia. Mientras que unos lo denominaban como “El imperio del Saber”, otros se referían a ellos como “Los Maestros de Marionetas”. Aquellos no dados a eufemismos los denominaron El poder tras la sombra, aunque no por ello ninguno de ellos dejaban de requerir sus servicios.

Sin importar que, con el transcurrir de los siglos. su relevancia haya ido decreciendo, o que la mala gestión de algunos de sus Omniarcas hayan destruido gran parte de aquella relevancia, a día de hoy aún se conservan algunos vestigios de aquella grandeza. Los componentes de La Orden se convirtieron en consejeros, educadores y consultores, formando parte de una manera u otra de las altas instancias, ya fuese a través de sus estudios, o de la formación de las nuevas generaciones de quienes se convertirían en las futuras élites de gran parte del mundo civilizado.

Las órdenes mixtas

Uno de los grandes grandes problemas históricos que había acompañado a La Orden a lo largo de casi toda su existencia; la infranqueable barrera ideológica que separa a las órdenes teóricas de las pragmáticas, era una tarea pendiente cuya solución habían tratado de acometer multitud de sus líderes.
No fue hasta el mandato de de la Omniarca Olayar Kunobe (Munvolta, Saliria -175, -81) que, tras decenas de intentonas fallidas, se llegó a alcanzar una solución de compromiso a este conflicto.
El antagonismo entre los dos grandes bloques era un problema demasiado serio para tratarlo como un problema secundario. Afirmando que la consolidación de este hecho que había acompañado a la organización desde tanto tiempo atrás jamás había hecho bien alguno, la solución del mismo se convirtió en una de las prioridades de Kunobe. Una tarea que se prolongó durante todo su mandato.
La solución final, pese a paliar parcialmente la situación con la creación de las llamadas órdenes mixtas, tampoco fue de su completo agrado, pero sí que dejó una situación que sus sucesores apenas han tratado de matizar o mejorar.

Si bien esta solución no era perfecta, sí que se ha mantenido activa hasta la actualidad. De acuerdo a las teorías de Kunobe, la problemática se había tratado de afrontar desde un enfoque erróneo. El conflicto no era meramente ideológico, sino de una parte muy importante del mismo procedía de la clamorosa falta de comunicación, entendimiento y visibilidad de las tareas realizadas por cada una de las partes implicadas. Ante este enfoque, la primera solución aportada por el equipo de dirección de la Omniarca fue la de crear una orden de mediadores internos, pero este acercamiento se demostró insuficiente. Los Oxiarcas del resto de grupos de estudiosos se negaban a “perder aún más tiempo en trámites inútiles con otro organismo superfluo”.
A partir de esta primera intentona, y siguiendo por un camino similar, se optó por que esta orden no fuese una entidad independiente, sino que los mediadores tenían que ser miembros de cada una de las la órdenes existentes. Miembros con un nivel de especialización menor pero con un conocimiento que abarcase más campos de estudio.

La finalidad de estos sub organismos ubicado dentro de las distintas órdenes mayores varía dependiendo enormemente en cuál de ellas se encuentren pero, a grandes rasgos, cumplen con dos funciones principales.
Por un lado, se espera de ellas que aporten una visión más amplia, ya sea esta teórica o práctica, allí donde algunas de esta es escasa o es más necesitada.
Por otro, sus miembros son los responsables de realizar las labores de comunicación e interlocución cuando se tienen que llevar a cabo tareas de manera coordinada entre las órdenes de bloques opuestos.

A pesar de que estas órdenes mixtas se conservan en la actualidad, la suya tampoco ha sido una tarea sencilla. Considerados por unos como investigadores de segunda poco especializados, y por otros como técnicos con perfiles y visiones demasiado teóricas como para aportar algo en la aplicación del conocimiento, cuando no directamente como intrusos, viven en un constante estado de demérito. Pocos son aquellos cuya labor y aportaciones hayan sido reconocidas o apreciadas alguna vez por los Oxiarcas de las órdenes mayores que las albergan.

Con el paso del tiempo el poder, número y atribuciones de los administradores y las órdenes mixtas han variado y han sido factores discutidos en gran medida, pero su utilidad y necesidad a día de hoy está fuera de toda duda. Si bien su mera creación no fue suficiente para poner fin a los conflictos, sí que han servido para paliar en parte el caótico y arbitrario funcionamiento que antaño padeció La Orden.
Por más que jueguen un papel ingrato y desagradable dentro de la organización, y sus defensores sean escasos, de entre los miembros que militan en sus filas, ya sea dentro de las órdenes teóricas o las pragmáticas, han salido ideas y aportaciones que han supuesto avances significativos para el gran esquema.

Estancamiento y declive

Se han achacado a muchas causas la posterior caída en desgracia que padeció La Orden. El espectro de razones que se han expuesto han pasado desde el inmovilismo y especulación, hasta un agravamiento de la corrupción durante la época de bonanza, o una conjura del exterior para acabar con su poder pero, como acostumbra a suceder con las organizaciones de esta magnitud, todas son ciertas pero ninguna de ellas es en sí misma una verdad completa. Como sucede con toda creación humana, la estabilidad nunca es algo constante. Tras varios siglos de lento crecimiento y la culminación en su época de gran esplendor, llegó el final de un ciclo para La Orden. Como consecuencia de lo anteriormente expuesto, y motivos que se encontraban más allá del control de la organización, su dinámica se volvió descendente desembocando en una nueva crisis.

Pese a que si que existían presiones desde el exterior para mirar su capacidad de influencia, no hizo falta la presencia de ningún enemigo externo para dar al traste con su trabajo. En aquella ocasión tampoco se trató de una nueva revuelta de quienes se encontraban lejos de Cahirn Ansai, sino del propio desgaste de todo el conjunto. Pequeños detalles arrastrados a lo largo de su ya larga historia que, poco a poco, fueron minando nuevamente su relevancia y credibilidad. No se trataba de nada nuevo, sino de la acumulación de viejas disputas y desacuerdos.

Las disensiones internas hicieron mella una vez más en el seno de La Orden. Las quejas y recriminaciones cada vez eran más constantes. Reclamaciones históricas como aquellas acerca de la priorización y el uso de los recursos que se intensificaron, mientras que los distintos Oxiarcas presionaban para que se destinase más dinero a cada una de sus investigaciones. Personajes de distintos grados de brillantez que pedían mayor repercusión. Estudios que se iniciaban para morir poco tiempo después por falta de presupuesto o errores burocráticos.
Las luchas entre las ordenes pragmáticas y las teóricas eran constantes, y la mera existencia de las ordenes mixtas no era suficiente como para que llegaran a un entendimiento. Egos desmedidos que exigían sin ofrecer nada a cambio, forzando posiciones cada vez más polarizadas. Nadie estaba a salvo de las críticas, pero los Tecnócratas eran una vez más quienes más cuestionados se encontraban, y no sólo por las órdenes teóricas.
Se acusaba a su gestión de centrar sus esfuerzos en la obtención y ampliación del poder dentro de la organización, ignorando las necesidades reales del resto de organismos. De limitarse a gestionar el conocimiento ya adquirido, mientras se relegaba la tarea original de La Orden, la investigación, a una posición secundaria.

Aprovechándose de aquellas muestras de debilidad e inestabilidad interna, más allá de las fronteras de Baern se firmaban nuevos tratados entre las embajadas y las naciones que les alojaban, mientras otras eran directamente absorbidas o conquistadas por ellas. Se producían escisiones cuando algunas de sus mentes más brillantes abandonaban el seno fundacional, ya fuese esto por motivos de puro ego, frustración, ambición personal o por sentir que se estaba traicionados el ideal por el que habían entrado en ella. Algunas de las universidades más importantes se independizaban hasta convertirse en pequeñas ciudades estado. A su vez, temerosas de que ligando su capaz de subsistencia a algún gobierno, terminasen siendo reducidos a la irrelevancia igual que quienes les precedieron siglos atrás, firmaban acuerdos que les permitiesen mantener su independencia. Algunas de ellas fueron capaces de sobrevivir, pero otras no tardaron en desaparecer.
El imperio de saber se deshizo, pero no se colapsó. Su brillo fue disminuyendo poco a poco hasta llegar hasta un punto muy similar aquel en el que se encontraba cuando todo comenzó. Algunas lecciones habían sido aprendidas, otras muchas quedaban aún por ser asimiladas, pero su semilla había sido sembrada y perduraba más allá de sus fronteras.

El calendario Mecbarino

El nuevo resurgir de La Orden llegó de manera inesperada y de la mano de quienes lo iniciaron todo; Los Cronistas.
Gracias al trabajo y las teorías del historiador de origen menetiano Kalend Mecbar, y sin un animo especial de trascendencia, la utilización de sus cálculos para la plasmación del gran calendario sirvió para crear un nuevo vínculo de unión entre las distintas escuelas.
Alejando de manera intencionada los criterios mediante los que realizaba esta medición del tiempo de cualquier atisbo de relación con la mitología o la religión, su agnosticismo confeso fue recibido con una mezcla de agradecimiento y expectación por parte de aquellos que se encontraban bajo el yugo de la superstición.
La idea de señalar el año de su instauración como el año cero fue interpretado como toda una declaración de intenciones. Como un reto lanzado contra quienes ostentaban el poder tratando de imponer sus propias agendas. Pero, por más inconformista que pudiese parecer la medida, quienes pensaban de aquella manera estaban equivocados. Ninguna de aquellas interpretaciones y especulaciones estaba basada en las intenciones originales de la Cronarca Margisa Yudenu (Nórvingost, Saliria -45, 21).
Ante la clara imposibilidad de aspirara a lograr poner de acuerdo a todo el mundo, esta vía ni siquiera se intentó. En su lugar, se optó de manera pragmática y unilateral por no preguntar a nadie y comenzar a utilizar aquella medida como una herramienta de uso interno. No se pretendía convertir en algo exportable o en un estándar formal, sino en crear un criterio temporal único alrededor del cual orquestar sus métricas. Aquel acto, más que una rebelión contra el poder, una especia de broma privada que pocos supieron entender, terminó por ser utilizada también por otros estudiosos ajenos a La Orden de manera voluntaria.

Ante la ofensa manifiesta demostrada por distintos estamentos religiosos y los estados más reaccionarios, los estudiosos independientes parecieron recordar los motivos sobre los que nacido La Orden y lo que quiso representar en un comienzo. Imbuidos por una especie de orgullo gremial, la comunidad científica pareció cerrar filas alrededor de aquel supuesto acto de rebeldía. Su misión fundacional era relevante y la objetividad un requerimiento, no algo opcional.
Con el paso del tiempo, y al igual que había sucedido con las primeras escisiones, tras unos inicios llenos de esperanza e ilusiones, la realidad se había impuesto de manera abrumadora sobre ellos.
Aquellas organizaciones que aún perduraban a duras penas, firmaron o renovaron sus tratados con La Orden, cuando no se fusionaron nuevamente con ella. Las razones que forzaron su partida habían muerto junto con aquellos que tomaron las decisiones en ambos bandos. Si la ciencia y el conocimiento querían volver a ser relevantes, no podían hacerlo de manera estanca, sin debate o confrontación.

Durante aquellos días, La Orden como organización logró recuperar parte del poder que ostentó en el pasado y su número de sus integrantes se vio incrementado, al mismo tiempo que recuperaba alguna de sus sedes en territorios foráneos. No sin dificultades, los consejos de sus embajadores comenzaron a ser requeridos y escuchados nuevamente, renovando con ello acuerdos que se habían perdido tiempo atrás. De manera paulatina, La Orden volvía a recuperar parte de su influencia perdida.

Baen’Shull’Ilay

El contacto de Nusureh y sus habitantes con Daegon y, más concretamente, el surgimiento del domo de Baen’Shull’Ilay en la ciudad de Marndayal, supuso un nuevo hito en la historia de La Orden. Tras aquel incidente, el estudio de este y otros constructos surgidos al mismo tiempo en distintos lugares, así como aquellos similares que se conservaban de la antigüedad, cambiaron de manera drástica las funciones de varias de las órdenes, aunque las que más afectadas se vieron fueron la de los Cronistas, los Naturistas y los Cartógrafos.
Si bien este cambio fue paulatino y pasarían más de ciento cincuenta desde la aparición de la ciudadela jonudi y el traslado de la sede de La Orden hasta sus alrededores, el conocimiento acumulado durante ese tiempo se demostró como uno de los grandes filones que trataron de explotar los distintos Omniarcas.
El corazón de pasaba a estar ubicado alrededor de aquella edificación en su sede central y edificio fundacional; la denominada como “Catedral Infinita”, un palacio dedicado al saber en constante ampliación. Esta edificación situada en la ciudad de Marndayal terminó por convertirse en un lugar de referencia. Una ubicación que, para desgracia del gobierno de Baern, había pasado a convertirse en la capital oficiosa de una nación a la que ya no pertenecía.

Al mismo tiempo que esto colocaba nuevamente a La Orden dentro del esquema de poder del continente, también provocó que, una vez más, fuese vista como una amenaza por parte de sus potenciales aliados, cuando no directamente como una peligro real e inminente por parte de los estamentos eclesiásticos, quienes consideraban el estudio de otros niveles de existencia como una herejía. Tanto es así que, el simple hecho del cambio de sede llevado a cabo por parte de la Omniarca Jeroth Rusandali (Biyusún, Baern 251, 312), ya fue considerado como una provocación por parte de las altas instancias de los miembros de la teogonía de Menetia y la teocracia de Goord. Con el paso del tiempo, no ha sido raro que estos organismos hayan acusado a La Orden de ser los causantes de todo evento anómalo sucedido en el centro continental.

Los peligros que conlleva el estudio de Baen’Shull’Ilay tampoco son algo que se haya tomado a la ligera desde la misma Orden. Dependiendo de la inclinación del Omniarca que gobernase en el momento, este ha llegado a estar muy restringido o incluso prohibido. En ocasiones, incluso aunque el dirigente de La Orden haya estado a favor de incentivar este tipo de estudios, se ha encontrado con trabas por parte del resto de los miembros del Yishin Amat.
Al mismo tiempo que su estudio ha sido apoyado y seguido con atención desde lugares como Saliria o Harst, las pérdidas humanas que se han producido durante las mismas también han sido causa de preocupación por parte de estos aliados.

Refundación

A mediados del siglo pasado se produjo el último cambio significativo que ha sufrido La Orden. Este vino de la mano de la llamada “refundación” llevada a cabo por parte de la Omniarca Audra Teramasu (Áldern, Rearem 599, 690).
Impactada por los sucesos relacionados con “observatorio dimensional” de Suli’Gier’Nal, la desaparición de la tecnóloga Tresha Vishmanayán y obsesionada con la posible relación entre el Domo de Jonur en su Áldern natal y Baen’Shull’Ilay, abogó de manera abierta y sin ambages por la comprensión y exploración de lo que se encuentra más allá de las barreras que definen la realidad en la que nació la humanidad.

Con el reciente tránsito sobre Daegon del llamado “continente errante” de Gishu Undokol, y la posterior aparición de las islas flotantes, el miedo a lo desconocido ha provocado que algunas de las naciones olviden otros temores. Tras estos sucesos, al igual que sucediese tras otros eventos anómalos, la presencia de lo desconocido necesita del saber para que le ayude a disipar estos miedos.

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La Orden en el presente

La Orden en el presente
A lo largo de las últimas décadas, La Orden ha ido recuperando gran parte de la reputación y repercusión que poseyó durante los años de su primera expansión. Más allá de los acuerdos económicos con distintas naciones, también ha continuado expandiendo y afianzando las distintas alianzas de colaboración que ya poseía con los diferentes organismos foráneos cuya labor es similar a la suya. El radio geográfico de estas alianzas no se encuentran limitadas únicamente a los organismos occidentales como la escuela de Sunrath en Menetia, la Universidad de Amlash en Saliria, o el Chayashin Shatteru en Harst, sino que también se ha extendido más allá de las montañas Zorak alcanzando al Gohai Kaeru de Dayashu, el Chernat Ianaster en Kylburn o el Horshutu en Shirune. De la misma manera, el ámbito de estas relaciones se extiende más allá de la mera información.
La participación periférica de La Orden y el Horshutu en la creación de la ruta transitada por la “Liga de comercio marítimo del norte” fue un logro notorio para acercar ambos extremos del continente, pero aún quedan múltiples aspectos por afinar en estas relaciones. Una vez solventado el escollo que se preveía más complicado, el de lograr establecer la comunicación y colaboración con las organizaciones orientales, nuevos e inesperados problemas han ido surgiendo de manera constante. Estas relaciones han resultado ser más complejas que las establecidas con aquellas organizaciones o naciones que se encuentran más cercanas tanto geográfica como culturalmente.
La problemática excede a la distancia o el idioma, dos problemas ya de por sí complejos de solventar, sino que, en gran medida, la gran falta de comprensión de los contextos sociales en los que se mueven estas naciones están resultando ser el mayor escollo a sortear.
Aún pese a esto, su presencia a nivel global se hace cada día más sólida. Tanto el intercambio de información como el flujo bidireccional de estudiosos es algo reciente, pero esto último ha sido fomentado por los últimos dirigentes de La Orden. Desde hace cincuenta años no es raro que se puedan encontrar tanto a miembro de La Orden destinado en alguno de los cónclaves orientales como a la inversa.

En otro orden de cosas, su relación con la teocracia de Goord y con los estamentos religiosos de Menetia, El Dominio y Bra’Em’Kyg siguen siendo complejas. Las acusaciones de inducción a la herejía, pese a no ser tan frecuentes como antaño, distan mucho de ser casos aislados. Sus eruditos en esos territorios se encuentran muy controlados. De la misma manera que sólo se les permite el estudio de elementos muy concretos, tienen prohibida la enseñanza de cualquier tipo de doctrina en sus territorios bajo severas penas. Esta limitaciones se extienden a aquellos miembros de las élites enviadas para estudiar en Cahirn Ansay.
Pese a las ideas renovadoras con las que Liveska tercera llegó hasta el cargo de sumo pontífice de Goord, estas aún no se han extendido hasta los ámbitos que afectan a La Orden.
Por otro lado, el estado de guerra amparado bajo el Tanrakûl proclamado por Shar Kushén aún sigue activo. Con esta cruzada purificadora aún en curso, los caminos de la costa noroccidental de Daegon no son seguros para nadie pero, en especial, para aquellos que niegan la validez de los preceptos sobre los que se basa esta guerra santa.

Mientras que el pueblo llano se sigue refiriendo al conjunto de todas las órdenes como “Los Cronistas”, en los últimos años se ha producido un pequeño cambio en esta dinámica. Poco a poco las labores del resto de las órdenes también ha ido ganando en visibilidad ante el vulgo, siendo los avances llevados a cabo por parte de la Orden de los Naturistas, quienes se encuentran estudiando los recientes fenómenos anómalos, los datos que más interés están despertando entre los habitantes de las grandes urbes.
Por otro lado, las actividades de las órdenes pragmáticas de los Constructores y los Cartógrafos, tradicionalmente atribuidas por parte de los ciudadanos de las naciones afectadas a otro tipo de entidades gubernamentales, también han experimentado un gran impulso en su promoción y visibilidad. Esta mejora en cómo son percibidos por parte del pueblo ha sido una consecuencia directa de las múltiples expediciones que se encuentran llevando a cabo las órdenes de los Cartógrafos y los Naturistas.
Tanto la aparición de las islas flotantes, como la materialización de lo que se sospecha que es una nueva encarnación de Kaeny cerca de las costas de Menetia, han provocado que los gobiernos de las naciones afectadas financien misiones científicas que se adentren en el océano e investiguen las causas y consecuencias de tales sucesos. Estas misiones no sólo han gozado de un gran interés por parte del pueblo, sino que la cantidad de voluntarios que se han presentado para ellas ha sido muy numerosa. Este hecho también a repercutido favorablemente en el número de personas que aspiran a ingresar dentro de las filas de La Orden.

Aparte de todas estas investigaciones, su actual Omniarca, la nivari Tilsaya Misshin (Inyashu, Nivar 699), está impulsando todo tipo de medidas que prioricen las investigaciones de los Cartógrafos, tanto en los cambios que se han producido en el plano material como en Nusureh, Nayistra y Monrasén.
Más allá de esto, también ha demostrado un gran interés en retomar el estudio de los territorios anómalos de Werela y las Llanuras Heladas.

Proveniente de la Orden de los Futuristas, Misshin afirma tener datos que demuestran que la estructura del tiempo ha cambiado, y que la aparición de los últimos sucesos anómalos son una consecuencia directa de ello.
Estas afirmaciones, pese a ser acertadas en su diagnóstico, aún carecen de la información necesaria como para ser capaces de comprender los eventos recientes en toda la extensión. Aún se desconoce cómo estos cambios han afectado a la realidad o a la humanidad, de la misma manera que se carece de la comprensión necesaria para calibrar sus consecuencias una vez que se hayan terminado de consolidar.
Los datos de Tilsaya son considerados por algunos de sus detractores como vagos en detalles, mientras que sus predicciones apocalípticas, las advertencias de que, muy probablemente, aún quedan repercusiones de este cambio por plasmarse en Daegon, todos los recursos que está dedicando a concretarlos y la falta de resultados se están comenzando a utilizar en su contra.
Si bien su ascensión hasta el cargo hace diez años fue casi unánime, una vez superados los primeros momentos y las consecuencias iniciales de los grandes cambios, sus rivales no están tardando en comenzar a sembrar dudas acerca de su capacidad y el camino por el que está llevando a la organización. Las voces críticas la acusan de paranoica, excéntrica y alarmista, al mismo tiempo que siembran la duda acerca de posibles trastornos debidos a su estancia en Baen’Shull’Ilay. Sus periodos de estancia en las zonas periféricas de Nusureh durante su tiempo entre los futuristas le están empezando a pasar factura política, mientras que sus hombres de confianza están teniendo problemas para encontrar pruebas que validen sus teorías.

Más allá de las intrigas políticas dentro de la propia Cahirn Ansay, el aumento de popularidad de los especialistas de La Orden destinados en el extranjero también está comenzando a afectar a sus ambiciones personales y a cómo son percibidos por parte de los gobiernos locales.
Sobre ellos sobrevuela la sombra de sus antecesores. Mientras que se les insta a que todo descubrimiento sea inicialmente propiedad de quien sufraga gran parte de los gastos de sus investigaciones, tampoco es extraño que se les tiente con las mieles de una mayor autonomía bajo la benévola y atenta supervisión de los organismos autóctonos.

Sedes y Embajadas

Más allá de Cahirn Ansay la influencia de La Orden se presenta bajo diversas formas. Mientras que dentro de Baern se encuentran implantados a través de diversas bibliotecas y universidades, también conocidos como los Palacios de la Comprensión y Estancias de la Razón, más allá de las fronteras de su nación originaria su presencia se ha ido transformando, adoptando formas y maneras de trabajar más acordes a cada una de las culturas que se encuentran implantadas. De esta manera, mientras que en lugares como Menetia o Goord sus embajadas adoptan la forma y función de meras sedes diplomáticas, en Saliria, Nivar o Harst estas funciones se encuentran integradas de manera orgánica con las universidades y los organismos científicos de estas naciones. Por otro lado, en Rearem y Bra’Em’Kyg, donde carecen de este tipo de estamentos, las labores de La Orden exceden a los meramente diplomáticos, extendiéndose hasta la formación de los miembros de las clases pudientes y los servicios de consultoría en materia de ciencia y las labores diarias de sus administraciones.

En cada una de las naciones en las que se encontraban establecidas, de la misma manera que la presencia de sus estudiosos adopta una gran variedad de sus funciones y apelativos, sus edificios también acostumbran a asumir diferentes formas y roles.
Mientras que, en el exterior, arquitectónicamente tratan de encajar con los diseños y formas de las ciudades que las rodean, en su interior sí que acostumbra a mantener una cierta uniformidad. Pese a todo, estos edificios no suelen pasar desapercibidos.
En aquellas sedes en las que los miembros de La Orden habitan alguna edificación preexistentes en el lugar, acostumbran a convivir con con los estudiosos y funcionarios locales. Esto no implica que no tengan laboratorios, salas, pabellones o alas enteras para su utilización exclusiva. Estos lugares, salvo excepciones puntuales, son considerados a todos los efectos territorio de Cahirn Ansay donde no se aplican las legislaciones locales.
Este último detalle es así salvo en las embajadas ubicadas en Goord. En ellas no hay excepción alguna en la aplicación de las leyes teocráticas. Todo cuando sucede en su interior es susceptible de ser auditado, investigado y juzgado de acuerdo al Libro de los pecados, el códice de conducta que recoge los divinos preceptos de Gâldaim.
Otras naciones o provincias con mayor autonomía de sus gobiernos centrales, como puedan ser Mytaler en Bra’Em’Kyg o diversos de los raktariones de Rearem han tratado de negociar condiciones similares con La Orden, pero carecen de la capacidad de presión como para imponer tales excepciones.
De cualquier manera, no todo lo que sucede más allá de Cahirn Ansay no siempre llega hasta los oídos de los mandatarios de La Orden. Ya sea por el temor de los estudiosos a las represalias o por su propia ambición, existen cientos de acuerdos cuyos documentos no han llegado hasta la sede central. Lo que sucede en una embajada acostumbra a no salir de allí, y no es extraño que en sus galerías se sellen acuerdos que, a priori, exceden de su capacidad de decisión.

Aparte de las sedes diplomáticas, La Orden también dispone de edificios dedicados a otras funciones. En las grandes urbes de las naciones aliadas con la organización, y de manera independiente a las embajadas, la orden de los Tecnócratas gestiona otras serie de locales que acostumbran a tener unas características muy diferentes.
Por un lado, buscan y reclutan a nuevos talentos locales para su incorporación en las distintas áreas de estudio de La Orden. Aquellos aspirantes reclutados por este organismo, salvo raras excepciones, suelen encontrarse entre los hijos de la gente de poder. Su incorporación implica tanto un aumento en las filas de La Orden como el abastecimiento de sus arcas ya que, durante sus años de formación, está en su mano y la de sus progenitores el asumir todo el coste que esto conlleva.
Aparte de esta tarea, ya sea bajo la forma de casas de prestamos y crédito a largo plazo, o como meros especuladores, buscan oportunidades de negocio a través de las que financiar a La Orden, al mismo tiempo que tratan de captar a inversores y mecenas interesados en la posible explotación futura de los grandes proyectos de investigación.
La preponderancia de estas tareas, sumadas a otros roles que se atribuyen a este grupo, han llevado a la orden de los Tecnócratas a ser más conocida dentro de los círculos del poder es por su búsqueda de del beneficio económico o político por encima de todo lo demás que por cualquier otra razón.

Pero estas no son sus únicas misiones fuera de Marndayal. Más allá de sus labores administrativas, financieras, funcionariales y puramente especulativas, cumplen una función que acostumbra a ser solapada por su la reputación que les precede.
En aquellas sedes que no suelen encontrarse en las grandes urbes, su espectro de acción es más amplio. Allí donde los recursos económicos no abundan su presencia suele venir dada por un intento de activar zonas cuyo potencial se cree que aún no ha sido correctamente explotado. En este tiop de ubicaciones, aunque de manera excepcional, las entidades financieras de La Orden también pueden llegar a realizar inversiones que se podrían llegar a considerar como a fondo perdido. Préstamos que no dejan de ser una apuesta arriesgada, inversiones en lugares asolados por alguna catástrofe, allí donde sus propios gobernantes carecen de los recursos necesarios para iniciar su recuperación. No siempre estas apuestas obtienen resultados ganadores, pero siempre se realizan con la aspiración de que esto les repercuta favorablemente en el futuro de la zona y, por añadidura, de La Orden.

Más allá de que aquellas sedes que se encuentran enclavadas dentro o en la cercanía de grandes urbes, también existen otra serie de emplazamientos de diversa finalidad, tamaño, e índole asociados a la organización.
La causística puede ser muy variada, tanto como la orden a la que pertenecen o la misión concreta que cumple cada uno de estos edificios. Por un lado, órdenes como la de los Naturistas disponen de diversos enclaves ubicados en las cercanías o el mismo interior de los lugares en los que se han producido diversos eventos anómalos. Los estudiosos emplazados en estos lugares acostumbran a dedicar su tiempo en exclusiva a la investigaciones de los mismos y a analizar su propagación e impacto dentro de nuestro nivel de realidad.
Este tipo de edificaciones han acostumbrado a nacer históricamente como campamentos temporales, o a aprovechar los restos de algún antiguo emplazamiento preexistente. Debido a la complejidad de los fenómenos que se estudian desde ellos, con el paso del tiempo estos grupos de estidio han sufrido todo tipo de altibajos, cambiando de manos de acuerdo a los distintos acuerdos con los gobiernos locales, transformándose en entidades independientes cuando La Orden no ha sido capaz de garantizar su sustento o su seguridad, creciendo hasta convertirse en aldeas de distintos tamaños alrededor de las que han generado pequeñas comunidades, o desapareciendo y siendo recuperados por un nuevo equipo rector con posterioridad.
La expectativa de vida y el dimensionamiento de este tipo emplazamientos acostumbran a encontrarse muy ligadas a un equipo rector y su supervivencia depende enormemente de los avances logrados durante ese tiempo. Son emplazamientos peligrosos, muy costosos de mantener y ubicados en unos territorios en los que, debido a los eventos acaecidos en ellos, la situación socio económica acostumbra a ser muy inestable.

Dada la dispersión de todas estas sedes, ya sea en aquellas que se ubican en emplazamientos muy remotos o en las ubicadas en territorios sumidos en algún conflicto, la autonomía de la que acostumbran a gozar este tipo de centros suelen suele ser muy amplia. Siempre que sean capaces de auto abastecerse, apenas suelen padecer ingeréncias provenientes desde Cahirn Ansay.
Los responsables de aquellas misiones que no requieren de una presencia diplomática, rara vez presentan cuentas ante el Yishin Amat mientras no se han obtenido resultados. De la misma manera, algunas de sus investigaciones tampoco suelen venir auspiciadas por las altas instancias, sino que son fruto de iniciativas locales. Resultado de las investigaciones o intereses de los miembros de La Orden ubicados en esos territorios.
En aquellas investigaciones más remotas tampoco es raro que, años después del comienzo de una expedición, y dada la separación geográfica, la comunicación con la sede central se vea interrumpida dejando a los investigadores a merced de sus propios recursos.
De situaciones como esta han surgido iniciativas como las de la Lugens Gaumoru o “Escuela de Gaumot” situada entre las fronteras de las Llanuras Heladas de Skartaria, Tembi y Werela, o el Unlyshe Telamoq ubicado en archipiélago de Kúbor Yolasté, surgidas ambas a partir de la negativa de diversos miembros de La Orden a abandonar su tarea tras la cancelación de sus respectivas misiones por parte del Yishin Amat. Gracias al apoyo de los habitantes locales estos y otros organismos han logrado financiarse y sobrevivir hasta nuestros días ofreciendo a los habitantes de la zona servicios de todo tipos, desde educación hasta consejo científico.

Por más que desde Cahirn Ansay se trata de mantener un cierto control y uniformidad sobre cada una de sus sedes remotas, tal meta es a todas luces imposible. No existen dos sedes iguales, no existen dos universidades con los mismos libros. Cada una de ellas pueden ser utilizadas de manera indistinta para cumplir la función de la otra. Cualesquiera que sea su función primaria, en ambas se han producido eventos que no le correspondían, se han ido construyendo alas y pabellones dedicados de manera indistinta a labores eminentemente diplomáticas o educativas. Todas ellas han visto sucederse en su interior chantajes, acuerdos económicos no oficializados, intrigas políticas, investigación, descubrimientos y enseñanza.

La Catedral Infinita / La Biblioteca Etérea / La Universidad Intangible

La ciudad estado en la que se encuentra la sede central de La Orden ha conocido múltiples apelativos a lo largo de la historia moderna. Incluso en la actualidad, dependiendo de quien se refiera a ella, no existe una uniformidad de criterios al respecto ya sean estos referentes a su nombre o su función. Esto ha llevado a que Cahirn Ansay reciba también la denominación de “La de los muchos nombres”, cada uno de los cuales depende del contexto en el que se la mencione.
Para los habitantes de la misma ciudad, dependiendo de su estrato social, puede ser Manrdayal o Cahirn Ansai. Mientras tanto, los miembros de La Orden se refieren a ellos indistintamente como Baen’Shull’Illay o Cahirn Amsay. Al mismo tiempo, los diplomáticos extranjeros continúan refiriéndose a ella como Marndayal, el nombre que poseía cuando aún formaba parte de Baern. Por otro lado, quienes se refieren a ella de acuerdo a los diferentes roles que cumple dentro de la organización el domo de Baen'Shul'Ilay, se refieren a ella como La Catedral Infinita, La Biblioteca Etérea o La Universidad Intangible.

Pese a que las primeras encarnaciones de La Orden surgieron en Bran, y en esa ciudad sigue existiendo su edificio fundacional, Cahirn Anshay es donde se encuentra ubicado actualmente su corazón y núcleo central. El lugar sobre el que se produjo su refundación. Esta misma ciudad, aunque no pertenece desde hace mucho tiempo a la nación de Baern, es considerada por gran parte del pueblo llano, tanto dentro como fuera de ella, como la capital de facto de la esta nación.
El Domo de Baen'Shul'Ilay, la cúpula / constructo jonudi alrededor de la que ha crecido la ciudad y los cimientos sobre el que se consolidó la refundación de La Orden, no sólo es una de las edificaciones más antiguas que se conservan de los tiempos de los ailanu, sino que también cumple una serie de funciones críticas para la misión primordial de esta última encarnación.

Es gracias a este constructo que la Orden de los Naturistas ha logrado atravesar el velo que separa las distintas capas de la realidad, recuperando gracias a él parte del conocimiento perdido por la humanidad. Desde el interior del Domo se ha logrado acceder tanto a Nusureh y Monrasén como a instancias más alejadas del nivel de realidad que los originó. Es el umbral a través del que se han asomado hasta la comprensión de la naturaleza de la oscuridad primaria; la entidad / concepto que comunica todos los niveles de la existencia. Una puerta que abre el camino hacia lo que no se puede ver, lo que se encuentra “al otro lado”. Aquello que no se puede tocar y que el pensamiento y los sentidos convencionales apenas son capaces de percibir y comprender.
A través de su interior se ha podido llegar hasta las cercanías de Jonund, uno de los entes primigenios que, al igual que la Vida y la Muerte se extienden a lo largo de todo tiempo y espacio de manera simultanea. La fuerza que contiene a toda la existencia aislándola y protegiéndola de La Nada.
Aventurarse en su esencia, en esa oscuridad casi sólida y parcialmente consciente que reacciona de manera instintiva ante las emociones del visitante, conlleva un gran riesgo. Perder la cordura es sencillo, desaparecer en su inmensidad y ser consumido por ella, el destino más frecuente. Fatal cuando el visitante es afortunado, doloroso y agónico en toda ocasión, iluminador en los casos más extraños. Aún así, no faltan voluntarios para adentrarse en Jonund.

En el interior del Domo se encuentran dispersas las memorias de todo lo que ha entrado en contacto con él desde que surgió en Daegon. Arremolinándose de manera dispersa y anárquica por toda su infinita extensión, se encuentran también los restos, recuerdos y ensoñaciones de todas aquellas realidades con las que se ha fusionado desde desde el principio de los tiempos hasta el final de la existencia. Las respuestas a toda pregunta.
Desde su periferia, desde Nusureh, y tras una ardua preparación, aquellos que se aventuran en su interior y logran sobrevivir a la experiencia, son capaces de percibir estas memorias de una manera fragmentada. En momentos estos contactos toman forma alegóricas, otras totalmente abstractas. Son asaltados por las imágenes palabras y emociones de quienes les precedieron en aquel lugar. En las capas exteriores perduran las de aquellos que pertenecientes que llegaron desde Daegon, ya fuesen estos humanos, dragún adai o entidades híbridas. Según se adentran en las capas más profundas, el del los conceptos o entidades que han perdido su nombre y significado dentro de Jonund.

El riesgo es enormemente alto y quienes han logrado regresar desde su interior son escasos. De los cientos de investigadores que se han adentrado más allá de la periferia a lo largo de los siglos, poco más de una decena han logrado regresar. Tras su estancia en ese lugar, incapaces de percibir y comprender el entorno en el que habitaban, con sus cuerpos casi consumidos y sus mentes en situaciones cercanas a la locura, lograron encontrar el camino de vuelta mediante procedimientos que no fueron capaces de explicar.
Antes de perder por completo su capacidad de raciocinio, o de ser incapaces de comunicarse de acuerdo a criterios humanos, algunas de sus experiencias lograron ser plasmadas por quienes les acompañaron en sus últimos días. De estas transcripciones de sus delirios febriles, de muchos de estos textos e imágenes aún se desconoce si contienen algún tipo de información utilizable.
Para el estudio de los mismos, y la comprensión de la estructura del tiempo, nació la Orden de los Futuristas. Tanto ellos como los Cartógrafos y los mismos Cronistas tienen equipos dedicados en exclusiva a estudiar estos materiales y los distintos aspectos accesibles desde el interior del Baen’Shull’Ilay. Estas investigaciones, al mismo tiempo que son considerados como uno de los más críticas y más peligrosas, también suelen ser muy solicitadas. Su estudio es uno de los más codiciadas por los eruditos de estas tres órdenes y uno estos materiales cuya acceso está más restringido por parte de los Censores. No son pocos los estudiosos que han perdido la cordura entre sus páginas, o quienes, tras leer los textos, se han aventurado de manera imprudente desapareciendo en Nusureh.

Pese a todo, a partir de esos textos y gracias también a los restos físicos que se conservan de algunas de las civilizaciones más antiguas, se está logrando articular una reconstrucción de gran parte de la historia perdida del mundo antiguo, a la par de lo que se creen atisbos del futuro.

El Gutrakage

A lo largo de la historia, diversos individuos han sido capaces de tener acceso a breves instantes del futuro, ya fuese este cercano o remoto. A pesar de que estos hechos se han producido casi siempre de manera accidental, en unas ocasiones este logro se ha obtenido gracias a la ciencia, mientras que, en otras, ha sido fruto del puro azar. Independientemente del medio, aquellos que han sido partícipes de esta experiencia, han quedado marcados por ella y han tratado de trasladar este marasmo de sensaciones al lenguaje escrito o el visual, pero esta no ha sido nunca una tarea sencilla. Las sensaciones a las que se han visto expuestos los marcan de manera drástica e indeleble. En una gran parte de los casos, estos individuos ni siquiera han sido conscientes de a qué se han visto expuestos, y mucho menos han sido capaces de plasmarlo de una manera en la que fuese comprensible.

De entre todas las entidades que pueblan el infinito, sólo tres de ellas, aquellas cuya esencia se expande a lo largo de toda la existencia, son capaces de percibir los distintos niveles de realidad en toda su extensión. Tres entes que, por su propia naturaleza, son capaces de contemplar toda la extensión de sus propios “cuerpos”: Avjaal, quien fue principio de la existencia y se convirtió en el final de todas las cosas y sus dos hijas, Sakuradai, El Tiempo y Layga, La Vida.
Pero mientras que sus esencias se extienden de manera ininterrumpida a lo largo del todo, conteniendo en su interior todo aquello condenado a ser consumido por la Nada, sus consciencias, esa característica heredada de la humanidad, se encuentran ancladas en el “ahora”. Ese atributo que les permite tomar decisiones está constreñido a moverse de libre a través del tiempo. Tienen la posibilidad de contemplar la magnitud de sus propios seres, pero en su mano no se encuentra la capacidad para moldearlos a su antojo, o de que sus consciencias viajen libremente a través de ellos de manera no lineal.
Mientras su inconsciente ha visto y “vivido” las decisiones y acciones que tomarán a lo largo del tiempo, no son capaces de conocer qué ha motivado cada una de ellas hasta el momento de llevarlas a cabo. Carecen de la visión de conjunto. Sumado a esto, sus formas no son la consecuencia directa únicamente de sus acciones, sino que se ven afectadas también por las decisiones y las acciones de todos los que se encuentran bajo su influjo. Son conscientes de sus acciones pero no del contexto completo en el que se producirán. No es hasta que han llevado a cabo esas acciones que comprenden realmente las razones o los impulsos reales que les llevarán hasta ellas, o las consecuencias de ellas que se propagarán a lo largo de cada nivel de existencia.

Esa misma consciencia, esa característica que les emparenta con el hombre y les hace gozar y padecer, que les permite comprender y, en cierto modo, compartir la percepción humana sobre su propia existencia y la de los demás, también les hace susceptibles de padecer algunas de sus cargas. La frustración, el sufrimiento, el dolor o el agotamiento no les son desconocidos, y estos son males de los que también necesitan liberarse. Situaciones con las que necesitan lidiar de una manera similar a la humana, sumiéndose en un estado equiparable al sueño.
En esos momentos, cuando el tiempo y la existencia descansan, su consciencia, al igual que la de los hombres, viaja al mundo de los sueños. Un lugar en el que tratar de olvidarse temporalmente de sus cargas y convertirse en seres diferentes, criaturas libres de tales cargas. Un lugar en el que dejan de ser eternos, en lo que todo deja de formar parte de ellos, para ser ellos quienes forman parte de algo más grande. Pero, al igual que todos los soñadores, ellos no crean la narrativa que van a experimentar. Ni siquiera ellos están libres de las pesadillas, de repetir y revivir en ese lugar las tragedias que saben que les esperan o ya han padecido.
En ocasiones puntuales, cuando esto sucede, cuando el infinito sueña, las imágenes que proyectan sus mentes son tan poderosas e intensas que logran atravesar el velo de su propia ensoñación. Cuando pierden el control de su propio ser de esta manera, partes de su consciencia alcanzan otros niveles de existencia y llegan a mezclarse con la de otros soñadores proporcionándoles breves atisbos de otros tiempos, lugares o conceptos.
Aquellos que a lo largo del tiempo se han visto afectados por estas imágenes, incapaces de escapar de su poder, se han visto irremediablemente afectados. Impelidos a tratar de comprender lo que les ha sucedido, sus búsquedas han terminado por ser tomados por las de locos o gente con una conexión especial con el universo. Por dementes y videntes, demagogos y profetas. De entre los textos, grabados y obras de quienes trataron de plasmar estas experiencias, comenzaron a escribirse las primeras páginas de lo que ha terminado por convertirse en el Gutrakage; La profecía del fin de los tiempos.
Este mito, mezclado, alterado y transmitido a lo largo del tiempo junto a cientos de leyendas de manera oral y escrita, ha sido interpretado de diferentes maneras dependiendo de cada cultura. Pasando desde la incredulidad hasta el fatalismo, no fue hasta que varios estudiosos de distintas escuelas de pensamiento comenzaron a analizar las pautas en estas historias, vincularlas con eventos sucedidos en periodos muy alejados cronológicamente de su escritura y tratando de establecer una línea temporal dentro de aquella cacofonía de mitos, invenciones y hechos reales, que se tomó en consideración la posibilidad de plantear la ineludible conclusión final: El tiempo es finito, la existencia está condenada y no está en la mano de nadie la posibilidad de hacer algo para evitarlo.

Ante este hecho se han creado a su vez nuevas y diversas escuelas de pensamiento y actuación. Escuelas, en ocasiones, con acercamientos divergentes y contrapuestas incluso dentro de la misma Orden. Por un lado, los Cronistas aceptan que lo único que se encuentra en su mano es posibilidad de documentarlo todo. Por otro, la más joven orden de Los Futuristas trata de prever los eventos, analizar qué sucesos pueden ser capaz de desencadenar aquellos que se perciben como más dañinos, y diseñar medidas que los eviten.

Los últimos siglos han supuesto un gran avance en la labor de los Futuristas. Con el estudio de Baen’Shull’Ilay y el domo de Jonur, el contacto con los jonudi que habitan estos y otros moradores de Monrasén así como los descubrimientos acerca de Kaeny y el observatorio dimensional de Suli’Gier’Nal, su percepción y comprensión del la realidad se ha visto sometida a múltiples pruebas a la par que daba un salto exponencial. El conocimiento que se daba por contrastado se ha visto superado y su aproximación hacia lo que es el tiempo se encuentra en un constante estado de evolución. Aún lejos de comprender toda su extensión y funcionamiento, sus teorías van ganando en certeza. El tiempo ya no se plantea bajo la visión simplista de antaño, como un elemento ajeno e inmune al resto de la realidad o una línea imperturbable.
Los eventos recientes les han dado unas nuevas pautas de estudio. Indicios que les han replantearse estas teorías y acercarse hacia la verdad: La misma estructura ha cambiado, y este no ha sido un hecho aislado. Aún no comprenden qué ha sucedido o las implicaciones que tendrá, desconocen la existencia de los Kayane Mashur, pero comienzan a hacerse las preguntas correctas.

Si bien el antagonismo entre los miembros de Los Cronistas y de los Futuristas se extiende a varios niveles, esta rivalidad rara vez ha llegado a pasar del plano teórico y dialéctico. Mientras los primeros cuestionan el sentido de estudiar aquello que, muy probablemente, no se va a llegar a conocer jamás, los segundos responden afirmando que lo que carece de razón de ser es el profundizar en lo inevitable, en lo ya aprendido y consolidado, en lo que ya ha pasado y no se podrá experimentar, cambiar, vivir o confirmar.
Si hay algo en lo que ambas órdenes coinciden es en su visión acerca de los preceptos sobre las que se creó La Orden y cuál es la que consideran su función primaria:
Ellos investigan para allanar el camino a quienes les sucedan. Esa y no otra es su labor esencial.

A su vez, tanto de las investigaciones y las interpretaciones de los relatos, obras pictóricas de los profetas, como de los restos y hallazgos de las antiguas civilizaciones sobre los que han trabajado los historiadores, en el exterior se han extraído cientos de conclusiones. Teorías acerca de entidades que gobiernan el devenir del tiempo y conceptos como el destino y el determinismo. Visiones tremendamente limitadas, parciales, incompletas, interesadas y casi siempre equivocadas.

Porque, si bien el determinismo o el destino tal y como son descritas en la tradición no son fuerzas que se encuentren representadas en el universo en el que se encuentra enclavado Daegon, esto no ha impedido que su existencia haya sido teorizada por la humanidad. Para una gran parte de la población que lo habita y ha habitado, el tiempo no es una entidad sino una consecuencia de las acciones de fuerzas que se encuentran más allá de su comprensión o control.

Independientemente de las creencias irracionales o las teorías más o menos certeras, el futuro, al igual que el pasado, son entidades relativas al momento cronológico en el que se encuentra ubicado el individuo. Una referencia a partir del punto de vista del observador.
El futuro “existe” y es algo que se encuentra consolidado. Pero, al mismo tiempo que esto, y de manera independiente a ello, el tiempo, esa entidad consciente de la que forma parte este futuro, no está “escrito” o “moldeado” por los designios de ningún demiurgo.
De la misma manera, el futuro no es algo inmutable. Es un ente complejo y sensible cuya masa conceptual se ve afectada por cada una de las decisiones que se han tomado jamás.
Este cúmulo de características contradictorias es algo que sólo se ha comenzado a comprender recientemente por parte de los miembros de La Orden. Una verdad que sólo se comenzó a vislumbrar gracias al estudio de la oscuridad primaria junto a los textos primigenios de Ýlar de Jomsul y otros soñadores. Aquellos que vaticinaron por primera vez el final de este concepto y toda la existencia.

Hasta tiempos recientes, la limitada comprensión acerca de la misma arquitectura del tiempo, el desconocimiento sobre el comportamiento de su masa estructural, así como la nula percepción de los cambios que se producen en ella, han incentivado el predominio de la superstición, el victimismo y la aceptación de una fatalidad inevitable.
La historia de la humanidad está plagada de líderes que han utilizado estas ideas erróneas para tratar de justificar sus decisiones, explicar el devenir de los eventos que se producían más allá de los límites de lo que su comprensión, o demostrar la afinidad de sus acciones con respecto esas fuerzas que se encontraban más allá del entendimiento humano en un momento dado. Para aquellos que seguían los dictados de los mal llamados profetas, interpretando sus visiones como advertencias o amenazas, el futuro era la fuerza impulsora de sus acciones, el vehículo imparable e inevitable sobre el que se movían. Sólo con el conocimiento real se han comenzado a desmontar aquellas teorías que vinculan lo anómalo y desconocido a un gran plan.
Diversos hombres de ciencia, ya fuesen o no miembros de La Orden, han luchado tratando de imponer el dominio de la razón sobre la superstición a lo largo del tiempo, aunque la lógica, el análisis y las pruebas rara vez han acostumbrado a ser atendidas o comprendidas por aquellos que sustentan su poder sobre la ignorancia.
Así pues, aunque el determinismo o el destino no sean más que una invención humana, esto no ha impedido que su existencia haya sido comúnmente aceptada y utilizadas como verdades absolutas o herramientas en la búsqueda del poder.

Dicho todo esto, que algunos hayan utilizado esta falacia de acuerdo a su conveniencia no implica que toda la existencia no esté condenada. El tiempo, al igual que todo aquello que tiene un inicio es, por definición, finito.
La certeza de este hecho ha sido plasmada de diferentes maneras por parte de los ideólogos de algunas de las culturas que han poblado Daegon, siendo el fatalismo y miedo unas constantes inalteradas. Algunos de estos pensadores lo han plasmado de manera fría, certera y aterradora, mientra que otros, aquellos para los que la verdad resultaba algo demasiado terrible como para aceptarla de manera resignada, han optado por interpretado como el paso intermedio hacia un estado superior.

La certificación de los terribles hechos presagiados por gente como Ýlar de Jomsul, Bashukur “El Loco” o Ludstavic de Úlister, de una u otra manera, no han hecho sino asentar de una manera indisoluble la fatalidad del imaginario colectivo. La gran mentira es más fácil de aceptar que una verdad dolorosa e inevitable, pero esto no convierte lo falso en verdadero.
Porque, independientemente de que el devenir de los acontecimientos no se encuentre decidido previamente por ninguna entidad absoluta, por alguien contra quien luchar o con quien negociar, esto no implica que el final de todo no se vaya a producir. El cuerpo del tiempo está formado por la suma de las acciones de todos y cada uno de los seres, entidades y conceptos que han existido, y el final de la existencia ha sido, es y será la consecuencia directa de todas ellas.

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Estructura y jerarquía

Estructura y jerarquía
La estructura interna de La Orden se encuentra segmentado en una gran cantidad de diferentes grupos, sub organismos, rangos y roles dentro y de los mismos o de la propia escala jerárquica.
Por de todos ellos se encuentra el Yishin Amat; el órgano rector que gobierno, gestiona y toma las decisiones a escala global. En la parte más elevada de la cadena de mando se encuentra el Omniarca, o Sumo Jerarca de La Orden. Bajo su mandato directo, y con un gran poder decisión, se encuentran los quince Omniarcas, o “Guardianes del conocimiento”, quienes lideran a cada una de las órdenes principales.
A nivel decisorio, el voto de cada uno de estos miembros del consejo rector tienen un poder similar, siendo el Omniarca el único que, en caso de un empate, tiene la capacidad de ejercer el voto de calidad. Este voto no sólo implica que pueda decidir que su voto rompe el empate sino que, independientemente que se de una situación de igualdad, también tiene la potestad de optar por que se repita la votación una única vez más, o de convocar una nueva asamblea en fechas posteriores. También es el único cuyo voto es público, se le permite la abstención, o la posibilidad de cambiarlo. En el resto de las ocasiones, su voto tiene el mismo valor que el del resto de los miembros del consejo.

En la actualidad las órdenes mayores y sus representantes son las siguientes:
Por parte de La Orden de los Archivistas se encuentra el Librarca.
Por la de los Los Cartógrafos, el Geomante.
Por la de Los Censores, el Sumo Censor.
Por la de Los Constructores, el Gran Arquitecto.
Por la de Los Cronistas, el Cronarca.
Por la de Los Formadores, el Rector
Por la de Los Futuristas, el Tempus.
Por la de Los Juristas, el Juez Supremo.
Por la de Los Legisladores, el Lexarca.
Por la de Los Naturistas, el Naturarca.
Por la de Los Pensadores, el Mentat.
Por la de Los Preservadores, el Cuidador.
Por la de Los Tecnócratas, el Administrador.
Por la de Los Tecnólogos, el Tecnarca.
Por la de Los Teólogos, Deusarca.

El conjunto de las ordenes mayores que forman el círculo recto de la organización no es algo inamovible. Si bien es cierto que los cambios en cuanto a los grupos que componen este organigrama no varían de manera frecuente, esto no ha evitado que a lo largo de su prolongada existencia no se hayan producido alteraciones. Según se han ido segmentando las diferentes órdenes, o se han creado nuevos organismos desde cero, el número de órdenes que componen el Yishin Amat ha ido aumentando, este crecimiento se detuvo hace tres siglos cuando se alcanzó el número con el que cuenta en la actualidad. Su número ha permanecido estable en quince grandes órdenes desde entonces.
De cualquier manera, esto no quiere decir que el grupo de quienes aspiran a convertirse en el nuevo Omniarca esté reducido a estas quince órdenes. Ni siquiera que los aspirantes a tal puesto estén limitados a sus Oxiarcas. Cualquiera miembro de la organización con los suficientes apoyos puede aspirar a entrar en la lucha por el poder. Lo que está más allá de toda duda es que cuanto mayor sea el poder del aspirante dentro de la organización, mayores son también sus posibilidades de hacerse con el poder.
Por otro lado, independientemente de que la votación para la elección del Omniarca es una acción llevada a cabo por los representantes elegidos de cada una de las órdenes internas, ya sean estas mayores o menores, el mecanismo de elección de los Oxiarcas de cada una de estas órdenes es un evento independiente con sus propios mecanismos. Durante la serie de eventos que preceden a estas votaciones, limitados al ámbito interno y a los miembros que conforman cada de cada una de ellas, sólo sus miembros pueden ser candidatos y nadie externo al propio organismo tiene capacidad de voto.
En cualquiera de estos dos casos, esto no implica que durante la celebración de estos elecciones no existan presiones e intereses provenientes desde el resto de la organización, o desde fuera de la misma que puedan decantar la balanza a favor de uno u otro candidato.

Aspirantes e iniciados

Si bien el acceso hasta los cuerpos de estudio de La Orden no se encuentra regido por estrictos criterios de ningún tipo, aquellos que aspiran a formar parte de sus filas no reciben remuneración o financiación alguna para sus estudios hasta no haber mostrado resultados significativos en alguna investigación.
Aquellos iniciados que no son capaces de obtener estos resultados, o que no disponen del apadrinamiento de algún miembro reputado de la organización, no suelen tener otro remedio que el de realizar labores de manera voluntaria hasta cumplir estos requisitos. Quienes carecen de la capacidad económica para subsistir hasta obtenerlos, acostumbran a esperar alguna plaza vacante entre las filas de alguna de las escalas más bajas dentro de los Tecnócratas o, si no se aspira a formar parte de alguno de los cuerpos de estudiosos, entrar a formar parte del servicio. En estos dos últimos casos los procedimientos de acceso sí que están definidos.
La última de estas opciones se la empleada de manera mayoritaria por parte de los habitantes de Cahirn Ansay que no viven de la ganadería, el campo, o que no tienen la capacidad económica para poner un negocio propio dentro de las ciudades. Este es uno de los escenarios más comunes tanto en la propia sede central de La Orden como en algunas de sus sedes remotas, donde la economía de la zona está prácticamente supeditada a las actividades de La Orden.
Dependiendo de las sedes concretas, este tipo de dinámicas, así como los sueldos y los criterios de acceso acostumbran a estar sometidos a los criterios de los distintos equipos de dirección locales.
Al mismo tiempo, quienes entran a formar parte del servicio pierden casi de facto cualquier esperanza de pasar a formar parte de alguna de las actividades escolásticas.
En otro orden de cosas, el propio movimiento de miembros entre las distintas órdenes, pese a ser posible, es infrecuente. Más aún si este salto se produce desde una orden teórica hasta una pragmática o viceversa. Aún así, se han llegado a dar este tipo de casos en estudiosos que fracasaron, no congeniaron con el equipo de gestión del momento, o descubrieron su auténtica vocación de manera tardía mientras ya formaban parte de en una de ellas para encontrar más adelante un porvenir brillante en otra.

La Orden es percibida de diferentes maneras dependiendo del territorio en el que se encuentre. Su popularidad en cada lugar depende en gran medida de su historia allí, así como de los organismos concretos que se han ido implantando dentro de la zona a lo largo del tiempo, o de su relación con los estamentos del poder y el pueblo. Es por esto que la afluencia de nuevos voluntarios hacia las filas de La Orden están enormemente condiciona en gran medida a partir de todas estas causísitcas.
Mientras que lugares como Saliria Los Naturistas y Los Tecnólogos son las órdenes que más solicitudes reciben para su incorporación, en territorios menor receptivos hacia el conocimiento científico puro como pueda ser Goord, donde su presencia se encuentra fuertemente controlada, son Los Teólogos o Los Constructores quienes tienen una mayor aceptación. Por otro lado, en Menetia, donde su presencia se encuentra muy afianzada y cuenta con una sólida alianza tanto con el Vim Ubar como con la Escuela de Sunrath, el abanico de intereses demostrado por sus ciudadanos es notablemente más amplio.

Agentes y funcionarios

En un estado intermedio entre los aspirantes a formar parte de La Orden y los miembros pertenecientes a alguno de sus estamentos científicos, se encuentran los agentes libres y los funcionarios. Los primeros son trabajadores que sólo realizan trabajos a tiempo parcial para La Orden. Transportistas y guías locales que colaboran en las exploradores, mujeres y hombres de armas que las acompañan durante sus desplezamientos, artesanos o estudiosos locales que llegan a acuerdos temporales para realizar alguna tarea concreta.
Dentro de estos colaboradores ocasionales también se encuentran los agentes compromisarios. Una segunda categoría compuesta por tanto por agentes libres que han acordado priorizar los encargos de La Orden por encima de la de otros clientes, así como por individuos que trabajan regularmente para la organización en las expediciones de investigación sin pertenecer a ninguno de sus suborganismos.
Si bien hay mucha gente que desempeña este tipo de labores, estos compromisarios están obligados por un contrato formal de colaboración. Dependiendo del nivel de compromiso que hayan aceptado, su disponibilidad para atender las necesidades puntuales de la organización varía, así como la cuota fija que reciben de la organización en compensación por los trabajos que pueden llegar a perder o abandonar cuando son llamados.

Por otro lado se encuentra el personal remunerado que cumple funciones burocráticas y administrativas sin pertenecer oficialmente a ninguno de los estamentos oficiales. Pese a que se encuentran contratados por la orden de los Tecnócratas, no son considerados miembros de pleno derecho dentro de la organización. Este tipo de ocupación no es compatible con ningún otro trabajo, ya sea dentro o fuera de La Orden. Salvo que abandonen estos puestos no pueden convertirse en iniciados y, oficialmente, el hecho de haber realizado trabajos como funcionarios tampoco es tomado en cuenta a la hora de demostrar otro tipo de valía. Al mismo tiempo, no pueden aspirar a ninguna de ventajas de ser un miembro de pleno derecho, como el alojamiento, la manutención, la financiación para sus proyectos o la posibilidad de escalar dentro de la jererquía.
A pesar de que el reglamento interno no reconoce o atribuye ningún valor a los aspirantes por el hecho de haber pertenecido a alguno de los cuerpos de funcionarios, esto no evita que las personas concretas hayan establecido algún tipo de vínculo durante ese tiempo con alguno de los responsables que va a juzgar sus proyectos de acceso. De la misma manera, el conocimiento que hayan podido obtener sobre alguno de sus superiores también puede llegar a ser utilizado como una herramienta para hacer presión.

Las órdenes principales

El núcleo central del Yishin Amat está compuesto por los Oxiarcas de las quince órdenes mayores. Las razones para pertenecer a este grupo, así como los requerimientos para su membersía no está condicionada únicamente por criterios económicos, sino que también depende enormemente tanto de su aportación al conocimiento colectivo, como de los intereses particulares y puntuales del Omniarca del momento, la situación geopolítica que se esté viviendo a nivel global, o a las intrigas y luchas por el poder que son una constante dentro de la organización.

