La edad moderna V

La edad moderna V
592: Se produce el primer avistamiento documentado de Suli’Gier’Nal en la provincia baerniense de Hâlsner.

El relato de este primer avistamiento de esta construcción es confuso y, en ocasiones, contradictorio. El breve lapso de tiempo durante el que fue visible no ayudó que se pudiese profundizar en su comprensión.

Pese a que las dimensiones, composición y características Suli’Gier’Nal no coinciden con ninguna de las anteriores estructuras cuya construcción se ha atribuido a los jonudi, durante aquella primera aparición, la teoría que más contaba con un mayor número de seguidores era la que especulaba con la posibilidad de una posible participación de estos en su autoría.

Por otro lado, no existe constancia escrita de eventos anómalos en la zona antes de su descubrimiento o sus alrededores que se puedan vincular con su aparición. Pese a que, a tenor del estado en el que se encontraba el entorno que la rodeaba en el momento de su hallazgo, todo parecía apuntar a una llegada reciente, muchas voces atribuyeron de manera equivocada que su presencia se podía remontar hasta el último advenimiento de los hijos de la oscuridad.

Al contrario que en el caso de las construcciones provenientes de Nusureh o Monrasén, Suli’Gier’Nal no se encontraba anclada en el terreno, tampoco se podía sospechar que una parte suya permaneciese solapada bajo el suelo u otra superficie. En aquel caso, la construcción se encontraba flotando a escasos metros del suelo y parecía que se podía contemplar en su totalidad. Esta afirmación también ha sido puesta en duda con el transcurso del tiempo y los descubrimientos posteriores.

Por si todas estas diferencias no fuesen suficientes como para desvincularla de cualquier otra construcción conocida, aquella estructura no sólo parecía carecer de materia convencional, sino que su mismo composición y firma energética eran intangibles.
Su ubicación tampoco era fija, sino que parecía moverse impulsada por alguna fuerza desconocida. A lo largo de su tránsito en aquellos primeros encuentros, la ciudad fantasma atravesó la ciudad de Bancusu pasando a través del entorno y las personas con las que tendría que haber entrado en contacto. Por más que se han estudiado los lugares con los que tuvo contacto, no se ha encontrado que dejase ningún tipo de rastro tras de sí.

La característica que llevó a los estudiosos de la época a vincular erróneamente a esta estructura con los Jonudi fue el hecho de que, de manera aparentemente aleatoria, aquella fortaleza errante desaparecía para reaparecer nuevamente varios días después en algún territorio remoto. Cada una de estas apariciones se produjo siempre durante la noche y, cuando se acercaba la mañana, se desvanecía nuevamente.

Pese a que algunos de los testimonios de la época afirmaron que se elevaba hasta desaparecer entre las estrellas, ha quedado demostrado que, si bien su elevación puedo variar de una aparición a otra, no parecía capaz de alcanzar tales altitudes.
Sus dimensiones también parecían variar, no sólo en cada una de sus apariciones sino a lo largo de la misma noche en la que hacía acto de presencia.

603: Sunán Rayalish de T’Nar y Mailawa Lekshan de Hanrath se unen mediante el rito de Arthil.

Con la unión de las gobernantes de ambas naciones se forjaba una alianza que causó inquietud en sus vecinos.
Por un lado, eran conocidas las intenciones de Dagorel por recuperar los territorios que ocupaba Hanrath bajo el pretexto de que, más de un milenio atrás, parte de aquellos territorios les habían pertenecido.
Por otro, la unión entre T’Nat y Hanrath aislaba del norte continental a Muliria y las naciones en las que se había descompuesto Ashgurn. Esta fuerza conjunta, sumada a la que poseían los clanes zulera, aliados tradicionales de Hanrath, convertía a este conglomerado en la mayor potencia del este continental.

En previsión de un posible interés expansionista por parte de la nación resultante de aquella unión, algunos de sus vecinos trataron de forjar alianzas entre ellos pero, mientras que Mahrasat, Rayeshi, Jimanyari, Belesti Pusat, Tectalyashi y Biharamu sí llegaron a acuerdos con Ashgurn y Muliria, Delesni, Karnakta, Aldras N'leshu, Pradeshu, Géryanat, Hayashin y Maharstra se proclamaron neutrales en aquel baile de sospechas y alianzas.

Mientras la que la respuesta oficial de la alianza del sur ante este posicionamiento de neutralidad fue la del silencio, una voz discordante surgió entre ellos.
De cara a su pueblo, Praset Ansal, gobernante de Ashgurn, interpretaba como falsa y cobarde aquella supuesta imparcialidad. Su disconformidad con aquello no sólo era pública y sino que, también proclamaba que todo aquello no era sino una alianza tácita con la nueva gran potencia.
Tras estas críticas y las tensiones que generaron, acusó directamente a estas naciones de tener a agentes infiltrados más allá de las fronteras de sus territorios.

Las ambiciones expansionistas de Ansal no eran ningún secreto, al igual de su deseo de que Ashgurn tuviese nuevamente acceso la costa. Utilizando como excusa la situación de indefinición de las naciones que la rodeaban, y apelando a la necesidad de una “nueva Ashgurn unida”, declaró la guerra a todos aquellos a quienes denominaba como “traidores”. La primera nación en ser atacada fue la vecina Géryanat.
A este conflicto le siguieron durante los años posteriores los enfrentamientos contra el resto de las naciones que habían proclamado su neutralidad.

