Creada originariamente como un cónclave de historiadores, con el paso del tiempo, la organización inicialmente conocida como “La Orden de los Cronistas de Baern” ha recorrido un largo y accidentado camino, a la vez que ha experimentado una gran cantidad de cambios a lo largo de su prolongada existencia.
En la actualidad, su presencia e influencia se encuentran presentes en una gran parte de las naciones civilizadas que conforman la franja central del occidente continental. Mientras que en algunas de ellas se encuentra sólidamente implantadas, en otras sólo se encuentra presente a través de los vestigios que se conservan de sus relaciones pasadas.
Asentada bajo distintas formas, sus labores también han ido evolucionando y adaptándose a cada entorno y cultura en la que se han introducido. De la misma manera, esta presencia también se encuentra consolidada entre otros organismos que realizan labores homóloga a la suya en las naciones que se encuentran fuera de su área de influencia directa. Esta relación adopta diversas formas entre las que se incluyen acuerdos de servicio, una colaboración académica recíproca entre miembros de distintas organizaciones, o vía contratos puntuales. Pese a no ser la más antigua de estos organismos dedicados al acopio de conocimiento, sí que es la que disfruta de una mayor repercusión fuera de las fronteras de su territorio natal.
Dependiendo del lugar en el que se encuentre su sede, el apelativo por el que son conocidos varia enormemente. Si bien es cierto que, de cara al pueblo llano, los nombres que se usan con mayor frecuencia para referirse a ellos son los de “Los Cronistas” o “Los cronistas de Baern”, la diversificación de sus áreas de estudio ha hecho que, tanto a nivel interno, como dentro de los estamentos científicos y las instancias de poder, el genérico que se utiliza para referirse a ellos es simplemente el de “La Orden”.
En la actualidad, su presencia e influencia se encuentran presentes en una gran parte de las naciones civilizadas que conforman la franja central del occidente continental. Mientras que en algunas de ellas se encuentra sólidamente implantadas, en otras sólo se encuentra presente a través de los vestigios que se conservan de sus relaciones pasadas.
Asentada bajo distintas formas, sus labores también han ido evolucionando y adaptándose a cada entorno y cultura en la que se han introducido. De la misma manera, esta presencia también se encuentra consolidada entre otros organismos que realizan labores homóloga a la suya en las naciones que se encuentran fuera de su área de influencia directa. Esta relación adopta diversas formas entre las que se incluyen acuerdos de servicio, una colaboración académica recíproca entre miembros de distintas organizaciones, o vía contratos puntuales. Pese a no ser la más antigua de estos organismos dedicados al acopio de conocimiento, sí que es la que disfruta de una mayor repercusión fuera de las fronteras de su territorio natal.
Dependiendo del lugar en el que se encuentre su sede, el apelativo por el que son conocidos varia enormemente. Si bien es cierto que, de cara al pueblo llano, los nombres que se usan con mayor frecuencia para referirse a ellos son los de “Los Cronistas” o “Los cronistas de Baern”, la diversificación de sus áreas de estudio ha hecho que, tanto a nivel interno, como dentro de los estamentos científicos y las instancias de poder, el genérico que se utiliza para referirse a ellos es simplemente el de “La Orden”.