Con la llegada hasta la cúpula del poder de los distintos equipos de dirección, a lo largo de sus diferentes etapas las prioridades de la Orden han ido variando enormemente. Aquellos “Guardianes del Conocimiento” que han tratado de dejar su impronta, ya sea creando o pugnado por el establecimiento de nuevas órdenes, no siempre lo han hecho movidos por razones altruistas. La segmentación de las funciones de una orden ya existente puede llegar a tener una serie de implicaciones difíciles de prever, igual que la ampliación de los campos de estudio o acción de La Orden. No se trata de una mera cuestión de orden interno, sino también de cómo puede ser percibido este movimiento desde el exterior.
Este tipo de cambios dentro de la jerarquía, de la misma manera que han sido útiles para tratar de modernizar la organización de acuerdo a los requerimientos surgidos de los tiempos cambiantes, también han sido necesarios para mantener su relevancia dentro del gran esquema geo político, adelantándose a las posibles necesidades de sus actuales y futuros clientes. La adaptación a cada nuevo cambio que les ha tocado vivir ha sido una de sus herramientas más poderosas que les han permitido seguir siendo vigentes pero, en ocasiones, también ha sido causa, tato de cara a los disconformes de su interior, como ante los ojos de los diferentes gobiernos, de una cierta sensación de improvisación, inestabilidad o ha generado la impresión de la total carencia de un plan viable a largo plazo para el futuro de la organización.
Al mismo tiempo, el fomento de unas áreas del conocimiento concretas en detrimento de las anteriores, también ha causado el abandono de algunas de las mentes más brillantes que poseía la organización en momentos concretos. Ya hayan venido estas pérdidas provocadas por un sentimiento de discriminación, de egos desmedidos y no atendidos por uno o ambos lados, de afrentas personales, cuando no directamente por traición hacia la persona o los ideales de La Orden, algunos de estos fracasos han pesado tanto como para llegar a implicar un cambio en el gobierno de la organización.

De este marasmo de situaciones, influencias y debacles, a lo largo de los siglos. Órdenes de distintas longevidades de las que, a su vez, han ido surgiendo cientos de nuevas sub-órdenes, cuerpos especiales o, una vez más, nuevas órdenes surgidas a partir de cualquiera de estos organismos. No todas ellas han perdurado, ya que algunas de ellas sólo han durado tanta como sus impulsores para, a continuación, ser desmanteladas por los sucesores de quienes las crearon, o para terminar siendo asimiladas por alguna otra con un campo de estudio similar al suyo.
A nivel jerárquico y administrativo, más allá del abandono de los descontentos, esto también ha llevado al surgimiento de diversos y serios problemas organizativos.

Las luchas internas no son infrecuentes, tanto las que están basadas únicamente en la búsqueda del poder como las que derivadas de cuestiones más difusas. En aquellas basadas únicamente en la ambición, decidir qué órdenes forman parte del Yishin Amat, y tratar de redefinir cuáles deben ser las escuelas troncales de la organización pueden servir para deshacerse de un enemigo político, o aupar a un aliado que aún carece de la influencia como para apoyar un plan de acción concreto. Por otro lado, ya sea como excusa o por motivos estrictamente teóricos, también abundan las luchas puramente filosóficas; aquellas que tratan de determinar la necesidad de incluir según qué disciplinas y áreas de estudio dentro del organigrama global independientemente de la ventaja económica o estratégica que puedan aportar a La Orden dentro del gran esquema de poder e influencias.
Al mismo tiempo, más allá de las discusiones acerca de la importancia o el rango que debe tener cada una de ellas, o de la necesidad de su misma existencia, otro de los grandes debates es el que comprende aquellos ámbitos de estudio que se solapan ellas. En ocasiones, estas diferencias no se basan tanto en razones objetivas sino que, directamente están sustentadas sobre matices que se encuentran apoyados sobre meros aspectos semánticos. Este tipo de debates, pese a ser menos frecuentes que los anteriores, también han consumido en momentos concretos gran parte de los recursos de la organización, sólo para terminar en la mayor parte de las ocasiones sin una resolución clara.

En aquellas sedes de La Orden que se encuentran más allá de las fronteras de Cahirn Ansay, estas luchas internas no suelen tener apenas repercusión en el organigrama general, pero esto tampoco convierte las situaciones que se viven allí en algo sencillo. Por otro lado, estas mismas organizaciones satélite también han acostumbrado históricamente a ser la fuente de nuevos cismas o a formar y consolidar alianzas no aprobadas previamente por el Yishin Amat.

Si bien es cierto que, de cara al pueblo, la orden de los Cronistas es la que goza de un visibilidad y reputación más sólidas, esto se debe principalmente a motivos puramente históricos. Internamente, y por razones puramente pragmáticas, el poder de este grupo de estudiosos es muy limitado. En otro orden de cosas, y quizás debido a la naturaleza de quienes entran a formar parte de estas organizaciones, pese a que los integrantes de las ordenes con predominancia teórica acostumbran a tener un participación menor en las luchas por el poder político, esta actitud difiere cuando la lucha impacta en los presupuestos y recursos dedicados a sus investigaciones.

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Las órdenes I

Las órdenes I
La orden de los Cronistas es la más antigua, conocida y extendida de todas las órdenes, así como la única que jamás ha abandonado su categoría de orden troncal. Si bien es cierto que, en momentos concretos, esta posición ha llegado a ponerse en duda, en ninguna de estas ocasiones ha sido desposeída de tal título. Más allá de su valor y posición históricas, su participación y aportación en ciertos momentos de crisis ha servido para consolidar esta posición privilegiada.
Esto no ha evitado que, dependiendo del momento histórico, haya resultado una de las piezas clave sobre la que se ha sustentado la organización, una de las más criticadas y cuestionadas, o una entidad de la que nadie se ha preocupado.

En su faceta teórica, esta orden es la encargada de, por un lado, concretar y definir qué es historia y qué no debería ser considerado como tal. Si bien sus miembros son los responsables últimos encargados de dictaminar tal cosa ante una situación de duda, los criterios en los que se basan para tomar esta decisión no son monolíticos y han llegado a cambiar dependiendo del momento.
También son los encargados de decidir el nivel de implicación de los Cronistas dentro de la misma historia. Si deben ser actores activos en la misma y parte de la historia o, por el contrario, meros observadores a los que no se les debe permitir la interferencia en los eventos que presencian y documentan. Al igual que con su otra gran labor, todo lo tocante a este último aspecto de su misión tampoco ha sido uniforme a lo largo de toda su historia.

En su rama pragmática, sus miembros son los responsables de la búsqueda y recolección de información de cualquier tipo de evento presente o pasado, ya sea este militar, social, religioso o geológico. Esta información, ya proceda de textos donados, hallados durante sus excavaciones arqueológicas o la plasmación de la tradición oral, antes de ser transferida a cualquiera de las secciones de la enciclopedia, debe ser referenciada, puesta en contexto y contrastada de acuerdo a las distintas versiones que pueda existir sobre ella. Una vez realizado todo esto, a continuación y sólo tras su verificación final, se dictaminará si debe ser registrado como parte de la historia del mundo, o como parte de la rumorología.

Hasta la llegada de Baen’Shull’Ilay su labor se centraba específicamente en los eventos relacionados con la humanidad pero, tras el comienzo de las investigaciones en Monrasén, parte de esta tarea se vio extendida, pasando a abarcar también la historia de otras realidades. Esta última tarea, si bien dio comienzo varios siglos atrás, aún se encuentra en una fase meramente conceptual y se ha ido realizando de manera descontinuada. Debido a la complejidad, peligro e incertidumbre intrínsecos a las investigaciones del interior de esta construcción, la catalogación de eventos ajenos a Daegon ha sufrido constantes y distintas repriorizaciones, bloqueos o alteraciones por parte de los distintos equipos directivos de La Orden. Hasta el momento, los únicos datos de este tipo que se poseen son los que se obtuvieron a través de las investigaciones de Tresha Vishmanayán.

También son los encargados de desmentir o poner en duda aquellas historias y mitos sobre los que aún no se dispone de fuentes fiables. Más allá del resultado de la investigación, toda historia, ya sea veraz o una ficción, debe ser documentada.
Esta función en concreto ha sido la causante de una gran cantidad de fricciones con los gobiernos de diferentes naciones o con los mismos miembros de La Orden. Mientras que los primeros han tratado de reescribir la historia de sus predecesores para su beneficio propio, el considerar una teoría como un hecho demostrado puede implicar la asignación de una nueva partida presupestária para los segundos. No es raro que, este tipo de situaciones, llegue a escalar en ocasiones hasta el propio Omniarca para que ejerza algún tipo de presión sobre el equipo responsable de dictaminar en ese caso.
Sucesos como la participación de La Orden durante los eventos de la conjura de Sunrath, aún a día de hoy continúan siendo fuente de encendidos debates entre los distintos estamentos, y un eje de presión que se utiliza desde el exterior para forzar la mano de La Orden en algunas de sus decisiones.
Provengan de donde provengan estar presiones, cuando se trata de la alteración de hechos consolidados del pasado, a la hora de tratar de alterar el pasado, el vector de ataque más sencillo acostumbra a ser el más alejado, el chantaje o la coacción a los miembros encargados de custodiar o plasmar los textos. Pese a las contramedidas existentes al respecto, y la segmentación de estas funciones, se tiene constancia de que algunos de los textos relacionados con el pasado de la organización o de algún gobernante han logrado ser alterados.
Ya hayan llegado estas alteraciones movidas por las presiones de sus naciones de origen, por aquellos dispuestos y capaces de dedicar una gran cantidad de dinero a la tarea, o la pura ambición personal, esto ha obligado a los Cronistas a la multiplicidad de los datos en distintos soportes y ubicaciones, así como a una constante revisión de la información ya escrita.

El actual Oxiarca de la orden, el Cronarca Fehirn Chavar (Enbishu, Baern 703), es un hombre ambicioso que llegó hasta el cargo hace quince años con grandes aspiraciones y muchos planes de renovación pero, desde la llegada al poder de Tilsaya Misshin, sus peticiones han sido sistemáticamente denegadas.
Chavar no es partidario de la investigación en Baen’Shull’Ilay y es un fuerte defensor de la escuela de pensamiento que aboga por la no intervención de los historiadores dentro de los eventos que deben documentar. Por otro lado, su subalterna y al mismo tiempo más veterana dirigente de la facción teórica, Linaisa Gubeck (Marndayal, Cahirn Ansay 670), tras más de cincuenta años como cronista, es partidaria de todo lo contrario, y sus apoyos dentro de los Cronistas a este respecto son mayores.
De acuerdo a sus tesis, compartida por los más veteranos y por la misma Omniarca, la observación del presente no se puede realizar desde la indiferencia o la lejanía. Pedir a cualquier persona que no se implique en algo que está presenciando, ordenarle su no intervención, pedirle o esperar que no se forme una opinión es una absurdidad. No se puede impedir que la persona tenga criterio propio o que actúe de acuerdo a sus principios. Tal cosa no sólo es imposible, sino que también puede ser contraproducente y, en gran medida, dañino para la propia persona.
De la misma manera, quien se escuda en una supuesta objetividad para no tomar parte contra un hecho inmoral, no sólo demuestra una clara falta de criterio y una muestra flagrante de cobardía, sino que también muestra una notoria incomprensión de lo que implica la objetividad y la misión de los Cronistas.

La orden de los Archivistas es el segundo organismo más longevo de la organización. Esta orden, la primera fragmentación que padecieron los Cronistas, fue creada en el año -697 por el mismo fundador de los Cronistas. Este, ante la cada vez mayor necesidad de almacenar y ordenar la ingente cantidad de material que llegaba hasta ellos, optó por dedicar a un grupo de estudiosos a aquella tarea concreta de manera exclusiva y especializada. Aquella tarea primigenia se ha ido extendiendo o especializando aún más como consecuencia de las decisiones de los distintos equipos rectores que se han sucedido a lo largo de los siglos.
En su primera encarnación su misión era mucho más generalista ya que, aparte de catalogar y almacenar toda la información de la que disponía la orden, también realizaban las tareas de transcripción, impresión, traducción a otras lenguas y preservación. Labores estas que se han ido transfiriendo a nuevas sub-ordenes.

En la actualidad, al igual que sucede con casi todas las órdenes, sus funciones se dividen en las dos grandes ramas teóricas y práctica.
Dentro de las funciones de su rama pragmática, son los encargados de recibir, categorizar, catalogar y organizar tanto los nuevos documentos que llegan hasta las distintas sedes de La Orden, como otro tipo de materiales que son hallados para su posterior procesado y estudio. Al mismo tiempo, realizan estas mismas tareas con aquellos datos previamente verificados, descartados o transcritos por los miembros del resto de las órdenes, así como la adecuación de los archivos a las nuevas directrices definidas por la rama teórica.

En su vertiente teórica, los Archivistas son responsables de la creación de unos métodos más eficientes para la realización de este tipo de actividades tanto para ellos mismos, como en lo tocante al resto de las órdenes. De la misma manera, también se encuentran en una constante depuración y mejora de los procedimientos ya existentes. Estas tareas incluyen tanto la estructuración de los espacios físicos donde se almacenarán los diversos materiales, como la aceptación, el diseño y el establecimiento de los términos que alimentarán los glosarios y terminologías comunes a todas ellas, o la misma estructura de los tomos finales donde se verán plasmadas.
Algunas de estas tareas también se encuentran parcialmente compartidas secciones concretas que existen dentro del resto de ordenes. Algunos de estos cuerpos archivísticos que poseen funciones compartidas, han terminado por tener la suficiente entidad como para convertirse a su vez en organismos autónomos, como así demuestra el caso de los Preservadores.

Actualmente se encuentra dirigida por el nivari Alexos Hubnat (Dayusc, Nivar 693), proveniente de la rama teórica de los Archivistas. Si bien sus intereses están muy alejados de las pugnas por el poder, y tiene fama de ser un hombre apocado, no por ello es una persona que se calle su opinión en los temas que considera importantes. No comparte, y así lo ha hecho saber en repetidas ocasiones, la visión de la actual Omniarca en cuanto a la exploración de lo que se encuentra más allá de Daegon. Tampoco deja de reclamar más recursos para realización de las tareas diarias de sus subordinados.
Su posicionamiento acerca del estudio de Baen’Shull’Illay es público y le ha llevado a más de un encontronazo con quienes quieren avanzar en este respecto; el domo es una gran herramienta llena de posibilidades, pero la información que se ha logrado obtener de su interior no sólo ha sido escasa, sino que tampoco es merecedora del riesgo que corren quienes acceden a su interior.
No se niega de manera rotunda a su exploración pero, antes de continuar con cualquier estudio sobre ella, se tendría que diseñar una serie de protocolos que asegurasen la supervivencia física y mental de los investigadores.

La orden de los Constructores supuso un drástico cambio en lo que significaba y a lo que aspiraba La Orden en el momento de su fundación. El nacimiento de este organismo en el año -655 por parte de Leyisha Usbami (Bran, Baern -708, 637), tercera Cronarca de la entonces aún Orden de los Cronistas de Baern, estuvo llena de controversia, al implantar un organismo tan alejado de los objetivos escolásticos de la organización. La precaria situación económica del momento, y la pronta llegada de ingresos gracias a ello fue la causa final de su pronta consolidación dentro de La Orden.
Desde aquellos días, donde sus tareas estaban centradas sobretodo en los proyectos de grandes infraestructuras, su razón de ser fue cambiando de acuerdo a las necesidades momentáneas de La Orden, o el deseo concreto de alguno de sus líderes, hasta conformar la situación en la que se encuentra en estos días. Esto no impidió que las presiones contra Leyisha dentro de la organización, poco antes de que se cumpliesen dos años de la creación de los Constructores, desencadenasen en el cese de su cargo. Tras esto, pasó a convertirse en la primera Gran Arquitecta.

Dentro de ella se integran dos escuela a las que, a priori, se suele considerar muy alejadas en sus intereses, cuando estos no son directamente antagónicas: la de los artistas y la de los ingenieros.
Entre sus filas conviven al mismo tiempo quienes anteponer la funcionalidad, fiabilidad y robustez sobre la estética o cualquier otro requerimiento, y quienes aspiran a dotar, por encima de todas las cosas, de belleza a sus obras. En su interior conviven los planificadores, arquitectos y delineantes responsables de algunas de las mayores obras de ingeniería que pueblan el oeste continental, así como los escultores, pintores y artesanos que, a la par que dejaban su impronta personal en el devenir de diversas culturas, han otorgado una coherencia estética al conjunto de cada edad a lo largo de las eras, y han definido, otorgado y realzado gran parte de las obras de arte que han marcado de manera indeleble a varias generaciones.

Sus campos de estudio son tan diversos y eclécticos como sus especialidades. Algunos de ellos, como los que implican el estudio y análisis de las técnicas y materiales que se utilizaron en el mundo antiguo, hasta la investigación de las últimas tecnologías que se encuentran en desarrollo a lo largo de todo el mundo o la creación y aplicación de nuevas técnicas propias o la fusión de todas ellas son comunes. Por otro lado materias como la comprensión del mensaje qué pretendían transmitir quienes les precedieron a través de sus obras, o el cómo ser capaces ellos de comunicar mediante sus creaciones los valores e ideales que predominan en un momento y lugar concretos, son tareas que no se encuentran dentro del ámbito o las prioridades de los ingenieros.

De la misma manera que analizan las obras de sus predecesores y de quienes les rodean, también aspiran a superarles y alcanzar nuevos hitos que compartir con ellos. El acercamiento hacia estas metas han variado enormemente dependiendo del Gran Arquitecto del momento.
Mientras que unos han tratado de fomentar la innovación y han trabajado de manera muy cercana con los Tecnólogos, otros han optado por refinar y perfeccionar las ya existentes. Donde unos han buscado la colaboración constante con el exterior, y han compartido sin ambajes cada nueva innovación, otros han preferido mantener el secretismo y el aislamiento.

Ya haya sido mediante el riesgo y la apuesta por crear algo revolucionario, a través del pragmatismo y la consolidación de lo ya aprendido, desde el deseo de alcanzar nuevas cotas de precisión y preciosismo o a través de la ofuscación, de las mentes y sus manos de sus integrantes han surgido los diseños que han dado forma a gran parte del Daegon central.

El mantra que se puede leer sobre el Gran Arquitecto en sus aposentos es: “Alejemos a la humanidad del salvajismo y el barro. Elevémosla hasta lugares en los que pueda vivir y evolucionar con seguridad. Definamos la civilización a través de sus ciudades, infraestructuras y construcciones, hasta lograr que mujeres, hombres y niños no vuelvan a conocer el frío, la indefensión o el miedo. Transportemos a los nuestros hasta un mundo dotado de unas mayores cotas de sofisticación y belleza, hasta una utopía nunca antes alcanzadas que lo alejen definitivamente de de la barbarie”.

En el interior de las estancias de sus distintas sedes se agolpan todo tipo de tendencias, desde las clásicas defendidas por los Tradicionalistas hasta las más arriesgadas auspiciadas por los Modernistas, pasando por el ensalzamiento de lo estético fomentado por los Románticos. El hecho de que uno de sus lemas sea “Cada gran obra requiere de un acercamiento único y propio” no hace sino propiciar el debate entre todas las escuelas. No existe una versión común, única y consolidada acerca de cuál debe ser ese acercamiento y, de acuerdo a otro de sus mantras ”La diversidad no sólo es algo inevitable, sino que también una herramienta necesaria para el avance”. Si bien es cierto que el debate entre los diversos organismos de los Constructores es una constante, y sus acercamientos no podrían ser más variados, estos grandes axioma siempre se encuentran fuera del ámbito de cualquiera de estas discusiones.
A pesar de que no todos sus trabajos implican obras colosales o la movilización de ingentes cantidades de trabajadores, su nombre acostumbra a estar asociado principalmente a estas. De la misma manera, y aunque las que son consideradas sus obras magnas, como puedan ser las colosales tareas que supusieron la finalización del la Vía Imperial, la reconstrucción de la ciudad de Edera o la creación de los jardines de Mikendal, fueron impulsadas inicialmente por sus miembros, no por ello los encargos que suelen recibir son menores o más sencillos. Este hecho ha provocado que obras críticas pero no tan visibles como los sistemas de alcantarillado de las ciudades, la creación de los sistemas de fontanería de los grandes palacios, y los sistemas de presas que controlan el caudal de los grandes ríos que pasan por las ciudades, hayan quedado como tareas irrelevantes.
Al mismo tiempo, sus grandes obras les ha granjeado también el apelativo de “Los matemáticos de los grandes números” como una referencia velada y contraposición al sobrenombre que siempre se ha utilizado para referirse a los Tecnólogos.

Su actual Oxiarca, el baerni Ilistos Dengelasi (Pusmalar, Baern 690), se encuentra enfrascado en el proyecto de expansión de Cahirn Ansai. Esta obra, más allá de aspirar a ser una revolución a nivel arquitectónico, también persigue impulsar la ciudad como núcleo comercial y de esparcimiento. Este proyecto, que ha pasado por las manos de los últimos tres Grandes Arquitectos sin llegar a lograr los apoyos necesarios para iniciarse, se encuentra actualmente bloqueado debido a los serios problemas de financiación causados por los problemas económicos de La Orden. Pese a que no encontrarse dentro de las prioridades de la actual Omniarca, Dengelasi está buscando otras vías de financiación para el mismo entre los grandes comerciantes de las naciones vecinas.

La orden de los Naturistas está formada por estudiosos de todas las ciencias puras: físicos, químicos, biólogos, matemáticos, geólogos, cronólogos, astrónomos, astro-físicos planares y toda aquella disciplina que sirva para ayudar en la comprensión del funcionamiento y naturaleza del universo en todos sus niveles.
Fundada durante el mandato de Dinsula Horanath (Mamdayal, Baern -701, -647), primera Omniarca que ostentó tal título, en el año -653, es la tercera Gran Orden en cuanto a su longevidad, y una cuyas funciones se ha visto expandidas con mayor frecuencia.

Pese a ser una orden eminentemente teórica, sus vínculos con las investigaciones sobre el terreno es muy fuerte. La práctica totalidad de los trabajos de campo que se encuentra en curso acostumbran a contar con uno o varios de sus especialistas trabajando en el lugar. Tampoco es extraño que alguno de los miembros de la misma orden de los Naturistas sea quien haya impulsado inicialmente alguna de estas investigaciones. Este tipo de investigaciones en concreto acostumbran a ser creados tras aparición de aquellos eventos anómalos que alteran de alguna manera las leyes naturales del lugar.

Si existe un organismo cuya misma esencia sea ecléctica esa es la de los Naturistas. Diversos Omniarcas han tratado de dividirla de acuerdo a sus diferentes especialidades pero, la reticencia de los Naturarcas del momento, sumada al impacto que podría conllevar en sus investigaciones, la misma complejidad que implicaría este cambio, lo costoso de esta tarea en el puro plano económico y jerárquico, así como la más que probable reacción adversa de los propios Naturistas, ha terminado por llevar al traste este tipo de proyectos cada vez que se ha presentado.
A diferencia de organismos como los Cronistas, los Preservadores, los Archivistas o los Traductores, a un nivel puramente organizativo, las divisiones de sus miembros son cuando menos difusas. Dependiendo del momento concreto de cada trabajo iniciado por ellos, los miembros del equipo pueden necesitar de la participación de componentes de varios de los diferentes grupos de especialistas que la componen.

Dada su propia idiosincrasia, las tareas de las órdenes mixtas que se hallan dentro de esta organización no se dedican únicamente a la interlocución entre las facciones teóricas y pragmáticos, sino que gran parte de ellos están formadas por estudiosos que no se dedican de manera exclusiva a una única de sus especialidad. Estos Naturistas, casi siempre como consecuencia de alguna investigación impulsada por ellos, optan por dedicar sus esfuerzos a dos o más de estas especialidades para ganar una visión más amplia sobre el mismo, de manera que les ayude a tratar de resolver las partes más complejas de estos enigmas.
También pertenecen a estos grupos aquellos estudiosos que entran en a los Naturistas sin una idea definitiva acerca de cuál será su especialidad. Hasta que toman esta decisión, acostumbran a formar parte de estos cuerpos. También aquellos que, tras pasar un tiempo dentro de uno de los grupos de especialistas, deciden que ese no es el rumbo que quieren para su carrera, acostumbran a pasar un tiempo dentro de alguno de los cuerpos mixtos antes de tomar una decisión definitiva de hacia dónde quieren encauzar sus pasos.
Aquellos que tras este paso se replantean su idea acerca del mismo acercamiento hacia su trabajo y quieren reconducirlo hacia una vía más práctica de la ciencia, acostumbran a solicitar el traslado a la orden de los Tecnólogos.

Los Naturistas se encuentran liderados actualmente por la menetiana Elstea Gisault (Niaval, Menetia 697). Pese a que no ha abandonado Cahirn Ansay desde que tomó posesión del cargo hace ocho años, ha seguido con atención los eventos que se han estado produciendo en su nación de origen. Tanto el destino de Edera, como los avances en la investigación de Kaeny en la que trabajó durante varios años, son sucesos de los que ha solicitado información de manera constante y que han generado una gran preocupación tanto a nivel personal como intelectual.
Comparte la preocupación de Tilsaya acerca de las consecuencias que se pueden desprender de los últimos eventos anómalos y es una fuerte defensora de las investigaciones tanto en Baen’Shull’Ilay como en el domo de Jonur.
Mantiene también una colaboración activa con su homóloga de la orden de los Tecnólogos, junto con quien trabaja para tratar de establecer un canal de comunicación con Tresha Vishmanayán en el observatorio dimensional situado en Glasnasur. Junto a ellas también trabaja Alecta Yosún, la última de las sucesoras de Alecta Yishandal como araki del distrito de Jonur, así como originaria y yunarêth del propio domo.
Gracias a esta última, se están consiguiendo grandes avances en el estudio de la comunicación y el transporte entre ambas estructuras.

La orden de los Tecnócratas fue instaurada en el año -605, tras su primera gran expansión, por la Omniarca Imperia Svetlasa (Bran, Baern -642, -581).
Este organismo se encargó originariamente del diseño del organigrama de funcionamiento interno de la propia Orden, tarea esta que se ha ido descentralizando con el paso del tiempo. Más allá de las tareas de este tipo que continúan recayendo sobre ellos en la actualidad, también es el responsable de la gestión de todo el personal que realiza tareas no relacionadas con el estudio.
Su nombre comenzó a sonar con fuerza más allá de las fronteras de Cahirn Ansay o Baern en el año -522, cuando el recién formado Vim Ubar de Menetia recurrió a Meriteo de Lesestar (Lesestar, Baern -581, -497), Administrador de La Orden en aquellos días, para la definición y el diseño de su nuevo modelo de estado.
Tras el éxito en aquella complicada tarea, los servicios de consultoría de los Tecnócratas comenzaron a ser demandados también en Nivar, algunas de las provincias de Rearem y la misma Baern, todas ellas interesadas en la modernización de sus sistemas administrativos y la gestión de sus recursos. Durante las siguientes décadas siguientes a la consolidación del nuevo estado de Menetia, este tipo de servicios fueron los más requeridos a La Orden desde el exterior, superando con creces la peticiones que llegaban para los Constructores. Ya se refiriesen estas peticiones a materia fiscal, organizativa o en la formalización de los organismos estatales de las administraciones públicas, sus recomendaciones, consejos y servicios de consultoría gozaron durante mucho tiempo de una gran reputación. Una reputación que fue mermando cuando, tras el traspaso de poder de unos mandatarios a sus sucesores, algunos de los modelos de estado que habían ayudado a desarrollar comenzaron a fallar, o los descontentos forzaron un cambio violento.

Con el paso del tiempo y el crecimiento de La Orden, gran parte de sus funciones se han ido disgregando en otros organismos, lo que ha provocado que, de manera paulatina, lo que tampoco ha ayudado a que su visibilidad fuera de Cahirn Ansay se haya visto fomentada.
En sus primeras encarnaciones, dentro de los cometidos a su cargo también se hallaban las tareas hoy asignadas a Censores, Legisladores y Juristas. Con la creación de estos nuevos organismos, los Tecnócratas fueron perdiendo de manera paulatina el control sobre las tareas de evolución y rediseño de una parte importante del gran esquema. Con esto, la definición de los mecanismos para la gestión y el control interno de la organización pasaron a estar más allá de control, convirtiéndoles, en gran medida, en meros ejecutores de una serie de operativas diseñados por otros grupos.

A día de hoy, este es quizás el organismo compuesto por un grupo más ecléctico de personas, perfiles, roles y funciones, siendo también el más generalista en cuanto al conocimiento requerido para formar parte de él. Esta característica particular ha provocado que gran parte de sus miembros cuenten con un nivel de especialización muy bajo, y que sus filas sean el destino más sencillo y accesible para aquellos que sólo buscan unas tareas perfectamente definidas en cuanto a su operativa y responsabilidades. Según se han ido produciendo los sucesivos cambios dentro del gran organigrama, algunos de ellos como fruto de sus propias decisiones, otros en contra de sus deseos o consejos, han pasado de ser una fuente de ingresos para La Orden, a convertirse en meros gestores de los recursos generados por el resto de órdenes. Esta dependencia del trabajo del resto de organismos también ha acarreado que, en los momentos de problemas económicos, sean sus filas las que más mermadas se vean. De la misma manera, esta dependencia del trabajo y los ingresos generados por el resto de las ordenes no ha servido para mejorar su imagen dentro de la organización, siendo considerados por muchos como unos parásitos que nada aportan.

Pese a todos estos inconvenientes, modificaciones y mala reputación, los ámbitos de estudio de sus teóricos no se limitan únicamente a la gestión de los recursos. Estos incluyen desde la sociología, la economía o las ciencias políticas, hasta la antropología y la psicología, campos estos que, pese a encontrarse denostados por los componente de las órdenes dedicadas a las ciencias teóricas puras, no dejan de ser imprescindibles para el funcionamiento del gran esquema.
El hecho de que entre los campos de estudio que se han ido extrayendo de su seno, se encuentran los que atañen y dieron como resultado la formación de las órdenes anteriormente mencionadas, ha provocado que, aún a día de hoy, exista una gran rivalidad entre ellas.
También es la única de las órdenes que llegado a realizar huelgas ante lo precaria que ha llegado a ser su situación. Estas actuaciones, si bien han servido para que las voces que banalizan su trabajo sean silenciadas, no han hecho mucho para mejorar su imagen dentro de la organización. Por más que se ha demostrado que sin el trabajo de sus miembros sería imposible gestionar La Orden, tanto sus teóricos como sus funcionarios y agentes continúan siendo considerados por muchos como meros eslabones intercambiables, cuando no directamente prescindibles. Irónicamente, la memoria de los miembros de La Orden es corta cuando se trata de los asuntos que le conciernen directamente a ellos.

Los Tecnócratas se encuentran actualmente liderados por la reani Angsvali Yi’Hakún (Áldern, Rearem 677), si bien las responsabilidades de la Administradora no han cambiado desde que ella ocupa el cargo, considera que para el desempeño de sus funciones de manera óptima, ella y sus subordinados necesitan disponer de una autonomía mucho mayor. Sus funciones no deberían encontrarse tan segmentadas y dispersas, ni su autonomía tan constreñida. Al igual que quienes la han precedido, considera que los Tecnócratas deberían tener una mayor capacidad decisoria sobre los mecanismos que tienen que implemetar.

Yi’Hakún no es una mujer preocupada por la ciencia, la religión, el pasado o el futuro. Sus prioridades, de acuerdo a su orden de importancia, son cuatro: Que las deudas no terminen por provocar el colapso de La Orden, que los Tecnócratas recuperen parte de su poder del pasado, que la corrupción no les salpiquen a ella o a sus subordinados y que, una vez finalizado su mandato, la organización se encuentre en una situación económica mejor que aquella en la que se la encontró.
De todas ellas solamente la segunda es una prioridad no forzada por los problemas en los que se encuentra la organización. La complicada posición en la que se encontró la organización tras su llegada al puesto de Administradora, pese a lo inesperado para ella, no han rebajado la ambición personal que le llevó hasta esa posición.
Angsvali es una mujer trabajadora, pragmática, obstinada y metódica. Respetuosa de las leyes, pero cuando lo considera necesario o conveniente, es capaz de obviarlos dentro de unos ciertos límites.
Si considera que alguien de su confianza ha sido engañado actuando de buena fe, lo defenderá aunque el texto de la ley confirme su culpabilidad, igual que luchará para que se cree una excepción que contemple ese tipo de casos. Si la situación es la inversa, no le temblará la mano a la hora de expulsar a la persona imputada independientemente de lo que diga la justicia. Confía en lo que considera que es su instintos, algo que frecuentemente confunde con el afecto, y se enroca en él aunque se le demuestren lo contrario.
Pero no por esto es una persona inocente o fácilmente manipulable. Pese a sus predicamentos morales, ha aceptado dinero de manera extra oficial y, a su vez, ha realizado sobornos para tratar de decantar según qué votaciones a su favor cuando lo ha considerado necesario. Su objetivo final es claro. Aspira a ser Omniarca y realizar cambios drásticos en la organización, pero carece de las simpatías y los apoyos necesarios para conseguirlo.

La orden de Los Cartógrafos fue fundada por el en el año -543 por la Omniarca Ogusta Tanyé (Biloskstür, Baern -614, -531) ante la cada vez mayor demanda por parte de las grandes casas mercantiles para el trazado de unas rutas comerciales seguras.
Dada la escasa fiabilidad de los mapas de la época, los servicios de esta orden no tardaron en ser requeridos por las naciones vecinas, tanto para el estudio y diseño de nuevas rutas comerciales que comuniquen sus territorios, como para la confección de una cartografía más precisa de sus propios dominios.
El desarrollo de aquella tarea fue vigilado con mucho detenimiento y suspicacia incluso por parte de aquellos que lo habían encargado, ya que una de las implicaciones directas de su trabajo sería el establecimiento oficial de sus propias fronteras. El objetivo de esta cartografía era que, a partir de ella, se comenzase a utilizar para definir, de una manera consensuada y reconocida por todos los implicados, las líneas que delimitaban las fronteras de las naciones que componían en aquel momento la columna central del continente.

En la actualidad, si bien uno de los proyectos más ambiciosos de esta orden de cara a los gobiernos de las distintas naciones es la creación de una serie de mapas históricos, topológicos, topográficos y políticos que reflejen con precisión los cambios que ha sufrido Daegon a lo largo de los siglos, esta no es la obra a la que dedican un mayor esfuerzo.
Añadidas a estas labores, una gran parte de su presupuesto va destinado a la financiación de las grandes expediciones. Tanto aquellos promovidas por su propios miembros, como las provenientes de otros intereses. Gracias a estas expediciones se han logrado importantes hallazgos y la recuperación de parajes desconocidos para los nacidos en la edad moderna, así el redescubrimiento de algunos de los lugares que se creían mitos largo tiempo perdidos.
Sus miembros conforman una de las mayores fuerzas expedicionarias a disposición de quien se la pueda permitir. Los distintos cambios que ha sufrido la orografía de Daegon a lo largo de los siglos, ya sea como consecuencia de los solapamientos planares u otros eventos anómalos, han hecho de ella una de las órdenes cuyos servicios son requeridos con mayor frecuencia en las últimas décadas.

Más allá de estas labores sobre el mundo puramente físico, tras el descubrimiento de las características especiales de Baen'Shul'Ilay, sus funciones fueron extendidas aún más para pasar a abarcar también una serie de nuevas y complejas tareas. Estos últimos cambios no han sido recibido con el mismo entusiasmo por parte de sus miembros o sus distintos líderes.
Por un lado, y de acuerdo a las teorías que surgieron alrededor del siglo cuarto, se les ha solicitado la creación de una cartografía que no se limite al ámbito del denominado plano material, sino que abarque también a las distintas dimensiones que lo rodean y entran en contacto con él. Tanto los límites de todos los niveles de existencia, como los movimientos planares que los hacen confluir con Daegon. Dentro de esta tarea también estaría incluido un mapa topológico que plasme su relación con el mismo tiempo.
Más allá de esto, la otra gran solicitud que se les ha realizado es la del trazado y establecimiento de una serie de rutas seguras a través de los distintos niveles de la oscuridad primaria. Estas no sólo deberán limitarse a permitir el recorrido del espacio físico, sino que también se espera que habiliten a los Cronistas el acceso a otras épocas y lugares pasados, y a los Futuristas a aquellas que aún están por venir.
Ninguna de estas dos tareas fue recibida con agrado en primera instancia, y los distintos Geomantes que han dirigido este organismo desde entonces han demostrado un interés casi nulo por la misma. Los riesgos a los que se pide que se expongan sus expedicionarios son considerados excesivos La priorización de estos encargos con respecto a otros trabajos siempre se ha realizado de acuerdo a una serie de criterios cambiantes y ciertamente anárquicos. Esta reticencia a la hora de llevar a cabo el cometido, junto a los peligros que implica en sí mismo, y el gran desconocimiento que existe aún sobre Jonund, ha provocado que, pese a que comenzó hace más de tres siglos, aún se encuentra en un estado muy embrionario.
La practica paralización de esta tarea no ha venido dada de manera exclusiva por el desinterés o la reticencia a la hora de acometerla por parte de los distintos Oxiarcas de los Cartógrafos, sino que también ha sido descontinuada en gran medida por gran parte de los múltiples equipos de dirección que han pasado desde entonces por la jefatura de La Orden. La lentitud en el avance de la investigación del domo, junto al mismo recelo que genera todo lo relacionado con él, han supuesto un pesado lastre.

Esto no quiere decir que no se haya realizado ningún avance a este respecto. Dentro del campo puramente organizativo, tras la creación del cuerpo de Cronólogos dentro de la orden de los Naturistas, dentro de la de los Cartógrafos se creó su homólogo con el de los Cronautas. Ambas entidades se dedican al estudio del tiempo como una entidad acotable y transitable a unos niveles diferentes al lineal y metafísico.
Si bien esta exploración física de estos territorios de una manera segura es aún imposible, el marco teórico en el que se basa esta investigación es lo suficientemente sólido como para se puedan seguir dando pequeños pasos en ella.

Los riesgos que implica el adentrarse dentro de Monrasén y Nusureh aún están muy lejos de ser superados o comprendidos, y las vidas y las mentes que se han perdido en su interior, han hecho de todos los proyectos relacionados con Baen’Shull’Ilay sean el objetivo de una gran cantidad de críticas tanto por parte de miembros influyentes dentro de las distintos órdenes como, sobretodo, por grupos de presión provenientes del exterior de la organización.

Su dirigente actual, la saliria Misenia Kovar (Ívinsgrad, Saliria 717), se encuentra entre los principales detractores de este aspecto de su misión. Si bien considera que, de ser tal cosa posible, supondría un gran avance para toda la humanidad, considera que a día de hoy tales expectativas son absurdas e inalcanzables. Mientras las investigaciones de los Cronólogos no den una serie de resultados contrastables y reproducibles de manera segura, ella no está dispuesta a arriesgar la vida de ninguno de sus subordinados. A día de hoy el cuerpo de Cronautas sólo existe sobre el papel, algo que ha provocado y continua siendo fuente de agrias discusiones con la Omniarca. De cualquier manera, este tipo de discusiones no acostumbran a salir del plano personal.
No sólo quedan aún muchos recovecos del mundo físico por recorrer y descubrir sino que, tras la aparición de los nuevos territorios flotantes, la demanda de este tipo de misiones se ha visto ampliada de una manera totalmente inesperada. Peticiones que han comenzado a aportar cuantiosos ingresos en las famélicas arcas de La Orden.
Hasta no tener una idea clara de la extensión de estos nuevos territorios, Misenia no tiene intención alguna de que sus subordinados retomen sus tareas más allá de este nivel de realidad.

La orden de los Tecnólogos es la encargada del diseño desarrollo y fabricación de los llamados “artefactos prácticos”. El rango que adoptan estos objetos es muy amplio, abarcando desde las herramientas que son utilizadas en su día a día por parte distintos profesionales, pasando por los complejas peticiones de los Preservadores, y terminando en los dispositivos que sirven para llevar hasta el mundo real alguna alguna de las teorías, axiomas y preceptos conceptuales planteados por los Naturistas.

Fundada bajo el mandato de la Omniarca Ibesca Linfosova (Grigorst, Saliria -486, -416) como un organismo menor dependiente de los Constructores, fue separada de esta para alcanzar un estatus propio cinco años después, para convertirse en una orden troncal poco después del fallecimiento de Ibesca.

Si bien sus tareas en un inicio tanto su visibilidad como la repercusión de sus creaciones no salía del ámbito de La Orden, esta situación cambió de manera drástica tras formar parte del Yishin Amat. Actualmente, aparte de las tareas internas que realizan para La Orden, los Tecnólogos también reciben multitud de solicitudes provenientes desde el exterior, y sus especialistas no sólo son muy valorados más allá de las fronteras de Cahirn Ansay, sino que reciben cuantiosas ofertas para abandonar la organización y entrar al servicio de algún gobierno, organismo o personaje influyente. Unas ofertas que no raro que sean aceptadas.

Hace ya mucho tiempo que sus invenciones no están pensadas de manera exclusiva para su uso dentro de La Orden, sino que también han desarrollado artefactos con un claro objetivo comercial fuera de ella. Tanto es así que el desarrollo de algunos de estos proyectos han llegado a ser cancelado por las altas instancias. Esto, en más de una ocasión, ha provocado el abandono de la organización por parte de un tecnólogo o un equipo de ellos, ya sea de manera voluntaria para tratar de finalizar y explotar su invención en otros mercados, o como consecuencia de una expulsión disciplinaria.
Las restricciones de La Orden a la hora de acotar el tipo de campos a explorar por parte de los Tecnócratas tiende a hacer que algunos de ellos se sientan especialmente constreñidos y frustrados. Debido a la neutralidad exigida por sus mismos estatutos, los avances en la ciencia armamentística están totalmente vetados y los referentes a la ciencia toxicológica se encuentran muy vigilados por parte de los Censores. Así como la medicina se encuentra entre sus prioridades, el estudio relacionado con las sustancias dañinas, así como su posesión, sólo están admitas siempre que se encuentren englobados dentro de un trabajo para hallar sus antídotos. Los estupefacientes y las sustancias lisérgicas se encuentran en un terreno gris que depende en gran medida de la interpretación del Cuestor encargado de validar el proyecto concreto.

Su relación con los Naturistas ha pasado por diferentes estados a lo largo de la historia, dependiendo esta en gran medida de los intereses de los diferentes Oxiarcas que han estado al mando de ambas, o de algún hito en alguno de sus campos de estudio.
En momentos concretos, esta relación ha sido casi simbiótica, como pudieron ser las fechas posteriores a los descubrimientos de las cualidades únicas de materiales como el salisch o el kubori. Por el contrario, cuando hasta sus mandos ha llegado gente con una visión muy limitada o tradicionalista, esta relación ha seguido la antigua dinámica de incomprensión mutua que ha enfrentado desde siempre a las ordenes pragmáticas y las teóricas.

Ya dentro del terreno puramente pragmático, tanto los Constructores como los Preservadores acostumbran a tener una relación principalmente clientelar con ellos. En el caso concreto de los Constructores, pese a que gran parte de los dispositivos utilizados por ellos en sus grandes obras han sido proporcionados por los Tecnócratas, estos han sido ninguneados y no se les ha reconocido mérito o atribución alguna como artífices de tales trabajos. Tanto es así que, cuando los Constructores se refieren a ellos utilizando el apelativo de “Matemáticos de los pequeños números”, no es extraño que este sobrenombre sea utilizado de manera despectiva.
Por el contrario, su relación con los Preservadores acostumbra a ser más cercana. La gran variedad y frecuencia de las peticiones que acostumbran a hacerles, principalmente para atender a necesidades concretas de los Naturistas, hacen que los miembros de ambas órdenes acostumbren a relacionarse con mayor asiduidad. Esto ha llevado a que se desarrolle un hermanamiento entre ellas que es raro encontrar entre miembros de otros organismos distintos.

Reyisha Vespul (Johrg, Johrg 703), la actual Tecnarca, ha recorrido un largo camino dentro de la orden. Inicialmente formó parte de los Naturistas, para pasar a continuación a los Constructores y terminar en los Tecnólogos. Desde su reciente toma de posesión del mandato de estos últimos, ha tratado de mejorar las relaciones y acercar posiciones entre las que han sido sus distintas almas mater. Una tarea que no le está resultando sencilla.
Al mismo tiempo que las relaciones con Elstea Gisault son buenas, el objetivo que se han marcado juntas es uno harto complicado y peligroso. Por otro lado, las prioridades de Ilistos Dengelasi no incluyen la investigación o la innovación, sino que está orientando su carrera hacia terrenos mucho más prosaicos.

La orden de los Teólogos, pese a lo que pueda indicar su nombre, tiene una función diferente a la teología tal y como la conocemos. Su labor está centrada en el estudio de las distintas mitologías existentes, no desde un punto de vista teista, sino como una herramienta para las relaciones internacionales de La Orden. Gracias a esta labor, la organización ha logrado formalizar relaciones con las facciones religiosas que ocupan distintas posiciones dentro de las instancias del poder de sus respectivas naciones.

Creada durante el mandato de la Omniarca Rusela Icnatu (Kishaden, Bra'Em'Kyg -363, -281) como un órgano menor dependiente de los Tecnócratas en el año -303, la labor inicia que les fue encomendada, si bien similar en cuanto a su fondo, implicaba un alcance mucho menor al que posee en la actualidad. Icnatu encomendó a una selección de Tecnócratas el estudio de los textos sagrados de Goord, así como la manera en la que estos impactaban en su misma legislación. Ante la situación de estabilidad en la que se encontraba la teocracia en aquel momento, la Omniarca aspiraba a realizar un primer acercamiento diplomático en ella.
Durante la realización de este trabajo se desarrollaron una serie mecanismos destinados a explotar la relación que se podía apreciar entre la legislación de la nación, sus códigos sociales y la manera en la que estas habían ido surgiendo a partir de las distintas interpretaciones de las parábolas y enseñanzas de sus escrituras sagradas.
A partir del conjunto de teorías que vieron la luz durante aquella investigación, se realizó un informe que desglosaba las diferentes alternativas para llevar a cabo una posible toma de contacto con las autoridades goordianas. En el mismo se desglosaba tanto la planificación temporal de los pasos a dar para optimizar los resultados en aquel acercamiento, como las recomendaciones orientadas a aprovechar aquellos puntos más susceptibles de ser explotados por parte de La Orden. De la misma manera, también se realizaba un desglose de los puntos en los que fallaba la organización y que podían ser utilizados en su contra en situaciones similares.

Una vez validado el informe por parte del Yishin Amat, se autorizó a los Teólogos a poner a prueba sus tesis. Gracias a los contactos que se habían estableciendo durante la realización del estudio, la presencia de La Orden fue ganando paulatinamente en presencia dentro de la corte de Tócrata.
Una vez superados la desconfianza y las reticencias iniciales por parte de los cortesanos, La Orden fue capaz de firmar el primer tratado de colaboración con la nación entonces gobernada por el Teócrata Kunsel Grigstasa (Dógalster, Goord -354, -275) en el año -297.
Gracias a este acuerdo, apenas una década después la organización lograba tener su primera sede en el interior de la teocracia.
Pero este éxito tuvo una consecuencia inesperada. Para la manutención de los acuerdos, Jeor Tesala (Olostu, Goord -330, -253), el sucesor de Grigstasa, exigió la presencia de los Teólogos dentro del órgano de gobierno de La Orden. De acuerdo a su misiva “El conocimiento debe estar atemperado con sabiduría, el hombre debe ser consciente de hasta dónde debe saber, y el establecimiento de esos límites sólo se puede hallar dentro de la palabra de Gâldaim”.

Atendiendo a aquel requerimiento, y utilizando a su vez aquel imprevisto como carta de presentación ante otras naciones con una alta representación de la religión en la toma de decisiones, una vez concedida aquella petición, las funciones de los Teólogos fueron expandidas. A partir de aquel momento, el organismo resultante fue ganando en presencia tanto dentro como fuera de la organización de manera paulatina.

Sus miembros hacen las veces de diplomáticos, juristas y embajadores en aquellas naciones en las que se encuentran desplazados, haciendo las veces tanto de embajadores ante las jerarquías eclesiásticas de cada una de ellas, como de punta de lanza en aquellas en las que La Orden aún no ha logrado establecerse.
De manera interna, su acercamiento y asesoramiento no tiene lugar o cabida dentro del campo filosófico, sino que se centra en los aspectos sociales, diplomáticos y legales de cada una de las religiones organizadas que pueblan Daegon. La existencia o no de los dioses u otro tipo de entidades poseedoras de cualidades similares, o su aceptación, son irrelevante para el desempeño de su misión. Si bien ante los ojos de las diferentes naciones que loa acogen, su erudición es fruto de una inquietud espiritual, quienes tienen este tipo de inclinaciones no son aceptados entre sus filas. Aquellos miembros de La Orden interesados en este tipo de disquisiciones acostumbran a terminar formando parte de los Pensadores.
La gran diversidad y complejidad de credos y mitologías que componen las naciones que se encuentran en la franja central del continente, del mismo modo que hace que las características culturales e identitarias de cada una de ellas sean únicas, obliga a su vez a que gran parte de los sub-organismos de los Teólogos se vean forzados a especializarse en alguno de ellos. De cualquier manera, el hecho de que el poder real se encuentre prácticamente copado por dos grandes religiones organizadas, ha tenido como consecuencia que el estudio de estas dos sea la que dispone de una cantidad de recursos dedicados a su explotación.
A su vez, estos dos grandes teísmos no podrían ser más distintas entre ellos a todos los niveles. Mientras que el panteón más extendido, el de la iglesia Tayshari, cuenta con más de una docena de cismas esparcidos por todo el oeste continental y no cuenta con un control centralizado, la Teocracia de Goord que rinde culto a Gâldaim, es monolítica y forma parte de manera indisoluble de cada una de las instancias del poder.
Cada uno de estos cismas de la iglesia Tayshari se encuentra implantado de distintas maneras dentro de las instancias del poder de sus respectivas naciones. Mientras que algunos de ellos pueden llegar a ejercer una cierta presión de manera más o menos efectiva sobre los gobernantes, una parte significativa de ellas apenas tienen capacidad para realizar tales acciones. Por el contrario, dentro del dogma goordiana no hay lugar para el cisma o la divergencia.

Independientemente del impacto del resto de credos en el gran esquema del poder, al igual que sucede con las distintas interpretaciones de la teogonía tayshari, la disparidad, fragmentación e influencia sobre los distintos gobiernos es muy dispar. A la hora de la toma de decisiones dentro de de sus respectivas naciones, su influencia puede oscila entre lo anecdótico y lo indisoluble.
Desde naciones como Harst o Trollellom donde, independientemente de que sus mandatarios sean personajes que representan a sus deidades en el mundo, al carecer de textos sagrados no basan sus decisiones en ellos o en la tradición, hasta lugares como Muliria donde, a pesar de que la iglesia no tiene una presencia oficial dentro de los estamentos políticos, las palabras de los sacerdotes tienen una gran repercusión y peso específico ante el pueblo.

De acuerdo a los estudios realizados por los Teólogos, sólo en la actualidad se han llegado a documentar a nivel global más de un centenar de credos distintos. Dentro de los mismos se incluyen tanto aquellos que han sobrevivido desde las edades antiguas, hasta aquellos de formación más reciente, pero no aquellos a los que no se rinde culto en la actualidad. A su vez, cada uno de ellos cuenta con un nivel diferente de representación en sus propias comunidades, lo que crea un complejo entramado de mecanismos sociales, protocolos y rituales que analizar, matizar y explotar.

Hasta el momento, ninguno de los Oxiarcas de esta orden, o de aquellos candidatos propuestos por ellos ha logrado ser nombrado Omniarca. Esta situación, si bien no se encuentra ligada directamente a ninguna restricción o animadversión especial hacia ellos, sí que suele ser causa de mofa por parte del los integrantes del resto de organismos.
La rivalidad y desavenencias entre Elisia Dainyascu (Limpstav, Saliria 681), la actual Deusarca, y Tilsaya ya existía desde antes de que la futurista se convirtiese en Omniarca pero, tras aquel suceso, esta relación no ha hecho sino empeorar.
Elisia, que también aspiraba al mandato de La Orden, es una mujer preocupada por el presente y que considera a los Futuristas como una organización que basa todo su trabajo en la especulación. Cree que el futuro, como tal, es un ente consolidado. Preocuparse de él antes de tiempo es irrelevante ya que, de tener la capacidad de preverlo, este no se podría alterar y, caso de poder “alterarlo”, obviamente no se trataría de el futuro lo que se había predicho con anterioridad. De una predicción erronea.

La orden de los Censores fue durante mucho tiempo considerada por muchos como la brújula moral y ética de organización, aunque este calificativo se encuentra repartido en la actualidad entre ellos y los Pensadores.
Dentro de las funciones principales de este organismo se engloban las de analizar y dictaminar los límites de lo que es y no admisible dentro de la organización, así como la definición de los límites hasta los que se puede llegar en pos del conocimiento. Los ámbitos de estudio de su rama teórica sen encuentra focalizado principalmente en cuestiones de carácter eminentemente filosófico, siendo el pensamiento ético, tanto en su estado más puro como en su vertiente de aplicación al resto de las ciencias, su especialidad.
Por las manos de sus estudiosos pasa todo aquel texto catalogado como susceptible de ser peligroso o delicado, tanto de los que llegan hasta Cahirn Ansay provenientes del exterior, como los generados por sus propios investigadores. Dentro de su labor no se encuentra sólo el estudio y aprobación de tales casos, sino que también abarca la custodia y el control del acceso a estos textos especialmente susceptibles. Tras la realización de un primer análisis sobre los mismos, sobre ellos recae la responsabilidad de la decisión final acerca de si estos deben o no ser accesibles de manera abierta, o si una investigación debe o no seguir su curso.
Todo aquel proyecto que pueda implicar el poner en peligro la vida de quienes lo van a llevar a cabo, debe ser previamente notificado a los Censores, y serán estoy quienes determinen si vulnera o no los criterios establecidos. Pese a que estos proyectos puedan cumplir los requisitos puramente legales y administrativos, si los Censores no dan su visto bueno, este no se podrá llevar a cabo. En este tipo de casos, para imponerse sobre el criterio de los Censores, sólo cabe un recurso por parte del Oxiarca de la orden que ha iniciado la investigación ante el Yishin Amat.

Aparte de esta vigilancia y valoración acerca de las implicaciones morales y éticas de las acciones de sus compañeros, entre sus cometidos también se encuentran el de llevar hasta la justicia interna a aquellos que rompen o tratan de forzar las leyes en beneficio propio.
En el ámbito externo de su núcleo central filosófico-teórico, dentro de su organigrama existen también diversos sub organismos que que trabajan de manera muy cercana con el resto de órdenes. De entre todas ellos, el cuerpo de los Cuestores es el que más notoria hace su presencia, y el que más recelo y temor inspira entre sus compañeros. La rama pragmática cuya misión es la de vigilar que los criterios y límites establecidos tanto por los Censores como por los Legisladores no sean vulnerados o pervertidos.

La labor de los Cuestores no se limita a la de ser testigos de que los proyectos se realicen dentro de los parámetros aceptados, sino que también incluye la de investigar de manera autónoma al resto de órdenes y denunciar las irregularidades de sus compañeros, liderando la acusación ante los Juristas. Cuando se trata de la autoridad de uno de los Cuestor a la hora de llevar una acusación, nadie está por encima de el en cuanto a su autoridad. Ni el Sumo Censor ni el mismo Omniarca tienen potestad para cerrar una investigación. Si bien la persona que la inició puede ser destituidos de su cargo, una acusación lanzada por cualquiera de ellos no puede ser detenida o anulada sin haber obtenido con anterioridad un veredicto. Si el cuestor impulsor de la denuncia es cesado, uno de sus compañeros debe retomar su tarea ahí donde este la dejó.

Por otro lado, los Censores también son los encargados custodiar y gestionar el acceso hasta el conocimiento considerado como “dañino” o “peligroso”. Si bien es cierto que no existe la figura del conocimiento prohibido, este tipo de material se encuentra fuertemente auditado y requiere de la autorización por escrito del Oxiarca de la orden a la que pertenezca quien solicita ese acceso.

La relación de esta orden con las de los Cronistas, los Naturistas y los Tecnólogos acostumbra a ser complicada. En el caso de las dos primeras, su acercamiento siempre ha condicionado en gran medida de los intereses de sus Oxiarcas en cuanto al estudio de Baen’Shull’Ilay. En el de la tercera, de las necesidades económicas de la organización en cada momento concreto.

Los riesgos que implican la exploración de Baen'Shul'Ilay siempre han bordeado los límites establecidos por los Censores. Dada la naturaleza aún desconocida y altamente inestable de Nusureh y Monrasén, la voluntariedad de quienes pretenden participar en las expediciones hasta su interior es una exigencia, así como la información previa acerca de todos los riesgos y posibles consecuencias a los que se enfrenta. A esto se deben sumar a un riguroso entrenamiento y un extenso periodo de adaptación. Más allá de esto, para todo aquel proyecto que conlleve que un investigador se aventuran en su interior, se exigen una serie de garantías mínimas que rara vez se pueden certificar de manera previa.
Cada nueva incursión tiene que ser validada los Oxiarcas de las órdenes implicadas, previo informe detallado del proyecto concreto, y cada paso debe estar supervisado por un Cuestor.

El caso con los Tecnólogos es diferente, ya que los conflictos acostumbran a nacer como consecuencia de peticiones y presiones externas. Uno de las peticiones que llegan con mayor asiduidad hasta La Orden son aquellos que implican un cambio muy concreto en sus estatutos; el diseño de armamento. Este tipo de peticiones, más allá del hecho de ser una constante desde los inicios de esta orden, también acostumbran a llegar acompañadas de fuertes presiones y cuantiosas ofertas económicas. Ante ellas, los dictámenes de los Censores son claros: El aceptar este tipo de encargos, ya provengan desde el exterior o desde alguno de los Oxiarcas, está vetado.
La armamentística no sólo es una de áreas de estudio y aplicación desaprobadas por parte de los Censores, sino que también implica un riesgo muy grande para toda la organización.
El posicionamiento oficial y tradicional de La Orden en lo referente a los conflictos entre las naciones es claro: No se participará en ninguno de ellos de manera directa o indirecta. A todos los efectos, La Orden es un organismo totalmente neutral, y los Censores son los encargados de que este precepto sea cumplido de manera estricta por parte de cada uno de sus miembros.
De incumplirse el mismo, se romperían de facto múltiples acuerdos firmados en la antigüedad. De llegar a darse este caso, existe la posibilidad de que la protección de las distintas naciones sobre Cahirn Ashay se viese comprometida, convirtiéndose en sí mismo el un blanco muy apetecible para cualquiera de ellas.

La orden de los Censores no sólo es una de las órdenes más impopulares de cuantas forman parte de la organización, sino que también es la que más presiones recibe tanto desde el exterior de la organización como desde la misma Orden. En momentos puntuales de crisis, el Omniarca ha llegado a interceder ante el Sumo Censor para solicitar excepciones al respecto pero, hasta el momento, esta regla se ha mantenido inalterada, al menos de manera oficial.

Si bien es cierto que, en lo tocante a sus deberes, el veredicto de un Censor inapelable. No es menos cierto que, en momentos concretos, tanto el Sumo Censor ha llegado a intervenir antes de que se oficializase tal veredicto. También en contadas y excepcionales ocasiones, las altas instancias de los Juristas han matizado algunas sentencias derivadas de casos ganados por un Cuestor. De cualquier manera, incluso para estas personas, el procedimiento para tramitar este tipo de peticiones es de tal complejidad que rara vez se llega a llevar a cabo.

Esto no ha impedido que agentes libres o antiguos colaboradores hayan utilizado parte del conocimiento adquirido durante su permanencia en La Orden para realizar este tipo de trabajos, pero el perseguir este tipo de actividades excede las capacidades de los Censores, que se ven limitados por las legislaciones de las naciones en las que se ha realizado tal actividad.

Esta orden se encuentra dirigida en la actualidad por la saliria Tomésika Gubdaren (Oxanar, Saliria 698), antaño Cuestora de la universidad de Udversk.
Su tarea en estos días no es sencilla principalmente por las presiones de la Omniarca para fomentar el estudio de Barn’Shull’Ilay. Pese a estas presiones y los indicios de una posible relación los eventos recientes y el Gurtakage, su actitud al respecto no ha variado.
Gubdaren es una mujer pragmática y cerebral que no se preocupa por el futuro lejano. Sus inquietudes se centran en el ahora, en el presente de La Orden y su situación actual. Sus prioridades difieren enormemente de las de la Omniarca, y no le tiembla el pulso a la hora de denegar las peticiones. No encuentra razones de peso que justifiquen las excepciones que le piden hacer, mucho menos cuando lo que entra en juego la vida de los investigadores.

La orden de los Juristas es la responsable de la aplicación de la legislación interna, así como de dictaminar las penas aplicables a las infracciones cometidas. Pese a gran parte de su labor consiste en el estudio de la legislación y jurisprudencia, se trata de un organismo eminentemente pragmático.
Si bien sus miembros no tienen potestad para modificar las leyes de cuya aplicación son encargados, el hecho de que entre sus atribuciones sí que se encuentre la de interpretarlas, hace que en ocasiones la frontera entre una acción y la otra sea muy difusa. Loas debates a este respecto entre ellos y los Legisladores, responsables de su creación y redacción, acostumbran a ser frecuentes.
Si bien tanto la defensa del acusado como la dictaminación de la culpa recae en manos de algún miembro de los distintos cuerpos de los Juristas, la acusación, la presentación de cargos y su investigación siempre corresponde a los Cuestores.