611: Ashgurn finaliza la conquista de Delesni.

Con este hito, la conquista del último estado que no había declarado su lealtad hacia ninguno de los grandes bloques, Ansal lograba reconstruir parte de la antigua nación.
Junto con Karnakta, Aldras N'leshu, Pradeshu, Géryanat, Hayashin y Maharstra, Delesni pasaba a formar parte de la nueva Ashgurn. El resto de las antiguas provincias, gracias a su alianza con Muliria y la misma Ashgurn lograron mantener su independencia.

Pese a que se ha escrito mucho acerca de las razones por las que las naciones conquistadas no lograron prever y reaccionar ante aquellos eventos de una manera organizada, no se tiene constancia de que tratasen de apoyarse entre ellas o de pedir ayuda a alguna de las grandes potencias.
Por otra parte, sí que existen documentos en los que se plasman los intentos de negociación con Ashgurn de parte de estas naciones. Pese a los intentos de tratar de llegar a algún tipo de acuerdo de paz que les permitiese mantener su independencia, la respuesta de Ansal siempre fue negativa.

614: Tras el asalto al carguero Kimenjo, y la muerte de Ubstal Theogord, dan comienzo las ”Guerras del kubori”.

Si bien es cierto que durante los primeros años tras el descubrimiento del kubori su explotación comenzó a realizarse de manera controlada, tras la estabilización de las condiciones de vida en las islas de la cordillera oceánica, el deseo de acaparar el comercio de este mineral se desató de manera descontrolada.

Una vez se realizaron estudios concluyentes sobre el tiempo que podía trabajar una persona en aquellos lugares sin caer enferma, se establecieron férreos ciclos de trabajo y rotaciones controlados para quienes eran enviados a sus minas. Para optimizar los tiempos de tránsito de los trabajadores, las distintas casas mercantiles que se dedicaban a comerciar con el material extraído de aquellos yacimientos crearon colonias en distintos lugares de la costa suroeste de Sembia.

Mientras que la explotación de Raymanyu, una de las islas más grandes del Kúbor Yolasté, había sido cedida por parte del gobierno del Dominio a tres de sus grandes alianzas comerciales, las vetas ubicadas en las islas de Nimlor y Riuyushén eran gestionadas por diversos consorcios provenientes de Harst, Shatter y Shemellom.

Tras la formalización de las rutas comerciales que traían el preciado mineral hasta el continente, no transcurrió demasiado tiempo hasta que surgieron los primeros grupos cuyo objetivo era el de asaltar los yacimientos y los barcos de carga.
Durante uno de estos asaltos se produjo el fallecimiento de Theogord, hijo de uno de los comerciantes más poderosos del Dominio. Ante la petición y la presión de este ante el Maesc Zahard para la captura y ejecución de los culpables de aquel crimen, no pasó demasiado tiempo hasta que se designó a una fuerza que investigase el incidente.

Los resultados de la investigación llevada a cabo indicaron que los asaltantes procedían Tálaspor. Los informes de esta investigación, hechos públicos con posterioridad, denotaban una clara priorización de la presteza en dar una serie de nombres que en la verificación de las pistas, lo que llevó hasta un resultado escasamente veraz o constrastable.
Pese a las dudas que arrojaban estos primeros indicios, impulsados más por las presiones y el deseo de un pronta resolución que por la búsqueda de los auténticos perpetradores, el gobierno de Tarnaq exigió al de Talaspor la entrega de los sospechosos. La única respuesta que recibieron desde la nación isleña ante aquel requerimiento, fue la negativa a asumir cualquier tipo de conocimiento, relación o responsabilidad sobre aquel acto.

Tras acusar al gobierno de Tálaspor de colaboracionismo con la piratería, el Dominio declaró a todos sus ciudadanos como enemigos y proclamó formalmente la ruptura de cualquier relación con ellos. Si bien no se enviaron tropas a combatir hacia las costas de Shatter, sus colonias y yacimientos mineros, así como sus buques de carga, sí que pasaron a sufrir ataques y asaltos con una mayor asiduidad.

Mientras que Tarnaq y Tálaspor negaba cualquier relación con aquellos eventos, a tenor de la situación de inestabilidad, los movimientos de tropas hacia aquellas ubicaciones se hacían cada vez mayores y más habituales.

Junto a este movimiento de estas tropas, el pillaje no sólo no disminuyó, sino que también se extendió hasta los territorios y cargamentos que tenían como destino Harst y Shemellom, no dejando otra opción a estas dos naciones que la de la de reforzar la seguridad en las ubicaciones que controlaban. Al mismo tiempo, las recriminaciones y reclamaciones entre todos los implicados no hacían sino aumentar.

Si bien no se llegaron a declarar hostilidades de manera oficial entre ninguna de las cuatro naciones, las relaciones entre todas ellas quedaron claramente deterioradas y, en las provincias fronterizas, sí que se llegaron a producir enfrentamientos de manera esporádica.

620: Se produce el primer contacto entre los cronistas y los habitantes de Suli’Gier’Nal.

Durante la larga noche que se produjo durante el genom de Áracthur de este año, la situación de la ciudadela errante se estabilizó, permitiendo el primer y único contacto directo entre su civilización y la humana.
Este contacto tuvo lugar el séptimo día del tercer lukata del genom de Áracthur. En la provincia shattegari de Kabushin.
En aquella fecha, la tecnóloga Tresha Vishmanayán logró romper la barrera que separaba las realidades y acceder hasta aquella estructura.
Tras años de estudio y preparación, Vishmanayán fue capaz de calcular la fecha y el lugar de la siguiente aparición de la fortaleza fantasma y acceder hasta ella a través del domo de Baen'Shul'Ilay.