Otra de sus atribuciones es la de dirimir las disputas entre las diferentes órdenes, ya sea esta por la interpretación de algún punto concreto de sus mecanismos internos, o acerca de cuales prevalecen en caso de entrar en conflicto.

Más allá del ámbito de La Orden, los Juristas carecen de poder alguno a la hora de la aplicación de la ley. Su única competencia a este respecto es la de defender a miembros de la organización, o a la misma Orden cuando se presentan cargos contra ellos en algún tribunal internacional, siempre con el apoyo y supervisión de uno o varios miembros de los Legisladores.

Este organismo se encuentra compuesto por estudiosos de las leyes, pero no en lo referente a su teoría, a los conceptos morales tras que se creó cada una de ellas o lo justo o injusto de las mismas, sino en cuanto a su aplicación en cada caso concreto.
Si bien dentro de sus responsabilidades no se encuentra la de la formulación o impugnación de ninguna leyes, el procedimiento burocrático para la aprobación de estas sí que debe pasar por ellos. Toda propuesta de ley que no provenga de los Legisladores requiere de una tramitación previa ante los Tecnócratas. Estos, a su vez, son los encargados de trasladarla hasta los Juristas. Una vez aceptada y admitida a trámite, solamente tras su aprobación esta pasa a entrar de manera oficial dentro del flujo de trabajo de la cámaras de los Legisladores. Ninguna solicitud que no haya sido procesada de esta manera es aceptada para su estudio, desestimación o formulación definitiva.
La complejidad de todo el proceso es tal que multitud de solicitudes no llegan hasta los últimos por algún defecto en la forma. Tampoco es extraño que, debido a intereses particulares, tanto solicitudes perfectamente cumplimentadas, como los expedientes de algún juicio, sean destruidos o se pierdan dentro del trasiego de los papeles.

Su relación tanto con los Legisladores como con Cuestores es muy cercana, y no es extraño el traslado de miembros entre estos tres organismos. Por otro lado, el hecho de que algunas de sus funciones las llevasen a cabo en el pasado los Tecnócratas, ha hecho que se les conozca también de manera despectiva con el sobrenombre de “Los administrativos de la justicia”.
Su separación de los Tecnócratas en el año -199 de la mano de la Omniarca Momdala Gainsul (Yornost, -257, -171), quien anteriormente había pertenecido a este organismo, supuso un duro golpe para esta tras la considerable merma en sus potestades que supuso la creación de los Censores.

Su actual Oxiarca, la reani Yidane Hal’Kslashi (Tsalashi, Rearem 699) se encuentra enfrascada en varios frentes de manera simultanea. La actual situación económica de La Orden, como consecuencia del largo periodo de tiempo por el que se ha prolongado, ha tenido como consecuencia una escalada de acusaciones de todo tipo entre sus miembros. Muchas de ellas no han tardado en ser desestimadas, pero los Juristas se han visto superados por la ingente cantidad de trabajo que ha llegado hasta sus juzgados y despachos.
Por encima de todas estas acusaciones e investigaciones, Hal’Kslashi sospecha de la existencia de una trama organizada para desviar tanto los fondos que posee la organización, como parte de los que tendrían que llegar de manera regular desde sus acuerdos internacionales de colaboración.
En colaboración con diversos miembros de los Censores y, aun a falta de las pruebas necesarias para confirmar estas teorías e iniciar un proceso legal, la sospecha que va ganando más peso entre ella y sus colaboradores más cercanos es la que vincula esta ola de demandas menores a una maniobra para colapsar los recursos de los investigadores, ocultando tras ella a las auténticas maniobras ilegales.
Una gran parte de las acusaciones en curso afectan directamente a la Omniarca. Mientras unas la acusan de malversar los fondos de La Orden, otras la culpan de carecer de las capacidades necesarias para liderar a La Orden. Detrás de todas ellas acostumbran a encontrarse cargos menores sin apenas capacidad de decisión, y las evidencias en las que dicen estar basadas, al menos en la superficie, no dejan de ser meras opiniones, conflictos de intereses o animosidades personales. Hasta donde han investigado los Cuestores y los agentes judiciales no existe ninguna prueba que valide cualquiera de esas acusaciones.

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Las órdenes II

Las órdenes II
La orden de los Legisladores es el último de los organismos surgidos como consecuencia de la segmentación de las funciones ostentadas originariamente por parte de os Tecnócratas.
Fundada en el año -71, durante el mandato de la Omniarca Tileska Iyasinova (Níduscurg, Saliria -131, -39), sus labores se dividen en dos grandes vertientes claramente diferenciadas.
Por un lado, a nivel interno, las altas instancias de este órgano son los artífices del desarrollo de los reglamentos internos que gestionan a La Orden y la misma Cahirn Ansay. De la misma manera, sus miembros también son los encargados de la definición de los flujos burocráticos derivados de este reglamento.
Dentro de este mismo ámbito, los componentes de este organismo son los responsables en última instancia de de la validación de cualquier propuesta de cambio que implique una modificación sobre estos estatutos. De manera independiente a que estas propuestas puedan afectar o no al funcionamiento de La Orden o las distintas cámaras de gobierno de la nación, su revisión y validación formal por parte de los Legisladores es un requerimiento previo a la tramitación por parte de cualquier otro organismo.
Para terminar con sus funciones en lo referente al orden interno, cualquier alteración sobre la estructura jerárquica. La creación o desaparición de una orden, la alteración de las funciones de cualquier estamento en el gobierno de la nación, la división o la fusión de dos organismos independientes, al igual que toda acción que pueda implicar un cambio en la estructura de poder o en la escala orgánica de la nación, La Orden o cualquiera de sus sub organismos, debe ser previamente aprobada por ellos.

Por otro lado, de la misma manera que los Teólogos estudian el impacto de las religiones en el ámbito social y cultural de las naciones, los Legisladores son los responsables de estudiar sus sistemas legales al igual que sus modelos de gobierno. Estos estudios, al igual que los legisladores que los han llevado a cabo, suelen ser la base y el apoyo sobre las los Juristas acostumbran a preparar la defensa de aquellos miembros de La Orden acusados en otros territorios. De la misma manera, sus informes también son utilizados por otros legisladores, tecnócratas y políticos para encontrar huecos en las mismas y aprovechar estos, u otras interpretaciones plausibles en la mismas en beneficio de sus embajadas, al igual que en alguna negociación o transacción que se encuentre en curso en ese momento.
Más allá del terreno puramente legal y teórico, aunque dentro de un orden de acción similar, entre sus atribuciones, deberes y obligaciones, también se encuentra la responsabilidad de realizar un seguimiento exhaustivo de la evolución de los estatutos, constituciones, usos y costumbre de todas aquellas naciones en las que se ha implantado o se pretende consolidar la presencia de La Orden. Todo cambio que se pueda producir en cualquiera de estos campos, debe ser documentado, y comunicado a quienes puedan verse afectados por ellos.
Sus miembros son los encargados de adecuar el funcionamiento interno de las sedes remotas de manera que no entren en conflicto con las ordenanzas locales. Dependiendo de la complejidad burocrática de cada estado, las interpretaciones e interrelaciones de su legislación y la estabilidad de su situación política, no es extraño que, en las distintas instancias de La Orden ubicadas en ellas, se encuentren uno o varios legisladores expertos en cada materia de manera permanente. En estos casos su labor trata de ser principalmente proactiva, formando grupos de presión en contra de aquellas leyes que les puedan perjudicar, e intentando prever y estar preparados para los posibles conflictos que puedan devenir de cualquier cambio. En última instancia, también son los responsables de interceder ante las autoridades si se llega a dar el caso.

Más allá de la realización de estas dos grande labores, y debido a la propia complejidad de las diferentes legislaciones aplicables dentro de la misma Cahirn Ansay o La Orden, dentro de este organismo existen varios cuerpos dedicados a la revisión no sólo de todas las reglamentaciones de creación reciente aplicables a todos los niveles, sino que también son los albaceas e interpretes últimos del bagaje histórico que ambas arrastran.
Esta labor no recae sobre ellos de manera exclusiva en lo referente a la aprobación de las solicitudes de modificación sobre cualquiera de estos protocolos, sino que también lo hace cuando existe un conflicto entre distintas legislaciones internas. Si bien sus miembros deben ser consultados cuando se tiene que dictaminar cuál de ellas prevalece, las labores llevadas a cabo dentro de sus organigrama pasa por diversas cámaras. Algunas de ellas sólo ejercen como órganos meramente consultivos durante el este estudio previo requerido de cara a tomar tomar tales decisiones, mientras que la decisión definitiva recae sobre otros de ellos.

Ante estas solicitudes, cuerpos como el de los historiadores de la ley son los encargados de dictaminar si la solicitud de alta, modificación o eliminación puede conllevar de manera involuntaria alteraciones sobre alguna ley del pasado que, pese a seguir vigente, no se invoque con frecuencia. De la misma manera, cuando se les pide que dictaminen acerca de la prevalencia entre dos o más normas que parecen entrar en conflicto, también son los encargados de asegurarse de que no exista ninguna ley que, pese a estar en desuso, pueda imponerse sobre las que se investigan en ese momento.
Por otro lado, el cuerpo de lingüistas que forma parte de los Legisladores es el encargados de dictaminar las interpretaciones aceptadas a un nivel puramente semántico de todo texto legal. Su dictamen no entra a considerar si estos pueden llegar a incurrir en una contradicción con alguna norma presente o pasada, sino que se limita a concretar la validez formal de aquellas que están estudiando.
Por último, el cuerpo de Lexógrafos es el responsable de coordinar a estos y otros cuerpos en el desempeño de sus funciones. Todos los estamentos involucrados en la realización de estos cometidos concretos tienen sus obligaciones perfectamente acotadas, pero esto no implica que su labor sea llevada a cabo sin interferencias o que siempre se pueda llegar a un veredicto satisfactorio.
Una vez que los diferentes cuerpos han hecho público sus veredictos, en el caso de no existir unanimidad en sus criterios o dictámenes, se inicia un nuevo proceso de análisis que se traslada a los niveles superiores de la jerarquía.
Una vez llegados a este punto, existe una gran confusión y un ausencia de responsabilidad notable en algunos aspectos concretos de esta labor. Estas carencias han sido denunciados en más de una ocasión tanto a nivel interno de los propios Legisladores, como por los componentes de otras órdenes, pero esto no ha logrado que nadie se haya atrevido a realizar el esfuerzo necesario para subsanarlas. Muchas de estas lagunas, interesadas en gran medida, han sido las herramientas utilizadas de manera histórica por parte de los Lexarcas para eludir alguna responsabilidad incómoda.

Dentro de este vacío legal y las contradicciones que este conlleva en ocasiones, sobre los componentes de los Legisladores no recae la obligación de redactar de nuevo una ley ya aprobada por alguno de sus predecesores en el caso de que se haya detectado un defecto de forma. De la misma manera, pese a tener el compromiso de indicar si una propuesta entra o no en conflicto con otras leyes o partes del reglamento, ninguna norma les condiciona a tomar la decisión en un plazo de tiempo concreto. Son responsables de aceptar o rechazar la propuesta y de redactar su versión final, pero sus atribuciones a este respecto se limitan de manera exclusiva a esto. Tienen el compromiso de indicar qué partes se deben modificar para que una propuesta que han rechazado por algún matiz sea aceptada, pero no la obligación de corregir ellos los textos o indicar cómo se deberían acometer estas correcciones.
De la misma manera que sucede a la hora de aceptar nuevas propuestas, en los casos en los que tienen que dictaminar acerca de algún tipo de conflicto existente entre dos normas, carecen de condicionales temporales pero, al contrario de lo que sucede con este tipo de peticiones, en los casos en los que las peticiones provienen desde la orden de los Juristas, o desde alguien que pretende poner en duda su criterio, el tiempo acostumbra a ser un factor a tener en cuenta.
La relación entre Legisladores y Juristas es compleja, un hecho que se ha reflejado en la frecuencia de las recriminaciones recíprocas. Estas órdenes, cuyos planteamientos originales establecieron unas funciones complementarias de tal manera que no llegasen a entrar en conflicto, con el paso del tiempo han ido desdibujando sus fronteras hasta llevarlos en momentos concretos a hacerlos indistinguibles.
Sobre el papel sus labores deberían haber sido estancas, pero el día a día no tardó en demostrar que las normas y los límites eran susceptibles de ser subvertidos con una frecuencia y facilidad que no ha sido del agrado de sus responsables. La idea acerca de la separación de poderes y responsabilidades con la que se segmentaron las atribuciones de los Tecnócratas generó a su vez una serie de nuevas problemáticas no previstas por sus artífices. A lo largo de sus últimas jefaturas, los líderes de estas tres órdenes han centrado sus esfuerzo en la elusión de la responsabilidad sobre las decisiones de los demás, pero también sobre las propias.
De esta menara, en lo tocante a los Legisladores, se ha llegado a un punto en el que lo que se prima cuando se les realiza cualquier consulta, es el evitar que cualquier repercusión sobre sus decisiones les pueda llegar a afectar negativamente a ellos.
Los cruces de acusaciones entre Juristas y Legisladores cuando los primeros derivan una consulta hacia los segundos, es una clara muestra de esto. El repertorio de ambas órdenes en estos casos es muy similar, abarcando desde las alusiones a intentar pervertir el sistema al negarse a ser unos los responsables del dictamen, hasta las denuncias por tratar de buscar la nulidad del caso en cuestión por matices formales.

Más allá de que este tipo de situaciones y dinámicas no se produzcan con frecuencia en los asuntos más críticos, esto no evita que cuando salgan a la luz sus consecuencias puedan llegar a ser demoledoras. Por otro lado, esta problemática sí que tiene un impacto real en la gestión diaria de La Orden. La lucha por tratar de mantener las competencias propias se han dado de manera histórica, y de manera aún más notoria en el caso de las órdenes derivadas de los Tecnócratas. Esta problemática, una que casi ninguno de los equipos de dirección ha tratado de atajar, ha sido una de las lacras que más han afectado, aunque sea de manera indirecta, a la reputación de La Orden en el exterior. La negativa a asumir ciertas responsabilidades por parte de ninguno de sus organismos acostumbra a dejar gran parte de las propuestas más delicadas en un limbo legal o en un bucle administrativo, en ocasiones intencionado, del que rara vez son capaces de escapar.
En las ocasiones puntuales en las que alguno de los Legisladores que han tratado de solventar algún caso sumido en este de problemáticas, ya fuese mediante la presentación de una propuesta reformulada de manera individual, o alguna indicación pertinente emitida a nivel personal para la corrección de alguna de ellas, esto no sólo no ha garantizado que la ley o norma en cuestión no sea desestimada por el resto de sus compañeros, sino que también ha supuesto la inclusión de una falta en su expediente. Es por esto que, cuando alguno de los Legisladores decide realizar alguna actuación de este tipo, salvo que pretenda llevar a cabo una declaración de intenciones pública, estas se suelen presentar de manera anónima ante el órgano que la ha generado.

El los casos remotos en los que alguno de estos proyectos alcanza un estado crítico, ya sea por necesidad o intereseses de muy alto nivel, la única alternativa de la que se dispone para su solución es la de escalarlo hasta el Yishin Amat. Este organismo, de manera excepcional y en última instancia, es el único que tiene la potestad para obligar a los Legisladores a modificar o retirar una ley que se encuentra en vigor, o a aceptar una nueva ordenanza en contra de su voluntad o contraviniendo a su consejo.
La invocación de este tipo de situaciones se ha ido haciendo cada vez de manera más excepcional con el transcurso del tiempo. Si algo ha quedado demostrado tras cada una de estas decisiones es que, cada una de ellas ha terminado siendo la causante de situaciones muy complejas de solventar. Esto ha ayudado a afianzar la posición de los legisladores dentro del organigrama. Ante su negativa a incorporar alguna nueva ley propuesta desde las altas instancias, las alertas no tardan en aparecer. Pese a que las acusaciones contra ellos cuando sucede tal cosa, todos son conscientes de que, si la ley sale aprobada en contra de su criterio, el principal beneficiado ante esta situación serán el Lexarca y los suyos. Una vez llegada esa situación, quedan liberados de toda culpa o responsabilidad sobre la misma y los incidentes relacionados que puedan surgir. A partir de ese momento, tampoco tienen obligación de dictaminar sobre ella en el caso de que esta pueda ser propensa a interpretaciones ambiguas, o a su utilización se realice de manera partidista. Algo, por otro lado, que los Legisladores están prestos a denunciar cuando se produce.
No es raro que alguna ley hija de situaciones de inestabilidad haya llevado a quien la impulsó o aprobó a ser depuesto de su cargo, lo que ha llegado a incluir a algún Omniarca.
Por otro lado, de la misma manera que sucede con cualquier otra ley preexistente, los Legisladores no tienen obligación o responsabilidad alguna sobre las leyes existentes de manera previa a su existencia. En estos casos tienen libertad a la hora de decidir si emiten veredicto sobre cualquiera de ellas. En el caso de que decidan hacer tal cosa, estas leyes pasarían a contar con su beneplácito de manera oficial. Aquellas sobre las que se niegan a emitir su juicio permanecen en el limbo legal hasta que sean redactadas de nuevo, o sustituidas. En en primero de estos casos, ellos no no tienen obligación alguna de participar en esta nueva redacción. En el segundo, la decisión también recae enteramente sobre ellos, por lo que no es una decisión que tomen a la ligera sin ponderar las consecuencias. Cualquier nueva ley que se crease para sustituirla tendría que venir con su sello, lo que ya les implicaría en el caso de un mal uso

Las luchas de poder a este respecto son una constante. Tanto aquellas que buscan la inclusión de leyes controvertidas, como aquellas que aspiran a lograr que los Legisladores acepten u otros grupos acepten alguna responsabilidad sobre los múltiples vacíos legales que pueblan los reglamentos de La Orden y Cahirn Ansay.
De la misma manera, las cámaras dedicadas a tramitar estas solicitudes suelen encontrase copadas y presionadas por peticiones de todo tipo, ya sea esto debido a maniobras para tratar de ralentizar, desestimar o anteponer las alguna propuesta por grupos de presiones rivales, o como táctica para fomentar su descrédito.
Dependiendo de los asuntos tratados, su dictamen acerca de ciertas materias específicas es seguido de manera muy cercana por los grupos interesados. El hecho de de que una ley sea aplicada por encima de otra, o la desestimación de alguna reclamación puede suponer un giro drástico en ciertos ámbitos del poder. Si bien en los casos concretos que se relaciones con un procedimiento judicial en curso sus atribuciones pueden llegar a verse diluidas con las de los Juristas, esto no deja de ser usado como un herramienta para presionar a ambas.
Tampoco es extraño que los grupos de interés saquen a colación textos antiguos para tratar de sacar adelante sus propuestas. Ante estos casos, la posibilidad de los Legisladores para inhibirse de tomar parte ha llegado a jugar en su contra, es por esto que rara vez hacen uso de esta potestad. En las ocasiones en las que se prevé que va a producir una solicitud de este tipo, los cuerpos de historiadores de la ley ya han podido estudiar el asunto con detenimiento de manera previa el campo de acción de los Legisladores es más amplio, pero ante una solicitud no prevista no les queda más remedio que el de aceptarla, y analizarla con el máximo rigor y profundidad antes de su dictamen. Esto no quiere decir que no retrasen este dictamen todo lo que puedan, o que busquen algún tecnicismo para evitar pronunciarse de verlo necesario.

Así como a lo largo de su existencia, los Legisladores se han dedicado a tratar de marcar perfectamente cuales son su funciones principales, el campo de acción en el que se engloban algunas de sus tareas secundarias es algo difuso. La lucha de poder que mantienen con los Tecnócratas desde su misma separación es una constante, dentro de las acciones llevadas a cabo por parte de los líderes de ambos organismos en su pugna por no ceder un ápice dentro de sus cuotas de poder, la situación a la que han llegado en momentos puntuales ha sido desastrosa para toda La Orden. Si bien lo peor de aquella fase pasó hace ya mucho tiempo, algunas consecuencias de aquello aún perduran. Algunas de sus competencias y atribuciones se solapan en lo referente a la gestión de los recursos de la orden, tanto en lo referente a la capacidad de los Tecnócratas a la hora de contratar a personal externo, como en los asuntos tocantes al reglamento que gobierna a estos las barreras continúan siendo difusas y un terreno de lucha constante. Estos solapamientos no se limitan únicamente a cuestiones relacionadas con la mera cuestión de interpretación de alguna normas, como pueda suceder con los Juristas sino, una vez más, de normas enquistadas que general a su vez vacíos legales cuya resolución podría tener un serio coste político para quien trate de acometer tal tarea. Al mismo tiempo, tocar alguna de estas normas casi fundacionales, podría suponer el desmoronamiento de todo lo que se ha construido sobre ellas.
Algunos de los intentos para sortear este obstáculo han sido los de segmentar aún más estas funciones, otorgando estas funciones solapadas a un nuevo organismo, pero estas intentonas siempre han sido bloqueadas o echadas abajo en cuanto han llegado a las cámaras gobernadas por los Legisladores.
Si bien estos choques son constantes, cuando se produce un conflicto de este tipo en lo tocante a algún punto especialmente crítico, el protocolo dictamina que se debe formar un comité especial compuesto por miembros de cada una de las órdenes afectadas, en el que se debe dirimir el resultado de esta diferencia.

Aparte de las normas marcadas por Legisladores y Tecnócratas, cada una de las órdenes también tiene sus propias reglas de orden interno. Tanto aquellas que se encuentran escritas y documentadas, como las que simplemente son tradiciones comúnmente aceptadas, en ocasiones pueden llegar a entrar en conflicto, ya sea de manera tangencial o frontal, con alguna antigua norma o ley. Este tipo de situaciones no son nada infrecuentes, aunque acostumbran a ser solucionadas gracias a la buena fé entre los implicados. Cuando el conflicto viene provocando por otro tipo de motivos, no es raro que sean sacadas a la luz leyes ya olvidada como excusa para dar inicio a alguna lucha de poder. En estos casos la disputa se suele estirar todo lo que se puede, eternizando el conflicto mientras que la parte interesada continúa actuando de manera libre.
Cuando estos casos se enquistan entrando en un bucle infinito, la capacidad de maniobra de los Juristas es muy limitada. Su única alternativa es la de consultar a los Legisladores acerca de la vigencia en los tiempos modernos de esa regla, si debe ser oficialmente desestimada si debe ser traída de nuevo hasta la luz pública pero, u oficializarse de alguna manera. Pero, al igual que en los casos expuestos con anterioridad, si la problemática viene dada por alguna ley no aprobada de manera voluntaria por los Legisladores, ellos pueden negarse a dictaminar sobre la misma, con lo que suelen terminar entrando en juego los juegos de favores, así como las ofertas a nivel personal personal por parte de los implicados, para que estos no se impliquen, dictaminen a su favor, o colaboren en la prolongación de la disputa.
Una vez más, cuando este tipo de situaciones superan el umbral de lo tolerable y afectan a labores críticas, sólo el Yishin Amat puede dictaminar al respecto, creando un nuevo precedente sobre el que los Legisladores pueden abstenerse de opinar en el futuro.

Dada la complejidad de sus tareas, y lo enmarañado de su propia estructura interna, este organismo, a su vez, está dividido en diversas secciones. Hasta ahora sólo hemos hablado de las grandes cámaras encargadas de los asuntos de índole interna, pero la labor de los Legisladores no termina ahí. Más allá de los asuntos relacionados con el gobierno de La Orden y de Cahirn Ansay, existe una pléyade de eruditos en todo tipo de materias. Desde los componentes de la otra gran cámara, la de asuntos exteriores, hasta los que forman las pequeñas agrupaciones dedicadas a alguna especialidad concreta y remota, como puedan ser el diseño, revisión y adaptación del reglamento interno de La Orden a los cambios en el contexto cultural y social del momento, sus homólogos en lo referente a la legislación de Cahirn Ansay o los responsables del estudio de las legislaciones de las distintas naciones con quienes se relacionan ambas entidades. El abanico de campos que abarcan no sólo es amplio, sino que crece con cada nueva división de La Orden o cada nueva integración que llevan a cabo con otras organizaciones de cualquier tipo.

Dentro de las tareas de la Cámara exterior, sus labores tampoco se limitan al estudio y análisis puros, sino que, a su vez, algunos de sus grupos de trabajo acostumbra a realizar funciones de consultoría atendiendo a solicitudes procedentes desde otras organizaciones. Independientemente de que existan tratados previos de colaboración, o que se espere alcanzar alguno en un futuro cercano, esta labor goza de una gran reputación. Esta delicada tarea, a su vez, es otra de las fuentes de conflicto con los Tecnócratas, ya que esta fue una de las labores realizadas por sus miembros gracias a las que La Orden ses dio a conocer antaño más allá de Baern. De cualquier manera, los cometidos derivados de este servicio, pese a ser una gran fuente de ingresos para La Orden, no está libre de riesgos, complicaciones y quebraderos de cabeza.

En otro terreno cercano al de estas atribuciones, la autoproclamada imparcialidad de La Orden en lo referente a cualquier conflicto que tenga lugar más allá de los muros de Cahirn Ansay o sus embajadas, ha hecho que diversas naciones recurran a ellos solicitando su intervención a la hora de dirimir conflictos internacionales. Pese a que no todas las solicitudes de este tipo suelen ser aceptadas, sí que existe un compromiso de atender a todas ellas y dar una respuesta justificando una negativa. El aceptar o no tales encargos depende en gran medida tanto de la situación concreta en el que se encuentra el conflicto, como de la relación que puedan tener tanto Cahirn Ansay como La Orden con alguna de las naciones implicadas. La aceptación de este tipo de solicitudes de una naturaleza tan delicada, tiene que venir siempre aprobada por parte del Yishin Amat.

Las razones y situaciones concretas detrás de cada una de estas peticiones, pese a sus similaridades de base, acostumbran a ser únicas, lo que hace de su aceptación un proceso lento y no exento de problemas. Uno de los elementos comunes que acostumbran a compartir casi todas ellas es la controversia que las acompaña tanto dentro como fuera de La Orden, al igual que la división de opiniones que existe a la hora de entenderlas como oportunidades para aumentar la posición de la organización, o sacar algún beneficio diferente al económico de las decisiones que se tomen acerca de ellas.
Si bien el debate moral acerca de este tipo de actuaciones no se produce dentro del ámbito de Legisladores, cuya misión es obtener un resultado satisfactorio, o el de los Censores, cuya preocupación es asegurarse de que que no se incumple ninguna normativa vigente, el posicionamiento de ciertas escuelas Pensadores a este respecto suele entrar en conflicto con la actitud generalizada de quienes llevan a cabo estas labores.
Por otro lado, y completando los organismos de La Orden que participan en estos protocolos, la labor de los Comunicadores se produce en un ámbito de actuación diferente. De acuerdo a ellos, la percepción que se tiene en el exterior acerca de La Orden como una entidad neutral debe encontrarse por encima de cualquier otra consideración. Cualquier actuación que pueda romper esa imagen debería ser sancionada. Esta preocupación, al contrario de en el caso de los Pensadores, no está motivado por una cuestión meramente filosófica, sino que sus implicaciones son eminentemente pragmáticas. El temor de que La Orden sea percibido como un organismo movido por la acumulación de poder podría llegar a poner en peligro su misma existencia.
Así pues, toda actuación concerniente a sus relaciones internacionales es analizada desde multitud de puntos de vista, lo que a su vez ha llegado a afectar a sus decisiones de manera contraproducente.
El resultado más óptimo de cara a los implicados, que debería ser su obligación sobre el papel, ha sido supeditado en ocasiones por cuestiones de imagen. El hecho de que La Orden pueda salir beneficiada, o la posibilidad de que pueda parecerlo, ha llegado a pesar más que los criterios objetivos. Esto no ha impedido que se hayan llevado a cabo jugadas arriesgadas por parte de alguno de los implicados de cara a salir beneficiados, o que el Yishin Amat no haya ante puesto en más de una ocasión la supervivencia o el posicionamiento de La Orden antes que el beneficio de sus clientes.
De la misma manera, de manera independiente a los motivos que hayan existido tras las decisiones, o del beneficio obtenido por La Orden, rara vez sus resoluciones han estado libres de controversia en el exterior. Las críticas, dudas o reparos acerca de la legitimidad de sus acercamiento, la validez de sus métodos o el beneficio subyacente para la misma han sido una serie de constantes prácticamente inalteradas. Los motivos detrás de cada una de sus decisiones no son analizados únicamente por quienes se han visto afectados por ellos de una manera directa, sino que su escrutinio suele extenderse hasta instancias de lo más insospechadas. Independientemente de que el efecto de sus decisiones no tenga un efecto frontal o tangencial sobre algunas de ellas, estas también son analizados por otros grupos de interés. El terreno de juego de la política internacional es un lugar muy delicado, y las repercusiones de cualquier decisión tomada sobre él acostumbra a tener ramificaciones inesperadas con el paso del tiempo.

Si bien en diversas ocasiones se ha planteado la posibilidad de la creación de una orden que acaparase de manera exclusiva en campo de la diplomacia, las relación institucionales y la coordinación de los trabajos con cualquier tipo de organismo externo, su formación siempre ha sido desestimada. Pese a esta negativa, esto no ha impedido que los Comunicadores, de acuerdo a la estrategia adoptada por sus últimos líderes en su intento por convertirse en una de las órdenes mayores, hayan ido asumiendo gran parte de esta carga a lo largo del tiempo.
A día de hoy, aunque el análisis previo a la aceptación de este tipo de peticiones siempre controvertidas es realizado por el Yishin Amat, y su elaboración posterior compete a los Legisladores de manera exclusiva, siempre que estos asuntos refieren a algún conflicto internacional, los Comunicadores son los encargados de su moderar las mesas de negociación.
Las mismas, debido al deterioro de las relaciones entre los implicados, y muy ligadas a la evolución de la situación política del momento acostumbran a requerir de unas capacidades de mediación que no forman parte del currículo de quienes redactan las leyes.

Pero, más allá de que estas sean las peticiones que generan más atención, este no es el único tipo de solicitudes que llegan hasta ellos. Si bien es innegable que, de no existir un conflicto de algún tipo no se recurre a ellos, esto no implican que este sea o haya sido armado. El abanico de las mismas acostumbra a ser mucho más amplio y generalmente menos dramático. Este abarca tanto las solicitudes para la validación de acuerdos de antaño, hasta el dictamen acerca de la vigencia legal de los derechos de dos o más naciones sobre unos territorios en disputa.
Principalmente dentro de los territorios de Rearem, este tipo de solicitudes son relativamente frecuentes, ya que lo fragmentado de su legislación de sus provincias y la autonomía de la que disponen en ciertos ámbitos los Tahákrair y los Raktarión no es raro que hayan llevado al establecimiento de alianzas de validez que es fácil poner en entredicho, algo que acostumbra a suceder cuando se produce una sucesión en el mandato de alguna de ellas.
La vigencia de estos y otros tratados, al igual que la de los acuerdos firmados en diversos protectorados tras el cambio de gobierno en alguno de los afectados, acostumbra a ser puesta en duda de acuerdo al derecho moderno. En ocasiones también se llega a poner en duda la misma validez formal de leyes concretas de alguna legislación por encima de otra, ya sea esto por antigüedad o adherencia a los axiomas legales predominantes en el momento.
Cuando se aceptan este tipo de casos, los Legisladores no suelen trabajar solos, sino que la opinión de los Juristas también acostumbra a tener mucho peso. Del estudio de las legislaciones o normas concretas de alguna de estas naciones, así como de las decisiones tomadas al respecto en cada caso, se han llegado a alcanzar grandes avances y compromisos en la incipiente creación de un derecho internacional común.

Dentro de un marco de actuación similar, este tipo de servicios de consultoría también suelen ser solicitados en ocasiones para la revisión o adecuación de los reglamentos de otras organizaciones y naciones. Si bien este tipo de casos son raros, tras el momento de algún cambio especialmente significativo en cuanto a lo ideológico dentro de las instancias del poder, se ha solicitado su presencia para garantizar una transición libre de sospechas.

Complementando las tareas de la Cámara interna, a la hora de diseñar y evolucionar la legislación de La Orden, y de la exterior en cuanto al estudio de la legislación internacional, se encuentran la Cámara de intercesión, el ente encargado de recibir, atender y procesar las peticiones procedentes tanto de los ciudadanos de Cahirn Anshay como de los embajadores externos, así como la Cámara mixta, que cumple esta misma función en lo referente a las peticiones provenientes de los miembros de la propia Orden.
Esta última no sólo está compuesta por legisladores, sino que también cuanta con la presencia de miembros del resto de organismos que hacen las veces de consultores en las materias específicas de sus respectivos ámbitos de estudio.

La actual Lexarca, la nivari Ayane Shayk Nylsar (Vignistrad, Nivar 681) se encuentra ya cerca de sus últimos momentos. Tendría que haber abandonado su puesto tiempo atrás debido a su delicado estado de salud, pero su apego al poder le ha hecho permanecer ahí en contra de los deseos de todo el mundo. A lo largo del tiempo ha ido haciendo acopio de favores y secretos que se ha ido cobrando en estos últimos años.
Gran parte de los Oxiarcas han necesitado de su complicidad a la hora de llevar a cabo sus movimientos y, aquellos que se encuentran aún en posiciones de poder, tanto dentro como fuera de la orden de los Legisladores, tienen miedo de todo lo que puede salir a la luz si votan en su contra. Al mismo tiempo, aquellos que han entrado con posterioridad en el juego político no poseen aún la capacidad o el poder necesarios para desmontar este juego de intereses.
De la misma manera que todos aquellos que le deben algo temen y esperan algún golpe final por parte de Nylsar, este nunca llega. Lo que la mantiene en su puesto es la pura inercia, y el no saber qué hará de abandonarlo. Está donde quiere estar y disfruta del juego político y de la sensación de poder que le da su posición. No tiene ni está trabajando en ningún plan a largo plazo para aumentar este poder, sino que se limita a hacer todo lo que está en su mano para mantenerse en su posición.

La orden de los Preservadores es la encargada del estudio y diseño de los artefactos, protocolos y condiciones en las que se transportan y almacenan tanto los textos como todo tipo de materiales sensibles. Asume tareas muy especificas y especializadas cuyas competencias, ya sea de manera individual o compartida, han sido asumidas en distintos momentos de la existencia de La Orden por parte de los Archivistas, los Tecnólogos y los Constructores.

Creada en origen como un sub organismo dependiente de la orden de los Tecnólogos en el año 201, las necesidad de un cuerpo de estas características ya había sido reclamada con anterioridad por diversos Oxiarcas de los Archivistas, Cronistas y Naturistas. En aquella ocasión, y gracias al apoyo de la Omniarca Xibal Nyator (Alcarst, Shemellom 147, 216), la petición impulsada por diversos colectivos y defendida por la Naturarca Lizwica Faitolu (Ibanshu, Shattegar 153, 231) ante el Yishin Amat logró contar con los apoyos necesarios para la formación de aquel nuevo cuerpo.

Durante aquella primera encarnación, aún bajo el manto de los Tecnólogos, la labor fundamental de los Preservadores consistió en la búsqueda de materiales capaces de contener las sustancias peligrosas obtenidas a partir de ciertos experimentos de su orden madre. Con el paso del tiempo y gracias a la repercusión de algunos de sus éxitos, no tardaron en llegar hasta ellos otro tipo de peticiones provenientes de lugares y contextos de lo mas inesperados. Durante aquellos primeros tiempos de indefinición, su labor, si bien se vio sometida a diversos bandazos debido a los cambios de criterio de sus diferentes líderes, siempre osciló dentro de unos límites concretos; el estudio de la ciencia de los materiales y su aplicación en el mundo real.
Este campo híbrido entre Tecnólogos y Naturistas fue el origen de una serie de enfrentamientos entre ambos grupos en lo que los segundos consideraban una intromisión en sus funciones. Esta lucha se llegó a enquistar de tal manera que el Yishin Amat optó por la decisión salomónica de separar a los Preservadores de cualquiera de estas dos órdenes, dándole entidad propia en el año 261.
Tras este drástico giro sus aspiraciones de autonomía no fueron logradas de inmediato. Si bien se vieron libres de una manera parcial tanto de los intereses, las presiones y pugnas por el control de sus descubrimientos entre su antigua alma máter y los Naturistas, gran parte de su infraestructura aún estaba ligada a estas y otras órdenes. Los recursos necesarios para llevar cabo su labor tenían que ser subarrendados a otros cuerpos mientras trataban de obtener los medios económicos que les garantizarían su independencia plena. Al mismo tiempo, fueron impulsando leyes que les permitiesen definir cual sería su marco de acción, sus obligaciones y sus responsabilidades finales.
Pese a lo complicado de sus primeros años de vida como ente autónomo y las maniobras de otros organismos para tratar de dificultar su labor, sus servicios, al igual que los ingresos que estos comenzaron a reportar a La Orden, fueron en aumento de una manera imparable. En apenas una década ya disponían de los medios imprescindibles para tener sus propias instalaciones, cuatro décadas después gracias a su aportación lograban convertirse en una de las órdenes mayores.
De cualquier manera, este ascenso tampoco fue un hecho libre de controversia. Lo ajustado del resultado de las votaciones que llevaron al mismo, junto al hecho de que este se produjese en detrimento de la orden de los Lingüistas, fue interpretado por parte de las órdenes teóricas como una declaración de intenciones nada halagüeña.

Tras este último espaldarazo y reconocimiento a su labor y aportación a La Orden, sus labores y responsabilidades también se vieron extendidos. A partir de aquel momento carecían del escudo que suponía depender de otras órdenes o de los presupuestos generales para los cuerpos menores. El encontrarse dentro de los organismos troncales no los convertía en un organismo enteramente ajeno a las luchas internas dentro de La Orden, sino que los introducía de lleno en él. Ya como uno más de los contendientes, el perfil de sus Oxiarcas cambió con la llegada al poder en el año 334 de la shatteri Railén Tasaleki (Arleun, Shattegar 281, 354). Con ella se dejaba atrás el mandato de los miembros más técnicos para dejar paso al gobierno de los políticos. De la misma manera que esta decisión alteraba la manera en la que se había planteado esta orden en cuanto a su jerarquía interna, también conllevó un cambio significativo en su enfoque de cara al exterior.
Si bien este cambio en las dinámicas fue bien recibido por los integrantes de los Preservadores en un inicio, tras los posteriores cambios no tardaron en aparecer las primeras voces discordantes que ponían en duda la preparación, el conocimiento y la comprensión de la labor de su orden por parte de quienes tenían luchar por ella en las instancias del poder
Para complicar aun más la situación, tras un prolongado periodo de escasez de peticiones desde el exterior, la misma viabilidad de los Preservadores como orden mayor se llegó a poner en duda. De la debacle consiguiente nació la actual estructura jerárquica que contempla la figura del consejero tecnológico, un puesto con la misma capacidad decisoria que del Cuidador. Esta característica particular hace que los Preservadores también sea conocida como “La orden de los dos Oxiarcas”.

Con el paso del tiempo tanto su visibilidad fuera de Cahirn Ansay como el alcance de sus quehaceres se han ido consolidando. El el momento de crisis su labor se centró en la definición y establecimiento de los protocolos preservación de los contenidos generados por Cronistas, Archivistas y Pensadores. El transcurrir de los siglos nunca ha sido un aliado para la palabra escrita, y el estado de deterioro en el que se encontraban obras seminales para comprender la evolución de la humanidad era crítico. La creación de unas estancias en las que conservar las obras originales, al igual que el trasvase de estos textos a otros soportes fueron el punto de inflexión que les hizo ser relevantes una vez más.
Por otro lado, y a pesar de que la distancia con los eventos que llevaron a su fundación siguen siendo una fuente de conflicto con Tecnólogos y Naturistas, su relación con ellos no tardó en normalizarse. El inicio de las investigaciones sobre la misma composición de Baen’Shull’Ilay y los distintos materiales que lo componen supuso un nuevo impulso para esta relación.
Determinar las características de estos materiales, dar con las condiciones necesarias para la experimentación sobre ellos, al igual que el tratar de crear un entorno en el que puedan existir fuera del domo y la creación de los contenedores en los que transportarlos entre ellos, pese a ser obras imperfectas y aún incompletas, han supuesto algunos de los grandes hitos alcanzados por sus miembros.
Pero no sólo las propiedades de los elementos extraídos del interior del domo son extrañas. Las particularidades del mismo material que forma la masa exterior de Baen’Shull’Ilay, al igual que su mutabilidad una vez separado de él, sigue siendo uno de los grandes misterios aún sin resolver.
De la misma manera, y dada la imposibilidad de contener o almacenar algunos de estos componentes, los elementos resultantes de la experimentación con ellos, o los mismos residuos obtenidos a partir de las pruebas a las que se han sometido, la labor de superar estos escollos es una de las que más atención recibe por parte de los Preservadores.
Ya sea bajo la forma de entornos controlados, receptáculos estancos o el intento de adaptación de ciertas localizaciones del interior de Baen’Shull’Ilay para distintos experimentos, los distintos dispositivos desarrollados a lo largo del tiempo apenas han logrado ser capaces de contener estas materias de una manera segura. El hecho de que toda esta experimentación aún sea un pozo sin fondo en cuanto a lo económico ha causado diversas fricciones con los cuerpos más alejados del la ciencia pero, el potencial que se que albergan tanto ellos como los nuevos materiales generados a partir de su estudio, han hecho que La Orden y otros organismos de todo tipo sigan apostando en este campo.
A pesar de esto, la aparición de otros materiales nativos de este nivel de realidad ha provocado que el que, en ocasiones, este consenso científico se rompa. La aparición de materiales como el salisch, el kubori o los primeros minerales traídos desde las Llanuras Heladas hayan supuesto una desviación de su atención y recursos. Si bien el establecimiento los Preservadores trajo como consecuencia el afianzamiento de estos estudios, este no es su único frente.

Derivada de esta tarea, dentro de sus atribuciones también se encuentra la de analizar y dictaminar los periodos de exposición de los estudiosos a estos materiales. Tanto los tiempos de espera que se deben guardar entre cada acceso a una obra, artefacto o material para que este no afecte a la salud de los investigadores, como las condiciones y la cantidad de tiempo durante el que una obra puede ser estudiada para evitar su deterioro.
Si bien la segunda de estas tareas sí que la fue algo por lo que tuvieron que luchar, la primera de ellas no han sido nunca del agrado de los distintos Cuidadores dadas las implicaciones que conlleva. Hasta hace apenas dos siglos no se estableció la relación causa-efecto entre quienes realizaban un tipo de estudio concretos y su propensión a la enfermedad o mayor índice de mortalidad prematura.
Si bien la aplicación de los protocolos recae sobre los Censores, en más de una ocasión se ha tratado de trasladar la culpa de algún fallecimiento sobre los Preservadores. Aún existe mucho desconocimiento de los peligros concretos a los que se exponen los investigadores durante la convivencia con determinados elementos, pero esto no ha impedido que más de uno desoiga los consejos, o que sus superiores no les hayan forzado a continuar con su estudio más allá de los límites de seguridad establecidos.
Dada la elevada repercusión que han tenido los escasos éxitos en este campo estudio, tanto Tecnólogos como Naturistas, pese a tener entre ellos a expertos en esta materia, no suelen dudar a la hora de forzar las normas. Por otro lado, desde el exterior de Cahirn Ansay también se les ha solicitado la realización de protocolos similares. Es ante este tipo de solicitudes cuando los roles de los dos Oxiarcas suelen chocar con mayor frecuencia. Las oportunidad de expansión y reconocimiento que esto suele primar sobre las posibles repercusiones de los errores y las pérdidas que pueden acarrear. El debate entre su utilización como arma política y la vertiente más pragmática ha sido tanto una herramienta utilizada por forzar la salida de alguno de ellos, como una salida desesperada en los momentos de crisis.
Ante estas peticiones, no sólo carecen del escudo que suponen los Censores sino que, en caso de accidentes, errores de cálculo o mala interpretación de sus protocolos es toda la organización quien queda expuesta a las repercusiones de los mismos.
La proliferación de materiales poseedores de cualidades extrañas o peligrosas ha ido en aumento con cada nuevo evento anómalo, y aún existe un gran desconocimiento y temor justificado hacia ellos. Lo que, gracias a su experiencia previa, comenzó siendo una fuente de ingresos y un elemento de valor añadido para La Orden, ha terminado siendo un nuevo arma de doble filo a utilizar con extrema cautela.
A raíz de los primeros experimentos fallidos, en el año 503 se creó un nuevo cuerpo de investigadores dentro de los Preservadores, el de los Diagnosticadores. Este organismo, cuyo ámbito de acción se encuentra situado en un camino intermedio con el de los Sanadores, está compuesto por los especialistas en el la detección y el análisis de los síntomas derivados de la exposición a estos materiales y sus radiaciones.
Esta nueva competencia tampoco fue bien recibida por los Preservadores, y tienen con él una relación dual. Por un lado, parte de los esfuerzos de su rama política se han centrado en que estas tareas sean asumidas por completo por los Sanadores pero, al mismo tiempo, saben que, de perderlas, parte de su relevancia se irían con ellas y podrían llevar a los Sanadores a ocupar un sillón dentro del Yishin Amat.

Por otro lado, su relación con los Censores tampoco es sencilla. La frontera que separa sus deberes compartidos no es del agrado de ninguno de los dos organismos. Al contrario que lo que acostumbra a suceder, cada uno de ellos quiere que el otro asuma una responsabilidad y tareas mayores. Mientras que el riesgo de deterioro que pueda suponer para una obra o texto antiguo el ser extraída de su contenedores, así como las condiciones del entorno controlado en el que puede ser estudiada, es asumido por los Preservadores, el control de acceso hasta las mismas es custodiado por los Censores, y la responsabilidad sobre lo que sucede en su interior recae enteramente sobre ellos.
Esta separación genera también una gran desconfianza y un ambiente de paranoia entre todos los que participan en estas tareas. Las regulaciones y los procedimientos que se han creado para el acceso a determinados artículos son tan complejas que apenas pueden ser investigadas escasos días al año. Los mecanismos que rigen el acceso hasta estos últimos para su estudio se encuentra supeditado a criterios tanto subjetivos como objetivos. Una vez iniciada la misma, tanto su estado de conservación e integridad, así como un estricto listado de condiciones a cumplir de manera previa a que se puede realizar esta investigación, deben ser cumplimentadas de manera exhaustiva, para ser contrastadas y comparadas con las condiciones resultantes en las que se entrega el artículo una vez llegados a la finalización de la misma.
La razón esgrimida como norma general para estas restricciones acostumbra a ser que la investigación no implique un riesgo para las personas o la preservación del objeto, pero también han sido utilizadas de manera habitual como elementos de presión en las luchas de poder entre los distintos cuerpos.

La transferencia de funciones que se les han ido realizando a lo largo de su existencia no se han limitado a esto. Mientras que algunas de ellas han conseguido evitarlas, y otras, por cuyas competencias han pujado, les han sido negadas, el ámbito de acción en el que se mueven ha variado mucho desde su primera encarnación.
Con el paso del tiempo, se le han tratado de transferir más competencias atribuidas a los Censores, ya sea en cuanto a distintos aspectos concretos del acceso a artefactos peligrosos, o la misma vigilancia de quienes los estudian, pero siempre han evitar que aquellas tareas que impliquen un condicionante ético o político recaigan queden bajo su manto. De acuerdo a sus estatutos, su labor se centra en la conservación de los materiales, no la vigilancia de las personas que las estudian, su estado de salud o los motivos que los impulsan a ello. Estas y otras razones que proclaman como su prioridad, al igual que algunas otras de las mismas normas que han sido esgrimidas como argumentos en sus negativas, y que son recitadas casi como un mantra se tratase, por otro lado han sido han sido utilizadas contra ellos cuando han pretendido asumir las tareas de reconstrucción de diferentes obras o edificaciones.

Dentro de esta lucha no todas las batallas han sido perdidas. Gracias la aceptación de manera voluntaria de algunas de las responsabilidades que se les han pretendido asignar, han logrado obtener a cambio otra serie de favores y retribuciones. De esta manera, y de una manera no siempre demasiado ortodoxa, algunos de sus líderes han logrado ir diversificando sus funciones, y asegurando con ello la existencia de los Preservadores a lo largo de los siglos. De cualquier manera, esto sólo ha garantizado que no desaparezcan o que no sean reabsorbidos por alguna de sus antiguas órdenes madre.
Si bien no existe una agenda que detalle los planes de expansión de esta orden de cara al futuro, sí que existe un interés por tratar de ampliar su campo de acción. Dada su propia historia, uno de los temores que ha acompañado a los sucesivos equipos de Cuidadores como una espada de Damocles, ha sido la posibilidad de los Preservadores caigan en la irrelevancia. Su labor y aportación, pese a la importancia que tiene dentro del gran esquema del conocimiento, han sido puesta en más de una ocasión, haciéndoles perder su silla dentro del consejo rector.

Lo intermitente de su presencia dentro de las órdenes mayores, junto a la consiguiente falta de consolidación dentro de las mismas que esto implica, han hecho de ellos una víctima propiciatoria en las luchas por el poder. No ha sido extraño que se les haya utilizado como pieza de cambio para devolver favores cuando un nuevo Omniarca ha llegado al poder. Dependiendo de la situación concreta en cada momento, los Cuidadores se han podido permitir ser más audaces en sus exigencias o no han tenido otra opción que la de ser más sumisos a la hora de aceptar imposiciones. Esta falta de estabilidad sólo ha servido para generar inseguridad y frustrar los planes de expansión de varios de sus líderes, a la vez que impedía que estos se desarrollasen de acuerdo a sus intereses.
A cambio de la aceptación de tareas inicialmente ajenas, como la del traslado de los artefactos desde su lugar de almacenaje hasta las estancias de estudio, la Cuidadora Xianaga Vismale (Mumbase, Tembi 603, 662) logró en el año 653 que una parte de los beneficios derivados de la venta en el exterior de los artefactos diseñados por los Preservadores recayese sobre ellos. La obtención de esta concesión logró aportar una autonomía económica para los suyos de la que nunca antes había dispuesto.
Al mismo tiempo, tal y como se planteó este acuerdo, servía para delimitar aún más su responsabilidad en cierto tipo de situaciones. A partir de aquel momento, en toda ocasión en las que ellos consideran que puede existir una situación de riesgo, o siempre que este desplazamiento implique sacar los artefactos fuera de Cahirn Ansay, tienen potestad para exigir la presencia de miembros de los Censores para apoyarles durante el tránsito.
De la misma manera, si bien la gestión del acceso físico hasta los artefactos también recayó sobre ellos poco después, con lo que pasaban a encargarse de todo el proceso que abarca el circuito completo que implica el acceso reglado hasta los artefactos, así como las condiciones bajo las que se debe realizar el estudio, toda responsabilidad fuera de este ámbito queda fuera de su alcance. Dentro de sus competencias no se encuentra la de decidir quién puede o no tener ese acceso hasta los mismos cuando se trata de materiales peligrosos o sensibles, sino simplemente el documentar las solicitudes y atender a las decisiones que tomen los organismos competentes a este respecto. Ellos no son los propietarios ni los guardianes de las obras, sino que se limitan a verificar que estas se tratan de acuerdo a sus especificaciones y requerimientos. Lo que suceda en el lugar de estudio o en las estancias donde se almacenan las obras cae enteramente sobre las espaldas de los Censores.

Por otro lado, aunque incidiendo en este mismo sentido, nadie se encuentra por encima de ellos a la hora de permitir el acceso hasta los materiales delicados. Por más que los Censores o el mismo Omniarca puedan llegar a autorizar el uso de alguno de ellos, si no se cumplen las condiciones exigidas por parte de los Preservadores, ese acceso jamás llegará a tener lugar.

En otro orden de cosas, y dado el carácter claramente horizontal y pragmático de sus funciones, sus atribuciones han logrado ir alcanzando a otros cuerpos sin aparente relación con su labor inicial.
Gracias a esto, y más allá de las disputas presentas y pasadas, colaboran de manera muy activa con la casi totalidad de las órdenes. Aunque el grueso de su obra se centra de manera más frecuente en su relación con las de los Naturistas, los Tecnólogos y los Constructores, su relación con cada uno de estos organismos, cuando no se encuentran realizando encargos de alguna de ellas, tiene un marco de acción perfectamente delimitado.
Su relación con la primera de estas órdenes es el de determinar las características necesarias para las estancias en los que se realizarán sus experimentos más peligrosos, y diseñar tanto esas estancias como los contenedores en los que se almacenarán los resultados de sus experimentos. Esta labor específica no es realizada de manera exclusiva cuando los materiales con los que se va a experimentar se sabe a ciencia cierta que son peligrosos, sino que también realizan tareas similares cuando se encuentran implicadas elementos de reciente descubrimiento, ya sean estos nuevas aleaciones obtenidas a partir de sustancias ya conocidas que se encuentran en la naturaleza, materiales extraños hallados en algún territorio asolado por sucesos anómalos, o sustancias extraídas de Baen’Shull’Ilay.
Una vez realizado este primer trabajo, los planos y las especificaciones son proporcionadas a los Tecnólogos y los Constructores para su posterior manufactura.

También realizan tareas similares para los Archivistas pero, si bien esta relación es más esporádica dado el tipo de materiales con los que trabajan, la búsqueda constante de soportes más duraderos sobre los que plasmar cualquier tipo de texto ha adquirido tal dimensión que ha conllevado la creación de un cuerpo dedicado en exclusiva a esta función.
Por otro lado, los protocolos que definen el espacio de tiempo que debe transcurrir para que los Transcriptores realicen nuevas copias de toda obra, también entra dentro de sus competencias, al igual que la definición de cuántas copias deben existir como mínimo de cada una de ellas, y las ubicaciones geográficas donde se deben conservar. Por otro lado, el llevar el control de cuándo se ha realizado una nueva transcripción recae sobre los propios Archivistas.

Su tarea no es sencilla, ya que los resultados de los experimentos no siempre pueden ser anticipados, o se carece de la información necesaria acerca de las características de algún nuevo material procedente de alguna expedición. A pesar de su negativa a aceptar responsabilidades sobre la salud de los investigadores, la presión a la que están sometidos sus miembros suele ser constante. Cuando alguno de sus diseños resulta fallido, los cruces de acusaciones entre todos los implicados suelen ser la tónica habitual. Esta situación se suele recrudecer cuando, como consecuencia de estos errores, se producen pérdidas humanas.

Su actual Oxiarca, el menetiano Diómestes Malarta (Quinsyalta, Menetia 701) accedió hasta su posición recientemente tras la destitución de su antecesor, el salirio Olvig Tuldemasov (Vinyurgs, Saliria 681), como consecuencia del juicio en el que se les encontró culpables a él y otros quince miembros de los Preservadores de haber participado en el extravío de materiales sensibles.
Aunque el juicio terminó hace más de dos años, aún queda pendiente localizar al resto de los participantes de aquella trama, así como dar con el paradero actual de esos materiales. Si bien la culpabilidad del antiguo Cuidador ha quedado demostrada más allá de toda duda, aún cuenta con simpatías y contactos dentro de La Orden, así como gente que le debe diversos favores y que necesita de su silencio.
La situación de Diómestes en estos días es incómoda. Antes de su llegada al poder se encontraba destinado como jefe de proyecto en la embajada de Vilchgern, en Goord, donde realizaba tareas mixtas correspondientes tanto a los Naturistas como a los Preservadores en el estudio de los restos de Netter’Gishu’Halal. Su ascensión fue inesperada, tanto por su perfil, algo anómalo dentro del patrón habitual de los Oxiarcas, como por el hecho de ser alguien que no formaba parte de ninguna de las camarillas que luchaban por el puesto.
Al no saberse a ciencia cierta hasta qué niveles se ha extendido la corrupción entre las filas de los Preservadores, los miembros de esta orden dentro de Cahirn Ansay se encuentra bajo un severo escrutinio por parte de los Censores.

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Las órdenes III

Las órdenes III
La orden de los Pensadores es un caso atípico dentro de la organización. A pesar de que las labores que desarrollan sus miembros ya se encontraban presentes en el seno de La Orden desde los momentos previos a la misma fundación de Los Cronistas, y que quienes desempeñaban las tareas que estos han heredado por ellos han llevado a cabo labores significativas dentro de todos los equipos de gobierno, no se reconoció su relevancia y necesidad hasta siglos más tarde. Esta tardanza a la hora de otorgarle una entidad propia ha hecho que, de manera errónea, se le considere como una de las últimas órdenes puramente teóricas dentro del esquema de la organización.

Ya en el documento fundacional de la organización redactado por Walur Latnaer, este hacía referencia al Vecsi erasto nindaeru, “La verdad como concepto, objetivo y herramienta” obra de la filósofa baerni Hispera Alixia (Baxari, Baern -821, -702), como una de sus mayores influencias. No sólo la obra de Alixia fue una gran influencia en él, sino ella fue una des sus mentoras.
En el documento que daba forma, propósito y origen a Los Cronistas, Latnaer incluía estos extractos de la obra de su mentora:

“Me pides que elija como si tuviera elección. Como si no elegir no fuese en sí mismo una elección.
Me exiges que decida entre una u otra cosa. Que no existen opciones más allá de aquellas que me planteas.
Pero mientes. No sé si por maldad, por ignorancia o por ceguera, pero mientes.

El mundo de las decisiones es dual, pero la cantidad de opciones a valorar carece de límites.
Con el lenguaje tratamos de condicionar la realidad. Tanto la nuestra como la de los demás.
A través de él fingimos ser algo que jamás seremos; entidades cuyas acciones moldean aquello que somos capaces de percibir.
Y esto no es así, con las palabras nos limitamos a describiendo el universo de una manera que nos permita enfrentarnos a él. No lo limitamos ni le damos forma, nos engañamos mientras pretendemos hacer ver que lo comprendemos. Aparentamos saber allí donde solamente creemos. Nos colocamos como un elemento central de algo ante lo que no somos nada, algo que no somos capaces de abarcar.
Inventamos atributos humanos para algo que no los requiere. Ocultamos nuestra ignorancia bajo una máscara de suficiencia, miramos al infinito y por el simple hecho de haber inventado palabras y conceptos para describirlo lo creemos subyugado.
Somos algo. Sí, pero sólo motas en el infinito, instantes en la eternidad, elementos prescindibles dentro de un gran esquema que no nos necesita.
Somos buscadores. Aspirantes al conocimiento, pretendientes a un lugar dentro de una certeza inalcanzable.

Me pides que elija, como si en tu mano estuviese la capacidad de crear u otorgar opciones.
Me exiges que tome una decisión como quien se engaña creyéndose poseedor de una respuesta.
Pero mi decisión no depende de ti ni de tus opciones. Mi decisión sólo depende de la verdad.”

“¿Y qué es la verdad sino un engaño más? ¿Qué es la verdad más allá de una palabra?
La verdad sólo es eso; un concepto creado por nosotros. Una quimera, una entelequia, un ideal. La verdad no deja de ser una invención, al igual que lo es la mentira.
Hablas de la verdad como un absoluto, cuando sólo es el marco que crearon nuestros ancestros para tratar de poner límites a lo que carece de ellos. Una mera cuestión de perspectiva, una aproximación siempre imprecisa a fuerzas que no entendemos.”

“Es ahí donde te equivocas y te engañas, porque la verdad no es algo subjetivo o equidistante de cualquier percepción u opinión que se pueda tener de ella.
De ser tales cosas estaríamos hablando de conceptos diferentes utilizando la misma palabra.
No te equivocas en cuanto a que se trata de una palabra. Eso es algo innegable. Un hecho, algo que objetivamente, es verdad. Pero esa palabra se creó tratando de describir algo. Detrás de ella hay un objetivo, un significado, un propósito.
Más allá de todos ellos hay un concepto, por supuesto. Algo que tratamos de definir, expresar y comprender. Por más que este concepto sea una quimera, por más se trate de un ideal, es algo único y absoluto.
Bien y mal son conceptos subjetivos, pero la verdad no lo es.
Es ajena a contextos, inmune a intenciones, indiferente a interpretaciones.
Quizás no lleguemos a conocerla jamás, quizás nos alejemos de ella con cada paso que damos. No depende del uso que hagamos de ella, no se ve afectada por acción o decisión alguna. De manera independiente a todo esto, ella siempre permanece inalterada e inalterable. La verdad es objetiva allí donde nosotros no somos capaces de serlo.
Tu verdad y mi verdad son falacias. No existen sino como interpretaciones parciales e interesadas de un algo mayor. Son irrelevantes. Meros rumores, sombras y proyecciones de algo que se nos escapa. Datos a contrastar, opiniones que refutar, conclusiones a demostrar.
La verdad no se posee ni se moldea, no nos favorece ni nos perjudica, la verdad simplemente ES.”