Pese a las dificultades para la comunicación inicial, Anasdros y Walsasti, las entidades que encontró en aquel lugar, se mostraron claramente predispuestos hacia la colaboración y el intercambio de conocimiento con la humanidad. Asimismo, ya en el mismo momento de aquel primer contacto, también demostraron un amplio conocimiento de Daegon, su historia, sus habitantes y parecían sabedores de la misma llegada de la tecnóloga hasta su hogar.

Dos días después de aquel evento, tras la abrupta finalización de la larga noche, Suli’Gier’Nal desapareció una vez más solo que, en aquella ocasión, los cálculos de Vishmanayań no habían previsto aquel evento que se produjo mientras ella se encontraba en su interior.

Después de aquel contacto no se ha detectado nuevamente la presencia de la ciudadela en ningún lugar de Daegon. De acuerdo a los cálculos de la tecnóloga, la siguiente alineación que permitiría su localización se habría producido en el año setecientos treinta y ocho en algún lugar de las Llanuras Heladas de Skartaria. Dada la naturaleza del lugar y la ausencia de cualquier asentamiento civilizado en la zona, no se ha podido verificar si esta estimación fue acertada.

631: Tresha Vishmanayán logra establecer contacto con Alecta Yishandal.

Aún a día de hoy se desconocen los métodos concretos a través de los que Yishandal, yunarêth del domo del distrito de Jonur en Áldern, logró establecer aquel contacto. Asimismo, ni siquiera ella fue capaz de confirmar el tipo de comunicación que se produjo entre ellas.
Si atendemos a las descripciones que hizo del lugar, podemos entender que pudo llegar hasta allí de manera presencial. Por el contrario, si analizamos con detenimiento sus palabras, en ningún momento explicita esto.
De acuerdo a su relato, no sólo fue capaz de mantener el contacto, sino que, gracias a las indicaciones de su interlocutora, una parte de su ser también logró llegar hasta Suli’Gier’Nal viajando a través de la oscuridad primaria.

De la narración de Yishandal tras la finalización de aquel contacto, confusa y, por momentos, ciertamente inconexa, se han extraído y extrapolado cientos de conclusiones de todo tipo. Aunque algunas de ellas si que se les podrían atribuir ciertos visos de verosimilitud, no todas ellas pueden considerarse completamente plausibles, cuando no han sido directamente contradictorias consigo mismas y sus planteamientos de base.
Lo que parece indudable es que la percepción y comprensión del mundo de todos aquellos que han visitado Suli’Gier’Nal se ha visto notablemente afectada.

El primer dato que sorprende aquellos recopilados en aquel contacto es que, si bien en Daegon habían transcurrido once años desde la desaparición de la ciudadela errante, para la tecnóloga habían transcurrido más de treinta.
El mantenerse con vida en aquel lugar durante tanto tiempo fue posible gracias a los artefactos de Suli’Gier’Nal y a sus compañeros de viaje. De cualquier manera, esta supervivencia había supuesto un alto coste para ella. Se había convertido en la tercera tripulante de aquel lugar. En parte de aquel lugar fuera del cual ya no podía sobrevivir. A partir del momento en el que aceptó aquella situación, pasó a convertirse en una más de los navegantes de lo que denominó como el “observatorio dimensional”.

Por otro lado, y siempre de acuerdo a este relato, Anasdros y Walsasti, al igual que sucedió en el caso de Vishmanayán, tampoco habían formado parte del observatorio desde su nacimiento, ni eran entidades nativas de aquella realidad.
La llegada hasta allí de cada uno de ellos se habría producido en momentos temporales diferentes y es muy probable que tampoco perteneciesen a la misma especie. Es muy probable que ni siquiera ellos fuesen capaces de clarificar este dato.
De la misma manera, se desconoce si pertenecían a los mismos niveles de existencia, o que si los momentos temporales en los que se produjeron sus abducciones fueron cronológicamente lineales, ya sea de acuerdo a nuestra percepción o a la suya propia.
Tampoco se sabe a ciencia cierta si aquellas entidades se habrían aventurado hasta aquel lugar de manera fortuita, o si se trató de una acción voluntaria como sí que sucedió en el caso de la tecnóloga.

Diversas teorías que se han ido desarrollando en fechas posteriores apuntan a que Suli’Gier’Nal puede estar situada en lo que se ha venido a llamar como un “espacio anómalo”. De acuerdo a estas teorías, ese lugar estaría situado en una dimensión fruto de las influencias de más de dos o más planos pero, al mismo tiempo, no se encontraría en contacto constante con alguno de ellos, o con alguna de las fuerzas primordiales.
Otro de los lugares a los que se le han querido atribuir unas características similares es localización en la que se encuentra la isla de Kaeny.
Se especula que los planos con los que podría tener contacto esporádico esta dimensión, a la que se bautizó como Glasnasur, podrían ser los Daegon, Suritán y Jonund.

Si bien es conocido que sus habitantes actuales no pueden sobrevivir en nuestro nivel de existencia, esta ciudadela, lo que a todas luces parece tratarse de un artefacto fruto de una ciencia muy avanzada, sí que es capaz de acceder hasta él de una manera limitada. Se ha especulado también con la posibilidad de la misma Glasnasur pueda ser una dimensión artificial.