Pese a esto, la primera inclusión dentro de La Orden de un cuerpo dedicado al pensamiento puro no se produjo hasta el -12 del calendario mecbarino. Esta encarnación original carecía del estatus de orden o de recursos propios, ya que se trataba de una cuerpo menor dentro de los Censores alumbrada durante el mandato de la Omniarca Ibesca Linfosova (Pyotslav, Saliria -71, 14).
Dentro de su limitado margen de maniobra, para lo que sí que sirvió aquel pequeño organismo fue para dar comienzo a una de las grandes labores que heredarían a posteriori los futuros Pensadores; la de documentar y organizar tanto la historia como la evolución del pensamiento humano.
Del debate surgido entre las filas de quienes dieron comienzo a esta labor, compartida en aquellos momentoscon los Cronistas, surgieron las teorías que plantearon la necesidad de establecer un punto de referencia objetivo para la medición del tiempo. A su vez, de aquellas disertaciones y estudios surgieron las las propuestas que conformaron los criterios utilizados a la hora del establecimiento del año 0.
Si bien es cierto que, hasta aquel momento, la filosofía y el pensamiento metafísico se encontraban presentes dentro de La Orden, y que quienes desempeñaban aquellas mismas funciones militaban de manera mayoritaria dentro de diferentes cuerpos de las otras órdenes esencialmente teóricas, la creación de un organismo, por más limitado que fuese, centrado en este área, sirvió como catalizador para crear un lugar idóneo en el que los estudiosos que compartían un interés por la filosofía pura se reuniesen a debatir. Con el paso del tiempo, y al mismo tiempo que desempeñaban aquellas tareas, su hasta entonces pequeño nicho de actuación se fue haciendo cada vez mayor. Ya fuese mediante la aportación de una perspectiva más humanística sobre las pragmáticas, o planteándose nuevos acercamientos tanto al estudio como a las materias que deberían ser abordadas, su ámbito fue impregnando casi a todas las demás disciplinas. Disgregados entre todos los estamentos que componen La Orden, pese a carecer de un núcleo que aglutinase sus diversos acercamientos hacia la ciencia, el conocimiento y la misma razón de ser de la existencia, quienes no encontraban su lugar dentro del modelo ya establecido, fueron creando y dando visibilidad a una agrupación extraoficial y paralela que, de manera inadvertida había existido casi desde el inicio de la misma organización.

Durante aquellos últimos años previos al establecimiento del calendario mecbarino, al igual que a lo largo de los dos primeros siglos que lo siguieron, su presencia y relevancia fueron consolidándose poco a poco. Más allá de que su poder no fuese notorio, o que su presencia no destacase de manera especial, la diversidad de sus múltiples visiones sí que fue impregnando lentamente a las generaciones posteriores. Pese a esto, sin terminar de encontrar su lugar dentro del esquema de poder de La Orden o los organismos que acogían a cada uno de estos Pensadores primigenios, y carentes de una figura que terminase de consolidar sus funciones y hacer visible la necesidad real de su misión, en varias ocasiones estuvieron cerca de verse disueltos. No fue hasta la ascensión al poder de la Omniarca Belstar Vitrami (181, 248 Marndayal, Cahirn Ansay), quien formaba parte de la facción de los Pensadores existente dentro de los Cronistas, que, tras una ajustada votación, no sólo se les separó definitivamente de los Censores y se les dio entidad propia, sino que también se la elevó hasta el estatus de Orden Mayor en el año 223. Con esto, la orden de los Economistas perdía su sillón dentro del Yishin Amat ante aquel, en apariencia, joven organismo.

Tras aquello, tanto sus campos de estudio como su misión dentro del esquema global de La Orden se fueron definiendo de manera inesperada. Siguiendo la estela de los filósofos de antaño, estos comenzaron apropiándose de las atribuciones tradicionalmente otorgadas a estos para, de manera paulatina, ir extendiendo su espectro y difuminando sus límites. De la filosofía y la metafísica puras pasaron a ir concretando sus preguntas hasta llegar a fusionar estas disciplinas con las del resto de órdenes. De esta integración con las diversas materias de las que se ocupa La Orden, y trabajando de una manera similar a la que venían haciendo las órdenes mixtas, se fueron creando nuevas escuelas de pensamiento que aspiraban a aportar puntos de vista únicos que permeasen al resto de organismos. Materias como las de la antropología, la lingüística, la ética, la justicia, la sociología, la politología o la mitología fueron integrándose bajo nuevas perspectivas dentro de los currículos de Cronistas, Tecnócratas, Legisladores y Teólogos. Aquellas órdenes puramente pragmáticas inicialmente se negaron a aceptar lo que percibían como una intromisión en su trabajo, y la visión del componente moral, semántico o metafísico que trataban de imponer sobre temas que, hasta aquel momento se consideraban zanjados. El cometido de los Pensadores de cuestionar lo que se daba por asumido y tratar de hallar lo que subyace bajo el concepto de “normal” o “aceptable” supuso el origen de una gran cantidad de encontronazos que sacudieron los mismos preceptos sobre los que se había construido La Orden a lo largo de su milenio de existencia. La certeza pasaba a ser duda, la verdad absoluta algo inalcanzable y, quizás, un concepto falso en sí mismo. Pero no todo fueron negativas. Mezcladas entre las voces que acusaban a los Pensadores de no hacer ciencia, también se encontraban las que admitían que, con el conocimiento del momento, no todo podía ser explicado utilizándola, y quizás no llegase a serlo nunca.

Más allá de las enseñanzas que se pueden extraer de sus tesis por parte de otros, su cometido se centra en el pensamiento puro y la comprensión de la existencia desde distintos acercamientos. Dentro del rango de acción que abarcan sus diferentes campos de trabajo y estudio, el de la búsqueda de aplicaciones prácticas y concretas dentro del mundo real para sus postulados no es una de las principales. Si bien dentro de su estructura no se encuentra ningún organismo que se pueda considerar pragmático, esto no implica que ninguna de las materias que investigan carezca de impacto dentro de este ámbito. De la misma manera, el ser la única dentro de las grandes órdenes carente de cuerpos de índole no teórica, no quiere decir que su trabajo no haya servido para ayudar a moldear el mundo civilizado moderno.

A día de hoy, su presencia se encuentra plenamente consolidada e implantada de una u otra manera dentro de todos los estamentos de La Orden. A pesar de esto, su convivencia no es siempre sencilla. Si podemos hablar de un grupo dentro de los Pensadores que se podría tomar como un caso paradigmático del enfrentamiento que se ha perpetuado entre esta orden y el resto, esta podría ser el de la escuela de pensamiento de Nyscoli Josam (Livasyanu, Rearem 105, 181).
El cometido de los seguidores de Josam se centra en utilizar de una manera agresiva la duda como herramienta para el avance. De acuerdo a esta escuela, la ausencia de certidumbre, la creencia sin verificar y el conformismo son los mayores enemigos del progreso. Todo lo que no se sabe es sinónimo de fracaso, y todo aquello que no se puede demostrar de manera objetiva, no puede considerarse como conocimiento sino como mera especulación.
Sus miembros, pese a no tratarse ni remotamente la escuela de pensamiento con mayor número de adeptos, acostumbran a ser el foco principal de las fricciones de los Pensadores. Se les ha llegado a acusar de no aportar nada a la investigación y de tratar de boicotear aquellas en las que intervienen, abusando tanto dialéctica como físicamente de quienes las llevan a cabo. El rango de acusaciones también se extiende a quienes los consideran unos elitistas carentes del conocimiento necesario sobre el que cimentar sus críticas. Unos falsos intelectuales incapaces de apartar la mirada de los libros para mancharse las manos en el campo de la ciencia aplicada, que se dedican a socavar la confianza de otros estudiosos y de retrasar los proyectos, desviándolos de los parámetros establecidos y del alcance que se ha definido para ellos. Por su parte ellos se defienden alegando que, la firmeza del conocimiento de aquellos que no son capaces de dar una respuesta satisfactoria a sus preguntas, se encuentra tan vacía y errada como lo son sus conclusiones.
Si bien el nivel e intensidad de las quejas del resto de organismos hacia los Pensadores no ha sido constante, sino que ha mantenido distintas progresiones a lo largo del tiempo, en el caso concreto de los Josámicos prácticamente se ha mantenido inalterado. Tanto es así que, en más de una ocasión se han recibido peticiones para que se expulse a alguno de sus miembros de la organización o, incluso, de que se se rompa todo lazo con esta escuela. El hecho de que este tipo de comportamientos extremos tampoco sean la norma dentro de los Josámicos, no ha impedido que algún Mentat se haya visto obligado a abandonar su cargo ante su negativa a atender estas peticiones, dejando a su sucesor la desagradable tarea de llevar a cabo esta tarea.
A lo largo de su historia, los Josámicos han sido expulsados de La Orden en dos ocasiones, siendo admitidos de nuevo tiempo después con la llegada de nuevos equipos de gobierno.

Estos enfrentamientos han llegado a deteriorar la imagen que se tiene de la tarea de los Pensadores en su conjunto. Por otro lado, percibir en su totalidad esta tareas es harto complicado. Por un lado, esta consiste en encontrar las preguntas que deben ser hechas. De manera independiente a que estas sean o parezcan grandes, obvias y ya resueltas, o en apariencia nimias, estas preguntas deben ser sacadas a la luz y sometidas a un nuevo escrutinio. Su labor no consiste tanto en hallar las respuestas a los qués o los por qués, como en azuzar la búsqueda de la verdad en aquellos que creen ser sus poseedores. No la verdad fácil, cómoda y conveniente, no la verdad parcial, sino la verdad objetiva de existir tal cosa.
De acuerdo a sus mantras, “Sólo haciendo visibles las preguntas y cuestionando los modelos de razonamiento que se han seguido para llegar hasta las respuestas, se puede avanzar y aspirar a acercarse hasta el conocimiento puro”. En la actualidad, y contradiciendo al pensamiento alixio, una parte significativa de los Pensadores defienden la interpretación de la “verdad” como un concepto inalcanzable y peligrosamente subjetivo. Una herramienta útil aunque cargada de un bagaje de interpretaciones demasiado contradictorio. A lo largo de los últimos siglos esta discusión ha polarizado como pocos otros, de una manera casi irreconciliable, las posiciones de todas las escuelas.
Ya se trate de una invención humana, de concepto absoluto y objetivo, o de algún lugar intermedio entre ambos, la manera en la que es percibida, entendida ha condicionado el avance del conocimiento. Los nuevos tiempos han ido trayendo nuevos dogmas y cismas que no sólo han servido para separar a los estudiosos, sino que también han sido herramientas imprescindibles para hacerlos avanzar dejando atrás concepciones equivocadas. Las razones y criterios que gobernaban a los Pensadores no sólo no han sido impermeables a las situaciones que les han rodeado, sino que en ocasiones, han sido quienes las han impulsado. La objetividad, al igual que la verdad, que deberían ser los baluartes sobre los que se construye el conocimiento, son constructos cuya esencia ha sido moldeada para adaptarse al momento. Mientras que la primera encarnación de los Pensadores se definían como guardianes de estos valores, según fueron creciendo e introduciendo en sus filas a nuevas escuelas de pensamiento, esta visión se fue distorsionando.
Su misión no consiste únicamente en tratar de comprender la razón misma de la existencia de la humanidad, como pueda ser el caso de los discípulos de Ilistea de Yundar (Yundar, Shattegar -523, -444) y su escuela Ilisteana, sino que su búsqueda sólo es una más de todas cuantas abarcan. Si bien los ideales Josámico y Alixios continúan siendo quienes cuenten con un mayor número de adeptos, la presencia e influencia de quienes ven poca o nula diferencia entre saber y creer ha ido ganando en visibilidad. La lucha por imponer el ideal objetivo por encima de las visiones conformistas y hedonistas, de utilizar la dudar en lugar de la dialéctica para llegar hasta él, ha sido una constante. Donde unos comienzan afirmando que “Sólo a través de la duda se la puede dejar atrás, sólo a través del descubrimiento se puede acabar con la ignorancia”, algo ante lo que sus detractores replican con nuevas respuestas al debate Vecsino “De manera independiente a la naturaleza de la verdad, la búsqueda mal entendida de su forma perfecta puede llegar a ser una lastre.
Quienes no han aspirado a tanto, sino que una vez hallado lo “suficiente” o lo “necesario” los han utilizado para cimentar su obra, quizás no hayan alcanzado la perfección, a la par que sus obras siempre han resultado mejorables, pero han supuesto un base razonable sobre la que seguir trabajando.
Y es en la razón en lo que debemos basarnos. En el reconocimiento de nuestras limitaciones y la aspiración por superarlas. Quien sólo aspira a la perfección rara vez es capaz de dar el primer paso. No sólo esto, sino que desprecia los pasos que han dado sus predecesores. Quien no se atreve a fracasar y jamás arriesga a estar equivocado, está condenado a fracasar antes siquiera de dar el primer paso.
La verdad es un concepto demasiado árido y monolítico para quienes lo usan de manera estricta. Puede ser el objetivo final, pero nunca el destino marcado antes de aprender a caminar.”.

Estos debates que no tratan acerca de grandes diferencias sino sobre matices, cuando no lo hacen directamente sobre semántica, han supuesto al mismo tiempo el germen del que grandes avances y el motivo que ha impedido otros. La misma naturaleza y forma de actuar de los Pensadores está basada en la confrontación. El choque entre las ideas y su manera de expresarlas. Aunque tanto los mismos acercamientos como las maneras de plasmar las tesis de cada escuela han diferido enormemente a lo largo del tiempo, esto no ha hecho que los conflictos disminuyan. El ámbito en el que se mueve cada una de ellas, así como la maleabilidad de sus objetivos y los métodos concretos que han utilizado para alcanzarlos, al igual que sus contradicciones, conflictos internos y escisiones, siempre han sido de manera indistinta su mayor fortaleza y la causa de su caída.

Si bien la escuela Josámica podría considerarse como la más práctica de entre los Pensadores, centrando de manera mayoritaria su campo de acción en las ciencias puras, los intereses de los Pensadores en su conjunto transcienden de un único campo.

Centrándose en los ámbitos sociales y morales, entre otras muchas, podemos encontrar a los Alsynios, también conocidos como los Utopianos, continuadores de la obra de Alsyn Michastogu (Dogolu, Saliria -693, -631). Esta escuela de pensamiento que se remonta hasta los primeros tiempos de La Orden, buscan dar con la definición de un modelo de sociedad ideal. Un concepto que, no por saberse imposible de materializar en el mundo real, consideran que deba dejar de ser una meta a alcanzar para la humanidad.
Así pues, el dar con la definición de la utopía perfecta, ese concepto cuya misma naturaleza no deja de estar viciada por los condicionantes culturales y sociales del momento, no se plantea como una tarea pragmática, sino como un ideal. Un ideal obviamente subjetivo que no aspira a llevar a la a toda la especia en su globalidad, de manera independiente a etnias, sexos, credos o contextos culturales, hacia una serie de modelos sociales realizables, un ejercicio teórico que saben que está condenado al fracaso, sino que trata de plantearse cuáles serían esos modelos ideales a los que aspirar.
Al igual que sucede con todas las escuelas de pensamiento, también existe discrepancia dentro de sus filas. Al igual que sucede con quienes aspiran al conocimiento científico, allí donde la mayoría acepta que la definición de una utopía objetiva es una tarea imposible, algunos de sus miembros no aceptan esta premisa, a la que acusan de conformista, cómoda y autoindulgente.
Las dos grandes divisiones existentes entre los utopianos son las completamente antagónicas e irreconciliables.
Para los alsynios más dogmáticos, la premisa acerca de la imposibilidad de la utopía, no sólo es falsa, sino que consideran que la consecución de una social objetivamente ideal es algo realizable. Si bien esta la definición de esta sociedad perfecta varía dentro de sus mismas filas, no lo hace la forma en la que esta tendría que ser llevada a cabo. Pese a quien pese, el ideal debe prevalecer sobre las opiniones o deseos de los demás.
Ellos hablan de una utopía impuesta. De acuerdo a sus teorías, en una realidad poblada por la gran diversidad de seres, ideas y aspiraciones que habitan Daegon, lo que es imposible es alcanzar un acuerdo común. Una unidad de criterios a la hora de decidir lo correcto, pero esto no implica que el concepto en sí mismo sea inviable. Su aspiración es la de diseñar el sistema perfecto de acuerdo a lo que definen como “objetivismo lógico”. Estos Utopianos aspiran a ir aún más lejos de los conceptos morales para lograr su objetivo. En pos de este consideran que es necesaria la imposición de las necesidades “reales” y “objetivas” por encima de los deseos y aspiraciones personales, lo que consideran el “bien común” por encima de lo que acusan de ser ideales vacuos y caprichos de quienes no son capaces de aceptar este concepto. Todas las opiniones no son igual de válidas, y ellos se han erigido en los jueces que separarán las necesidades de los privilegios.

Si ya entre los grupos contrapuestos de la escuela alsynia no existe un consenso, actualmente tampoco lo existe entre los distintos cismas objetivistas. En el pasado, cuando una de sus visiones se ha impuesto con claridad, han sido una fuerza a tener en cuenta. Mensajes como el de Marosh Ilvecu (Gorn, Tarmaq -214, -151) calaron lo suficiente como para que se produjesen las primeras revueltas en un lugar tan improbable y lejano a la fuente de aquel pensamiento como es la costa sureña del Dominio. De aquella revuelta, que contó con el apoyo de Sipskriel y otras fuerzas provenientes del exterior de Tarnaq, surgió como resultado el estado fallido de Ilesca.
Tras la caída de Ilesca, tres años de su fundación en el año -153, esta escuela entró en declive y para no volver al ojo público hasta que consolidó su presencia dentro de los Pensadores cuatro siglos después.
Hasta el día de hoy, la disparidad de criterios dentro de los distintos cismas alyxios no ha hecho sino crecer. Las experiencias pasadas, y la observación de la evolución de las distintas culturas consideradas civilizadas del oeste continental, les han llevado a desarrollar dentro de sus filas un rango cada vez mayor de discrepancias. Ubicados entre los predicamentos de sus extremos opuestos, no es raro encontrar dentro de su seno a quienes tratan de materializar tal concepto de las maneras más dispares, ya sean como algo aplicable al mundo real o como un ejercicio puramente teórico. Quienes adoptan el primer acercamiento no acostumbran a pertenecer de manera nominal a los Pensadores, sino que aquellos con este tipo de inclinaciones tienden a formar parte de otros organismos, como puedan ser los Legisladores, los Censores o alguno de los cuerpos políticos dentro de las distintas órdenes a las que pertenecen.

Más allá de lo extremo de los planteamientos de algunos de sus componentes, del acercamiento puramente pragmático de algunos de ellos, o de las propuestas más arriesgadas de ciertas escuelas, las teorías de los Pensadores no siempre aspiran a convertirse en dogmas, imposiciones o herramientas de uso diario en el mundo real. Son conscientes de la imposibilidad de evitar por completo los sesgos, ya sean estos culturales, individuales o condicionados, la soberbia o la visión de túnel causada por la carencia de la visión del conjunto.
La función principal que se han atribuido es la de dudar. Hacerse preguntas y poner a prueba lo ya establecido, descubrir por sí mismos preguntas que no han sido formuladas con anterioridad, hacer que los investigadores cuestionen sus propios métodos y fines, hacer visible ante los gobernantes sean las posibilidades que no han sido capaces de percibir por sí mismos. En definitiva, el avance de la humanidad en su conjunto.
Inspirando a estos otros, a los gentes más pragmáticas, aspiran a que estos busquen maneras de destilar las ideas que subyacen en su pensamiento. A que las preguntas descubran problemas ocultos, y que sus respuestas se transformen en los mecanismos que puedan llevar a la comprensión completa de la realidad, al mismo tiempo que se construye una sociedad “mejor”, más “justa” y estable. De acuerdo a otro de sus mantras “Sólo alcanzando este conocimiento se logrará obtener los medios necesarios para superar las limitaciones a las que está sometida la humanidad. La subjetividad sólo debe ser un escollo más a superar. Un rival esquivo cuya presencia debemos tener siempre presente para ser capaces de identificarla y evitarla”.
Pese a estas palabras y los deseos que expresan, la concepción de lo que es la misma subjetividad siempre ha sido otro de los elementos polarizantes dentro de los constantes conflictos entre las distintas escuelas de pensamiento. Donde unas consideran que esta no sólo no es un escollo, sino una herramienta inherente e indisoluble del ser humano para el establecimiento de sus objetivos, otros consideran que es una lacra que puede ser expurgada gracias al conocimiento.

Mientras que los Josamistas evalúan lo que se considera y acepta como conocimiento científico, tanto en sus conclusiones como en lo referente a los métodos que se utilizan para llegar hasta él, y la moralidad de los mismos, con el objetivo de que este no quede contaminado por los malas praxis, los Alsynios centran su misión en cuestionar, analizar y desmontar los mitos generados alrededor de aquellos aspectos asumidos como “normales” dentro de las distintas sociedades. Tanto los preceptos que reinan en las culturas dominantes, y los que llevaron a la forja de los imperios pasados, como los que fracasaron en su intento para posteriormente desaparecer o han pasado a convertirse en tabú.
Su tarea, quizás por cómo impacta en las estructuras del poder, es una de las que más criticadas resulta. De manera inevitable, y tanto dentro como fuera de las fronteras de Cahirn Ansay, toda idea que amenace al estatus quo siempre es recibida con recelo. Si bien no existe unanimidad entre los puntos de vistas de todos los alsynios, tampoco la hay entre quienes los critican. Extendiéndose a lo largo de todo el rango que abarca a ambos extremos, la disparidad de opiniones es la norma.
Si bien es cierto que entre las filas de los Pensadores predomina la visión de que, en la actualidad, y sin excepción alguna, no existe ninguna sociedad que pueda considerarse justa, los motivos aducidos por cada una de ellas, al igual que los elementos a cambiar que proponen, varían enormemente.
La incomodidad que generan sus tesis en las altas instancias del poder, de manera prácticamente independiente a la ideología que predomine en el lugar, de manera ciertamente irónica, tampoco es percibida como algo deseable por parte de una gran mayoría de aquellos a quienes se aspira a beneficiar. Los cambios que piden los más desfavorecidos muchas veces escapan a los problemas que han tratado de solucionar las ramas de los alsynios alejados de estos entornos. Su concepción de lo que debe cambiar en el sistema acostumbra a moverse en unos niveles difusos y conceptuales. Tanto es así que, estas disquisiciones, apenas tratan acerca de los temas que más preocupan, o que afectan de una manera más directa, a quienes se deberían ver más afectados por ellas.
Esta incomprensión tampoco acostumbra a ser muy bien recibida dentro de La Orden, quienes la achacan a la ignorancia pura. De acuerdo a la visión paternalista y condescendiente de algunos de los pensadores más alejados del mundo que existe más allá de los libros, si el pueblo llano no acepta sus preceptos no es porque hayan errado, sino porque carecen de la formación necesaria para ser capaces de comprenderla. Aquellos algo con una experiencia vital más amplia son capaces de comprender que las diferencias pueden venir debidas a las diferencias en sus contextos culturales, pero esto no impide que reciban unas críticas menos agresivas que las recibidas del resto.
En su defensa, los alsynios también suelen achacar las críticas de sus detractores a su carencia de la libertad necesaria para considerar sus opiniones como algo libre de la influencia del poder. Que estas están condicionados por miedos, ya sean estos o no infundados o, en ocasiones, por una falsa sensación de seguridad,

Por otro lado, cuando estas críticas proceden desde dentro de sus propias filas, la situación tampoco difiere en gran medida. La falta de uniformidad en sus acercamientos, la diferencia de los contextos culturales y socio económicos de los que procede cada uno de ellos, o la misma cerrazón a la hora de aceptas las críticas, han llevado a frustrar cientos de debates antes siquiera de su comienzo. A este respecto, y por más que la confrontación de ideas sea la metodología utilizada para el avance del pensamiento, cuando las críticas provienen de cuerpos o escuelas distintos a los de quien ha originado una tesis se convierte en algo más complicado. No es extraño que, en estos casos, la discusión se vea desviada hacia otros derroteros, dudando acerca de la naturaleza y motivos de las mismas críticas y diluyendo los argumentos entre las acusaciones de intrusismo o la falta de preparación para comprender la complejidad del tema.
El corporativismo no sólo dentro de cada una de las escuelas, sino también entre quienes estudian cada una de las grandes preguntas, puede ser tal que no se lleguen a aceptan las propuestas o la participación estudiosos procedentes de otros campos.

No faltan las voces que afirman que dentro de los mismos Pensadores existe un profundo miedo al cambio, una sensación de seguridad infundada y cierta impunidad ante los en ocasiones desastrosos diagnósticos que realizan. Pese a que tales acusaciones no invalidan de manera automática todos sus argumentos, las críticas de elitismo y paternalismo hacia la forma y el fondo que desprenden en gran medida las palabras de algunos de sus sectores, y su falta de reacción ante ellos, sólo han servido para empeorar o consolidad su ya de por sí denostada imagen en ciertos círculos.

Por otro lado, y dentro de la gran diversidad de criterios de sus escuelas, también existen voces que culpan de la pobreza y la discriminación a los mismos afectados, que les acusan de vivir acomodados en su situación y ser cómplices de lo que les sucede al consentirlo sin hacerle frente. Estas voces que acusan a los oprimidos de vivir acomodados bajo una falsa sensación de estabilidad, condenando a su vez a quienes les sucederán a padecer esta misma condición, también les instan a rebelarse e iniciar conflictos en los que no tienen ninguna posibilidad de vencer. Al mismo tiempo, aquellos escasos Pensadores que provienen de estos estratos más desfavorecidos de estas sociedades, acusan a sus superiores de padecer una ceguera selectiva y condenar a quienes siguen sus dictados a una condena cierta. Por más falsa que sea la sensación de estabilidad, sólo permaneciendo con vida tienen ocasión de poder luchar cuando la situación sea propicia.
La única seguridad real que suelen compartir estos colectivos en es que morirán pobres en el mismo lugar en el que nacieron, porque así son las cosas. Que su situación no cambiará sólo con palabras, pero que la violencia tampoco asegurará que el cambio sea hacia algo mejor. A fin de cuentas, la violencia, es el campo en el que el opresor cuenta con una experiencia mayor. Este sería un campo de cultivo del cual la única seguridad que recogerían sería la de la tierra quemada y la muerte. Dos frutos que en poco o nada servirían a su futuro.
Aún así, las palabras de aliento dadas por quienes no se juegan nada, y las noticias, en muchas ocasiones romantizadas, acerca de las escasas victorias, surten el efecto esperado. Pese a que la historia no avala estas palabras, su falsedad no ha evitado el surgimiento de revueltas improvisadas que han durado tanto como las vidas de sus instigadores. Las victorias son temporales y terminan acalladas por el fatalismo que les rodea y que es lo único que conocen a ciencia cierta.

El impacto del lenguaje en la manera en la que la que la realidad es percibida, al igual que la manera en la que esto sucede a la inversa nunca se han encontrado dentro de los grandes campos de estudio de los Pensadores hasta fechas cercanas. La manera en la que se retroalimentan mutuamente ambos elementos, al igual que la evolución de esta relación y su impacto dentro de las distintas culturas, son temas cuyo estudio que ha comenzado a implantarse de manera reciente debido a que se trata de dos de los intereses principales de su actual Omniarca, pero su reciente oficialización no implica que sea un campo virgen, o que no existan estudios previos sobre la materia.

Por el contrario, diversas escuelas de pensamiento anteriores a la fundación de los Pensadores centraban sus esfuerzos en el mismo, algunos de los cuales generaron gran controversia en su momento. La utilización del lenguaje como algo más que una mera herramienta para la comunicación es tan vieja como su mismo nacimiento, y el poder de las palabras no ha pasado desapercibido para aquellos que, como Gervast Stallnu, a través del lenguaje y la manipulación sociológica, lograron crear las condiciones necesarias para gobernar a través de una mentira aceptada por las masas; el culto a Gâldaim. Este es quizás el éxito a mayor escala registrado en los textos, y uno de los pocos “grandes engaños” que no han sido desmontados. La mentira, la falacia y la eufemística han demostrado ser poderosas herramientas para quienes las han estudiado con detenimiento y las han incorporado a sus arsenales privados.

De la misma manera que sucede con los aspectos sociológicos de la filosofía aplicada, el acercamiento hacia estos temas también se encuentra dividido en una gran disparidad de escuelas de pensamiento que adoptan multitud de formas y enfoques encontrados. De todos estos, las dos vertientes más notables, no tanto por su extensión sino por lo extremo de la primera, lo antagonismo de la segunda, y la cercanía geográfica y cronológico de ambas, serían las de la escuelas Sinleria (Arneida Sinler Yundar, Menetia -290, -202), también conocida como Yundariana, y Nonstélica (Rishvaide Nongaidal Ipsdálah, Naltor -292, -237). La virulencia de su enfrentamiento inicial se achacó en origen a la relación entre sus naciones, pero este conflicto no tardó en superar esta falsa premisa. Al mismo tiempo, mientras que Nongaidal llegó a ser perseguido y ejecutado por su mensaje en Naltor, las teorías de Sinler se valoraron seriamente como elementos viables a incorporar en la legislación menetiana.

Las diferencias ideológicas que continúan separando a los primeros, quienes afirman que la utilización del lenguaje debería ser una herramienta más al servicio del estado. Esta debería ser controlada por el gobierno, y tanto su evolución como su uso indebido deberían encontrarse regulados y legislados, siempre ha chocado frontalmente con los predicamentos de los segundos, quienes consideran este hecho no sólo como algo contraproducente e incontrolable, sino también inmoral. La dicotomía que representan estas dos escuelas, cuyas diferencias son a todas luces insalvables, han supuesto el germen de una gran cantidad de conflictos. Cada vez que, bajo una u otra forma, algún organismo ha tratado de llevar a cabo un modelo de gobierno basado en los predicamentos yundarianos, la respuesta contraria no ha tardado en surgir como consecuencia.
En mayor o menor escala, las tesis del pensamiento sinlerio han tratado de ser utilizadas por los gobernantes de diversas naciones a lo largo de la historia.

Más allá de la figura de Stallnu, quien mezcló la demagogia con el miedo, el misticismo y un control férreo de toda la escala jerárquica del poder, otros aspirantes a conquistadores también han tratado de convertir las medias verdades y las mentiras cómodas en sus herramientas, pero este es un campo de batalla cuyas victorias acostumbran a perdurar tanto como la credibilidad de quien las enarbola.
Del desenlace de quienes fracasaron también se han logrado aprender importantes lecciones, y este ha sido precisamente el campo de estudio elegido por escuelas como la testelana (Visandel Testela, Féisenhol, Edirth -107, -34). Situada ideológicamente en un punto intermedio entre Yundarianos, y Nonstélicos, sus postulados versan acerca de la necesidad de encaminar la evolución del lenguaje hacia su optimización. De acuerdo a sus preceptos, el objetivo del lenguaje debería ser la precisión descriptiva. El intento de llevar a cabo esta premisa sobre cada una de las lenguas conocidas, en sus casos más extremos, lo único que ha logrado ha sido un exceso de literalidad que ha despojado de la toda capacidad de transmitir matices o expresar conceptos abstractos a quienes han tratado de usarlos.

A raíz de los múltiples fracasos resultantes de estos experimentos, se ha tachado a estas escuelas de menores e irrelevantes, y muchos han tratado de sacar como conclusión que tales ideas carecen de cualquier sentido pero, de sus imperfecciones y fallos, se ha logrado obtener una importante fuente de información para los investigadores que les han sucedido.

Si bien el adoctrinamiento y el miedo, o el posicionamiento moral, no han sido los únicos acercamientos que se ha adoptado a la hora de acometer el pensamiento lingüístico, sí que son los que han impactado de una manera más notable en el imaginario colectivo. Más allá de estas visiones existe una pléyade casi inabarcable de puntos intermedios o totalmente divergentes.
La misma definición que utilizan para referirse a esos entes abstractos llamados “pueblo”, “humanidad” o “mundo” cada uno de ellos puede diferir en matices o referirse a entidades cuya definición de base apenas posee puntos en común.
De la misma manera, las funciones que deben desempeñar el lenguaje y la comunicación, al igual que la serie de atributos y características en los que los descomponen, puede llegar a convertir a estos conceptos en entidades casi antagónicas ante la mirada de cada una de las escuelas.

Dentro de la propia Orden este enfrentamiento tampoco ha tenido lugar de manera exclusiva en el terreno teórico, sino que se ha propagado a todos los niveles, fusionándose tanto con otros escuelas de pensamiento como organismos más prácticos. Más allá de los marcos hipotéticos definidos por sus ideólogos originales, este análisis se ha extendido hasta lingüistas, sociólogos, humanistas, historiadores e incluso estudiosos del funcionamiento de la mente humana, los cuales han validado parcialmente algunas de las teorías.
Si bien las conclusiones extraídas acerca de la posibilidad de controlar la evolución del lenguaje son uniformes, sí que ha quedado demostrado que el lenguaje y la capacidad de expresar ciertos conceptos ha sido una pieza clave en la misma creación de cada cultura. De la misma manera, aquellos contextos en los que se han tratado de implantar algunas de las herramientas de control lingüístico, pese a fracasar, sí que han moldeado parcialmente la manera de percibir ciertas abstracciones. Si bien es imposible saber qué habría sido de estas culturas de no haber estado sometidas a tales influencia, se han detectado factores comunes que no se han dado en aquellas que han tenido otro tipo de evolución.
Con cada uno de estos estudios el escenario de esta confrontación se ha ampliado, surgiendo tras ellos nuevas teorías híbridas desarrolladas por los cuerpos más pragmáticos. Al igual que con los intentos de llevar a la practica las teorías primarias, casi todos estos experimentos a pequeña escala, generalmente subvencionados por algún gobierno, también han terminado fracasando. Pero su impacto ha sido muy distinto del provocado por los agentes externos.

Las reacciones de quienes han sido conscientes de que se han visto sometidos por alguno de ellos rara vez han sido amistosas o indiferentes. Por otro lado, la pésima reputación que han dado a La Orden estas acciones por parte de quienes están en desacuerdo con que este tipo de prácticas se lleven a cabo, sólo han servido para mermar su imagen. Al mismo tiempo, la tensión interna que han generado rara vez se ha logrado evitar que se haga pública fuera de sus muros.
Más allá de que dentro de los círculos académicos las reacciones ante este estos casos son dispares, su impacto en el interior de Cahirn Ansay ha llegado a ser demoledor. Tanto es así que se ha llegado a acusar a La Orden de romper su compromiso de no interferencia en asuntos o conflictos de otras naciones. Es por esto, aún antes de la existencia oficial de los Pensadores, tras llegar a la luz pública la implicación de alguno de sus miembros o agentes libres en la investigación de alguno de estos sucesos, se han cortado los lazos con todo aquel sospechoso que posea alguna relación con la organización de manera drástica y sistemática.

Tras la formación y consolidación de los Pensadores, el simple hecho de la existencia de un cuerpo dedicados de manera exclusiva a labores tan íntimamente relacionadas con la materia, causó una radicalización de esta postura aún más notable. Dicho cambio se vio reflejado en el hecho de que no haya salido a la luz la participación de ninguno de ellos en ninguno de estos nuevos ejercicios prácticos. Esto no quiere decir que esta participación no haya existido, o que haya sido descubierta, sino que se ha logrado evitar que los resultados de sus investigaciones internas se han hecho públicas de manera oficial.
Sí bien ha sido imposible evitar que se filtren hasta el debate público las sospechas, la existencia de algunas de estas investigaciones, y se ha llegado a ver obligados a admitir la apertura de expedientes por parte de los Censores para su investigación, las conclusiones a estas nunca abandonado el ámbito de La Orden. El protocolo dictamina que tanto las expulsiones como las llamadas de atención deben quedar de manera exclusiva dentro de los asuntos de orden interno.
Ante la petición de explicaciones desde los estamentos oficiales de algunos de los afectados, las alegaciones de que se trata de asuntos de régimen disciplinario que no pueden salir de la organización nunca han sido bien recibidas. Las situaciones provocadas por estas negativas también han condicionado en momentos concretos su relación con estas ciudades, provincias e incluso con pequeñas naciones.

Con el paso del tiempo, el pensamiento lingüístico en sus distintas vertientes, pese a que aún a día de hoy en multitud de ocasiones es la víctima de la mofa de otras escuelas de pensamiento, o de los cuerpos pragmáticos, ha supuesto para La Orden una fuente de problemas difícilmente igualada por cualquier otro cuerpo.

Dado el hecho de que, ya desde su misma formación, más allá de las fronteras de Cahirn Ansay la comprensión acerca de la función de la orden de los Pensadores se ve como algo etéreo y desdibujado, su pronta ascensión hasta el Yishin Amat fue recibida con incredulidad. El paso del tiempo no ha ayudado a que esta imagen cambie, y esta imagen ha llegado a impactar también dentro de la misma organización. En los momentos en los que ha llegado hasta el poder alguien proveniente de los órdenes pragmáticas, o de un entorno con escaso contacto con el mundo teórico, los Pensadores ha acostumbrado a ser uno de los elementos considerados como descartables.
Dentro de los juegos de poder iniciados por estos Omniarcas, tanto la razón de ser de este cuerpo, como su aportación a La Orden y su pertenencia al órgano rector han sido puestos en duda. Dentro de la misma Orden, las luchas de poder e ideológicas de los cuerpos teóricos y pragmáticos son una constante, y aquellos organismos que no cuadran con la visión general del que se encuentra dirigiéndola, tratan de ser alejados del la toma de decisiones. Dada la diversidad de escuelas, planteamientos y ámbitos de actuación de los Pensadores, no es extraño que alguno de sus componentes haya tenido algún roce con que alguien cercano al Yishin Amat, lo que ha servido como excusa para fomentar acciones punitivas, o para alejar, ya sea conceptual o físicamente a sus responsables de las esferas de influencia.
Salvo en aquellos casos en los que su campo es la política o la dialéctica, los líderes de las distintas escuelas de pensamiento no acostumbran a ser personas preocupadas por el poder, pero esto no evita que, ya sea de manera intencionada, voluntaria o indirecta, sus ideas y postulados impacten en el mismo. Esto también los ha convertido en una incomodidad en los momentos de crisis, y en una entidad idónea a sacrificar cuando así ha convenido. Los distintos Mentat, al igual que los responsables de las escuelas, han sido utilizados como víctimas propiciatorias dentro de los movimientos en las altas esferas en más de una ocasión. Ya fuese esto para calmar los ánimos de algún benefactor de La Orden, devolver algún favor ante alguien a quien han ofendido, o firmar algún tratado con naciones contrarias a algunos de sus predicamentos, sus cabezas han rodado de una manera metafórica más a menudo que las de los jerarcas del resto de órdenes.

Pese a todo esto, desde su llegada al las órdenes mayores nunca han abandonado esta posición. De la misma manera que tienen detractores, el número de sus defensores tampoco es escaso. Si bien no siempre ha sido posible evitar algún sacrificio, las intentonas de los Omniarcas pragmáticos de sacarlos del Yishin Amat por tratar de sustituirlas por algún cuerpo con un acercamiento hacia el conocimiento más cercano a su visión, siempre han logrado ser abortadas.
De la misma manera que los Pensadores ponen a prueba el conocimiento, también desafían los límites de los modelos de gobierno establecidos tanto dentro como fuera de La Orden. Su fomento de la duda razonada a todos los niveles, al igual que su indiferencia generalizada hacia el ostracismo por parte del poder, los convierten en un cuerpo difícil de controlar o ubicar. En lo concerniente a las tareas de los demás, su crítica acostumbra a ser compleja cuando es necesario, y demoledora cuando así consideran que lo requiere la situación, pero cuando se trata de ellos mismos la situación cambia notablemente. El hecho de que la autocrítica sea algo teóricamente inherente a ellos, no hace de esta una tarea más sencilla que cuando es llevada a cabo por cualquier otro individuo. La incoherencia propia y la autocomplacencia son lacras de la que tampoco ellos son capaces de escapar.

Las escuelas y cónclaves que componen esta orden, al igual que las inquietudes y temáticas que abarcan, van mucho más allá de los cuerpos dedicados al pensamiento científico, social o lingüístico. La extensión de sus campos de estudio, al igual que las inquietudes de sus integrantes, son tanto o más bastas que lo que podría ser la resultante de la suma del resto de los cuerpos y escuelas que componen la misma Orden. De la misma manera, sus acercamientos hacia cualquier materia son tan diversos como lo son las ideas de sus componentes. Todo esto no ha supuesto sino una complicación constante, no sólo para quienes han tratado de organizarlos, controlarlos o enfrentarse a ellos, sino también para quienes han tratado de establecer una relación homogénea con ellos en su conjunto.
El hecho de que cada uno de estos grupos centre su foco de atención en asuntos tan dispares, buscando respuesta a las grandes preguntas al mismo tiempo desde perspectivas en ocasiones contrarias, también les ha supuesto un cierto descrédito por parte de quienes buscan resultados rápidos, y acusaciones de demagogia provenientes de aquellos que son incapaces de reconocer o aceptar lo subjetivo de sus propias visiones.
De la misma manera, su aspiración de dar con las pautas necesarias para formular y dar respuesta a una cantidad tan basta de preguntas, a través de una cantidad de acercamientos tan distintos, aceptando al mismo tiempo la posibilidad de ninguna de estas sea el acertado, en multitud de ocasiones también ha desencadenado situaciones contraproducentes para ellos mismos. Lo esquivo de buscar “la verdad” como un absoluto objetivo hace que, una vez cerca de ella, y de manera independiente a lo que indiquen las pruebas, siempre queda espacio para la duda. Los sesgos, los intereses externos, y la dificultad de separar las opiniones personales de los datos objetivos, a pesar de estar en posesión de pruebas que contrastaban ciertas tesis, han llevado al traste multitud de investigaciones prometedoras y bien encaminadas. La detección de los elementos que se han venido a definir como “pensadores tóxicos” es igualmente compleja y su definición tremendamente subjetiva. Determinar quién actúa movido por intereses espurios y quién está simplemente equivocado en sus acercamiento sincero es una tarea delicada. Por otro lado, los Pensadores carecen de un reglamento o código de conducta estricto, y tampoco se adhieren de manera acrítica al reglamento interno de La Orden, y su relación con Censores, Legisladores y Juristas ha llegado a ser muy tensa.
Esto no quiere decir que rechacen todo código de conducta, o que no tengan una reglamentación interna propia, pero la laxitud de sus Oxiarcas a la hora de interpretarla, y la propia naturaleza crítica de sus miembros hacen difícil su aplicación. Las rescrituras de este reglamento se encuentra no son algo extraño, y aquellos Mentat que han tratado de cambiar este hecho, tratando de sustentar su mandato de manera exclusiva en este texto, o en la interpretación personal que hacían del mismo, no han permanecido en su cargo durante demasiado tiempo. Las modificaciones del mismo no vienen dadas únicamente por los conflictos abiertos en un momento dado, sino que la falta de consolidación del mismo viene principalmente motivada por el objetivo de alcanzar unos criterios objetivos independientemente del pensamiento o contextos culturales del momento. La meta de este debate constante es nuevamente “la verdad” pero, nuevamente, esto no evita que sea usado para la consecución de otros fines.

Sus cuerpos tampoco se conforman con realizar preguntas acerca de los temas relacionados con el resto de órdenes que componen la organización, sino que carecen de limitaciones de este tipo. Estas preguntas pueden hacer referencia tanto a los elementos que componen la materia como a la comprensión del lugar que ocupa la humanidad en el gran esquema de las cosas. Puede estar enfocada en llevar a la humanidad hacia nuevas cuotas de iluminación o de conformismo. En romper barreras, en determinar las razones por las que estas jamás podrán ser superadas o, simplemente, en aceptar lo fútil de intentarlo. Sean cuales sean los conceptos que analizan, o las cualidades que les otorgan, los acercamientos, métodos y objetivos de cada escuela a la hora de afrontarlos no son uniformes. Ya vengan estas diferencias dadas por los contextos de procedencia de cada uno de los investigadores, las ideas de base planteadas por sus fundadores, u otro tipo de condicionante debidos al momento o una situación puntual, ninguno de ellos es desestimado de antemano, por poco ortodoxo que pueda ser en su planteamiento.

Tampoco existe ningún tipo de orden de magnitud en cuanto a sus prioridades o exigencia alguna de resultado dentro de un rango temporal prefijado. La búsqueda de la comprensión acerca de un posible gran esquema que gobierne la realidad es difícil de medir en términos cuantificables. Algo tan abstracto y subjetivo como lo es la búsqueda de la iluminación, rara vez se puede considerar como una tarea finalizada. Dentro de este tipo de inquietudes, quizás la consecución del poder podría ser una de las materias considerables como “mesurables”, pero la misma concepción de lo que representa el “poder”, o el hecho de que tal atributo sea algo que se pueda poseer, son debates a los que diversas escuelas han dedicado una cantidad ingente de tiempo y recursos.

Sus métodos de estudio son tan diversos como sus acercamientos a las materias que les interesan. Mientra que unos tratan de ser una fuente de esperanza, las prioridades de otros son más mundanas, cuando no directamente cuestionables. Al mismo tiempo que escuelas como pueda ser la de los Annmugónicos (Yeshina Annmur - Nulossu, Tembi -320, -273) predican con un fatalismo derivado de la irrelevancia de la humanidad como excusa para rendirse al hedonismo y la resignación ante el fin inevitable y otras, como pueda ser la Kyrbúnica (Yagone Kybur - Marndayal, Cahirn Ansay -1, 82) quienes son la fuente de la que beben una gran cantidad de futuristas, niegan esta máxima y defienden la posibilidad del cambio, también resurgen cíclicamente los continuadores de la escuela Zanstarliana (Sysgarm Zanstar - Oheris, Bra’Em’Kyg -203, -142) que se mueven entre un nihilismo individualista y el fatalismo, pero sin ceder por ello ante la resignación o renunciar a intentar cambiar las cosas.

Algunas escuelas nacen y mueren con las personas que las inician. Otras parecen perecer de la misma manera, sólo para resurgir tiempo después ya sea siguiendo de manera estricta los dictámenes de sus fundadores, o adaptando su pensamiento a los nuevos tiempos. De acuerdo a una de sus normas fundacionales, una de las pocas que no admite discusión o posibilidad de modificación, ni las etnias ni las clases sociales ni el bagaje cultural de quien inicia una escuela deberían ser tomadas en cuenta, sólo la validez de sus ideas. Si bien muchos de sus integrantes se enorgulleces de esta máxima, esto no ha evitado que sea puesta en duda en multitud de ocasiones o que, incluso quienes afirman defenderla de manera sincera, la incumplan debido a sus propios sesgos. Las puertas de los Pensadores están abiertas a todo el mundo, pero esto no garantiza que quienes logren entrar se encuentren con un recibimiento agradable, o que puedan ganarse la vida sólo con este logro.

Su estructura interna es tan anárquica como lo puedan ser sus prioridades y, si bien el control que ejerce el Mentat sobre sus subalternos dependen enormemente de la escuela de pensamiento de la que provenga, esto no implica que la imposición de unas ideas sobre otras sea recibida sin discusión. El debate dentro de los Pensadores no sólo es la tónica habitual, sino que también se suele encontrar auspiciado de forma institucional por sus jerarcas. La búsqueda de un ideal o un objetivo común es una lucha que se sabe perdida. Su eclecticismo no es sólo una características que se reserven de manera interna sino que, su diversidad de criterios a la hora de aceptar nuevos miembros, ha supuesto un verdadero dolor de cabeza para los administradores a la hora de tratar de crear a este respecto un conjunto de normas válido para todas ellas. Esto ha llevado a que gran parte de quienes son aceptados por los Pensadores como parte de su organización no pertenezca de manera oficial a La Orden, ni reciba estipendio alguno por su parte.

Lo inalcanzable y, en consecuencia, irrealizable de sus distintos “grandes objetivos” tampoco implica que los ideales que plantean resulten algo inútil. Un ideal, por más inalcanzable que resulte, puede ser el motor que de inicio a la búsqueda de algo concreto y conciso. Que muestre el camino hasta un objeto de deseo materializable, que se convierta en una guía no literal, o en la fuente de inspiración para aquellos a quienes alcanza aunque sea sólo de manera tangencial.
De acuerdo a otra de sus máximas, el punto de vista alejado del pragmatismo es algo necesario para el avance, aunque no por ello es infalible. Aporta una visión del conjunto de la que carecen el hoy y el ahora. Independientemente de que lo puramente conceptual pueda ser transformado en una serie de medidas prácticas, sí que sirve para proporcionar nuevas maneras de acometer tareas que se creían irresolubles. Nuevos retos requieren de nuevos criterios para llegar hasta ellos, y repetir una y otra vez aquellos que han fracasado esperando un resultado diferente sólo puede ser considerado como la elección de un necio.

No existe una manera única u homogénea de englobar la cacofonía de objetivos a los que aspiran los Pensadores. En su interior se encuentran englobados distintos grupos con ideas idénticas aunque con objetivos y acercamientos divergentes, escuelas anarquistas que no aceptan los mismos principios que busca La Orden, y grupos que en su mismo interior albergan visiones antagónicas acerca de la materia que estudian.
Al mismo tiempo que unos aspiran a liberar a la humanidad de los modelos de pensamiento único, otros abogan por expurgar de las sociedades todo vestigio de individualismo. El debate y la discordancia, el inconformismo y reinvención son una parte indisoluble del mensaje que formulan los líderes de una gran cantidad de escuelas. De poder encontrar un nexo común entre todos ellos, este sería el de tratar de proporcionar a la humanidad una serie de herramientas que la liberen de las distintas encrucijadas en las que se encuentra perdida. Dotarla de un conjunto de medidas que le permitan superar el ciclo de conflictos que tiene consigo misma o con Daegon. Otorgarle los medios que le permitan comprender, enfrentarse o abandonar el mismo universo en el que se encuentran anclados o la de las múltiples realidades que confluyen con él.
De la misma manera que aspiran a todo esto, una gran parte de todas las escuelas, cada una desde su propia perspectiva, aceptan que la magnitud de esta misma máxima implica que ninguno de ellos será partícipe de la consecución de estos fines. Aquellos que disienten de este pensamiento generalizado, acusan al resto de faltos de ambición y conformismo mientras que, a su vez, son tachados de demagogos, ilusos o ignorantes por aquellos a quienes critican.

Mientras tanto los sectores más radicalmente pragmáticos de entre los detractores de los Pensadores, independientemente de los círculos en los que se mueven, los acusan de ser creerse superiores al resto y se unos meros oportunistas. Un sumidero por el que se desperdician recursos que podrían dedicarse a objetivos alcanzables.
Por otro lado, sus defensores, al igual que ellos mismos, lejos de dedicara sus esfuerzos a tratar de silenciar a estas voces con argumentos mil veces repetidos, acostumbran a utilizar afirmaciones en ocasiones contradictorias en su intento de definir algo tan esquivo como lo es los mismos conceptos del conocimiento o su consecución. Mientras que los grupos mayoritarios coinciden a la hora de establecer que aspirar a obtener el conocimiento de una lineal y organizada es algo inútil, esto no evita que, a la hora de buscarlo, identificarlo o interpretarlo no hayan sido capaces de dar con otra metodología. Al mismo tiempo que reconocen esto, también coinciden cuando afirman que la necesidad del riesgo, al igual que el tratar de evitar los acercamientos monolíticos para alcanzarlo, son primordiales. Tampoco es extraño, incluso dentro de algunos de esos grupos, encontrar a quienes abogan por la cautela, la paciencia y la consolidación de lo ya conocido antes de continuar avanzando.
El carecer de un frente común, o de una uniformidad de criterios claramente identificable en cualquiera de sus múltiples labores, les ha pasado factura en su relación con otros organismos. De la misma manera, el constante debate interno, así como la falta de concreción acerca de cuando el conocimiento se puede dar por consolidado y contrastado, tampoco ha actuado nunca en su favor. Allí donde unos establecen unos límites claros acerca de cuándo este se tiene que seguir considerando como teoría, simple especulación, creencia u opinión aún por verificar, otros proclaman que estos requerimientos imprescindibles que para los primeros son objetivos, para ellos no dejan de ser meros formalismos que nada aportan.
Esta capacidad para la discrepancia y el escepticismo honesto también ha sido utilizado en su contra, en ocasiones por algunos de sus miembros. Estos rasgos que, por un lado, son algunos de los valores formales más interiorizados dentro de la naturaleza de los Pensadores son, al mismo tiempo y sin lugar a dudas, han sido los elementos que con mayor frecuencia se han utilizado con éxito en su contra. Por más conscientes que sean de que no puede aceptar o fomentar la discrepancia sin que esto permita a su vez el acceso de quienes pretenden explotarla en beneficio propio, o la formación del pensamiento tóxico, la posibilidad de la existencia de este tipo de individuos se considera un riesgo aceptable ante la inevitable parcialidad que implicaría cualquier tipo de censura previa.
Pese a esto, dentro de su reglamento sí que existen una serie de mínimos establecidos para tratar de paliar este tipo de situaciones. No todo acercamiento es válido, no toda opinión puede tener el mismo peso o la misma credibilidad. Por más que, a lo largo de la historia de este organismo, los Mentats han tratado de encontrar un equilibrio entre los extremos, esto no ha impedido la formación de determinados grupos que se han enquistado en su interior. La laxitud a la hora de interpretar y aplicar sus normas tampoco han evitado las acusaciones de censura, de falsa superioridad moral o de agendas ocultas que han sido utilizadas como arma arrojadiza de manera inmisericorde contra ellos. Toda actuación llevada a cabo contra las escuelas o los pensadores detectados como tóxicos han sido rebatidos. Cuando se ha tratado de actuar contra estas escuelas o sus ideólogos, estas acciones se han tratado de utilizar contra ellos, acusándoles de adoptar poses hipócritas y parcialidad. Toda voz que se ha tratado de acallar, ya fuese la acusación legítima o impostada, ha terminado con un conato de escisión con dos o más bandos terriblemente polarizados.
El sistema, pese a su imperfección, o quizás gracias a ella, ha permitido que estos temas no se hayan convertido en un tabú. Sin importar la cantidad de ocasiones en las que se ha modificado el reglamento, ya sea para recrudecer o anular esta parte, este tipo de dinámicas continúan siendo la base sobre las que se sustenta la jerarquía de los Pensadores en todos los niveles de.

La lucha de ciertos grupos por cambiar parte de los modelos establecidos de experimentación tampoco ha surtido demasiado éxito. A día de hoy, el pensamiento predominante en cuanto al camino a recorrer de cara a la obtención de resultados critica la utilización de la repetición, por más útil que esta pueda ser para la realización de tareas rutinarias, como medio principal para tratar de alcanzar el saber. Esto tampoco implica que exista una visión única acerca de cómo afrontar la experimentación. Sí que está aceptado que sólo a través de la búsqueda constante, la experimentación pura y la innovación a todos los niveles, se puede aspirar al mismo, pero los niveles de exigencia, los riesgos aceptados como asumibles y los campos que se son o no explorables se encuentran en constante redefinición. Mientras que unas escuelas considera que, sólo hallando acercamientos que no han sido utilizados con anterioridad, por más remotos o peligrosos que estos puedan parecer en un inicio, se podrá lograr la superación de los escollos que han bloqueado el avance, otras consideran que el coste que se paga por obtener el conocimiento debe ser tenido en cuenta. La cordura, la vida y la muerte de los estudiosos, por más que sea algo que pertenezca de manera exclusiva a cada uno de ellos, es un valor difícilmente mesurable para los Pensadores o la misma Orden como un bien a intercambiar por el saber.

En el año -530 Kiodeth Numastal (Tornquel, Rearem -573, -501) propuso diversos axiomas que consideraba claves de cara a la consecución del conocimiento. Estos axiomas fueron recuperados en épocas recientes por la Mentat Lireia Niestolu (Vladstav, Saliria 639, 701) para terminar siendo adoptados como un elemento troncal dentro de la tendencia predominante. De acuerdo a los textos fundacionales de la escuela Numastélica: “Sólo se puede afirmar que se conoce el camino después de haberlo recorrido, sólo se puede constatar cuál es el destino una vez que se ha llegado hasta él. Todo lo que se encuentra más allá de esto es especulación y deseo. La gran cantidad de factores que desconocemos son una serie de condicionantes e imprevistos de los que es imposible escapar hasta que no han sido desvelados, solventados y han dejado de ser algo desconocido. Todo aquel elemento que permanece en el anonimato altera de manera inevitable los requerimientos del saber. Dependemos de una gran cantidad de indeterminaciones que no pueden ser controladas, comprendidas o, en muchas ocasiones, ni siquiera pueden ser percibidos pese a encontrarse frente a nosotros. Aquello que sólo adivinamos de manera tangencial, que no puede ser descrito, explicado o interpretado mediante las palabras que poseemos y el conocimiento que tenemos hoy, nunca puede ser considerado saber. Aquello que no forma parte del saber, a todos los efectos, no existe hasta que hemos creado palabras y expresiones capaces de contenerlo. Todo objeto que se adhiere a estas características es un nuevo concepto a descubrir.”
Tanto en el momento de su origen, como tras su posterior adopción por parte de Niestolu, aquellos críticos con los predicamentos de Numastal tras haber realizado una lectura parcial, los acusaron de ser una mera recolección de tropos obvios y redundantes, pero este hecho no dejaba de ser una parte importante de su ideario cuando afirmaba “Toda obviedad forma parte del saber. Para que nosotros seamos de de percibir la simplicidad de los “hechos”, otros han tenido que descubrirlos y convertirlos en conocimiento común. Lo que consideramos superado no es sino algo que, en algún momento dado del pasado, fue un misterio lo suficientemente importante como para que alguien se preocupase de buscar su explicación para transformarlo en parte de nuestra cultura”.

De la misma manera que el debate interno es una constante, es considerado como uno de los pilares de los Pensadores y defendido como una características definitorias de este organismo, su misma existencia también se encuentra en constante debate tanto por ciertos sectores de los mismos Pensadores, como por parte de algunas de las órdenes que componen la organización.
Dentro del acercamiento que tienen los Pensadores hacia el conocimiento pueden convivir al mismo tiempo elementos contradictorios. Los métodos que utilizan para alcanzar este objetivo, puede ser en un momento complementario para, a continuación, resultar completamente antagónicos con aquellos que utilizan sus compañeros. Si bien el cambio drástico en sus metodologías es infrecuente, este suele venir como consecuencia de un largo periodo previo de evaluación del mismo. Por más drástico y chocante que esto pueda resultar para el resto de organismos, este rara vez se debe a una decisión fortuita y poco meditada. Esta dicotomía suele ser especialmente notoria en su relación con los Naturalistas, lo que acostumbra a provocar sonoros y crudos enfrentamientos dialécticos entre los miembros de ambos organismos.

La manera en la que cada una de las diferentes escuelas de pensadores y los cuerpos que las componen entienden y afrontan sus respectivas preguntas carecen de una visión uniforme. Su metodología, al igual que los criterios en los que se basan o la naturaleza de las mismas preguntas también han ido evolucionando a lo largo del tiempo.
Mientras que aquellos pensadores que elucubran acerca de los axiomas que definen la realidad en la que viven acostumbran a trabajar con abstracciones absolutas, el terreno en el que se mueven ciertos ideólogos que se preguntan cuál debería ser la composición ideal de una sociedad utópica, por más hipotético que pueda llegar a ser, han tendido a basarse en acercamientos más concretos y acotados.
Más allá del debate interno que les ha acompañado de manera constante, no existe una urgencia real por parte de ninguna de ellas por hallar las respuestas necesarias que pongan fin a sus dudas. Tanto es así que no es extraño que en sus salones se intercambien comentarios no exentos de ironía que afirmen que, de existir tales respuestas, de ser capaces de llegar hasta ellas e identificarlas como ciertas su misma existencia como individuos perdería su razón de ser.
El sentido del humor y la autoconsciencia también acostumbran a ser características comunes entre sus miembros. La capacidad para relativizar y poner en contexto sus objetivos son muchas veces requisitos imprescindibles para su labor. Cuando los temas a tratar pueden llegar a ser tan abstractos y, en ocasiones, desoladores como puedan ser las razón o falta de ella de la misma existencia o la función de la muerte, ser capaz de moverse en un plano puramente teórico es una gran ventaja.

Conceptos como la realidad, la Tejedora, la Vida, el Destructor o el Gutrakage han sido percibidos, analizados y planteados desde distintas perspectivas filosóficas, metafísicas, ideológicas, semánticas y éticas desde el mucho antes del nacimiento de los Pensadores. Algunas de las conclusiones que se sacaron de estas teorías no sólo llegaron a condicionar e influenciando en su momento el rumbo que seguía la organización en su conjunto, sino también el de otras organizaciones y naciones. El papel de la humanidad dentro del gran esquema siempre ha sido uno de los temas que más controversia y disparidad ha generado tanto en el interior de sus filas como más allá de estas.

Cuando se han planteado estas y otras de las grandes preguntas los preceptos que han gozado de una aceptación mayor han sido los de la escuela Numastélica, cuyos principios y modelos de trabajo a la hora de afrontar estas preguntas han sido la base sobre los que se ha trabajado de manera oficial dentro de La Orden. Los preceptos y el modelo de trabajo establecido por esta orden a la hora de acometer esta labor han tratado de ser siempre evitar la ambigüedad, siendo todo lo claro, conciso que le ha sido posible:
“La verdad es algo objetivo y absoluto, pero la percepción que se tiene de ella es algo subjetivo y sus matices son infinitos.
Los errores cometidos en el pasado son una gran guía sobre la que comenzar a trabajar, pero se corre el riesgo de tomar las conclusiones que se extraen de ellos como verdades indiscutibles.”
A su vez, esto contrasta con la máxima que defienden los seguidores de las enseñanzas Kunyal Guró (Divolu, Shattegar 203, 254), otra de las escuelas que luchan por el control de los Pensadores. De acuerdo al pensamiento Gurólico, “La verdad sólo es un elemento atado a un momento y un contexto concretos. Algo mutable e inabarcable, sólo válido y relevante durante ese breve lapso de tiempo.”

Más allá de los intereses y áreas de estudio de las escuelas que pugnan por el control de los Pensadores, su campo de acción abarca materias de toda índole y trascendencia. Estas no se encuentran limitadas por las luchas por el poder ni son definidas por las deducciones que se pueden extraer a partir de lo que se cree saber en la actualidad. Tampoco lo hacen por la posibilidad de que otros cuerpos hallen alguna manera de convertir sus teorías en elementos prácticos. Si bien es cierto que una parte significativa de los Pensadores aspiran a estos objetivos, otros tratan de comprender tanto las ideas que se plantearon en el pasado dentro de su propio contexto, como las que se han ido desarrollando en las eras recientes. Al mismo tiempo, también tratan de evitar la endogamia cultural o la formulación de teorías y predicciones autocumplidas. La complejidad de estas tareas no es menor a la del resto de cuerpos, de la misma manera que, cuando entran dentro de la ecuación los egos y la cerrazón de algunos de sus ideólogos, sus ambiciones pueden llegar a ser aún mayores.
Para tratar de mitigar este tipo de problemáticas, su contacto con teóricos, pensadores y estudiosos de toda índole externos a la propia Orden busca también poner a prueba sus propias tesis, enfrentándolas contra las ideas surgidas dentro de otros contextos sociales, ideológicos y geográficos de su presente y pasado.

Ni La Orden ni sus organismos son o pretenden ser compartimentos estancos ante las influencias provenientes desde el exterior y, de manera especial en el caso de los Pensadores, esta relación acostumbra a ser bidireccional. Las ideas y conceptos que salen de sus distintas escuelas de pensamiento suelen ser probadas y debatidas de manera indistinta con personas ajenas al mundo académico, lo que ha creado en momentos concretos una vinculación con el pueblo similar a la que han llegado a poseer los Cronistas o los Formadores. Una relación que ha llegado a perjudicarles en ciertas situaciones dentro de su historia.
Es tal la repercusión que pueden llegar a tener cierto tipo de disquisiciones y cómo son presentadas que, pese a tener su inicio dentro de los campos de lo teórico y lo conceptual, han terminado impactando ineludiblemente no sólo sobre el resto de las órdenes, tanto teóricas como pragmáticas, sino que también han llegado a afectar a la misma sociedad en su conjunto.

Como consecuencia de una de las grandes desavenencias que históricamente han dividido a algunas de las grandes escuelas de pensamiento, la que concierne al acercamiento que se debe tomar hacia un concepto tan difuso, basto, dual y antagónica como el que se ha venido a llamar “lo natural”, se han llegado a producir altercados que, no sólo han desencadenado agrios debates dentro de La Orden, sino que también han amenazado a la estabilidad de diversas naciones.
Mientras que algunas de las escuelas han optado de manera consciente por limitar su acercamiento al análisis de los valores considerados como positivos de esta entidad, otras con acercamientos similares han afirmado que estos aspectos componían su “todo”. Enfrentadas a estas se encuentran las escuelas que han centrado sus esfuerzos en la contextualización de cada uno de los aspectos que lo componen, evitando atribuirles características morales. Lo subjetivo de esta materia no ha evitado los enfrentamiento, al mismo tiempo que también ha llevado a la creación de ideologías centradas en todo lo contrario; la lucha contra los factores que consideran más dañinos.
De acuerdo a cada uno de estos acercamientos ya sea como dualidades o como entidades independientes, conceptos “naturales” como la vida y la muerte, la salud y la enfermedad o el amor y el odio han encajado de manera indistinta dentro de los ámbitos de cada uno de estos grupos de estudiosos. Más allá de estos valores sobre los que la humanidad carece de control alguno, también se han tratado de englobar como parte de “lo natural” a algunos de los distintos aspectos en los que se han materializado en la sociedad, como el papel de religión en la cultura, la necesidad de la violencia para resolver los conflictos, la superioridad objetiva de unas características humanas por encima de otras, o la existencia de un gran esquema al que toda entidad está ligado sin posibilidad de escape.
Estos debates, tan viejos como toda aquella criatura capaz de comprender y utilizar tales conceptos, jamás han logrado encontrar un consenso acerca de cómo deben ser interpretados o la manera en la que deben ser estudiados. Durante mucho tiempo las discusiones a este respecto han llevado al establecimiento de una serie de posicionamientos encontrados y, en ocasiones, hasta una ruptura total en las relaciones entre algunas escuelas. Los niveles de radicalización provocada por algunos de los argumentos presentados, así como la incapacidad para aceptar la visión del otro, también han llevado hasta enfrentamientos que han trascendido del dialéctico. Este tipo de discusiones y luchas no son una característica exclusiva de los Pensadores, y su radio de acción no se ha limitado a permanecer dentro del terreno puramente filosófico, sino que también ha llegado a impregnar a distintos cuerpos de los Naturistas y más recientemente, a los Formadores y los Futuristas.

El peso de la ideología siempre ha tenido un peso importante en la creación de las diferentes culturas. Pese a que, de manera general, la importancia otorgada a los fundadores de las escuelas de pensamiento no ha sido tan importante como el culto a la persona que ha llevado a la práctica sus idearios, esto no ha evitado que, en momentos puntuales, el carisma de los ideólogos haya ubicado en una posición histórica similar a ambos. En el caso de la propagación de las tesis de Tiermond Nasseus (Vílsfar, Shemellom -437, -349), no sólo su figura fue elevada hasta unas cotas de infamia similares a los de Lísister de Undalaya, sino que el hecho de que perteneciese a La Orden también se ha utilizado como ejemplo del peligro que esta puede representar, y se ha convertido en un arma arrojadiza que se ha usado contra ellos en más de una ocasión.
Más allá de las fronteras de Cahirn Ansay, el impacto producido por las diferentes visiones derivadas de las aspectos más terrenales y “prácticos” de “lo natural” no se trataba de algo novedoso. Con anterioridad a las enseñanzas de Nasseus, ideologías similares a su concepción extrema de “lo natural“ y las implicaciones de esto en “lo apto para sobrevivir” ya habían sido utilizadas con anterioridad. Ya fuese como parte de las herramientas esgrimidas para la creación de civilizaciones como la Tacernse o la Undaaquiana, o como un elemento primordial en la excusa filosófica tras la que se habían escudado algunos cultos para la destrucción y reconstrucción de las culturas en las que se implantaban, los elementos comunes en los que habían basado estos mensajes fueron destilados de acuerdo a un nuevo punto de vista.
En el caso de Nasseus se produjo una rara confluencia de factores. Por un lado, quien promulgaba aquellos preceptos no era un señor de la guerra, un demagogo o un fanático, sino un hombre de ciencia. Por otro lado, su mensaje no sólo encajaba a la perfección con gran parte de las enseñanzas de los principios fundacionales del diversas culturas, sino que les aportaba una nueva capa; la de un razonamiento en apariencia lógico e inapelable. Sumado todo esto al momento concreto en el que se encontraba el Dominio y la capacidad de persuasión del propio Nasseus, su implantación no sólo fue algo imparable, sino que su efecto se volvió viral y devastador.
Al mismo tiempo que sucedía todo esto, el hecho de que Nasseus fuese un miembro de La Orden, dio a su mensaje una pátina de verismo de la que habían carecido los anteriores emisarios. Una pátina que sirvió para su aceptación por parte de culturas menos beligerantes que la tarnaqi.

De acuerdo a las enseñanzas de Nasseus y a su interpretación de los preceptos de los Adeptos del Tanrakûl, el exterminio de los no aptos era el curso natural para la llegada de un mundo mejor. Si bien su tesis no aportaba nada nuevo a lo ya expuestos por otras interpretaciones previas de aquellos textos, su carisma, el culto a su persona, y la influencia que llegó a desarrollar sobre Lísister de Undalaya, fueron los desencadenantes de un conflicto que se prolongó durante más de tres siglos en el oeste continental. Si bien la sucesora de Lísister, la inmortal Elistea de Gaunador, no compartía una visión tan radical como las de Nasseus y su predecesora, esto no fue óbice para que, aprovechándose del impulso ya generado y de las partes en las que sí que coincidían, Elistea prolongase aquel intento de conquista durante todo su reinado.

Para el momento en el que se inicio del conflicto de manera oficial, y la llegada de las primeras incursiones del Dominio más allá de sus fronteras, las noticias acerca de las purgas internas, los motivos aducidos para ellas, y quienes habían sido sus ideólogos ya eran públicos.
Tras la propagación del ideario en el que se basaba y la implicación de uno de sus miembros, las primeras acusaciones de conspiración y ruptura de su acuerdo de neutralidad no tardaron en llegar hasta La Orden, pero para aquel momento otra serie de debates internos ya habían tenido lugar. Mientras que la preocupación principal del Yishin Amat era desmentir las acusaciones y tratar de controlar el impacto de las mismas, en ciertos círculos se iba más allá de la carga y responsabilidad legal de La Orden en aquellos sucesos. En el seno de aquellos debates se formulaban propuestas acerca de si aquello debía ser permitido desde una perspectiva moral, o como tratar de delimitar cierto tipo de actitudes sin recurrir al establecimiento de una censura institucional.
La libertad de pensamiento, y la posibilidad de expresarlo sin miedo a represalias eran derechos inherentes a la propia naturaleza de La Orden. Aquellos hechos, asumidos como algo obvio hasta aquel momento aunque nunca plasmados de una manera explícita, comenzaron a ser cuestionados. Al mismo tiempo, la propia complejidad del debate se encontraba viciada a su vez por la situación que les rodeaba. Pese a no existir aún como una entidad autónoma, se ha llegado a afirmar que la encarnación primigenia de los Pensadores se podría ubicar en esos días, cuatro siglos antes de su primera formación oficial.
Ante la ambigüedad con la que el Yishin Amat gestionó aquella crisis, el posicionamiento de los miembros de La Orden con una inquietudes más humanísticas dentro de todo el espectro ideológico fue la petición de un comunicado claro y sin ambages. Mientras los más libertarios se negaban a aceptar cualquier tipo de censura, los miembros más conservadores estaban dispuestos a realizar concesiones en aquel respecto. Para la argumentación de cada uno de estos puntos de vista dentro de este conflicto, cada uno de ellos recurría a los textos de la antiguas escuelas de pensamiento que validaban sus tesis, y fue gracias a esto que se recuperaron una gran cantidad de textos de esta índole, a la par que surgían nuevas escuelas nacidas a partir de ellos.

Aun así, como consecuencia ante aquella situación, el Yishin Amat se vio obligado a tomar una decisión y posicionarse. Aun después de lograr una nueva situación de estabilidad y calma en sus relaciones internacionales, la resolución del las cuestiones internas tardaron más tiempo en ser reconducidas hasta un terreno más controlado. Aquella crisis había afectado a La Orden como pocas. Los niveles de crispación a los que se llegaron tras las acusaciones sirvieron también para el llevar hasta la luz otro tipo de intereses. Ya viniesen las críticas desde el interior de la organización, o desde algún organismo externo, los diferentes temores se solapaban y confundían. Por un lado, el temor a que sus aliados dejasen de reconocer el estatus de neutralidad, revocando con ello su pacto de no agresión, fue aprovechado por los sectores más críticos con la dirección para intentar un cambio de gobierno. Por otro lado, aquellos menos preocupados por el control de daños a su imagen externa, se encontraban más inquietos ante la posibilidad de un cambio de rumbo drástico en su modelo.
Las luchas por el control, ya fuese de manera directa o subrepticia, se convirtieron una vez más en el eje central sobre el que giraba todo lo demás. Ya se disfrazase bajo la forma de una excusa para el control de daños, como era el caso del portavoz de los Constructores Hanal Ivnayaku (Marnish, Edirth -381, -301), o como argumentos en pos de la un comportamiento más responsable utilizado por la Teóloga Remna Isatdul (Risdal, Menetia -393, -321), las comisiones de investigación se sucedían y las protestas ante gran parte de sus decisiones no se hacían esperar.
Dentro de la multitud de facciones que se oponían por distintos motivos a las propuestas emitidas por las comisiones, quien era más vocal en su oposición, y la ejercitaba de una manera más implacable, se encontraba la Cronarca Silya Vecnayashi (Nórvigost, Saliria -400, -311), quien se negaba a realizar cualquier concesión en la búsqueda del conocimiento a cambio de una falsa sensación de estabilidad. Aduciendo razones tanto éticas como históricas, afirmaba que toda cesión significaba en ese campo era un paso en la dirección equivocada.
Situados en un extremo ideológico contrario al de la Cronarca, también para ciertos sectores de quienes abogaban por acercamientos más pragmáticos para sobrevivir a la crisis, los acercamientos que se tomaban parecían claramente amparados en razones en muchas ocasiones pueriles. De manera general, gracias a todos aquellos miembros que no aspiraban a hacerse con el poder, o a ascender dentro de la escala jerárquica, se logró que el golpe de estado que intentaron perpetrar Ivnayaku e Isatdul de manera solapada fuese abortado.
El núcleo motor de La Orden no sólo logró permanecer, sino que también se trataron de establecer nuevos mecanismos legales para asegurar su supervivencia ante nuevas crisis. Esto no quiere decir que la imagen de La Orden no quedase dañada en el exterior, o que aquellos movimientos contentasen a todos sus miembros. Las tareas de contención de daños llevaron al Yishin Amat a aceptar públicamente una parte muy acotada de la responsabilidad sobre las acciones de Nasseus. Admitieron su lentitud en a la hora de desmarcarse de sus proclamas y se comprometieron a crear una serie de protocolos de actuación ante situaciones similares, dejando también aún más claros los ámbitos en los que cualquier miembro de La Orden podía hablar en su nombre.
Una vez controlada la repercusión geopolítica y legal del evento, se dieron una nueva serie de pasos en cuanto a las cuestiones éticas de orden interno. Una vez más, los decisiones tomadas a aquel respecto, y los criterios en los que se basaron no quedaron libres de controversia. La falta de un cuerpo especializado en esta materia hizo que su elaboración y evolución fuese rotando entre los ya existentes hasta el establecimiento oficial de los Pensadores,

Pese a todo esto, el asunto no quedó zanjado, y la evolución de estas normativas también ha sido seguida con atención por todo tipo de organismos externos. La figura de Tiermond continua siendo utilizada a día de hoy como un ejemplo del “peligro” que representa La Orden y, más concretamente los Pensadores. Pese a que dentro de sus atribuciones no se encontraban las de ser uno de los vocales de la Orden en asuntos internacionales, en multitud de las narrativas utilizadas contra la organización se ha omitido que se trataba de un simple integrante de los Archivistas, atribuyéndole un alto cargo dentro del Yishin Amat o la jegatura de órdenes que aún no existían en aquel momento. Desde diferentes sectores también se ha acusado a la Omniarca Yune Nistalstova (Ancolu, Baern -423, -341) de ser la impulsora en la sobra de las acciones del archivista, y de utilizarlo a posteriori como chivo expiatorio. Una acusación que aún es mantenida a día de hoy por parte de agrupaciones de distinta índole cambiando de manera indistinta la persona señalada.

Mientras todo aquello sucedía, los salones y pasillos de Cahirn Ansay se convirtieron en el epicentro de una explosión de nuevas interpretaciones de los pensadores de antaño, pero no sólo esto. Algunas de aquellas nuevas escuelas de pensamiento no se limitaban a hablar, sino que también abogaban por la acción directa para hacer valer sus argumentos. Los discursos dejaron paso a las protestas, y las protestas a la creación de distintos grupos de presión por parte de cada bando pero, de la misma manera fugaz, anárquica e improvisada que surgieron estos movimientos, no tardaron mucho tiempo en disolverse.
Se ha llamado a esta época como la “gran oportunidad perdida del pensamiento”, a la vez que se le ha achaca a la falta de madurez organizativa y discursiva de sus integrantes su brevedad.

Más allá de estos movimientos dentro de La Orden, con el paso del tiempo, tanto las acusaciones contra ellos por las acciones de Nasseus, como la virulencia de las mismas, si bien se han continuado utilizando como arma arrojadiza, las ocasiones en las que se vuelven a traer al debate público también se han ido espaciando cada vez más.
Tras el fallecimiento de este y de Lísister de Undalaya, la poderosa presencia de Elistea de Gaunador y su anómala longevidad no tardaron en eclipsar sus nombres.
Aparte de esto, la defensa ante estas acusaciones, una vez recalcado que se trata de un hecho del pasado lejano, es clara. Nasseus era un miembro de La Orden, pero no actuaba en representación de la misma. La Orden es un organismo neutral que no acepta ni permite que los debates teóricos y éticos que se desarrollan en su interior salgan de sus muros. Los Pensadores, quienes son los responsables de este tipo de materias, no están habilitados para hablar en nombre de La Orden de manera oficial, y siempre que lo hagan será únicamente de manera personal.
Ante cualquier petición, ya sea esta oficial o informal, de que La Orden se pronuncie de manera oficial ante las acciones de cualquier gobierno, o acerca de algún conflicto en curso, su protocolo dictamina que no se puede emitir ningún comunicado.

Tras aquellos sucesos, las resoluciones tomadas por sus jerarcas y el impacto que estas tuvieron en la vida pública de sus miembros, los posicionamientos de cada una de las facciones dentro de la organización no tardaron en radicalizarse aún más. El pequeño impulso que experimentó el pensamiento filosófico durante aquellos días, alimentó las agrias polémicas generadas por toda una serie de nuevos acercamientos, en ocasiones antagónicos, en cuanto a lo moral, lo ético y lo legal cuando se trata de alcanzar el conocimiento. Estas nuevas premisas entraron a su vez en contacto con las distintas teorías que se adscribían a “lo natural”, tratando de poner orden y contexto dentro de cada una de ellas. Al mismo tiempo, con cada pregunta acerca de cómo se tendría que estudiar este concepto, o la pertinencia de tratar sus distintos aspectos como un todo, cada uno de los teóricos interesados en la materia planteaba extender todas estas consideraciones para su posible aplicación en los campos de estudio del resto de las órdenes.
La posibilidad de la introducción de estas consideraciones éticas dentro de los campos de estudio ya consolidados no tardó en desatar otra serie de polémicas a todos los niveles. Polémicas que, de manera paulatina, continuaron filtrándose más allá del ámbito de La Orden.

Por más que los sucesivos equipos de dirección que componían el Yishin Amat trataban de dejar zanjadas estas cuestiones, mientras el conflicto en el que se encontraba sumido el oeste continental perduraba, el recordatorio de su implicación en el mismo seguía siendo un recordatorio que que volvía al primer plano del debate de manera cíclica. Sumado a todoesto, y mientras estas deliberaciones tenían lugar en el interior de La Orden, las palabras e ideas de Tiermond continuaban vivas y propagándose por otros lugares. Su ideario incidió también tanto en lugares con un modelo social similar al del Dominio, como puede ser Goord, como en aquellas naciones tan alejadas culturalmente de los territorios gobernados por Elistea, como Menetia, Naltor o Rearem.
La multitud de altercados que se produjeron a lo largo de las naciones que rodeaban a Cahirn Ansay, así como diversos conatos de revueltas auspiciadas por la necesidad de iniciar todo tipo de “guerras santas” que demostrase la “aptitud” de sus pueblos para alcanzar el mundo prometido, fueron sus compañeros de viaje durante más de tres siglos.
Tanto esta controversia cada vez que volvía a la palestra toda mención a Nasseus y su cruzada, como el debate y las polémicas que, a su vez, no tardaban en señalarles por quienes se veían afectados, dieron forma a un debate público en cuyo centro siempre aparecía mencionada La Orden. Ya fuese revivida esta polémica de manera fortuita o interesada, en cada una de estas ocasiones siempre existían sectores contrarios a la organización o su equipo de gobierno, tanto dentro como fuera de la misma, que se aprovechaban de estos resurgimientos para utilizar a Nasseus como un arma arrojadiza contra ellos.

Antes de aquel momento, la gestión de la imagen pública de La Orden no había sido nunca uno de los ámbitos que habían preocupado a los Omniarcas pero, tras los reiterativo de aquellos ataques, tanto el control de daños ante situaciones de aquella índole como su posible prevención, entraron de manera prioritaria en sus agendas. Durante el prolongado lapso de tiempo que abarcó la cruzada de Elistea, la viralidad de las mismas se convirtió en materia de estudio por parte de la orden de los Comunicadores, quienes pasaron a formar parte de las órdenes mayores durante algo más de tres siglos. Aunque entre sus atribuciones sí que se encontraban los valores éticos de su labor, este aspecto de su labor siempre se encontraba supeditada ante la obtención de resultados. Sus esfuerzos se centraban en transformar todo aquello anecdótico, tangencial e inofensivo dentro de La Orden en la imagen a transmitir, mientras que trataban de evitar que las materias controvertidas salieran a la luz. Crear maniobras de diversión utilizando lo que el pueblo quería oír, mientras alejaban de su atención los temas realmente críticos, ambiguos o susceptibles de ser utilizados contra ellos.
Su tarea no fue sencilla entonces igual que tampoco lo es en la actualidad, tanto es así que, incluso dentro de los mismos Comunicadores, existen facciones antagónicas.
Sus métodos y prioridades han constantemente cuestionados tanto desde dentro como desde fuera de la organización, y su credibilidad ha sufrido constantes varapalos. Su búsqueda de notoriedad poco tiempo después de la desaparición de Elistea de Gaunador y el final de su cruzada, durante el mandato de la Oxiarca Nimeia Rosúnde (Wínistar, Rearem -47, 31), fue una de las causas que desencadenó su caída en desgracia y la pérdida de su posición como una de las órdenes mayores.
Después de esto, los Comunicadores han continuado con su labor, pero siempre bajo la supervisión de los Censores y los Pensadores. Esto no ha logrado evitar que los objetivos, la ambición de sus líderes, o su utilización por parte de otro tipo de intereses les haya llevado en más de una ocasión hasta situaciones no siempre compartidas por las altas instancias de La Orden. De la misma manera, otro tipo de prioridades e inquietudes, como la de la búsqueda de la verdad, o el considerar que ciertos experimentos que pueden tener consecuencias peligrosas deben ser llevados hasta otras instancias, también ha llevado a algunos de sus miembros a filtrar información, ya haya sido o no esta verificada, que ha generado a su vez nuevos incidentes.

A día de hoy, pese a la inmensa cantidad de volúmenes dedicados a su exposición, debate y análisis, el concepto de “Lo natural” continua siendo una fuente de conflictos. Más allá de la búsqueda de la notoriedad de unos, del mero sensacionalismo y la manipulación de otros, y de su utilización como medio para diversos fines mas o menos cuestionables, no se trata de un asunto ni mucho menos zanjado.
Desde el mismo momento en el que su relevancia traspasó el campo de lo puramente teórico y conceptual, sus distintas interpretaciones jamás han dejado de ser una fuente de conflictos. Desde aquellos que lo consideran algo meramente anecdótico hasta quienes lo consideran el eje a partir del que se tiene que desarrollar todo conocimiento, ideología o cultura.

Esta situación no ha hecho sino empeorar tras salir a la luz las relativamente recientes averiguaciones de la Cronista Remia Nisvaval (Mandayal, Cahirn Ansay 573, 647). De acuerdo a los datos plasmados en sus estudios, y recopilados a partir de diversas fuentes previas cuya validez por separado se consideraban ya consolidadas, logró extrapolar de cada una de ellas una verie de hechos comunes. A través de estos fue capaz de demostrar de manera fehaciente la certeza de varias de las predicciones de Ýlar de Jomsul.
Una vez superada la controversia inicial, sus descubrimientos se han utilizado durante el último siglo para polarizar aún más los acercamientos al mismo concepto del tiempo, dando alas a los defensores de este como un enemigo de la humanidad, y a quienes abogan por la futilidad de toda acción ante la existencia de un destino manifiesto. La aceptación de sus textos y de los indicios que en ellos se pueden extraer acerca de la verosimilitud del concepto del “fin de los tiempos”, los cambios que se han ido produciendo a diversos niveles no han dejado de sucederse.
En contra del deseo de Nisyaval, de la recomendación de los Pensadores, o del mandato del Yishin Amat, esta información logró ser filtrada fuera de los muros de La Orden desatando brotes de pánico y dotando de un nuevo arma a quienes quieren verlos caer. Desde que esta noticia llegó hasta el pueblo por primera vez, ha sido modelada de acuerdo a todo tipo de intereses. Retorciendo lo que era un estudio con unos resultados objetivos y un mensaje pretendídamente aséptico para convertirlo en otra cosa.
Dependiendo de los medios utilizados por quienes lo han compartido, el propósito del emisor, y el contexto cultural en el que se ha retransmitido, el mensaje ha adoptado distintas formas. A su vez, tras la desaparición de Nisyaval, también se han logrado establecer paralelismos que han vinculado sucesos recientes con los textos de Ýlar de Jomsul y otros profetas del pasado. El Gutrakage se ha convertido en la justificación para la toma de decisiones de todo tipo, al igual que el fatalismo se ha ido haciendo cada vez más presente en las sociedades que lo acepta como un hecho cierto. Su presencia desde entonces en el debate público se ha hecho cada vez más notoria, convirtiéndose en algo que se ha propagado de una manera incontrolable.

Si bien esta noticia no fue generada ni filtrada por los Pensadores, sí que caló de una manera dramática en varias de sus escuelas de pensamiento. Dentro de la propia Orden, pese a la creación de los Futuristas, jamás ha existido un posicionamiento uniforme acerca de cómo actuar ante este descubrimiento o la ola de fatalismo que la ha acompañado.
Tampoco dentro de los propios Pensadores existe unanimidad a este respecto. Los visos de certeza en algo que, hasta aquel momento, sólo había sido considerado como una más entre la infinidad de posibilidades que brindaba el futuro, ha supuesto un hito dentro de sus filas. Se manera independiente a su cercanía o lejanía temporal, provocó que muchos de ellos se replanteasen los mismos axiomas que habían gobernado su pensamiento, pero la evolución de cada una de las escuelas que se han visto afectadas ha adoptado por enfoques muy diferenciados, cuando no directamente enfrentados.
Ya sea bajo la forma de la resignación, el conformismo, la curiosidad la negación o la confrontación, su presencia dentro del crisol de escuelas ideológicas que compone a los Pensadores, en mayor o menor medida, se ha convertido en algo casi ubicuo. Se trata de algo mucho más grande que una mera tesis formulada dentro de un contexto teórico o de las especulaciones de un iluminado.
Fuera de la Orden, junto a las olas colectivas de fatalismo y negacionismo que se propagaron a partes iguales, la filtración de los textos de Nisyaval fue suficiente como para que se generase nuevos brotes de actividad en las facciones, sectores e ideologías más extremas. Una serie de olas híbridas de resignación, sentimiento de culpa por el alejamiento de las sendas marcadas por los grandes poderes y sus portavoces o, en el extremo opuesto, de gente que se rebelaba contra esos mismos poderes, mientras que se niega a aceptar un “orden natural” que pretende condenar a la humanidad sin darle opción alguna. A su vez, estas oleadas también han sido utilizadas de manera interesada por los oportunistas deseosos de alcanzar objetivos que nada tienen que ver con la preocupación de quienes los siguen. Tanto líderes religiosos como de opinión, ya sea bajo la forma de castigo divino o justa ira contra los rivales, han mezclado el temor, la superstición, la indignación y el conocimiento hasta extraer de ellos una herramienta con la que afianzar su poder sobre ciertas ideologías, o para la de tratar de controlar y dirigir a las masas dóciles de fieles en la consecución de sus propios objetivos.
Parte de la labor de los Pensadores a lo largo del último siglo ha consistido también en desmontar el mensaje de oportunistas y rebatir sus tesis, pero esta es una tarea casi imposible cuando algunos de ellos se encuentran tanto dentro de la organización como en el interior de los mismos Pensadores.

Más allá de los problemas que ha supuesto la viralidad de los mensajes extremos en una mundo cada vez mejor comunicado, y que han hecho de esta característica una estrategia en sí misma, el resto de las preocupaciones de los distintos cuerpos no han disminuido. Ya desde mucho antes de la formalización de los Pensadores como ente independiente, los Tecnócratas habían tomado nota de este tipo de situaciones, y tratado de diseñar una reglamentación que impidiese que este tipo de ideas afectasen al funcionamiento normal de La Orden, o al menos a su imagen pública, pero las distintas filtraciones han complicado mucho esta tarea. De la misma manera, primero los Tecnócratas en solitario, y posteriormente junto a Comunicadores y Censores, también han tratado de evitar que estas salga de la misma, o al menos que, de llegar hasta el exterior, lo hagan de una manera controlada. Cada nuevo descubrimiento en cualquiera de los múltiples campos de estudio de La Orden, al igual que la expansión de sus embajadas fuera de Cahirn Ansay suponen un nuevo reto a esta tarea. A su vez, este hecho, de cara a los Comunicadores y quienes los apoyan, es una nueva muestra de que tienen que volver a formar parte del Yishin Amat.
Como es la tónica habitual dentro de los Pensadores, a este nivel tampoco existe consenso. Por un lado, vuelven a aparecer los viejos fantasmas de la censura y de anteponer la imagen y la forma por encima del fondo. Gran parte de las alternativas que son planteadas pasan por aumentar el control, no sólo sobre lo que sale al exterior, sino también acerca de los temas a estudiar y debatir en el interior. Anteponer la falsa sensación de seguridad sobre por encima de conceptos como “la verdad”, utilizando un acercamiento muy ambiguo y parcial hacia “lo correcto” o “lo responsable”.
Una de las manera que está ganando fuerza en este ámbito para tratar de evitar este tipo de situaciones pasa por un imponer control más férreo a todos los niveles. Por más que esto sitúe a los Pensadores en un punto central de este debate claramente ético, una parte considerable de sus miembros se oponen frontalmente a esta alternativa.
De acuerdo a estos, el trabajo principal debería estar centrado en la apertura y en el establecimiento de un mensaje claro y comprensible. Dedicar más esfuerzo en las tareas formativas, y en aclarar las dudas o las interpretaciones interesadas que en ocultar la información.

Si bien la dinámica de los último equipos de gobierno han oscilado entre estos dos criterios, el del control de la comunicación ha sido el predominante. Al igual que sucedió en el pasado, cuanto más estricto ha intentado ser este control, más viscerales han sido las reacciones internas, y más traumáticas las consecuencias derivadas de las filtraciones. El impacto provocado por parte de cada nueva información ha intentado ser controlado con escaso éxito, lo que ha llevado a La Orden en el último siglo a perder parte de la reputación que había recuperado.
Estos intentos de imponer un control ferreo también han sido fuente de protestas dentro de la organización. Estos hechos que tampoco han ayudado a cimentar su imagen de neutralidad. Por más claro que haya quedado que este tipo de medidas de control nunca han sido eficiente, esto no ha disuadido a quienes han tratado de implementarlas de tratar de lograr tal fin.
Una vez que cualquier tipo de mensaje ha llegado hasta la vida civil, se ha perdido todo control sobre su interpretación, impacto y posibles repercusiones. La tarea de tratar de lidiar con este tipo de situaciones, encomendada originalmente a los Censores, ha terminado siendo heredada por parte de un consorcio de Pensadores, Comunicadores y Legisladores, pero ninguno de estos grupos ha logrado realizar una tarea eficaz en este campo.

En situaciones con un nivel de complejidad tan elevado, y un espectro de difusión tan susceptible de ser propagado como el de los sucesos anteriormente descritos, los Sumos Censores de distintas épocas se vieron forzados a establecer diversos protocolos orientados a encauzar, cuando no directamente controlar, cómo se llevaba a cabo este debate dentro de la misma organización. De la misma manera en la que han ido regulando los medios y tratado de establecer unas condiciones idóneas en las que estos mensajes sean transmitidos hasta el exterior, también se ha aspirado a definir un conjunto de marcos de trabajo para su estudio. La pretensión de objetividad de estos marcos, supeditados siempre de manera inevitable a los contextos históricos y culturales del momento en el que se han dado este tipo de actuaciones, ha hecho de esta algo a todas luces imposible de implantar dentro del gran esquema. Esta labor que antaño recaía de manera exclusiva sobre la orden de los Censores, en la actualidad es llevada a cabo de manera conjunta junto con los Pensadores.

En los casos en los que se han llegado a implantar este tipo de medidas, y dada la naturaleza siempre sensible y polarizada de estos debates, también ha sido inevitable que las visiones más radicales hayan rebasado siempre los límites establecidos. Cuanto más extremas han sido las medidas, más viscerales han sido también las reacciones contra ellas. Hasta tal punto ha sido siempre así que sus artífices rara vez han salido indemnes de este trance.
La reacción natural ante toda aquella medida que coarte cualquiera de las consideradas como libertades fundamentales de la Orden siempre llega acompañada de controversia. De manera independiente al problema que pretenda solventar, el motivo de fondo que la alimente, o la misma reputación de quienes la impulsan, la suspicacia y la animadversión iniciales siempre han sido sus acompañantes. En el caso concreto de aquellas normas nacidas por y para los Pensadores, la animadversión de las escuelas de pensamiento opuestas a quienes la defienden se muestra ya desde sus mismas fases iniciales.
En el esquema general, no es necesario recurrir al recuerdo de las ocasiones en las que se han llegado a utilizar estas medidas como una herramienta para acallar ideas contrarias a quienes se encuentran en el poder, o imponer algún interés particular por encima de los de la organización para que los ánimos comiencen a crisparse. Tales casos se encuentran documentados de manera profusa tanto entre los textos de los Cronistas como entre los anaqueles de los Pensadores. Incluso cuando tales prácticas son utilizadas de manera honesta, el ya de por sí es complejo equilibrio de poderes dentro de la Orden garantiza la resistencia inicial de alguno de los sectores rivales. El encontrar una vía con el menor número de obstáculos posibles a la hora de tratar este tipo de casos es una tarea harto compleja. Los códices de Cronistas, Censores, Juristas y Tecnócratas están plagados de casos que demuestran que jamás se ha logrado alcanzar una aprobación unánime a la hora de establecer estos criterios, teniendo que recurrir de manera inevitables y complejas negociaciones que no han satisfecho completamente a ninguno de los implicados. La equidad con la que los Pensadores tratan de acercarse a los distintos puntos de vista tampoco ha sido una herramienta infalible, ya que ha tratado de ser utilizada por propios y extraños en diversas ocasiones como una herramienta para la propagación de razonamientos perversos e ideas tóxicas.

Dentro de los posicionamientos defendidos con mayor intensidad por parte de Harnyel Crosmutu (Nilstaga, Tembi 670), su actual Oxiarca, se encuentra todo lo relacionado con el surgimiento de el fanatismo de una manera global a la extensión del mismo concepto.
Crosmutu, quien perdió a todos los miembros de su familia que no lograron huir de su hogar tras la invasión y conquista de Tembi por parte del Dominio, se encuentra muy sensibilizada con esta materia. Debido a las persecuciones ideológicas llevadas a cabo contra aquellos que negaban una relación directa entre el Garshed Jonural y el Tanrakul, también ha perdido a muchos más gente cercana, ya fuesen estos conocidos o amigos.
En años recientes gran parte de sus esfuerzos se han centrado en desmontar la tesis y justificación esgrimidas por el Dominio en su cruzada, lo que le ha granjeado no pocas críticas y acusaciones, tanto de parcialidad como de malgastar recursos de La Orden por parte de sectores muy concretos de quienes se encuentran bajo su mando.

Más allá de su situación personal, el surgimiento de una nueva ola de radicalismos similares a los que ya ha experimentado preocupan sobremanera a la Mentat. La cercanía temporal de la “Gran oscuridad” es el caldo de cultivo ideal para el nacimiento de los mismos. Ante cada nueva proclama que ha tratado de atribuir a la Gran oscuridad un mensaje de advertencia, la manifestación de la cólera de los poderes del más allá, o anunciar un justo castigo contra aquellos que los han defraudado, el posicionamiento de Cromsutu y sus seguidores ha sido claro, y su respuesta a la hora de tratar de desmentir tales afirmaciones inmediata.
Si bien la cruzada de Shar Kushen ha sido la campaña militar más exitosa y brutal de los últimos siglos, su magnitud ha ayudado a ocultar otros movimientos similares pero de menor escala surgidos bajo una suerte de argumentos equiparables.
Estos movimientos no han surgido solamente en las diferentes teogonías, sino que también han servido para iniciar revueltas en algunas de ellas contra quienes se encuentran en el poder.

Más allá de estas prioridades parcialmente derivadas de su tragedia personal, Harnyel se encuentra enfrascada en las que han sido las dos áreas de interés que han compuesto su tesis desde antes de entrar a formar parte de La Orden. Por un lado, y siguiendo los caminos marcados por el pensamiento lingüístico, ha dedicado una gran cantidad de esfuerzo a documentar y tratar de desentrañar la manera en la que la percepción afecta al avance de la humanidad. De acuerdo a su tesis, las interpretaciones parciales y erróneas arrastradas desde el pasado, han ido impactando y condicionando la evolución cultural de las naciones del centro continental.

Por otro lado, su interés por la figura de los inmortales le ha llevado a la formulación de toda una serie de teorías su alrededor. Desde la manera en la que un grupo tan pequeño de personas han condicionado el trascurrir de la historia, hasta el tratar de cuantificar cuál ha sido la aportación y el perjuicio concreto de cada uno de ellos. Desde lo inabarcable de la escala y magnitud de su impacto en la misma historia del mundo, hasta la manera en la que afectaría su pérdida al orden y la estabilidad global.
Dentro ya del terreno de la especulación pura, también ha escrito una serie de ensayos en los que especula cómo habría sido un mundo sin su presencia.

La reciente desaparición de Dairus, así como la llegada de Riommar Hayatoshu han supuesto dos hitos sin precedentes ante sus teorías. Dos eventos tan significativos e improbables en tan corto periodo de tiempo, que las probabilidad de que coincidiesen durante su vida se le hacían absurdas. El impulso, y la cantidad de información que esto ha supuesto para sus tesis es difícilmente calculable, y su seguimiento del avance de los acontecimientos en Trollellom y Saliria es constante.

arcanus

Las órdenes IV

Las órdenes IV
La orden de los Formadores surgió como respuesta a una carencia detectada mucho tiempo atrás. La creación de un organismo de estas características había sido una demanda realizada por equipos de dirección de todas las ideologías pero, tras multitud de intentos fallidos a la hora de atajar este problema de manera previa, su consolidación quedaba postergada durante las fases iniciales de su proceso de diseño y definición.
Tanto el eterno desacuerdo acerca de cómo afrontarlo este problema, como la incapacidad por parte de cada una de los afectados para alcanzar un acuerdo, sólo sirvió para que cada uno de los integrantes de La Orden terminase optando por acercamientos incompletos que solamente daban solución a la parte del problema que les afectaba de manera más inmediata. Esta lucha de poderes y egos, al igual que la incapacidad de llegar a acuerdos y compromisos que se hayan mantenido en el tiempo, ha sido la causa de que su asentamiento se haya postergando una y otra vez a lo largo de los distintos mandatos.

Ya con la primera encarnación de los Tecnócratas, se trató que estos asumieran la responsabilidad del diseño de una serie de protocolos para la “preparación de nuevos miembros de La Orden y la transmisión del conocimiento ya existente”. Pese a que tales protocolos llegaron a ser plasmados en el “Wasodu ilisdar do etnage” o “Manual de formación e iniciación al saber”, el escaso apoyo que recibieron por parte del resto de las órdenes para su desarrollo no atenuó las críticas o el desprecio con el que fueron recibidos.
Por otro lado, y al mismo tiempo que se redactaban estos protocolos, los pequeños pasos, decisiones provisionales que atacaban de manera incompleta a los problemas, y la manera en la que se quedaban enquistadas en el funcionamiento diario de los distintos cuerpos que las adoptaban, hacía cada vez más difícil la tarea de los Tecnócratas encargados de tratar de desenredar y ordenar aquella maraña de protocolos. Debido a la propia naturaleza de las solucionas individuales que se tomaban, y a la falta de una visión global, cada nueva decisión complejizaba cada vez más esta tarea, así como la de los distintos equipos que han compuesto el Yishin Amat y que trataron de enfrentarse a este problema posteriormente.

Este bagaje histórico que había arrastrado La Orden ya desde el mismo comienzo de la expansión de sus campos de estudio, al igual que lo vital de la necesidad subyacente que esto acarreaba, obligaba a cada intento de crear a este cuerpo a asumir una cantidad de información cada vez mayor, no sólo en cuanto a su misma extensión, sino también con respecto a cómo cada una de ellas profundizaba en sus respectivas áreas de conocimiento.
Algunos equipos de dirección trataron de usar como referencia a distintos organismos homólogos existentes en otras organizaciones, pero ninguno de ellos logró obtener resultados en sus intentonas. Tras el establecimiento como los Pensadores como una de las órdenes mayores se trató también de que estos asumieran parte de estas funciones pero, al igual que en las anteriores ocasiones, y dada la misma naturaleza confrontacional de este grupo, esta solución tampoco llegó a cuajar.

Tras esta legado de fracasos, la aparición de alguien capaz de aprovechar la oportunidad de unificar criterios y convertir a este amasijo de particularidades en una entidad coherente y autónoma se hizo esperar hasta apenas dos siglos.
Su primera encarnación formal se encuentra datada en el año 453 durante el mandato de la Omniarca Yelena Tecduseva (Kásengan, Saliria 339, 464), aunque aquella versión primigenia del cuerpo de los Formadores distaba mucho de el organismo que es a día de hoy. Siguiendo con los patrones del pasado, el propósito inicial de aquel organismo muy estrechamente ligado a los Tecnócratas, carecía de la libertad de acción, la repercusión y el alcance del que goza en la actualidad. Si bien la aspiración de sus componentes iniciales era el de convertirse en un cuerpo horizontal que abarcase todo el espectro formativo de La Orden, este es un nivel de madurez en su implantación no llegó a ser presenciado por ninguno de ellos.
Su alcance inicial se limitó de manera exclusiva a la evolución del “Wasodu ilisdar do etnage”, adaptándolo a los nuevos tiempos y la realidad contemporánea de La Orden. Una vez finalizado el diseño de esta versión remozada de los distintos patrones comunes planteados por los Tecnócratas, así como el establecimiento de un marco coherente y homogéneo sobre el que formar a los iniciados, y ante la ausencia de nuevas tareas para él, aquel nuevo organismo desapareció. No se disolvió oficialmente, pero sus funciones y componentes fueron absorbidos nuevamente por los Tecnócratas donde se diseminaron entre los distintos cuerpos funcionariales.

Pero su desaparición no se prolongó durante demasiado tiempo. Con la llegada al mando de los Tecnócratas de la que terminó siendo su la llegada de su tercera Oxiarca, la menetiana Ambara Sieln (Sunrath, Menetia 451, 523), en un arriesgado movimiento por su parte, pugnó por el resurgimiento de este cuerpo. Este giro inesperado tanto de cara a sus rivales políticos como a sus aliados, culminó pocos años después con uno de los hitos más importantes de La Orden en aquellos días, sentando con ello una de las bases de lo que, con el paso del tiempo, ha terminado por convertirse en los modernos Formadores.
Tras la tercera iteración del “Manual de formación e iniciación al saber”, no sólo se lograron ordenar y consolidar el marasmo de influencias sobre las que se sustentaba el traspaso del conocimiento, sino que también supuso una revolución a todos los niveles para aquella aún joven orden.
Formada en la Escuela de Sunrath, Sieln, una mujer pragmática y ambiciosa, fue capaz de ver el potencial sin explotar que se hallaba bajo su control. Tras un comienzo de su mandato sin grandes estridencias, en el que se dedicó a forjar alianzas dentro de La Orden a distintos niveles, una vez consolidadas estas no tardó en dar inicio a la que se convirtió en su gran aportación a los Formadores; la de ofrecer los servicios de sus subordinados más allá de los muros de Cahirn Ansay.
Si bien es cierto que La Orden ya tenía establecida para aquel entonces una sólida red de servicios que ofrecía a sus asociados, el del trasvase del conocimiento era considerado una apuesta muy arriesgada vistas las consecuencias de experiencias previas. Los cismas, la creación de organismos locales homólogos a partir de sus alumnos, y la pérdida del aporte económico que aquellos hechos habían supuesto, resultaron unos golpes muy duros no sólo para sus arcas, sino también para todo el conjunto de la organización en el pasado.

A diferencia del acercamiento que se había tomado durante las ocasiones anteriores, durante las fases iniciales de aquel proyecto el ofrecimiento de este servicio no se encontraba orientado hacia los estudiosos, sino que su público objetivo cambió de una manera drástica. En aquellas naciones en las que La Orden ya se encontraba implantada, y donde Cronistas, Archivistas y Preservadores tenían algunas de sus bibliotecas, los Formadores comenzaron a hacer acto de presencia al mismo tiempo que se presentaban ante las distintas cortes y las villas de la nobleza local. Los servicios que ofrecían, al mismo tiempo que resultaban interesantes para sus destinatarios, resultaban inocuas de cara al resto de la oferta de La Orden en aquellos lugares. Por otro lado, su presencia no fueron del agrado de los tutores locales que se habían ocupado de formar a las distintas generaciones de nobles y cortesanos dentro de las cortes hasta aquel momento. La campaña orquestada por Sieln fue muy agresiva, encaminándose no sólo hacia aquellos campos en los que La Orden era puntera, sino también en tratar de sacar a la luz las mismas carencias, incoherencias y sesgos de los estudiosos locales.
En pocos años, al mismo tiempo que se ganaban una mala reputación dentro de las comunidades científicas de Menetia, Rearem, Naltor y Nivar, las sedes que tenían establecidas en estas naciones comenzaron a verse sometidas a remodelaciones y expansiones. Ya viniesen estas obras financiadas y promovidas por la propia Orden o por parte de los gobiernos, nobles o casas comerciales de cada una de estas naciones, las actividades de los Formadores también comenzaron a impactar negativamente en el trabajo desarrollado por sus compañeros. El estatus de los nuevos alumnos requería de unas ubicaciones más adecuadas para ellos, y unas infraestructuras mejor situadas. Por más interesados que se encontrasen sus progenitores en los servicios de los Formadores, sus herederos, algunos de los cuales gobernarían aquellos territorios en el futuro, rara vez consentían acudir, y mucho menos habitar, en unas instalaciones cuyas comodidades no se adecuasen a su nivel de vida. Al mismo tiempo, las medidas de seguridad que se establecían en aquellos lugares se volvían cada vez más estrictas y complejas. Todo aquello conllevó que, durante el tiempo en el se realizaba la formación de los poderosos, no sólo el trabajo, sino también el mismo tránsito del resto de los miembros de La Orden que habitaban en aquellas sedes se veía tremendamente obstaculizado.
De manera paulatina, bibliotecas y embajadas dejaron de ser las sedes oficiales de La Orden, y se fueron transformando con el paso del tiempo en secciones de diverso tamaño e importancia dentro de sus universidades. Esta propuesta, que se encontró con la oposición inicial del Yishin Amat y el apoyo de los habitantes de las delegaciones, tras las manera en la que se fueron desarrollando estos acontecimientos, invirtieron completamente las tornas en aquella actitud hasta convertir al órgano rector en sus principales valedores.
La respuesta negativa y las críticas que llegaban desde sus sedes remotas eran acalladas por sonido de las monedas. Los ingresos que reportaron aquellos servicios a las arcas de la organización alzaron a los Formadores y su Oxiarca hasta el mismo consejo rector de La Orden. De cualquier manera, su lugar dentro de las órdenes mayores, obtenido en detrimento del la posición que ostentaba la orden de los Astrónomos, tampoco se prolongó durante mucho tiempo.

De manera independiente al apoyo proveniente desde el Yishin Amat, las divisiones internas tanto dentro del claustro de los Formadores, como las críticas hacia su visión mercantilista y clasista de la educación provenientes desde distintos sectores del seno de los Pensadores, fueron haciendo mella a lo largo de los siguientes mandatos. El hecho de que, tras varias décadas y de una manera no exenta de cierta ironía, la situación en varias de sus sedes remotas no tardase en revertirse cuando algunos sus antiguos alumnos llegaron al poder, significó el final de la segunda encarnación de los Formadores. De acuerdo a sus propias enseñanzas, el poder que significaba el conocimiento no debía estar sustentado, ni encontrarse radicado en un elemento externo. De manera paulatina, una porción significativa de sus viejos alumnos habían comprendido muy bien sus lecciones, optando por potenciar las infraestructuras locales en detrimento de una dependencia exclusiva de Cahirn Ansay. Aquel fue el golpe que puso el punto final a la primera gran época de esplendor real de los Formadores.

A partir de aquel momento, su labor volvió a encontrarse sumida en un mar de indefinición. El conformismo y la falta de ambición de sus sucesivos líderes condenaron a los Formadores la intrascendencia y a un letargo que se prolongó durante décadas. Mientras todo esto tenía lugar, las continuas luchas de poder dentro de La Orden fueron arrebatándole poco a poco parte de los avances obtenidos hasta el momento. Por otro lado, en su mismo interior también se estaba desarrollando un conflicto, aunque este era de índole ideológica. La pugna entre sus ramas teóricas y pragmáticas terminaban desembocando en un inmobilismo muy dañino para ambas. Las escasas decisiones de calado que se tomaban no sobrevivían a los equipos que las habían aprobado, y cada nuevo paso atrás sólo servía para que su presencia dentro del resto de cuerpos de La Orden se desvaneciese un poco más.
Durante casi un siglo, salvando contadas excepciones, se limitaron a continuar con una versión muy simplificada de la labor desarrollada durante su época de esplendor. Ante lo escaso del trabajo proveniente desde el exterior, sus tareas se centraron en la instrucción de los iniciados, formando y orientando a los iniciados más indecisos en las distintas materias que componían el currículo de La Orden, y tratando de perfeccionar los procesos detallados en el “Wasodu ilisdar do etnage”.
La enseñanza de aquellas materias más complejas de asimilar dentro de las órdenes más técnicas volvió a recaer en los cuerpos docentes de las mismas, pero estas se negaron a incorporar las metodologías diseñadas por los lo formadores al considerarlas poco adecuadas para temas tan alejados de su enfoque generalista. Esta deriva y fragmentación de los modelos educativos terminó desembocando en una merma considerable tanto en sus ingresos como en su reputación, lo que desembocó en un nuevo abandono del Yishin Amat, en esta ocasión a favor de los Lingüístas.
La confianza en su gestión del traspaso del conocimiento fue decayendo de tal manera que su misma labor con los iniciados se volvió meramente opcional. Todo aquel aspirante a formar parte de La Orden tenía la posibilidad de comenzar su aprendizaje sin ningún tutor, tratar de entrar en alguna de las limitadas listas disponibles en cada una de las órdenes, o seguir el camino marcado por los Formadores.

La segunda gran refundación de los Formadores no llegó de manera directa de la mano de ninguno de sus rectores, sino que esta se comenzó a formar a partir de las premisas e ideas de dos Pensadoras. Una de ellas, la filósofa saliria Ilya Rishdaseva (Amlash, Saliria -671, -553), quien formó parte de los equipos de gobierno tanto de Mavra Daniseva como de Elís Namayeva, planteó en ya en su tiempo la necesidad de desvincular la educación del poder adquisitivo o la clase social, pero no de la ética o la ideología. Risdasheva reconocía que los dos primeros objetivos eran complejos de lograr, pero que tratar de negar los otros dos era una flagrante muestra de ignorancia acerca de la misma naturaleza del ser humano. De la misma manera, afirmaba que el hecho de que no hay acción tenía una serie de connotaciones ideológicas. Quizás no todas ellas se mostraban de manera explícita, pero tratar de enmascararlo bajo otra forma sólo significaba tratar de ocultar una obviedad a simple vista.
De acuerdo a sus palabras, “La ideología y la ética personal o la falta de ella impregnan toda acción del individuo. Pretender ignorar este hecho resulta una acción tan vacua como tratar de negar la naturaleza única de cada persona”. Los tres requerimientos de Rishdaseva, algo que ella misma reconocía como una quimera prácticamente imposible de alcanzar, debían ser utilizados como una herramienta y una guía, no como un fin en sí mismos. AL mismo tiempo, y en un campo algo más alejado del de la mera formación, también afirmaba que la educación debía ser una responsabilidad del estado y sus valores, para tratar de perpetuar ambos, ayudar en la corrección de sus errores y adaptarlo a los cambios que sufra su entorno.

Recogiendo el testigo que Rishdaseva había cedido un milenio antes de su nacimiento, la también saliria Kseniya Alynieska (Musdova, Saliria 599. 673) abandonó la orden de los Pensadores para convertirse en rectora de los Formadores en el año 651. Bajo su tutela, y con el apoyo de la Omniarca Arién Daresti (Manrndayal, Cahirn Ansay 612, 681) y otros miembros del Yishin Amat, en el año 669 los Formadores volvieron a ocupar un lugar dentro de las grandes órdenes.
Sus intentos para llevar a la práctica aquellas ideas en su totalidad, al igual que también le sucedió a la misma Rishdaseva en su momento, se encontraron con una férrea oposición por parte de de diversos grupos de presión, tanto en el interior como en el exterior de La Orden.

Las propuestas impulsadas por ambas valedores de aquellas ideas y sus aliados que, no sólo implicaban una reforma drástica del reglamento interno, sino que también llevaban implícitas un aumento significativo en sus costes estructurales provocaron una división como pocas otras habían causado antes. Llevar a cabo aquellas propuestas y tratar de implementar sus máximas dentro de La Orden significaba mermar los presupuestos de todos los cuerpos que la componían y limitar algunas de sus funciones.
Aparte de las cuestiones meramente económicas, aquella redefinición de las funciones de la orden de los Formadores les hacía tener voz y voto no sólo en el Yishin Amat, sino también en áreas muy concretas del resto de sus organismos. Las críticas no se limitaban a poner en duda la validez de las ideas, sino que también llegaron a cuestionar la cordura de quienes las apoyaban. Mientras que unos les acusaba de ser unos idealistas inconscientes que no sólo querían cambiar a La Orden sino a toda la sociedad en su conjunto, otros les achacaban el tratar de alterar la misma razón de ser de la organización sometiéndola a una derivada ideológica que nada tenía que ver con los ideales bajo los que se fundó. Lo enfrentado de las posiciones de cada uno de los bandos llevó tanto al abandono de muchos de sus estudiosos como de sus patrocinadores.

Tras cerca de quince años de debates y propuestas eternamente matizadas, una versión mucho más limitada de la presentada en origen fue aprobada. Esta no tardó en hacerse sentir de una manera significativa en todos los niveles de la organización. Las noticias acerca de estos cambios no tardaron en propagarse de maneras dispares. Las interpretaciones erróneas de los mismos, los rumores y falacias interesadas que proclamaban que La Orden sufragaría los gastos de manutención y de todos sus iniciados atrajeron a toda clase de indeseables. La avalancha de solicitudes para entrar a formar parte de La Orden fueron abrumadoras.
La propagación de aquellas versiones tergiversadas de la realidad desencadenó durante los primeros años posteriores al establecimiento de aquella medida una oleada tras otras de solicitudes, peticiones de ingreso y críticas que nada tenían que ver con el objetivo o las condiciones de la misma. En su gran mayoría, tales acciones provenían de individuos que sólo aspiraban a aprovecharse de aquella hipotética medida y vivir a expensas de sus estudios.
Aquel escenario, el que había sido el punto de partida de la propuesta, y considerado por sus impulsores como ideal, había sido uno de los múltiples descartado por los distintos equipos de dirección que habían gobernado La Orden durante el proceso. Si una razón imperó sobre todas las demás a la hora de optar por su desestimación, fue precisamente la posibilidad de que se produjesen aquel tipo de actitudes. De cualquier manera, por más que se hubiese tenido en cuenta, tanto el orden de magnitud como el origen de la mayoría de aquellas solicitudes, los modelos que habían tratado de predecir aquellos hechos no fueron ni mucho menos certeros.
Allí donde se esperaba que esta clase de solicitudes proviniesen de gente de niveles adquisitivos bajos, la realidad no tardó en demostrarles lo equivocado de sus asunciones. Buscavidas, vástagos desheredados de familias pudientes e individuos procedentes de linajes venidos a menos, al igual que otro tipo de personas acostumbradas a un cierto nivel de vida que ya no se podían permitir no tardaron en llamar a sus puertas bajo la falsa pretensión de cultivar sus mentes.
Si se pudo sacar algo positivo de aquella situación, esto fue la realización de un completo estudio sociológico que realizaron los Pensadores a partir de la misma.
También sirvió para identificar los patrones comunes entre todos aquellos gobiernos y los grupos de presión que trataron de impedir la implantación de aquellas directrices. Dentro de La Orden el conocimiento siempre había sido considerado no sólo como un elemento imprescindible para el avance de la humanidad, sino también como una fuente de poder considerable. Aquellos hechos no hicieron sino confirmar aquellas máxima, al mismo tiempo que también fueron utilizados para detectar el conjunto de ideologías que, de manera adicional, consideraban el acceso al mismo por parte de gente de cualquier estrato social como una amenaza.

Al contrario de lo que indicaban los falsos rumores que se propagaron, el proceso de aprendizaje para entrar a formar parte de La Orden tenía un coste asociado. Sí que era cierto que el acceso inicial era libre para todo aquel que pretendía formar parte de la organización, pero su número de plazas era limitado. También lo era que estos individuos aceptados bajo aquel modelo no se veían obligados a pagar cuota alguna, pero aquellos beneficios iban acompañados de una serie de requerimientos de obligado cumplimiento.
Todo aquel que se acogía a aquellas medidas se comprometía a dedicar su vida al estudio. Quienes no alcanzaban los niveles de exigencia mínimos necesarios para entrar a ninguna de las diferentes órdenes, aceptaban el compromiso de ocupar otro tipo de posiciones que, no por ser más mundanas, se encontraban libres de exigencia. A estos últimos, La Orden se comprometía a darles alojamiento y manutención, pero el aporte económico para sus propios gastos era mínimo.
Si por cualquier motivo cualquiera de ellos optaba por abandonar La Orden, adquiría una deuda económica con ella equivalente a lo que habrían sido los gastos de formación y manutención durante el tiempo que habían permanecido en ella.

De manera independiente al modelo por el que optasen los nuevos aspirantes, los Formadores pasaron a convertirse en la orden frontal por la que pasaba cada futuro miembro. El resto de cuerpos podría mostrar preferencia por la captación de alguno de los recién llegados, y eran libres de tratar de atraerlos hacia sus filas, pero todos ellos debían adquirir en primera instancia una formación generalista que les permitiese tener un abanico de opciones lo más amplio posible a la hora de escoger una orden definitiva.
Este hecho, que era percibido por el resto de las órdenes como una merma en su autonomía y capacidad para nutrir sus filas no era tal. Al mismo tiempo que se redirigían las disputas internas del pasado por los iniciados más prometedores, pasando todas estas a estar enfocadas en los Formadores, aquellos eruditos no pertenecientes a La Orden, pero que ya poseían un bagaje significativo dentro de sus áreas de estudio no tenían que pasar este proceso, siempre que esta contratación entrase dentro del presupuesto asignado a cada uno de estos cuerpos.

Pese a que se intentó que estos modelos de admisión se propagasen a lo largo de todas sus sedes remotas, no fueron recibidos de la misma manera por la totalidad de las naciones que las alojaban. Si bien el gobierno de Goord fue el más vocal y tajante en su negativa, prohibiendo que aquellas prácticas se implantasen dentro de su territorio, otros mandatarios como la Danishef Istlana Dilanyeska (Pristlava, Saliria 621, 699), los miembros del Vim Ubar Menetiano, y diversas provincias Reani, si bien fueron más diplomáticos en su manera de plantear su disconformidad con la medida, también trataron de impedir que se aquellas prácticas se llevasen a cabo dentro de sus dominios.