Otras teorías postulan que, dadas las características específicas de Glasnasur, esta se encuentre en un estado “estático” con respecto al movimiento de los planos con los que tiene contacto esporádico.
De acuerdo a esto, tanto a nivel físico como conceptual, resultaría una dimensión casi estanca e inaccesible desde el resto de niveles de existencia. Por el contrario, desde ella sí que se se podría llegar a acceder de una manera limitada hasta las demás. Si bien la posibilidad de interacción directa con, o desde, ella es harto compleja, no sucede lo mismo cuando se trata de observar desde su interior lo que se encuentra más allá de sus fronteras.

La teoría que goza de una mayor aceptación a este respecto, formulada y transmitida por la misma Vishmanayán, es la que defiende que Suli’Gier’Nal es realmente un puesto avanzado de observación. Creado por unas hipotéticas entidades a las que se ha denominado como “Los señores de Glasnasur”, de acuerdo a esta teoría, se trataría de una gran máquina diseñada para observar, analizar y almacenar información de las realidades que le rodean.
A lo largo de su prolongada existencia, las entidades que la han poblando y custodiado, al igual que Anasdros, Walsasti y Vishmanayán, han recopilado y estudiado una gran cantidad de datos relacionados con infinidad de eventos sucedidos en Daegon y algunas de sus dimensiones colindantes. De esta manera, en sus archivos se podría encontrar una gran cantidad de información de un valor incalculable acerca del mismo transcurrir del tiempo, el surgimiento de las distintas formas de vida y los mismos engranajes que controlan la mecánica cósmica.

Si aceptamos esto como cierto, si bien la misión de Suli’Gier’Nal quedaría clara, quedaría aún sin responder la cuestión acerca de la identidad de sus creadores. Hasta donde se ha logrado confirmar en los escasos contactos con los navegantes, entre los registros del observatorio no existe información alguna a este respecto, al igual que tampoco se encuentran reflejados datos acerca de la existencia de otras construcciones del mismo tipo, de quienes fueron sus anteriores ocupantes o si existe alguna otra forma de vida en Glasnasur.
Dadas las características que han asumido los tripulantes de la ciudadela, tampoco se sabe si la vida es posible más allá de aquellos muros, o si existe nada más en aquella dimensión.

Con el transcurrir del tiempo, después de aquel primer contacto se han logrado identificar tres ocasiones en las que Vishmanayán ha tenido nuevamente acceso hasta Daegon. En cada una de estas ocasiones el contacto se produjo de una manera diferente y con unas características únicas.
A través de los contactos posteriores con Vishmanayán también se ha llegado a la conclusión de que el tiempo en aquel lugar no transcurre de manera lineal con respecto al de las realidades con las que tiene contacto.

Se desconoce si, dada esta discordancia en el funcionamiento del tiempo entre ambas esferas de realidad, puede haber entrado en contacto con algún otro momento de nuestro pasado.

Se ha especulado también con la posibilidad de que, en algún momento de su futuro, nuestro pasado, fuese ella quien entró en contacto con Ýlar de Jomsul “inspirándole” las imágenes que le llevaron a comenzar con la escritura del Gutrakage.

Pese a lo íntimo del contacto de Vishmanayán con aquel lugar, ni siquiera ella es capaz de acceder a toda la información que se encuentra almacenada entre sus registros.

Gracias al conocimiento que se ha obtenido acerca de la oscuridad primaria a través del estudio del interior de los domos, se sospecha de una fuerte vinculación de Suli’Gier’Nal con Jonund pero, el gran desconocimiento que tenemos acerca del comportamiento del tiempo en el resto de planos, impide que se pueda afirmar esto de una manera objetiva.

637: Se firma el tratado de Vólgarnost,

Mediante este acuerdo no sólo se alcanzaba la paz entre las naciones situadas en la costa occidental del continente, sino que también se forjaba un tratado de comercio común entre todas ellas, así como una alianza para luchar contra la piratería. A este tratado también se adhirieron las naciones isleñas de Tálaspor y Silvarta.
Esto no ha evitado que los cargamentos provenientes de la cordillera oceánica dejen de ser atacados, pero sí que proporcionado una mayor seguridad a los navíos comerciales que recorren la costa realizando el trayecto entre Xultz y Saliria.

643: Bajo el mandato de Audra Teramasu se produce la llamada “refundación” de la orden de los cronistas de Baern.

Pese a las fuertes críticas y la reticencia procedentes tanto desde el gobierno de la misma Baern como desde más allá de sus fronteras, Teramaso fomentó aún más la experimentación y el estudio de los domos. Gracias al esto, el conocimiento la comprensión que ha adquirido la orden acerca de la naturaleza, mecánica y composición del cosmos dio un salto astronómico.
A partir de las experiencias cronológicamente cercanas como la de Suli’Gier’Nal y Yujín’Bash’Tamar, el conocido como “Domo de Jonur”, las teorías que defendían que estas estructuras también podían ser transitadas por el hombre quedaron demostradas.
Más allá del temor y las amenazas de desatar un gran mal promulgadas por la superstición y el misticismo, la ciencia de los jonudi estaba comenzando a ser comprendida y utilizada por la humanidad. A través de ellas no sólo se podían alcanzar nuevas y remotas localizaciones, sino que también nos otorgaban la posibilidad de explorar el mismo tiempo.