Más allá de aquel modelo de reclutamiento, quienes no estaban dispuestos a aceptar aquellas condiciones, o se podían permitir el no acatarlas, seguían siendo bienvenidos a los salones y bibliotecas de La Orden al igual que antes bajo las mismas condiciones de antaño.

De cualquier manera, incluso dentro de Cahirn Ansay aquellas practicas tardaron en dar resultados significativos y no estaban libres de problemáticas de otro tipo. El hecho mismo de su existencia había supuesto una fuerte impacto en los ingresos de La Orden, tanto por el coste añadido de los propios Formadores como por las plazas ocupadas por gente que, no sólo no aportaba dinero a cambio de su formación, sino que debían estar sustentados por los recursos de La Orden. Ante aquella situación, las constantes peticiones de la Rectora para ampliar el presupuesto dedicado a aquellas tareas acostumbraban a ser denegadas sin apenas debate. La capacidad de La Orden para asumir la carga económica que implicaba aquella medida era limitada, y el cupo que se podía asumir con aquellas partidas presupuestarias quedaba copado poco después de la apertura de cada una de ellas. La búsqueda de mentes brillantes que la justificasen su existencia era un trabajo que requería no sólo de tiempo, sino también de una elevada cantidad de fortuna. Esta casuística se acentuaba aún más fuera de los grandes núcleos de población donde, pese a contar con una cierta autonomía económica, aquel tipo de actuaciones eran un lujo que no se podían permitir.

Al mismo tiempo, fuera ya de Cahirn Ansay, las intentonas que se realizaban en las sedes de La Orden ubicadas en casi todas las grandes naciones para crear centros de formación en las zonas rurales eran denegadas de manera sistemática por los gobiernos locales. Tan sólo Sipskriel en Harst y Riommar Hayatoshu tras su ascenso al poder en Saliria no sólo aceptaron, sino que también participaron en la financiación de diversos centros con unas características y fines similares. Pero aquellas ayudas no eran algo desinteresado, ya que a cambio de esta participación obtenían una gran capacidad decisoria en sus consejos.

El inicio de la andadura de esta tercera y definitiva encarnación de los Formadores, a pesar de las atribuciones que logró obtener, no fue sencillo. Su ascensión una vez más hasta ocupar un sillón dentro del Yishin Amat fue un proceso arduo y no exento de tropezones. Cada pequeña conquista venía acompañada de un compromiso por su parte, siendo siempre el terreno económico el que más afectado se veía. El regateo a este nivel les llevó a aceptar que los gastos de manutención de los nuevos iniciados saldrían de sus presupuestos, y que el resto de las órdenes, en primera instancia, sólo les harían una aportación proporcional a la cantidad de nuevos miembros que entrasen en sus filas mediante la formación libre.

Se volvió a vivir una nueva situación de crisis en su reputación cuando, tras la primeros años posteriores a la desaparición de sus dos grandes impulsoras, los apoyos con los que contaban dentro del órgano rector se fueron haciendo cada vez más tenues. Esto conllevó una pequeña restructuración dentro de su organigrama interno que llevó finalmente hasta si diseño actual.
Siendo como es una de los cuerpos más jóvenes de la organización, la orden de los Formadores ha sido una de las que más veces ha visto alteradas sus funciones, ha sido absorbida por otros cuerpos o entrado y salido del Yishin Amat.

No ha sido hasta la ya entrados en el siglo séptimo del calendario mecbarino que su posición como la orden mixta por antonomasia ha quedado consolidada, una situación esta última que ha representado un arma de doble filo para ellos para sus sucesivos líderes. El hecho de que una cantidad considerable de sus miembros se encuentre repartida de manera dispar dentro de cada uno de los organigramas del del resto de las órdenes, así como la cercanía que esto implica hacia las prioridades de las mismas, ha provocado en ocasiones que la que es considerada como su misión global se halla visto comprometida. De una manera similar, aquellos formadores que se encuentran destinados fuera de Cahirn Ansay, al igual que quienes nunca la han pisado, acostumbran a adaptar sus métodos de trabajo a los modelos y contextos culturales en los que se encuentran ubicados. Por más que desde la sede central se ha tratado de crear una metodología y temarios estandarizados, al igual que un marco de trabajo común, o de un base de conocimiento sólida en todas las áreas posibles, esto sólo ha logrado que quienes las siguen a rajatabla conviertan su labor en algo casi mecánico e inútil. Encontrar un punto de equilibrio entre las iniciativas personales, las necesidades de cada entorno y la manutención del estatus quo ha sido una de las grandes fuentes de debate internos que se han producido, no sólo dentro de los propios Formadores, sino también en el seno de los diversos concilios que han presidido el Yishin Amat. Tanto ha sido así que la posibilidades de que se cree un órgano superior que regule las actividades de los Formadores fuera de Cahirn Ansay, o la idea de que los Formadores desaparezcan por completo más allá de los muros de la capital se han planteado en multitud de ocasiones.

Por más que se ha tratado de establecer una uniformidad de criterios a la hora de cómo deberían actuar cada una de las universidades, esto ha sido algo imposible. La misma distancia a la que se encuentran de la sede central, al igual que la misma relación que esta tenga con los gobiernos de las naciones en las que se encuentran ubicadas cada una de ellas han sido dos de los motivos históricos que han influido sobremanera en esta situación.
Los problemas en las comunicaciones no se limitan de manera exclusiva a la separación física, sino que el contexto local de cada una de las sedes, más allá del escollo difícilmente que superable, también ha servido como catalizador para sacar a la luz otro tipo de discrepancias. Estas diferencias, pese a que casi siempre son achacadas a las culturas de cada zona, pueden venir debidas a una gran variedad de factores. Dentro de estos, en ocasiones han llegado a pesar más la ambición de la persona responsable de la gestión de esa embajada, discrepancias significativas con la deriva ideológica que pueda haber tenido La Orden en un momento dado o las convicciones personales que de quien se encuentra al mando, que a las presiones los líderes locales o las simples diferencias culturales existentes entre cada entorno.

Más allá de toda esta disparidad existente, que no ha hecho sino acentuarse a lo largo de los años, tras el establecimiento de esta última encarnación de los Formadores, ya desde los primeros momentos posteriores a su establecimiento se convirtió rápidamente en una de las órdenes cuyos servicios eran requeridos con mayor asiduidad.
Pese a lo tardío y complejo de su creación, y los problemas de orden interno o diplomáticos que la han acompañado, a día de hoy nadie duda de su necesidad, utilidad o relevancia.
De la misma manera, en todos aquellos lugares en los que ha sido implantada han tratado de crear cuerpos locales homólogos pero cuyas enseñanzas y ámbitos de actuación sean más acordes a los intereses de quien se encuentra en el poder. La rivalidad existente entre este tipo de organismos, al igual que la lucha por hacerse con una cuota mayor de estudiantes, rara vez ha entrado en conflicto con el respeto internacional que se han granjeado los Formadores. Tanto ha sido así que no pasó mucho tiempo antes de que se convirtiera en una de las órdenes más estimadas, tanto por la misma comunidad científica, como por todo tipo de entidades ajenas al mundo de la investigación.

De manera irónica, desde el mismo momento en el que las universidades de los Formadores volvieron a ocupar una posición troncal dentro de La Orden, y han servido para reforzar la imagen que se tiene de toda la organización en su conjunto fuera de los muros de Cahirn Ansay, esto no ha hecho sino acentuar la disconformidad e inquietud del resto de órdenes ante lo que perciben como una amenaza para su autonomía y libertad de cátedra.
Si bien los miembros de los Formadores han asumido de facto el control pleno del qué enseñan y cómo lo hacen, y la gestión de las universidades externas, todos sus planes de estudio tienen que pasar por la aprobación previa del cuerpo de rectores nombrado por el Yishin Amat. Pese a esto, cuanto más alejado de la sede central, o más pequeño es el centro de formación, su autonomía a este respecto se ve acrecentada.

En la actualidad existen dos grandes centro gestionados enteramente por los Formadores en Cahirn Ansay, cada uno de ellos con una orientación bien distinta.

Por un lado, de la misma manera que la formación que reciben los iniciados de manera previa a su elección de destino definitivo tiene lugar por completo en los bibliotecas y universidades pertenecientes a los Formadores situadas dentro de la propia Cahirn Ansay, cuando los reclutadores del resto de cuerpos logran captar a alguno de estos iniciados para sus filas, los niveles más avanzados de su formación pasan a realizarse de manera descentralizada en las distintas estancias pertenecientes a cada una de las órdenes. Pese a que estos últimos pasos de su educación lo hacen rodeados por los miembros veteranos de estas órdenes ubicados en Baen’Shull’Ilay, no por ello dejan de ser los Formadores quienes guían estos últimos pasos.
Este hecho no es del agrado de gran parte de los Oxiarcas quienes, independientemente de tener la capacidad de poder participar en la redacción de los temarios que afectan a sus áreas de estudio, consideran que han perdido una gran parte del control que poseían antaño sobre la formación de sus futuros miembros.
Este hecho no siempre fue así, ya que en inicio toda formación tenía lugar en en los centros pertenecientes a los Formadores, y el primer contacto con los temarios específicos fue considerado por el resto de los Oxiarcas como algo muy tardío.
El hecho de que los Formadores trabajen de manera muy cercana con los Pensadores tampoco ha sido nunca una noticia bien recibida por parte del resto de grupos. Desde ciertos sectores se llegó a acusar en su momento a Alynieska y Daresti, al igual que a la Mentat Alieshka Shiranova (Ishtalav, Saliria 608, 671) de nepotismo. Las quejas no se limitaron a ser simples intercambios verbales, sino que se llegaron a realizar denuncias oficiales, al igual que, tanto en aquellos momentos como con posterioridad, se han realizado múltiples intentos de impugnar aquellas normas internas achacándoles una nula validez legal.
Las presiones y las luchas por el poder en aquella primera instancia se prolongaron durante más de una década hasta que, finalmente, tras la consecución de algunas alteraciones sobre la norma general de cara al resto de las órdenes, se acordó una situación similar a la que existe en la actualidad.

Por otra parte, fruto de la iniciativa de la Rectora Olesyani Hri’Datsul (Salarvyanu, Rearem 655, 732) en el año 722 se estableció el Ryodum Shikar. En este “Centro de iniciación al saber” fue un nuevo proyecto para tratar de llevar a cabo la visión de Ilya Rishdaseva, siendo un emplazamiento en el que se aspira a proveer de una educación básica y abierta a todo el mundo, de manera independiente a su edad, clase social, sexo o etnia.
En sus escasas tres décadas de funcionamiento, el camino que ha recorrido ha sido uno salpicado con tantos aciertos como equivocaciones. Si bien su ubicación física se encuentra fuera de la ciudad de Cahirn Ansay, y goza de la libertad que le proporciona el escaso interés que suscita en la actualidad por parte de sus dirigentes, este organismo no se encuentra fuera del área de influencia de la sede central de La Orden ni de sus líderes.

El plan de estudios que se imparte en su interior, si bien no se diferencia en gran medida del definido por el alto claustro de los Formadores, no tiene como objetivo el captar a nuevos miembros para La Orden, sino que sólo aspira a despertar y alimentar la curiosidad por el saber en aquellos cuyo modo de vida apenas tiene contacto con el mismo. Por otro lado, al mismo tiempo que los gastos derivados de su manutención recae sobre los presupuestos generales de La Orden, la composición de su profesorado está poblada de manera exclusiva por voluntarios. El origen de estos voluntarios, ya provengan de alguno de los cuerpos de La Orden, de aquellos iniciados que aún no pertenecen a ninguno de ellos, o de estudiosos provenientes de otros ámbitos, carece de una regulación especialmente estricta. Esta voluntariedad, a su vez, lleva implícito el hecho de que ninguno de ellos percibe salario alguno por el tiempo que dedican a esta labor.

Sus puertas nunca cierran, y en su interior se imparten durante el día y la noche lecciones de todo tipo, desde aquellas destinadas a enseñar a leer y escribir, hasta nociones básicas de literatura, matemáticas, historia, filosofía o pensamiento crítico. Por más que, a priori, no se excluye ninguna de las materias que pueblan el currículo de La Orden, han sido muy raros los casos en los que alguno de sus alumnos ha llegado a perseverar lo suficiente como para subir a unos niveles culturales medios.

A pesar de la relativa juventud de esta iniciativa o la escasa atención que ha parecido suscitar en las altas instancias del poder tras su fundación, alrededor del Ryodum Shikar se ha creado todo un complejo ecosistema que ha hecho que tanto su repercusión como su misma naturaleza hayan trascendido en mucho a su función inicial.
A su alrededor ha ido creciendo una pequeña ciudad construida a partir de asentamientos de chabolas y tiendas que, junto a otras pequeñas edificaciones que rodean el edificio principal, han hecho extenderse y trascender el tipo de servicios que, dentro de sus limitaciones, se ofrecen de manera libre a quien los necesita.
Gracias a esto, en momentos puntuales de su historia, se han ido añadiendo a esta comunidad y los servicios que se encuentran a su disposición tanto médicos como artesanos que han tratado de mejorar las condiciones de vida de quienes se han trasladado hasta allí. Dentro de lo limitado y precario de las infraestructuras que se han construido, algunos de quienes se han erigido como líderes de estas comunidades han intentado dotar los más desfavorecidos de alojamiento, comida y protección, aunque el alcance de todos ellos está limitado por la cantidad de voluntarios, y no es el altruismo lo que ha guiado a todos los que han elegido a Ryodum Shikar como su lugar de residencia.

Porque, más allá de las buenas intenciones de una gran parte de sus habitantes, no todo lo que rodea a esta iniciativa es positivo. Al mismo tiempo que se ha ido produciendo esta explosión de altruismo, la carencia de unos equipos de seguridad organizados, así como la pasividad, y en ocasiones connivencia de los que patrullan los alrededores de Cahirn Ansay, ha servido como aliciente para el establecimiento de mafias de todo tipo. Estos grupos organizados se han nutrido tanto de los servicios gratuitos de los Formadores, como de los cuidados de los médicos locales.
Por más que se haya pretendido abolir las diferencias de clase entre los que habitan allí, esto no es del todo cierto. Sólo quienes pertenecen a La Orden cuentan con la protección de la guardia de la ciudad a lo largo de su tránsito desde los muros de la capital a través de ese cúmulo anárquico de sendas y callejuelas que desembocan en el centro de formación.
Con el paso del tiempo ciertas secciones del Ryodum Shikar se han vuelto zonas muy peligrosas. Un laberinto ideal para la desaparición de incautos. Este hecho, así como la desaparición de varios personajes relevantes, ha provocado que, en más de una ocasión, se hayan presentado propuestas para dar por finalizado este proyecto y purgar la zona. Ha sido también por ello que se ha desarrollado una serie de protocolos para todo aquella visita que se vaya a realizar a esos sectores problemáticos. Estos mismos protocolos también indican que el edificio principal debería encontrarse custodiado siempre que alguno de los miembros de La Orden se encuentre allí realizando labores oficiales, siendo “labores oficiales” un concepto cuya interpretación ha variado a lo largo de la existencia del lugar.

Dependiendo de las filias predominantes entre los componentes del Yishin Amat, las actuaciones oficiales han sido todas aquellas llevadas a cabo por miembros de La Orden, aquellas que se hayan avisado con antelación y de acuerdo a los protocolos, o sólo aquellas que promovidas por el consejo rector. Las clases impartidas por los voluntarios, dada su cantidad, la gran rotación de sus participantes o por lo impredecible de su periodicidad y horarios, rara vez han cumplido estos dos últimos criterios, o que los propios interesados se hayan preocupado por informarse de estos cambios, o de cumplimentar la documentación necesaria para llevarlos cabo.
Aún así, ya sea de manera o no consciente por su parte, o por parte de la misma Orden, existe también un protocolo no escrito que garantiza en gran medida la seguridad de estos formadores. Dado lo reducido de su número, es normal que los distintos turnos de las guarniciones que custodian las puertas de la ciudad, como los habitantes del Ryodum Shikar cuyos asentamientos se encuentran en la ruta hasta el edificio central los conozcan y se preocupen de que terminen su camino sin incidentes.

La cantidad de métodos enseñanza que se han probado en este lugar ha sido tan diversa como los educadores que los han llevado a cabo pero, pese a todos los esfuerzos realizados, es raro que aquellos aprendices y alumnos más prometedores lleguen a aprovecharlos para salir de las zonas más marginales.
Si bien se ha llegado a dar el caso de algunos de ellos que han aprendido lo suficiente como para llegar a convertirse en maestros y perpetuar la labor de que se desarrolla en el Centro, y algunos que han llegado a formar parte de La Orden, lo más habitual es que los asistentes no sean capaces de mantener la constancia necesaria para perseverar en el aprendizaje.
Al mismo tiempo, tampoco es extraño que aquellos que despuntan no tarden en ser atraídos, cuando no directamente extraviados, para que entren a formar parte de las filas de alguna de las mafias locales. La búsqueda de perfiles muy concretos por parte de los ojeadores de estos colectivos es frecuente, y no es extraño que algunos de ellos formen parte del propio alumnado. A aquellos que dan señales de progreso en materias como las matemáticas se les ofrece la posibilidad de convertirse en contables, ya sea para el grupo al que pertenece el reclutador, para alguno de sus asociados, o para terceros. Dependiendo en gran medida de la situación social o familiar, de la ética del afectado o de nivel de indefensión, a quienes se les hace uno u otro tipo de estos ofrecimientos, suelen recibir a cambio de sus servicios una parte de las ganancias provenientes del grupo, o se le fuerza a trabajar para ellos bajo coacción.
El tipo de negocios que se llevan a cabo dentro de este sub-mundo incluye desde el tráfico de todo tipo de sustancias hasta el mismo comercio con personas.

Por otro lado, aquellos que han aprendido a leer y escribir también suelen ser gente que logra escapar de allí al ser capaces de optar a trabajos vetados hasta entonces para ellos. Por desgracia y, de la misma manera que en los casos anteriormente mencionados, esto también los convierte en material interesante para las mafias.
En este tipo de casos, ya sea de manera voluntaria o forzosa, el rol que desempeñan es distinto. Por un lado, suelen ser enviados a prestar sus servicios como criados o tutores a familias bien posicionadas, ya sea para realizar pequeños hurtos o tareas de espionaje. Por otro lado y dado que la esclavitud está prohibida dentro del territorio de Cahirn Ansay, los traficantes de personas buscan a sus clientes entre aquellos que provienen de más allá de sus fronteras. Por lo general suelen ser vendidos directamente a comerciantes o nobles de otras zonas que realizan operaciones dentro de los territorios de La Orden ya que, los acuerdos establecidos con otras naciones no impiden la entrada de esclavos acompañantes provenientes del exterior.
En estas ocasiones suelen ser utilizados como traductores y apoyo durante sus quehaceres. Ante todo esto, y a pesar de las constantes denuncias de voluntarios y familiares, el Yishin Amat no ha llegado a realizar ninguna actuación punitiva exitosa.
Sí que se han llevado a cabo investigaciones e intentos de desmantelar estas organizaciones, pero lo intrincado de la relación de los cabecillas de las mismas con algunas familiar influyentes de Cahirn Ansay, cuando no directamente con ciertos altos cargos de la ciudad o de la misma Orden, siempre han condenado a estas intentonas al fracaso.
Por otro lado, a pesar de que no es complicado el descubrir la nacionalidad y las condiciones de estas personas, no resulta tan sencillo el demostrar que su venta se realizó dentro de Cahirn Ansay, en cuyo caso el contrato se consideraría inválido y el esclavo sería liberado y compensado por su antiguo señor.

Lo dispar de su actividad, al igual que las continuas disputas por mantener las parcelas de poder de las que disfrutan dentro de las distintas órdenes, han perseguido a los Formadores a lo largo de toda su existencia de esta última encarnación. Aún así, tanto dentro de Cahirn Ansay como en sus sedes remotas, de manera paulatina, han ido asumiendo nuevas funciones a la par que han logrado consilidar las que ya tenían, limpiando de esta manera la maltrecha imagen que dejaron algunos de sus antecesores.

Más allá de la capital, y de manera independiente a las directrices marcadas desde ella, los temarios impartidos en las universidades que se encuentran alejadas de este núcleo central son adaptadas a los contextos culturales de cada lugar en el que se encuentran ubicadas. Esta labor, realizada en gran medida de manera autónoma por parte de las rectores de las universidades, cuando no directamente por los profesores locales, ha sido la fuente de una gran cantidad de destituciones y sanciones en distintos niveles de la cadena de mando.

A lo largo de este último siglo, de la misma manera en la que ha ido incrementado y cimentando su reputación, también se han ido expandiendo sus funciones y el espectro que abarca su campo de acción. Allí donde sus primera iteraciones se limitaron a ser meras aglutinadoras del conocimiento del resto de organismos de La Orden, donde los formadores terminaron por convertirse en simples funcionarios anónimos sin capacidad real de opinar acerca del qué enseñaban o el cómo iban a desempeñar su función, han pasado a ocupar posiciones de poder y responsabilidad no sólo en el interior de la organización, sino también dentro de la toma de decisiones en diversas naciones.

Su presencia dentro de todas las órdenes no se limita a recopilar la información a ser transmitida, sino que también la cataloga de acuerdo a su fiabilidad, separando aquellos datos que componían el conocimiento preexistente en hechos demostrados, teorías y errores ya superados. Donde antaño carecían de voz o voto en la manera en la que se relacionaban con el resto de cuerpos, ahora forman una parte primordial e integral de los mismos. Al contrario que sucede con la implicación de los Pensadores y los Censores, quienes aportar las perspectivas morales y éticas desde la lejanía, la naturaleza transversal de los Formadores aporta una visión más global y contextualizadora sobre los nuevos descubrimientos.
Es quizás en esta cuestión concreta donde más chocan con sus compañeros. A pesar de la multitud de ocasiones en las que se han tratado de implementar, no se ha logrado dar como una serie de mecanismos capaces de evitar los sesgos, las incoherencias y contradicciones que se puedan dar entre los descubrimientos. Cuando se trata de áreas de estudio con componentes tocantes a distintas órdenes, no es extraño que se den respuestas contradictorias a diferentes aspectos parciales de las mismas preguntas. Este tipo de discrepancias no acostumbran a salir a la luz hasta que alguien externo a ambas trata de contrastar los datos con lo que, a partir de ese momento, todo lo construido sobre esas premisas pasa a ser puesto en duda. El surgimiento de profecías autocumplidas diseñadas para dar la apariencia de una solución o que esta satisfaga a otros intereses, al igual que la visión de túnel que acostumbran a tener los investigadores, ha llegado a desvirtuar, cuando no directamente destruir, algunos pilares considerados como básicos alrededor de los cuales se había continuado trabajando durante décadas, cuando no directamente siglos.

El desenmascaramiento de este tipo de errores es una competencia de cada una de las órdenes pero, con la introducción de los Formadores dentro de las mismas, han sido ellos en el momento de la elaboración de sus textos quienes, a lo largo de sus tareas de verificación de los resultados de estas investigaciones, han sacado a la luz una gran cantidad de ellos. De cualquier manera, este tipo de situaciones no siempre se han manejado de una manera ortodoxa. Cuando se han llevado a cabo estas actuaciones, la respuesta de las órdenes afectadas, incluso en aquellas ocasiones en las que quienes emitieron aquellos resultados murieron siglos atrás, rara vez ha sido de reconocimiento o aceptación. Por el contrario, en una gran cantidad de ellas, las acusaciones contra los investigadores en concreto, la cúpula de los Formadores en general, o los mismos dirigentes del Yishin Amat en su conjunto de tener una agenda oculta, ya sea contra los resultados de la materia estudiada, el investigador que la llevaba a cabo, su equipo, o el cuerpo al que pertenecen, ha acostumbrado a ser la primera respuesta.
La ausencia de unos mecanismos adecuados para determinar la veracidad de unos u otros argumentos, así como la complejidad e implicaciones de los mismos, ha terminado por llevar a más de uno de ellos a ser investigados judicialmente. Como resultado de esto, las investigaciones llevadas a cabo para solventar estas discrepancias han deparado sorpresas de todo tipo. Ni las sentencias, ni los criterios en los que se han basado estas acostumbran a ser uniformes.
Dependiendo de la materia tratada, no sólo se han producido protestas, ceses de altos cargos y abandonos de otros miembros de La Orden como consecuencia de estas investigaciones, sino que también se han llegado a producir desapariciones de alguno de los implicados. En alguna ocasión incluso los miembros de los Juristas designados para su dictamen se han inhibido de emitir una sentencia sobre las mismas. Si bien este tipos de casos tan extremos han sido raros, y los temas que trataban han alcanzado casi estatus de dogmas, esto no ha impedido de otros los hayan tratado de retomar con posterioridad, en ocasiones obteniendo un resultado distinto.

En aquellas ocasiones en los que los temas son menos delicados tampoco ha existido una metodología única para su sobre la que basar su investigación y solución. De cualquier manera, y al igual que ha sucedido con las anteriormente mencionadas, tanto las razones que han hecho salir a la luz estas desavenencias, como las sentencias que se han dictado tampoco han estado exentas de sorpresas e implicaciones inesperadas. El lado hacia el que se ha decantado cada una de ellas también ha sido igualmente dispar, siendo sólo en ocasiones favorable a las tesis de los Formadores.
En aquellos casos en los que se ha demostrado la equivocación de estos, ya sea por un error en sus razonamientos, por una duda razonable entre los argumentos de las distintas partes, por la demostración de la existencia real de una animadversión entre los afectados, o por la presencia de unos intereses de terceros, esto ha supuesto un varapalo significativo para la reputación de los formadores en su conjunto. Por esta razón este tipo de situaciones se llevan con menor asiduidad hasta el extremo de que tengan que ser dilucidados por los juristas y se trata de hacer lo posible por revolverlos de manera interna.
Esto último no es óbice para que, en los anales de los Formadores y otras órdenes, se conserven casos cuyo resultado no haya sido satisfactorio. Acumulándose en ellos, a la espera de encontrar un clima político más propicio para sacarlos de nuevo a la luz, se pueden encontrar una gran cantidad material capaz de poner al Yishin Amat en una posición muy delicada de ser filtrado al exterior.

Con todo esto, el lograr hacerse con el estatus de líder de los Formadores se ha convertido en una ambición tan ansiada como peliaguda. Por más que su misión “oficial”, aquella que se desarrolla más allá de estos ámbitos puramente académicos, consiste en instruir a los nuevos miembros de cada organismo en el que se encontraban englobados, al mismo tiempo, y como una herencia de su segunda encarnación que no han desatendido, también han pasado a convertirse en los tutores y guías de varias generaciones de gobernantes de diversas naciones con la que mantiene contacto La Orden.
Este incremento de su cuota de poder no ha pasado de manera inadvertida para quienes se encuentran sumidos en esa lucha por la influencia y los recursos, al igual que por aquellos que quieren consideran este aspecto de los Formadores como una amenaza a sus aspiraciones.
Si bien esta última facción es menor en cuanto a su número, la visibilidad de sus acciones se deja notar a todos los niveles. Al igual que en el resto de órdenes, dentro de los Formadores también se encuentran inconformistas que, a través de sus enseñanzas, lecciones y mensajes han logrado plantar la semilla de la que han surgido disidentes y revolucionarios.
Ante esta clase de hechos, la posición oficial de La Orden, por más que hayan colaborado de manera activa en más de una de ellas, siempre ha sido la de negar cualquier participación, relación o simpatía hacia las mismas.
Cuando así ha sido requerido desde el exterior, las investigaciones iniciadas para esclarecer estos asuntos siempre se realizan a dos niveles. En algunos casos concretos, cuando las altas instancias en su conjunto han sido las impulsoras de estas acciones, se han llegado a diseñar una serie de protocolos encargados de crear una mascarada de cara a los observadores. Una investigación falsa que, a la par que ha destruido todo documento que les pueda implicar, ha desviado sus miradas hacia un falso culpable previamente pactado.
Aún cuando no ha existido una participación activa del Yishin Amat la precaución también es extrema, y la transparencia en sus métodos y descubrimientos siempre es fingida. Mientras se realiza la búsqueda de los responsables reales, todo aquello que pueda indicar una negligencia notoria por su parte en la cadena de sucesos que ha provocado el suceso es minimizado.

De cualquier manera, estos mecanismos no son perfectos, y los observadores internacionales tampoco se limitan a esperar la llegada de la información que se les proporciona. No están allí únicamente para buscar la verdad, sino que también suelen tratar de hacerse con datos y herramientas con los que sus naciones puedan ejercer presión sobre La Orden.
A todos los efectos, el descubrimiento de una participación de la cúpula de La Orden, o los simples indicios de que esto haya podido ser así en cualquier acción que suponga un cambio en el estatus quo, significaría una ruptura de los acuerdos que posee a nivel internacional. Incluso en los casos en los que se ha demostrado que se cumplieron todos los acuerdos, esto no ha garantizado que la presión sobre ellos haya disminuido.
En aquellas ocasiones en las que se ha llegado a demostrar este tipo de relaciones, ya sea de manera directa, por inacción o negligencia, entre algún miembro del Yishin Amat y una actividad que contraviene a los acuerdos internacionales, la reacción desde Cahirn Ansay no se ha hecho esperar. Los protocolos de actuación internos que se han desarrollado para responder ante estos eventos son claros, fulminantes y tienen el único propósito de limitar el impacto a gran escala.
A través de ellos el Yishin Amat se ve forzado a buscar una víctima propiciatoria que sacrificar de entre sus filas. Dependiendo de la gravedad de la acusación, el cargo de la persona seleccionada puede varias desde el responsable directo de la persona que ha cometido la infracción hasta el líder del cuerpo al que pertenece. Si la persona señalada por las investigaciones externas es uno de los miembros del Yishin Amat, el riesgo que se asume con esta acusación es aún mayor.
En esta última situación en la que el chivo expiatorio tiene que ser uno de los miembros del consejo rector, se plantean dos actuaciones posibles que poco tienen que ver con la acusación en sí misma.
El protocolo oficial sólo se cumple de manera estricta en un único caso; si el Oxiarca ha actuado de manera autónoma y carece de información con la que pueda amenazar a sus compañeros o a la estabilidad de La Orden. Caso contrario, tras la expulsión deshonrosa realizada de manera pública, esta persona pasa a formar parte del Bryn Corgost; un organismo que no existe en los libros y cuya membersía garantiza una cómoda jubilación.
Al igual que sucede en toda gran organización, mantener en secreto la existencia de algo así es imposible por lo que, cada vez que se ha descubierto y hecho pública la existencia de las entidades que han precedido al Bryn Corgost, el escándalo no se ha hecho esperar. Para que La Orden recupera la confianza internacional tras cada una de estas ocasiones, ha sido requerida la renuncia del Omniarca a su puesto, la disolución de ese cuerpo y la imposición de una junta supervisora temporal gestionada por los gobiernos de las naciones aliadas.

Esto no ha evitado que, con el transcurrir del tiempo, las mismas dinámicas se hayan vuelto a instaurar de acuerdo a los intereses y ambiciones de los nuevos equipos de dirección. Por más que La Orden se escude en su neutralidad en los asuntos de política exterior a la hora de defender su autonomía, estas afirmaciones e intenciones rara vez se han mantenido intactas.
Tanto en el caso concreto de los Formadores como en el de los Pensadores, más de uno de sus Omniarcas han asumido y entendido sus respectivas ciencias como las únicas herramienta bélicas admisibles que se encuentran dentro de los campos de estudio de La Orden.

Desde el exterior, se ha acusado a los Formadores de ser la herramienta adoctrinadora de La Orden y, en momentos de tensiones políticas, se ha vigilado su labor en las sedes remotas con gran detenimiento. Si bien es cierto que tanto los Pensadores como ellos han sido de una manera más o menos directa o intencionada los iniciadores de diversos movimientos contraculturales, estos rara vez han venido impulsados por las altas instancias de la organización, quienes han optado de manera general por la utilización de otros medios más controlables para llevar a cabo su visión. De la misma manera, y dada la gran autonomía que granjea la distancia de la capital, sus acciones rara vez han contado con la participación o la aprobación de su mismo Rector.

En la actualidad este organismos, pese a carecer de un único área a la que dedicar la totalidad de sus esfuerzos, centra su atención de manera prioritaria en las que considera sus dos grandes misiones principales.
En su vertiente teórica, sus miembros son los encargados de estudiar, analizar y diseccionar las maneras en las que se puede y se debe transmitir el conocimiento. Esta facción trabaja de manera muy cercana junto a los Pensadores. No sólo se trabaja alrededor del diseño de los métodos más óptimos para realizar esta tarea de una manera aséptica, sino que también valoran las implicaciones morales de lo que se enseña, así como el mensaje global que se quiere transmitir a través de sus lecciones.

En su rama pragmática se encuentran el grueso de sus miembros. Tanto los educadores como quienes cumplen la labor de formarles y prepararles para ejercer esta tarea. Mientras que los primeros tienen un rol muy concreto, los segundos, pese a encontrarse en una zona intermedia entre ambas ramas, oficialmente pertenecen a esta última.

De la misma manera que sucede en el resto de órdenes, pese a que su labor sobre el papel está perfectamente acotada y delimitada, esto no logra evitar una cierta retroalimentación entre estos dos cuerpos. Así pues, la frontera que separa la labor de todas ellas no es algo estático, sino que se diluye y entremezcla desplazando los límites que delimitan esta frontera en ambos sentidos. Aunque jerárquicamente y sobre el papel, los teóricos gozan de una capacidad decisoria superior, sus decisiones no son acatadas de manera automática por los pragmáticos. Más allá de que dentro de su reglamento interno no exista ningún mecanismo oficial a través del que puedan modificar las normas dictadas por los teóricos, las maneras a través de las que pueden hacer presión los pragmáticos, desde la simple desobediencia, hasta la paralización total de su actividad, hacen que la voz de quienes se hayan en la capital sea escuchada con claridad.

Mientras que los primeros carecen del número de miembros necesarios para auditar cómo se llevan a cabo sus instrucciones en Cahirn Ansay, y mucho menos en las sedes remotas, y los segundos se aprovechan de esto como herramienta pare negociar, la libertad y autonomía de la que gozan estos es considerable. Si bien no existe un equilibrio formal en cuanto al poder de decisión de cada uno de ellos, sí que existe un acuerdo tácito de colaboración y comprensión mutua.
Para que funcione este acuerdo es imprescindible la confianza y la comunicación entre ambas ramas, y para que existe esta es necesaria una situación de igualdad forjada a partir de una conversación constante entre sus interlocutores. Los teóricos tienen el compromiso de estudiar toda propuesta de quienes se encuentran trabajando sobre el terreno, mientras que los segundos han aceptado el no llevar a cabo acciones que puedan llevar al descrédito de los teóricos.
Pese a este acuerdo, el equilibrio entre ambos cuerpos es complicado. Toda directriz puede ser sometida a una cantidad tan elevada de interpretaciones como educadores hay dentro de los Formadores. Aparte de esto, cuanto más remota es la sede, y más reducido es el grupo de educadores, más probabilidad existe de que se produzca un distanciamiento de la línea oficial. No sólo por la propia independencia de sus miembros, sino por el mismo retardo que implica en las comunicaciones.

Más allá de las marcadas diferencias existentes entre los dos grandes bloques de los Formadores, la situación no es más sencilla cuando se mira dentro de cada uno de ellos. De manera independiente a las luchas por el poder dentro de sus propias filas o en el gran esquema de La Orden, la disparidad de criterios a la hora de cómo acometer su misión es tan diversa como la que se puede encontrar dentro de los Pensadores.
Tanto en la rama teórica como en la pragmática, siempre ha estado muy marcada de una manera casi insalvable la línea divisoria que separa a quienes tienden hacia una visión mercantilista de su labor y los defensores de su vertiente mas humanista. Aquellos cuyo objetivo principal es el de aportar más dinero a las arcas de La Orden o las suyas propias, y quienes piden más dinero para poder hacer que el conocimiento llegue a ser algo comunal. Pese a existir acuerdos y compromisos entre ambas visiones, y un crisol casi infinito de ilimitado de matices y acercamientos intermedios, algunas de sus diferencias continúan siendo irreconciliables.

De existir una línea física que separase ambas posturas y acuerdos, esta sería la frontera de Cahrn Ansay. La lucha política que se celebra entre sus muros la convierte en un foco de atracción para todo aquel con aspiraciones de cualquier tipo, mientras que las sedes remotas acostumbran a ser el destino de los más voluntariosos. La única excepción a esta máxima serían la dirección de las universidades, cuyos puestos de mando suelen ser una recompensa a los servicios prestados o, dependiendo su ubicación, una manera de tener alejaros de la lucha política a los más ambiciosos.
Por otro lado, a pesar de los acuerdos tácitos, nunca ha faltado una notoria cantidad de voluntarios y formadores que desafían las directrices marcadas desde Cahirn Ansay dentro de la rama pragmática. Entre quienes eligen como destino alguna de las zonas menos favorecidas, no es extraño que se traten de llevar a cabo iniciativas similares a la del Ryodum Shikar. Si bien la existencia de estas traslaciones depende en gran medida de los gobiernos locales, cuando se carece de el apoyo institucional, este tipo de iniciativas han llegado a estar gestionadas por entero por las comunidades locales y aquellos Formadores que ofrecen sus servicios de manera voluntaria tras terminar con sus obligaciones diarias en las universidades. En este tipo de escenarios las condiciones en las que se trabaja no sólo pueden llegar a ser mínimas, sino que se han producido casos en los que estas han tenido que realizarse en la clandestinidad, en ocasiones tanto lejos de la mirada de los gobiernos como la de sus superiores jerárquicos en la universidad.

La diversidad de los emplazamientos en los que se llevan a cabo estas labores voluntarias dependen en gran medida de la situación económica global de la zona, y de los recursos de los habitantes de la misma a la que vayan destinados. De acuerdo a estos criterios, de la misma manera que se han llegado a rehabilitar edificios más allá de los límites de sus universidades para la creación de estas pequeñas escuelas, en otros lugares estas reuniones son emplazadas en graneros, cementerios, catacumbas o recintos dedicados a las artes escénicas en las épocas en las que no se está representando ninguna obra.
Más allá de la situación del territorio o la atención que susciten estas iniciativas en los gobiernos locales, su existencia y viabilidad también depende casi por completo de los intereses o la permisividad de la persona que se encuentre dirigiendo la sede en la que trabajan estos formadores.
El hecho de que en Cahirn Ansay exista un lugar como el Ryodum Shikar, no implica que exista una predisposición oficial para soportar iniciativas similares fuera de sus fronteras. Por más que los principios que defendía Ilya Rishdaseva cimentasen el renacimiento de los Formadores, esto no conlleva su necesaria aceptación por parte de todos sus miembros.
Con el paso del tiempo, y los problemas que han generado este tipo de actividades en otros lugares, si no existe una aceptación oficial por parte de los dirigentes locales, es raro que los rectores de las universidades permitan su establecimiento o que, caso de no estar en contra, reconozcan o defiendan oficialmente su existencia ante una demanda.

Este tipo de actividades rara vez favorecen el crecimiento político de los rectores sino que, muy al contrario, acostumbran a ser una fuente de incidentes desfavorables. Así pues, la ambición personal del gestor de la universidad es uno de los factores claves a la hora de determinar el estatus que tendrán estas iniciativas, los recursos de los que dispondrán, y la protección con la que podrán contar sus integrantes.
Más allá de el estatus oficial que puedan llegar a tener los proyectos de este estilo, si supervivencia depende enteramente del equilibro existente entre estos elementos. De la misma manera en la que se han dado casos en los que estas actividades, a pesar de ser llevadas de manera clandestina, han estado auspiciadas desde Cahirn Ansay para la consecución de orto tipo de fines, también se han dado casos en los que la situación a sido justamente la opuesta; iniciativas visibles, auspiciadas por las autoridades locales en conjunción con la rectoría de alguna de las universidades, cuya actividad ha sido boicoteada desde la sede central.
Factores como el espectro educativo que han abarcado, al igual que la ideología adoptada o los métodos usados para llevarlos a cabo han llegado a marcar su destino cuando se ha producido un cambio en cualquiera de los estamentos que se encuentran en el poder. Sus componentes han pasado de héroes a villanos y viceversa por las razones más variadas.
De manera independiente a la autonomía, visibilidad o clandestinidad de estas iniciativas, de existir un factor común entre todas ellas este ha sido siempre el de la implicación de sus componentes con su tarea. Esto no implica que no exista discusión entre quienes forman parte de ellas, sino que estas rara vez vienen motivadas por la ambición personal, sino por las distintas maneras que tiene cada uno de ellos de entender su tarea. De la misma manera, estos motivos, en ocasiones totalmente arbitrarios, también han sido los artífices de la caída de alguna de estas iniciativas.

Más allá del conocimiento o aprobación de su existencia que exista por parte de los responsables de La Orden o las autoridades locales, la situación socio-política existente con las naciones vecinas, al igual que la ideología predominante en cada lugar y cada momento, también ha condicionado su supervivencia. La posibilidad de que estas iniciativas o las ideas que propugnan puedan expandirse hasta sus territorios no suelen ser bien recibidas.
Dependiendo de la distancia de la frontera en las que se encuentren las provincias en las que se realicen estas actividades, se han llegado a reforzar la seguridad en las mismas para evitar el paso de gente entre los distintos reinos. De la misma manera, aunque generalmente de manera no oficial, también se han realizado asaltos a estos lugares auspiciados por sus mandatarios.
Por más limitadas que puedan ser las relaciones de estos países con La Orden, la posibilidad de que estas se vean afectadas por la existencia de estas iniciativas o de las mismas universidades, ha provocado que, en más de una ocasión se disuelvan, o que la misma universidad se vea trasladada hasta alguna de las provincias del interior. De la misma manera, también se han realizado actos públicos de sanción contra formadores por sus acciones, entre las que se han incluido expulsiones de altos cargos, ante acusaciones de traspaso de sus fronteras o de llevar a cabo actividades ilegales en sus territorios. Siendo como son acciones meramente políticas, rara vez ha sido necesario que el acusador haya demostrado la culpabilidad de los acusados.

Una vez que este cuerpo comenzó a obtener una cierta estabilidad, y que sus resultados fueron constrastables, la evolución en las funciones de los Formadores a lo largo del tiempo no se han detenido nunca.
Por más reticencias, presiones e intentos por frenar su paso firme por parte del resto de las órdenes, su ubicación dentro de los engranajes troncales de la organización ha sido imparable. Al mismo tiempo, la centralización de las tareas que desempeñan sus componentes, más allá de los resultados obtenidos, han supuesto un ahorro significativo para los presupuestos de La Orden. El hecho de que sus integrantes abarquen de manera centralizada todo el espectro de materias de La Orden ha supuesto el desmantelamiento de los cuerpos que cumplían este tipo de funciones dentro de cada una de las órdenes. Aparte de esto, y de manera independiente a las materias de las que se trate, tanto el marco teórico que define el qué es y debe ser la educación, como los medios a utilizar para impartirla ha terminado por convertirse en la fuente de una gran cantidad de encontronazos con el resto de cuerpos. El enfoque teórico de esta tarea, al contrario de lo que sucedía cuando estas labores se encontraban encomendadas a grupos internos de cada una de ellas, adapta un enfoque muy flexible enormemente dependiente del contexto socio cultural de cada territorio en el que se vaya a impartir.
Mientras que con los iniciados de La Orden se adopta un enfoque mucho más estricto y uniforme de manera independiente del origen del candidato, en los territorios ajenos a la capital se trata de adaptar tanto las materias como las técnicas para impartirlas a la situación dentro de los territorios en los que se encuentra consolidado. Pese a que el grueso de quienes realizan las labores teóricas se encuentran en Cahirn Ansay, algunos de ellos también suelen encontrarse destinados en otras universidades. Su tarea en estos entornos con una clara predominancia de la rama pragmática, no se limita únicamente a asegurarse de que las directrices marcadas desde la capital se respeten, o al reporte de las irregularidades en su aplicación, sino que también abarca el estudio de las escuelas locales y la valoración de sus métodos de cara a una posible inclusión de los mismos dentro de los procesos de los Formadores.
Dentro de la dinámica de conflictos habitual con los Formadores estas no excluyen a las críticas procedentes desde sus propias filas. Estas desavenencias no sólo provienen de malentendidos, sino que su origen suele encontrarse en discrepancias de base. El hecho de que este enfrentamiento suela predominar entre las dos ramas de esta orden provocó que dentro de sus estatutos se incluyesen mecanismos para tratar de atajarlos. Anualmente tienen lugar diversas reuniones entre los vocales de ambos grupos para tratar de acercar posturas y corregir los errores y deficiencias que unos han detectado en los otros. Estas reuniones también suelen ser seguidas con detenimiento por el resto de órdenes ya que, de las decisiones que se tomen en ellas, pueden llegar a salir cambios que pueden llegar a afectarles.

La transversalidad de los Formadores ha sido otra de las causas de multitud de disputas con el resto de órdenes. La libertad de cátedra de la que disfrutan tras su refundación ha sido un tema ampliamente debatido dentro del Yishin Amat ante las demandas constantes del resto de Oxiarcas, y un privilegio que, si bien ha sido matizado y recortado en dos momentos puntuales, ha estado cerca de ser revocado en más de una ocasión por motivos puramente políticos.

La escala que han llegado a alcanzar los niveles de presión por parte del resto de cuerpos ha llevado que, a día de hoy, él único medio formal de interacción del que disponen el resto de las órdenes a la hora de tratar con ellos sea a través de los Formadores que se encuentran destinados en el interior de cada una de ellas. Incluso a este nivel, sus capacidad de acción y mediación también se encuentra muy limitada. Los Formadores con los que se tienen estas conversaciones tan sólo tienen potestad para hacer acopio de las peticiones que se les hacen, y aportarlas ante sus responsables directos.

A partir de estos documentos y de la información que recopilan acerca de los nuevos descubrimientos llevados a cabo en sus respectivos campo de estudio, correcciones sobre la documentación ya existente, o su valoración subjetiva acerca de las áreas cuya formalización se debería priorizar, se generan los informes remitidos hasta los teóricos para su valoración.
Con la suma de la información contenida en todos estos informes, es tarea del consejo rector de los Formadores dictaminar a cuáles se dedicarán los recursos de los que disponen. Tanto los recursos económicos como los de personal dedicados a la realización el análisis, interpretación y desglose de estos informes para la elaboración de los nuevos planes de estudios son insuficientes, y esta ha sido una reclamación histórica que ha sido remitida en contadas ocasiones al Yishin Amat.
Dada esta situación, tanto los Formadores que remiten esta información, como sus interlocutores de las órdenes, son consciente de que, en cualquiera de estos casos, ninguna de estas indicaciones garantiza que se vaya a producir ningún cambio en el currículo, lo único que se garantiza es una respuesta dentro de un plazo concreto.
Este protocolo no sólo causa la frustración de quienes tratan de interceder ante ellos, sino que también es una de las principales fuentes de críticas por parte de los miembros de los Formadores que trabajan de manera cercana a cada uno de estos cuerpos. Para tratar de evitar esta situación, se estableció un protocolo por el que estos puestos son rotatorios con la esperanza de evitar, no sólo un exceso de cercanía que pueda afectar a su imparcialidad y su capacidad como mediadores, sino también el disminuir la presión contra los teóricos que proviene desde el interior de su propia orden.

La solicitud que se suele recibir con mayor frecuencia por parte de casi todas las órdenes, siempre en lo referente a la preparación de quienes van a incorporarse a cada una de ellas, es la de el establecimiento de un mayor nivel de especialización. Se considera que la formación que se da a los iniciados es demasiado generalista, y que el retraso en su incorporación que implica el periodo de aprendizaje apenas aporta nada de utilidad para las labores que van a desempeñar allí.
Atendiendo a estas peticiones se han creado diversos proyectos destinados a tratar de cumplir los requerimientos que se les solicitan, pidiendo a cambio que sea alguno de los especialistas de cada orden quien se encargue de la formación. Ninguno de estos proyectos ha conseguido llegar a buen término, ya sea por la negativa de las órdenes a dedicar a alguien en exclusiva para esa labor, por la incapacidad o falta de experiencia de quienes han tratado de llevar a cabo la formación, o por la falta de comunicación a la hora de establecer un plan de estudios previo coherente con la materia que dará cada uno de los especialistas.

Esta desigualdad en los presupuestos viene dada por motivos puramente cuantitativos. El grueso de su presupuesto se encuentra dedicado en el primer grupo de trabajadores quienes, aparte de la recopilación de esta información, también son los responsables de llevar a cabo la formación de los nuevos miembros de La Orden en todas sus ramas.

Más allá de estas reclamaciones llevadas a cabo de manera exclusiva dentro de Cahirn Ansay, la crítica que reciben con mayor frecuencia sus miembros en el exterior están relacionadas con el acercamiento que tienen hacia la misma educación, o con algunas de las actividades extracurriculares que pueden llegar a llevan a cabo sus miembros. En lugares como Goord, actividades como puedan ser ciertos tipos de enseñanzas filosóficas, o la formación teológica que puedan diferir de la visión oficial siempre han generado una gran controversia. Si bien en años recientes las medidas del gobierno de la teología se han suavizado, limitándose a castigar con la deportación a quienes las incumplen, en el pasado los castigos fueron mucho más severos.
Ante la pasividad de Cahirn Ansay ante estas acciones, no ha sido raro escuchar acusaciones contra los dirigentes de los Formadores en particular, y la misma Orden en general, de colaboracionismo con la censura y traición a los mismos principios sobre los que se creó. Por más estricto que pueda ser el reglamento interno de La Orden, su interpretación y aplicación se hace más diversa y difusa cuanto más se aleja uno de la capital. Así pues, de la misma manera que sucede con las actividades voluntarias en otros lugares, tanto la aplicación de este reglamento en los casos más extremos, como el informe que se reporte hasta la capital detallando la situación, depende enormemente de los criterios del responsable de la universidad. Si bien en los casos que han terminado con la deportación de alguno de sus miembros el detalle del suceso desencadentnte de todo se ha podido suavizar, cuando las penas han sido más graves y ha existido el riesgo de un incidente internacional se tiene a ser menos laxo en su aplicación.

No todas las recriminaciones que reciben los Formadores tienen una relación directa con la manera en la que se entienden y aplican el concepto de la educación dentro de sus filas, o acerca de cómo ha este ha ido evolucionando durante el tiempo en el que se han ocupado de su gestión. Una parte nada despreciable de las críticas que recibe su parte teórica trascienden a esta materia concreta, para entrar en el terreno de las acusaciones contra ellos ligadas a un abanico mucho más amplio temáticas. Estas abarcan desde la misma manera en la que ha ido evolucionando su acercamiento hacia la parte práctica de su tarea, hasta las distintas formas en la que han llegado interpretar esta labor y las pretensiones que han tenido de cara a cómo los demás deberían entenderla.
De manera independiente a la fuente de procedencia de estas críticas, ya haya sido desde dentro de los mismos Formadores, desde el resto de las órdenes, o desde más allá de Cahirn Ansay, al igual que sucede en el caso de los Pensadores, la manera en la que su labor se entrelaza con todos los estratos de la sociedad los ha convertido en uno de los blancos más visibles a la hora del establecimiento de algún ataque contra La Orden.

Por otro lado, su aspiración por alcanzar lo que han entendido en cada momento como la “visión ideal” de lo que debería ser la enseñanza también ha sido uno de los focos de las criticas. Mientras que, por un lado, sus sectores más pragmáticos han considerarla históricamente esta idea como algo inocente, utópico, excesivamente filosófico e irrealizable en el mundo real, al mismo tiempo, desde ciertos sectores de los Pensadores les han achacado el poseer una visión simplista y casi infantil. Mientras tanto, los distintos gobiernos que no han coincidido con estas visiones los han calificado de reaccionarios y peligrosos y, por último, otras la han considerado insuficiente.

A pesar de todo esto, de lo que no no existen dudas en la actualidad, independientemente de críticas, matizaciones y disparidad de opiniones a la hora de valorar el desempeño de su labor, es acerca de la necesidad de un organismo que goce de una cierta independencia a la hora de desempeñar estas funciones. Cada bloque interno y organismo externo tiene sus propias propuestas a este respecto, algunas totalmente rupturistas y otras más conservadoras, pero lo que a todas luces ya nadie pone en duda es acerca de la importancia de su misión y el impacto que pueden llegar a tener sus decisiones. Es por esto que el escrutinio al que se les somete desde todos los estamentos en los que se encuentra tan profundamente ligada es tal que cualquier error cometido por sus miembros se ve rápidamente magnificado de una manera acorde a los intereses de quien lo ha desvelado.
Cada paso que recorre su consejo rector en su camino hacia el diseñar y establecimiento de un método formativo homogéneo y optimo para la enseñanza de cualquier tipo de materia, independientemente de su complejidad o del estado de desarrollo en el que se encuentre su investigación, se encuentra fuertemente auditado y plagado de trabas a todos los niveles.
Otro de los grandes problemas con los que se encuentra este organismo es la dificultad para comprender, estar al día y adaptarse al ritmo que impone cada una de sus órdenes hermanas. Mientras que unas pueden tardar siglos en realizar avances significativos en sus respectivos campos, otras no sólo llevan a cabo nuevos descubrimientos con frecuencia sino que, en muchas ocasiones, invalidan completamente datos que se tomaban hasta entonces como hechos demostrados más allá de toda duda. Con la llegada de cada uno de estos nuevos descubrimientos o correcciones, estas órdenes esperan que estos sean incorporados de manera automática en el currículo de los Formadores, pero dada la complejidad de las tareas de documentación a este respecto, las aclaraciones que son solicitadas de cara a validar los nuevos datos por quienes se encuentran entre ellos, y el tiempo que requiere cada una de estas acciones en ser realizadas, en una cantidad significativa de ocasiones este proceso ni siquiera llega a iniciarse. Cada nuevo paso que se añade a la cadena de verificación suele ser interpretadas por los interesados como una pérdida de tiempo y una falta de respeto hacia su trabajo.

Si la relación entre los interlocutores y los investigadores es compleja, la que existe entre el consejo rector y el resto de los Oxiarcas tampoco es sencilla. Para el establecimiento de cualquier nuevo acuerdo, de manera previa a las reuniones entre los líderes de los distintos cuerpos, sus peticiones tienen que ser detalladas y presentadas con adelantado para un estudio previo, Pese a ir dirigidas de manera general hacia su homólogo en los Formadores, casi siempre son respondidas por sus cargos intermedios que se ocupa de ese campo concreto pidiendo información adicional.
Dadas las exigencias que siempre acompañan a la relación del Rector con otros Oxiarcas, estas rara vez suele producirse fuera de las reuniones del Yishin Amat, o en encuentros fortuitos de los pasillos de Cahirn Ansay. De la misma manera, sus subalternos han desarrollado una metodología similar a la hora de relacionarse de manera oficial con el resto de organismos, lo que sólo ha servido para crearles una reputación de excesivamente burocráticos y soberbios.
Esta burocratización en sus relaciones con el resto de organismos y el mundo científico en general, así como la incomodidad que genera en todos aquellos que tratan de sortearla, es a su vez otro de los causantes de una gran cantidad de críticas a nivel interno. Con el paso del tiempo, la incorporación de nuevas materias se ha convertido en un proceso cada vez más raro y complejo, lo que ha llevado a que esta deficiencia haya llegado a convertirse en una de las preocupaciones principales de diversos Rectores.

El fin para todos estos procesos es claro, y es uno que de manera paulatina se ha ido logrando. Más allá de la mera transmisión acrítica de datos, y de acuerdo a cómo han ido evolucionando las funciones de los Formadores a lo largo del tiempo, al contrario de la manera en la que se planteaba la educación antes de su fundación, la propagación del pensamiento crítico, la duda razonada y el método científico han logrado situarse como algunas de las piezas fundamentales sobre las que se ha establecido su labor.
De acuerdo a estos principios, las materias que se imparten deben estar basadas en datos objetivos y evitar la especulación, la superstición y el pensamiento mágico. De la misma manera que se espera del resto de órdenes, su hoja de ruta nunca debe limitarse a la preservación del conocimiento actual, sino a atravesar las barreras que lo limitan. De este modo, se aspira a que todo aquel dato cuya veracidad se encuentre bajo duda, sea transmitido como tal; como una teoría o una especulación a contrastar.
Antes de que cualquier nuevo campo de estudio sea admitido dentro de su currrículo, este debe cumplir una serie de requerimientos que, paradójicamente, toda materia cuyo estudia haya comenzado de manera reciente rara vez posee la madurez suficiente como para ser capaz de satisfacer.
Llegar hasta este nivel de madurez que exigen los requerimientos de los Formadores para la inclusión de cualquier tipo de conocimiento, no sólo es una cuestión de tiempo, esfuerzo y resultados, sino también de unas dotes de comunicación considerables. Concretarla de una manera que se adecue a los patrones que estos exigen también requiere de un conocimiento exhaustivo de sus protocolos internos.

Asimismo, el cumplimiento de los criterios, formalismos, condicionantes y exigencias que se imponen ellos mismos, resulta a su vez una barrera en ocasiones harto complicada de superar por parte de sus miembros ante la diversidad de los contextos sociales y culturales con las que se relacionan. Lugares con una fragmentación como la existente a todos los niveles en países como Rearem y sus provincias, con las limitaciones e imposiciones marcadas por el gobierno de Goord o que ya poseen organismos homólogos existentes cuyas competencias colisionan con las de los Formadores, con son los casos de Menetia o Salira, convierten a la misión de diseñar unos protocolos únicos para todos ellos, o el simple hecho de buscar un acercamiento, por más flexible que se pretenda que sea este, válido para todas ellas en una tarea casi imposible.

Para alcanzar sus aspiraciones, el actual Oxiarca, el baerni Denyaqu Vislag (Bayshin, Baern 710), no se centra en los aspectos teóricos o filosóficos de su cometido, sino que los movimientos que realiza tienen lugar principalmente en el mundo de la política exterior.
El perfil de Vislag es algo anómalo si se compara con quienes le han precedido. En un punto intermedio entre los dos grandes bloques de los Formadores, apenas participa en la toma de decisiones de las ramas teóricas o prácticas. Se ve a sí mismo como un gestor. Alguien cuya misión es la de conseguir recursos para que sus subalternos puedan desempeñar mejor su trabajo. Si bien esta actitud le ha granjeado críticas a nivel interno por lo que consideran que es una falta de implicación con la misión de la orden que comanda, los resultados que ha obtenido han servido para acallar muchas de esas voces.

Por otro lado, el curso de acción que tomó La Orden tras el ascenso de Tilsaya Misshin hasta el puesto de Omniarca no es de su agrado. Ya desde antes de producirse aquel evento, su percepción acerca de la labor de los futuristas era negativa, pero las decisiones de Tilsaya, y cómo han ido impactando en el resto de la organización sólo han servido para empeorarla.
Si bien es consciente de los descubrimientos de los Cronistas, y de los indicios de verosimilitud de ciertos acercamientos hacia los textos de los profetas, Vislag ve a los Futuristas como una secta compuesta por individuos obsesionada por algo tan incierto e imposible de predecir como es el fin de todo. De la misma manera, ante sus ojos su campo de estudio es una lacra que sólo sirve para convertir a gente antaño brillante en una masa fatalista carente de criterio o capacidad de análisis racional.
Ante lo que considera como una clara falta de innovación dentro de los campos de estudio que abarca La Orden, está tratando de llegar a acuerdos con los distintos estamentos científicos del resto de naciones que considera como “el mundo civilizado”. Si bien su interés principal se centra en fortalecer las relaciones con los organismos ubicados al este de las montañas Zorak, también está muy interesado en afianzar los lazos con Harst y su Chayashin Shatteru. Con estos movimientos trata de lograr que aquellas especialidades que aún no tienen cabida dentro de Cahirn Ansay, puedan ir incorporándose dentro de su currículo formativo. En particular, una de las materias que más atención requiere es la medicina. El enfoque resultante de la unión de Naturistas y Tecnólogos se le hace insuficiente, y una parte muy importante de su participación en las reuniones del Yishin Amat está dedicado a ejercer presión para que se le de entidad propia a este campo de estudio.

De sus esfuerzos han salido acuerdos mediante los cuales se han logrado establecer relaciones bilaterales y duraderas con el Gohai Kaeru de Dayashu, el Chernat Ianaster de Kylburn y el Horshutu de Shirune pero, debido al conflicto aún en ciernes en el oeste continental, aún no se ha logrado normalizar la relación con el Chayashin Shatteru.

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Las órdenes V

Las órdenes V
La orden de los Futuristas es un ente único dentro del esquema de La Orden y una suma de contradicciones en sí misma. Al mismo tiempo que supone una anomalía dentro del gran esquema, es el cuerpo cuya misma existencia más cuestionada se encuentra, y aquel en la que confluyen la suma de todo lo que representa la organización.
Si bien no es el organismo más joven de cuantos componen la organización, sí que es la última de las grandes órdenes en adquirir este estatus y entrar a formar parte del equipo de gobierno. A pesar de su relativa juventud, el impacto que ha tenido su creación y los descubrimientos que han llevado a cabo, la han convertido en el centro de atención de distintos colectivos.Dentro de sus logros de su breve, anómala y accidentada existencia, ninguno de ellos ha estado libre de controversia.