A la par que se dotaba de más fondos a la orden de los tecnólogos para el estudio de Jonund, bajo este nuevo paradigma se fundaron dos nuevas órdenes; la de los cartógrafos y la de los futuristas.
Mientras que el ámbito de acción de la primera trascendería las exploración de nuestro plano natal, tratando de llegar de una manera controlada hasta otras realidades, la misión de la segunda sería la de tratar de predecir los grandes desastres futuros.

Este cambio radical en las objetivos y atribuciones de la Orden no estuvo libre de controversia. Goord, Menetia y Bra’Em’Kyg amenazaron con romper sus acuerdos con Cahirn Anshay de persistir con aquellos planes. Las acusaciones de estas naciones, contradictorias en su misma formulación, propugnaban que aquel gran avance al que aspiraban los científicos conduciría a la humanidad a una nueva época de oscurantismo.
Al mismo tiempo que se le exigía a la Orden que compartiese cualquier tecnología que se desarrollase gracias a aquellos estudios, también se le achacaban motivos ulteriores. Los mismos que la acusaban de aspirar a convertirse en los nuevos ailanu y arriesgarse a repetir los errores que cometieron aquellos, también requerían de sus servicios, apoyo y consejo cuando se producía un evento extraño en sus territorios.
Mientras que se le instaba a reescribir los hechos de momentos concretos de la historia de acuerdo a intereses particulares, se le exigía objetividad con el resto.

Si bien Jonund se ha mostrado como un lugar peligroso y poco propicio para la existencia humana, gracias al acceso hasta alguna de sus regiones periféricas que han alcanzar los Cronistas, a costa de las vidas y la cordura de varios estudiosos se ha logrado obtener una información muy valiosa y contrastable sobre algunas partes de nuestro pasado y estamos un poco más cerca de ser capaces de responder a algunas de las grandes preguntas.

656: Tras años de negociaciones, Kiltan Geassnal, senador por la provincia de Nesboro, obtiene los apoyos necesarios para que se derogue la ley Posaes.

Si bien no todas disposiciones de aquella ley quedaron anuladas, quedando recogidas en otros epígrafes, sí que se pasaba a garantizaba legalmente el mismo nivel de seguridad y protección a todos aquellos que se encontraban dentro de las fronteras de Menetia.

Tras este cambio en la legislación, tanto las provincias reani de Grehem, Mitsulen Gardasyl, Yaglan y Nush como Edera retomaron el comercio con Menetia, reabriendo también sus consulados y embajadas.

De cualquier manera, lo ajustado de aquella victoria era síntoma de que una parta importante de las instancias del poder no compartía las aspiraciones de Geassnal. Esta negativa se plasmó en las calles de las grandes ciudades y los caminos con altercados que aspiraban a una nueva ruptura de aquellas recién recuperadas relaciones.

665: La expedición de Ganiset Molqubay parte desde el puerto de Maindesgal.

Financiada de manera conjunta por la Orden y el Horshutu, el colegio de cartógrafos de Shirune, la misión de la exploradora tenía tres objetivos principales:
Por un lado, se esperaba alcanzar la zona polar de Kaze y, caso de existir en ella algún territorio sobre el mar, trazar un mapa del contorno de su contorno.
Por otro, con el conocimiento obtenido por esta expedición, se aspiraban también a lograr una ruta para llegar hasta los antiguos territorios que ocuparon Nargión y las islas que la rodeaban.
Encontrar en los restos del continente ausente indicios que aportasen más información acerca del desaparición.

Esta fue la primera expedición realizada de manera cojunta entre organismos o naciones situadas a ambos extremos de las montañas Zorak durante la edad moderna.

De haber resultado exitosa esta misión, se podría haber avanzado hacia la resolución de alguno de los múltiples misterios que le quedan a la humanidad por desvelar.
De acuerdo a las teorías de Svetlisa Johannesta plasmadas en su “El norte imposible”, el norte geográfico y magnético de Daegon era habitable y había sido colonizado por los ailanu en la antigüedad.
Contrariamente a estas especulaciones, existían otras líneas de pensamiento opuestas, como la de Heslik Tolsler (Gisleth, Troll’Kahn 551, 613), que afirmaban que en aquellas coordenadas sólo existía agua, ya fuese esta en estado líquido o helado.

Por otro lado, en un punto intermedio entre estas visiones se encontraban estudiosos como Vilsten Djalmashu (Tolmaister, Dayashu 411, 474), quienes defendían que, en el pasado lejano, ambos continentes estaban unidos a través del norte, pero que este punto de unión habría desaparecido junto a los territorios del continente.

A partir de esta última línea de pensamiento, también surgen otras dos posiciones diferenciadas; la de aquellos que afirman que este territorio polar desapareció junto a Nargión y la que defiende que tras este evento ese territorio fue sumergido bajo los océanos.

668: Los supervivientes de la expedición de Molqubay llegan hasta Palsar.

Donde habían fracasado tres expediciones de rescates, algunas de ellas con resultado fatal, el hallazgo de los tripulantes del Baynslich se produjo de una manera totalmente casual. Localizados de manera fortuita y rescatados por una embarcación pesquera, la tripulación superviviente del la expedición polar apenas llegaba a la media docena. Dos de ellos perecieron durante el trayecto hasta el puerto salirio.

De acuerdo a su relato y los registros de Molqubay, tras más de año y medio de viaje, durante una tormenta que les desvió de su rumbo, el navío encalló poco antes de llegar al glaciar de Vatnosköl.
Encontrándose el Baynslich dañado más allá de toda reparación, lograron llegar hasta la isla de Kinsuday donde quedaron varados definitivamente.
El camino que separaba el punto en el que habían encallado y su destino final les obligó a atravesar zonas heladas y de mar abierto. Así como las zonas heladas fueron capaces de cruzarlas a pie, se vieron obligados a arrastrar dos de las barcas auxiliares a través del hielo para lograr atravesar las restantes.
Una vez allí, la climatología y la escasez de alimento en la isla y pesca en las cercanías, así como el carecer de un cobijo adecuado o materiales con los que construirlo, fueron mermando la salud y el número de los supervivientes.

Pese a que se han escrito muchas historias acerca de esta expedición, aduciendo su destino a la intervención de monstruos marinos, ruinas malditas o civilizaciones perdidas que querían mantener su existencia en secreto, todas ellas no se pueden considerar como otra cosa que obras de pura ficción.
Pese a que estas y otra infinidad de historias más son narradas en las tabernas portuarias como “hechos contrastados”, ninguna de ellas puede ser extraída o interpretada a partir del testimonio de los supervivientes.

669: Parte desde el puerto de Ansival una expedición prospectora hacia Thurgold.

Esta expedición, financiada de manera conjunta por el gobierno y el gremio de comerciantes de Muliria, y dirigida por la geóloga Cserys Valastién, representaba una intentona desesperada por parte de los señores del país por tratar de evitar la quiebra estatal.

De acuerdo a los estudios de Valastién, debido a la manera en la que se formaron las columnas de Yyvylion, era probable que, en alguna de las laderas de su cara este, pudiesen existir minerales con características similares a las del salich o el kubori.

671: Una fuerza expedicionaria conjunta de Muliria y Ashgurn es enviada hasta la costa nororiental de Thurgold.

Debido al hallazgo de una nueva veta de salisch durante la expedición de Valastién, en aquel momento cesó la búsqueda de otros minerales exóticos que validasen las teorías de la geóloga.
Con aquel descubrimiento, el gremio de comerciantes dio por finalizado su acuerdo con Muliria. El hallazgo de salich no se encontraba contemplado dentro del acuerdo al que habían llegado ambas partes y aquel descubrimiento podía reportar grandes beneficios al primer grupo que lo reclamase en exclusiva.
Una vez disuelta de manera oficial su colaboración, cada uno de los participantes enviaron sus propias expediciones independientes.

Con la esperanza de que la explotación de las nuevas vetas pudiesen sacar a las arcas de sus naciones de su paupérrima situación, pese a que la alianza entre los dos estados no pasaba por sus mejores momentos, Ashgurn y Muliria realizaron un esfuerzo conjunto por tratar de paliar esta situación.

Más allá de los motivos puramente económicos, se ha achacado al orgullo de sus gobernantes, así como su negativa a pedir o recibir ayuda a las naciones vecinas, las razones para tomar aquella acción desesperada.
Dentro de las propias naciones, diversas voces se alzaron contra aquella nueva decisión. Se acusaba a sus mandatarios de falta de visión y criterio a la hora de gestionar sus economías en los momentos convulsos, de haber condenado a más de una década de penurias a sus pueblos, de arruinar con su ineficiencia pasada el legado de sus predecesores, de arrastrar a sus descendientes directamente a la ruina con su corrupción, su falta de visión y decisiones presentes.
La situación de escasez en la que se encontraban sus territorios, con una economía deprimida y en en un estado sumamente precario, era tal que no eran extraños los estallidos de violencia en las regiones más desfavorecidas, así como la emigración de quienes podían permitírselo.
Por otro lado, su situación geográfica limitaba enormemente sus posibilidades de expansión, confinados como se hallaban entre una potencia netamente superior en todos los sentidos y el gran océano. Dada su clara desventaja en un posible enfrentamiento contra la alianza de naciones situadas que conformaban sus fronteras en el norte, y el oeste, una salida bélica se presentaba como algo totalmente inasumible.

Ante la cercanía de una más que probable sublevación, y dado el escaso margen de acción que les quedaba causado por su soberbia, ante Siktesha Ramienyosha y Sunán Dyajeri no quedaba otra alternativa que la de tratar a buscar soluciones más allá de las costas del continente.
Ante la incógnita de lo que pudiese existir al este, y desoyendo las recomendaciones de sus consejeros, ambos gobernantes optaron por dirigir su mirada y ambiciones hacia la colonización del sur.
Si bien gran parte del territorio occidental de la isla de Thurgold se encontraba bajo el control de las ciudades estado, y el interior estaba poblado por las tribus nómadas de los thurg, la costa este más allá de las columnas de Yyvylion permanecía despobladas.

Pese a tratarse de una expedición conjunta, tras su llegada hasta la isla se formaron dos grandes campamentos independientes. Gracias a la ausencia de conflicto con los nativos, ambos grupos se separaron para formar dos colonias distintas; Dozo y Godosu Nayal.

676: Los gobiernos de Menetia y Naltor se reúnen en Xultz para tratar de formalizar su relación y firmar un cese oficial de las hostilidades.