En el terreno puramente organizativo de La Orden, el escaso tiempo que transcurrió desde su segunda refundación hasta su conversión en una de las grandes órdenes nunca ha estado libre de sospecha. De la misma manera, el breve lapso transcurrido entre este hecho y que uno de sus miembros se haya convertido en Omniarca no ha hecho sino acrecentar las suspicacias y las teorías conspirativas dentro de la organización.
Estos hechos que, en sí mismos deberían haber significado un refuerzo para los Futuristas, han sido el arma usada en su contra por parte de sus detractores. Al mismo tiempo, y consolidando tanto su propia naturaleza rupturista y ciertamente temeraria como su capacidad para crear opiniones enfrentadas, también hablan alto y claro acerca de la evolución de la organización en los siglos recientes en su intento por adaptarse a los últimos eventos anómalos que se han producido en Daegon. Estos sucesos no sólo se han convertido en una de las preocupaciones que más han inquietado a los últimos jerarcas de La Orden, sino que también se han situado como el centro de gravedad alrededor del que han orbitado los esfuerzos de casi todos los grandes estamentos científicos del mundo. Por otro lado, esta sucesión de anomalías que se han producido durante los tiempos que les ha tocado vivir, junto al temor que han despertado algunas de las interpretaciones que de ellos se ha hecho, ha condicionado en gran medida la percepción que se tiene de ellos.

Quienes han atribuido a sucesos como el Gishu Undokol una posible relación con diversos sucesos descritos en textos catastrofistas han provocado que la labor de los Futuristas se haya visto impregnado de una serie de connotaciones que nada tenían que ver con su función. Esta percepción errónea, que proviene de manera principal, aunque no única, desde el exterior de La Orden, ha sido la causante de que, en ocasiones, se haya atribuido una intencionalidad no prevista a sus informes. Como resultado de esto, por más que hayan servido para aumentar su visibilidad, lo impredecible de la opinión pública ha deparado generalmente resultados contraproducentes tanto para su misión como para orto tipo de intereses que han albergado sus sucesivos líderes.
Dependiendo de los intereses de quien los menciona, las implicaciones de su trabajo son revestidas de un aire de misticismo, fatalismo o mesianismo. Por otro lado, dentro del gran esquema de La Orden, tampoco existe uniformidad de criterios ni acerca de la misión de los Futuristas, ni acerca de la admisión tácita que desde ella se ha podido interpretar acerca de la naturaleza e implicaciones de los recientes eventos.
Mientras que el hecho de que los Cronistas hayan demostrado unos indicios inequívocos de que tales eventos habían sido plasmados en ciertos textos antiguos no se ha puesto en duda, sí que existe disensión en cuanto a la naturaleza de tales eventos, o las implicaciones de los mismos en la evolución de la historia. Tales implicaciones, por más teorías que han sido formuladas, son a día de hoy algo que aún están muy lejos de ser capaces de comprender y, mucho menos, de hacer algo al respecto.

Al igual que ha sucedido con las órdenes cuyo nacimiento no ha surgido como respuesta a una necesidad concreta, el camino de los Futuristas ha pasado por una gran variedad de estadios antes de llegar a su posición actual. Al contrario que en el caso de Pensadores o Formadores, su paso por cada uno de estos puntos intermedios se produjo de una manera mucho más acelerada.
Tras alcanzar el estatus de organismo independiente y obtener su primera separación de los Cronistas en el año 532, sus funciones en aquella primera instancia continuaron profundamente ligadas a las de su antigua alma máter.
En aquella primera encarnación, posible en gran medida gracias a la intercesión del Omniarca Bexton Lindayal (Daivera, Cahirn Ansay 471, 548), este organismo estaba dedicado a la realización del estudio de la evolución de la cultura en sus distintos aspectos. El fin último de este estudio era el de de tratar de identificar y extrapolar los patrones que se repiten cíclicamente para tratar de prevenir y evitar la repetición de aquellos más dañinos.
Esta encomienda no se prolongó durante demasiado tiempo ya que, menos de una década después, de la mano de su segunda Oxiarca, la Tempus Usvecta Engsvanyala (Ipsolyanu, Rearem 513, 593), quien a la postre pasaría también a la historia por ser una gran influencia para Tresha Vishmanayán (Rearem 571), se comenzó a trabajar con Naturistas y Tecnólogos en un intento de elaboración de la primera teoría unificada acerca de la misma naturaleza del tiempo.
Esta materia, así como los primeros indicios que parecían demostrar lo extraño de su relación con los domos jonudi, se convirtió en un asunto problemático una vez que salieron a la luz pública. La controversia consiguiente provocada por las reacciones de ciertos sectores proclives al alarmismo, acarreó como consecuencia que la orden de los Futuristas fuera disolución por primera vez apenas tres décadas después de su creación.
La misión que se les había encomendado, al igual que parte de sus componentes, regresaron hasta el seno de los Cronistas, pero la semilla que habían plantado no desapareció. Pese al varapalo que supuso aquella decisión, ni Engsvanyala ni a sus colaboradores mas cercanos cayeron en el desánimo, sino que continuaron con sus estudios desde sus nuevas posiciones.

Si bien no de manera inmediata, a partir de los indicios y evidencias hallados en aquellos primeros estudios se produjo un repunte considerable en el interés por saber más acerca de la mecánica extra planar. Una curiosidad que fue utilizada como guía en el camino que siguieron los grupos más inconformistas entre la casi totalidad de las órdenes, y que sería retomada con posterioridad por la encarnación actual de los Futuristas.

Antes de la llegada de la última iteración de quienes han llevado este nombre, se produjo una primera aunque breve reutilización de este nombre se produjo durante el mandato de Amarlys Snetieleva (Vísengan, Saliria 571, 633) en el año 610.
En aquella ocasión el objetivo de los Futuristas se encontraba muy alejado de los objetivos de sus predecesores o sucesores. Formada por componentes de diversas facciones de Utopianos, la aspiración de este grupo fue la de abandonar el campo de la teoría pura y “diseñar el futuro”. Este fin debía ser alcanzado a través de una serie de medidas “realizables” cuyo cumplimiento debía conducir ineludiblemente a un mundo mejor y unas sociedades libres de defectos. Objetivos estos que no lograron alcanzar a lo largo de su breve existencia.

La segunda y definitiva refundación de los Futuristas vino como consecuencia directa del evento que trajo hasta Daegon al observatorio dimensional de Suli’Gier’Nal.
Este evento, al igual que el conocimiento legado Usvecta Engsvanyala y sus seguidores, fue lo que permitió a la humanidad a través de Tresha Vishmanayán establecer el primer contacto, no sólo con unas entidades inteligentes desconocidas hasta entonces, sino que también le dio acceso a parte de un conocimiento totalmente inesperado.
Pese a lo breve de su estancia y lo críptico de aquel conocimiento, las líneas de investigación que surgieron como consecuencia de él supusieron un impulso en una dirección totalmente nueva para los científicos. La misma existencia de Suli’Gier’Nal dejaba patente la posibilidad de un tránsito no lineal a través del tiempo. La información obtenida por Alecta Yishandal no hizo sino confirmar aquellas teorías.
A partir de aquel momento, el estudio del pasado y la interpretación de los textos de gente como Ýlar de Jomsul se comenzaron a mirar desde una perspectiva completamente nueva. El futuro ya no tenía porqué continuar siendo un enigma insondable o una incógnita inevitable.

Con la revitalicación que supuso para La Orden el mandato de Audra Teramasu no sólo se vieron revitalizadas órdenes venidas a menos como la de los Cartógrafos, sino que la existencia de los nuevos Futuristas hizo mucho más que oficializarse. A los componentes de los distintos cuerpos que se encontraban realizando los estudios sobre Ben’Shull’Ilay se les ofreció la oportunidad de abandonar sus respectivas almas máter y convertirse en los componentes de aquel nuevo organismo.
Aquella frenética sucesión de cambios, al igual que los recursos dedicados a la renovación de estos cuerpos no fueron recibidos de buen grado por parte del resto de los componentes de La Orden, mucho menos por parte de aquellas que vieron amenazada su misma supervivencia por los mismos.
No pasó demasiado tiempo hasta que aquellos temores se demostraron justificados. En menos de una década Lingüistas y Sociólogos terminaron por perder su puesto dentro del Yishin Amat en favor de Futuristas y Cartógrafos. Por más que el regreso de los Cartógrafos era algo que se aceptó con una relativa normalidad, el paso de los Futuristas hasta las órdenes mayores menos de una década después de su formación sí que generó un revuelo considerable. Tras los primeros accidentes debidos a lo peligroso de su cometido así como lo desconocido e inestable de su materia de estudio, las presiones para pedir un mayor control sobre sus actividades, o directamente para exigir el cese total de las mismas no se hicieron esperar.

Dotada de unos recursos de los que nunca antes había dispuesto, y acomodada en el nuevo estatus que esto le otorgaba, esta formación, su misión y las maneras en las que la afrontan se han convertido desde entonces en uno de múltiples blancos de las las críticas infundadas procedentes desde los sectores más conservadores y reaccionarios. Al mismo tiempo, desde otros entornos más académicos, las peticiones que reciben con mayor frecuencia son las de un mayor control y una planificación más pormenorizada en sus actuaciones.
Su independencia durante los primeros años de vida les permitió obtener los primeros resultados significativos en la investigación del domo de Baen’Shull’Illay y la oscuridad primaria, pero estos descubrimientos no vinieron sin un coste añadido. Tan pronto como se obtuvieron los primeros resultados prometedores en estos campos, la euforia que esto desató entre sus miembros les llevó a la realización de incursiones cada vez más audaces y temerarias. Expediciones de las que parte de sus integrantes jamás regresaron.

Más allá de su renombre como impulsora de La Orden como algo menos estático, los malabarismos políticos que realizó Teramasu durante su mandato también terminaron pasándole factura. De la misma manera que sus últimas decisiones más arriesgadas terminaron por provocar su caída, su nombre también ha quedado muy ligado al de los Futuristas. Es por esto que, las distintas fases de popularidad o infamia por las que ha pasado esta orden, han impactado en el recuerdo que se conserva de ella.

En la actualidad las labores de los Futuristas están repartidas entre dos grandes bloques de investigadores muy diferenciadas. De estas, una de ellas está levemente basada en la las asignaciones concernientes a su primera encarnación. Esta sección se dedica a estudiar los distintos “textos proféticos” que se encuentran en las distintas bibliotecas y universidades con independencia de la pertenencia de estas a La Orden.
A partir de la interpretación de estos textos se trata de extrapolar, de acuerdo a criterios objetivos, una posible concordancia con hechos acaecidos en fechas posteriores al momento de su redacción o, en los casos en los que no se pueden datar con certeza, de acuerdo al momento en el que fueron hallados.
Su labor de este primer grupo requiere de una relación muy cercana tanto con los Cronistas como con los Archivistas. Su búsqueda tampoco se limita a la palabra escrita sino, pese a la dificultad añadida que esto supone, también abarca a la tradición oral, el folclore y la mitología.

De sus miembros salieron a la luz las primeras teorías que vinculaban de manera objetiva algunos de los hechos narrados en ciertos textos de antaño. A través de sus informes se establecía una relación más allá de una duda razonable entre aquellas palabras y ciertos eventos concretos sucedidos durante momentos especialmente traumáticos acontecidos a lo largo de la historia de la humanidad. De la misma manera, otra serie de versiones interesadas de los mismos fueron descartadas de forma aparentemente definitiva.
La capacidad de influencia de este cuerpo de Futuristas ha provocado que entre sus filas se hayan inscrito en ocasiones agentes de diversos grupos de presión, cuando no directamente demagogos o farsantes deseosos de obtener réditos políticos para ellos mismos. Este tipo de individuos han logrado hacer pasar como ciertas mentiras interesadas a lo largo del tiempo. Falacias y verdades parciales basadas en hechos contrastados cuyo eventual descubrimiento se ha terminado por convertir en un arma utilizada contra La Orden en su conjunto.

Por más que se han tratado de implementar medidas para controlar este tipo de situaciones, estas rara vez se han demostrado como algo eficaz. Tras las intentonas iniciales como fueron el aumento de los requisitos y la investigación de quienes aspiraban a acceder a este cuerpo, quedó demostrado que lo único que realmente se lograba era que su número disminuya.
De manera posterior a esto desde los Censores se tomaron otra clase de medidas destinadas a tratar de evitar la existencia de falsos positivos o que, caso de haberlos, su impacto sobre la imagen de La Orden sea menor. Para esto se implementaron una serie de protocolos orientados a la detección precoz de estos casos. A día de hoy, la evolución que han seguido estos protocolos ha llevado a la creación de un comité designado de manera exclusiva por parte del Yishin Amat. Sobre ellos recae la responsabilidad de aprobar todo estudio de manera previa a su presentación ante el gran público.
Esta medida, inicialmente tomada para la valoración de las materias sensibles descubiertas por los Futuristas, con el paso del tiempo se ha extendido hasta todos los cuerpos que componen La Orden.
Dentro de su cometido no se encuentra únicamente la decisión de hacer o no públicos los resultados de las investigaciones, sino que también es el órgano responsable de aceptar cualquier estudio como veraz.
Estos dos cometidos, en origen íntimamente ligados, también han sufrido alteraciones a lo largo del tiempo, siendo a día de hoy materias diferenciadas. La “veracidad” de un estudio no implica de manera automática que este sea compartido con el pueblo u otros estamentos científicos externos.
Este comité no se limita a valorar la veracidad del estudio, sino que también toma en cuenta otra serie de consideraciones como la alarma social que podría llegar a provocar, o cómo podría impactar en los intereses de La Orden en otras naciones.

Si bien esta última medida sí que ha resultado más eficaz, también ha evitado que estudios válidos hayan llegado a tardar años en ser del dominio público. De la misma manera, también le ha granjeado otra serie de acusaciones de censura contra la, tanto desde el exterior como desde sus propias filas.

Finalmente, complementando las tareas de esta rama de los Futuristas existe una gran variedad de subgrupos entre los que se reparten todo tipo de actividades y proyectos tangenciales. Desde aquellos que, a partir de sus estudios ya verificados, tratan de detectar y aislar los patrones comunes a todos ellos en un intento por simplificar la tarea de los Futuristas, hasta quienes se dedican a buscar una manera “amistosa” de presentar estos estudios para que sean aprobados por el comité.
Mientras los primeros, al mismo tiempo que tratan de hacer más fácil de objetivar esta tarea, realizan también una labor de criba previa a la llegada de ciertos textos hasta los especialistas, los segundos, al mismo tiempo que tratan de lograr que el trabajo de sus compañeros sea más visible, también buscan maneras de que este no sea percibido como una amenaza.
Anuncios como aquellos que se realizaron tras los pruebas que evidenciaban los textos y los estudios derivados de los textos de Ýlar de Jomsul, Bashukur “El Loco” o Ludstavic de Úlister fueron tomados como algo peligroso. Un conocimiento que, como así fue de manera generalizada, sólo podía traer alarma social y una utilización interesada y tóxica por parte de los más extremistas.
La constatación de que, efectivamente, en ellos y más allá de cualquier duda, se demostraba que aquellos individuos habían sido capaces de presenciar eventos que sucedieron siglos después de sus muertes y, con gran probabilidad, en edades previas a su nacimiento, fue utilizada para realizar nuevas lecturas perversas de los pasajes que aún no habían sido ubicados cronológicamente.
Sin importar lo críptico de la escritura de estos textos o la gran complejidad que entrañaba sólamente su traducción o interpretación, la oleada de supuestos expertos en sus entresijos creció de manera exponencial. Las secuencias cronológicas, así como ciertos detalles concretos y, de acuerdo a estos expertos, comunes a todos ellos, se hacían encajar con la llegada de nuevas y enormes catástrofes que se abatirían sobre el mundo de no atenderse a los designios que les habían sido transmitidos sólo a ellos. La tarea de tratar de presentar la información contrastada por los Futuristas de una manera que no resulte amenazadora o en la que no pueda ser tergiversada ha adoptado muchas formas.
Cuando esta información es presentada fuera de los muros de Cahirn Ansay, esta tarea recae sobre los Comunicadores, pero quienes deben conseguir que este mensaje llegue a abandonar sus salas son los propios Futuristas, y esta no es una misión sencilla. Las consecuencias de estas revelaciones han tenido unas repercusiones tan negativas a lo largo de la breve existencia de los Futuristas que este es un tipo de noticias que los apoyos que reciben a este respecto suelen ser escasos.
No todos sus descubrimientos están ligados a tragedias o malos augurios pero, por más que traten de alternar la comunicación de eventos de diversa índole, o les den un tratamiento más aséptico, las noticias e informes que alcanzan una mayor repercusión acostumbran a ser aquellos más truculentos.

En el espectro opuesto a este cuerpo se encuentra su rama pragmática, los exploradores de Baen‘Shull’Ilay. Mientras que los primeros tienen una relación más cercana con las órdenes teóricas, los lazos establecidos por este cuerpo están mucho más ligadas a la versión más técnica y práctica de aquellas dedicadas a las ciencias puras. La gran división en las tareas que existe dentro de sus filas es la que separa a los investigadores técnicos de los buscadores.
Mientras que los primeros son los encargados de estudiar las propiedades de la oscuridad a todos los niveles y determinar la manera en la que esta interactúa con el tiempo y el espacio, la definición que mejor definiría a los segundos sería la de aventureros o, ya sea de manera o no consciente, gente que antepone su curiosidad y el deseo de saber por encima de sus propias vidas.

Si bien la repercusión de los descubrimientos de la rama teórica de los Futuristas es la que más controversia genera más allá de sus fronteras, la actividad de sus cuerpos pragmáticos es la que más atención, expectación y temor suscita dentro de sus muros. Por un lado, los aspectos éticos relativos a permitir que los investigadores arriesguen su vida en pos del conocimiento, por más que estos estudiosos sean hasta cierto punto conscientes de los riesgos que asumen, es un tema que es traído a colación de manera cíclica.
Por otro lado, el gran desconocimiento existente en lo concerniente a la investigación de otros planos, y los escasos datos que se conservan del pasado a este respecto, son una continua fuente de discusión. Los efectos devastadores que se atribuyen a la manipulación de energías extraplanares en el pasado han creado una leyenda negra muy difícil de obviar, incluso para quienes están a favor de su investigación.
Tanto la misma razón de su existencia como el momento en el que esta tuvo lugar también han sido cuestionadas en multitud de ocasiones a lo largo de su breve existencia. Alegando razones similares para ambas alegaciones, muchos consideran que las labores de investigación del tiempo o los distintos aspectos de la oscuridad primaria deberían permanecer de manera integral dentro del campo de los Naturistas.
Mientras tanto, quienes acuden a la demagogia para ocultar su temor o algún tipo de interés privado, utilizan en su ataque argumentos fácilmente desmontables. Las labores de la rama teórica, de ser orientadas en otra dirección, podrían ser utilizadas como poderosas herramientas políticas. Utilizadas una manera interesada podrían llenar con facilidad el hueco dejado por la primera encarnación de los Futuristas. Una herencia parcial que, debidamente orquestada, podría ser destinada a tratar de reconducir el camino de otras naciones a través de un miedo orientado a explotar sus temores culturales e históricos.
Por otro lado, dentro de los Cronistas también existen sectores que se han sentido agraviados con la creación de las distintas encarnaciones de los Futuristas. Cada vez que estos se han independizado de sus filas, sus presupuestos se han visto mermados por algo que, de acuerdo a sus líderes, no dejaba de ser una rama ultra especializada de sus filas insuficiente para justifica su escisión. A esto se ha añadido que, en ambas ocasiones, esta escisión se limitó a ser un acto reflejo surgido como respuesta a un momento muy concreto.
Ya en el mismo momento de su última independización, una parte considerable de estos atacantes alegaban que el grueso del cuerpo de trabajo que asumieron pertenecía a investigaciones ya en curso por parte de otros organismos. Esta hecho, algo que por otro lado ha sido la tónica habitual previa a la creación de la gran mayoría de las nuevas órdenes, ha provocado que aquellas órdenes a quienes pertenecían esas investigaciones reclamasen su recuperación. El paso del tiempo ha disminuido el peso de esta herencia en sus investigaciones, pero esto no ha hecho que las reclamaciones periódicas, principalmente en momentos de apuros económicos de algunos de los cuerpos afectados, sean recordados de vez en cuando.
Si bien los proyectos y atribuciones antaño concernientes a los Cronistas están claros, el resto de su herencia es más difusa y se encuentra dispersa entre distintos ámbitos. Su transformación en un organismo autónomo vino íntimamente ligada a los primeros descubrimientos que se hicieron gracias a las ciudadelas Jonudi, así como al establecimiento y definiciones fundacionales sobre los que se basan conceptos como los de Nusureh o Monrasén.
Estos conceptos, que, en sí mismos beben de multitud de fuentes, y se aceptaron gracias al acuerdo entre Pensadores, Naturistas, Cartógrafos, Tecnólogos e incluso Teólogos, deben mucho a cada uno de estos cuerpos. La percepción equivocada de que su exploración haya sido una concesión casi exclusiva de los Futuristas está algo que tiene mucho que ver con la clara animadversión que existe desde ciertos sectores contra ellos.
Con el paso del tiempo y las sucesivas revisiones y matizaciones de estos asuntos, la relación entre estos cuerpos se ha ido normalizando. Una vez que se han ido despejando los malentendidos, al mismo tiempo que se acotaban las responsabilidades en lo referente a este tema, paradójicamente quienes más reforzados y perjudicados han salido de este conflicto han sido los Censores.

Aun así, las luchas por ciertas cuotas y parcelas del poder no han sido completamente eliminadas. Los restos de aquellos que abogan por su disolución definitiva continúan argumentando sus ataques a través del miedo o con soflamas difícilmente sostenibles. En este respecto, quien peor parado suele salir suele ser la rama técnica de los Futuristas. La ausencia de un gran éxito que les haya permitido consolidar su posición, junto a las pérdidas humanas padecidas durante varias de sus expediciones han sido utilizadas como armas contra ellos y quienes les apoyan.
Por otro lado, la rama teórica tampoco está exenta de detractores tanto dentro como fuera de La Orden. Mientras que su cotejo de los datos del pasado de acuerdo a los textos de los diferentes augures se ha sido considerada como una tarea inútil, tanto los fallos como los aciertos en alguno de sus vaticinios a partir de estos mismos escritos también se han utilizado en su contra desde distintos sectores y de acuerdo a diferentes razones.
Desde estos sectores se continua alimentando la reputación de los Futuristas como orden parasitaria, a la vez que se califica a sus miembros como un organismo dañinos para la misión y la imagen de La Orden.

La presentación de los informes elaborados durante los primeros trabajos de investigación sobre Baen’Shull’Ilay y el resto de entidades extra planares sirvieron para alimentar tanto los argumentos de sus defensores como los de sus detractores. Lo abstracto de los conceptos que se trataba en ellos, al igual que vago de algunas de sus conclusiones fue interpretado como la promesa de un nuevo conocimiento incipiente por unos o como una nueva muestra de sus capacidades demagógicas. Sumando a todo esto las vidas que se perdieron durante aquellas investigaciones, la segunda refundación de los Futuristas, independientemente de las pruebas y los datos objetivos que habían logrado, estuvo envuelta en una una gran controversia.

Por más que se lograse desmitificar ciertos conceptos gracias a estos descubrimiento, que se lograse establecer comunicación con Tresha Vishmanayán a través de uno de los Domos décadas atrás, o que se demostrase en ellos más allá de cualquier duda de la viabilidad de utilizar la oscuridad primaria para distintos fines, nada de esto sirvió para calmar los ánimos. De la misma manera, la demostración de la certeza de los llamados “textos proféticos” realizada por la rama teórica sólo sirvió para empeorar la situación.
Los sucesores de Teramasu en el gobierno de La Orden resultaron mucho más conservadores que ella. Tras el breve repunto en su popularidad que habían supuesto los hitos anteriores, poco después de su segundo gran ascenso su viabilidad volvió a ser puesta en duda.
Los escasos avances que se lograron alcanzar en los campos concernientes a la comprensión del funcionamiento del mismo tiempo, por más leves que fuesen, se encontraban sometidos al constante escrutinio de los Censores.
Pero ninguna de estas trabas ha detenido las investigaciones, aunque son pocos los salen indemnes de esta experiencia. Más allá de aquellos que han perecido o enloquecido tras pasar demasiado tiempo en su interior, o por seguir caminos no acotados se ha tipificado un síntoma en parte de quienes han accedido a Monrasén o Nusureh.
Ya hayan realizado la incursión de acuerdo a los protocolos de seguridad, o de manera clandestina, algunos de quienes se han aventurado en los territorios donde la oscuridad se solapa con el nivel de existencia humano sin perderse o enloquecer completamente en primera instancia, han llegado a dejar una parte de ellos mismos en su interior salen padeciendo el llamado “Síndrome de Jonund”.
Se crea un vínculo entre ellos y la oscuridad que les genera la necesidad de adentrarse en ella una y otra vez hasta que, finalmente, ya no queda nada de la persona que inició aquel camino.

La superstición que siempre había sido un anatema para los principios de La Orden ha hecho una excepción en lo tocante a los Domos. Los beneficios que se podrían obtener gracias a su estudio pueden ser bastos, pero los riesgos para llegar hasta ellos nunca han desaparecido del debate desde que se iniciaron aquellas investigaciones. Las iniciativas para tratar de prohibir estas incursiones obtuvieron un impulso paulatino tras constatarse la existencia del Síndrome. Sustentadas principalmente bajo motivos éticos o de seguridad, también se ha llegado a escuchar voces que plantean que el tiempo y la oscuridad son dos fuerzas que la humanidad no debería tratar de controlar. Argumentos muy similares a los que se defienden desde distintos estamentos religiosos.
Durante largo tiempo el acceso hasta Baen’Shull’Ilay estuvo prohibido atendiendo a estas premisas, y los Futuristas pasaron hasta en dos ocasiones a depender nuevamente de otras órdenes. No fue hasta la reciente legada del Garshed Jonural hace escasas décadas, y la ola pánico causada por la sucesos de eventos anómalos que, no volvió a resurgir una vez más, sino que también fueron retirados estos bloqueos.
Los protocolos de seguridad continúan siendo a día de hoy muy férreos pero el estudio del futuro es algo que, por primera vez, se ha convertido en una de las prioridades de La Orden.

En las instancias iniciales durante las que se comenzó a sospechar que el contacto con las distintas capas de la oscuridad primaria podía ser el propiciador de un nuevo tipo de ciencia, el interés y la curiosidad por su estudio no tardaron en propagarse tanto en La Orden como en otros estamentos científicos, pero tras los primeros informes que evidenciaban el peligro implícito a este estudio, pocos se aventuraron más allá de la elucubración puramente teórica.
Tan sólo La Orden y la Universidad de Amlash han acometido esta tarea de una manera estable. Si bien es cierto que los Naturistas han realizado experimentos sobre fragmentos extraídos de las capas exteriores del Domo, y que los Preservadores han sido capaces de aislar y contener pequeñas porciones de las capas exteriores de la oscuridad primaria, tan sólo los Futuristas han perseverado lo suficiente en este campo como para obtener algún resultado.

Tras su último resurgimiento, su misión volvió a verse alterada, aunque en esta ocasión los cambios fueron menores. Por un lado, tanto la rama teórica como la pragmática han centrado sus esfuerzos en el estudio de Monrasén y las diferentes capas, sub planos y solapamientos de la oscuridad. Cada una de ellas, a través de diferentes metodologías, tratan de recabar y analizar nuevos datos acerca de ellas y su funcionamiento. Es alrededor de estos sobre los que, tras la validación de los Censores, se instrumentan las nuevas misiones destinadas a adentrarse en el terreno.
Si bien la tarea de trazar las posibles rutas dentro de la oscuridad primera son competencia de los Cartógrafos, rara vez ninguno de sus miembros se ha aventurado en el interior de ninguno de los Domos. Aún queda mucho por descubrir en este campo, y cada nuevo datos abre más preguntas que aquellas que despeja. A partir de ellos se han logrado establecer teorías cercanas a la realidad acerca de la manera en la que se relacionan los diferentes niveles de realidad con el tiempo, pero los medios para ser capaces de convertir estas teorías en algo sobre lo que basar nuevos inventos aún están muy lejos de ser alcanzables.

La oscuridad primaria no implica únicamente ceguera o un horizonte infinito de inmaterial nada. Su interior está poblado los retazos de todo lo que alguna vez ha entrado en contacto con ella. Por imágenes, sonidos, sensaciones, pensamientos y fragmentos pertenecientes a cada entidad que existido. Tanto el cuerpo y la mente del viajero se ven atravesados por la entidad consciente que es la oscuridad, convirtiéndose todo su ser en el receptores de todos estos impulsos.
En su interior los sentidos tradicionales se ven alterados y la mente se ve asaltada por todo tipo de estímulos. Lo que se cree saber resulta inútil, incapaz como se ve el individuo de percibir nada asimilable para su conocimiento. Los asaltos sensoriales que recibe la mente del viajero despiertan memorias propias y ajenas. Imágenes de lo que se encuentra oculto en uno mismo y lo que se halla más allá de los distintos velos que separan las realidades. Rutas únicas y sólo existentes para cada uno de los caminantes. La percepción lo condiciona todo. Una percepción extraña y personal. El tiempo y el espacio dependen del observador, y quien no es capaz de asimilar estos conceptos, sólo está recorriendo el camino hasta su propia inexistencia. Quien nada percibe dentro de este no lugar y no momento termina convertido en nada.
Pero ni siquiera quienes son capaces de percibir lo que no está ahí están libres de desvanecerse en el olvido. La traducción de estos impulsos no en algo que se pueda transmitir mediante la narración oral, la pintura, la escritura o cualquier otro medio de comunicación creado por la humanidad de una manera sencilla, o sin un coste añadido.
La claridad se alcanza gracias al contacto, la comprensión gracias a la experiencia. Cuanto más se profundiza en el conocimiento del infinito, más cerca se halla uno de todos los lugares y momentos. Cuando más integrado se encuentra uno con el todo más irrelevante se hace el uno. Ya sea a través del conocimiento o la ignorancia, el destino de quienes se adentran en Jonund es perderse en ella.

La enorme complejidad y los riesgos que entrañan la labor de los Futuristas que se internan en Baen’Shull’Ilay, o en cualquier otro de los acceso que conectan a Daegon con las entrañas de esta fuerza primigenia, han condicionado de una manera significativa la imagen que se tiene de ellos. El rango de apelativos que se les han dedicado ha oscilado entre el de Mártires de la ciencia hasta Irresponsables cuando no, directamente, Suicidas. Todos estos apelativos en alguna u otro caso han sido acertados.
El misterio, las posibilidades y el peligro que rodean a su rama pragmática ha atraído hasta sus filas a personas que han encajado en todos estos perfiles. Tanto ha sido así que, primero los Censores y posteriormente los propios Futuristas, han visto necesario el establecimiento de una serie protocolos y pruebas psicológicas específicas para los aspirantes a esta orden. Con estos medios se ha logrado en ocasiones evitar el acceso de los individuos más problemáticos, pero a costa de perder también a potenciales candidatos válidos. La contrapartida negativa de esta norma, más allá de realizar una labor de detección y criba no siempre eficaz de los candidatos, ha sido la de limitar enormemente el número de miembros que engrosan sus filas.

Por otro lado, el estudio de la información extraída por los distintos exploradores de Jonund no se realiza de manera exclusiva por parte de los componentes de la rama teórica de los Futuristas, sino que, con el paso del tiempo, se ha propagado hasta alcanzar a una gran diversidad de cuerpos.
La interpretación de estos datos no se limita a la plasmación como palabras o imágenes de las experiencias de quienes se han aventurado más allá del umbral, sino que el objetivo principal que se persigue es el de tratan de concretar y ubicar cronológicamente las distintas vivencias que estos han transmitido. El periodo de readaptación al mundo normal que requieren quienes se han introducido en Baen’Shull’Ilay o los otros domos acostumbra a ser el momento en el que se trata de obtener la información de ellos. Es en este momento en el que las imágenes y los conceptos se encuentran en sus mentes en un estado más puro y cercano al origen, a la par que es cuando se encuentran en un estado más sugestionable y receptivos ante las preguntas. De acuerdo va transcurriendo el tiempo desde sel final de su viaje, la consolidación de los recuerdos tiende a pervertir la autenticidad del relato. Durante el intento de la mente por encontrar un sentido y una coherencia racional a la cacofonía de estímulos a los que ha sido sometida es el momento en el que los datos quedan pervertidos.

Las entrevistas durante el periodo de reposo son llevadas a cabo por agentes pertenecientes a los Lingüistas, Cartógrafos, Cronistas y Constructores, pero también se ha llegado a recurrir a poetas, pintores y músicos en el intento de ampliar los acercamientos posibles a la hora de traducir esta información en palabras o imágenes.

Si bien conceptos como, espacio tiempo o distancia carecen de sentido una vez dentro de Jonund, sí que existe una fase de transición según se atraviesan las distintas capas intermedias que lo separan del nivel de existencia humano.
Dada la cercanía de Nusureh con las capas exteriores de la oscuridad primaria, las primeras fases del viaje son relativamente seguras gracias a los protocolos de seguridad que se han ido implantando pero, una vez superado el punto de deriva, no se ha logrado encontrar con un método que garantice el regreso de los expedicionarios. El objetivo que espera lograr en el largo plazo La Orden, una vez superado este escollo, es el ser capaces de establecer rutas casi instantáneas y seguras que puedan llevarles hasta momentos y lugares concretos de manera independiente a su distancia.
Existen teorías que apuntar en la dirección correcta para alcanzar estos objetivos, pero el gran desconocimiento existente acerca de los mecanismos que gobiernan la realidad han provocado que no siempre hayan sido atendidos. Ante la incapacidad de convertir estar teorías en algo realizable, tanto las hipótesis más descabelladas como las sospechas fundadas sobre la observación y los hechos que ya a día de hoy existen, tienen la misma validez formal.
Si tales rutas pueden ser transitadas físicamente, o la única manera de recorrerlas es a través de otro tipo de medios continua siendo otro de los grandes enigmas a los que se enfrentan. La rumorología y el misticismo que rodea a todo lo relacionado a los inmaterial ha hecho un flaco favor a estas investigaciones. Parte de la información proveniente de las extrapolaciones realizadas alrededor de los textos erróneamente “proféticos” le hacen un flaco favor a esta investigación.

Quienes defienden que tanto Ýlar de Jomsul como Bayancú y el resto de los visionarios trataban de mandar un mensaje de cara al futuro, defienden también que sus textos deben ser estudiados con un enfoque diferente al utilizado hasta el momento, y con un detenimiento aún mayor. De acuerdo a ellos, el establecimiento de unos vínculos comunes entre los vaticinios y los augurios plasmados en los textos de los diferentes “profetas” debería ser la prioridad de los Futuristas.
De lograr tal objetivo, su aspiración no se limitaría únicamente a tratar de predecir el futuro o comprender de una manera más profunda el pasado, sino que, de ser capaces de establecer una cronología de los eventos aún por producirse, tratarían de guiar a la humanidad de tal manera que se le permita sortear los diferentes escollos que se encontrará en su camino.

La recepción que han tenido este tipo de iniciativas dentro de los diferentes estamentos del poder a nivel internacional ante tal ambición no ha sido uniforme. Ni siquiera dentro de la propia Orden, o incluso dentro de los mismos Futuristas, existe unanimidad acerca de, no sólo la posibilidad de realizar tal proeza, sino también acerca de la sensatez de hacerlo. Aún encontrándose muy lejos de tener tal capacidad, entre sus filas se encuentran individuos que poseen visiones divergentes acerca de esta misión.
Por más que la probabilidad del advenimiento de un evento como el Gutrakage ha quedado demostrado más allá de toda duda, y que la casi totalidad de las religiones aceptan dentro de sus credos contemplan eventos de unas características, el simple hecho de plantear que se pueda evitar su llegada no es aceptado por parte de gran parte de la población.
Mientras que los estamentos religiosos se amparan en la inviolabilidad de “la voluntad de los dioses”, los más pragmáticos no quieren que tal poder, caso de existir, resida en una entidad fuera de su control.
Esta lucha interna tiene tanto tintes filosóficos como ideológicos o puramente pragmáticos. Por un lado, las presiones provenientes desde el exterior exigiendo que no invadan el terreno de “lo divino”, al mismo tiempo que pueden ser sinceros, no siempre logran ocultar el miedo de algunos de sus propagadores a sumirse en la irrelevancia. Si el concepto del destino no es algo gobernado por los dioses, la cuota de poder de quienes afirman ser sus portavoces en este mundo se vería seriamente mermada.

Sumidos entre la ya de por sí compleja naturaleza de de su propia misión, se historia les ha hecho verse obligados tradicionalmente a adoptar una posición defensiva ante todas las trabas y ataques provenientes desde cualquier frente posible. Incluso ahora, con uno de ellos como gobernante de La Orden, tampoco es extraño que se vean forzados a atrincherarse contra nuevas arremetidas por parte de los organismos e instituciones más cerriles.
Por más que parezca que están transcurriendo tiempos propicios para ellos, la situación de crisis y la crispación general son una espada de Damocles a la espera de caer sobre ellos. Cualquier fallo o accidente en el desempeño de su trabajo, al igual que cualquier error significativo por parte de Tilsaya Misshin, su principal valedora, podría se el desencadenante de unas consecuencias fatales para ambos.

Pese a todo esto, aunque de una manera muy lenta, los avances de los Futuristas en los diferentes frentes establecidos en sus campos de estudios continúan produciéndose.
Por un lado, los recientes descubrimientos que consolidaban las teorías que vinculaban la relación existente entre los textos del pasado y hechos sucedidos en siglos posteriores a su escritura han otorgado una pequeña pátina de credibilidad a su rama teórica ante el pueblo. Por otro lado, si bien las teorías que postulan la posibilidad de algo similar al viaje en el tiempo a través de Jonund no gozan de una elevada popularidad, la posibilidad de establecer contacto nuevamente con Alecta Yishandal y saber más acerca de Glasnasur y lo que se encuentra más allá del nivel de existencia humano sí que ha sido el origen de diversas colaboraciones con ellos.
Tanto los sucesores de Tresha Vishmanayán en Áldern, como el Chayashin Shatteru de Harst, la Universidad de Amlash en Saliria o el Chernat Ianaster de Kylburn han demostrado interés a este respecto.
Durante los tiempos más complicados previos a la situación actual, tanto Sipskriel como Ryommar Hayatoshu han sido dos de los principales valedores de este grupo, aportando ambos cuantiosos recursos tanto económicos como de personal a La Orden bajo la condición de que los Futuristas continuasen con su trabajo e independencia.
Lejos de calmar los ánimos internacionales, este tipo de actuaciones también han servidor para aumentar la presión por parte de las naciones enemistadas con Harst y Saliria.
Dada la mayor complejidad y riesgo de la rama pragmática el avance de su investigación ha sido mucho más lento que el de sus compañeros, pero no ha permanecido inamovible. Aun así, el tiempo que queda hasta que cualquiera de los resultados obtenidos puedan ser considerados como algo “útil”, o para que el conocimiento y los medios al alcance de los investigadores pueda producir algo que pueda ser presentado ante un público no especializado se encuentra aún muy lejos.
Debido a todo este cúmulo de intereses, casuísticas y vaivenes, el que es el gran objeta de los Futuristas es percibido desde el exterior, no sin cierta razón, como una entelequia cambiante e inalcanzable.
Por otro lado, el prolongado periodo de estabilidad del que está gozando en la actual que les ha permitido progresar en el estudio de los textos antiguos también ha jugado parcialmente en su contra. Las trabas administrativas para entrar a formar parte a su rama pragmática, al igual que la ausencia de peligros que ofrece su rama teórica, y el apoyo que recibe desde distintas instancias ha provocado que exista un notable desequilibro entre ambas secciones.
En el campo de actuación intermedio existente entre entre ambas facciones, el de la detección a través de los medios de los que disponen de eventos futuros y su posible causa, se han logrado obtener éxitos parciales. El hecho de haber logrado predecir ciertos sucesos, por más menores que hayan sido estos, o aunque no se hayan logrado concretar el momento o ubicación concretos, ha supuesto un avance significativo.
Pese a esto, e influenciados en gran medida por el número superior de predicciones erróneas y la incapacidad demostrada para lograr prevenirlos, algunos de estos aciertos han sido interpretado como fracasos completos.
En la actualidad existe un alto nivel de certeza acerca de dos sucesos que tendrán lugar en el oeste continental; la llegada de una guerra civil en Menetia provocada por los defensores del regreso del Imperio, y un intento de asesinato contra la actual Teócrata de Goord.
Por más traumáticos que puedan llegar a ser estos sucesos para la estabilidad política de occidente, el debate interno dentro de La Orden acerca del curso de acción a tomar se encuentra en un momento álgido. Tras los últimos éxitos parciales, la actitud recomendada por parte de los Comunicadores es la de mantener este tipo de descubrimientos fuera de la luz pública, al menos hasta que no se haya logrado establecer un orden cronológico de los sucesos y concretar también la localización en la que tendrá lugar su inicio.

Su actual Oxiarca, la nivari Yismala Prinsú (Vorsul, Nivar 701), junto a su antecesora, está presionando para que las investigaciones sobre Baen’Shull’Ilay vayan en aumento, pero ninguna de las dos cuenta con los suficientes apoyos dentro o fuera de la organización como para lograr llevar estas tareas adelante.
Al mismo tiempo, Prinsú es partidaria de no realizar acción alguna que pueda afectar al devenir de los sucesos que se esperan. Desde su punto de vista, los Futuristas existen para prevenir o tratar de minimizar los desastres no causados por la humanidad. La política y los juegos de poder es un campo en el que no deberían intervenir. Esta actitud, y el secretismo que ha imprimido a una gran parte de los trabajos que se han llevado a cabo durante su mandato, le ha granjeado una gran cantidad de críticas.
Pese al acuerdo de imparcialidad que aún se mantiene entre La Orden y sus vecinos, entre sus filas no es extraño encontrar a quienes interpretan los conflictos bélicos como una oportunidad para influir en la vida política, y convertir a la organización en un ente significativo a otros niveles.

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Las órdenes VI

Las órdenes VI
Las órdenes menores

A lo largo de su prolongada existencia, La Orden ha sufrido una gran cantidad de alteraciones tanto en su composición como en su jerarquía interna. Esto ha hecho que, incluso para quienes se encontraban entre sus filas en los momentos más convulsos fuese una tarea harto compleja el realizar un seguimiento de cada uno de los mismos. En algunos momentos especialmente frenéticos o anárquicos, incluso quienes se dedicaban a documentar estos cambios han llegado a tener problemas a la hora de llevar al día el estado de los mismos.

Como consecuencia de todos estos cambios en su seno han surgido y desaparecido todo tipo de organismos, desde aquellos creados para una función puntual que han terminado convirtiéndose en órdenes mayores, hasta aquellas apuestas con visión de futuro que no han durado más allá del mandato de quien las auspició.
En un terreno intermedio entre los casos más conocidos y los más extremos, existe un amplio grupo de cuerpos que, de manera independiente a su capacidad para generar ingresos a la organización con cierta regularidad con los se ayude a sufragar sus gastos, o aunque no sean referencia en el campo de estudio al que se dedican, se encuentran tan integrados dentro de la macroestructura de La Orden que su funcionamiento y existencia son por momentos invisibles. Se han convertido en una parte indivisible del gran organigrama. Elementos que nadie cuestionan aunque, cuando son preguntados, una gran mayoría de quienes se encuentran fuera de su nicho de trabajo son capaces de concretar la función específica de estas órdenes.
Por otro lado, también existen otros organismos que, si bien en algún momento disfrutaron de una cierta relevancia, o que llegaron a formar parte del Yishin Amat, sus días de esplendor han quedado ya muy atrás.
De la misma manera, aunque cada vez con menor frecuencia, mientras los dirigentes de las grandes órdenes se dedican a tratar de acaparar recursos y aglutinar campos de estudio en su seno, de manera esporádica ciertos descubrimientos llevan a quienes han llevado a cabo esos estudios a aspirar a más. A más recursos y personal con los que convertir sus hallazgos en la nueva “gran ciencia” o con los que dar con el siguiente peldaño en el camino hacia la elevación y evolución de algún aspecto clave de la humanidad.

De manera general, este tipo de iniciativas auspiciadas por los miembros de pequeño grupos, una vez que han alcanzado su pequeño momento de esplendor, tienden a volver al redil de alguna de las grandes órdenes. Esto no es óbice para que, en raras y contadas ocasiones, estas aspiraciones hayan terminado desembocando en la creación de nuevos cuerpos cuya existencia se ha llegado a consolidar dentro del organigrama. Si bien estos pequeños órganos gozan de una moderada independencia, carecen de los recursos necesarios para entrar por la pugna por el acceso al Yishin Amat, aunque esto no ha evitado que se hayan producido movimientos del todo inesperados que han llegado a aupar a algunos de ellos hasta alcanzar un estatus similar al de las las grandes órdenes, o que hayan llegado a sustituir a alguna de ellas.

Ya sea de manera meramente testimonial, o perfectamente integrada con alguno de los múltiples mecanismos de La Orden, todo este anárquico y enfrentado cúmulo de intereses e ideales, ansias por la innovación o aspiraciones de lograr una estabilidad duradera que conforman el día a día de la organización, de vez en cuando se ve sacudido de manera inesperada por la aparición de una nueva de las denominadas como “Órdenes menores”. Este apelativo, utilizado sobre su conjunto de manera en ocasiones despectiva, acostumbra a llevar implícito muchos significados.
Ya sea por lo limitado de sus capacidades, por el recelo que pueden llegar a despertar en los cuerpos que se encuentran en riesgo de ser sustituidos, o por lo que concierne a lo reducido del número de sus componentes y sus atribuciones, en ocasiones pueden ser quienes desequilibren la balanza del poder hacia terrenos impredecibles.

Los campos de estudio que abarca La Orden son tan amplios, y se pueden llegar a propagar de una manera tan aleatoria que puede ser complicado incuso para sus dirigentes el llevar un control exhaustivo al día. La existencia de pequeñas sedes en lugares remotos y aislado cuyo contacto, de existir, es algo muy esporádico hace que realizar un seguimiento, o el saber la ubicación exacta de cada una de ella sea casi imposible. Este hecho, si bien es complejo cuando se trata de alguna expedición organizada por una de las órdenes mayores, cuando los implicados pertenecen a un cuerpo autofinanciado por un grupo pequeño, o sufragada por algún mecenas externo, es posible que de cara a las altas instancias ni siquiera existan.

Más allá de los ámbitos e intereses ocupados por las quince grandes, entre las órdenes menores no es que exista un vacío de poder considerable, sino que las posibles luchas entre ellas pasan totalmente desapercibidas ante quienes se disputan los grandes objetivos.

Como ya sucedió en su momento con los Economistas, la teoría afortunada de uno de sus componentes puede catapultar a una de ellas hasta las altas jerarquías. Así pues, tanto ellos como ciertos miembros de los Astrónomos, componentes de diversos cuerpos teóricos de las artes o del lenguaje como puedan ser los Comunicadores o los Estetas, y una infinidad de pequeños cuerpos con intereses de lo más diversos como Agrónomos, Narradores o Estadísticos buscan constantemente su oportunidad de despuntar y sacar a sus pasiones del ostracismo o la intrascendencia.

Al contrario de lo que puede suceder en ocasiones con quienes ambicionan formar parte de las órdenes troncales, quienes aspiran a acceder hasta las menores rara vez suelen hacerlo debido a la aspiración de crecer políticamente o ganar el favor de los poderosos. Esto no es óbice para que entre sus filas no se encuentre gente ambiciosa en todos los sentidos, o para que no deseen una mayor relevancia para sus campos de estudio.
Si bien este se trata de un perfil anómalo dentro de estos cuerpos, también se han dado casos en los que ciertos individuos han utilizado estay aparente invisibilidad como una herramienta para la ejecución de planes a muy largo plazo, en ocasiones en contra de la propia Orden.
De cualquier manera, que el perfil de quien aspira a formar parte de estas órdenes no sea el clásico que se asociaría a alguien deseoso de poder, no implica que carezcan de ambición o que sean gente menos apasionados por lo que hacen.
Tampoco implica que todos ellos sean unos idealistas que desconocen el mundo en el que se se adentran.
De la misma manera, las intrigas que se tejen entre sus pasillos no son menos ambiciosas que aquellas que tienen lugar en las altas instancias. Los distintos grupos de presión, alianzas ocasionales, u oscuras cábalas que pueblan los salones de La Orden no sólo aspiran a hacerse con el control de la misma, sino que entre sus filas también milita gente cuya aspiración es la de “arreglarla”. Convertirla en lo que entienden que debería haber sido siempre. Científicos, políticos y técnicos que quieren depurar y perfeccionar el sistema ya sea utilizando sus mecanismos o subvirtiéndolos.
Pese a que es raro que alguien con aspiraciones políticas entre a formar parte de alguna de estas órdenes, algunos de los grandes cambios que ha sufrido La Orden han tenido lugar como consecuencia de las acciones iniciadas dentro de las órdenes menores.

El hecho de que se tenga de ellos una imagen que oscila entre la inocencia y la idealización un tanto infantil, también ha hecho que se les hayan otorgado toda clase de sobrenombres despectivos como el de “becarios del gran conocimiento“ o de “perseguidores de la pequeña ciencia”.
Más allá de lo referente a su tamaño, la pertenencia a las órdenes menores no excluye la grandeza de objetivos o ambiciones. En algunas ocasiones, la frontera que separa a las órdenes menores de ciertos cuerpos que forman parte de los componentes del Yishin Amat es difusa. Tampoco es raro que, en ciertas materias, sus intereses entren en conflicto o se solapen directamente. También ha llegado a darse el caso en el que, un campo de estudio ha sido “arrebatado” a una de las grandes órdenes en favor de alguna de las menores.

Las épocas convulsas han sido un caldo de cultivo ideal para el surgimiento de nuevas escuelas. De manera histórica, en aquellos momentos en las que ha tenido lugar algún suceso anómalo, ya haya vendo este provocado por la aparición de alguna alteración a gran escala de las leyes universales comúnmente aceptadas, por el descubrimiento de algún concepto que haya servido como impulsor de cualquiera de los grandes campos del conocimiento, o por la llegada al poder de algún Omniarca con ideas renovadoras que ha apostado por la recuperación de algún saber caído en el ostracismo y el olvido, quienes forman parte de las órdenes menores no se han quedado atrás a la hora de buscar su oportunidad para abandonar el seno de alguna de sus hermanas mayores e iniciar su andadura en solitario.
Ha sido bajo este tipo de condiciones cuando se han producido un mayor número de intentos de escisión de los grandes organismos, o cuando ha tenido lugar una mayor proliferación de nuevos cuerpos dedicados al estudio de distintos campos del saber, ya hayan sido estos innovadores o centrados en materias hasta entonces en declive.

Estos momentos también han servido con frecuencia para el surgimiento y la fundación de iniciativas que nada tienen que ver con el conocimiento. Amparadas bajo la apariencia de proyectos formales, y sustentados sobre una retórica que incorpora con eficacia ciertos lugares comunes, algunas de ellas han sido capaces de lograr superar los primeros escrutinios. No ha sido hasta que han tenido que mostrar resultados o una serie de formulaciones contrastables que se ha descubierto su falsedad. El daño causado por estas iniciativas no ha dañado únicamente la reputación de La Orden, sino que su impacto ha llegado más allá de la mera merma estética.
Más allá de que las premisas de este tipo de iniciativas no sólo hayan acostumbrado a carecer de cualquier base remotamente contrastable, algunas de ellas también han llegado a entrar a formar parte del mal llamado “saber común”.
De la misma manera, y dentro de este mismo ámbito del engaño y la manipulación interesada, también han surgido otro tipo de organizaciones que, bajo el falso pretexto de pertenecer o estar relacionada de alguna manera con La Orden, carecen de cualquier relación con ella. Este tipo de agrupaciones criminales se han servido de esta falsa premisa para esparcir una serie de ideas siempre dañinas de una u otra manera.

Así pues, todo esto ha provocado que, en momentos puntuales, las órdenes menores se hayan movido también entre el descrédito, la suspicacia y la indiferencia fuera de Cahirn Ansay. Quienes forman parte de ellas, o aquellos que han luchado por obtener la independencia de estos cuerpos son conscientes de este hecho, pero esto no impide que aspiren a alcanzar esta condición.
En contra de la creencia común, no sólo quienes forman parte de alguna de las grandes órdenes son poseedores de ambición personal o de grandes metas. De la misma manera dentro de las quince órdenes pertenecientes al Yishin Amat existen estudiosos cuya única preocupación es la de llevar a cabo sus proyectos, dentro de las órdenes menores también hay eruditos que consideran que sus campos de estudio deberían estar más presentes en el debate público, o que estiman que la labor o la relevancia de alguna de las grandes materias están tremendamente sobrevaloradas.
En esta guerra por la relevancia todo vale. Cualquier fallo de estos organismos, o muestra de debilidad de sus Oxiarcas son utilizadas por estos individuos para tratar de aumentar el descrédito hacia ellas, y poner sobre el tapete del juego político la posibilidad de un cambio significativo.

En la actualidad, pese a la aparente finalización de la ola de eventos anómalos iniciados por el Garshed Jonural, la vida diaria de casi todos los cuerpos que componen La Orden, al igual que ha sucedido en todo el oeste continental, aún continúan claramente afectados por la magnitud del suceso, y por la multitud de consecuencias originadas a partir de él.

Este suceso, lo que algunos han llegado a proclamar de manera pretenciosa como “la prueba de fuego para la que fue creada La Orden”, ha supuesto un duro golpe tanto para ella como para el resto de estamentos científicos del mundo. La incapacidad para prevenirlo, explicarlo o minimizar su impacto ha sido un argumento utilizado en su contra de manera exhaustiva durante los últimos años. Quienes más afectados se han visto por estas críticas han sido los organismos más consolidados, y esta ha sido a su vez el momento utilizado por los disconformes para hacer escuchar su voz en diferentes foros.

La comprensión acerca del mismo funcionamiento de la realidad aún está muy lejano, y no es necesario formar parte de ninguno de los cuerpos que componen el núcleo duro de las ciencias puras para aceptar esta verdad. El conocimiento que se posee acerca de este respecto, al igual que la manera en la que interactúan el mundo físico y todo aquello que se encuentra en contacto de manera imperceptible con él, continúan formando parte de las grandes preguntas aún sin responder por la humanidad y, por añadidura, por La Orden.
Toda afirmación categórica alrededor de estos conceptos no ha tardado en se desmontada, e incluso aquellos aspectos que han superado el primer escrutinio no han estado libres de ser puestos en duda. Estos hechos hacen que una parte importante de quienes aspiran a la creación de nuevas órdenes traten de desmarcarse de las maneras en las que estas preguntas han sido afrontadas con anterioridad. El enfrentamiento natural entre las nuevas generaciones y las ideas defendidas por quienes ostentan el poder no se limita únicamente al terreno de la ciencia, sino que también se suele extender hasta otros ámbitos como el de la propio validez de ciertos estatutos, la necesidad de preservar el estatus quo, o la necesidad de un cambio drástico en la normativa y distintas jerarquías de La Orden.
Este tipo de iniciativas, apoyadas por los sectores más inconformistas de los Pensadores, ha tenido como consecuencia la generación de una reticencia generalizada en contra de cada nueva petición, ya sea esta una escisión de alguno de los grupos mayores o de cara a incluir alguna nueva materia al currículo de La Orden.

Por más que estas iniciativas carezcan del apoyo suficiente para desencadenar grandes cambios, su misma existencia, y la posibilidad de que alguna de sus ideas se propague fuera de los muros de Cahirn Ansay supone un riesgo para la imagen de la organización. Si bien esto no es algo que afecte de manera exclusiva o directa a las grandes órdenes y sus jerárcas, con el paso del tiempo si que ha llegado a establecer como una dinámica molesta para ellos. Un hábito que nace en el momento en el que sus futuros miembros comienzan su fase de aprendizaje y que, a la larga, sólo les genera problemas. Este tipo de actitudes se han tratado de controlar y atajar sin éxito de distintas maneras a lo largo del tiempo pero, en una parte significativa de estos casos, los únicos elementos disuasorios que han demostrado su efectividad, han sido el mismo paso del tiempo y la concesión de un poder limitado a quienes han encabezado estos movimientos. Cuando lo que se encontraba detrás de los mismos no eran ni la ambición política ni la rebeldía o el inconformismo propios de la juventud, han llegado a ser uno de los principales y más constantes fuentes de incomodidad de los dirigentes de La Orden.

La vida en La Orden durante los últimos años, al igual que lo a sido casi a nivel global, ha sido muy tensa. El constante cruce de recriminaciones, críticas y acusaciones se han mezclado con el surgimiento de cientos de nuevas teorías. Cada avance que se ha dado en un campo ha sido seguido por una mezcla de suspicacia, desconfianza y escepticismo, cada planteamiento formulando descubría más preguntas cuya existencia no se había planteado que aquellas que solucionaba. La práctica totalidad de las escuelas se ha visto afectada, y los diferencias entre cismas preexistentes en ellas se han acrecentado.

Coincidiendo con esta situación, de la misma manera que ha resultado ser una de las causas principales para el resurgimiento de los Futuristas, y el posterior ascenso hasta el poder de uno de sus miembros, también ha hecho de ella una de las órdenes más cuestionadas. Entre las críticas que se les han hecho se han alternado aquellas que han puesto en duda una vez más la misma razón de su existencia, o las que directamente les acusan de haber sido partícipes del desastre a través de sus investigaciones.
Mientras esto sucedía, a lo largo del presente ciclo en el que se ha visto el mundo, el auge inicial hace tiempo que dio paso la actual situación de declive en el que parece estar sumido el mundo científico. Algunos de estos argumentos han utilizado para atacarles no son nuevos, al igual que que tampoco resulta innovador el uso partidista que se ha dado a la situación de crispación. Toda situación de crisis sirve, de manera indistinta, como oportunidad para el surgimiento de oportunistas o visionarios capaces de darles solución. El problema reside en identificar a cada uno de ellos como lo que realmente son.

Dentro de La Orden, este tipo de individuos suelen postularse como los nuevos salvadores del conocimiento. Personas que aspiran a guiar a la organización a través de las tormentas provocadas por lo imprevisible de los cambios culturales, pero también se producen movimientos a más pequeña escala que pueden llegar a pasar desapercibidos.

A lo largo de los últimos años se han producido tres movimientos en este ámbito considerado menor.
El primero de ellos ha afectado a los Futuristas, ya que proviene desde su mismo interior. Utilizando como excusa el actual momento de incertidumbre en el que se encuentra sumido la orden que los alberga, el cuerpos de los Analistas, conocido también de manera despectiva como “Buscadores de profecías”, ha aprovechado para distanciarse de las líneas de investigación seguidas por su alma máter y solicitar una mayor autonomía.
Liderados por la reni Nlussa Li’Vrasún (Tselana, Rearem, 716) ha basado su alegación en que el campo de acción de sus miembros cada día está más alejado del de Futuristas, al igual que se distanció en su momento del de los Cronistas que los albergaron. Ellos no investigan la oscuridad primaria como los primeros, ni se limitan a recopilar datos de los textos antiguos como los segundos, sino que su análisis va mucho más allá.
Con estos argumentos, Li’Vrasún se ha presentado ya en dos ocasiones ante el Yishin Amat para solicitar su independencia, a pesar de ser plenamente consciente de que mientras Tilsaya Misshín continúe ostentando el poder sus ambiciones no llegarán a consumarse.
De cualquier manera, esto no le ha impedido el tratar de hacerse con el apoyo de otros miembros del consejo rector, el buscar financiación para sus ambiciones fuera de La Orden, o el tratar de menoscabar la autoridad de la actual Omniarca.