Pese a que las nuevas conversaciones de paz se desarrollaron con normalidad en un inicio, una de las exigencias que puso sobre la mesa de negociación el orgus Líntrad Xibaku, fue considerada como “una afrenta y un insulto” por parte de Dayesval Wubtra, señor de la prefectura de Olmesta y miembro del Vim Ubar.

Ante el requerimiento y exigencia de Xibaku de la “devolución” de Xultz a manos naltorianas, también se pronunció Alestia Oldayar, gobernadora de la ciudad portuaria, recordando a los presentes que su ciudad había sido una nación independiente antes del nacimiento de cualquiera de las dos naciones.
Tras decir esto, y reclamando “justicia histórica” solicitó el reconocimiento a la autonomía de Xultz y el restablecimiento del “Tratado de Niaval” roto por Usbet Posaes novecientos años atrás.

Este cruce de medias verdades y visiones parciales y partidistas de la historia desembocó en un abrupto final para las negociaciones. La paz se había acordado pero, a falta de concretar los compromisos de cada uno de los involucrados, no se había llegado a firmar.

678: Xultz se proclama de manera unilateral como una nación independiente.

Tras esta declaración, aquellos miembros del ejército no leales a Oldayar fueron expulsadas de la ciudad y tanto las murallas como el puerto de Xultz quedaron clausurados.

Si bien el Vim Ubar envió una fuerza negociadora hasta la ciudad, ante el envío del gobierno naltoriano de sus tropas situadas en la frontera hasta hasta aquel lugar, no pasó mucho tiempo hasta que las tropas menetianas también hicieron acto de presencia ante las puertas de la ciudad.
La presencia de las tropas naltorianas en Olmesta fue interpretado como una acción hostil contra Menetia y así se les hizo saber a su comandante exigiendo su restirada. Ante aquel requerimiento sólo se obtuvo por respuesta la negativa del orbak Seilentar de Nauyandar a abandonar el territorio. Pese a que este respuesta causó las primeras fricciones entre ambas fuerzas, sus comandantes lograron evitar que el conflicto alcanzase una escala mayor.

Pese a que no se llegó a producir un inicio oficial de las hostilidades entre ambas fuerzas, se tiene constancia de que la presencia de los soldados ociosos y descontrolados en la zona comenzó a hacerse notar en las poblaciones de la zona causando situaciones de tensión con los lugareños.
El pillaje, los altercados con los ciudadanos locales provocados por los soldados de permiso y los propios enfrentamientos entre soldados de ambas fuerzas en territorio civil no tardaron en llevar a las autoridades locales de las dos naciones a exigir una respuesta enérgica ante aquellos actos.

Tras aquellos incidentes, de cara al Vim Ubar, el senado y el Orgus naltoriano, en aquellos momentos Xultz pasó a ser un tema secundario en sus agendas. Su imagen y autoridad estaban quedando mermadas ante sus ciudadanos y aquella situación no podía prolongar durante demasiado tiempo.
De acuerdo a los registros menetianos, sus grupos de influencia estaban divididos. Mientras que la iglesia y el ejército abogaban por una confrontación a gran escala, la nobleza fronteriza prefería un cese definitivo de las hostilidades y el grueso del Vim Ubar consideraba que, en aquel momento, una guerra abierta habría sido un desastre económicamente inviable.

Por su parte, si bien no hemos tenido acceso a los archivos naltorianos, es conocido que Líntrad Xibaku tampoco deseaba una confrontación a gran escala pese a que alguno de sus señores de la frontera se lo reclamaban.

679: Dozo y Godosu Nayal proclaman su independencia de Ashgurn y Muliria

Tras varios años de extracción del mineral, los gobernadores de las colonias continentales estaban descontentos con la parte del beneficio resultante que permanecía o se dedicaba a ellas mismas. Conscientes de que los cargamentos de salisch estaban reportando grandes beneficios a sus señores, los administradores y gobernantes de las colonias, Betharan Iwasanli y Nimala Sinratu, habían presentado a lo largo de los año por separado múltiples y similares reclamación ante sus respectivos líderes en el continente.
No sólo las condiciones de quienes vivan en las colonias y trabajaban en las minas eran precarias, sino que también lo eran las de los soldados encargados de proteger y transportar aquel mineral hasta los puertos de sus naciones. El número de trabajadores se había ido incrementando a lo largo de los años, pero no había sucedido lo mismo con los recursos de los que disponían para dimensionar correctamente sus servicios.

La inversión en las infraestructuras de las colonias era prácticamente nulas y se limitaban al mínimo imprescindible para su supervivencia. Al mismo tiempo, los recursos naturales de la zona oriental de Thurgold apenas eran suficientes como para abastecer a la población.

Tras alcanzar un acuerdo con T’Nar, las colonias se convirtieron en protectorados de esta y, por añadidura, de Hanrath. El documento en el que se plasmaba esta alianza incluía a su vez un acuerdo comercial por el que se priorizaban los envíos a sus nuevos aliados.
Con el paso del tiempo y gracias a los ingresos provenientes de la inversión t’nari, ambas ciudades comenzaron a prosperar de una manera exponencial.

Por el contrario, sus antiguos señores del continente, tras el cese de los envíos, no fueron capaces de reaccionar a tiempo ante el drástico cambio. Sus economías se vieron mermados enormemente, pasando de ser dos grandes potencias comerciales a tener que replantearse y buscar nuevas fuentes de ingresos en escasos años.

682: Ser restablece el “Tratado de Niaval”.