En el ámbito de los Naturistas también se ha producido un movimiento homólogos al de los Analistas. Si bien este tipo de acciones han sido más habituales en este cuerpo, dado lo longevo de su existencia y lo diverso del alcance de sus campos de estudio, esto no hace que la presencia de este tipo de incidentes no resulten algo traumático.
En esta ocasión, el desencadenante del conflicto ha estado centrado en dos vertientes muy diferenciadas. En la parte práctica, la incapacidad demostrada a lo largo de los últimos veinte años para explicar o predecir el comportamiento del continente errante han supuesto un duro golpe para los cuerpos dedicados a las ciencias aplicadas. Si bien lo inabarcable del suceso, tanto por la falta de un precedente similar, como por lo colosal de tamaño sí mismo, ha servido como paliativo ante la ineficiencia de los Naturistas a la hora de predecir la llegada de la gran penumbra, su tránsito o sus consecuencias, esto no ha servido para acallar por completo el surgimiento de ciertas voces dentro de las altas instancias que han puesto en duda la función y utilidad de los Naturistas.
En su vertiente puramente conceptual, dentro de los mismos Naturistas también se han hecho oír las voces de quienes la acusan de ser un órgano mastodóntico y anquilosado incapaz de adaptarse al cambio de los tiempos. Estas acusaciones, si bien tampoco son nada nuevo, sí que han acostumbrado a provenir históricamente desde el exterior de sus filas. En su ambición por tratar de abarcar tanto, se la acusa de haberse convertido en una entidad excesivamente burocratizada y bloqueante.
Dentro de este segundo debate, si bien las posiciones se encuentran muy enfrentadas, no lo están tanto las fuerzas de ambos bandos. Aún así, la brecha creada ha servido para que naturistas como Hardov Numaens (Vaslatvik, Saliria 681), y Denyala Maeshu (Signus, Baern 698) hayan hecho sendas peticiones para que los cuerpos que lideran dentro de esta orden, Físicos y Astrónomos, salgan de su seno.
Ninguno de estos dos naturistas son jóvenes recién llegados, y sus peticiones no son fruto de la situación reciente, sino que ambos abogan por una mayor libertad en sus estudios, una mayor capacidad de especialización en sus respectivos campos, y poder trabajar sin las restricciones que les impone la pertenencia a su actual orden.

Ambos afirman también que, lo que por muchos es percibido como una sistemática ausencia de descubrimientos o avances dentro del seno de los Naturistas, es una consecuencia directa del nefasto sistema de gestión que que gobierna a esta orden. Los recursos destinados a sus múltiples áreas de estudio se han dedicado de manera esencial a engrasar una anquilosada y absurda maquinaria de revisión incapaz de procesar o entender en su magnitud todo el material que se le proporciona.
Estos argumentarios, utilizados ya con anterioridad por otros descontentos, por más veces que hayan sido rebatidos continúan reapareciendo de manera cíclica. Mientras que se apoyan en verdades parciales, ignoran intencionada aquellos aspectos relacionados ue no les interesan.
Al igual que ha sucedido con cada una de las órdenes que han poblado la organización en un momento u otro, a lo largo de los siglos no sólo se ha puesto en entredicho el acercamiento de cada una de ellas hacia la ciencia y el conocimiento, sino también su misma pertenencia al Yishin Amat.

La visión cortoplacista y mercantilista de la ciencia es un problema que viene ya de lejos. Voces como las de la Pensadora Iskena Vislavad (Ulsvikta, Saliria 361, 444) ya catalogaron en su momento a la parcialidad e inconsciencia de estas actitudes como el gran mal endémico que ha asolado tanto a La Orden como a todas aquellas naciones que se dicen civilizadas. Uno de los grandes escollos que no ha sido capaz de sortear ninguno de los distintos equipos de gobierno.
Vislavad, seguidora de la escuela de la escuela de pensamiento Rishdasevica, consideraba que supeditar la expectativa de resultados a un marco temporal concreto era un error. De la misma manera, cuantificar estos resultados de una manera puramente económica convertía a la ciencia en una herramienta para la economía, cuando ella consideraba que esta relación tenía que ser inversa; las economías nacionales tenían que estar a la completa disposición del conocimiento en sus distintas formas.

La Orden no es un ente aislado y estanco al miedo, la superstición las modas u otras influencias provenientes desde el exterior, y este es un hecho aprovechado en ocasiones por diversas personas y grupos en sus intentos para que sus mensajes ganen en visibilidad. Ya se trate de cuestionar el orden establecido, plantear propuestas irrealizables o exigir una serie de resultados que se adecuen a sus intereses, los charlatanes saben a ciencia cierta que, sin importar que cualquiera de sus pretensiones sean a todas luces imposibles de llevar a cabo, un gesto aprobatorio de La Orden puede suponer un salto y un impulso inconmensurable para las mismas.
No es necesario que ninguna de ellas llegue a formar parte del currículo de la organización. Del simple hecho de que no reciba un “no” rotundo se pueden llegar a sacar grandes dividendos.

Esto no hace sino aumentar la presión a la que son sometidos los administrativos que realizan el proceso de revisión y admisión de nuevas propuestas. Estas presiones provienen tanto desde el exterior, de donde surge una infinidad de ideas peregrinas intercaladas con escasos atisbos de lucidez, como desde el interior, donde tienen que encontrar el difícil equilibrio que concilie los principios sobre los creó La Orden con los intereses personales de algunos de sus miembros y mecenas, las demandas externas, y el riesgo implícito que conlleva la necesidad de evitar el estancamiento y buscar la innovación.
La manera en la que se gestionan estas situaciones a todos los niveles, la respuesta que se da a cada una de estas peticiones, y el modo en el que cada decisión impacta en la propia estructura de La Orden nunca son iguales. De manera independiente a que las decisiones o las herramientas para plasmar cada idea y su resolución sean políticas, económicas o científicas, su impacto siempre es impredecible.

Como consecuencia de todo esto, si bien sigue existiendo la posibilidad del establecimiento de nuevas órdenes, el proceso para llegar a lograrlo cada día es más complejo. Por supuesto, el procedimiento no es aplicado de la misma manera para todos los solicitantes. Los intereses procedentes de todos los particulares no son tratados de igual manera. Aquellos que provienen de quienes son capaces de costeárselos, por más obtusos que sean, de manera irónica acostumbran a tener precedencia sobre los de quienes, pese a haber realizado un estudio previo en detalle, sólo cuentan como argumento con un puñado de teorías plasmadas sobre el papel.

No obstante, se dan también casos excepcionales en las normas son tergiversadas para alcanzar objetivos en teoría más nobles. En aquellos casos en os que coinciden los intereses del pretendiente y el receptor de la petición, los formalismos pueden llegar a ser menos estrictos. Cuando se produce está sintonía, y lo que se busca es atender a la razón última sobre la que se crearon estas normas, el camino a recorrer puede llegar a ser más razonable. Esto no evita que, pese a que estas actuaciones puedan estar movidas por una preocupación sincera, de descubrirse lo sucedido todos los participantes sean llevados a juicio.

Las contradicciones que siempre han existido entre lo que cada uno de los órganos rectores ha querido que sea La Orden, lo que podría haber llegado a ser, y lo que realmente ha sido en cada una de sus encarnaciones han permeado a la organización a todos los niveles. No puede escapar a su propia historia ni a sus errores, al igual que no puede vivir exclusivamente de los éxitos del pasado. afectándola a todos los niveles. En unas ocasiones los temores y las incertidumbres del pasado regresan para atenazar sus decisiones, en otras para espolearlas.
En la situación actual, las dinámicas y sucesos recientes han forzado a sus dirigentes a tomar decisiones arriesgadas que más tarde le han afectado negativamente. Como responsable máxima de La Orden, quien más ha visto perjudicada su imagen, su capacidad para hacer prevalecer su criterio, o la posibilidad para llevar a cabo su visión ha sido Tilsaya Misshin. Al mismo tiempo, las presiones procedentes de distintos sectores no han ayudado a que algunas de las decisiones acertadas tomadas por parte del Yishin Amat hayan llegado a buen puerto.

Durante el mandato de la presente junta rectora, su relación con las órdenes menores, al igual que con quienes aspiraban a alcanzar este estatus, ha sido muy distante. Aquellos que han tratado de utilizar el Garshed Jonural como un medio para justificar sus peticiones se han encontrado con un muro infranqueable. Por otro lado, aquellas órdenes que han solicitado durante los últimos años un aumento en sus partidas presupuestarias tampoco han tenido más suerte.
La situación de pánico vivida en el oeste continental no ha llegado hasta Cahirn Ansay, pero esto no implica que algunos de sus síntomas no hayan llegado hasta allí. Durante esta crisis apenas se han producido cambios significativos para aquello no relacionado con tratar de comprender la repercusión del evento y, la postergación de estas decisiones, ha repercutido muy negativamente en la relación entre el Yishin Amat con sus subalternos. Dentro del propio órgano rector las posiciones tampoco han sido uniformes, y se han producido distintos cambios de parecer en algunos de sus miembros a lo largo de su mandato. Mientras que algunos de estos cambios han sido debidos a motivos puramente políticos, otros. En otros casos, como puedan ser los de Elisia Dainyascu o Denyaqu Vislag, lo que era una animadversión pública en contra de los Futuristas ha terminado desembocando en una enemistad personal con su antigua Oxiarca, pero esto no ha quedado sólo ahí. El estado de crispación no es algo que se haya dado de manera exclusiva en los dirigentes de las órdenes mayores, sino que también se ha propagado hasta quienes, a priori, carecen de la influencia suficiente como para suponer una amenaza para la alta corte.
La Orden es una olla en ebullición esperando el momento idóneo para desbordarse y explotar. Las intrigas no atienden a rangos o posibilidades reales de llevar a cabo un cambio, sino que se están llevando a cabo alianzas de lo más insospechadas a todos los niveles.
Las consecuencias que pueda acarrear cada una de ellas es una gran incógnita incluso para quienes forman parte de ellas. Todos ellos creen ser poseedores del control de su destino, y confían en que la cada vez más mermada influencia de la Omniarca y sus aliados termine desembocando en una renuncia o una destitución.

Por su parte, Misshin, quien es consciente de una gran cantidad de estas intrigas y de los enemigos que se ha ganado durante su mandato, no ha es alguien que esté dispuesta a abandonar su posición sin luchar. Con una mezcla de orgullo, fatalismo y resignación continúa de la mejor manera que es capaz haciendo sus propios planes para reparar todo aquello que ve dañado.
Tras valorar largo y tendido el abandono de sus funciones descartó tal idea ante las alternativas de sucesión que tenía ante ella. Pese al pesimismo con el que afronta los que sabe que serán sus últimos años en La Orden, aún cuenta con recursos que no ha mostrado.

Tanto las batallas que tienen lugar dentro de La Orden abarcan todo el espectro de lo que significa esta organización. No existe una sola de sus áreas que se encuentre libre de conflictos, ya sean ideológicos, por el poder o por rivalidades personales.
En ese campo de batalla no existe diferenciación alguna entre ambiciones u órdenes mayores o menores. De la misma manera, las armas que se utilizan durante su desarrollo no se limitan a la dialéctica.

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Los Siete Reyes Dragón

Los Siete Reyes Dragón
Nacidos de la roca y la lava, del coral y la fosas abisales, de las entrañas lunares y el corazón del mismo sol, Hijos del Cambio, Hueste Perdida o Guardianes de la Existencia, se les han otorgado tantos nombres como culturas distintas han poblado el mundo desde el principio de los tiempos.
De entre todos ellos, sólo siete, humanos por elección desde antes que cualquiera de los nacidos bajo ese signo, cuidan de la humanidad y del descanso de sus hermanos mientras aguardan el regreso del enemigo. Un vigía por cada uno de los siete picos, los primeros de los allí nacidos, fueron bautizados por los padres de los hombres como Los Reyes Dragón.

Esta primera dinastía estuvo formada por:
Dae'on; Primer nacido entre los Mayane Undalath y Señor del Gurudael.
Narg'eon; primogénito del monte Kibani.
Shat'red; Arquitecto de la submarina Matnatur.
Yur´kahn; Mayor de entre los vástagos de Lianu.
Sem'bar; Portador del legado de Olen'Dogar.
Mash'Kar; Domador de las llamas de Nalot.
Noroth'grael; Valedor del halo de Lubdatar.

Ellos blandieron por primera vez las siete llaves, las hojas forjadas para detener al Destructor en su camino. Ellos construyeron las puertas que antaño unieron los siete picos, a las que llamaron Werek, la que une a los hermanos, y custodiaron las fronteras que separan los mundos durante siglos.
Pero esta primera dinastía fracasó en su cometido. El enemigo no podía ser derrotado en combate, pues ellos eran la destrucción, y la muerte y el dolor su alimento. “La que une a los hermanos” fue utilizada por el enemigo las utilizó para asaltar los picos, y estas puertas pasaron a ser conocidas como Rakundareh, las portadora de desgracias.

Pero ellos no eran los únicos combatientes y víctimas en aquella contienda. Las ciudades humanas también fueron diezmadas y, de los siete picos, tan sólo Matnatur, el que llegó a ser conocido como Rielt Kamage: la ultima esperanza, permaneció entero.
Gurudael, el primer pico, el lugar del que surgió el primero de entre los Dragún Adai, fue destruido causando una herida tan dañina y profunda que llegó hasta el corazón del mismo mundo y que no pudo ser sanada durante aquel conflicto. Todos los vástagos de aquel monte también fueron destruidos por aquella herida.

Pero, allí donde los primeros habían fracasado, sus descendientes triunfaron, aunque no sin grandes y trágicos sacrificios. La guerra finalizó, y la realidad había sobrevivido. Los guardianes no habían fallado en su misión vital, pero la primera dinastía de Reyes Dragón había muerto en su totalidad, al igual que la gran mayoría de los padres de la humanidad. La victoria había sido amarga e incompleta. Las siete llaves se perdieron, y las puertas que formaban Rakundareh fueron destruidas por aquellos que las habían creado, dejando incomunicados a los picos.

Mas la tragedia no terminaba allí. La humanidad se había visto afectada por el enemigo. Cada nueva generación era menos longeva que la anterior, y algo había despertado en su interior. Algo oscuro que siempre había formado parte de ellos pero que los primeros hombres lograron mantener controlado hasta entonces.

Los guardianes que sobrevivieron y decidieron convivir con el hombre, pronto descubrieron que aquellos a quienes llegaban a tomar afecto envejecían y morían, dejándoles con una sensación con las que pocos eran capaces de lidiar. La Hueste Perdida no tardó mucho tiempo en regresar a su hogar o en partir en busca de otros mundos. Aquel se les hacía un lugar triste al que apenas un centenar de ellos lograron adaptarse o comprender.
Unos pocos se dedicaron a recorrer el mundo, relacionándose sobre todo con los suyos, y con los escasos supervivientes de las generaciones más antiguas de los hombres, con aquellos nacidos antes de que estallase la guerra que continuaban inmunes al abrazo del tiempo.

Tras el fin del conflicto, a la primera dinastía de los Reyes Dragón le siguió otra formada por los más ancianos de entre los supervivientes de cada uno de los picos. Pero en aquella ocasión y, hasta el día de hoy, todo ha sido distinto. Han cuidado del sueño de sus hermanos y los han despertado en las dos ocasiones en las que ha regresado el Destructor, pero ya no viven en sus montes natales, ni han reparado las salas y estancias en las que antaño habitaron.
Algunos de ellos moran entre los hombres y los protegen tanto de los enemigos externos como de aquellos que se encuentra entre ellos, mientras el resto buscan a aquellos que partieron antaño más allá de astro que les ilumina.
Pocos quedan ya entre los habitantes de Daegon que sepan de su existencia o de la de los sus hermanos. Para sus protegidos sólo son una leyenda, un mito, una quimera, cuando no otro monstruo con el que asustar a los niños.

En el aniversario de la primera llegada del Destructor se reúnen sobre los llameantes brazos de Sholoj compartiendo entre ellos las señales que han detectado del siguiente advenimiento del enemigo.

arcanus

El Contemplador

El Contemplador
Huatûr "El contemplador", el ser vivo más longevo que habita el mundo, es el guardián de Olen'Dogar y el gran organizador.
A lo largo de la historia él ha sido quien más activamente se ha dedicado a prever, advertir y preparar a la humanidad sobre cada nueva llegada del enemigo o sus vástagos.
Ha hecho de Kay Tíndawe “La estancias de los espejos” situada en el corazón de Lutnatar, el centro neurálgico de su misión y desde allí atisba los sucesos que se producen en los distintos niveles de existencia.
También ayudó a crear y organizar el Kilgar Doreth, el “Concilio de los inmortales” para ayudarle en su misión.
De los Siete Reyes es quien menos se relaciona con la humanidad de manera social. Cuando habita entre los hombres utiliza multitud de nombres y aspectos, y lo hace casi de manera exclusiva para obtener información. Es un comerciante de conocimiento. Eso es lo único que da y lo único que pide como pago.
Desde la muerte de Daegon se alejó de todo contacto e implicación personal, tanto con los hombres como con sus hermanos. Su misión es lo más importante y se muestra frío, analítico y distante con todo aquel con quien se relaciona, aunque esta actitud no logra engañar a los pocos que le han llegado a conocer en profundidad. La máscara que ha decidido adoptar no es capaz de ocultar a todo el mundo su preocupación y constante lucha interior para evitar una implicación a nivel personal con los demás.

Apenas se permite unas pocas excepciones a esta norma, dos de las más notables son Arcanus, en cuya búsqueda del conocimiento puro casi ve a un reflejo de si mismo, y en Rogani, por quien no puede evitar sentir cierta simpatía, pese a ser consciente de que es la antítesis de su misión, y del peligro que conlleva su actitud amoral y casi nihilista.

Quizás cuando todo acabe, se dice. Pero sabe que cuando acabe la lucha, no quedará nada.

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El Errante

El Errante
Yrmus Krill es el hijo y guardián del monte Kibani y segundo en edad de entre los Reyes.
Durante milenios, su presencia entre los suyos ha sido meramente testimonial. El pico que le dio la vida desapareció de este mundo junto al continente de Nargión durante la llamada “Segunda guerra de los dioses”. Perseguido por los fantasmas de aquellos a los que no pudo salvar tras el desvanecimiento de su hogar, se convirtió en un hombre roto lastrado con una culpa autoimpuesta que no le correspondía. Su vida ha sido una lucha constante y la persecución de una paz de espíritu que no ha alcanzado hasta hace poco tiempo.
Él es el viajero, el explorador de las dimensiones, el cartógrafo planar. Impulsado por el vínculo que le une al lugar en el que reposan sus hermanos ha atravesado el velo que separa los distintos niveles de realidad en su búsqueda incesante.
Pero esta misión le costó muy cara, el aislamiento, la fatiga y la culpa le llevaron hasta extremos peligrosamente cercanos a los umbrales de la locura y sólo el contacto esporádico con sus hermanos le hacía recordar por qué estaba luchando. Aún así, en varias ocasiones faltó a la asamblea de los reyes al hallarse perdido por lugares que ningún otro ser poseedor de consciencia había transitado con anterioridad.
Finalmente, apenas hace tres siglos, encontró la dimensión en la que se hallaba Nargión. Vio que la humanidad había perdurado en aquel lugar casi antagónico para ella o para la misma esencia de los guardianes, pero no había quedado libre de su efecto.
En el interior del Kibani también percibió la esencia aún latente de sus hermanos, pese a no poder permanece demasiado tiempo en aquel lugar lo visitó constantemente tratando de recabar información para volver a traerlo de vuelta hasta Daegon. El camino hasta aquel lugar era peligroso incluso para él, pero no dudó en atravesarlo tantas veces como fue necesario. Pero cada viaje era más duro y cada momento que pasaba en aquel lugar una agresión para todo su ser.
En uno de sus últimos viajes volvió herido y casi derrotado. Viajar tan cerca de la oscuridad primaria le había arrebatado todas sus fuerzas y la promesa del descanso que le ofrecía el olvido nunca se le había sido tan tentadora. A su regreso su cuerpo apenas era un cascarón vacío que, de no ser encontrado por nadie habría terminado por desvanecerse.
Pero fue encontrado por Ilena y Sanda, madre e hija, mortales, humanas, mujeres, “normales”. No eran guerreras pero no por ello dejaban de ser fuertes, de ser luchadoras.
El ser salvado por ellas, por los seres que debía “proteger” no sólo le sirvió para afianzar su determinación, sino que le dio un punto de apoyo, un lugar “real” al que regresar alejado del abstracto de su misión.

Gracias a él, el continente regresó de nuevo hasta su hogar durante el último advenimiento del Destructor, y tanto él como sus hermanos se pudieron unir a la lucha. Una lucha que sabían perdida pero que nunca darán por finalizada.
Ahora hay de nuevo paz. Una paz triste, fatalista, pero él no decaerá. Nunca había tenido tan claro el por qué de su lucha. El por quién.

arcanus

La Madre

La Madre
Maed Lloar, Luz de Matnatur, al igual que sus hermanos, ha recibido miles de nombres a lo largo de la historia de la humanidad, pero si hay uno que la ha definido por encima de los demás, este ha sido el de Madre. Si hay una personificación de la vida, una representación física de lo que significa esta palabra, una heredera del legado de Daegon, esta es la señora de Rielt Kamage. De todos los apelativos que ha recibido, de haber uno que ha podido rivalizar con el de “Madre”, y que también le ha acompañado a lo largo de los milenios, este ha sido el de Sanadora, pero no sólo de la humanidad, sino también del mismo mundo.
Pero estos apelativos no se limitan sólo a la humanidad ya que, para sus propios hermanos, ella es un refugio al que acudir cuando todo parece perdido, un punto de apoyo a partir del que seguir luchando cuando se ha perdido la esperanza.
Ella es la madre sanadora, la dadora de vida, la luz que indica el camino.

A través de su relación con Daegon, a quien sostuvo en sus brazos tras nacer, comprendió lo que significa ser humano mientras, juntas, forjaron y compartieron una visión común sobre el que consideraban como el objetivo vital de la humanidad. En honor, reconocimiento y agradecimiento a ella y su labor, asumió una forma femenina a la par que hacía suyo uno de los aspectos de su misión.

Pero, al contrario que sus hermanos, ella asume su labor a una escala pequeña, más local. Busca aquellos lugares más dañados por la cercanía del enemigo y se asienta en ellos tratando de extirpar esa presencia y sus consecuencias, no desde la lejanía. No evita involucrarse con aquellos que quiere cuidar, ni evitan el contacto pese a saber que es indivisible del dolor que le causará la posterior pérdida, parte indivisible de sentirse humano.
Ella vive entre las gentes que habitan en esos lugares como uno más mientras sana sus heridas y las de el lugar al que llaman su hogar.

Pese a lo altruista de su misión, esta no se encuentra exenta de dolor o riesgo. Las distintas fases que conforman su labor le exigen que hunda sus raíces en lugar y las vidas de todos los que lo habitan. En entregarles gran parte de su misma esencia, dejándola expuesta a multitud de peligros a los que, de otra manera, sería inmune. Pero no por ello se oculta o deja de cuidar a quienes se encuentran bajo su protección, o deja de acudir cuando la necesitan sus hermanos.
Recuperar de nuevo todo su esplendor es un proceso muy lento que necesita del transcurrir de varias generaciones humanas pero, mientras tanto, su presencia sigue siendo necesaria en esos lugares para poder acometer los siguientes pasos necesarios para finalizar su tarea. Sabe que no se puede curar aquello no te importa.

La partida nunca es fácil ni está exenta de dolor. Una gran parte de ella misma queda en el lugar. Su vida y su afecto ya han quedado irremediablemente ligados a la de los descendientes de quienes le han ayudado, a la vida de todos aquellos que ha visto y ayudado a nacer.
Su presencia tampoco es olvidada por aquellos a quienes deja. Estos y sus descendientes, como tratando de suplir su ausencia, suelen erigir nuevos cultos dedicados a ella, cultos en los que la encumbran como una deidad de la fertilidad, la agricultura, el amor o la curación, diosas a las que otorgan los nombres que había tomado mientras se encontraba entre ellos.

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El Forjador

El Forjador
De haber alguien capaz de lograr la comprensión en su conjunto del funcionamiento de la realidad, este es Kafarnaul, vástago de Lianu. Si la misión de Maed Lloar es el cuidado de los hombres y del mundo, la suya es la reparación del gran esquema allí donde se encuentra dañado. Él es el arquitecto del futuro, el portador del conocimiento, El Forjador. Su misión no es sólo la de saber, sino también la de comprender y, si hay algo que sabe y comprende, es que la suya es una misión inabarcable, pero no por ello está dispuesto a abandonarla.
Durante su juventud, antes de conocer al enemigo y su auténtica naturaleza, su mente y sus manos ayudaron en la forja las Siete Llaves y la construcción de las puertas que unieron los siete picos. Tras el primer advenimiento no tardó en comprender que las armas y las barreras físicas no lograrían detenerlos. De aquel primer gran fracaso aprendió su primera gran lección vital.
Sabe y comprende que su tarea no está exenta de riesgos y peligros. Que el conocimiento tiene un coste, que sus principales enemigos son la soberbia, el conformismo o el desprecio por aquellas conclusiones que afirman lo contrario que las suyas propias.
Sabe y comprende que aún le queda mucho por aprender. Que el conocimiento se obtiene a través de la prueba y el error, que puede venir de cualquier lugar y cualquier persona, que para mejorar debe estar dispuesto a arriesgarse y fracasar, de escuchar y analizar también aquello y a aquellos que no desea escuchar. Sabe y comprende que el conocimiento sólo llega a través de la duda. De dudar de aquello que aún no es capaz de explicar con sus propias palabras, de aquello que no ha experimentado, de dudar de aquello que sólo sabe, de aquello que da por cierto, pero cuyas razones aún no es capaz de comprender.

Si Maed Lloar es la guardiana de los pequeños detalles, la protectora del hoy, Kafarnaul es el científico, el maestro, el artífice del mañana. Sus tareas son complementarias y su relación casi simbiótica. Va más allá de la empatía, más allá del amor, más allá de lo que los poetas son capaces de narrar. Ella le ayuda a dar contexto a lo que descubre, le trae de vuelta cuando se pierde en sus investigaciones, le ayuda a recordar quien es y la razón última de su tarea.
Aquellos que para “El Contemplador” son sólo nombres sin rostro o datos sin contexto, para ellos son vidas con que han transcurrido ante sus ojos, historias en las que han participado, genealogías que han ayudado a perdurar.

Él fue el primero en comprender lo que Daegon y Maed Lloar intuyeron de manera natural, que el enemigo no podría ser derrotado combatiéndolo como a los hombres. La destrucción no puede ser destruida, debe ser transformada en otra cosa. La agresión responde a la agresión, el miedo responde al miedo, el odio responde al odio. Los instintos deben ser comprendidos y, aquellos impulsos no deseados, controlados. El conocimiento es el arma más poderosa que se puede esgrimir ante el enemigo. Por más que la verdad sea una, cada persona tiene “su” verdad. Verdades muchas veces falsas, interesadas o parcialmente ciertas que sólo pueden ser extirpadas mediante la educación. Pero el conocimiento no se puede forzar en aquellos que no lo desean. La verdad, por más cierta que sea, no puede ser impuesta, debe ser libremente aceptada y comprendida, pues la aceptación de la verdad, sin una comprensión real, la convierte en algo inútil.
Mientras Maed Lloar ha tratado de mostrar estas verdades a los hombres allí donde ha dejado su huella, Kafarnaul ha centrado sus esfuerzos en crear textos, imágenes y otras herramientas que puedan facilitar la comprensión de estas lecciones.

Sólo se permite una pequeña mentira ante sí mismo, la de tener esperanza. Se niega a aceptar algo que comprende que es inevitable. Desea estar equivocado en algo que sabe cierto: La existencia está condenada y es finita. Sólo cuando no quede nada por destruir el enemigo dejará de tener sentido en el gran esquema y desaparecerá para dejar paso a la nada.

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Religión

Religión

La manera en la que los hombres se han relacionado con los poderes ha cambiado ostensiblemente a lo largo de las diferentes edades. De esta manera, la religión, tal y como se conoce hoy en día en Daegon, tardaría mucho tiempo en nace, ya que hasta los albores de la cuarta edad no tendría lugar el primer atisbo y contacto que tendría el hombre con el nivel de realidad en el que existen los poderes.

Antes de aquello, la humanidad había tenido ya contacto con distintos aspectos de los poderes que caminarían sobre el planeta, pero aquellas encarnaciones eran difícilmente distinguibles (tanto en apariencia como en poder) de los padres o los guardianes.
En los tiempos de la tercera edad se rendiría culto, primero a los Tayshari bajo el sobrenombre de los Kansay, pero aquella relación sería más de alianza o recelo, según la facción a la que nos refiramos, que como al concepto actual de deidades.
Más adelante, mientras los tayshari dedicaban su atención y esfuerzos a combatir contra El Destructor, el hombre crearía una serie de abstracciones formadas a partir de varios aspectos de Layga, Ytahc y Avjaal. Estos constructos serían reverenciados, según culturas y momentos históricos, en ocasiones como una única entidad con diversos nombres como Evyal, Arcthuran o Reann, o como los lugares o estadios por los que trascurría la vida humana.
Estos nombres, pese a ser utilizados también en la actualidad como deidades independientes, sólo tienen una relación tangencial con los conceptos que representaban en la antigüedad. Las entidades que actualmente reciben esos nombres suelen ser veneradas como seres humanizados, conscientes y receptivos para con las necesidades de sus adoradores, mientras que , antaño, su culto no respondía tanto a una deidad convencional, como a un intento por explicar el ciclo de la vida; nacimiento, cambio y destina más allá de la muerte.

Sería durante la cuarta edad, tras la caída de los ailanu y la breve victoria de los tayshari sobre El Destructor, cuando el primer mortal alcanzase un estado que le permitiese atravesar las barreras que separan las realidades. El Profeta Ýlar de Jomsul, cuyos sentidos viajarían más allá de las fronteras de su presente, recorrería los mares del tiempo presenciando desde el origen de la vida hasta la batalla que pondría fin a la existencia.
De la interpretación que él haría de los eventos que contemplase en sus visiones surgirían, por parte de sus discípulos y los discípulos de éstos, nuevas corrientes filosóficas que reinterpretarían el concepto del universo y el lugar que ocupaba el hombre en él. Los textos escritos por estos hombres, cuyos nombres olvidaría injustamente la historia y pasarían a ser conocidos simplemente como “Los escribas”, terminarían por convertirse en los pilares sobre los que se asentarían la práctica totalidad de las religiones que surgirían mucho después de su desaparición.

Sería más de un milenio después, y tras leer muchos de los textos de estas escuelas de pensamientos, que los sentidos de Nostat de Yburq lograrían atravesar (según sus propias palabras) el “Banyar“: El velo que separaba el mundo de los hombres del de los inmortales. Tras varios años en coma a causa de la experiencia, despertaría para escribir el Gudayar “El libro de los dioses” en el que crearía una cartografía y una serie de jerarquías y atributos humanos al reino conceptual. A partir de aquel momento cambiaría su nombre para pasar a ser conocido desde entonces como Bayancú “El profeta”. Su legado y su relación con el emperador Ílias Vanshú Meneter condicionarían el desarrollo del mundo civilizado de toda la mitad occidental del continente.

La iglesia tayshari resultante de los manuscritos de Bayankú se ha mantenido hasta el presente pero, podríamos decir que sólo lo ha hecho de nombre, ya que la doctrina que impartiese el profeta no ha dejado ser modificada con el transcurrir del tiempo. Tanto la forma y el fondo de lo que significan y representan los dioses, como el papel que deben desempeñar sus sacerdotes, han ido cambiado a lo largo de los milenios, a la vez que mutaba y se dividía en cientos de interpretaciones (tanto sinceras o interesadas) casi con cada nueva generación y lugar al que llegaba. Más allá de su mito de creación y trayecto hasta el final de los tiempos, todo lo demás ha sido alterado de una u otra forma.

Si sumamos sus múltiples cismas, la iglesia tayshari sería las más expandida por todo el mundo, pero su implantación dista mucho de ser hegemónica. El mapa teológico de Daegon está compuesto por una miríada heterogénea de mitos y leyendas de toda índole, en cuyo interior podemos encontrar todo tipo de estructuras y jerarquías. Desde religiones que se crearían como herramientas de control sin ningún tipo de conexión metafísica, como la teocracia que gobierna Goord, hasta cultos formados por una única persona.
Pero en todo este hervidero de creencias, hay un patrón común presente en todas ellas de una u otra forma. En los diversos mitos de la creación de aquellos cultos, llamémoslas “auténticas” (que, en su origen, serían inspiradas por experiencias provocadas por el contacto con los poderes) están presentes, de una u otra manera, la existencia del Destructor y la batalla que finalizará con toda la existencia.

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Los Señores de Ilwarath

Los Señores de Ilwarath

Se podría considerar al culto a Los Señores de Ilwarath como la religión o la iglesia organizada más antigua sobre la faz de Daegon sin temor a equivocarnos, pero esta afirmación, paradójicamente, no sería del todo cierta.
El origen de la relación (que no adoración) de la humanidad con los gobernantes de la última morada no llegaría hasta los años del ocaso de la segunda edad, cuando la humanidad conociese la mortalidad y comenzase a respetar y temer a la muerte.
Así como su relación con los tayshari sería en un principio de igualdad, ni el más osado de los padres inmortales de los hombres habría puesto jamás en duda que los señores de la tierra de los muertos se encontraban en un nivel de existencia distinto al suyo, o buscaría su aprobación, su beneplácito, ni mucho menos trataría de desafiarlos. Serían sus hijos mortales quienes comenzasen a rendirles culto de una u otra manera.

Es común confundir la adoración a Los Señores de Ilwarath, sobretodo Avjaal y Yago, con la que se profesa a algunos de los aspectos del Destructor o los kurbun. En el fondo, todos ellos representa distintas manifestaciones de un mismo concepto: La muerte o el fin de la vida. Pero la diferencia entre estos cultos no deja de ser muy clara.

La adoración que se realiza de los kurbun, casi siempre bajo la premisa errónea de que tras el final de los tiempos habrá un renacimiento y recompensa para sus fieles, difiere enormemente con respecto al culto que se rinde a los tres moradores de los salones del olvido: La esperanza en el triunfo es un engaño. El final es inevitable.
Dentro de sus filas podríamos diferenciar dos posturas: Lo único a lo que pueden aspirar es a postergarlo o hacer más llevadero su tránsito hasta él.

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Organización de la iglesia

Organización de la iglesia
Pese a que todos ellos comparten el mismo mito de la creación (y final) y se reconocen como “hermanos”, se podría decir que los cultos de cada uno de los señores del inframundo son estancos entre sí.
De esta manera podríamos definir tres órdenes diferenciadas dentro de esta iglesia. Dos de ellas casi idénticas en objetivo y métodos (aunque diferenciadas en cuanto a su organización) junto a una tercera que, pese a tener un “parentesco” directo, apenas se relaciona con ellas.

Los Avyalish

Los Avyalish son los sacerdotes de Avjaal; principio y fin de toda existencia.
Avjaal (también llamado por distintas culturas como Evyal, Avkhal o Nanyaal) es el señor de Ilwarath; La Última Morada o Tierra de los Muertos. Quien rige sobre el destino de las almas de los difuntos. La tradición Ilwaranthi reza que, tras llegar a sus dominios, las almas son divididas en tres hileras.

La situada a su derecha conduce a “Naol Graim”; El Portal de la Reencarnación. En este lugar, las almas son escrutadas por Shur, su custodio, quien las purgará de todo resto de su vida anterior y decidirá si se les otorga la oportunidad de repetir el ciclo vital.

La hilera central, conduce a “Naol Ishtaen”; El Portal de la Iluminación. Aquellos que atraviesan este portal son llevados con los dioses a los que sirvieron fielmente en vida, donde se prepararán para La Última batalla junto a sus señores.
Frente a este portal se encuentra el propio Avjaal, quien elegirá a los mejores para convertirlos en los Inagorn; Los Matadores de Dioses que, bajo el mando de Yago, le acompañarán a Él en el fin de los tiempos.

La última hilera conduce hasta “Naol Kestar”; El Portal de la Destrucción. En el, las almas de los seguidores del Destructor son juzgadas por Yago, y devoradas por los Inagorn.

Los templos de los Avyalish son secretos solo conocidos por los sacerdotes. No hay ostentación en ellos ni nada banal o superfluo. Tampoco hay comunicación alguna entre ellos. Son centros de formación y entrenamiento tanto físico como espiritual, a la vez que sirven como cobijo y centro de información para quienes se han criado en ellos.
Los sacerdotes tienen dos misiones:
Aquellos hombres y mujeres que conforman la orden de los avyalish, desde el momento en el que aceptan “El Camino”, convierten su vida en una búsqueda y persecución constante de los seguidores del destructor y los suyos. La senda que, esperan, les preparará para el momento en el que éste sea liberado.
Los sacerdotes no son reclutados de la manera convencional, sino que son seleccionados de entre aquellos huérfanos cuyas vidas han sido destrozadas por el efecto de los agentes del Enemigo.
Si el huérfano rechaza la oferta del avyalish, será dejado en la ciudad o aldea más cercana. Si la acepta, entrará en el templo y no saldrá de él hasta haberse convertido en uno de ellos.
Para ser ordenado sacerdote el iniciado no debe superar ninguna prueba. Durante su estancia en el templo, llegará un día en el que logrará alcanzar el Ilwari. Un estado en el que su alma viajará hasta la frontera que separa las realidades y contemplará el rostro de su señor, obteniendo con ello su aprobación. Aquellos que no reciben nunca la beneplácito de su señor, permanecen en las iglesias formando a quienes les traen sus compañeros.

Los Bakuren

Aquellos que profesan el credo de Yago; El Destructor de Almas, reciben el nombre de los Bakuren; Los destructores de almas.

Al igual que con los avyalish, no existe una estructura jerárquica que controle o gestione la admisión de nuevos miembros en esta orden. También engrosan sus filas a partir de aquellos que lo han sufrido una gran pérdida pero, a diferencia de estos, los bakuren no poseen iglesias o fortalezas. Aquellos que pasan a engrosar sus filas lo hacen de manera autónoma y voluntaria. Su dedicación suele ser total y su compromiso ciego. Quienes entran a formar parte de esta orden lo hacen porque lo han perdido todo lo que daba su vida.
Quienes se atreven a hablar sobre ellos dicen que sus almas han muerto. Que sólo son cascarones vacíos que luchan por preservar en los demás el reflejo de lo que un día poseyeron.

Su vida es un búsqueda constante en las estrellas de los signos del enemigo. Un vagar errante a la caza de aquellos que destruyeran lo que un día fueron y sus iguales. Su única compañía, sus aprendices. Nunca más de uno y cuando estos han sido preparados, de nuevo la soledad.

Se dice que toda esperanza de tener una vida ha desaparecido para ellos, aunque se sabe de casos de algunos de ellos que han abandonado el camino, siendo capaces de abrazar la esperanza de una vida “humana”

Los destructores de almas son temidos por todos aquellos que alguna vez han oído hablar sobre ellos, pues se dice (y es cierto) que, aquel que muere a manos de uno de ellos, jamás se reunirá con sus ancestros en paraíso alguno.

Tanto los avyalish como los bakuren suelen ser gente fatalista y críptica que apenas se relaciona con personas ajenas al culto o su misión. Su existencia no es un secreto, pero no es algo de lo que la gente suela hablar. Tampoco hacen alarde de su condición cuando pasan por zonas habitadas, pero ello no evita que su presencia despierte en la gente un temor reverencial.
Sin lugar a dudas, el culto a estas dos deidades es el único que no se profesa por ambición o deseo de relevancia social.

Los Chanyannu

Al contrario que sus hermanos, los chanyannu; Quienes guías los muertos, suelen estar integrados en algunas de las sociedades a las que pertenecen.
Su deidad, Shur, es adorado bajo miles de nombres y formas distintos, al igual que reciben distintos nombre quienes la adoran. Su credo está esparcido a lo largo de todo el continente ya, sea como un ente benévolo que personifica la esencia de los ancestros, como la suma de todo lo que está vivo, o como quien les juzgará cunado mureran.

Su fe se suele profesar de distintas maneras ya que, al contrario que sus hermanos, quienes lo siguen carecen de una “misión” concreta. Generalmente su culto suele ser algo difuso y tiende a estar presente, sobre todo, en culturas poco avanzadas ya que en el mundo “civilizado” se les mira con recelo como agoreros y farsantes.
Se dice que aquellos que abrazan su credo lo hacen tras haber sido “tocados” por la deidad. Mientras que gran parte de quienes dedican su vida a su adoración lo hacen por seguir una tradición cultural, hay una minoría que lo hace tras haber sufrido una pérdida traumática. En ocasiones el dolor causado por estos hechos llevan al chanyannu a traspasar el velo que separa las realidades y haciéndoles contemplar por una fracción de tiempo lo que les aguarda a todos. Pese a que el conocimiento que otorga esta visión se desvanece con el tiempo, la marca que ha dejado en ellos es indeleble.

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Textos sagrados

Textos sagrados

Tanto los Avyalish como los Bakuren comparten una serie de textos que son conocidos como El Imral. Estos textos, pese a carecer de un estilo, estructura o continuidad marcada entre unos y otros, se dividen a su vez en dos sub-textos o partes muy diferenciadas; el Abmur Sayal “El libro del alba” y el Abmur Bayán “El libro de los muertos”

Una de sus máximas que se puede extraer de su ideario es:

La existencia no es sino la sucesión de los conflictos entre los opuestos.
Todo comenzó con un instante de creación.
Todo finalizará con un acto de destrucción.

El mito de la creación.

Reza el Imral

Namdaal, el universo primigenio, quien fuese la suma de toda existencia, daría a luz a la primera idea. De aquel acto alumbrador surgirían dos seres: Avjaal, Namak. Los hermanos opuestos. Pero de aquel mismo acto moriría el padre, pues Él era único, y su misma esencia había perdido sentido y significado en una realidad fragmentada. Su existencia no era posible en aquel universo de límites.

De la alianza de los dos hermanos, surgiría Sakuradai, el tiempo, y, junto a ella crearían a Layga, la vida. Ellas darían comienzo al ciclo finito con su nacimiento y de su vientre surgirían incontables criaturas; los dioses.
Los dioses, a su vez, darían a luz al mundo y, de este, surgiría el hombre.

El mito del conflicto.

Durante eones, Avjaal y Namak contemplarían desde la distancia a sus hijos. Sus acciones se les hacían extrañas y sus deseos y pasiones incomprensibles. Ambos poseían visiones distintas y opuestas sobre aquellos seres. Mientras que Avjaal veía belleza y maravilla en el anárquico mundo que habían creado, Namak lo encontraba insufrible y decepcionante.
Durante una de sus discusiones Namak, poseído por la furia, diezmó a los dioses. Tras aquel acto, trataría de destruir a Sakuradai para poner fin al tiempo y comenzar un nuevo ciclo. Un universo estático sin acorde a sus designios.
En su mente sumida en la locura no sabía que todo cuanto existía estaba vinculado al tiempo, incluso su misma persona.

Triste ante la demencia de su hermano, Avjaal se interpondría en su camino. Primero trataría de hacer regresar la cordura a su ser, pero aquello era ya imposible. Finalmente, tras contemplar las consecuencias que habían acarreado sus actos, y la destrucción que continuaba provocando su contienda, tomaría la decisión de acabar con su vida y se convertiría a sí mismo en el fin de todas las cosas. Pero Namak había infectado con su idea a algunos de los dioses, y estos comenzaron a tramar en secreto la consecución de sus objetivos. Estos, durante tiempo inmemorial se ocultarían en el interior de su difunto padre, urdiendo sus planes e infectarían tanto dioses como hombres con su desquiciado fin.
Los dioses supervivientes, ignorantes de la insidiosa presencia de un nuevo enemigo, se alejarían de Avjaal. Su cambio había sido tal, que su presencia sólo les inspiraba temor. Tan sólo cuatro se quedarían vigilantes junto a su padre. Layga trataría inútilmente de revertir su cambio y tanto Baal como Yago y Shur velaban el cuerpo de Namak para que su se semilla no se esparciera.

Esto sería así hasta que Baal descubriese los planes de los namakitas y tratase de ponerles fin. Pero sería herido por Raktaur durante la refriega y, en su intento por obtener el poder necesario para imponerse sobre su rival, se alimentaría de la misma esencia del lugar en el que combatían, convirtiéndose en Namak renacido.
Imbuido por aquel poder antiguo, atacaría a sus hermanos, hiriendo también de gravedad a Avjaal y apoderándose de la esencia de Sakuradai. Nada podían hacer los guerreros contra aquel nuevo ser, ya que su muerte acarrearía también la destrucción del tiempo. En un acto desesperado, Yrgath, el mundo de los hombres, engulliría al Destructor encerrándolo en su interior.

El mito del fin de los tiempos.

Llegará el día en el que El Destructor devore el corazón del mundo en su camino hasta el exterior.
Larga habrá sido la última noche en la ciudad antigua.
Cuando se produzca el advenimiento de Imsalot, su primer heraldo.
En su mano blandirá a Yrsclreriath, la portadora de destrucción.
Y con ella derribará la puerta que separa los mundos, pues ellos son la llave.
Una vez más, el destructor será libre.
A Él se enfrentarán las huestes de Ilwarath en una batalla que consumirá toda vida.
Y, en aquel lugar, el tiempo, la vida y la misma muerte, conocerán su fin.

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La iglesia Tayshari

La iglesia Tayshari

Pese a que el culto a los diferentes aspectos de los hijos de Tayshar se encuentra esparcido a lo largo de todo el continente, lejos de tratarse de un credo unificado, lo hace bajo el aspecto de cientos de nombres, ritos y tradiciones distintas.
De esta manera, no es complicado encontrar paralelismos y similitudes entre los mitos que promulgan las jerar1quías eclesiásticas de religiones organizadas como las de la iglesia Tayshari Menetiana, la de los Shig'Shin'Sihat (Los señores de los salones de Sihat) de Shinzai, o la de los Ogma Nihal Danyé (Los hijos de poder ancestral) en Shatterd. Estos tres culturas, pese a no haber tenido jamás contacto entre ellas, y poseer unos valores y estructuras sociales totalmente diferentes, comparten una serie de elementos culturales y metafísicos que denota claramente la influencia que tuvieron estos poderes en las anteriores edades del mundo.

La iglesia Tayshari, pese a tener su origen en el Antiguo Imperio Menetiano, ha logrado pervivir hasta la actualidad adaptándose a los cambios que ha sufrido el mundo, y mantiene su sede central en la actual república que heredase su nombre. Asimismo, también ha logrado extender su influencia (aunque, en ocasiones, en la forma de sus diversos cismas) en algunas de las naciones cercanas como Bra'En'Kyg, Goord, Nivar o en varias de las provincias sureñas de Rearem.

En todas ellas la estructura básica es compartida por las altas instancias, pese a que los conflictos que han tenido los dirigentes de las naciones con el trascurrir del tiempo.

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Estructura y jerarquía

Estructura y jerarquía

Dentro de la iglesia Tayshari nos encontramos con una serie de ordenes dedicadas a representar a la iglesia en distintas aspectos de los estamentos sociales. La tradición dicta que cada una de estas ordenes está “dedicada” a alguna de las deidades del panteón, pero hace ya mucho tiempo que se limitan a mantener y afianzar la posición de la iglesia dentro del esquema de poder y del orden político de las respectivas naciones que las albergan.

En el escalafón más bajo se encontrarían los Anuaki (Iniciados) Esta orden la encargada de realizar las labores mas básicas de cada uno de los cultos como pueda ser la de mensajeros, cuidadores de las capillas o sirvientes de los sacerdotes.
La orden de los Anuaki, a su vez, se encuentra dividida en dos sub-ordenes: Los Naunaki, y los Dunogaki.
Los Naunaki son iniciados que entran en la iglesia con la intención de llegar al sacerdocio. Mientras realizan sus estudios viven en la iglesia al servicio de todo lo que esta pueda necesitar.
Por otro lado, el caso de los Dunogaki es bien distinto. Son iniciados, sí, pero lo son únicamente por razones de alcanzar o mantener un cierto estatus social.
Para mantener esta posición, realizan una serie de trabajos para la iglesia (aunque estas tareas pueden ser sustituidas por una donación ya sea económica o en forma de tierras) y esta, a cambio, les otorga una serie de beneficios como pueda ser el de cobijo y reconocimiento que conlleva su posición ante los ojos del pueblo.
Su unión es meramente contractual, y puede ser rota por cualquiera de las dos partes. A diferencia de los Naunaki, que trabajan en exclusiva para la orden a la que esperan pertenecer, los trabajos que llegan a los Dunogaki pueden llegar por parte de los integrantes de cualquiera de las ordenes.

Para acceder al estatus de sacerdote, a parte de superar los requisitos para ello indicados en cada culto, los Naunaki tienen que esperar a que haya una plaza vacante en el templo en el que hayan sido entrenados. Una vez reunidas todas las condiciones, los aspirantes deben pasar una última prueba por la cual sus superiores decidirán a los más aptos.

Los orden de los Lexíteos es una de la más jóvenes dentro del esquema social y es la única que no justifica su existencia bajo la excusa del servicio a alguna de las deidades. Su creación sería la respuesta de la iglesia al cambio que representaría la llegada de la república a Menetia, ya que la función de esta orden es la de representar los intereses del clero ante el senado.

Aquellos que dedican su vida al culto de Lyzell “La diosa de la vida, la piedad y la sanación” reciben el nombre genérico de Los Sanadores, y son el vínculo que une la iglesia con el pueblo llano.
Dentro de los sanadores encontramos, a su vez, dos sub-ordenes: Las Álezen “Aquellos que curan a los hombres” y los Lyteos “Aquellos que curan el mundo”. Pese a ser las más queridas por la masa social, apenas reciben financiación por parte de sus templos.

A la orden de las Álezen sólo pueden acceder mujeres, y son quienes mantienen los hospicios en las grandes ciudades y las aldeas. Dedican su vida a la curación de aquellos que mas sufren y no pueden permitirse los servicios de un cirujano. Asimismo, su credo particular les prohíbe la posibilidad de hacer daño a otro ser ni siquiera como medida de auto defensa.
Por otro lado, sólo los hombres pueden pertenecer a los Lýteos, que dedican su vida a recorrer el mundo y esparcir la fe por aquellas zonas que aún no han sido alcanzadas por la iglesia. También son los encargados de defender las capillas y hospicios dedicados a su señora allí donde no hay representantes de la orden de los señores de las espadas.

Los Jueces, son los sacerdotes que representan en este mundo la voz de Raika “La señora de la justicia”. Serían miembros de esta orden quienes redactaría las primeras versiones de las leyes que y principios que gobernarían la república en tras su súbita aparición. Asimismo, también son los encargados de dictar las normas de funcionamiento interno de la iglesia.
Si los Sanadores tienen el amor del pueblo, y los Lexíteos el respeto del senado, los jueces los encargados de mantener la imagen pública de la iglesia. Son lo responsables de impartir justicia dentro y, en muchas ocasiones, también fuera de la iglesia.
Sobre ellos cae la responsabilidad de mantener el orden y la respetabilidad de la iglesia como entidad, teniendo para ello que controlar (y normalmente ocultar) los excesos del resto de las ordenes. Queda totalmente vetado el acceso al servicio de Raika nadie que tenga la más mínima sombra de duda sobre su integridad presente o pasada.
Irónicamente, la tradición dicta que, si la duda se cierne sobre alguno de ellos, la única opción que les queda es la de abandonar tanto la orden como la iglesia, sin posibilidad de defensa; la integridad de la orden está por encima de los intereses del sacerdote. Pero, por mucho que la tradición dicte esta norma, ha habido a lo largo de la historia notorios casos de Jueces que que han incumplido esta máxima.

Los Señores de las Espadas son el ejército personal de la iglesia. Bajo el pretexto de la adoración a Tarakus “Protector del mundo y azote de infieles” se han convertido en una fuerza militar a tener en consideración en más de un territorio.
Son el brazo ejecutor de la iglesia, exterminadores de herejes y traidores. Su entrenamiento es, sobretodo, militar: Tácticas, estrategia, combate con diverso tipo de armamento y apenas un par de pinceladas de teología.
No es raro que, tras una exitosa carrera militar dentro de las filas eclesiásticas, los miembros de esta orden abandonen su posición dentro del clero para pasar a gobernar los territorios que han conquistado, o se pongan al servicio de algún señor noble que mejore sus ingresos (ya que este tipo de vida no es compatible con las exigencias de sus votos sacerdotales)
El tipo de educación que se da a quienes aspiran a pertenecer a esta orden siempre es algo que los jueces siempre han criticado, pero que nunca han podido cambiar.
Gracias al renombre (y las posibilidades de crecimiento social) que da la pertenencia a esta orden, el número de iniciados que aspiran a ella siempre es muy superior al de las demás.
Forzado por la situación que se dio en épocas pasadas de grandes conflictos, el Gran Teogonista Undayel, crearía leyes especiales para ellos. Es por esto que, aquel que llega a pertenecer a esta orden, debe firmar un contrato que le ata de manera indisoluble a la iglesia por un mínimo de quince años.

La orden de Los señores de las sombras no existe (al menos oficialmente) aunque no pueden evitar que la gente habla de ellos con susurros.
Nadie ajeno a la iglesia conoce la identidad de los miembros de esta orden, pues ninguno de los Naunaki aspira e ello o pasa “oficialmente” a engrosar sus filas. Sólo el señor de las sombras (sumo sacerdote de la orden) y el Gran Teogonista conocen la identidad sus componentes.
Aquellos que son elegidos para entrar en esta orden pierden su nombre y se refieren a sí mismos como las sombras de Shayka “Señora de la noche, guardiana de los sueños y madre de las pesadillas”
Su origen se retrotrae hasta los lejanos tiempos del imperio, cuando el emperador Tavre Vanhú Meneter ordenaría su creación.
Se dice de ellos que son los espías y asesinos de la iglesia. Tras la muerte del último emperador, se rumorearía que había sido uno de ellos quien le había quitado la vida por orden de las altas esferas eclesiásticas.
Gracias al secretismo que rodea a esta orden, la gente de la calle les ha dado el sobrenombre de “los asesinos santos”. Se rumorea que hay miembros de esta orden espiando a los miembros mas importantes de las casas nobiliares y los estamentos militares.

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Textos sagrados

Textos sagrados

Existen multitud de textos que recogen la mitología taysjari. Desde breves parábolas hasta prolijas interpretaciones de la vida y obra de todos y cada uno de los componentes del panteón.
Según territorios los nombres suelen variar y las leyendas se matizan, ocultan o niegan. Las intenciones tras los actos, así como quienes las llevan a cabo, se moldean para tratar de adaptarlas a las idiosincrasias locales. De mantener o tratar de crear nuevos estatus quo. Pero la historia, los hechos de fondo que se narran en los mitos, apenas suele sufrir variaciones hasta que llegamos al momento de fin de los tiempos.
Tras el quinto (y último) gran concilio de todas las distintas escisiones de la iglesia tayshari se tomaría la decisión de eliminar de las escrituras todo lo tocante al nacimiento del Destructor y el fin de los tiempos. Esta decisión, impulsada por del Gran Teogonista menetiano con el único apoyo del Sumo Profeta de baernita, daría lugar al gran cisma occidental.

El mito de la creación

Antes del nacimiento de los hombres, existió otro mundo. Un lugar que se expandía por toda la eternidad: Tayshar, el mundo de los dioses. En aquel lugar intemporal moraban los hijos del viejo mundo; los Tayshary.
Pero Tayshar, quien fuese origen de la primera vida, se había vuelto un lugar decrépito y estéril. Un reflejo distorsionado de la gloria que poseyese en su nacimiento. Consciente de aquel hecho, pediría al primero de sus hijos, Tarakus, que pusiese fin a su existencia dando comienzo a un nuevo ciclo. Para que un nuevo universo naciese, el mundo primigenio debía llegar a su fin.

Obedeciendo a su padre, Tarakus tomaría a Tork-Avnash, la espada de su progenitor forjada en las llamas del fuego primario, y con ella segaría su vida poniendo fin también a su sufrimiento. Una vez hecho esto, de su interior extraería un nuevo universo. Un orbe bullente de nueva vida deseosa de expandirse sobre los restos de mundo antiguo.

Del corazón de Tayshar surgirían los primeros hombres, sus hijos espirituales y hermanos menores de los dioses. Tras su tomar posesión de sus dominios, les seguirían las bestias irracionales destinadas a ser su compañía, aliado y sustento.

De las cuencas de sus ojos nacerían Idiam, quien les daría luz, vitalidad y calor, y Sutela, quien les protegería de los peligros que se ocultaban en la oscuridad.

Del llanto de los dioses brotarían los mares y de sus pisadas los valles y montañas pues, tras despedirse de quien les diese vida, los dioses descenderían sobre su cadáver y caminarían junto sus jóvenes hermanos, compartiendo sus alimentos y sabiduría con ellos.
Sólo Lyzell, la esposa de Tayshar, moraría en soledad velando desde la lejanía los restos de su difunto compañero.
Durante tiempos inmemorables, dioses y hombres vivirían en hermandad compartiendo el mundo y disfrutando de sus dones. El orden establecido se respetaba siendo la palabra y designios de los mayores ley inmutable.

El mito del conflicto

Pero, mientras los hombres habitaban la superficie del mundo, las dioses lo hacían en la isla celestial de Tanlayr. Nada escapaba a su mirada y aquello no agradaba a la estirpe de Ailan.
En múltiples ocasiones, Airk, el mas poderoso de los Ailanu, hablaría entre los hombres de la arrogancia de los dioses que, si bien eran sus mayores, parecían creerse sus superiores.
Por aquellas palabras Airk sería exiliado del mundo de los hombres pues, donde él proclamaba una búsqueda de verdad y justicia, sólo había envidiaba y ambición.
Su veredicto sería el de verse forzado a abandonar la compañía de sus iguales y vagar por las estrellas. Iracundo y lleno de odio ante quienes consideraba que le habían traicionado, Airk abandonaría el mundo de los hombre, no sin antes proferir la promesa de su retorno y venganza.

Durante siglos Airk vagaría por las estrellas alimentando su rencor y planeando su venganza. Recorrería todos los rincones de la existencia siempre solo y furioso. Finalmente el rencor consumiría los últimos resquicios de su cordura y en su mente comenzaría a gestarse el más atroz de los actos. Un pensamiento que jamás habría podido nacer de una criatura cabal. Poseído por la demencia, profanaría el cadáver de Tayshar y se alimentaría de su misma esencia. Su exilio le había conducido a la locura y la lejanía de los dioses a perder su humanidad. Ya no era Airk, se había convertido en odio y rencor. En ira y venganza. En Tayal; El Corruptor.

Convertido en una fuerza imparable, Tayal tomó al asalto Tanlayr. El primero en caer sería Málander, el guardián del reino divino. Tras robar a Tork-Avnash de la estancia sagrada, con ella asesinaría a Tarakus y ocuparía su trono.

Bajo el reinado del nuevo señor de los dioses la humanidad conocería el sufrimiento y le sería arrebatado el don de la inmortalidad. Descubriría el hambre, el frío, el dolor y la muerte, mientras sus mayores permanecían cautivos del corruptor. Tan solo Lyzell permanecería inmune a la presencia de Tayal pero, aunque ni siquiera ella poseía el poder necesario para enfrentarse a él en aquel momento, comenzaría a planear su caída.

De manera sutil liberaría a Lerián y Shayka del dominio del corruptor para que le ayudasen en su misión. Así, mientras la primera mantenía ocupado a Tayal, la segunda esparciría una noche sin estrellas que ocultaría el camino de su libertadora.
Gracias a la distracción creada por sus hermanas-hijas, Lyzell descendería hasta la tierra de los muertos donde moraban los únicos que podrían derrotar al dios tirano.
Allí pediría a su esposo, ahora guardián de la última morada, que liberase el alma de sus hijos. Tras despedirse de Tayshar por última vez, tomaría el camino de regreso hasta el mundo de los vivos junto a Málander y Tarakus.

Con su llegada, la luz volvería al mundo. Ellos eran los hijos de Tayshar, suyo era el camino de la rectitud y la justicia. La traición y el subterfugio eran ajenos a su naturaleza. Pero El Corruptor se encontraba más allá del miedo, la sorpresa o la duda. Suyos eras el trono divino y la hoja forjada durante el alba de los tiempos.

La batalla retumbaría a lo largo de toda la existencia. El reino divino sería destruido por la lucha y esta continuaría en el mundo de los hombres. La tierra se fragmentaría y los continentes serían tragados por las aguas. Los hombres padecerían la cólera de los dioses y aprenderían a temerla.

Málander recibiría cientos de golpes capaces de destruir mundos pero jamás desfallecería. Él era el guerrero, el guardián de la existencia, mientras quedase un aliento vital en su interior jamás dejaría de combatir. Finalmente, cuando ya sólo quedaban de él su dolor y su rabia, arremetería con toda su furia contra su enemigo haciéndole soltar su arma. Con sus manos desnudas destruiría el cuerpo de Tayal cuya sangre se filtraría hasta el corazón del mundo. Tras hacer esto, se volvería contra sus hermanos y les atacaría pues la furia guerrera era lo único que animaba su cuerpo. Tan solo la presencia de Lyzell lograría aplacar su cólera antes de que acabase con todo aquello cuya misión era proteger.

Con su reino destruido y el mundo de los hombres infectado por la esencia de Tayal, los dioses se veían forzados a abandonar a sus hermanos menores, privándoles de su presencia y dones.

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