Tras cuatro años de tensión y pequeños altercados en la prefectura de Olmesta y la frontera de Naltor, se lograba poner fin de manera oficial al conflicto entre Xultz, Naltor y Menetia. De manera simbólica, la rúbrica de este acuerdo se realizó nuevamente en la ciudad de Niaval.

En fechas posteriores a la firma, han salido a la luz documentos que indican que, durante los años anteriores, se habían estado realizando múltiples reuniones de negociación de manera extra oficial entre miembros de las tres fuerzas.
De estos documentos se puede extraer que la principal preocupación de los gobernantes era la de no dar una sensación de debilidad ante aquellos que aspiraban a sus puestos.

En Menetia se tiene constancia de un mínimo de diez acciones militares en la frontera durante aquellos años. Estas acciones, no aprobadas por el Vim Ubar, se le atribuyen a miembros de las nuevas generaciones del Grigost Vornasyal.
Por otro lado, mientras Dayesval Wubtralos exigía que el Vim Ubar enviase más tropas para recuperar Xultz, los señores de las cuatro prefecturas restantes se negaban a aportar sus tropas en ningún conflicto si no era a cambio de nuevas prebendas hacia sus territorios.
Al mismo tiempo, los gobernadores provinciales no se pronunciaban a la espera de la respuesta que se diese a estas peticiones. Si las diferencias en cuanto a su autonomía entre las cinco prefecturas y el resto de provincias ya se les hacía desorbitada, aquello podría haber aumentado aún más la situación discriminatoria en la que se hallaban sus territorios.
Mientras tanto, en Naltor, la autoridad de Xibaku también había sido puesta en entredicho en múltiples ocasiones por parte de sus señores de la frontera.

Con la firma del tratado, los gobernantes de ambas naciones no sólo pretendían realizar estabilizar su situación, sino que también buscaban realizar una demostración de poder ante los suyos. Aquella paz pretendía ser un medio a través del cual aspiraba a asestar un golpe de efecto que desequilibrase a sus rivales políticos.

A la par que el acuerdo con Xultz, también se llevó a cabo la firma de un tratado adicional. Mediante este documento se forjaba una alianza militar, la primera de este tipo que se establecía entre ambas naciones desde sus respectivas fundaciones, entre Menetia y Naltor, iba acompañado de varias restructuraciones estructurales, a la par que se realizaban modificaciones substanciales a sus respectivas legislaciones.

En Menetia, los gobernadores provinciales pasaron a tener competencias sobre los impuestos en sus territorios. Asimismo, también se les otorgaba autoridad sobre los asuntos y propiedades de la fe, competencias hasta entonces dependientes en exclusiva del Vim Ubar.

Por su parte, Naltor recortaba la independencia y el poder de decisión de los señores de la frontera sobre sus propios territorios, acercando su autonomía y funciones a las de los orbak de las provincias interiores.
Al mismo tiempo, el veto hacia la religión organizada dentro de los territorios de Naltor fue levantado, pero sólo para el culto a los Tayshari.

Las voces en contra de estas decisiones no tardaron en hacerse oír, pero el número de quienes salían beneficiados con estos cambios era con mucho superior al de quienes se sentían discriminados. Tras estos acuerdos se ponía fin a parte de excepciones que tendrían que haber sido corregidas tiempo atrás, a la vez que se daba solución a varias situaciones de desigualdad histórica reclamadas durante generaciones.
Con todo esto, el gobierno central menetiano cedía parte de su poder, a cambio de obtener con ello uniformidad en sus tarea administrativas, mientras que el naltoriano afianzaba su control sobre las provincias más conflictivas.

Si hubo una voz que sobresalió y se hizo oír por encima de la del resto, esta fue la del Gran Teogonista Denashur. A partir de aquel momento la tarea de la iglesia se complejizaba, viéndose obligada a llegar a acuerdos con cada uno de los gobernadores provinciales. Pero su queja por la pérdida de autonomía de la iglesia central quedaba silenciada por el gran logro del Vim Ubar ante el pueblo.
De cara a los fieles, el dinero y la complejidad burocrática y administrativa eran temas irrelevantes. El hecho de poder extender la fe en Naltor era un hito que compensaba enormemente aquella pérdida.

698: En la provincia nivari de Kirish se hayan las escrituras de Bashukur “El Loco”.

La figura de Bashukur, su persona y su entorno no han sido estudiados hasta la actualidad. En el momento del descubrimiento de sus escritos, estos se interpretaron como los delirios de un demente. Su predicción de la “liberación” o “advenimiento” de la entidad conocida como “El Destructor” en los años venideros no no tuvo mayor repercusión que cualquiera otra de cuantas han afirmado este suceso desde que la humanidad experimentó su primer contacto con este concepto.

No ha sido hasta los sucesos acaecidos recientemente en Edera que, tras un estudio más profundo de estos y otros textos de temática similar, se han hallado indicios que señalan en estos datos significativos y “proféticos” acerca del mismo y algunos de los eventos que le precedieron.

Contradiciendo las teorías de quienes han querido ver en Bashukur a un contemporáneo de Ýlar de Jomsul, la datación de sus textos ha ubicado a estos en épocas muy posteriores, alrededor del siglo sexto previo al establecimiento del calendario mecbarino.
De la misma manera que no se sabe gran cosa acerca de su persona, la lengua en la que se encontraban escritos parece indicar que era de procedencia muliria, lo que hace aún más extraño el hallazgo de sus escritos tan lejos de su origen.

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